CAPITULO 64

De nuevo, se encuentra a si mismo en cama jugando otra partida de Hnefatafl con Tony. No puede evitar pensar sobre lo extraño que es el cómo se ha convertido esto en lo normal, un esclavo sentado aquí jugando una partida con su amo, casi como fueran iguales. ¿Quién hubiera escuchado de tal cosa en Asgard?

Es claro que su oponente está perdiendo de nuevo, pero el hombre aún logra mantenerse en la partida por un tiempo impresionante. Incluso si Tony aún le falta ganar un solo juego, o tan siquiera llegar tan cerca como un empate, es muy persistente. Y aprende bastante rápido. Loki no puede recordar el haber enfrentado a un jugador que hubiera logado aprender la estrategia oculta tan rápido como Tony, o que siguiera mejorando con tanta consistencia.

Él disfruta la distracción; es el perfecto alivio para la tediosidad que viene inevitablemente con pasar todo su tiempo aburrido en cama. Después de todo, el material de lectura proveído sólo puede ofrecerle tanto entretenimiento por un rato, y especialmente las revistas extrañas y raras para él, incluso si ha comenzado a familiarizarse con ciertos conceptos y reconocerlos de sus encuentros previos.

Dadas las circunstancias, no debería de ser extraño que esté esperando con ansias la llegada de Tony para sentarse junto a su cama para otra partida.

Pero hay otro pensamiento, uno más raro, que comienza a invadir sus ideas, llamada la realización de que no sólo son los juegos, pero la compañía de Tony, lo que espera con ganas. Lo cual es completamente bizarro, porque ¿por qué querría un esclavo pasar más tiempo del necesario en la presencia de su amo?

Bueno, quizás esclavos con amos como Tony.

Aleja ese pensamiento, tratando de enfocarse en el juego en sus manos.

Una larga y molesta mecha de cabello continua estorbándole en la cara, y, sin pensarlo mucho, la vuelve poner detrás de su oreja por lo que debe de ser la centésima vez este día. No ha tenido un corte de cabello desde antes de que lo aventaran a los calabozos en Asgard, y ahora ha crecido bastante más largo de lo que está acostumbrado.

—Hey, como que estás comenzando a parecerte insanamente a un Hippi desgraciado —Tony de repente suelta, aparentemente notando el movimiento de su mano—. Diría que es hora de que te cortemos el cabello ¿o qué piensas? —continúa, casi sonando como si Loki en verdad tuviera la opción de decidir en el asunto.

—Si lo desea —Loki responde automáticamente mientras contempla su siguiente movimiento. Podría terminar el juego con facilidad en diez movimientos, pero también podría optar por darle a Tony una oportunidad de que vuelva al juego. Para ahora, el hombre debería de tener la habilidad suficiente para tomar ventaja de ello. Incluso si la victoria ya está a su alcance, sería más satisfactorio el prolongar el juego.

—No —Tony interrumpe sus pensamientos, la palabra con una nota más agresiva que su casual tono anterior—. Te pregunté qué quieres tú. —Ante eso, Loki levanta sus ojos del tablero para mirar a Tony quien enarca una ceja al verle—. Tu pelo, tu decisión.

Se queda callado por unos cuantos segundos antes de responder, asintiendo con lentitud. —Entonces sí, me gustaría cortarlo.

Cinco minutos después, las manos de Tony están en su cabello, las tijeras cortando con precisión. Y se siente bien finalmente teniéndolo del largo usual y más controlable. Aunque se da cuenta, que no tan bien como la sensación de los dedos de Tony entre sus mechones mientras corta y recorta.

Después de un rato, Tony se aleja para admirar su trabajo, ladeado su cabeza hacia un lado y haciendo sonar sus labios. —Bueno, no es que sea el mejor corte de cabello de la historia, pero al menos ya no te ves como Rapunzel —dice con una sonrisa sardónica, sus ojos también sonriendo.

Es extraño como nunca notó esa alegría en sus ojos antes. Y mientras le observan con esa mirada juguetona que algo aún más extraño despierta en su pecho.

Después, cuando Tony se ha ido, se descubre a si mismo extrañando no sólo los dedos en su cabello, pero también al hombre sentado junto a su cama.


Su reciente resolución de dejar de pasar tanto tiempo con Loki se desintegra antes de que tan siquiera pueda ponerla en acción. Es sólo que resulta imposible mantenerse alejado como lo planeó. Si alguien le preguntará qué es lo que le sigue llevando a sentarse junto a la cama de Loki, no tendría una respuesta propia para decirle. Con certeza, ni siquiera un loquero certificado y con licencia sería capaz de encontrarle sentido al enredo de raras emociones en su cabeza.

Claro, es estúpido de él el sentirse animado por el hecho de que Loki parece apreciar sus visitas, es obvio que disfruta de sus partidas de Hnefatafl – que Tony ha perdido miserablemente cada vez que han jugado – y parece que no está tan fastidiado por la incesante palabrería de Tony sobre cosas Midgardianas que tienen tan poco sentido para un dios alienígena. No es que Loki tuviera algo mejor para pasar el tiempo, después de todo. Diablos, si estuviera en la posición de Loki, incluso una visita de Justin Hammer sería una distracción bienvenida.

Pero aún así, su cerebro está tan feliz como siempre de proveerle con sus fantasías usuales, dejando que las escenas prohibidas se desarrollen en su mente. Esas que comienzan con Loki, una sonrisa juguetona apoderándose de sus labios y lujuria enfocada brillando en sus ojos, sujetando el cuello de la playera de Tony para acercar sus rostros y besarse acaloradamente con deseo y necesidad.

Y a su cerebro traicionero y terco no parece importarle en lo más mínimo que no hay manera de que Loki tan siquiera fuera capaz de hacer todas esas cosas sucias y vergonzosas que le siguen con esas costillas lastimadas suyas. Por no decir algo de cómo el dios nunca, en un millón de años, estaría dispuesto a hacerlas. No con él, de cualquier manera.

Y es ahí cuando empuja esos pensamientos a un lado, relegándolos a una esquina oscura de su mente.

Sí, quizás sería mejor que le dejara solo en lugar de seguir corriendo a la cama de Loki de esta manera, se dice a si mismo mientras hace su camino a su taller. Y si faltara, aún tiene otras cosas de las que hacerse cargo, el prototipo de su traje así como otros proyectos en los que trabajar. El dios no necesita de sus visitas frecuentes, incluso si no parece estar en contra de ellas.

Pero de nuevo, tiene que admitir que ninguno de esos otros proyectos es tan atractivo de atender como Loki lo es. Aunque debería de pensarlo mejor. Y al final del día, no está haciendo nada más que alimentando inútilmente su adicción por esos ojos verdes hipnotizantes, una adicción que tendrá que quedarse como fantasías privadas y caprichos fugaces.

Y en verdad, sería mejor dejar las cosas descansar. Nada saldrá de todo esto, es claro. Esa parte ya se ha dejado bastante en claro.

Es ridículo que simplemente no pueda dejarlo ir. Él es Tony Stark. Hay un océano de mujeres y al menos un hombre de estatura mediana ahí que aventarían sus ropas a un lado en ese mismo momento si él se los pidiera, ansiosos por la oportunidad de intercambiar fluidos con unos de los solteros más deseables de América.

No como Loki, que la sola idea del suicidio parecía una oportunidad de igual atractivo. Bueno, quizás esa no era la única razón para ese incidente con el cuchillo, pero cuenta.

Ese conocimiento es como una astilla dolorosa dentro de él. De acuerdo, si le han dicho que no unas cuantas veces con anterioridad, aunque nunca con términos tan inciertos. Y nunca por alguien que ha ejercido tal atracción poderosa y fascinante sobre él.

Está muy consciente de que necesita cuidar sus pasos aquí. El suelo por el que camina es uno que está plagado de minas y que podrían activarse muy fácilmente si no es cuidadoso. Él recuerda bastante bien lo que sucedió la última vez que el dios pensó que estaba por hacer cosas que él no iba a hacer. Pensó que Tony tomaría ventaja de la situación.

Claro, no es como en verdad fuera a hacer algo. Pero quizás aún es poco inteligente el alimentar su… enamoramiento de esa manera.

Así que cada vez, se promete a si mismo que no se va a quedar a perder el tiempo junto a la cama de Loki. Seguro, aún ve a su "paciente" diligentemente y se asegura de que todo esté en orden pero nada más que eso. Una vez que le ha revisado, llevado el desayuno o cualquier material de lectura que piensa que al dios le interesara para evadir el aburrimiento, él dejará a Loki a sus propios asuntos e irá a invertir su tiempo en algo productivo, algo que en verdad termine en un resultado real en lugar de permanecer como un sueño vacio y sin sentido.

Sí, eso es lo que piensa, cada vez que sus pies le dirigen hacia la dirección del área de hospital improvisada armado con cualquier excusa que tiene para ir esa vez.

Pero viendo a Loki yaciendo en cama, golpeado y vendado, hace que todas esas intenciones vuelen directo por la ventana. Porque hay algo en ese dios roto que le atrae irresistiblemente.

Y de nuevo, quizás no es tan extraño. Siendo un ingeniero y demás, tiene una afinidad por reparar cosas rotas.


Ya es entrada la noche, pero el sueño no llega a él. Su torso está doliendo, así como otras de sus heridas.

Aunque no es el dolor soso el que le mantiene despierto. Ya se ha acostumbrado a él, y lo peor rescindió después de los primeros días.

No, es la memoria de esas manos gentiles peinando su cabello lo que no abandona su mente, que sigue interfiriendo en sus intentos de dormir.

Girando intranquilo entre las sábanas, pasa una mano por su cabello, su tamaño corto de alguna manera es una sensación extraña y a la que no está acostumbrado. A pesar de que debería contar como una nadería para alguien de su posición, aún está alegre de que Tony nunca le rapara su cabello, a pesar de que es una práctica común en Asgard, una manera en que los amos marcan a sus esclavos como tales, haciendo de su posición algo obvio e inconfundible en una sociedad donde casi todos usan su cabello largo.

Una parte de él aún está confundido de que Tony le haya ofrecido la opción de cortar su cabello o no. Los esclavos en Asgard no tendrían algún decir en como lucen o visten; su apariencia es para que sus amos lo decidan.

Pero de nuevo, Tony no es como cualquier amo de Asgard que haya encontrado nunca.

Y esta muy, muy alegre por eso.


¡Buenaaas! Esta vez vengo puntualita con el capítulo porque me metí mucha prisa con tan lindos comentarios que me dejaron :D Mucha gente suele decir que son seres de costumbres, yo he descubierto que la rutina solo me funciona cuando recien me levanto para ir a trabajar, después de eso, rutinas y costumbres se vuelven algo super desalentador para mi, supongo que por eso me aburro tan rápido de los trabajos o.O y ustedes ¿son seres de costumbres?

Porque al parecer Tony lo es, y Loki aunque no lo quiera, se está volviendo, pero supongamos que es porque los pobres estan encerrados en una torre sin contacto humano :P