CAPITULO 55

¿Uh? El cerebro de Tony ha guardado temporalmente a Loki en la oficina del fondo de su mente en el momento en que se vio cara a cara con los intrusos Asgardianos inesperados, pero ahora la memoria regresa con fuerza.

Loki.

—¿Ejecución? —repite tontamente, desconcertado y alarmado por el giro que la conversación está tomando—. ¿Qué quiere decir? —sus pensamientos se están amontonando y está tratando lo mejor que puede de darle sentido a esta situación desagradable. ¿Pasó algo para hacer que Odin cambiara de parecer sobre este asunto del esclavo? Recuerda como Thor fue a Asgard para hablar a favor de Loki ante Odin, pero pasar de una sentencia de esclavitud a una de ejecución probablemente no era el tipo de clemencia que el dios del trueno tenía en mente, aunque quizás la muerte fuera de hecho un paso más en la cabeza retorcida de una solo ojo de Odin.

—¿No le fueron explicados los términos de la sentencia cuando Loki le fue entregado? —el que se parece a Gandalf dice altaneramente, sus cejas blancas arrugadas sobre un par de ojos inquisitivos, probablemente asumiendo que Tony en verdad fue informado pero su mente inferior mortal simplemente lo olvidó. Con eso, el viejo se gira y de un paso a un lado, de repente revelando lo que su cuerpo había estado ocultando previamente de su vista, y Tony suelta un grito apagado ante la vista que le recibe.

Entre dos de los Einherjers cuelga una figura inerte pero muy conocida, su cabeza agachada tanto que su cabello negro enredado oculta su cara. Juzgando por la posición encorvada de la figura, es sólo el agarre fuerte y firme de los dos guerreros Asgardianos a cada uno de sus lados lo que lo mantiene en una asemejo de posición recta, contrario a estar tirado sobre el piso en un nada glorioso montón de extremidades.

Y de repente, todo toma sentido, o al menos comienza a tomarlo. Así que Loki se tele-transportó de regreso, después de todo, aunque no fue por sus propios medios. No, fue Gandalf y su pequeña comitiva quienes llegaron directo de Asgard para aprender al dios en la estación del metro y luego aparecer mágicamente en la Torre Stark. Y no se necesita un genio para entender que ese pequeño momento que pasaron en algún tipo de intersección cósmica o doblez en el espacio mientras venían de allá para acá correspondería al tiempo en que Tony no pudo obtener una lectura del rastreador.

Y sinceramente espera que no hubiera testigo para verlos o eventualmente podría haber preguntas muy incomodas llegándole, pero dado que el final de la línea no es muy frecuentado por muchos viajeros y usualmente está desierto a esta hora del día, quizás hayan logrado llevar a cabo su pequeño acto de aparición y desaparición sin ser notados.

Y ahora, ellos planean llevarse a Loki a Asgard para su ejecución.

Joder.

—Los términos fueron explicados bien, pero creo que debí de perderme la parte donde se decía que el veredicto de Odin podría cambiarse arbitrariamente en un sentencia de muerte —su respuesta es más escupida que dicha, sabiendo muy bien que no le gusta nada hacia dónde va todo esto. Sobre todo, le gustaría revisar a Loki, para asegurarse de que no ha sido lastimado mucho, pero algo le dice que mostrar preocupación por él en frente de los Asgardianos entrometidos no iría del todo bien, e incluso puede que empeore las cosas, tan mal como ya están. Así que se queda en su lugar, rezando por que Loki estuviera tan bien e ileso como fuera posible.

Gandalf se endereza en todo su esplendor, la boca puesta en una fina línea como si estuviera por debajo de su posición el estar parado aquí dándole explicaciones a un mortal. —Le aseguro, que esto no es de ninguna manera un decisión arbitraria, Hombre de Hierro. —Sus ojos se giran hacia el dios aún encorvado entre los guardias, y su vista se endurece—. Heimdall, el Vigilante, ha sido ordenado de que pose su vista regularmente en donde Loki está morando en el reino humano y reportar cualquier incumplimiento en los términos de su sentencia. Y en el cumplimiento de su deber, el Vigilante se encuentra con la vista de cómo Loki ya no estaba más con usted, pero en un vehículo de transportación Midgardiano, mientras usted estaba persiguiéndolo con obvia angustia. Y como está claramente estipulado, un intento de escape significa que la sentencia será convertida…

—¡Ya les dije, yo no traté de escapar! —Loki chilla de repente como protesta, luchando contrA las fuertes manos que lo están sosteniendo en un agarre implacable. La nota de pánico en su voz es tan dolorosamente clara que hace que algo se retuerza en el interior de Tony, y está todo mezclado con la frustración encolerizad de un mentiroso de nacimiento quien está acostumbrado a que la gente se trague sus mentiras completitas, pero cuando por una vez está diciendo la verdad, cuando verdaderamente importa, nadie le cree.

Okey, gran malentendido aquí, muchachos. Tony está a punto de hablar en defensa de Loki, para ofrecer a los Aesir metiches su lado de la historia, pero una de los guardias Einherjer es más rápido.

—Silencio, esclavo —él ladra mientras mueve su mano hacia atrás en un puño y deja caer un golpe justo en la parte media de su carga, quien se deja caer de rodillas, jadeando y doblándose por el dolor.

Y Tony en verdad espera que no fuera el sonido de una costilla rompiéndose lo que acaba de escuchar.

Furia caliente le invade, da un paso hacia adelante sin pensarlo, sujetando el brazo ofensivo del Einherjer antes de que haga más daño. El hombre mucho más grande parpadea con sorpresa ante la intervención inesperado mientras Tony lo mira fríamente.

—Hey, Hércules —dice, la hostilidad goteando de cada palabra—. No toques mis cosas.

La habitación se queda dolorosamente silenciosa y Tony se da cuenta de todos los ojos están puestos sobre él – los cuatro Einherjers, Gandalf e incluso Loki le está mirando, esperando a su siguiente movimiento. Y el gran bruto dueño del brazo que está sosteniendo luce como que está a un par de pulgadas de destripar a Tony donde está parado, sólo retenido por algún tipo de noción Asgardiana elevada que probablemente prohíbe que un invitado no anunciado aplaste a su anfitrión reacio.

Él deja ir el brazo cubierto de piel, tratando de calmarse. El único sonido son los jadeos rotos e irregulares de Loki, quien aún está en suelo sujetando su tórax, la tensión en el ambiente puede ser cortada con un cuchillo fácilmente.

Okey, esto realmente hizo que comenzara la fiesta.

—Miren, yo sé que quizás esto sea una sorpresa para todos, pero Loki está diciendo la verdad—finalmente logra decir, tratando de poner algo de aceite en estas aguas tormentosas antes de que algo realmente horrible pase y alguien pierda su cabeza. Y ese alguien no tiene trazas de ser alguno de los Einherjers o Gandalf. No, el molestar a alguien no va a ayudar a aclarar las cosas, especialmente no cuando su traje de Iron Man está fuera de rango inmediato. Diablos, ¿por qué es que siempre le pasa a él cuando sea que haya Asgardianos hostiles apareciéndose en su torre?

Nadie interviene para agregar su propio comentario a eso, así que continua, batallando por contralar su enojo que aún viaja por sus venas. —Loki y yo nos separamos por accidente, porque un pedacito de mierda trato de robarme y cuando me fui a perseguirlo el vehículo de transporte midgardiano en el que Loki estaba, y en que se supone que yo también debería de estar, se fue sin mi. Contratiempos como estos son todos parte de la alegría que vienen con el transporte público, aunque supongo que eso es algo de lo que ustedes no se preocupen en Asgard donde tienen sus lindos caballos y carruajes y dragones mágicos para moverlos.

Gandalf no luce como que entiende todos los detalles por la manera en que está entrecerrando los ojos y frunciendo los labios, como si sospechara que Tony está inventando esa mierda sólo para confundirlo.

—¿Siempre es así de descuidado en cómo cuida a sus esclavos? —pregunta, claramente no aprobando la manera en que Tony hace las cosas.

Él está a punto de escupirle la respuesta obvia – yo nunca he tenido un esclavo antes – pero se da cuenta de que quizás sólo sirva para alimentar la sospecha del tipo de que Tony esta nada capacitado para la tarea de tener a un esclavo bajo su cuidado. Y mientras la percepción probablemente es muy correcta, admitirlo quizás significa una sentencia de muerte para Loki, así que mantiene su boca cerrada.

En lugar de ello, señala el pedazo de metal alrededor de la muñeca de Loki. —¿Ven ese pequeño brazalete ahí? Sí, ese mismo. Contiene un dispositivo que me deja averiguar constantemente el paradero de Loki, y es así como supe que estaba de regreso en mi torre y no en la estación dónde ustedes lo agarraron.

Cinco pares de ojos están estudiando el brazalete, algunos sorprendidos, otros más sospechosos. Uno de los Einherjers parado junto a Loki se inclina y golpea con un dedo el metal, pero no hace algún comentario.

—Sí, ustedes no son los únicos que saben cómo hacer brazaletes elegantes rastreadores —les dice, cruzando sus brazos frente a él en lo que espera sea una muestra de autoridad y competencia—. Sí ustedes no hubieran llegado y aparecido con Loki aquí, yo lo hubiera recuperado muy pronto, sin daños a terceros.

La mirada de Gandalf es una de desaprobación, pero finalmente inclina su cabeza, uno o quizás dos grados, aceptando reaciamente. —Muy bien, entonces. Veo que ha habido un error y ningún incumplimiento de los términos ha sucedido. Nos retiraremos y nos disculpamos por cualquier inconveniente causado.

Tony está contento de que aun este parado sobre sus dos pies, dada la manera en que sus rodillas de repente se debilitan con el alivio. Al menos el vejestorio puede tragarse su orgullo y admitir que se ha equivocado. Aunque parezca que acaba de tragarse una bañera llena de vinagre.

Con eso, Gandalf les pide a los guerreros que se muevan mientras agita su mano. —Nos retiraremos ha Asgard sin más que agregar. —Él se gira hacia Tony, casi como si se acordara de algo—. Me despido, Hombre de Hierro.

—Sí, seguro, feliz vuelo o lo que sea que ustedes hagan —murmura, alegre de verlos partir. No puede esperar a que estos Gladiadores rechazados abandonen su torre.

Los Einherjers pasan a su lado sin decir palabra, todos aceros tintineantes y armaduras que rechinan, cuando uno de ellos se detienen en sus pasos, girándose para encarar a Tony con una mirada gélida. Él cree que es el mismo tipo que decidió que sería una muy buena idea el convertir a Loki en una bolsa de boxeo, pero no está seguro.

—Su esclavo es irrespetuoso e insolente —el tipo dice, su vos estruendosa extrañamente parecida a la de Thor—. Haría bien en disciplinarlo más frecuentemente.

—Gracias por las instrucciones de mantenimiento, imbécil —Tony escupe, aunque la última palabra es casi murmurada. El traje de Iron Man no está a su alcance inmediato después de todo.

El brillo azulado del quinteto transportándose aun no ha desaparecido cuando Tony se gira hacia Loki, quien aún está desplomado en el suelo, una mano protectoramente sujetando su costado. El aliento exhalado de sus labios son jadeos cortos y entrecortados, como si su respiración fuera una actividad inmensamente dolorosa.

Cubriendo de manera rápida el espacio entre ellos, Tony se agacha junto al dios, quien lentamente levanta su cabeza para mirarle de manera inescrutable. Y es ahí cuando Tony ve los moretones morados en la cara pálida, el labio partido y el corte sobre su frente que está sangrando; cosas que las sombras y la distancia habían mantenido ocultas hasta ahora.

Tony hace una mueca anta la imagen. —Demonios, esos tipos en verdad que se ensañaron, Cuernitos —dice, señalando lo muy obvio, y de repente desando con más fervor el haber podido enfrentarse con los intrusos en su traje de Iron Man.

Loki no le ofrece una respuesta. Lo cual no es sorpresa, con la posibilidad de una costilla rota, probablemente duela hablar.

—Déjame darle un vistazo a eso —Tony ofrece, extendiendo una mano hacia la playera de Loki—. Puede que esté rota, si ese horrible crujido que escuché es señal de ello.

El rostro de Loki está tenso y mezclado con dolor, pero no aleja las manos de Tony cuando levanta su playera para revelar la piel amoratada y golpeada.

Se siente aliviado de que al menos no hay facturas visibles sobresaliendo debajo de la piel, aunque eso no signifique que nada este roto ahí que pueda terminar perforando un pulmón u otra cosa. En cualquier caso, él no es doctor, así que no está ni cualificado para hacer un diagnóstico de la severidad de las heridas de Loki.

Suelta la tela, dejando que cubran los horribles golpes, y suspira pesadamente. —Muy bien, creo que necesito llamar a Bruce Banner —dice, no le gusta la idea pero no tienen opción.

Los ojos de Loki brillan ante la idea y retrocede por instinto un par de pulgadas antes de de que el dolor resultante le congele en sus pasos. —Voy-a-estar-bien —dice, pero es la mera testarudez hablando; hay muy poca convicción en esa tensa voz.

Ignorando la protesta débil del dios, Tony saca su celular, abriéndolo y buscando en su lista de contactos hasta que encuentra el nombre de Bruce. Él no va a dejar a Loki desatendido de esta manera, no importa lo que el dios pueda pensar de esto.

Tres tonos zumban en su oído antes de que una voz controlada y suave conteste al otro lado de la línea.

—Hey, soy yo, Tony. Uh, como que necesito tu ayuda con algo —pausa, gimiendo para sus adentros—. Primero necesito saber algo ¿puedes mantener un secreto? ¿Uno muy, muy grande?


¡Aja, aja, aja, aja, aja! Tengo unos lectores muy lindos y fieles que respondieron en general que el chocolate es la cosa más adictiva en el planeta, alguien dijo tostadas con salsa ¿de cuál salsa Rossy? Me siento feliz de alimentar sus adicciones :3 Gracias Lovre11; y Bunnyta, nuestra comentarista invitada, me ha pedido un saludo así que: ¡Hola, Bunnyta! Y esperando que a nuestra apreciable Funeral-Of-The-Humanity no le de diabetes con tales crepas (recuerdo que en Querétaro me comí una muy buena con nutella, plátano y licor de café, realmente buena). Un enorme gracias a Rocket nuestra invitada sin nombre ;)

Creo que me resulta más fácil responder comentarios así xD así que hoy no hay pregunta porque la olvidé (en serio) y nos leemos ahora si el Dominguito :D Muchas, muchas gracias por sus comentarios y sus lecturas. Espero sigan disfrutando de la historia.