Disclaimers: Éste fic es escrito con personajes totalmente ficticios, cualquier nombre que pueda sonar de la vida real es pura coincidencia. Es un fic straight shota, si no les gusta la temática les sugiero no leerlo, eviten dejar reviews, anónimos o bajo cuenta, con críticas o comentarios desagradables.
Los Chippendudes
Entrenamiento de Rescate
Una mañana de viernes como cualquier otra, y Michel Rica se dirigía a donde él tomaría el autobús a la escuela. El muchacho se sentía ligeramente incómodo aún cuando su atuendo constaba sólo de una camiseta blanca de botones de broche, shorts negros, mocasines negros y sus lentes de montura negra, los cuales realmente no tenían mucha graduación por lo que sólo no podía ver muy lejos sin ellos; la verdad él siempre había sido de andar al natural, aprovechando su invisibilidad para poder hacerlo sin causar revuelo, pero para su mala suerte si lo hacía con la frecuencia que le gustaría (entiéndase siempre) los maestros pensarían que se iba de pinta en vez de ir a clases, y sencillamente hacer saber que se hallaba en el cuarto con sólo hablar siendo invisible haría que los docentes lo obligaran a hacerse visible de nuevo, lo que le causaría sin duda un par de problemas. Mendigos cerrados de mente.
Una vez llegando a donde lo recogería el autobús para ir a la Academia Superior, vio que Eliseo ya se encontraba ahí, junto con otros estudiantes. La verdad su amigo pelinegro se veía curioso con su atuendo que constaba de camisa a botones, jeans, botas de montaña, y una boina negra que casi le recordaba a la del ratoncito de las películas que él veía de niño; a ojos de Michel, Eliseo, cuando iba vestido con algo que no fuera su atuendo de superhéroe o alguno de sus trajes de Chippenboys, parecía sacado de una de esas fotografías antiguas, siendo los jeans y las botas de montaña lo único que mostraba que el chico pelinegro era de su misma época.
─Michel, ¿qué onda, compadre?─ dijo el pelinegro, saludando al otro pelinegro chocando los puños.
─¿Listo para lo de ésta tarde?─ preguntó el de pelo largo divertido.
─Listo para andar de flor en flor─ concordó el otro chico divertido.
Por el inicio de la primavera, los muchachos pensaban hacer una presentación especial para las chicas, como hacían en los meses especiales en el año que llevaban haciendo el acto de baile, y ya se acercaban al primer año de estar haciendo el proyecto de los Chippenboys. Y tal parecía que Mateo y Mónica habían preparado una actuación de entrada que básicamente era tirar la casa por la ventana; los demás estaban seguros que sus fieles fans lo adorarían y hasta conseguirían nuevas.
Finalmente llegó el autobús que los llevaría a la Academia Superior (lo reconocían porque tenía las letras A.S escritas en el cofre), y el par de pelinegros se subió junto con los demás chicos que esperaban. Aunque tuvieron un mal augurio de que tendrían un día pesado al ver estela de humo negro que salía de una ventana de la parte de atrás, que fue confirmado cuando subieron y vieron, sentado en el fondo del vehículo, a un chico escuálido de pelo castaño degradado y peinado con gel hacia atrás, ojos marrones y nariz ancha, vestido con camiseta blanca con logotipo de doble M, jeans ajustados y tenis deportivos, al cual le salia humo de la boca. Iba acompañado de un chico delgado de pelo castaño ondulado, ojos marrones y pecas, vestido con camiseta polo a rayas azules y amarillas, jeans, tenis blancos, gorra con visera hacia atrás y lentes de montura ovalada; un chico de cuerpo delgado atlético, piel ligeramente bronceada, ojos marrones, pelo negro y nariz ligeramente grande, vestido de camiseta blanca, jeans y tenis desgastados; un chico de cuerpo delgado atlético piel larga, de pelo rubio largo hasta el cuello y ojos azules, vestido con camiseta azul con motivos de burbujas, jeans negros y zapatillas blancas; y una chica esbelta de pelo color miel, piel clara, ojos marrón claro y pechos medianos, vestida con una blusa blanca con mangas rosas, leggins negros y flat shoes rosas.
Era Maximiliano Maldonado, un compañero de su grupo que para acabarla de fastidiar se sentía el único con material para ser un superhéroe, lo que lo volvía el chico más arrogante de la Academia. Lo que era a ojos de Michel y Eliseo, y del resto de los Chippendudes, era un cretino que usaba a los chicos que reclutaba para su "equipo de superhéroes" para que hicieran todo el trabajo y él se llevara todo el crédito. Los chicos que lo acompañaban eran Ramón Santana (el de pelo ondulado y lentes), hijo del conocido superhéroe Grito con el mismo poder que su padre, Zuberi El-Raddad (el de piel bronceada), un chico hijo de inmigrantes egipcios, Masu Fuentes (el chico de pelo largo), el hijo de la superheroína Sirena, igual que Ramón con el mismo poder que su progenitora, y Estela Bracho (la chica), la que para fastidio de los chicos era la actual novia de Maldonado, y fastidio pues era de las chicas más guapas de la Academia.
─Miren a quién tenemos aquí, a dos de los Chippengays─ declaró el chico de aliento de humo con burla, riéndose de su propio chiste, mientras los otros sólo les mandaron a Michel y Eliseo miradas de saludo y disculpa; los dos sabían, por tal o tal circunstancia, que Ramón, Zuberi, Masu y Estela no compartían la opinión de Max sobre ellos y el resto de sus amigos.
─Si somos gays, ¿por qué conseguimos más chavas que tú, Minimiliano?─ contraatacó Eliseo divertido, moviendo su dedo meñique como haciendo una referencia oculta, haciendo reír a Eliseo y a algunos de los chicos que ya empezaban a sentarse en los asientos del autobús, incluidos los "amigos" del chico de pelo engominado, a quienes éste calló con una mirada dura.
─Eso es sólo porque no ven que hay algo mejor aquí─ declaró el otro muchacho con arrogancia, mientras se levantaba la camiseta, enseñando su cuerpo que a pesar de ser escuálido también tenia una ligera pancita, cosa que para su enfado sólo genero risas burlonas entre los chicos aledaños.
─¿Hablas de algo como esto?─ preguntó Michel con ironía, mientras él y Eliseo también se levantaban las camisas, mostrando sus vientres planos, y que de hecho empezaban a mostrar abdominales, recibiendo chiflidos y vitoreos de parte de los otros chicos en el autobús, principalmente las chicas.
─¡Papis!─ gritó una chica.
─¡A ver cuando se presentan en la escuela!─ secundó otra.
─¡Mucha ropa!─ terció otra, haciendo que las carcajadas estallaran en el autobús. A Maximiliano le hirvió la sangre al ver cómo mientras de él se reían, las chicas hasta babeaban con los dos pelinegros.
─¡A ver, chamacos, nada de andar de exhibiciomistas en el autobús, así que siéntensen pa que nos podamos ir a la escuela!─ gritó el conductor, cortando las risas y haciendo que Michel, Eliseo y los chicos que seguían de pie básicamente correr a los asientos que seguían disponibles.
Una vez todos sentados, y al parecer ya teniendo a todos los que tenía que recoger, el conductor emprendió camino. Pasado un tiempo, el autobús empezó a ir por la que parecía una pista en construcción; una construcción que daba la pinta de haber sido abandonada hacía mucho tiempo. Cuando ya se acercaba al final de la pista en construcción el vehículo aceleró, pero los chicos no parecieron asustarse, al contrario parecían emocionarse, aún cuando el autobús se aproximaba a toda marcha a las barras de seguridad que marcaban el final del camino. Y lo que parecía que iba a pasar seguro tendría que ver con que las barras de detrás de los asientos empezaron a bajar, volviéndose barras de seguridad parecidas a las de los coches de montañas rusas.
Cuando ya parecía que el autobús iba a caer por el puente sin terminar, las barras de seguridad bajaron y si bien el vehículo escolar si se impulso fuera de la seguridad del puente, no se desplomó al vacío pues ni bien dejó de tener pavimento bajo sus llantas, pues antes de tal cosa el autobús desplegó unas alas sobre sus neumáticos, los cuales se guardaron como si fueran un tren de aterrizaje, y en la parte de atrás se abría, mostrando un grupo de turbinas; en unos segundos, el autobús se había convertido en un cohete pequeño que despego con dirección al cielo.
Los chicos dentro del autobús, salvo Maximiliano quien seguía con su cara de pocos amigos y echando humo (literalmente hablando) tras la humillación recibida por Michel y Eliseo, gritaban y hasta alzaban los brazos como si se encontraran en una montaña rusa, emocionados por las subidas y bajadas que hacía el autobús al estar volando cual cohete; a ninguno le preocupaba que algún normal pudiese ver la combinación entre camión escolar y cohete, pues sabían que al momento de despegar el conductor también había activado un sistema que básicamente camuflaba el autobús con el cielo, haciéndolo prácticamente invisible ante los ojos de civiles.
Tras diez minutos de viaje, arribaron a una enorme plataforma que flotaba en pleno cielo, y en dicha plataforma, bajo una cúpula que parecía de luz, se hallaba un extenso terreno con césped verde, campos deportivos, algunos edificios, de los cuales destacaba gran edificio color crema, con varias ventanas, una fachada con columnas, y en dicha fachada había un escudo con la imagen de una estrella de cinco puntas, y que sobre las palabras "Poder, Mente, Habilidad" ostentaba el nombre del lugar: La Academia Superior.
Era una de las mejores escuelas para superhéroes en México, con un sistema anti-gravitacional, campo de fuerza y sistema de camuflaje que la mantenía a salvo no sólo de los supervillanos, sino también de ojos curiosos que intentarían revelar los secretos de la escuela. La verdad era difícil decidir quiénes eran peores, si los villanos que seguramente buscaban destruir la escuela, o los reporteros que de saber dónde se localizaba ésta lo harían de conocimiento público, por no mencionar que seguramente acosarían a maestros y alumnos en sus vidas de civil buscando entrevistas, sin importarles que hacerlo sería revelar sus identidades secretas.
Don Chente, el viejo y regordete conductor del autobús en el que iban los dos pelinegros, aterrizó suavemente y, cuando el autobús-cohete estuvo lo bastante cerca del suelo volvió a bajar los neumáticos y a guardar las alas y los propulsores, por lo que el vehículo tuvo un aterrizaje limpio y que apenas hizo a los chicos dentro tambalearse antes de detenerse completamente, cerca de otros autobuses similares de los que bajaban otros estudiantes. Y entre éstos otros estudiantes estaban Mateo y los demás.
Para los que sabían del proyecto de los chicos como los Chippenboys (o sea básicamente toda la escuela), y sabían lo mucho que a los chicos les gustaba (también básicamente toda la escuela), casi resultaba extraño verlos en sus ropas de calle, tan distintas a los atuendos que usaban en las presentaciones, con Mateo usando una camiseta blanca, hoodie rojo, jeans y tenis blancos; Dante una camiseta negra con motivos de llamas, jeans blancos y botines rojos; Santiago vistiendo una camiseta amarilla, chándal negro con chamarra y tenis blancos con amarillo; Carlos una camisa blanca, jeans azules y tenis negros con blanco; Lucas una camiseta morada, chaqueta de mezclilla, jeans azules y tenis blancos con morado; Damián una camisa blanca a botones, jeans, pajarita y mocasines cafés; y Ricardo una camiseta blanca, shorts de spandex azul y tenis negros de deporte
─¿Qué hay, chicos?─ saludó el de pelo paja a sus amigos pelinegros─ ¿Listos para lo de hoy?─ preguntó, tanto a Michel y Eliseo como al resto de sus compañeros.
─Claro que estamos listos, ya sabes que nacimos listos─ declaró Damián con seguridad.
─Sí sabes que no habla de lo de la presentación de hoy en la tarde, ¿verdad?─ le preguntó Lucas burlón.
─¿Ah, no?─ preguntó el de pelo teñido confundido.
─No, Damián, hablo de que hoy en Educación Física habrá Entrenamiento de Rescate─ señaló el muchacho de pelo color paja. Damián rezongó con fastidio.
─Chingada madre, me choca Entrenamiento de Rescate, el maestro Pedro siempre me pone con oponentes que me pueden cuartear─ declaró el muchacho fastidiado.
El maestro Pedro Roca, también llamado por los alumnos por su antiguo nombre de héroe Piedra, era un como el resto del personal un superhéroe retirado que había vuelto a su vieja alma mater para educar a la próxima generación de héroes, y cabía agregar que era el más estricto con los estudiantes, sobre todo los que él tachaba de "niños de mami" que consideraba poco aptos para el manto de superhéroes, que muy para mala suerte de Damián lo incluía a él, y debido a eso al maestro parecía deleitarse poner al chico contra oponentes con poderes relacionados al sonido, contra los cuales el rubio teñido tenía clara desventaja.
─Tranquilo, se supone que a los que estamos en equipos de más de cinco miembros nos dejarán elegir quiénes del grupo participarán, así que no creo que ese viejo montón de piedras pueda asignarte con alguien con el que tengas desventaja─ le tranquilizó Carlos.
─Casi espero que nos toque con ese hijo de puta de Minimiliano, para ya cerrarle el hocico al vencerlo en la practica─ declaró Michel agriamente.
─¿De nuevo el cabrón?─ preguntó Ricardo.
─Ya sabes cómo es el pinche pito corto, tiene que chingar a los demás para sentirse importante─ le intentó tranquilizar Santiago.
─Claro, como mientras que su jefe se convierte en humo y lanzar humo que puede noquear, derretir, y un montón de cosas chidas, el cabrón sólo puede lanzar humo negro, necesita de algo para sentirse grande─ secundó Dante, haciendo el mismo ademán con el meñique que Eliseo, y los nueve se carcajearon por su comentario. Ésta vez fue el sonido del timbre lo que los hizo parar sus risas.
─Bueno, niñas, tenemos Matemáticas, Español, Estudio de Superpoderes y Ciencia Loca antes del descanso y luego Educación Física, así que tenemos toda la mañana para estudiar nuestra estrategia─ declaró Mateo mientras se dirigía al interior de la escuela.
─¡Si, señor!─ dijeron los otros ocho haciendo saludo militar, medio en broma, medio formales, como una forma de asegurar que el chico de pelo para era el líder del grupo, antes de seguirlo al interior de la escuela.
Las clases pasaron con normalidad (cosa que incluía a Lucas, Michel y Ricardo durmiéndose en clase de Matemáticas y Carlos acosando al profesor de Estudio de Superpoderes con sus dudas respecto a los telépatas) y finalmente llegaron al descanso, luego del cual seguiría la clase de Educación Física, y con ella el Entrenamiento de Rescate, y precisamente los muchachos se encontraban en bajo un árbol grande del patio, comiendo sus almuerzos al tiempo en que hablaban de cómo sería su formación.
─Seamos realistas, Piedra debe tener listo a alguien con poderes sónicos en caso de que elijamos a Damián para el ejercicio─ señaló Lucas.
─Eso deja a Ramón, Tatiana, Bruno, Julio, Paco y América, son los únicos en nuestra clase con poderes relacionados al sonido─ agregó Dante.
─Entonces sólo sorprendemos al viejo pedrusco con no elegir a Damián para la practica─ sentenció Santiago.
─Gracias, gracias, amigos─ declaró el muchacho, con un tono cómicamente lastimero, en parte en broma.
─Bueno, creo que deberíamos ir yo, Dante, Lucas, Eliseo y Santiago─ sentenció Mateo.
─Suena lógico, así si nos toca contra el grupo de Maximiliano, Santiago se encarga del humo de éste, Eliseo contrarresta los poderes energéticos de Estela, Dante se encarga de los poderes acuaticos de Masu, y tú y Lucas pueden coordinarse para contrarrestar a Zuberi y Ramón─ analizó Lucas.
─Hablando de Eliseo, ¿dónde está?─ preguntó Carlos al no ver a su amigo presente.
─Ya le había mencionado que podría ser uno de los elegidos para participar en el entrenamiento, y bueno, mientras que a mí me basta con que me golpeen, a Lucas con ponerse bien pedo y a Dante le basta con pensar en chichis, él necesita algo más para activar sus poderes─ señaló Mateo. Los demás asintieron con comprensión.
─Pinche suertudo─ declaró Michel, imaginando lo que su amigo estaría haciendo.
Y no era menos, pues mientras los demás almorzaban, Eliseo se encontraba metido en un almacén ya bastante abandonado, pues en el tiempo que llevaba estudiando jamás había visto a un maestro entrar, con dos chicas esbeltas de pelo rubio, una llevando el suyo atado en coletas y la otra llevando el suyo suelto sobre su espalda, piel clara con pecas y ojos azules, los tres desnudos y las dos chicas turnándose para practicarles sexo oral, mientras que la que esperaba su turno pasaba sus labios por los muslos interiores y el pecho del muchacho.
Las chicas en cuestión eran las gemelas Belinda y Betina Martínez, conocidas también como Bala de Cañón y Catapulta. Cualquiera pensaría que esas dos por separado apenas llegarían a ser asistentes de algún héroe profesional, dado el aparentemente insípido poder de Belinda de convertirse en una pelota, y el de Betina de hacer grandes sus manos (cosa que Eliseo muchas veces había aprovechado), pero juntas eran un dúo bastante eficiente; y no sólo porque las dos eran increíbles para un trío.
─Muy bien, preciosas, no tenemos mucho rato, ¿quién quiere rabo y quién quiere labio?─ preguntó Eliseo a las dos. Para su diversión, las chicas lo decidieron con piedra papel o tijera, siendo Betina la que ganó y no dudo en restregárselo a su hermana en plan juguetón.
Eliseo se recostó en la colchoneta en la que estaban por motivos de comodidad, disfrutando de ver cómo Betina tomaba su rígido miembro de trece centímetros de largo y seis de ancho y se lo acercaba a la entrada de su vulva, antes de bajar lentamente hasta que sus dos pelvis estuvieron conectadas, aunque no pudo disfrutar mucho de la vista pues Belinda casi sin perder tiempo puso su propio sexo en la cara del pelinegro, quien ni corto ni perezoso empezó a lamer la rosada entrada de la rubia de coletas con una experiencia casi de profesional.
Así estuvieron por veinte minutos, con Betina cabalgando el miembro de Eliseo mientras éste le practicaba sexo oral a Belinda, disfrutando de la estrechez de las vulvas de ambas gemelas tanto con su miembro como con su lengua, deleitándose de ver que una ventaja de que esas dos parecían querer compartir incluso sus parejas sexuales hacía que literalmente el cómo se peinaban fuera la única forma de diferenciarlas.
Finalmente el chico sintió que llegaba al orgasmo, así que con cada mano apretó la cadera de cada gemela para ejercer presión de su pelvis contra la vulva de Betina y de su lengua en el interior de Belinda, causando a las dos gemelas tener un orgasmo, y haciendo que él mismo se corriera en el interior de la hermana de pelo suelto, la cual al igual que su hermana se desplomó en la colchoneta en cuanto terminó la faena, mientras Eliseo se levantaba con intención de vestirse. A ninguna le parecía extrañarle que ahora los ojos le brillaban de color blanco.
─Aún quedan diez minutos de descanso, ¿quieren acompañarme a que les piche algo de almorzar?─ ofreció Eliseo mientras terminaba de abrocharse el cinturón.
─Nah, nosotras venimos bien comidas a la escuela─ declaró Betina, mientras se recostaba en la colchoneta, como queriendo descansar.
─Igual ya nos dejaste algo de comer─ declaró Belinda, mientras gateaba hacia su hermana, para acto seguido practicarle sexo oral, para diversión de Eliseo.
─Par de putas─ dijo el chico, sin intención de ser grosero.
─Y a ti te encanta─ declaró Betina entre suspiros, mostrando gusto por el hecho de que su gemela le devorara el sexo con tanta habilidad.
─Lo que me recuerda, que luego de clases me toca a mí, gordiflón─ declaró Belinda, dejando de practicarle sexo oral a su hermana, pero teniendo su boca tan cerca de la vulva de ésta para que la cercanía, así como su aliento, causara vibraciones placenteras en la de pelo suelto.
Eliseo sonrió divertido mientras salía del almacén, acomodándose el paquete mientras salía. Él no era precisamente el más largo del grupo, de hecho en esa área quedaba en último lugar, y era por eso que insistía en depilarse todo el vello púbico para que su miembro no se viera tan corto, pero si podía presumir que era el más ancho, y era esa anches lo que atraía a fanáticas como las gemelas. Y eso era útil con el tipo de poderes que el pelinegro tenía.
Se reunió con sus amigos, quienes no dejaban de bromear sobre la buena suerte que tenía su compañero, claro decir que alguno de los Chippenboys seguía virgen era como decir que el cielo es morado, pero si bien todos habían hecho sus travesuras en la escuela, sólo Eliseo las tenía con bastante frecuencia. Y con esas bromas se pasaron los diez minutos que quedaban del descanso antes del momento decisivo…
Un fuerte pitido hizo callar los murmullos entre los estudiantes agrupados, todos vestidos todavía con su ropa de calle.
─Muy bien, chamacos, como creo ya están enterados, hoy nos toca Entrenamiento de Rescate, primero pasaran los que trabajan en solitario, luego pasarán los equipos, así que los que tienen cinco miembros o más espero hayan elegido a quiénes representarán a sus equipos─ empezó a decir el maestro Pedro, un hombre de ojos grises prieto y fornido (con una pronunciada panza producto de su gusto por la cerveza) pelo canoso en los costados de la cabeza formando una especie de nido en la que su calva jugaba el rol de huevo, vestido con ropa deportiva demasiado corta en opinión de los estudiantes. Y justo como mencionaba el maestro, muchos de los de la clase ya se encontraban usando sus trajes de superhéroes─ bien, escuincles, los que vayan a participar de los equipos váyanse a cambiar en lo que pruebo a los que intentan hacerse un nombre solos, ¡pero vamos, canijos!─ declaró, apurando a los que seguían vistiendo como civiles a irse a los vestidores.
Poco más de una hora una hora después, diez minutos cambiándose y hora y pico viendo a tanto a los chicos en solitario como a los otros equipos, Mateo, Dante, Santiago, Lucas y Eliseo se encontraban vistiendo sus atuendos de superhéroes, constando el del chico negro en una camisa ajustada a botones sin mangas, corbata de lazo morada, puños de camisa en las muñecas, pantalones negros rasgados, botines de deporte, antifaz morado y llevando sujeta al cinturón una botella de deporte; y el de Eliseo en una camisa blanca ajustada estilo halter, corbata de lazo gris, puños de camisa en las muñecas, hot pants negros de mezclilla rasgados, botines de deporte negros y antifaz gris, ademas de llevar una espada de metal plegable en la espalda y bastón de metal plegable fijada al cinturón, viendo interesados cómo de los últimos dos equipos en pasar, las chicas del Trío de Amazonas eran las que lograban rescatar al maniquí que hacía las veces de civil en peligro antes de que se acabara el tiempo. Ellas y los Hermanos Climáticos eran los últimos equipos en pasar a hacer el ejercicio si no los contaban a ellos y…
─Última competencia de la clase: Contraataque, Fuego Candente, Santi Veloz, Bandido Jr y Espada de Cobre de los Chippendudes contra Maximan, Eco, Principe Momia, Venus y Mariner de Maximan Inc─ declaró el profesor Pedro, haciendo que ambos grupos se dirigieran a la cancha para realizar la prueba.
Los cinco chicos pasaron al frente y quedaron cara a cara con Maximan (Maximiliano), vestido con un traje de spandex blanco con dos m's doradas en el pecho, mini short dorado, botas doradas, capa dorada y antifaz dorado; Eco (Ramón), vestido con camiseta blanca, jeans negros ajustados, botas de motociclista, chaqueta de cuero negro y lentes oscuros; Principe Momia (Zuberi), usando un short negro con dorado, diadema egipcia, vendajes blancos cubriendo su cuerpo hasta la mitad superior de su cara y tenis sin agujetas negros con dorado, la encantadora Venus (Estela), usando un lindo vestido rosa a botones blancos con detalles de corazón blancos, cinturón blanco con hebilla en forma de corazón, guantes blancos, botas rosas de tacón y antifaz rosa (atuendo que sin duda ayudaría a Fuego Candente a usar sus poderes); y Mariner (Masu), usando un wetsuit azul de manga y pierna cortas, wet shoes azules, cinturón amarillo, gafas de natación negras con montura azul, y una mochila de hidratación en la espalda. Ambos equipos quedaron frente a frente.
─Muy bien, chamacos, ya saben cómo va, la idea es rescatar al civil, ambos equipos jugarán papel de héroes y villanos, intentando evitar que el otro equipo consiga el maniquí, ¿listos?─ preguntó mientras los diez chicos se alineaban en la linea de salida, con Lucas y Santiago tomando cada quien de sus respectivas botellas deportivas, haciendo que a Lucas le empezaran a brillar los ojos y una corriente eléctrica envolviera a Santi, antes de pitar su silbato, marcando el inicio.
Y ni bien empezó la carrera, Maximan lanzó una bocanada de humo negro con intención de confundir a los cinco chicos del equipo rival, pero ni bien el humo empezó a extenderse a Santi Veloz le bastó con crear un tornado con su velocidad para hacer que éste se disipara, permitiéndole a él y al resto de su equipo seguir corriendo sin ningún problema, mientras el velocista aprovechaba para mirar al de traje blanco y dorado con diversión, haciéndolo rabiar.
─¡Ustedes tres sirvan de algo!─ les gritó a Eco, Principe Momia y Mariner─ ¡Tú encargate del payaso de fuego!─ le ordenó al de pelo ondulado─ ¡Tú ve por el pinche mono!─ gritó al chico envuelto en vendas─ ¡Y tú encárgate del orejón!─ le gritó al rubio.
─Sí, Maximan─ dijeron los tres desganados, fastidiados de que el chico les ordenara como si fueran sus sirvientes, además del modo en que se había referido a sus compañeros; una cosa era que fueran rivales en la competencia, y otra que por ejemplo a Lucas lo llamara "mono".
─¿Nosotros que haremos?─ preguntó Venus.
─TÚ te encargarás del güerejo y del perdedor, yo iré a rescatar al puto maniquí─ declaró antes de emprender paso rápido hacia donde el maniquí se encontraba atado al final de la pista. Estela inspiró hondo queriendo serenarse; quería a Maximiliano, era su novio, pero entre su altanería y que el sexo con él era por demás decepcionante se preguntaba si realmente valía la pena. No queriendo que su cabeza se llenara de tales pensamientos corrió a enfrentar a Contraataque y Santi Veloz.
Los Chippendudes se dirigían corriendo a donde se encontraba el maniquí que hacía de civil, apretando el paso cuando vieron a Maximan ir más rápido con dirección al final de la pista, cuando un potente grito sónico casi los derriba, y al mirar vieron a Eco, Principe Momia, Mariner y Venus dirigirse a ellos, con algunos de los vendajes del chico egipcio moviéndose de modo serpenteante como si tuvieran vida propia, revelando la piel morena bajo éstos, el chico rubio con varios montones de agua rodeándole, y con energía color rosa emanando de las manos de la chica.
─Santi Veloz─ declaró Contraataque, y el rubio asintió con la cabeza antes de rápidamente dar varias vueltas alrededor de él, dándole golpes en distintos puntos del cuerpo, y para cuando dejó de girar a su alrededor el chico de pelo paja ya demostraba su físico heroico.
─Ésto ya se puso bien chido─ declaró Lucas, con un tono de voz ligeramente atropellado, antes de lanzarse a pelear contra el otro equipo.
─Santi Veloz, tú ve y rescata al ciudadano, nosotros nos encargaremos del equipo de Maximan─ declaró el chico de pelo paja, quien asintió antes de correr a toda velocidad hacia el final de la pista.
Así empezó una pelea entre cuatro de los Chippenboys contra los miembros de Maximan Inc: Espada de Cobre sacó de la funda en su espalda su espada que de un rápido movimiento desplegó, la cual empezó a despedir un brillo plateado, con la cual paraba en seco los disparos de energía de Venus conforme se acercaba a ella, antes de tomar el bastón de detrás de su espalda, extenderlo, haciéndolo brillar del mismo modo que la espada y golpear con fuerza el piso entre los pies de la chica, causando un estallido el cual ésta apenas pudo esquivar; Fuego Candente usaba sus bolas de fuego para evaporar Mariner de golpearlo con balas, látigos y lanzas de agua, antes de propinarle un golpe de fuego que lo mandó a volar y que lo hubiera hecho darse un golpe feo de no haber cubierto su cuerpo con agua a tiempo; Bandido Jr., con todo y dar señales de estar alcoholizado esquivaba con una gracia y agilidad casi felinas los intentos de Eco de impactarlo con sus gritos sónicos, hasta acercarse lo suficiente para darle un golpe que igual que a Mariner lo mandó a volar, sólo siendo salvado por que el rubio uso su agua para atrapar al chico de atuendo de roquero; Contraataque atrapó los vendajes con los que Principe Momia lo atacó, los cuales igual le dañaron la mano al ser filosos como navajas, pero igual el muchacho de pelo jaló con fuerza de los vendajes y, girando sobre su eje, catapultó al chico egipcio hacia donde se encontraban sus compañeros, derribando a los tres igual que pinos de bolos, a lo que muchos en las gradas incluso gritaron divertidos "¡Chuza!".
Mientras ésto ocurría, Maximan intentaba perder a Santi Veloz, lanzando bocanadas de humo con intención de que el velocista chocara, pero al muchacho le costaba poco más que un par de giros a toda velocidad pare disiparlo. Finalmente el chico de pelo engominado se hartó y se sacó de detrás de su cinturón, que más o menos era cubierto por la capa, una granada de percusión; para él sería suficiente para noquear al rubio. Pero al lanzarla Santi la esquivó rápidamente, por lo que acabó estallando arriba de la parte de la pista donde se encontraban sus compañeros, dejándolos bajo una montaña de escombros que apenas por los vendajes de Zuberi, el agua de Masu y la energía de Estela pudieron evitar que los aplastara de golpe.
─¡Maximan, ayuda!─ suplicó Eco al ver que sus compañeros empezaban a ceder.
─¡Maxi, por favor, no resistiremos mucho tiempo!─ pidió Venus.
─¿Están pendejos? No pienso perder en la prueba, ¡sálvense ustedes mismos, extras!─ escupió el muchacho de traje blanco y dorado antes de seguir con su camino, ignorando las expresiones impactadas e indignadas de los chicos y la expresión dolida de la chica, ni en como la energía rosa desapareció, haciendo más difícil sostener la pila de escombros hasta que finalmente el agua y los vendajes cedieron.
Lo que sucedió a continuación tomó por sorpresa a todos incluso al maestro quien estaba a punto de volverse de piedra e intervenir: Espada de Cobre usaba su espada para cortar los pedazos de escombro como un cuchillo caliente cortaba mantequilla, los pedazos restantes Lucas y Mateo, el primero con movimientos tambaleantes y atropellados, y el otro con movimientos fuertes y directos, rompían los escombros restantes como si fueran de galleta; Fuego Candente carbonizó parte de los escombros hasta que finalmente estallaron, y con todo Santi Veloz, aún por las dudas, usó lo que quedaba de energía de velocidad para poner a salvo a Eco, Principe Momia, Mariner y Venus. No cabe señalar que su acción fue aplaudida por sus compañeros de equipo, de clase y hasta del maestro Pedro, aplausos que fueron callados por los gritos emocionados de otra persona, que se encontraba en el final de la pista de entrenamiento, ondeando el maniquí que servía de civil a salvar.
─¡Gane! ¡Yo gané! ¡Para que vean, Chippenputas, quien es el verdadero macho de ésta escuela!─ gritaba Maximan, tirando el maniquí como un jugador de futbol americano tiraba el balón, para luego ponerse a bailar bastante mal. Para su impacto e indignación, su celebración fue cortada por los abucheos de sus compañeros, quienes también incluso llegaron a arrojarle útiles y comida que tenían a la mano, sólo detenidos por el maestro Pedro.
─¡Cálmense, chamacos!─ gritó el héroe retirado a su clase imponiendo orden, antes de mirar al de pelo engominado─ y tú, muchacho, ¿realmente crees que ganaste?─ preguntó con seriedad.
─Pues duh, yo fui quien rescató al civil, los Chippendejos ni siquiera se acercaron─ declaró el muchacho burlón, haciendo una pose clásica de héroe inflando el pecho y poniendo los brazos como jarras, sólo molestándose más al ver que los abucheos sólo aumentaban.
─En realidad, muchacho meco, tú y por tanto tu equipo quedan descalificados─ declaró molesto, tomando por sorpresa a Maximan.
─Pero, ¿de qué habla, profe? Nosotros ganamos, yo rescaté al civil─ declaró, señalando el maniquí que seguía a sus pies. El maestro Pedro en respuesta tomó al maniquí de una pierna y lo lanzó lejos.
─Al carajo el maniquí, chamacho, tu equipo te necesitaba, estaban un peligro en el que tú los pusiste al usar un armamento completamente ilegal, de lo que luego hablaremos con tus padres y el director Díaz, y tú literalmente los dejaste a su suerte, te importó más ganar una competencia que demostrar ser un líder de verdad─ declaró el maestro tomando al chico de la parte superior de su traje con una mano, mientras que con su mano libre apuntaba hacia donde seguía la conmoción.
Ahí pudo ver a Mariner sentado en el piso con dos compañeros a sus lados poniéndole una mano en cada hombro, a Eco recibiendo un vaso de agua de una de las chicas del Trío de Amazonas, al parecer para el susto, Principe Momia, ya con sus vendajes cayéndosele del cuerpo y usando sólo su short, tenis y diadema, hablando con uno de los Hermanos Climáticos, al parecer bastante nervioso por la experiencia, y a Venus siendo abrazada por Michel, llorando desconsolada, mientras el chico la abrazaba dibujando lentamente círculos en su espalda; ésto último hizo a Maximan fruncir el ceño, pero antes de siquiera dar un paso notó que el maestro no lo había soltado.
─¿Le molesta? Ese payaso invisible anda pasándose de confiado con mi novia, le tengo que recordar a quien le pertenece ella─ declaró el muchacho molesto. Los demás parecieron escuchar lo que dijo, pues voltearon a verlo.
─¿A quién le pertenezco? ¿Tu novia? ¿Eres tan cínico para decir eso, para decir que te pertenezco, luego de que dejaras que casi nos aplastaran?─ preguntó furiosa sacándose el antifaz; las lagrimas de Estela habían pasado de ser de dolor a ser de rabia.
─Maximiliano, Zuberi, Masu, Estela y yo pudimos morir por lo que hiciste─ declaró Ramón, quitándose sus lentes de sol y poniéndose los normales para mirar al chico de blanco y dorado.
─Por lo que a mí respecta quiero saber qué pasaba por tu mente cuando creíste buena idea traer una granada de percusión real a la practica de rescate─ declaró el chico egipcio molesto.
─O más bien cómo pudiste pensar que usarla no tendría un mal efecto en nosotros─ reclamó Masu enfadado.
─¡Cállense, bola de extras! ¡¿Cómo se atreven a hablarme así?! ¡Soy su líder, lo que yo decida ustedes se callan y lo aceptan!─ declaró el muchacho furioso y echando humo por la boca. No pudo decir nada más pues el maestro Pedro lo agarró de su capa.
─Tú vendrás conmigo, muchacho pendejo, iremos a hablar con el director Díaz sobre tu comportamiento en clase─ declaró el maestro, empezando a llevarse a Maximiliano a tirones.
─Espere, maestro, quisiera decirle algo a Maximiliano antes de que se lo lleve con el director─ pidió Ramón, haciendo que el maestro parara, y se alejara unos pasos cuando se lo pidió─ que nosotros… ¡RENUNCIAMOS!─ exclamó usando su grito sónico para decir lo ultimo, empujando al piso varios pasos a su ahora ex compañero y dejándolo inconsciente, donde el maestro sencillamente lo volvió a tomar de la capa para llevárselo, mientras el resto de la clase aplaudía la acción del chico de pecas.
─¿Están bien?─ preguntó Mateo, mientras se quitaba el antifaz para mirar al ahora ex-equipo de Maximiliano.
─¿La verdad? No─ declaró Zuberi con pesar.
─Ya sabíamos que Maximiliano es un maldito adicto a la atención, pero que le importara más ganar una prueba de practica que el hecho de que casi hace que nosotros muramos...─ Masu no pudo continuar, y sencillamente pasó saliva con dificultad.
─Yo me siento tan estúpida por haberle abierto mi corazón, yo misma sé cómo funcionan mis poderes, y decidí apostarle todo mi amor y cariño a un payaso, narcisista, engreído, ¡Pedazo de...─ empezó a decir Estela, subiendo cada vez más la voz hasta estar a punto de gritar.
─Wojojojo, espera, preciosa, no ensucies tu boquita por un tipo así─ le detuvo Michel tomándola de las manos, en un intento de tranquilizarla. La chica sólo le sonrió agradecida.
─¿Entonces qué harán ahora que le dijeron "hasta la vista, bitch" a Minimiliano? ¿Seguirán juntos como equipo?─ preguntó Carlos mirando a los cuatro adolescentes. Éstos se miraron los unos a los otros.
─De momento nos basta con habernos librado de ese cabrón egoísta─ declaró Ramón, sonriendo mostrando su diastema, siendo apoyado por el resto de sus amigos.
─Bueno, si me lo preguntan esto hay que celebrarlo─ declaró Eliseo, frotándose las manos.
─¿Celebrarlo?─ preguntó Santi ligeramente confundido por lo dicho por su amigo. Damián fue el primero en entender.
─No, güey─ declaró el de pelo teñido, más divertido que molesto.
─Sí, güey─ confirmó Eliseo, igual de divertido.
─Ay, güey─ terció Lucas, aún hablando atropelladamente, antes de soltar un hipido. Los cuatro chicos los miraron extrañados, como no terminando de entender qué pasaba...
En el almacén donde los Chippenboys, las chicas de varias edades ya se encontraban contemplando el escenario donde los chicos en cualquier momento saldrían para entretenerlas, primero en grupo y luego uno por uno, las luces principales seguían apagadas, sólo las estroboscópicas que daban un aire de misterio, con la música de DJ Ampere manteniendo el animo expectante. Finalmente la música paró, y las chicas sólo se emocionaron todavía más.
─Muy bien hermosas, el momento que tanto esperaban ya llegó, pero con una sorpresa, como invitados para su disfrute y deleite tenemos a tres chicos: la constelación de pecas y sonrisa chueca, Ramón; el apuesto Príncipe de Egipto, Zuberi; y el chico que dará un clavado en sus corazones, Masu─ empezó a citar DJ Ampere, haciendo que los murmullos expectantes aumentaran─ y ahora, con invitados incluidos, para celebrar la primavera y con eso las vacaciones de Spring Break, aquí están: ¡Los Chippenboys!─ presentó y las chicas chillaron emocionadas.
(N/a: la música para su disfrute /watch?v=XSXMzq0m2Sw)
Los chicos, ya en el escenario, todos vestidos parecido con camisas hawaianas abiertas, dejando sus trabajados cuerpos al aire, todas de motivos diferentes, tenis sin agujetas y shorts de licra azul claro que los hacía parecer de mezclilla de lejos, y lentes de sol de cristales de distintos colores. Ni bien empezó la música los muchachos empezaron a bailar, haciendo piruetas, presumiendo musculo, ondeando caderas, a veces tomándose turnos para pasar al centro del escenario y dar una muestra de su habilidad bailando provocativamente, todo para disfrute visual de las chicas, terminando la rutina con ellos saliendo en fila india del escenario, juntándose justo donde se salía de éste, haciendo todos poses de fisicoculturista justo en el momento en que terminaba la canción, para acto seguido salir del escenario en grupo, siendo despedidos por los aplausos y vitoreos de las fanáticas.
En el vestidor, los doce chicos pasaban en grupo entre ordenada y revoltosamente, en el caso de los tres chicos invitados entre emocionados y todavía impactados. Ramón se quitó los lentes de sol de cristales azules y los dejó en la mesa más cercana, mientras Zuberi y Masu se quitaban las camisas hawaianas, en parte para aliviarse del calor de la actividad y el recinto que habían dejado, en parte por la emoción de lo que acababan de haber hecho.
─Yo nunca me imaginé que haría algo como ésto en mi vida─ declaró Misu, agarrando una botella de agua y usando su poder para hacer que el contenido de ésta lo bañara completamente, al parecer buscando enfriar su cuerpo.
─¿Vieron a todas las chicas que nos aplaudían y vitoreaban? Algunas parecían tener edad para enseñar en la Academia─ señaló Ramón, agarrando él también una botella de agua pero en su caso tomando su contenido.
─¿Ésto es normal para ustedes?─ preguntó Zuberi a Ricardo, aprovechando que el chico de pelo negro se había sentado a su lado.
─Y también puede ser con ustedes, ahora son Chippenboys honorarios─ declaró Ricardo, poniendo una mano en el hombro del chico egipcio.
─Sólo díganos con antelación cuando y les acomodamos un lugar en la presentación─ agregó Carlos sentándose al otro lado de Zuberi, ofreciéndole su puño, el cual el chico no dudó en chocar con una sonrisa.
─Pero enserio, háganlo con antelación, cuando le dijimos así de sorpresa a Mónica que les hiciera atuendos a ustedes de milagro no nos las cortó─ terció Damián con burla, haciendo reír a Zuberi y a sus compañeros. Fue cuando Masu notó algo.
─Oigan, ¿dónde está Michel?─ preguntó el rubio confundido. Fue cuando notaron que en efecto el pelinegro no se encontraba en el vestidor con ellos; el primero en razonar dónde estaría fue Mateo.
─¿Michel es de los últimos que pasará en solitario en la presentación de hoy?─ preguntó a Santiago, quien rápidamente revisó en su celular antes de asentir con la cabeza─ y si recuerdo bien él invitó a Estela a ver la presentación, ¿me equivocó?─ preguntó a Eliseo.
─Güey toda la clase lo escuchó invitarla cuando les propusimos a éstos tres galanes participar en la presentación de hoy─ señaló el muchacho, haciéndole una amistosa llave a Ramón.
─¿Y aún preguntan dónde se hallará ese cabrón calenturiento?─ preguntó divertido. Todos, incluso los tres invitados, soltaron exclamaciones de entendimiento.
Y precisamente en la habitación que corresponde al de pelo negro largo, se hallaba el mencionado con el short de licra olvidado en el piso, cogiéndose con ganas a la chica de color miel, al tiempo que acariciaba suavemente sus pechos y la besaba con pasión, siendo correspondido por ésta; Ninguno parecía notar la suave aura rosa que envolvía a la chica y por extensión a su amante, y si lo notaban no parecía importarle. Finalmente con una profunda y fuerte estocada el muchacho terminó dentro de su enamorada, y ambos se desplomaron en el colchón.
─Linda forma de empezar una relación, ¿no te parece?─ preguntó Michel a la muchacha, quien sonriente asintió.
─Guapo, sé que en tu proyecto es inevitable que alguna fan te pida… un rato de tu tiempo, y no es que me moleste, se que son consecuencias de ser una estrella, sólo que...─ empezó a decir la chica, evidentemente nerviosa de ir al punto, antes de ser callada.
─Mi Estrella, las únicas con las que "corremos riesgo" los chicos y yo son las que ya son mayores de edad, aún si alguna queda panzona no podría pedirme que te deje por ella, y aún si lo intenta yo le señalaré que lo mío con ella fue puro sexo, pero tú─ y mientras decía esto tomaba la mano de la chica y la ponía en su pecho─ tú eres y siempre serás la única dueña de ésto de aquí─ sentenció, antes de inclinarse y unir su frente a la de Estela, quien no pudo evitar soltar unas lágrimas de felicidad y algunas risitas. Como dijo Michel, una linda forma de empezar una relación.
Fin
Segundo capitulo de mi historia con personajes originales, súper atrasado pero más vale tarde que nunca, intentaré subir el siguiente más rápido, igual espero que sea de su agrado, intentaré actualizar éste y otros trabajos. Les habla BlackRose9213 deseándoles buenos días tardes o noches, sea la hora en que lean éste fic.
