Disclaimers: Éste fic es escrito con personajes totalmente ficticios, cualquier nombre que pueda sonar de la vida real es pura coincidencia. Es un fic straight shota, si no les gusta la temática les sugiero no leerlo, eviten dejar reviews, anónimos o bajo cuenta, con críticas o comentarios desagradables.
Los Chippendudes
Conociendo al Equipo
En un cuarto oscuro, se oían los aplausos y voces emocionadas, aparentemente unicamente femeninas, que aparentemente esperaban a que empezara un espectáculo; Aún con la escasa luz, se notaba que había casa llena, y que el público parecían ser chicas con edades que oscilaban entre los trece años y sus veintes. Finalmente se encendieron reflectores, iluminándose un escenario en cuyo fondo se veían las que parecían columnas griegas a medio derribar o ya de plano caídas, y un se oyó un sonido de bocinas encendiéndose.
─Muy bien, señoritas, llegó el momento que todas esperaban, para su disfrute, y su deleite, los chicos que las emocionarán hasta el paraíso, prepárense para deleitarse con: ¡Los Chippenboys!─ se oyó que anunciaba la voz de un chico joven. Ante el anuncio las chicas literalmente se volvieron locas de emoción.
(N/a: Pongan ésta canción en Youtube para escuchar la canción watch?v=AER3Zg5S200).
Ni bien empezó a sonar la música, de un lado del escenario empezaron a salir un grupo de nueve chicos, todos al parecer de trece años, todos, pulcramente peinados y vestidos igual con sacos pingüino que apenas les tapaban el pecho, shorts de spandex que les llegaban a las rodillas, medias negras, botines negros, y cuellos de camisa y corbatas de lazo rojas en el cuello, poniéndose en fila india y con los brazos extendidos.
El grupo era conformado por un chico escuálido de piel blanca, pelo color paja medio largo y ojos marrones; otro era un chico esbelto de pelo negro largo, piel pálida y ojos azules con ligeras ojeras; un chico de piel morena, pelo oscuro corto con mechas rojas, ojos ámbar y cuerpo atlético; un chico esbelto de piel clara, rubio de pelo degradado, ojos verdes, pendientes de diamantes en las orejas y pecas; un chico esbelto de piel canela, nariz ligeramente ancha, pelo negro corto, ojos negros y arracadas en la oreja izquierda; otro era un chico negro de cuerpo atlético de labios gruesos, nariz ancha, pelo castaño corto y ojos marrones ; otro era un chico de cuerpo escuálido de piel morena bronceada, pelo negro corto y ojos marrones; un chico esbelto de pelo rubio corto que se notaba era teñido, piel clara y ojos miel; y finalmente un chico moreno de pelo negro corto, cuerpo esbelto atlético y ojos marrones.
Una vez reunidos los nueve en fila, se doblaron hacia el frente, como queriendo tocar las puntas de sus pies, para luego arrodillarse, moviendo los hombros, y con eso empezaron una rutina que incluía hacer piruetas, mover las caderas con las manos en la nuca, dar la espalda al público para abrazarse y acariciarse ellos mismos, como si se besaran apasionadamente con una chica imaginaria, para luego hacer movimientos hacia delante y detrás con brazos y pelvis, y luego ponerse de cuatro en circulo, y mientras hacían movimientos de cadera en esa posición se turnaban para ponerse en el centro del circulo y moverse independientemente.
Para terminar el acto, los chicos se juntaron en la parte de atrás del escenario, se entrelazaron de brazos, dando unos pasos rápidos en sus lugares, para luego todavía enganchados de los brazos avanzar hacia adelante del escenario dando pasos largos y entre lazados, acto seguido soltarse, extendiendo el brazo hacia adelante, hacer unos movimientos pélvicos y proceder a retirarse en fila, aunque el de pelo paja, el pecoso de pelo rubio degradado y el chico negro se salieron de la fila retrocediendo, para darse la vuelta y hacer un par de lagartijas, para luego levantarse, pasarse una mano por el cabello y repetir el movimiento que hicieron anteriormente, antes de reincorporarse a la fila y retirarse junto al resto, despidiéndose todos con la mano mientras salían, ante los gritos y aplausos de las chicas.
─No se alteren chicas, los chicos aún darán sus actuaciones en solitario, pero eso sí, necesitan descansar y prepararse, mientras disfruten de su servidor DJ Ampere─ declaró el DJ, antes de empezar con una mezcla de música que hizo que las muchachas empezaran a bailar en sus asientos, al tiempo que drones de servicio les traían bebidas y botanas al parecer para pasar el tiempo en lo que empezaba la siguiente función.
Mientras las chicas disfrutaban de las botanas que se les daba durante el descanso, los nueve chicos se metían a un camerino, mientras festejaban y se felicitaban los unos a los otros por una abertura exitosa, mientras se sentaban en los bancos del camerino dispuestos para que ellos descansaran, y se disponían a quitarse los atuendos con los que habían bailado y el brillo corporal que se habían puesto en el pecho.
─¿Luego del descanso a quién le toca pasar al escenario en solitario?─ preguntó el muchacho negro, sacando de un mini bar una lata de refresco. El chico rubio pecoso dio un rápido vistazo al celular.
─Primero va Eliseo, ¿tú apartaste el traje de policía?─ preguntó a su amigo, quien sonrió mostrando sus dientes ligeramente chuecos.
─Pues, ¿qué te digo? Es el que me favorece más─ declaró el chico ligeramente apenado.
─¿No será porque está esa linda mayorcita que dijo que te ves sexy con el? Con la que ya nos has dicho que te gustaría darte una carga─ preguntó el de mechas rojas divertido, haciendo movimientos pélvicos mientras hacía como que sostenía un objeto imaginario.
─Cállate, Dante, que con trabajo conseguimos que tú dejes que uno de nosotros use el de bombero─ declaró el rubio teñido casi riéndose, sacándoles risas al de mechas rojas y al resto.
El grupo conformado por Mateo Martínez (el de pelo castaño paja), Michel Rica (el pelinegro de ojos azules), Dante Suárez (el moreno de mechas rojas), Santiago Carreras (el rubio pecoso), Carlos Del Valle (el de piel canela y nariz ancha), Lucas Burdeos (el muchacho negro), Eliseo Acuña (el escuálido de piel bronceada), Damian D'Carat (el rubio teñido) y Ricardo Casagrande (el esbelto atlético), conocidos colectivamente como los Chippenboys, eran un grupo de amigos que en una de sus tantas juntadas se les había ocurrido formar un grupo de baile para el entretenimiento de chicas de distintas edades, llegando a admitir muchachas que ya estaban en sus veintes, proyecto para el cual contaban con la ayuda de los padres de Ricardo, Santiago, Dante y Mateo, además de su amigo Seiya Ongaku, un chico asiático fanático de la música quien los ayudaba como DJ para sus presentaciones.
─Chicos, chicos, ¡Chicos!─ llamó Mateo, cortando las risas de sus amigos quienes se detuvieron al ver que estaba viendo el celular─ tenemos una situación, un robo al banco del centro de la ciudad─ explicó el muchacho a sus amigos, mostrándoles la transmisión en vivo de lo que parecía ser un robo a un banco, donde se veía a lo que parecía una mujer esbelta, morena de ojos marrones y de pelo castaño en cascada, vestida con top, falda de mezclilla y botas, a quien las balas de los oficiales no tocaban pues éstas literalmente se derretían al estar a unos metros de ella, y un hombre con aspecto de motociclista, de piel pálida con un mohicano gris y ojos grises, que atacaba a la policía con golpes que rompían el concreto.
─Caldera y Puño Férreo─ dijo Ricardo viendo a la pareja.
─¿No trabajaban esos dos con el resto del Equipo de Demolición?─ preguntó Santiago confundido.
─Imagino que ellos dirían que no están unidos por la cadera─ declaró Michel divertido.
─Bueno, caballeros, creo que tenemos trabajo─ empezó a decir Mateo, mientras se levantaba.
─Wow, perate, perate, carnal─ dijo Damian, tomando al chico de los hombros─ creo que deberíamos dejar que los héroes profesionales se encarguen de esos dos─ declaró el chico ligeramente preocupado.
─Además, como que llamaría la atención que cancelemos la función cuando apenas hicimos la entrada─ agregó Eliseo, encogiéndose de hombros. Lucas se carcajeó por lo que el pelinegro había dicho.
─No manches, Eliseo, tú sólo quieres poder echarte a esa mayorcita a la que le gustas de policía─ declaró el muchacho negro divertido. Mateo pasó de largo el pequeño dialogo.
─Santi, después de Eliseo, ¿quién va de ir en solitario?─ preguntó a su amigo rubio, quien de inmediato se puso a revisar la respuesta en su celular.
─Primero va Eliseo, luego Carlos, después Lucas, Damian, tú, Michel, yo, Dante y Ricardo─ citó el muchacho, revisando la información en su celular.
─Y los shows duran aproximadamente unos seis minutos, ¿me equivoco?─ preguntó el de pelo paja a sus compañeros.
─Cinco, seis minutos más o menos─ declaró Michel tras contar mentalmente ayudándose de sus dedos.
─Pues qué fácil, Eliseo, Carlos, Lucas y Damian entretienen al público mientras Michel, Santi, Dante, Ricardo y yo nos encargamos de esos dos, con la media hora que dura el acto de Seiya, y los veinte, veinticinco minutos que nos compran ustedes, vamos y acabamos rápido con ellos─ declaró el chico de pelo paja frotándose las manos.
─Repito, deberíamos dejarle esto a los profesionales─ declaró Damian, torciendo el gesto poco convencido.
─Hablamos de Caldera, todos aquí sabemos cómo someterla casi sin esfuerzo─ declaró Mateo divertido.
─¿La vieja confiable?─ preguntó Michel, pareciendo emocionado.
─La vieja confiable, compadre─ confirmó Mateo sonriendo, poniéndole una mano en el hombro al pelinegro.
─¿Pues qué esperamos, bola de maricas? Tenemos una misión que cumplir─ declaró el chico emocionado al tiempo que, para nula sorpresa de sus amigos, su cuerpo empezaba a volverse invisible, mientras que la ropa con la que había salido a bailar empezaba a volar por el cuarto.
Los Chippenboys tenían un secreto, uno que muy pocas personas fuera de sus grupos de confianza sabían, y era que los nueve eran aspirantes a superhéroes, todos estudiantes de la Academia Superior, lugar donde se conocieron, algunos hijos de superhéroes queriendo seguir los pasos de sus padres, otros hijos de villanos retirados queriendo seguir un camino diferente al de sus progenitores, y otros hijos de personas comunes y corrientes, sin poderes, queriendo demostrar que un héroe no viene de un gran linaje sino de una gran persona; juntos eran el equipo de superhéroes más joven en la Ciudad de México: los Chippendudes (cosa que demostraba que los civiles parecían no notar ciertas coincidencias). Con una mirada de Mateo, Carlos activó una aplicación en su celular, que hizo que el amplio armario donde guardaban los atuendos con los que bailaban se moviera, mostrando un armario oculto donde guardaban los trajes con los que salían a hacer deber de superhéroes.
Mateo agarró y se puso una camisa blanca ajustada estilo halter, corbata de lazo negra, puños de camisa en las muñecas, hot pants negros de mezclilla, botines de deporte negros y un antifaz negro, además de desarreglarse el cabello de forma que un mecho le tapara uno de sus ojos marrones; Ricardo se puso una camisa blanca ajustada estilo halter, corbata de lazo azul, puños de camisa en las muñecas, hot pants negros de licra, botines negros de deporte y antifaz azul; Dante se vistió con camisa blanca ajustada a botones sin mangas, corbata de lazo roja, puños de camisa en las muñecas, pantalones negros de spandex, botines negros de deporte y antifaz rojo; Santi se puso una camisa blanca ajustada estilo halter, corbata de lazo amarilla, puños de camisa en las muñecas, hot pants negros de spandex, tenis de deporte amarillos y antifaz amarillo; y una fuerza invisible, que los chicos sabían de antemano era Michel, sencillamente agarró un cuello blanco de camisa, una corbata de lazo azul, puños de camisa también blancos y botines negros de deporte, que en conjunto eran todo lo que permitía a los otros saber dónde se encontraba el chico pelinegro.
─Antes de irnos─ dijo Santiago de pronto, abriendo el mini-bar que tenían en el cuarto de descanso una botella deportiva, llena de un liquido blancuzco, que recibía un tono amarillo apagado dado el color del plástico de la botella. El rubio dio un buen trago a la botella, y una energía eléctrica empezó a rodearlo─ Los veo allá─ declaró el chico mientras que a una velocidad vertiginosa devolvía la botella al mini-bar y acto seguido salía del cuarto por la entrada que les permitía salir del edificio sin pasar por el escenario.
─Bueno, Ricardo, Dante, Michel, ya oyeron al chico veloz, tenemos trabajo─ declaró Mateo para acto seguido salir del cuarto por la misma puerta por la que Santiago había salido corriendo, seguido por los otros tres.
Mientras tanto, Caldera y Puño Férreo terminaban de robar el banco, metiendo el botín en un auto que una vez subieron los dos el hombre roquero condujo a toda velocidad, no sin antes la mujer se asegurara de derretir los neumáticos de las patrullas de policía. Tras veinte minutos de conducción rápida, al parecer sin hacer reparo en el limite de velocidad o en el tráfico, lo que llevó en más de una vez durante su huida a casi causar un accidente, o atropellar peatones, llegaron a su escondite por el momento, un almacén abandonado, donde bajaron del auto, Puño Férreo llevando en cada brazo las bolsas con el botín.
─¿Y decía Bola Demoledora que no podríamos robar el banco nosotros solos?─ declaró Caldera divertida mientras giraba sobre su eje, haciendo levantar su falda evidenciando que no llevaba ropa interior. Puño Férreo no pudo evitar carcajearse por lo bajo.
─Sí no te conociera, Caldera, diría que te gusta exhibir que te gusta llevar la papaya al aire─ declaró el mohicano con picardía en la voz.
─¿Qué te digo? Me gusta que se mantenga fresca, tal vez incluso luego me gaste mi parte en irme de antro, tal vez conseguirme uno o dos acompañantes─ declaró la morena relamiéndose los labios.
─Recuerda que los otros seguro querrán una parte─ declaró Puño Férreo, cruzándose de brazos.
─Y yo quiero que Impacto no sea un desperdicio de hombre prefiriendo chicos jóvenes, pero ambos tendremos que resignarnos─ replicó Caldera desdeñosamente.
─Me cuesta creer que no seas homofóbica─ declaró el de pelo grisáceo con acidez.
─Porque no lo soy, sólo me molesta que pedazote de hombre prefiera culos de chamacos de prepa en vez de reventar éste coñazo que me cargo─ declaró la mujer volteándose a ver a su compañero mientras se doblaba hacia adelante y levantándose la falda, como queriendo enseñar su vagina al aire─ lo que daría porque me meta ese enorme pedazo de...─ empezó a decir, cuando de la nada dejó de hablar, cambiando su expresión de malicia a una de sorpresa, cambiando su expresión de sorpresa a una de éxtasis total, cosa que sorprendió más a su compañero.
─¿Qué te pasa?─ preguntó Puño Férreo bastante extrañado al ver que su compañera se había quedado callada─ ¿Caldera?─ volvió a preguntar, al ver que ella empezaba a abrir los ojos y la boca, sólo para recibir de respuesta un sonoro gemido de placer. Al mirar más de cerca, vio que la mujer se encontraba en una posición en que estaba con las manos estiradas hacia atrás, como si alguien la estuviera sujetando de las muñecas, y moviéndose de atrás para adelante, lo que le permitió comprender qué sucedía: alguien se la estaba cogiendo. Alguien invisible.
─Vaya, Desaparecido, había oído por ahí que ya tenías una esposa, no sabía que fueras capaz de ponerle el cuerno─ declaró el villano de atuendo roquero divertido, preparándose para lanzar sus poderosos puñetazos contra el héroe invisible.
Pero antes de dar un paso, una saeta color amarillo salió de la nada y corrió alrededor de él, creando un vórtice el cual lo envolvió y le impidió avanzar, vórtice que se disipó justo a tiempo para que el criminal recibiera una bola de fuego que lo impactó en el pecho y lo catapultó a varios metros, y al levantar la mirada mientras se levantaba vio a cuatro chicos, un chico de mechas rojas, uno de pelo oscuro, otro rubio pecoso y otro de pelo paja, los cuatro vestidos con una… interesante versión de trajes de gala.
─Vaya, vaya, ahora resulta que Desaparecido recibe la ayuda de niños─ declaró divertido al tiempo que se ponía de pie─ ¿No están muy chicos para meterse en asuntos de héroes y villanos, chamacos?─ preguntó divertido tronándose los nudillos.
─¿Por qué no atacas y lo descubres, vejete ridículo?─ preguntó divertido el muchacho de pelo paja, haciéndole un movimiento de provocación al villano.
Puño Férreo, siendo un hombre de mecha corta, se sintió ofendido por el comentario del chico, furioso se lanzó contra él, preparando sus puños para romperle el esternón de un puñetazo, no importándole que a quien pensaba despedazar fuera un niño. Incluso pensaba que la idea de haber asesinado a un chamaco haría que su reputación en el bajo mundo despegara, tal vez hasta podría convencer a Impacto y Sierra de que él sería mejor líder del Equipo de Demolición que el barril de grasa de Bola Demoledora.
Pero su confianza se convirtió en sorpresa cuando, al dar el golpe, sólo oyó el típico sonido de impacto, pero ni sintió su puño atravesar el órgano, el hueso o siquiera la piel, y al levantarse el polvo generado por el impacto vio que en lugar del muchachito escuálido al que le había lanzado el puñetazo se encontraba uno que tenía su misma cara, su mismo cabello, su mismo atuendo, pero con la musculatura de un fisicoculturista.
─Tonto─ declaró el ahora musculoso chico con burla, antes de propinarle un puñetazo que lo mandó a volar, recibiendo mientras caía bolas de fuego de las que apenas con sus brazos se pudo defender.
Cuando aterrizó, y se levantó no sin dificultades, se encontró cara a cara con el chico de pelo oscuro, quien le sonrió divertido antes de plantarle un puñetazo, el cual Puño Férreo no pudo devolver pues cuando intentó hacerle lo mismo que intentó hacerle al otro chico fue como si intentara golpear el aire, pues su puño traspasó al chico como si fuera un fantasma, cosa que le permitió a éste seguir propinándole puñetazos libremente hasta volver a hacerlo caer.
─¡Caldera, una ayudita por aquí seria apreciada!─ declaró el roquero furioso, viendo fastidiado como su compañera parecía perdida en su mundo, siendo follada por un amante invisible.
─Creo que Invisible hace un buen trabajo manteniendo ocupada a tu compañera─ declaró el chico de pelo paja divertido. Las manos de Caldera se juntaron como si algo las uniera y una mano se hizo visible, levantando el pulgar con gesto afirmativo, antes de volver a desaparecer. El villano de puños fuertes apretó los dientes con furia.
─Oye, Contraataque, creo que es hora de que terminemos con ésto─ sugirió el chico de pelo rubio.
─Tú lo has dicho, Santi Veloz, ¡Fuego Candente, Espíritu, Maniobra Ocho!─ declaró el musculoso chico, y los demás asintieron con la cabeza.
El chico rubio, que ahora Puño Férreo sabía se hacía llamar Santi Veloz, empezó a correr a su alrededor, volviendo a crear el vórtice, pero dado que ahora se mantenía a cierta distancia para evitar los poderosos brazos del criminal; por su parte el ahora conocido como Fuego Candente le lanzaba varias bolas de fuego que finalmente lo derribaron; y para hacer más difícil su situación el que se hacía intangible, el que era conocido como Espíritu, salió del piso y lo sujetó del piso antes de volver a hundirse, atrapando sus brazos bajo el concreto hasta los hombros, impidiéndole mover los brazos, y lo peor fue ver al que obviamente era el líder, el tal Contraataque, bajando de un gran saldo con dirección hacia él. De milagro el golpe no lo impactó a él, sino al piso delante de él, pero con la bastante fuerza para catapultarlo hacia una pared a varios metros, lo bastante fuerte para noquearlo, dando por terminada la pelea.
Viendo triunfales cómo el criminal yacía noqueado en el piso, Contraataque, Santi Veloz, Fuego Candente y Espíritu chocaron las palmas orgullosos de haber vencido un villano como Puño Férreo, que si bien era un villano más bien de mediana dificultad, como el resto del equipo de Demolición, tampoco era uno de sus compañeros de la Academia Superior fingiendo ser un villano para un ejercicio. Un sonoro gemido llamó su atención, y al voltear vieron que Invisible, ahora visible, mostrando que estaba totalmente desnudo, seguía cogiéndose a Caldera, a quien ya le había subido el top, con sus grandes pechos al aire, los cuales el pelinegro ya se encontraba acariciando.
─Oigan, maricones, ¿van a unirse a la fiesta o sólo yo voy a aprovechar que ya puedo hacer esto por gusto y no sólo para distraerla?─ preguntó el chico divertido, sin dejar de hacer el mete-saca. Los demás se miraron entre sí.
─No sé ustedes, pero yo le entro, llevo rato usando la imagen de Michel dándole caña a la vieja esa para darme cuerda y tengo que bajar ésto─ dijo Fuego Candente, lo bastante bajo para asegurarse de que Caldera no escuchara que llamó a Invisible por su nombre de civil, mientras se jalaba el pantalón de spandex, mostrando la erección que cargaba, la cual sacudió un poco a los lados mientras caminaba hacia la pareja.
─Yo le entro, digo ya tenemos a Puño Férreo vencido y bien noqueado y tal parece que Caldera tampoco dará mucha pelea así que, ¿por qué no aprovechar que Invisible ya la tiene sometida?─ preguntó Santi Veloz casi atropelladamente, al parecer debido a su velocidad, mientras igualmente con mucha velocidad se despojaba de su short de licra mientras se encaminaba hacia donde se hallaban sus amigos.
Mateo y Ricardo observaron cómo Santiago y Dante se unían a Michel, en caso de ellos poniendo a Caldera a practicarles sexo oral, cosa a lo que la criminal ni se resistió. Matías no pudo evitar pensar que sus amigos tenían razón sobre que deberían aprovechar que Caldera justo en ese momento parecía totalmente sumisa, al parecer dispuesta a rendirse con tal de tener tantas pollas alrededor. El chico de pelo color paja miró al moreno, y fue cuando notó que había una lucecita brillando en su corbata de moño; una lucecita que él y el resto del equipo conocían bastante bien.
─¿Estás grabando, cabrón?─ preguntó, ligeramente molesto de que el otro chico realmente hubiera activado la cámara oculta que él y Damian ocultaban en sus corbatas, justamente las tenían para ese tipo de situaciones; a veces perturbaba lo ocurrentes que el chico intangible y el chico capaz de volverse diamante.
─¿Crees que iba a desaprovechar, Capitán?─ preguntó Espíritu divertido mientras se dirigía hacia la pequeña orgía, también despojándose de su short de licra al tiempo que lo hacía.
Mateo veía a sus amigos y compañeros de equipo mientras éstos gozaban haciendo suya a Caldera (Michel acababa de eyacular y le había cedido el turno a Santi para penetrar a la villana, mientras el pelinegro volvía a ponerse su indumentaria y volvía a hacerse invisible. Sabiendo que no hacer lo mismo que sus amigos sería ser el pendejo más grande de la historia de México, decidió sacarse su short de mezclilla, mostrando (modestia aparte) que era el más grande del grupo con diecisiete centímetros de largo.
Se acercó al grupo, viendo como la mujer morena era penetrada por Santi al tiempo que alternaba entre masturbar y practicarle felación a Ricardo y Dante, y literalmente restregó su hombría delante de Caldera, a la cual le brillaron los ojos al ver el miembro del muchacho, y con todo y tener a los otros tres chicos a su alrededor se lanzó a devorar el miembro del ahora musculoso chico, sacándole un sonoro gemido de placer. Mateo sonrió divertido mientras chocaba puños con Dante y Ricardo, quienes ahora eran masturbados por la villana, y con Santi, quien se encontraba dándole caña mientras la penetraba aprovechando su velocidad, cosa que Caldera parecía apreciar.
Tras unos minutos Santi finalmente se corrió, saliendo del interior de la mujer y recogiendo su short del suelo y poniéndoselo a toda velocidad, para luego al parecer chocar puños con el puño flotante de Michel, el cual sólo había hizo visible su mano para felicitar a su compañero por la hazaña.
Una vez que la vagina de Caldera estuvo disponible, Dante no se hizo esperar y tomó su turno para hacer suya a la villana licuefactora, penetrándola con fuerza y sacándole un gemido sonoro y ligeramente de dolor; Mateo y Ricardo adivinaron rápidamente que era porque debido a cómo funcionan los poderes de su amigo de mechas rojas, seguramente sus palmas generaban bastante calor. Mientras el chico pirokinético penetraba a la morena, el de pelo paja y el pelinegro se dedicaban a recibir sexo oral de ésta. Tras diez minutos, en los que Caldera soltaba gemidos de placer y dolor mientras que los dedos con los que Dante le atenazaba los glúteos básicamente echaban humo, el muchacho soltó su carga dentro de la mujer.
El siguiente en tomar turno fue Ricardo, quien sólo por diversión le dio una fuerte nalgada a Caldera, haciéndola soltar un gemido ligeramente adolorido pues aún se mostraban las quemaduras causadas por los dedos calientes de Dante, antes de penetrarla, agarrando los aún adoloridos glúteos de la mujer morena antes de un mete-saca lento y profundo, que en cada metida el muchacho apretaba tanto su pelvis como podía, casi como si Espíritu intentara llegar hasta el útero de Caldera con su miembro, cosa que Mateo por su parte hacía con la boca de ésta. Finalmente tras cinco minutos de vaivén, Ricardo soltó su semilla en el interior de la villana.
Mateo, viendo cómo su amigo pelinegro se volvía a poner la licra, decidió aprovechar y reclamó el último turno, penetrando a Caldera con la misma fuerza con la que lo hizo Dante, cosa que le sacó un fuerte gemido a la villana dado para su ya adolorida vagina un miembro que encima era el más grande de los cinco que la habían bombardeado en los últimos tres cuartos de hora, y más cuando no espero nada tras entrar de golpe para empezar el mete-saca que de plano la dejó con los ojos en blanco, que de no ser porque el chico de pelo paja la sujetaba de las muñecas se hubiera desplomado en el piso.
Santiago, Dante, Ricardo y un invisible Michel, quienes ya se terminaban de poner los pantalones (excepto por el chico invisible) contemplaban cómo el que era técnicamente el líder de los Chippendudes sometía a Caldera con la habilidad de un profesional. El chico intangible, tras ajustar la cámara oculta en su corbata de lazo, y buscando expresar su admiración por Mateo, alzó su puño en dirección hacia sus demás amigos, quienes con una sonrisa no dudaron en chocar puños con él, Michel haciendo visible su mano para participar en el choque de puños.
Finalmente, tras diez minutos de mete-saca intenso, Mateo sintió que llegaba a su orgasmo, por lo que sujetándose con fuerza a los pechos de Caldera, causando que su miembro entrara más en el útero de la criminal, soltó cinco fuertes disparos de esperma en su interior. Una vez alcanzado su orgasmo, Mateo soltó a Caldera, quien se desplomó en el piso, agotada, adolorida, pero con una expresión de satisfacción total, con los ojos en blanco y una sonrisa satisfecha. Mateo, que se recuperaba de su propio orgasmo, se volvió a poner su short de mezclilla mientras se dirigía a sus amigos, chocando el puño con los cuatro que lo miraban sonrientes.
─¿Ya llamamos a la policía?─ preguntó Mateo al resto, viendo a Puño Férreo y a Caldera ambos ya fuera de combate, uno por el golpe recibido y otra por el orgasmo provocado.
─La llamamos hace como cinco minutos, de hecho no deben tardar nada en llegar─ declaró Santiago, mostrando uno de los gemelos de los puños de camisa que usaba en las muñecas, que más que tal era un transmisor para avisar a las autoridades.
─Pues vámonos haciendo menos, igual ya mero se nos termina el tiempo para volver al almacén antes de que nos toque a nosotros─ declaró el chico de pelo paja dirigiéndose a la puerta trasera del escondite.
Unos diez minutos después, los chico chicos, medio agitados, incluso Santi a quien durante la pelea se le había acabado el combustible, llegaban al almacén donde hacían sus shows de baile. Siendo recibidos por Mónica Dulce, una bella muchacha en sus tardíos veintes de piel clara, ojos verdes y rizos rubios, quien para los de afuera sólo era la modista que hacía los atuendos que los Chippenboys usaban en el escenario durante sus actuaciones las cuales también organizaba, pero para éstos y sus familias era también quien había diseñado sus atuendos como los Chippendudes, usando materiales a los que sólo los que diseñaban ropa para superhéroes tenían acceso.
─¿Dónde carajos estaban? Damian justo terminó su acto, y aunque le pedí a Seiya que nos comprara algo de tiempo, a menos que quieras que las chicas se aburran, Mateo, te me vas desvistiendo pero para ayer─ declaró la rubia mientras le arrojaba el atuendo que usaría para su show en solitario. El chico de pelo paja no pudo evitar sonreír divertido, pues si bien Mónica era estricta con ellos era porque sabía cuánto les gustaba hacer el acto de los Chippenboys y que necesitaban echarle tantas ganas como en la Academia Superior.
─Espera, Mateo, creo que olvidas algo─ declaró Michel, quien se veía atrevido usando su traje de héroe estando visible. El de pelo color paja vio que tenía colgando de un dedo un aro de cuero con un pequeño cuadrado de plástico en un lado; fue cuando vio que todavía tenía músculos producto de su poder.
─Chingada madre, el Inhibidor─ rezongó el muchacho fastidiado─ me choca usar esa madre─ declaró; el aparato que Michel le ofrecía justamente era un collar Inhibidor, diseñado para anular los superpoderes.
─Pues sí, compadre, pero las chicas sospecharían que en el baile de apertura apenas tenías músculos por la testo y de golpe eres Alexis Minauro─ declaró Dante poniéndole una mano en el hombro con comprensión.
Mateo, con todo y lo fastidiado que estaba por usar el collar, no pudo evitar soltar una risita al escuchar la mención de su amigo del joven boxeador brasileño que en su Instantegraf presumía de tener novias que incluso incluían muchachas mayores, y no teniendo más opción que darle la razón a su amigo pirokinético tomó el collar de la mano de Michel y se dirigió a cambiarse para su show.
Cinco minutos después, durante los cuales DJ Ampere, o sea Seiya, entretuvo a las asistentes con una de sus mejores mezclas hasta el momento, acompañado de un show de luces, luego de decir que habían tenido unas "dificultades técnicas" y que el show en solitario que seguía empezaría en breve, Mónica se acercó al muchacho asiático y le susurró algo al oído y éste asintió.
─Muy bien, hermosas, ustedes fueron pacientes y esa paciencia ya tiene su premio, aquí lo tienen, el siguiente de nuestros jóvenes galanes, él es: ¡Mateo!─ anunció el chico, y las chicas del público aplaudieron y gritaron emocionadas ante el anuncio.
(N/a: es ésta canción de Youtube watch?v=L6h3kPcUIHI)
Las luces se encendieron en un espectáculo estroboscópico, en el que destacaba un reflector en el escenario donde se encontraba Mateo, vistiendo un overol de tirantes de mezclilla deslavado, que apenas tapaba su entrepierna y su estómago, un collar de cuero ajustado en su cuello, un casco de construcción, guantes de lana y botas de trabajo cafés. Las chicas gritaron ante la visión.
Ni bien empezó a sonar la música, el muchacho empezó a moverse animadamente, acariciando su bulto sobre el overol invitando a pensar que no llevaba ropa interior, haciendo uso de sus músculos naturales, ya fuera flexionando sus brazos y acariciándose el pecho, aprovechando cada momento en que sus dos manos se encontraban en su pecho deshacía los broches de los tirantes del overol, dejando expuesto su estómago por el cual pasó sus manos enguantadas. Hizo un baile increíble al ritmo de la música, para finalizar haciendo pose flexionando un brazo, sacándoles gritos emocionados a las chicas. Las luces se apagaron mientras las chicas seguían ovacionando al chico de pelo paja mientras éste se bajaba del escenario, y estaba por llegar a donde estaban los camerinos cuando sintió una mano sujetarlo del brazo; al voltear se encontró con una pelinegra de al parecer dieciocho años, bastante guapa, no más alta que él esbelta y de ojos marrones, vestida de blusa de tirantes y jeans.
─Disculpa, ¿es verdad que ustedes….?─ la chica parecía no saber cómo terminar su pregunta, como si tuviera pena, y Mateo no pudo evitar sonreír, entendiendo lo que quería preguntar.
─Claro, si gustas sígueme─ ofreció el muchacho tomándola de la mano, y dirigiéndola hacia los camerinos.
Una vez en los camerinos, Mateo guió a la muchacha por una puerta casi al lado de donde entraron, y tras caminar por un estrecho túnel llegaron a lo que parecía un patio interior redondo, alrededor del cual había unas nueve puertas, y la muchacha no pudo evitar sonrojarse al escuchar rechinidos y voces hablando y hasta gritando de excitación detrás de las que tenían escrito "Eliseo", "Carlos", "Lucas" y "Damian" en éstas, lo que permitía adivinar fácilmente qué ocurría detrás de éstas.
Finalmente llegaron a una que tenía el nombre del chico pelipaja escrito, y Mateo la abrió, guiándola a una habitación que tenía techo de ventanas, al parecer con película reflectiva para evitar que alguien pudiera ver dentro de la habitación, con pesas, algunos pósters de chicas y algunos muebles, destacando una cama con sabanas rojas. La chica estaba impresionada por lo que veía.
─¿Vives aquí?─ preguntó impresionada. Mateo no pudo evitar reírse por lo bajo.
─Algo así, para la versión oficial para nuestros padres, nosotros usamos las habitaciones para pasar la noche cuando necesitamos estudiar juntos o tenemos una presentación al día siguiente, pero en secreto también las usamos para… atender a algunas chicas que vienen a vernos─ explicó Mateo, mientras la abrazaba y aprovechaba para estrujarle una nalga sobresaltándola; naturalmente omitió que también usaban la casa interior como cuartel de los Chippendudes, así como que no todos los padres desconocían que le deban ese uso a las habitaciones.
Aceptando la explicación, la muchacha, rodeó el cuello de Mateo con los brazos y empezó a darle besos en la boca, los cuales pasaron a ser un beso más apasionado al tiempo que el muchacho la abrazaba por la cintura. El de pelo color paja rompió el beso sólo para terminar de sacarse el overol, impresionando a la chica no sólo al ver que en efecto el chico no llevaba ropa interior, sino en el tamaño de su miembro, el cual ni dudó en lanzarse a devorar, sacándole al chico un gemido de placer. La chica estimuló el miembro de Mateo por unos minutos hasta que sintió cómo crecía, y al sacarla de su boca vio que si de por sí dormida se veía grande, despierta se veía grandísima. Mateo no pudo evitar reírse ante cómo la muchacha veía su hombría embobada.
La hizo levantarse y le retiró la blusa, y aprovechó volver a besarla para abrirle el sostén y bajarle hasta quitarle tanto los jeans como las bragas, dejándola más expuesta que él. Aprovechando que ella era más pequeña que él y pesaba poco, Mateo hizo uso de su fuerza natural, o sea la que tenía sin hacer uso de sus poderes, para levantarla en forma nupcial y llevarla a la cama, donde aprovechó para estimularla con su boca, haciendo que ella soltara varios gemidos mientras se acariciaba los pechos. Cuando estuvo lo bastante húmeda se acomodó de forma que quedaran cara a cara, y poco a poco la fue penetrando, disfrutando de las expresiones de placer conforme entraba en su interior, y una vez que estuvo completamente dentro esperó a que se acostumbrara a tenerlo en su interior antes de empezar un vaivén de mete-saca, de sacarla hasta sólo tener la punta dentro de ella para luego volver a meterla completa.
Mateo no se tentó el corazón, pues sabía que la chica era lo bastante mayor para ya estar bastante acostumbrada al vaivén rudo, la puso de lado, sujetó a la chica del glúteo y empezó a darle con fuerza y velocidad, sacándole gemidos de placer a la chica, quien se aferraba con fuerza a la sabana roja a causa de la excitación de ser tan violentamente penetrada; luego alargó el brazo y agarró del cuello a Mateo, haciéndolo acercarse y ponerlo a chuparle un pecho sin dejar de penetrarla. Finalmente, tras unos veinte minutos de faena, Mateo tuvo un fuerte orgasmo, soltando fuertes chorros de esperma en el interior de la pelinegra, antes de caer desplomado.
─Bueno, tú ya sabes como me llamo pero, ¿cómo te llamas tú?─ preguntó interesado el de pelo color paja, con la respiración aún agitada por el orgasmo y la faena.
─Puedes llamarme Vivica─ se presentó la pelinegra, igual aun jadeante.
─¿Seguirás viniendo a vernos?─ preguntó Mateo, ligeramente expectante.
─Puedes considerarme tu nueva fan, guapo─ declaró la chica sonriente, sacándole una risa al chico.
Un típico día para el grupo.
Fin
Mi primera historia hecha con personajes completamente originales en vez de lo que técnicamente es un fanfic, hecho más que nada por motivación de mi buen amigo Fire Conejo, espero que sea de su agrado, intentaré actualizar éste y otros trabajos. Les habla BlackRose9213 deseándoles buenos días tardes o noches, sea la hora en que lean éste fic.
