CAPITULO 70

Cuando entra en la sala, listo para aplastarse en el sofá para el último DVD que ha comprado, lo encuentra ya ocupado por el dios de las travesuras, durmiendo.

Sus labios se curvan ligeramente ante la imagen. Parece que Loki ha desarrollado un hábito de dormir en su sofá.

E incluso sabiendo que no debería de hacerlo, no puede resistir a la oportunidad de quedarse parado ahí y admirar la obra de arte que es el dios Nórdico, tratando de acallar su consciencia culpable al mismo tiempo, con la noción de que un dormido Loki no sería perturbado por él mirandolo fijamente.

Y como si se movieran por si mismos, sus ojos trazan cada línea de ese hermoso rostro, el cabello negro enmarcando sus facciones, sus labios ligeramente abiertos, los pómulos, y la suave piel. Incapaz de detenerse, si vista viaja más al sur, por esa pálida columna de su cuello, los delgados brazos saliendo de la camiseta negra, el pecho y estomago tonificados que sabe que se esconden bajo esa ropa. Y es ahí donde Tony finalmente se detiene, por su propio bien. No hay caso en seguir tentándose a si mimo con las cosas que no puede tener.

Así que deja que sus ojos regresen por donde vinieron, hasta que una vez más se posan sobre las facciones simétricas y relajadas del rostro de Loki, un mechón de cabello cayendo sobre su frente y flotando ligeramente con cada aliento que exhala. Afortunadamente, los golpes ya han desaparecido por fin, sólo queda una ligera decoloración en su mejilla y en una esquina de su boca.

Con eso, siente como una punzada de furia hacia los guardias Einherjer que fueron la causa de todo esto. Estaría más que feliz de tener una plática privada con cada uno de ellos mientras usa su armadura de Iron Man. Se aseguraría de enseñarles una lección o dos que bien necesitan.

Mientras está parado allí, su mente yendo hacia los detalles más sangrientos de lo que le hubiera gustado hacerles a esos guardias, Loki comienza a girar bajo su escrutinio, en apariencia teniendo un mal sueño. Es sólo un ligero movimiento de miembros al principio, pero cuando escala a brucos movimientos desesperados, Tony decide que es mejor que intervenga. Después de todo, él con seguridad hubiera querido que alguien hiciera eso por él después de lo sucedido en Afganistán y todos los sueños que le persiguieron por las largas noches que le siguieron, trayendo su propia línea especial de miedo y terror diseñados sólo para él.

El recuerdo de lo que pasó la última vez que intentó despertar al dios aún está fresco en su mente, como también la rápida presentación que tuvo con el suelo. Pero al menos esta vez está preparado y alerta en caso de que Loki intentara de nuevo ese salto doble invertido con él.

Así que camina la distancia hacia el sillón con pasos rápidos, inclinándose para sujetar el hombro de Loki y sacudirlo.

—Hey, Cuernitos, hora de despertar —dice con voz cantarina al cuerpo retorciéndose.


De nuevo está de regreso en el calabozo. Una parte de él piensa que eso es extraño, porque eso no está bien y no debería de estar aquí, pero las paredes de piedra rodeándole hablan su propio lenguaje, como la luz tenue, el olor a encerrado, y ese frió que penetra en su ropa demasiado delgada para mordisquear su piel.

Hay tres guardias en su celda, obviamente aburridos y que decidieron pasar el tiempo con mofas y abucheos, algunas manifestándose de manera más física. Ellos hacen eso algunas veces con los prisioneros, pero más seguido con él. Quizás su lengua afilada es la cusa de sus preferencia, o quizás es la diversión que viene con atormentar a un príncipe caído, quizás son controlados por su furia primitiva que un traidor genera en ellos. No lo sabe, y no importa.

Uno de ellos, un hombre corpulento con músculos y grasa, sostiene sus cadenas con un agarre firme, atrapando sus brazos de manera efectiva y previniendo movimiento alguno. Él es el líder del pequeño grupo ya que los otros dos son demasiado estúpidos para hacer algo por si mimos; ellos sólo siguen la corriente, parados ahí sonriendo como tontos, de vez en cuando soltando un golpe duro contra sus costillas, o en su estomago, o pateando sus espinillas. Pero la mayor parte del tiempo, sólo están ahí en el fondo donde miran alegremente como su líder valiente y audaz controla el espectáculo, algunas veces riéndose o gritando en apoyo.

El aliento del guardia – Reidar, el único nombre que se molestó en aprender – es horrible sobre su rostro, oliendo como carne podrida y moho mientras lo levanta, acercándose y presionando a Loki con su cuerpo contra las rocas irregulares de la pared. Él se retuerce, enseñando los dientes con un gruñido de enojo, pero el agarre de Reidar en sus cadenas evita con eficacia que se deslice. Por recompensa, batalla al respirar por culpa de un puño en su estomago que hubiera causado que se doblara y cayera, jadeando y ahogándose, si Reidar no le hubiera estado sosteniendo.

Otro jalón a las cadenas, y la horrible cara sólo está a una pulgada de la suya, los dientes amarillos mostrándose en una espantosa sonrisa. —Quizás ellos no te ejecuten después de todo. Quizás te sentencien a prisión —Reidar sisea mientras se acerca más, y el asqueroso golpe de aire de su boa hace que Loki quiera vomitar—. Entonces serás todo nuestro —se ríe, el sonido agudo resonando vacio entre las paredes resbalosas de la celda—. Y podremos tener algo de diversión real contigo ¿uh?

Se sacude cuando las manos en sus hombros se entierran dolorosamente en su piel, una vez más tratando de escapar de ese agarre, y una vez más fallando.

Reidar sólo está entretenido con su lucha. —Sólo espera —se burla—. Vamos a tener un buen rato juntos, pequeño príncipe.

El miedo y el terror en su pecho es el de un animal atrapado y vicioso, retorciéndose desesperadamente contra su confinamiento. Está tratando de apoderarse de él, de invadir su ser completamente, dejándolo bajo esa locura.

Se despierta con un grito en sus labios, y el miedo y terror pulsando en su pecho. Por un rato no está seguro de dónde está, pero las sombras de las mazmorras aún están nublando su mente. Curiosamente, hay unas manos gentiles sobre sus hombros, y con certeza no había ninguna de ellas en los calabazos para aliviar sus miedos. Ni en ningún lado, no desde que era un pequeño niño y su madre estaba junto a su cama, enredándolo en sus brazos cuando se despertaba aterrado de sus pesadillas.

Y ahora que ese consuelo largamente olvidado está ahí de nuevo, inesperadamente, no quiere dejarlo ir. El deseo repentino se apodera de él, y por puro instinto entierra sus dedos en la tela cálida frente a él, enterrando su rostro en ella. No es hasta que está completamente despierto un par de segundos después que se da cuenta de lo que está haciendo, y con un susto horrorizado suelta la camisa de Tony.


Parpadeando en sorpresa, mira hacia el dios quien de repente está aferrándose a su playera como una sanguijuela hambrienta, sólo para luego dejarle ir rápidamente como si se hubiera quemado con la tela, una mirada en su rostro que sería descrita de mejora manera como completo horror.

Okey, esto es totalmente embarazoso. Completamente.

—Uh, parecía que tenías una pesadilla, así que pensé… —dice sin terminar, esperando que ese detalle no vaya a hacer que el dios haga sus propias conexiones sobre que Tony estaba parado ahí mirándole mientras dormía, como un jodido obsesionado.

Como sea Loki no sólo luce avergonzado, y con franqueza, Tony se está sintiendo bastante incomodo, así que con desesperación busca algo que decir, algo más que rompa el raro ambiente.

Algo, algo, lo que sea…

Al principio su cerebro se queda en blanco, así que al final suelta lo primero que se le viene a la cabeza.

—Entonces, uh, ¿crees que Thor vaya a regresar pronto con una decisión de tu papi? —logra decir. Quizás no es la cosa más apropiada que pudo decir, pero cualquier cosa es mejor que esta extrañeza.

Aparentemente, Loki debe de estar pensando lo mismo porque rápidamente le sigue el juego sin parpadear, pretendiendo que nada fuera de lo ordinario sucedió. Sin perturbarse, simplemente responde la pregunta como si fuera la cosa más natural de preguntar en esta situación.

—Estoy sorprendido de que haya tomado tanto, dado que la respuesta a su petición será un "no". Por supuesto que Thor siempre ha sido testarudo, aunque eso no va a cambiar algo. No en esta ocasión. Nadie va a quererme de vuelta allí, así que nada va a cambiar. La sentencia no será mitigada. Estoy seguro de eso.

Y tiene esta impresión distintiva de que Loki está divagando, pero no intenta interrumpir la corriente de palabras. Es obvio que está tan ansioso como Tony de poner este episodio reciente de incomodidad en el pasado.

—¿Qué te hace estar tan seguro?

—Soy un gigante de hielo —Loki responde sin pensarlo—. Y esa es razón suficiente para que el Consejo permita que mi… exilio en Midgard siga en pie. Ellos no van a querer a un monstruo de vuelta en su casa.

—¿No estás siendo demasiado duro contigo mismo? —Tony dice, haciendo una mueca ante las palabras—. Al menos a Odin no le importaría de donde vengas; él fue el que te robó, ¿no?

Loki se queda silencioso antes de hablar de nuevo. Esta vez no mira a Tony si no a la pared detrás de él. —No hay diferencia. Siempre fui una decepción para Odin de cualquier manera —dice, su voz un poco más apagada de lo usual.

Y el comentario despierta algo dentro de Tony y alborota esas memorias dolorosas dentro de él que ha querido olvidar desde hace mucho. —¿Qué quieres decir? —pregunta, quizás un poco más forzado de lo que era su intención.

Así que quizás es el deseo de Loki de desaparecer esa extraña atmosfera que aún hay entre ellos, o quizás es otra razón completamente, pero de repente se suelta contando un largo listado de cómo siempre han considerado que le falta mostrar un poco de aptitud para las actividades marciales, por no ser un guerrero fuerte y valiente, por no ser más como Thor.

Y por razones de las cuales no está muy seguro él mismo, una vez que las palabras de Loki se terminan, escucha a su propia voz hablando de como siempre trato de impresionar a su padre y como fallaba, el sentimiento de nunca vivir para alcanzar las expectativas, de nunca ser lo suficientemente bueno, de siempre estar parado a la sombra de alguien más que nunca conoció.

Y Loki escucha con atención extasiada, sus ojos luciendo un poco más grandes de lo normal.

Se van a dormir muy tarde esa noche, y cuando el sueño finalmente le reclama; sueña con cuevas oscuras y trajes dorados-y-rojos, y ojos verdes mirando directamente a los suyos.


Una disculpa por la tardanza, ha sido una semana de locos -.-