CAPITULO 78
Después de algunos giros y vueltas por los corredores extraños, finalmente están parados en lo que Tony supone contaría como el equivalente enorme de la sala de Thor. No tan grandiosa como los Salones Reales que acababan de pasar, pero para ser una sala es muy elegante con pilares ornamentados e inscripciones de runas por todo el lugar.
Y no muy privada, dado el constante ir y venir de sirvientes cargando cosas, preocupándose por algo, haciendo mandados o lo que sea que la gente haga en esa línea de trabajo.
Tony levanta una ceja. —¿Tu lugar es siempre así de concurrido?
Thor arruga la frente por unos segundos como si no entendiera a que es lo que Tony se refiere, como si los sirvientes ocupados o pasando con pasos rápidos y silenciosos fueran completamente invisibles, simples fantasmas o sombras a las que no vale la pena prestarles atención.
Lo cual Tony supone que es la verdad para alguien como el hijo real de Odin quien ha crecido viendo gente así como parte de la decoración.
—Ya sabes, toda esta gente corriendo por aquí —Tony señala a un sirviente cargando un balde de agua en cada mano, dirigiéndose rápida y enérgicamente hacia una de las puertas más pequeñas que sin duda sólo son para el uso de los sirvientes y demás.
—Oh —Thor dice, parpadeando, como si apenas se diera cuenta que está ahí—. Quieres decir los sirvientes. Bien, puede que no lo sepas, Hombre de Metal, pero como soy el príncipe heredero de Asgard, no sólo tengo una gran cantidad de guerreros Einherjer a mi servicio, pero también gente habilidosa empleadas en otras varias cosas. Se necesitan muchos trabajadores, mozos y sirvientes para hacer funcionar un hogar tan grande, pero sólo verás a unos cuantos por aquí. Muchos tienes sus deberes en otros lados.
Tony ladea la cabeza. —Suena como que tienes un pequeño imperio aquí, amigo. Pero en verdad solo hay un tipo al que vine a ver aquí, y ese es tu papá. ¿Así que cuándo lo vamos a ver?
—Cuando el Padre de Todo decida llamarte. Le enviaré un mensaje de que ya hemos llegado, en caso de que Huginn o Muninn no lo hayan hecho ya —dice Thor.
—¿Quieres decir que tengo que sentarme por aquí y esperar a que tu papi se sienta de ganas como para platicar? ¿Ni siquiera tengo una cita pre-agendada o algo?
Thor frunce el ceño ligeramente. —Odín es un regente muy ocupado. El llamará a por ti cuando esté listo —y eso es final, Tony puede escuchar eso fuerte y clara entre líneas.
Muy bien, no es como que él nunca haya hecho esperar a gente en su vida, deliberadamente o no, así que supone que no tiene mucho con que defenderse.
—Bien entonces —Thor prosigue, contento de tomar el silencio de Tony como un acuerdo positivo—. Me temo que tengo que retirarme por ahora dado que tengo que recibir a una delegación de Alfheim para discutir un acuerdo de intercambio entre nuestros reinos —una línea de culpabilidad se muestra en las facciones placenteras de Thor, es claro que el dios preferiría no tener que dejar a sus invitados recién llegados de Midgar solos de esta manera—. Sin embargo, no debería de faltarse nada en mi ausencia, los sirvientes traerán refrigerios mientras esperan por mi regreso, y si hay algo de puedan desear, no teman pedirlo. Antes de mi salida a Midgard, me aseguré de informarle a mi menaje de su inminente llegada a nuestros reinos, así que todos saben que son un invitado de honor en mi casa y que espero que sean tratados como tales.
—Bien, esos es esplendido, chico rayo —Tony sonríe—. ¿Crees que pueda tener a una de esas bonita damas Asgardianas dándome uvas en la boca con su mano mientras me recuesto en un futón? Preferiblemente rubia pero no soy muy selectivo.
—Me temo que no tenemos esa cosa que llamas "uvas" en nuestro reino —Thor dice, como es natural ignorando el sentido gracioso—, sin embargo, si hay algo más que desearías, por favor siéntete libre de decirle a los sirvientes aquí, y ellos lo proveerán si está en sus manos hacerlo.
—De acuerdo —Tony acepta—. Sólo tenemos que esperar aquí, relajándonos, hasta que regreses.
—De nuevo me disculpo por tener que retirarme tan de prisa después de su llegada, pero un príncipe heredero tiene muchas tareas y deberes que cumplir en nombre de su reino —Thor se disculpa una vez más con su mirada suya patentada de cachorro mojado.
—No hay problema, Hércules. Soy un chico grande, creo que puedo lograrlo —le manda a Thor una sonrisa de no-te-preocupes. Al menos puede sentarse y esperar en uno de esos edificios alienígena más geniales que en cualquiera que haya puesto un pie.
Thor asiente antes de girarse hacia Loki con una expresión solemne en su rostro serio, esto era negocios y no juego. —Por favor, recuerda comportarte de acuerdo a lo que se espera, o invitarás problemas serios hacia ti.
Los labios de Loki se fruncen con esas palabras, pero no pelea. —Ya dije que me comportaré como es apropiado —murmura, luciendo para nada complacido con el recordatorio de Thor.
El dios rubio mira fijamente a su hermano por un momento durante el cual, el aire entre ellos parece crujir con la intensidad, y luego Thor suspira, lo más probable es que se ha dado cuenta que nada de lo que diga tendrá mucho efecto. En lugar de ellos, se gira y camina a la salida, después de haber ofrecido una frase de despedida. —Hasta luego, entonces.
Tony arruga el entrecejo ante el pequeño intercambio, sintiéndose vagamente intranquilo. Mira de manera furtiva en dirección a Loki, notando el cansancio en su figura rígida, la tensión marcando sus facciones, como si prefiriera estar en cualquier otro lugar menos aquí.
Pero luego, un sirviente llega cargando una bandeja con un par de tazas, un cántaro de agua y una jarra de cerveza, rica y esponjosa espuma casi derramándose. Probablemente la cerveza es para él y el agua para Loki, pero que se jodan si a Tony le va a importar esas cosas.
El sirviente asiente de manera educada hacia Tony y deposita su carga sobre la mesa con un elegante "por favor, apague su sed a su satisfacción, Hombre de Metal" y Tony se encuentra a si mismo sonriendo de nuevo, la intranquilidad olvidada de momento. Cerveza. Puede manejar eso.
Especialmente considerando que no ha tomado absolutamente nada desde ayer.
Así que aquí están, en las habitaciones de Thor, de vuelta en Asgard a pesar de que Loki estuvo seguro una vez de que nunca volvería a poner sus pies en este reino de nuevo. E incluso si la visita de Tony pueda que no termine haciendo la diferencia al final, aún es una oportunidad, no importa cual infinitesimal. Su única oportunidad de no tener que pasar el resto de su vida en condición de servidumbre.
Aún así no puede evitar el sentirse expuesto, como un blanco en un campo de práctica de arquería, su piel quemarle de las miradas desdeñosas que los sirvientes están aventando en su dirección cuando pasan, aunque le sonríen educadamente a Tony, el invitado de honor de Thor. Y como es obvio en sus rostros mientras se apresuran a pasar, pretendiendo no verle, actuando como si él fuera una sombra, un mero destello de la imaginación – el resentimiento, el disgusto, y el enojo. Si aún tuviera sus poderes, habría sido miedo en esos ojos también, de eso está seguro. Miedo del monstruo, del traidor, del enemigo del reino. El único quien nunca perteneció a aquí en primer lugar, quien ahora ha cometido pecados y transgresiones tan graves como para olvidarlas o ignorarlas, ofensas contra la gente que nunca fue suya para empezar.
Aunque es ignorado del todo – ¿de todos modos quién le pondría atención a un esclavo? – él aún siente como se regocijan privadamente en su degradación, en la humillación que su castigo le ha traído.
Mira impasible, por el rabillo del ojo, como un sirviente se dirige hacia la mesa cargando cerveza, y la expresión complacida de Tony dado que hay alcohol a distancia alcanzable. Sonriendo, el hombre se deja caer en una de las sillas junto a la mesa, estirando sus piernas como si acabara de correr una milla, antes de moverse para agarrar el precioso néctar dorado y luego acomodarse por un sentado arrogante, las piernas separadas ampliamente.
Y Loki sabe –oh, él sabe – que sólo hay una posición aceptable para él. Aquí, en el Palacio Real, son las reglas y tradiciones de Asgard las que importan, y habiendo crecido aquí está muy familiarizado con la manera que dictan. No puede negarse; su posición aquí ya es demasiado precaria sin tener que comprometerla más.
Renunciando a la silla, se hinca junto al asiento de Tony, el único lugar apropiado para un esclavo junto a su amo, tragando el ardor de la degradación quemando en su garganta. Había sido lindo no tener que pensar en nada de esto, el olvidar las cosas que de manera normal se demandan de un esclavo como lo había estado haciendo hasta ahora en Midgard, en lugar de ello actuando como si su estatus no fuera el de un esclavo sino el de un igual a Tony. Pero ahora, habiendo sido traído de regreso, es como si sólo hubiera estado jugando algo inventado, permitiéndose perderse en una ilusión de su imaginativa mente.
Pero nada puede cambiar cuan real se había sentido.
Y no importa que, le gusta pensar que ese jueguito inventado, la ilusión, no es cómo ha estado actuando alrededor de Tony en Midgard, si no como está actuando aquí.
La nariz de Tony ya está a media taza de profundidad de su cerveza, pero cuando Loki se hunde a un lado, la taza detiene su lento decline y Loki puede sentir al hombre congelándose por un segundo. Luego la taza es colocada sobre la mesa y la cabeza de Tony gira para mirarle como si a él le acabaran de crecer un par de cuernos.
—¿Qué demonios están haciendo allí abajo? —pregunta con una ceja levanta, como si no fuera obvio—. Sí, acepto que estás sillas son más para presumir que cómodas, no hay manera de que el piso de piedra sea más cómodo. —Palmea el asiento de la silla de alado—. Venga, arriba.
Loki aprieta los dientes. Esto hubiera sido más fácil de soportar si Tony no hubiera decidido fijarse en esto; si tan sólo aceptara las cosas como son.
—Eso sería… inconveniente —Loki dice como respuesta, evadiendo los ojos de Tony.
—¿Más inconveniente que arrastrarse por el suelo? No lo creo. Usa una jodida silla como la gente normal —Tony gesticula hacia la pieza de mobiliario una vez más, sonando tan poco serio como siempre, pero hay una nota de incomodidad tirante en su voz que se cuela entre las palabras.
Es claro que Tony tiene muy poca información de cómo se hacen las cosas aquí. Pero más inapropiado que un esclavo sentándose en una silla sería que él discutiera la orden de su amo donde alguien pudiera escucharlos. Así que cede, sentándose cuidadosamente en la silla junto a Tony, notando las miradas desagradables de dos sirvientes cercanos ante el movimiento inapropiado de lugar.
Suspira cuando Tony llena la segunda taza con cerveza y la pone en sus manos, ni escucha el comentario poco ceremonioso que le sigue, es claro que es un intento de suavizar la situación, pretender como que lo que acaba de pasar nunca sucedió.
Así que le da un sorbo a la taza mientras la boca de Tony continua hablando a máxima velocidad una vez más, soltando comentarios sin cuidado y bifurcándose a especulaciones increíbles, todas combinadas con preguntas absurdas de las que no espera respuesta. Loki sólo escucha con un oído, su atención está enfocada en los sirvientes y trabajadores pasando, muy consciente de que la mayoría de ellos estarían muy complacidos de verle degradado, demasiado ansiosos de verle humilde y rebajado.
Y él sabe que es improbable que su estadía aquí sea una agradable.
Bonito capítulo de relleno :3 Sigo solicitando beta. Alguien me comentó qu epodía ayudarme, pero nunca recibí respuesta al PM porqu eno dejó manera de contactarle. Así que sigo en desesperación absoluta.
