CAPITULO 50
Otro desayuno parecido; ya ha perdido la cuenta de cuantos han sido desde que llegó. A pesar de haber comido incontables veces en Asgard, aun siente de manera inexplicable que han sido un mayor número de ellos en la torre de Tony que aquellos en los siglos pasados.
Su cuchara gira lentamente en el tazón frente a él, ocasionalmente atravesando la distancia hacia su boca, su mente ocupada en otras cosas. La voz de Tony está zumbando como es usual, creando un sonido de trasfondo muy familiar. Pero no está escuchando realmente, porque sus ojos siguen desviándose hacia la ventana y la vista magnifica del cielo. Y sinceramente espera no tener que esperar mucho antes de que Tony le deje salir de nuevo.
Ausentemente, deja que sus dedos giren la cuchara, jugando con las péquelas cosas redondas que rápidamente se alejan cuando el metal corta entre ellas en la leche. Aunque una cosa está clara, si el hombre está de buen humor, particularmente si Loki tuvo algo que ver, la posibilidad de que él decida una vez más concederle tal favor a su esclavo debería ser considerablemente más alta.
El disgusto de tener que atender los caprichos de un mortal se remueve dentro de él, pero ese sentimiento palidece ante el prospecto de alejarse de su confinamiento sofocante y recordatorios constantes de su situación inevitable, así que lo aleja de él.
Aparentemente habiendo decidido que la comida ya se ha alargado lo suficiente, Tony de repente aleja su silla de la mesa y se levanta, mirando el plato de Loki aún medio lleno con una ceja levantada. —¿Aún no terminas? —pregunta antes de darle un trago final a su taza de café, luego la pone sobre la mesa—. Bien, si no hay más, voy a estar en mi taller, arreglando algunas cosas para mi nuevo traje.
Con eso, sale caminando, pero después de unos cuantos pasos parece pensar mejor su decisión y detiene sus pasos, girándose a Loki. —Oh, por cierto, si te encuentras un documento emitido por Petersen Electrodome, házmelo saber —dice—. Prometieron enviarme algunos datos que quiero mirar antes de actualizar mi transmutador. Probablemente debe de estar en la caja de papeles de hoy, así que si lo encuentras, tráemelo tan pronto como sea posible ¿de acuerdo?
Loki asiente, y unos cuantos segundos después Tony está de nuevo camino a jugar con sus inventos.
No pasa mucho tiempo antes de que termine lo que queda de sus Cheerios y haya limpiado tras el desayuno, sus ojos no alejándose de la ventana por más tiempo del necesario. Luego, procede hacia la sala para lidiar con los papeles esperándole.
Después de quizás media hora o parecido se encuentra con el documento que le pidieron en medio de la pila de papeles. Dejando que la curiosidad le gane, hojea el contenido pero la información imprimida en las hojas no tienen mucho significado para él, así que se levanta del piso y se dirige hacia el taller, con el documento en mano.
La puerta está abierta cuando llega ahí, y se asoma dentro antes de entrar. Como era de esperarse, Tony está ahí, jugueteando con algo sobre su mesa de trabajo en la pared más alejada, dándole la espalda a la puerta. Loki no puede ver mucho de lo que el hombre está haciendo, pero hay montones de herramientas y equipo esparcidos a su alrededor, incluso en el suelo.
Animadamente entra, dándose cuenta que no ha puesto pie en este lugar desde… bueno, aquella vez cuando se quebró vergonzosamente y lloró justo frente a Tony. Se siente extraño estar de nuevo aquí abajo; tanto ha… cambiado desde entonces. Claro, la memoria de la desesperación y el miedo que había estado bullendo dentro de él aquella vez es aún muy vívido. Pero al menos eso es todo lo que es ahora – una memoria, nada más que eso.
Se detiene en medio de la habitación. Hay un sordo pero insistente zumbido emanando de una pieza cercana de maquinaria, así que Tony no lo ha escucha entrar, aún completamente concentrado en lo que sea que esté frente a él en la superficie plana de metal.
Espera por un par de segundos, pero Tony no se gira, y Loki se da cuenta de que tiene que llamar la atención de Tony. Su pulgar juega con una de las esquinas del delgado paquete de papeles en sus manos y muerde incesantemente su labio inferior mientras delibera consigo mismo. A pesar de haber estado aquí por mucho tiempo, esta es la primera vez en la que está en una situación donde tiene que llamar a Tony. Hasta ahora, ha logrado andar sin tener que hacerlo. Las pocas veces que ha tenido que decirle algo a Tony, la atención del hombre ya ha estado dirigida a él, y nunca ha tenido la necesidad de hacer algo para obtenerla.
Hasta ahora, eso es.
Claro, sabe muy bien que sólo hay una manera aceptable de que un esclavo se dirija a su amo, y eso hace que algo poco placentero se retuerza dentro de él, la idea de tener que hablar del hecho en voz alta.
En realidad, no debería de hacer una diferencia, porque no es como que cambie algo; es meramente el reconocimiento de las circunstancias que no se pueden negar ni cambiar, así que ¿por qué eso aún le está haciendo sentirse así, como si su lengua hubiera sido transformada en plomo? No es como si fuera la peor humillación que ha sufrido desde que llegó aquí. No la peor que hubo sufrido antes de llegar aquí.
Al final del día, es sólo una palabra ¿o no? Una pequeña y miserable palabra, y aún así hace que su piel se erice como si su aversión demandara manifestarse físicamente. Quizás porque la última cosa que queda para cementar la verdad indeseable, la admisión final de la realidad de lo que será su vida desde ahora en adelante.
Pero incluso si Tony, por la razón que sea, nunca ha insistido en ello, el tratamiento respetuoso por supuesto que le agradará; eso es algo obvio sin que se tenga que decir. Y seguramente le complacerá al hombre aún más escuchar esa particular palabra saliendo de la boca de su esclavo ahora que no ha sido forzado u ordenado, si no que lo hace voluntariamente.
Su mano se aprieta un poco más alrededor de los papeles mientras la reluctancia se apodera de él, creciendo más fuerte con cada segundo. Es seguro que tiene que llamar la atención de Tony de alguna manera, pero no tiene que ser con palabras ¿verdad? Podría toser o aclarar su garganta, o incluso pretender que accidentalmente golpeó su pie con algún equipo de metal en el piso para que resulte en un sonido que alerte a Tony de su presencia.
Pero ninguna alternativa es buena – la primera sería completamente irrespetuosa y la segunda demasiado obvia, ninguna serviría para impresionar a Tony.
Hace una mueca de dolor. Quizás sólo es mejor que se quede ahí parado esperando a que Tony se gire y por su propia voluntad, note la presencia de Loki antes de que tenga que tomar una decisión de cómo manejar la situación, de este modo quitándole la desagradable decisión de sus manos.
Y es ahí cuando recuerda la vista del cielo desde la ventana durante el desayuno y la promesa contenida en él, y se da cuenta que su decisión ya fue tomada.
Sí, es una palabra humillante para salir de su boca, pero es sólo una palabra. Es un pequeño precio que pagar ¿no? Va a servir para poner a Tony de buen humor y para mejorar la disposición del hombre hacia él, entonces podría significar que el cielo sería una vez más para él por un ratito. Y a decir verdad, esta es la mejor de las oportunidades que tendrá en un largo tiempo para ayudarle con eso. Hay tan pocas y preciosas posibilidades para él, estando atrapado en un reino del cual entiende muy poco de cómo las cosas se hacen y que se espera de él, donde no tiene habilidades para la mayoría de las tareas que le puedan ser asignadas a un esclavo, donde su uso es pequeñamente burlesco.
Pero una cosa que puede hacer fácilmente, una de las pocas acciones que puede hacer que seguramente lo pondrá en la buena gracia de Tony e incrementará sus oportunidades de salir de nuevo.
Es como forzar una nuez por el agujero de una aguja, el sabor es tan amargo en su boca, pero la imagen del cielo llenando su visión interna como un bálsamo calmante hace que su aversión sea posible de resistir y superar.
—¿Amo? —dice, esperando que Tony le escuche por encima del ruido la primera vez sin tener que repetirse a si mismo.
El hombre en el banco del taller se congela como si el tiempo simplemente se hubiera detenido de repente.
Luego, como si se reiniciara de nuevo, una parte de su cuerpo a la vez, lenta y bruscamente se gira para encarar a Loki, quien traga. La expresión en el rostro del hombre es una que no presagia nada bueno.
Y siente el retortijón muy familiar en su estomago, sabiendo que algo está mal y no tiene ni idea de que es, pero teniendo muy poco no duda de que él es la causa de ello.
—¿Qué demonios fue eso? —Tony pregunta mientras avienta la herramienta, aún en su mano, sobre la mesa, una mirada de incredulidad penetrando a Loki como agujas. Al menos no parece sonar enojado, pero obviamente no está feliz tampoco.
Duda no muy seguro de cómo atacar esa inesperada reacción. Tony luce molesto, como si Loki hubiera hecho algo muy malo, y una vez más una ola de confusión le invade.
Sin saber que más hacer, pero sintiendo que debería de intentar salvar la situación de algún modo, sostiene los papeles frente a él, como una oferta de paz. —Pensé que había dicho… que debería venir aquí a darle esto cuando los encontrara.
Tony talla su cara con sus manos. Deja una mancha de suciedad oscura sobre su mejilla. —No es eso a lo que me refería —dice, haciendo una mueca fea—. Me refería a la palabra que acabas de decir —hace una pausa corta—. Sólo… no me llames así ¿de acuerdo?
Su rostro debe de estar mostrando su perplejidad, porque Tony deja escapar un suspiro profundo que sale más como un gruñido. —Mira, no es un término que usemos para llamar a otra gente aquí. —Hace una mueca como si girara los ojos al cielo—. Sí, bueno, a menos de que contemos a la gente quien está metida en cierto tipo de juegos para adultos pero no creo que tú quieras ir por ese camino. Mi nombre es Tony, es el que la gente normalmente usaría. O Anthony, en emergencias ¿todo claro?
No lo está, pero Loki asiente de todos modos, dado que esa sería la opción más segura, sintiéndose desinflar como un balón ponchado ante la clara desaprobación de Tony.
Así que eso no fue lo correcto, a pesar de que todo le decía lo contrario. Y una vez más logró disgustar a Tony aunque no está familiarizado con las costumbres y maneras Midgardianas. De repente, el cielo azul se siente como si se estuviera alejando de él, y él desesperadamente quiere aferrase a ello, pero no tiene ni idea de cómo hacerlo, y es uno de los sentimientos más frustrantes que ha experimentado. No puede hacer algo más que estás parado ahí y mirar como sigue flotando, alejándose de su alcance, él completamente incapaz de detenerlo.
Luego, cuando está seguro de no poder manejar más su frustración y el extraño humor por más tiempo, Tony da un paso al frente, levantando una mano para tomar el documento que Loki ha olvidado que aún seguía sosteniendo, su rostro se ilumina. —Oh, así que ahí estaban ¡Asombroso! Qué bueno que los encontraste, Bambi, en verdad necesito está información.
Hay un rastro de una sonrisa ahí también cuando mira a Loki, como si su reciente error ya hubiera sido borrado mágicamente.
Y con eso, Loki lentamente se relaja. El cielo de repente ya no se siente tan lejos, habiendo regresado una vez más a una distancia cercana.
Un capítulo nuevo ;)
En verdad no sé que más decir, espero que lo hayan disfrutado.
