Capítulo 8: Ruptura
La misión de Della fue sencilla. El señor Bortón se encontraba en el lugar señalado y ella no tuvo problemas en reconocerlo, su bigote era bastante llamativo. Lo llevó de inmediato a la mansión, lugar en el que se encontró con Scrooge McDuck y Bentina Beakley. No hubieron contratiempos.
—¿Qué información tiene para nosotros? —preguntó Scrooge una vez que terminaron los saludos de cortesía.
—Hay una organización que desea derrocarlo —le dijo Bortón —, desean destruirlo en todas las maneras posibles y apoderarse del mundo.
—¿Eso es todo lo que tiene que decir? —preguntó Scrooge con evidente fastidio —, porque nada de lo que me has dicho es nuevo.
—Ellos llevan años espiandolo —continuó Bortón —, desarrollando armas en las sombras, esperando el momento adecuado. No conozco a todos sus integrantes, pero sí sé de Black Heron, Steel Beak, Phanton Blot y Rockerduck.
—¿Rockerduck? Es imposible, lo conocí cuando era joven y dudo que haya encontrado alguna forma de mantenerse con vida.
—En eso se equivocan, ellos lo han mantenido en estado de criogenización por años, esperando el momento adecuado y eso pasará muy pronto.
Della se sintió aterrada al escuchar esas palabras. Recordó cuando Louie robó la máquina del tiempo de Gyro y el pánico que sintió cuando vio desaparecer a su familia. No podía ni quería imaginar que se sentiría perderlos una vez más.
—Tío Scrooge...
—Sé lo que hago —la interrumpió, luego se dirigió a Burtón —. Cumpliré con mi palabra y me aseguraré de que esté protegido, pero también comprenderá que debo verificar la información que me ha dado.
—Nadie debe enterarse que estoy aquí —Burtón se veía aterrado —, sé que tienen espías en la bóveda, pero no pude descubrir sus nombres o ver sus rostros, solo escuché que trabajan cerca de usted.
Scrooge y Della se alejaron.
—¿Qué piensas de eso?
—Nada nuevo, no sería la primera vez que planean algo en mi contra, pero soy Scrooge McDuck, el más listo de los listos y el más fuerte de los fuertes. Iré a St Canard ¿vienes conmigo?
—No, tengo otros planes.
Huey, Dewey y Louie lo acompañaron. Dewey era el más emocionado de los trillizos y, pese a que no dijo sus motivos, para todos fue evidente que deseaba pasar tiempo con Darkwing Duck, el superhéroe.
Della no pudo dejar de pensar en las palabras de Burtón por horas. Fue a la bóveda y observó a todos los trabajadores. El más sospechoso para ella era Gyro, seguía guardándole rencor por el oxy-chew de regaliz negro, pero los buitres de la junta directiva no le parecían del todo inocentes. Lo cierto era que nunca le habían agradado, demasiado codiciosos y fríos para su gusto.
Decidió visitar a Donald, no como forma de distraerse, sino porque necesitaba respuestas. Todo ese tiempo había asumido que tío Scrooge había participado en la crianza de sus hijos, pero las palabras de la señora Beakley lo cambiaban todo, o al menos eso era lo que ella pensaba.
—¿Pasa algo? —le preguntó Donald.
—Acabo de enterarme que los trillizos conocieron a tío Scrooge hace poco ¿por qué?
—No confiaba en él —respondió Donald y se notaba lo que le costaba hablar del tema.
—Eso es tonto, yo robé la Lanza de Selene, tío Scrooge no hizo nada.
Della no quería enojarse, pero podía sentir la irá aumentando en su interior. Jones le había dicho que debía canalizar su ira y lo haría, se dijo, descubriendo lo que había provocado su partida.
—Ese no fue el único motivo —Donald seguía mostrando incomodidad —, él estaba demasiado enfocado en tu búsqueda, los niños y yo no teníamos lugar en su vida. Él construyó la lanza, no quería que expusiera a los niños al peligro.
—Así que solo estabas siendo egoísta.
—¿Qué?
—Tú eras el que estaba enojado con tío Scrooge, pero le impediste conocer a mis hijos ¿qué otras cosas le negaste? No me cuesta imaginar que tuvieron problemas de dinero, pero tú y tu orgullo no te dejaron aceptar ayuda.
—¿Eso no es cierto?
—¿Entonces cómo explicas la obsesión de Louie por el dinero, la necesidad de aprobación de Dewey y la obsesión de Huey por tener todo bajo control? Creí que los criaste bien, pero solo eres un mentiroso.
Della no quería ser cruel con Donald, nunca pensó en lastimarlo, pero lo estaba haciendo y no era consciente de ello. Todo en lo que podía pensar era en que Donald le había mentido cuando le dijo que era un espía. Si Della no hubiera estado tan molesta habría notado que Donald no solo le habló de una misión sino que también le mostró las armas que le habían dado.
—Tú no sabes nada.
Eso hizo que Della se sintiera aún más molesta de lo que estaba. Se estaba esforzando tanto por ser una madre y le dolía pensar que no era suficiente, que sin importar lo que hiciera nada cambiaría que pasó años pérdida en la luna.
—Eres un irresponsable y lo sabes. Sobreprotegías a los niños, pero no les diste todo lo que necesitaba. Vives con tío Scrooge y no has hecho nada en tu vida ¿eso no te dice algo?
—¿Y tú sí? tomaste la lanza de Selene y no te importó nada más. No pudiste esperar un día y te perdiste más de diez años en la vida de los niños.
—Creo que ya he pagado por eso.
—Y sigues sin cambiar. Dewey me habló acerca de cuando robaron el avión de tío Scrooge.
—Todo salió bien.
—¿Y eso te hace menos responsable?
—Al contrario, soy lo suficientemente responsable para cuidar de mis hijos. Apuesto a que fuiste tú el culpable de que no vieras mis vídeos, eres egoísta y los querías solo para ti.
—¿Qué videos?
—No te hagas el tonto, sabes de que hablo, los que envíe cuando estaba en la luna, tú los interceptaste. Pero la broma es para ti, te fuiste por meses y nadie notó tu ausencia.
Fue en ese momento que Della fue un poco consciente de lo que había dicho, pero no hizo nada para corregirlo. Estaba molesta con Donald y solo podía pensar en demostrarle lo equivocado que estaba. Lo mismo pasaba con Donald, pese a que la terapia lo había ayudado con sus problemas de ira.
No tuvo la oportunidad de retractarse. Donald se marchó y pasarían días antes de que volviera a verle. Todos notaron su ausencia y ciertamente el reencuentro fue mucho más doloroso.
Donald decidió hablar con Lunaris. Della le habló de unos videos y él quería saber el motivo por el que nunca los recibió. Sabía que existía la posibilidad de que Della hubiera fallado al enviarlos, pero también que alguien los hubiera interceptado y sospechaba de Lunaris. Él los había estado espiando por un largo tiempo, el suficiente para crear un plan bastante eficiente contra Scrooge.
—¿Por qué interceptaste los mensajes de Della? —le preguntó Donald —. ¿Había otro motivo aparte de la invasión lunar por el que la querías en la luna?
—¿Por qué te preocupas tanto por ellos?
—Porque son mi familia.
—¿Sabes por qué no les dije que habías muerto? Sabía que les daría igual y no quise perder tiempo hablando de cosas sin importancia.
—Eso no fue lo que te pregunté.
—Necesitaba a Della en la Luna, la búsqueda no se hubiera detenido si se supiera que estaba con un vida, porque a diferencia de otros, ella si es querida.
Donald decidió retirarse. Sabía que Lunaris no diría nada más y no le importaba, ya tenía lo que necesitaba.
