Capítulo 20: Motivaciones


La búsqueda del papiro del nexo había sido pospuesta. Bradford había dicho que necesitaba a Gandra en otro sitio y eso había hecho que Donald sospechara. Él era parte de F.O.W.L. Había firmado un contrato y recibido una paga por su primera misión exitosa, pero el hecho de que enviaran a Gandra para que los acompañara le hacía pensar que no confiaban del todo en él o en Red Primerose.

Donald había escuchado los motivos de Beadford y los sintió como suyos. Amaba las aventuras, no podía negarlo, descendía de un antiguo clan de aventureros y sentía que él no era la excepción, pero también les temía. Donald había sido reducido al tamaño de una moneda, congelado en un bloque de hielo, sido perseguido por monstruos mientras vestía un traje de calabaza, luchado contra espías, cargado con todo el equipaje y siendo la carnada más veces de las que podía contar, pero ese no era el mayor de sus problemas. Amaba a su familia y la idea de perderla le aterraba profundamente.

—Un dólar por tus pensamientos.

Donald se volteó en cuanto escuchó las palabras de Red Primerose. La vio sentarse a su lado y recordó uno de los motivos por los que estaba allí. Josephine le había dicho que estaba preocupada por Arianna y él también lo estaba. Su instinto le decía que ella ocultaba algo y verla como Red Primerose le hacía sentir que la situación era mucho más seria de lo que temía.

—¿Qué quieres saber?

—Los motivos por los que te uniste a F.O.W.L.

—Siempre he pensado que las aventuras de tío Scrooge son muy peligrosas. Della estuvo desaparecida más de diez años por su culpa y yo he pasado por tantos malos momentos que necesitaría de horas y no te habría contado ni la mitad de ellos ¿Cuáles son tus motivos?

La desconfianza en el rostro de Red Primerose era más que evidente, pero eso no hizo que Donald se arrepintiera de haberle hecho esa pregunta. Necesitaba saber la respuesta, entender muchas cosas, pero sobretodo ayudarla.

—Creí que ya te lo había respondido.

—Discúlpame por tener mis dudas. Kay K salvó mi vida muchas veces, me resulta difícil creer que sea pura maldad.

—Quizás nunca me conociste.

—Quizás sea alguien más quien no sabe quién es realmente Arianna Adelaide.

—¿Te he contado la fábula del sapo y el escorpión? —Donald negó —. Un día un escorpión le pidió a un sapo que lo ayudara a cruzar el lago a lo que el sapo se negó y le dijo que no podía hacerlo porque él lo picaría. El escorpión se negó un montón de veces y le dijo "¿por qué haría algo así? Si te pico, me hundiría en el lago". El sapo aceptó finalmente y, cuando estaba por la mitad del lago, el escorpión lo pico. Somos lo que somos y por más que lo intentemos no podemos ir en contra de nuestra naturaleza.

Donald la miró con incredulidad. Sabía que Kay K era un camaleón, capaz de disfrazarse en segundos y de interpretar cualquier personaje, pero habían momentos que lo hacían dudar. En Brasil había conocido a una Arianna que solo quería divertirse y pasar un buen rato, a la Kay K que lo había ayudado a rehacer la película de James Pond. Donald recordaba lo mucho que se habían divertido y reescribiendo la historia, recordaba cada una de las ideas que había aportado e incluso las películas que habían hecho después de ello, no fueron éxitos de taquilla, pero lo ayudaron a cubrir muchas de sus deudas y poder comprar el equipo de Huey para formar parte de los Jóvenes Castores, un teléfono para cada uno de ellos, las clases de danza interpretativa de Dewey y darle a Louie un fondo para que iniciara con su más ambicioso proyecto, Louie Inc. Eran muchos los recuerdos que tenía y dudaba que todos ellos pudieran ser falsos.

—¿Quieres entrenar? El primero en recibir un golpe tendrá que responder con honestidad todas las preguntas que se le hagan en una hora ¿trato?

—Hecho, pero te advierto que no tendré piedad.

—Que bien, porque yo tampoco lo haré.

Cold Shadow fue el primero en atacar, su ataque fue evitado por Red Primerose. Ella había girado sobre sus talones, esquivando al ninja por muy poco. Cold Shadow también fue el segundo en atacar y nuevamente falló, por muy poco. Su puño pasó rozando la mejilla de la mercenaria y esta estuvo cerca de perder el equilibrio.

Red Primerose giró sobre sí misma y barrió el suelo. Cold Shadow la esquivó con un salto y bloqueó su puño cuando se encontraba a pocos milímetros del pico. Aquello no contaba como un golpe por lo que ninguno podía hacer su pregunta. La seriedad en el rostro de ambos indicaba que ninguno estaba dispuesto a contenerse y mucho menos a ceder.

Red Primerose lanzó una patada a la altura del cuello de Cold Shadow. Aquel golpe lo hubiera hecho perder el conocimiento si hubiera dado en su objetivo. Cold Shadow se había agachado, esquivándolo en el último momento y deslizado por el suelo.

Red Primerose apenas tuvo tiempo de reaccionar. Se giró sobre sí misma y utilizó su brazo para bloquear el ataque de Cold Shadow. Red Primerose conocía las técnicas de combate de Double Duck, ambos habían entrenado y luchado codo a codo en innumerables ocasiones, pero no podía decir lo mismo de Cold Shadow. Sus movimientos eran más veloces y certeros, eran tan diferentes que le hacían pensar que estaba enfrentándose a alguien más y no solo a Donald con otro nombre.

—¿En dónde aprendiste esos trucos?

—He viajado mucho con mi tío Scrooge. Conocí a una sacerdotisa y a un ninja, ambos me enseñaron todo lo que sé y me dieron un nombre, Cold Shadow.

—¿Qué dirían si te vieran ahora? Es como si fueras otro pato.

En el fondo sabía que no estaba del todo equivocada. Había sido compañera de Double Duck por años y sabía qué tan no serio se tomaba su doble identidad. Kay K conocía el estilo de combate, lo había visto en muchas ocasiones, pero él de Red Primerose era diferente. Su estilo de combate estaba más enfocado en los ataques y sus ataques eran más agresivos.

Ambos se besaron. Red Primerose no sabía si fue ella quien inició el beso o si fue Cold Shadow quien lo hizo, tampoco le importaba. Todo en lo que podía pensar era en la mano que estaba posada sobre su cintura y en el pico que estaba sobre el suyo. Quería probarlo, memorizar cada milímetro y nunca separarse de ese pato.

Red Primerose se apoyó sobre Cold Shadow. Utilizó sus piernas para aferrarse a su cintura y sus manos para desvestirlo. No se dejaron de besar o acariciar en ningún momento y ambos habrían llegado más allá de no ser por la intervención de Pepper. Ella entró a esa habitación provocando un gran escándalo y fue imposible ignorarla.

—¡¿Pueden creer que me han dado una misión?! —comentó Pepper notablemente feliz —. ¡Toma eso trabajo burocrático!

Black Heron estaba detrás de ella y se notaba molesta. Cold Shadow sospechó que la había estado siguiendo por un largo rato. No sería la primera vez que algo así pasaba y, Cold Shadow sospechaba, no sería la última.

—Ve con Phantom Blot, te está esperando. Ustedes dos, vístanse, hay unos documentos que necesitan ser llenados.

—¿Interrumpí algo? ¡Lo lamento muchísimo!

Red Primerose sabía que Pepper no lo sentía realmente, era difícil no hacerlo cuando su voz denotaba tanta ilusión. Mentalmente se dijo que cobraría venganza, Pepper pagaría cuando regresara de su misión y se lo cobraría con creces.

—No, solo... entrenábamos.

—¿Así que ahora le dicen entrenar? ¡Qué interesante!

Cold Shadow se vistió con relativa prisa. Agradecía que cierta parte de su anatomía no fuera visible y maldecía a Pepper por haber interrumpido en ese momento. Quería seguir besando a Red Primerose, acariciar su cuerpo y hacerle el amor, pero sabía que no era posible que no fuera el momento ni el lugar adecuado.

Pepper se marchó, corriendo y contándole a quien se cruzara en su camino sobre la misión que le esperaba. Aquello confundía a Cold Shadow, ella no parecía ser una villana, pero era evidente que estaba feliz siendo parte de F.O.W.L y que le era leal al grupo. La opinión de Red Primerose era similar. Black Heron la siguió y parecía tener una migraña.

Ni Red Primerose ni Cold Shadow hizo el intento por retomar lo que hacían cuando llegaron a una de las bibliotecas pese a que estaban a solas. Tampoco hablaron, ambos se limitaron a leer los diferentes archivos y a crear los informes que Bradford requería leer. Trabajaron durante horas y únicamente se detuvieron cuando llegó la hora de comer.

A Donald no le importó dejar trabajo pendiente, sabía que a Arianna tampoco le preocupaba. Ambos se dirigieron a la sala comedor y la situación se volvió mucho más amena en ese momento.

—Deberíamos ir a comer fuera —comentó Arianna de manera casual —, sé de un restaurante donde venden buena comida.

—No es como que sea difícil superar esto —Donald levantó su cuchara —. ¿Qué se supone que es?

Arianna observó su comida con interés. La examinó por unos instantes antes de llegar a una conclusión.

—Algún tipo de carne misteriosa y creo que prefiero no saber qué es.

—Bueno, lo que no te mata, te hace más fuerte.

—Bradford dijo que tendríamos mayores beneficios cuando subamos de rango.

Arianna y Donald suspiraron al unísono. Continuaron comiendo, pero dejaron la mitad en sus platos. Ambos sabían que podían continuar con el papeleo, pero ninguno sentía deseos de seguir trabajando, mucho menos después de que terminaran con su jornada laboral.

—Recuerda que me debes un curry.

—Todavía puedes retirarte.

—¿Por qué? Me gusta la comida picante.

—Mi amigo Panchito probó mi curry picante y dijo que era picante. Él ama la comida picante y tiene un estómago de hierro así que puedes hacerte una idea.

Red Primerose y Arianna continuaron hablando durante horas y solo se detuvieron cuando uno de los encargados de la limpieza les dijo que la cafetería estaba por cerrar. Ninguno había notado el paso del tiempo.

—Nos vemos mañana —le dijo Arianna, su voz era dulce.

—Buenas noches —le dijo Donald a modo de despedida.

Donald se perdió de camino a su habitación, estaba cansado y quería dormir por lo que su mal humor empeoraba con cada error. Le había pasado en varias ocasiones, no solo en las oficinas de F.O.W.L, también en la mansión de su tío, especialmente cuando era un patito. Estuvo deambulando por varios minutos hasta que llegó al laboratorio.

Cold Shadow sabía que no tenía autorización para entrar, pero era un ninja y era consciente de lo poderosa que podía ser la información por lo que decidió ir en contra de sus principios y entrar. Lo que se encontró no era muy diferente a lo que esperaba. Una habitación con varios tubos y computadoras y colores que le hacían pensar en la clásica guarida de un científico loco. "Qué cliché", pensó. Su opinión cambió cuando llegó al fondo del laboratorio.

Donald se quedó sin palabras cuando vio a las dos bebés dormidas en aquella cuna, dos lindas patitas que, dudaba, tuvieran más de un año de edad. Se acercó a ambas, teniendo cuidado de no despertarlas, pero sin terminar de creer que fueran reales. Por más que lo pensaba no entendía para qué podrían necesitar de las patitas, menos como alguien podría ser capaz de lastimar a dos creaturas tan pequeñas e inocentes.

—Veo que has descubierto nuestro pequeño experimento —le dijo Black Heron de forma engreída. Donald tuvo la sospecha de que su llegada allí no fue una casualidad como había creído —. No conseguimos la espada de Swantantine, pero nuestra misión no fue en vano.

—¿Qué hacen con estas bebés?

—Díganos que son nuestro plan de respaldo en caso de que no logres encontrar el pergamino.

Donald no sabía cómo dos bebés tan parecidos a Webby podrían servir de algo, pero prefirió no decir nada. Sabía que de hacerlo podría provocar sospechas y eso era algo que, dada su posición, no podía permitirse. La existencia de esas patitas era prueba de que seguían sin confiar del todo en él.

—Déjenme cuidar de ellas —suplicó, sabía lo caótica que podría ser Black Heron y no la quería cerca de las niñas.

—Hecho, pero si intentas hacer algo, ellas lo pagarán. No olvides que yo las hice y puedo destruirlas.

Donald no se esperó que Black Heron cediera con tanta facilidad y prefirió no probar su suerte. Sentía un gran deseo por proteger a esas niñas y estaba dispuesto a hacerlo sin importar el costo. Las había conocido por unos pocos minutos, pero las quería y sabía que podría morir por ellas.

—Les prometo que cuidaré de ustedes y que las adoptaré cuando todo esto termine.