CAPITULO 65

Como ha sido el procedimiento últimamente, toma su comida sentado en la cama, cuidadosamente comiendo de los platos en la bandeja sobre su regazo para no tirar nada sobre las sábanas. Tony mencionó el nombre del platillo, pero ya lo ha olvidado. Era una palabra nueva y desconocida para él, y no algo que tenga un equivalente en Asgard.

Pero no sabe mal. Mucha de la comida de aquí resultó extraña para él al principio, pero pareciera que su paladar ya se ha acostumbrado a los sabores inusuales y las combinaciones que parecen ilógicas de varios ingredientes.

Como sea, aún no se ha acostumbrado al hecho de que Tony viene a su habitación a servirle su comida. Los amos no atienden a sus esclavos, o al menos nunca lo harían en Asgard. Ellos envían a otro esclavo o sirviente para manejar esas tareas, asumiendo que un esclavo enfermo o herido, yaciendo en cama inútil, obtuviera mucho de comer para empezar. Obviamente, no hay nadie más viviendo en la casa de Tony, pero aún tiene sus robots que pudieran encargarse de eso con facilidad.

—¿Está rico? —el hombre sentado a su derecha de repente interrumpe sus pensamientos, y Loki asiente.

—Sabe bien —dice—. No es similar a nada en Asgard, pero me recuerda un poco a la comida de Jotunheim.

—¿Visitaste Jotunheim? —Tony pregunta, mirándole manera inquisitiva—. Okey, sé que naciste ahí y todo, pero pensé que tus dos reinos no estaban en términos amables uno con el otro, si lo que me dijiste el otro día es algo para empezar.

—Bueno, las relaciones entre Asgard y Jotunheim han sufrido altibajos a través de los siglos —dice encogiéndose de hombros—. La mayoría de nuestra historia en común ha estado llena de profunda enemistad y odio, algunas veces ha escalado hasta la guerra, pero ha habido periodos más cortos de relaciones menos dañadas. Durante esas épocas, no diría que era posible para que cualquier persona de un reino visitara libremente el otro, pero bueno, yo tenía magia, así que podía aventurarme en Jotunheim sin temer mucho. Siendo un príncipe de Asgard, ellos no se atreverían a lastimarme y causara una catástrofe diplomática que amenazaría la frágil paz.

Él detiene la corriente de palabras, debatiendo consigo mismo si debería de continuar o no. Tony le mira con todo el interés que se pudiera esperar de alguien con una mente inquisitiva a la que se le está hablando sobre un reino que nunca ha visitado y del que apenas ha escuchado algo antes, así que esa deberá de ser su pista para continuar. Pero por otro lado, no se siente particularmente cómodo con el tema, y prefiere dejarlo ser.

Antes de que pueda tomar su decisión, Tony le lanza otra pregunta.

—¿Pero aún así te atreviste a comer de sus alimentos? Digo, alguien con un verdadero problema contra Asgard podría haberte envenenado en secreto o parecido.

—Ellos no nos envenenarían —dijo con simpleza—. Después de todo, nosotros fuimos… invitados.

—¿Nosotros? —Tony pregunta.

Loki suspira. Sí, esa vieja historia de hace siglos.

—Sí —admite—. Yo y Thor y un convoy de Asgard. Aunque no fue… planeado.

—¿Oh? —una ceja se arquea—. Dime.

—Es una larga historia —dice, esperando que eso sea suficiente para disuadir a Tony. No se siente como para desenterrar esas memorias de nuevo. Como sea, Tony reacciona recargándose en su silla, sin lucir para nada desalentado por la perspectiva.

—Bien, no voy a ningún lado —mira a Loki de manera fija hacia donde esta medio sentado, medio recostado en cama—. Y no creo que tú tampoco, por un tiempo.

Loki estudia la pared frente a él antes de responder. —Yo… me encontré con algunos gigantes de hielo en primera visita ahí, guiados por un hombre llamado Trym. Era mucho más joven y más imprudente en ese entonces, y para rematar había estado bebiendo demasiada hidromiel, así que hice una apuesta descuidada que no debí de haber hecho —hace una mueca ante el recuerdo, pero la mirada expectante de Tony dice que es obvio que quiere escuchar el resto.

—Trym tenía una daga que era en verdad un artefacto mágico, impregnada con magia muy poderosa y antigua. Cuando notó mi interés, sugirió un juego de dados. Si yo ganaba, obtenía la daga, pero si perdía, Trym obtendría la mano de Freyja en matrimonio —dice, jugando un poco con el cobertor, la costura cubriendo su cintura—. Freyja es una dama Aesir de la nobleza, relacionada con la familia real por sangre —agrega al ver la expresión inquisitiva de Tony.

—Por supuesto que yo no estaba autorizado para prometer una cosa como esa, pero… el alcohol te hace decir algunas cosas estúpidas, supongo.

Tony se burla. —Sí, dime sobre eso. ¿Entonces qué pasó? Ganaste el juego de dados, ¿verdad?

La admisión es bastante vergonzosa. —En verdad, no gané. Creo que los dados estaban encantados, pero nunca pude probarlo. —Probablemente si no hubiera estado más sobrio, lo hubiera logrado, pero deja esa parte fuera de la historia—. Como sea, esperaba que Trym no recogiera una promesa hecha en la borrachera, pero se apareció en Asgard meros días después, demandando lo que se le debía enfrente de la Corte Real, diciendo que ellos estaban obligados a honrar una promesa hecha por el príncipe de Asgard. Y si se negaban, dejaría caer sus fuerzas sobre Asgard para reclamar lo que era de él.

—Y por lógica, Freyja estaba furiosa y se negó rotundamente a conceder las demandas de Trym. —Hace una pausa, recordando como los gritos ensordecedores de la diosa habían resonado por el Palacio Real—. Y Trym, por su parte, amenazo con la guerra y la corte completa estaba vuelta loca, la familia de Freyja clamaba por mi sangre a menos de que encontrara una manera de resolver la situación. Pero al final, encontré una sugerencia que fue aceptada después de mucho murmullo y deliberación.

—¿Y eso fue?

—Sugerí un ataque sigiloso, dado que Trym era un enemigo poderoso y tenía un ejército considerable bajo su mando, mientras que nuestras fuerzas disponibles no eran muy fuertes en ese momento —demasiado ocupados peleando en otro lado—. El plan era meter a Thor furtivamente en la casa del Trym armado con Mjölnir – sus poderes formidables serían suficientes para destrozar a Trym y a sus hombres cuando menos lo esperaban.

—¿Y cómo le hicieron para que eso funcionara? ¿Supongo que no podían simplemente entrar danzando ahí y esperar que nadie lo notara? —Tony dice, recargándose de nuevo sobre su silla—. Thor parece del tipo que no es fácil de meter disimuladamente en algún lugar. No cabe en una maleta y como que sobresale entre una multitud. Es bastante difícil de ignorar.

Loki ladea su cabeza. —Sugerí que lo disfrazáramos como Freyja y se lo enviáramos a Trym para el matrimonio pospuesto, y yo le seguiría como su dama de honor. Mi idea fue aceptada, y al final el plan funcionó como se suponía.

Tony le mira, la incredulidad adueñándose de su rostro. —¿Entonces quieres decir que el grande, malo y varonil Thor fue obligado a vestirse de travesti?

Él no es familiar con la palabra "travestí", pero entiende el significado de cualquier modo. —Bueno, como era de esperar, Thor se negó vehemente al principio, pero fue inútil al final. No tuvo otra opción más que hacerlo.

La expresión de incredulidad en el rostro de Tony lentamente se está transformando en una de diversión, hasta que una enorme sonrisa está marcada en sus facciones. Como sea, Loki tiene que admitir que nunca ha encontrado ese incidente divertido del todo; es justo lo opuesto – había sido una situación seria. La gente había estado furiosa con él; incluso aquellos que no estaban en términos amistosos del todo con Freyja y su familia, se habían vuelto en su contra con odio.

Incluso el siempre pacifico y gentil Baldur le había amenazado con arrancarle las entrañas – porque claro, el idiota siempre había albergado un enamoramiento secreto y enfermizo hacia la diosa. Sus acciones había causado la ira entre los Aesir, y no había sido gracioso en lo más mínimo. Sólo su ingenio y su rápido pensar habían salvado el día y su propia piel.

Y bueno, Freyja no le había hablado por décadas tras el incidente, y Thor por días, lo cual en su caso probablemente significaba que estaba más enojado que Freyja. No, no había sido divertido para nada, y nunca se imaginó que sería visto de esa manera, no hasta la reacción de Tony.

—Okey, admito que nunca he visto a ninguna de sus bellas damas Aesir, pero encuentro muy difícil que alguna de ellas luzca remotamente como Thor —Tony resopla—. En serio ¿Cómo es que alguien se creyó eso?

Loki se encoge de hombros. —Le pusimos un velo sobre su rostro.

Y con eso, Tony colapsa en un estado de risa estruendosa, una mano golpeando contra su muslo, casi cayéndose de la silla en alegría. E incluso aunque Loki sigue sin encontrar el incidente divertido – está demasiado entrelazado con palabras como desgracia y fracaso y decepción – la risa de Tony sigue siendo contagiosa.

De repente hay una burbuja de risa inflándose dentro de si al mismo tiempo, demandando que la dejen salir, y de pronto se encuentra riéndose también. Puede que no sea tan ruidosa como la de Tony, pero sigue siendo risa, y no hace algún intento de detenerla mientras se apodera de él.

Las contracciones sobre sus aún adoloridas costillas envían golpes de dolor por todo su ser, pero los ignora, porque no puede recordar la última vez que se rió de esta manera. Una risa real que no está pintada con burla o amargura o auto desprecio.

Tampoco puede recordar la última vez que alguien le hizo reír así. Pero la sensación es placentera, casi intoxicante, y se da cuenta de que nunca supo hasta ahora cuanto la extrañaba, o cuanto en realidad la disfruta.

O, para su sentencia, cuando disfruta de la risa de Tony.


La imagen mental del dios del trueno mismo, la epitome de la masculinidad, vestido de travestí es demasiado hilarante. No se ha reído tanto desde hace tiempo, supone, mientras limpia sus ojos, quitándose las lagrimas que se le han juntos ahí con la manga de su camisa.

Y esa realización le hace darse cuenta, con sorpresa, ¿cuándo fue la última vez que Loki se rio así?

O que se ha reído desde que llegó a su torre. El pensamiento hace que le pique algo dentro de él y le quita algo a su diversión.

Mira al dios por el rabillo del ojo, la sonrisa alegre que sea apoderado de sus facciones, transformando ese rostro de guapo a irresistible. ¿En verdad es esta la primera vez que Loki ha reído del todo desde que llegó? Esa idea nunca había pasado por su mente antes, y se da cuenta de que esa puede ser la triste verdad.

Y en ese momento, se promete a si mismo que aunque esta sea la primera vez desde la llegada de Loki a la torre de Tony, no va a ser la última.

Él disfruta demasiado de un Loki riendo para eso.


Awww, así que estos dos están en la etapa de "es que su risa es tan bonitaaa" y pronto pasaran a la de "es que cuando sonríe se me ponen las rodillas de gelatina y me vuelvo torpe" ¡De mi se acuerdan! Pero ¿apocono no está super tierna la escena de los dedos entre sus cabellos? Así bien romanticos los dos, jajaja.

Una disculpa por no subir ayer, pero realmente no sé que me sucedió a parte de la señora enfermedad que me cargo (sí, ya hice cita con el otorrino) que cuando acordé ya eran las 10 de la noche y yo solo tenía dos hojas traducidas xD, pero me puse al corriente hoy rapidito :D Denle gracias a Indila que me mantuvo en el ritmo alegre de su música, les recomiendo Run, Run.

Gracias a toda la gente linda que comenta, si me los leo y los devoro. Infinitas gracias.