CAPITULO 83

Mientras la oscuridad cae, el fuego crepitante en la chimenea dibuja sombras bailarinas sobre las paredes, las figuras efímeras creciendo más grandes y oscuras mientras el sol se pone. Las sobras de lo que fue una grandiosa cena que comieron – en una habitación más privada, gracias – han sido limpiadas, y la diversión para esta tarde ha sido patrocinada por Thor quien está recargado sobre sus antebrazos en la mesa de manera muy enérgica, contando una historia de una de sus aventuras de hace mucho, mucho tiempo atrás. Su risa ruidosa resuena por toda la habitación mientras cuenta incidentes divertidos que sucedieron en el camino, y su voz se eleva a niveles dramáticos cuando describe una batalla contra monstruos peligrosos en tierras extrañas, sólo para bajarlo de manera conspiratoria cuando las gloriosas peleas de espadas dan lugar a un suspenso dramático.

Pero Tony apenas y escucha una palabra de eso. Justo ahora sólo hay una cosa en su mente – la imagen de Loki en el suelo frente a Fjalar, desesperación impotente en sus ojos, a punto de ser sometido a un cruel castigo inusual por una mera nadería.

Aún siente una nausea muy distintiva ante eso. Y es que cómo está bien el tratar a gente así en Asgard. O, más precisamente, a gente quienes están parados en la parte más baja de la escalera social.

Loki había actuado como un idiota descerebrado en ese momento, por supuesto. El orgullo y temperamento a un lado, debería de haber pensado mejor. A diferencia de Tony, el dios creció aquí, vivió como un dios durante toda su vida en este reino, y debería de estar consciente de cómo se espera que los esclavos se comporten y las consecuencias que le sigan si no lo hacen.

No que apoye la idea de que Loki se arrastre por la tierra como una lombriz o un insecto, muy lejos de ello, pero hay una diferencia entre eso y simplemente mantener la boca cerrada y tragarse su propio orgullo cuando la situación lo pida. El dios debería de tener al menos tal sentido de preservación. Arrojarle cerveza a alguien a la cara nunca es una buena idea, e incluso un hombre allá en la tierra puede encontrarse a si mismo en una pelea por ello; por supuesto el resultado sería considerablemente mucho peor para los esclavos haciendo la misma cosa en una sociedad que les niega alguna semblanza de derechos humanos básicos.

El horror de lo que hubiera transpirado si Fjalar no aceptaba el cubo ha estado atacando su consciencia desde entonces. Aún no está seguro de si habría sido capaz de hacerlo, a pesar de saber que las consecuencias hubieran sido más severas si no lograba obligarse a proporcionar el castigo demandado.

Una parte de él aún está sorprendida de que reaccionó tan fuerte en el periodo posterior cuando estuvo a solas con Loki, que su enojo se elevara a tales niveles una vez que el peligro hubo pasado. Pero no hay manera de que hubiera vivido consigo mismo si le hubieran forzado a lastimar a Loki de esa manera. O incluso mirar al dios mientras era lastimado, incapaz de hacer algo para detenerlo.

Porque con honestidad y sinceridad, él se preocupa por Loki.

Y cuando la oscuridad ha caído y el fuego se ha extinguido, y la habitación se queda en silencio tras las palabras de cierre de la historia heroica final, el dios del trueno dice que ya es tarde y es hora de retirarse por esta noche.


Mientras la oscuridad cae, el fuego crepitante en la chimenea dibuja sobras danzantes sobre las paredes, las figuras efímeras creciendo más grandes y oscuras mientras el sol se pone. Las sobras de lo que fue una grandiosa cena que comieron – en una habitación más privada, gracias – han sido limpiadas, y la diversión para esta tarde ha sido patrocinada por Thor quien está recargado sobre sus antebrazos en la mesa de manera muy enérgica, contando una historia de una de sus aventuras de hace mucho, mucho tiempo atrás. Su risa ruidosa resuena por toda la habitación mientras cuenta incidentes divertidos que sucedieron en el camino, y su voz se eleva a niveles dramáticos cuando describe una batalla contra monstruos peligrosos en tierras extrañas, sólo para bajarlo de manera conspiratoria cuando las gloriosas peleas de espadas dan lugar a un suspenso dramático.

Pero Loki apenas y escucha palabra de ello. Justo ahora sólo hay una cosa en su mente – la imagen de Tony parado frente a Fjalar, ofreciéndole al hombre su pequeño juguete para salvar a Loki del castigo que sus acciones imprudentes le ganaron.

Por supuesto, después de todo el tiempo que ha pasado en Midgard, Loki sabe que el cubo colorido es bastante inútil, pero ese no es el punto.

El punto es que Tony lo hizo por él.

Había sido una elección terca y mal considerada en primer lugar el no seguir a Tony y a Thor hacia las letrinas, a pesar de que Thor estaba en lo cierto de decir que nadie se atrevería a lastimarlo aquí, mientras no se comporte inadecuadamente. Pero después de lo que había sucedido con Arnulf, había parecido importante que él se quedara atrás mientras los otros se iban. Como un esclavo, puede que esté en el peldaño más bajo de la escalera, pero al menos podría dar un pequeño show de desafío para esta chusma, mostrarles a todos que no les tenía miedo, que aún se atreví a sentarse sólo en las habitación de Thor sin la protección de su amo y su hermano de la realiza. No se iba a dejar acobardar o intimidar por ellos; que no habían logrado asustarlo hasta someterlo o que le habían quitado su orgullo.

Aunque todo se había ido cuesta abajo cuando el tonto bruto de Fjalar se había acercado a donde estaba sentado y había comenzado un montón de difamaciones sucias e insultos hacia él, incluso usando esa odiada palabra argr, pinchándole con la suposición de que Loki no se atrevería a responder. Y entonces, sus nervios aún tensos tras el incidente de Arnulf, algo se había reventado dentro de él.

Incluso cuando su mano sujeto el jarrón de cerveza, sabía que terminaría arrepintiéndose. Los esclavos no le avientan cerveza a hombres libres sin ser castigados severamente por ello. Y aún así fue incapaz de detenerse; fue como si una fuerza externa tomara control de sus brazos. Su enojo fue demasiado insoportable, el ardor de su orgullo herido demasiado doloroso; eso había alejado la ultima semblanza de pensamientos coherentes y raciocinio de su mente. Entonces fue como si el mundo entero casi se hubiera detenido, su mano se movió por si sola y la cerveza lentamente bañó a Fjalar, su cara contorsionada por sorpresa y furia de que un esclavo se hubiera atrevido a causarle tal indignidad.

Entonces el mundo comenzó a girar de nuevo a su velocidad normal cuando la mano de Fjalar se extendió y golpeó su mejilla, la fuerza del golpe tirándolo al suelo. Un instante después, Tony, con Thor pisándole los talones, llegó corriendo al salón y Loki supo entones que estaba acabado. No habría nada salvándolo ahora, ni incluso la autoridad de Thor habría sido capaz de ayudarle, ni siquiera un príncipe estaba por encima de la ley Asgardiana.

Fjalar demandaría un castigo por esto, demasiado ansioso por la oportunidad de tomar revancha por ofensas pasadas. Y no sería un simple golpe en la muñeca, eso lo sabía con mucha certeza. La petición posterior de cincuenta latigazos como recompensa no le había sorprendido a Loki en lo más mínimo; se esperaba, y no era mucho más de lo que alguien más, en la situación Fjalar, hubiera demandado.

Y excepto por los fútiles intentos de Thor que estaban condenados al fracaso, nadie le defendería o levantaría una mano para intentar ayudarle a salir de esta situación desesperada que su temeridad impulsiva y su pérdida de control le habían provocado.

Nadie, excepto por Tony.

Tony, quien se negaba a hacer lo que muchos en Asgard sin duda dirían que debió de haber hecho con su esclavo mal comportado hace mucho tiempo. En lugar de ello, había estirado la mano y sacado a Loki de su agujero de una milla de profundidad que el mismo había cavado.

Por una vez en su vida, alguien en realidad le había ayudado. No como en su juicio, cuando nadie dijo una sola palabra en su defensa, rodeado de rostros indiferentes y desapegados como estuvo. No, Tony había hecho algo que nadie más en todo Asgard había hecho durante esos largos días que duró su juicio – hablar en defensa de Loki.

Verdad, Tony había hecho algo similar cuando los Einherjers estuvieron a punto de traerlo de regreso a Asgard después de pensar que había tratado de escapar, pero eso había sido diferente, porque entonces él era inocente, no había hecho algo malo. Esta vez, había hecho de lo que le acusaban, y aún así Tony le había defendido, a pesar de ser un extraño y un alienígena en este reino sin aliados que protegieran su espalda con excepción de Thor.

Después Tony había estado furioso con él. Nunca había visto al hombre mostrar tal enojo antes, ni siquiera aquella vez cuando Loki hizo pedazos su sala de estar en un arranque de ira. Pero en está ocasión, la causa de las acciones poco consideradas de Loki casi han forzado al hombre a lastimarlo severamente. Y puede decir, por la preocupación claramente pintada en la cara de Tony, porque está tan enojado.

Fue justo igual que aquel incidente de su infancia cuando había estado provocando descuidadamente un bilgesnipe perdido, pensando que estaba a una distancia segura, cuando el vicioso animal de repente se lanzó contra él, moviéndose más rápido de lo que debería de ser posible para tal bestia pesada, acorralándolo contra una roca. Afortunadamente, Frigga había estado lo suficientemente cerca para llegar corriendo y en el último momento salvarlo arrojando una piedra al hocico extremadamente sensitivo de la creatura, distrayéndolo lo suficiente para que Loki pudiera escaparse, la cara pálida y temblando.

Y Tony le recordó a Frigga en ese momento – tan enojada, gritando y rugiéndole cuan idiota era mientras las manos en sus hombros le sacudían con tal fuerza que sus dientes castañeaban con fuerza. E incluso aunque su enojo le hizo llorar, había sabido por qué estaba ahí.

Porque ella estaba preocupada.

Mientras Tony estaba parado de manera similar frente a él, no había manera de confundirlo – había verdadera preocupación en esos ojos cafés. Preocupación, cuando nadie más en Asgard, salvo por Thor y Frigga, les habría importado un bledo su destino.

Tony, quien de alguna manera había encontrado en él el mostrarle amabilidad y compasión, a pesar de todo lo que Loki le había hecho a su mundo y a él. Tony, su antiguo enemigo, quien ahora incluso le defendía a pesar de sus fechorías pasadas, tan diferentes a sus compañeros Asgardianos en su juicio, su supuesta gente.

Y se da cuenta, entonces, que a diferencia de lo que creyó cuando empezó su ataque contra Midgard, no hay manera de que los mortales sean seres menores, si son capaces de algo como eso, si son capaces de mostrar bondad e incluso defender a alguien quien les ha hecho tanto mal, algo que su propia gente no haría. Débiles, quizás, pero no menores; ¿cómo podría ser cuando eran capaces de tanto?

No, él sabe ahora que nunca considerará que los humanos estén por debajo de él.

Y paradójicamente, la única cosa que le hizo darse cuenta de eso no fue el estar sin poderes o forzado en esclavitud forzosa bajo un mortal, no fue el hecho de ser un esclavo, no fue el ser tratado como uno.

Fue Tony no tratándolo como uno.

Y cuando la oscuridad ha caído y el fuego se ha extinguido, y la habitación se queda en silencio tras las palabras de cierre de la historia heroica final, el dios del trueno dice que ya es tarde y es hora de retirarse por esta noche.


Ahora me tardé 10 días en actualizar... no sé si esto esta mejorando o empeorando, pero esta semana no tengo maestría así que probablemente le avance más rápido a esto, aunque si le preguntan a mi bella beta Rossy, ella dirá que no tengo pretextos porque en realidad el capítulo 84 ya me lo regresó, así que si alguien me recuerda miercoles o jueves, lo subo :P

¿Alguien me preguntó que era Argr? No recuerdo si Loki ya se lo explicó a Tony o está por explicarselo, pero es una manera muy grosera de decir gay pasivo en Asgard, pero es la ofensa máxima que le puedes decir a un hombre-guerrero... Loki lo explica mejor.