CAPITULO 36

Se está haciendo tarde y está sentado en el sillón leyendo un libro, contemplando si debería de irse a la cama o terminar el capítulo actual, cuando de repente, Tony entra en la sala con una botella en la mano, eso por si mismo no era algo inusual

Lo que sí es inusual esta vez – y hace que Loki mire dos veces – son los dos vasos que sostiene en la otra mano, uno más de lo que debería de haber razonablemente. ¿Seguramente Tony no espera que él…?

Silbando para si mismo, Tony pone los dos vasos sobre la mesa y procede a vaciar algo del líquido color ámbar en cada uno de ellos. Y sin más preámbulo, mueve un vaso en dirección a Loki, como si fuera la cosa más natural del mundo el ofrecer a un esclavo un trago.

Mira a la ofrenda confundido, pero no se mueve para tomarla.

—Vamos, Cuernitos —Tony dice, levantando su propio vaso—. Tomemos un trago para celebrar que el idiota bastardo que anduvo jodiendo con mi compañía ya fue encontrado.

Loki mira el vaso con indecisión. No había estado bebiendo mucho en los últimos siglos, no como en aquellos días en los festines esplendidos que se ofrecían en honor a Thor para celebrar alguna campaña de batalla exitosa o parecido. Y las recuerda claramente incluso ahora, como había vaciado tarro tras tarro, en un fútil intento de desaparecer la amargura celosa inherente al conocimiento de que nada parecido sería ofrecido en su honor por todos los hechizos complejos y difíciles que aprendió a dominar con el transcurso de los años.

Quizás son los recuerdos de aquellos tiempos lo que le mantienen lejos de los fuertes ataques de consumo de alcohol últimamente, o quizás es el deseo de mantener la cabeza clara para no obstaculizar sus habilidades mágicas. Lo que sea que sea la razón, no se ha permitido disfrutar de eso en estos días. Seguro, bebió cerveza e hidromiel como todos los demás, pero raramente en las cantidades necesarias para intoxicarse.

—Vamos, inténtalo —Tony le pide, sintiendo su renuencia—. No está envenenado.

A decir verdad, la idea de beber en cualquier lugar cerca de Tony le hace sentir cierta intranquilidad, porque el alcoholizarse, el no estar en sus cinco sentidos, nunca es recomendable para un esclavo mientras esté en la presencia de su amo, no uno como Tony.

Tal dilema nunca sería un problema en Asgard, porque a los esclavos nunca se les daba licor para empezar; no se supone que se intoxiquen por un sinnúmero de razones. El buen licor nunca sería desperdiciado en los esclavos.

Pero claro, no puede desobedecer una orden directa. Así que vacía el vaso con un rápido movimiento, la quemazón resultante casi forzándolo a jadear. La bebida es más fuerte de lo que esperaba, y parpadea un par de veces mientras que el ardor lentamente desaparece.

En casa, el licor usualmente no sería tan fuerte ni tan concentrado como este, pero en lugar se hacia de manera en que pudiera ser ingerido en grandes cantidades antes de llevar al punto de la ebriedad. Pero ya puede decir que este no es el caso con el licor Midgardiano, o al menos no la variedad que Tony prefiere. De nuevo, quizás el alcohol no es tan fuerte como piensa, en su lugar, su reacción es causada por su débil cuerpo mortal que es más susceptible a la intoxicación de lo que está acostumbrado.

La calidez que lentamente se expande por su interior no es del todo desagradable, pero aún así le causa desconfianza, relajarse mucho cerca de Tony no puede ser una buena idea, no si el alcohol le hace hacer o decir cosas que no haría en una condición sobria.

No está muy seguro de por qué Tony quiere beber con él, y silenciosamente reflexiona la pregunta mientras observa a Tony vaciar su vaso sin ceremonia alguna. Seguro, sabe que hay muchos hombres que no les gusta beber solos, siempre tratando de llevar alguna compañía a donde sea que vayan a llevar a cabo dichas actividades, pero Tony nunca pareció de ese tipo, juzgando por el número de veces que Loki lo había visto en proximidad de una botella o un vaso hasta ahora.

El hombre deja salir un suspiro satisfecho antes de bajar su vaso vacío. —Ah, no está mal —comenta con una mirada contenta en su rostro, una vez más agarrando la botella en la superficie de la mesa.

En verdad desea que Tony no llene de nuevo su vaso, a pesar de la calidez placentera que se ha apoderado de sus miembros, pero sus esperanzas son aplastadas cuando el vaso es llenado una vez más hasta el filo con más líquido amarillento.

Pero no es su lugar el declinar, por supuesto. Tiene esta sensación de que ha Tony no le gustará si lo hace, y hace mucho tiempo llegó a la conclusión de que un Tony contento será más propicio para su situación que la otra alternativa. Y para ser honestos, no es como si lo que se esperara de él esta vez fuera poco placentero, por el contrario, y bajo circunstancias diferentes, quizás lo hubiera disfrutado, a pesar de no estar acostumbrado a la fuerza del licor. Pero aún así, no le es nada agradable embriagarse en la presencia de Tony.

En el otro lado del sillón, Tony vacía su segundo vaso y luego mira insistentemente a Loki. —No seas tímido —le urge—. Pienso que algo de relajación te haría bien.

Bueno, Loki supone que no puede argumentar a eso – y la sensación mientras el contenido de su segundo vaso de líquido ambarino se desliza por su garganta es placentero. Quizás demasiado.

Pero estaría mintiendo si dijera que una parte de él lo disfruta. Incluso si la tensión tortuosa dentro de él ya se hubiera disuelto, aún queda algún remanente, y un poco de alivio para el estrés no es… molesto. Así que si Tony quiere que su esclavo beba porque no se siente como para beber solo, quizás deba disfrutarlo y sacar lo mejor de la situación.

—¿Tienen cosas como esta en Asgard? —Tony interrumpe sus pensamientos, recargándose contra los cojines en una posición más cómoda.

—Bueno, no en verdad —admite—. El licor usualmente no es tan fuerte para que se pueda servir en tarros. Como la cerveza o el hidromiel.

—Uh-huh. Parece como que tienes algo que aprender de nosotros débiles mortales, entonces. —Y con eso, Tony se va por una larga tangente sobre los licores varios que se beben en Midgard y sus meritos relativos, pero los nombres le son completamente desconocidos. Así que sólo escucha pacientemente mientras Tony rellena sus vasos, su boca nunca dejando de moverse por más de un segundo.

Después de un rato, y mientras otro vaso es vaciado, la voz de Tony lentamente se va convirtiendo en un suave zumbido, las palabras individuales ya no se entienden del todo a través del zumbido en la cabeza de Loki que sigue incrementando su volumen. Pero al menos Tony parece estar complacido, así que eso debería de ser una buena cosa.

De repente las palabras atraviesan abruptamente la neblina cubriendo su mente, entendibles una vez más.

—Ahora que lo pienso, te ofrecí un trago la primera vez que te apareciste en mi torre, así que supongo que es justo que finalmente lo cumpla.

Algo de la tensión que se había quitado poco a poco regresa inmediatamente ante eso. Incluso aunque sabe que Tony ha decidido mantenerse por encima de cosas sin importancia como la venganza, aún no se siente cómodo con el tema. Es algo que prefiere que no sea mencionado del todo, conociendo completamente bien que el hombre, por supuesto, no se ha olvidado sobre ese pequeño viaje por la ventana que le siguió.

Y se pregunta si Tony aún está enojado con él por culpa de eso; realmente le hubiera gustado preguntar, pero no es como que lo fuera a hacer.

Es sólo unos segundos después que se da cuenta que eso es exactamente lo que hecho, el fuerte alcohol habiendo aflojado los amarres controladores que habían retenido su lengua.

Demonios.

Tony lo observa por encima del filo de su vaso por un momento, una expresión irreconocible en el rostro, y luego se encoge de hombros. —Nah. Ya no más. Yo tiendo a no guardar rencor si puedo evitarlo. Aparte, pienso que ya has pagado por eso con esa sentencia de esclavitud tuya. —Bebe de nuevo, sus ojos cerrándose de puro goce por un par de segundos mientras el liquido hace su camino garganta abajo.

Y Loki se siente de nuevo relajándose, a pesar de que su lengua traicionera sacó lo peor de él.

El silencio se presenta por un rato, pero rápidamente es roto cuando Tony comienza a hablar de nuevo, y Loki se hunde de nuevo entre los cojines, parpadeando un par de veces cuando la imagen de Tony, llenando su visión, se mece un poco y luego lentamente se separa en dos.

Se talla los ojos, deseando en verdad dormir un poco, pero obviamente no puede irse antes de haber recibido permiso para ello, así que se resigna a la implacable barricada de palabras que no deberían de tener mucho sentido para él incluso sobrio. Lentamente siente que se va quedando dormido antes de que la voz de Tony atraviese su mente nublada.

—Sabes, creo que es hora de dormir para ti —sonríe mientras Loki abre los ojos que ni siquiera está consciente de haber cerrado en primer lugar—. En serio, esperaba que ustedes, los Asgardianos, pudieran soportar mejor el alcohol.

Con eso, Tony se levanta, gruñendo mientras estira sus brazos lánguidamente sobre su cabeza. —Ahora que lo pienso, probablemente también es mi hora de dormir —agrega, un bostezo le sigue rápidamente a esa frase.

Cuidadosamente, Loki se comienza a levantar también, contento finalmente de que se le permita regresar a la seductora cama esperándole en su cuarto. Aunque sus miembros le obedecen lenta y con reluctancia y la habitación parece mecerse ligeramente, como si estuviera parado sobre un barco que suavemente es mecido por las olas del mar.

Da un paso hacia adelante, pero su pie se atora con el borde de la alfombra que está sobre el piso, causando que se tropiece y se vaya de cara contra la mesa. Incapaz de recuperar el paso en su embriaguez, no puede hacer más que prepararse para el impacto inminente.

Sin embargo, rápidamente hay un brazo alrededor de su cintura, deteniendo su caída antes de que la mesa lo haga. Y por un segundo congelado, Tony está parado ahí, detrás de él, su cuerpo presionado completamente contra el de Loki mientras el hombre lo endereza.

En el siguiente latido, el brazo se ha ido, Tony habiéndose movido para pararse al otro lado de su campo de visión. —Será mejor que cuides tus pasos aquí, Bambi —dice, y es sólo otro latido después que el hombre está caminando fuera de la habitación.


Está en su cama, tratando de dormir, pero es difícil cuando la memoria del cuerpo de Loki presionado tan apretadamente contra el suyo sigue entrometiéndose en la paz de su mente.

Así que se gira, tratando de encontrar una posición más cómoda. Sus intentos realmente no están haciendo la gran diferencia; el colchón aún se siente como si estuviera relleno de pelotas de ping-pong.

Su idea de arreglar una pequeña reunión con bebidas había sido un puro capricho, pero viendo que el dios aun estaba tenso, pensó que Loki podría agradecer algo de relajación, ¿y qué mejor manera de disolver esa tensión que con algo de alcohol? Siempre le había funcionado a él.

Bueno, casi siempre.

Al menos él lo había disfrutado, y esperaba que Loki también, aunque era muy difícil de decir esas cosas con el dios.

Entonces, mientras estaban finalizando la fiesta, Loki de repente se tropieza, y Tony lo atrapa antes de que pueda lastimarse. Y a pesar de largo rato - ¿horas? – pasadas con el dios en la tarde, son esos pocos segundos los que están llenado su mente.

Claro, se había alejado rápidamente, antes de que su cuerpo pudiera reaccionar en una… manera poco propia ante la repentina cercanía. Eso definitivamente hubiera sido la cereza del pastel después de lo que Loki había estado convencido, no hace mucho tiempo, de lo que Tony iba a hacer con él.

De nuevo, se gira, y de nuevo, la posición resultante no es nada mejor que la anterior.

Y a pesar de sus intentos de pensar en los proyectos esperándole en su taller el día de mañana, y luego en un millón de otras cosas también, aún esa fracción de memoria se queda en su mente mientras se queda dormido, y luego tercamente le sigue todo el camino hasta la tierra de los sueños.


Maiden