CAPITULO 77
—¿Quién va ahí? —la voz resuena a través del puente, viajando tan fácil como el sonido sobre la superficie del agua en una tarde callada, y hace que Tony se pregunte si todas las voces de los Aesir harán algo diferente al resonar.
Thor se detiene en sus pasos y levanta una mano, indicando que Tony se quede donde está. Loki ya se ha detenido, sus brazos cruzados defensivamente.
—Saludos, Heimdall —el Dios del Trueno exclama—. Soy yo, Thor, hijo de Odín, junto a mi hermano Loki y el Hombre de Metal, un muy renombrado guerrero y héroe de Midgard.
Bueno, esa es una introducción que Tony está seguro nunca ha escuchado antes y es algo fresco dado a las variaciones interminables de millonario genio súper estrella que ha obtenido a través de los años. Aunque en serio espera que nadie en Asgard quiera probar la validez de toda la frase "muy renombrado guerrero y héroe", no cuando su traje está colgando en su taller en algún lugar al otro lado del universo.
—Bienvenido, Thor —Heimdall da un paso a un lado para permitirles la entrada al esplendido reino detrás de él—. Tu llegada es esperada por el Padre de Todo, así como también lo son tus acompañantes. Pueden entrar.
—Gracias, mi amigo. —Y con eso, Thor les indica que se muevan de nuevo, mientras regresa a su andar regio, como un príncipe heredero de camino a su coronación.
Heimdall le mira impasible cuando pasan, silencioso y sin moverse, como una estatua. Largas trenzas rojas saliendo por debajo de su casco a cada lado de su rostro. Tony apenas y puede ver dónde termina su cabello y donde empieza la barba, pero los ojos mirándole por entre todo ese pelaje rojo son de color azul metálico, no como los de Thor. Así que toma nota mental de preguntarle a Thor si los dos están relacionados; quizás él sea el tío del dios del Trueno en segundo grado o algo.
Tony le ofrece una sonrisa amistosa al guardián del arcoíris cuando pasa a su lado. Heimdall no hace algún signo de que lo vio, sino que sólo se queda parado ahí como un pilar de la tierra con su laza en una mano, un extremo descansando firmemente contra el suelo.
Un tipo agradable. Pero bueno, si Tony fuera forzado a pararse ahí protegiendo el mismo puente siglo tras siglo, probablemente también estaría irritable. Es obvio que el tipo no había alcanzado el mejor trabajo; cuando las descripciones de trabajo habían sido entregadas Heimdall no estaba lo suficientemente adelante en la línea para procurarse uno de los buenos como Dios del Trueno o Dios de la Guerra. En lugar de eso se quedo atorado con el puente arcoíris.
Aunque Tony rápidamente tiene otras cosas en su mente mientras las paredes de Asgard comienzan a verse más cercanas, la ciudad le roba el aliento con su belleza. Mientras pasan a través de las rejas, no puede decidir si está aliviado o decepcionado de que no haya cabezas cortadas de los enemigos derrotados adornándolas.
Él nota por el rabillo del ojo que incluso, a pesar de que Loki ha estado arrastrando los pies hasta ahora, una vez que cruzan las rejas rápidamente se acerca a Thor, como si el dios del trueno tuviera una aura mágica cuya protección se extenderá a cual quiera que esté parado lo suficientemente cerca.
Lo cual Tony supone quizás no esté tan lejos de la verdad en el caso de Loki. En realidad está alegre de tener a Thor en su compañía para asegurarse de que Loki permanezca seguro.
Dentro de las paredes, la gran plaza que se extiende frente a ellos está bullendo con actividad y Tony tiene que moverse rápido para evitar ser aplastado por una columna de Einherjers marchando resueltos, armadura y armas resonando al mismo tiempo. Por otro lado, una cabra balando pasa corriendo a su lado, una cuerda rota colgando de su cuello, y quizás veinte yardas más adelante, dos guerreros que lucen bravos están envueltos en una batalla de juego de espadas, sus armas brillando con el sol mientras se golpean uno al otro, gruñendo y gimiendo. O al menos Ton piensa que es de juego, pero sólo está suponiendo.
Y en verdad es el reino de los dioses, se da cuenta, sacado directamente de la saga más pomposa y fantasiosa que nunca imaginó. Todos y cada uno de los que están paseándose por la plaza son valientes, hermosos y orgullosos. Hombre y mujeres se mueven con confianza y gracia, algunos con un toque más refinado, otros con más músculos, como si todos pasaran un largo tiempo siendo adorados y honrados, y han aprendido a actuar de acuerdo a su estación. Regios en comportamiento, orgullo brillando en sus ojos y rostros, estos Aesir en verdad que son seres de mito y leyenda.
Luego, por detrás de una esquina, de repente dos creaturas que empañan la perfección gallarda como dos manchas de vino rojo en un mantel blanco. Son un hombre y una mujer, aunque eso no es obvio de inmediato, dada sus posturas encorvadas y sus cabezas agachadas cuidadosamente. Donde los otros Aesir están ataviados con armaduras brillantes y telas finas, estos dos están vestidos con harapos, que les quedan mal y deshilachándose de las costuras. Tony les mira, no muy seguro de que creer, incluso si nadie más parece notar los dos seres andrajosos, tan diferentes a los orgullosos y poderosos Aesir que ha visto hasta ahora. El hombre y la muer se mueven con sombras silenciosas, como si no quisieran ser notados, sus ojos directamente en el suelo como si pensaran que alguien les abofeteará si tan siquiera levantan las miradas de los adoquines por un segundo.
Es sólo cuando las dos míseras creaturas han dado vuelta en otra esquina y has desaparecido de la vista, que la horrible verdad cae sobre Tony. Esos dos son esclavos.
Maldición.
Hay un nudo formándose en su garganta mientras sigue observando donde desaparecieron esas formas. De repente, Asgard ya no parece como Shangri-La sino como algo salido del Planeta de los Simios.
Con la repulsión quemándole por dentro, mira a Loki; incluso si la espalda del dios está hacia él, parece que sus hombros están más tensos, más tirantes de lo usual.
Y entonces la voz de Thor le está llamando. —Ven, mi amigo, no arrastres los pies o quizás pueda perderte entre la multitud.
Y Tony obedece. Está muy seguro que no quiere terminar separado de Thor, porque quien sabe que le pase si eso sucede. Quizás uno de esos Aesir agarrará el alien raro en medio de la calle y lo venderá en alguna subasta de esclavos para el entretenimiento de algún noble creído, si tiene mala suerte.
—El Área Real no está muy lejos de aquí —Thor dice después de mirar brevemente la cara de Tony, no leyéndolo correctamente—. Estoy seguro de que debes de encontrar está experiencia bastante abrumadora y cansada, pero una vez que estemos en mis habitaciones tendrás la oportunidad de descansar sin interrupciones.
Por una vez Tony no tiene mucho que decir en realidad; la imagen de la pareja andrajosa aún marcada en su mente.
Aunque tiene que admitir que el "Área Real" es bastante impresionante. La joya en la corona que es Asgard, resplandeciendo, brillando incluso más y extendiéndose hacia el cielo mucho más que el resto. Escudos dorados están alineados en la fachada, así como inscripciones y runas en diseños bien pensados y elegantes. Es claro que los Aesir tienen una predilección por los dragones, juzgando por las representaciones grabadas con meticulosidad de largas serpientes deslizándose adornando las masivas puertas y ventanas.
Y el interior del vestíbulo es igual de impresionante. La Basílica de San Pedro en el Vaticano y todos esos otros lugares elegantes que nunca ha visitado se parecen a esto.
—Demonios, ustedes realmente contrataron a un decorador de interiores en verdad elegante para este trabajo ¿verdad? —Tony dice en un suspiro, sus ojos mirando las estatuas magnificas de guerreros, reyes y héroes ya muertos parados en largas filas, cada uno usando una armadura completa con armas. En verdad espera que estos tipos no vuelvan a la vida de noche y compensar el estar muertos volviéndose locos en los pasillos. Si es así, vas a pedir una habitación con una puerta de acero con cerrojo, en definitiva.
—Estos son todos los ancestros poderosos de los Aesir —Thos explica, su rostro iluminándose mientras apunta con entusiasmo a una de las estatuas con una hacha de guerra brutal en ambas manos—. Este es Karl el Hacha Sangrienta. Él era un guerrero quien lideró muchas campañas exitosas contra Jotunheim y Svartalfheim, cubriendo al reino de Asgard de mucha gloria. Y este —agita su mano hacia la siguiente estatua que parece igual de furiosa que la anterior—, es Hjalmar la Barba de Hierro. Se dice que…
—Pensaría que tu invitado tiene muy poco interés en lecciones de historia Asgardiana —la voz de Loki se escucha a su derecha, pero el sonido es más cansado y fatigado que otra cosa. Son las primeras palabras que ha dicho en un largo tiempo, habiendo pasado la mayoría del viaje en soledad melancólica.
La expresión del rostro de Thor decae un poco, pero acepta.
—Síganme entonces. Mis cuartos no estás lejos de aquí.
Tony y Loki caminan detrás del rubio una vez más, a través de corredores serpenteantes y vestíbulos dorados con techos tan altos que diez hombres podrían pararse sobre los hombros del otro y aún no poder tocar las hermosas inscripciones rúnicas que alguien, de alguna manera, logró colocar allá arriba.
La definición de Thor de "no muy lejos de aquí" rápidamente se muestra ser muy diferente de la de Tony, pero eso está bien, los alrededores son suficientemente hermosos para ignorar lo otro. No puede evitar sentirse como un turista de Hicksville en su primer viaje fuera del pueblo, boquiabierto y embobado ante las vistas magnificas que se presentan ante él. Justo como turistas japoneses con sus siempre presentes cámaras, pero sin ellas o la imagen estaría completa.
Y el lugar simplemente respira magia y misterios y antigüedad. Mientras entran por una de las puertas, Tony puede jurar sentir una extraña picazón en su piel o un momento fugaz de mareos, y se pregunta si existe algún hechizo o encantamiento que haya sido tejido en la misma estructura del edificio. Como si magia vieja y poderosa estuviera desbordándose debajo de la superficie, como si una entidad viva haya sido forzada en servidumbre, atada para ofrecer su protección a aquellos que entren esos sagrados pasillos.
Y la gente pensaba que él estaba siendo todo grande, poderoso y lleno de sí mismo cuando la Torre Stark fue levantada.
Y bien, después de dos semanas aquí está el capítulo. Lamento tanto la tardanza, pero como ya algunos sabes... Las beteadas de mis trabajos me dan una flojera (¡voy a ser sincera!) y quienes escriban sabrán de lo que hablo. Pero por mis ganas de no betear ahora tengo casi tres capítulos ya traducidos :P así que si alguien por aquí tiene ganas de ofrecer sus servicios como beta, le estaré más que agradecida por su ayuda.
Y Tony ya está en Asgard ¡Aw! Y ha visto la diferencia entre Loki y los esclavos de Asgard y Dios, que bien se ve Loki en comparación ¿verdad? Y las cosas se ponen peor.
Infinidad de gracias por las lecturas ¡casi 28,000! y los comentarios, que cada vez que los veo me pongo a bailar ¡pasaron los 300! Ustedes realmente hacen feliz a Limmet y a esta traductora. Muchas, muchas gracias por esos hermosos comentarios que dejan. ¿Desde cuantos países nos leen? Vamos, dejen en su comentario su país :P Conozco a algunas, pero no a todos. ¡Empecemos!
Un enorme abrazo y un beso.
