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Konoha bajo fuego

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Al ver al ninja muerto frente a todos los invitados a la fiesta de compromiso en un instante todos dejaron de lado la diversión listos para el ataque. Que el akatsuki está en Konoha no era buena señal, no estaban preparados. Tsunade fue la primera en reaccionar ladrando órdenes a todos los ninjas mientras ordenaba reunirse con el resto. Varios ANBU comenzaron a aparecer, los hombres que tenían chaleco lo dejaron en el suelo y las mujeres se quitaron los tacones altos.

—¡Quiero que evacúen a los civiles! ustedes van al lado este, ustedes al centro, los Gennin con sus maestros ayudarán con la evacuación, quiero a los chunnin en este momento conmigo, ustedes vayan al mercado —comenzó a gritar a diestra y siniestra.

Los ninjas comenzaron a ir a los lugares designados mientras que la policía a cargo de Fugaku también daba órdenes a su gente para ayudar a los ninjas bajo el cargo de Tsunade.

Por el rabillo del ojo vio a Ino y corrió hacia ella.

—Ino, debes irte con los civiles, no puedes ir en ese estado —dijo Sakura con prisa.

Su amiga la miró preocupada.

—No puedo, yo también tengo que ayudar, mi padre y nuestros amigos —le respondió, a pesar de eso se veía un poco preocupada.

No, no podía permitir eso, ¡Estaba embarazada!

—Ino, si no te vas ahora le diré a Shisui —le amenazó por mucho que no quisiera.

—¡No te atrevas! —gritó Ino pasmada.

—Equipo de Asuma, los quiero en el norte, han avistado a un miembro de Akatsuki ahí—dijo Tsunade.

Ino miró con duda a Sakura antes de murmurar un lo siento e irse con sus compañeros al norte. Sakura estuvo a punto de gritarle cuando Chizune tocó su hombro.

—Sakura, no hay tiempo, necesitamos ir al hospital —dijo Shizune.

Se mordió el labio de frustración. No podía ir trar Ino, ella también tenía que proteger a Konoha.

—Equipo zero al sur —gritó Tsunade.

En ese momento Sakura giró a ver a Itachi, sus miradas se encontraron. Apretó su puño sabiendo que no podía detenerlo aunque quisiera, se dió la vuelta para no querer llorar frente a él por el miedo que crecía dentro de ella. Le había dicho te amo, no quería que la maldición en ella hiciera que él muriese también. No, no debía pensar eso.

—Sakura.

Se giró bruscamente encontrándose justo detrás de ella. Su mirada dura se ablandó en cuanto estuvieron frente al otro.

—Estaré bien —dijo dándole un toque en la cabeza.

Las lágrimas se acomularon en sus ojos al darse cuenta que él supo qué es lo que pensaba por eso no se permitió llorar.

—Que gran fiesta de compromiso —su voz salió como un graznido.

Él suspiró por la nariz como respuesta.

—Así será inolvidable —dijo limpiando sus ojos con el dorso de su mano—. Te veo luego.

—Cuídate —dijo Sakura.

Deseaba abalanzarse sobre él para darle un gran beso de despedida pero no era el momento. Este es el camino de un ninja, la muerte los seguía en cada misión, por eso se prometió de ahora en adelante, al salir de esta guerra vivir al máximo cada uno de los segundos que tienen juntos.

Itachi le dió otro poke antes de irse al sur con Shisui y Genma.

Sakura al ver que ya no estaba su prometido se volvió hacia Shizune que la esperaba para irse. Por un momento pensó en su abuela y su hermana con preocupación, sabía que estaban aquí pero al ver tantos ninjas moviéndose no las podía distinguir.

—Sakura —dijo apareciendo ella junto a unos guardias Uchiha detrás suyo, tomó las manos de Sakura —. Sé que no puedo pedirte que vayas conmigo al refugio, pero me aseguraré de que tu abuela y tu hermana lleguen conmigo. Ahora están con dos guardas que Fugaku les puso mientras aguardan por mi.

Un gran peso fue quitado en ese momento, le dio un abrazo como agradecimiento antes de irse junto a Shizune con más tranquilidad. Si no hubiese sabido algo sobre ellas no estaría tranquila y concentrada.

—Vamos —dijo Sakura.

Mientras corría vio al equipo de Guy correr hacia el oeste y escuchó por un breve momento que Fugaku le ordenaba a Sasuke que fuera con él al norte a buscar algún miembro de la banda criminal. Vio a Kakashi correr hacia el bosque rumbo a Konoha y por un instante se encontró al equipo de Kurenai ayudando a civiles a evacuar. Junto a Shizune apretó el paso hacia el hospital hasta que llegaron a este.

Dentro del edificio estaba tan caótico como afuera, gente llorando y gritando, enfermeras corriendo a ayudar a los heridos. Los médicos ayudaron mientras el terror se veía en sus rostros.

Sin un segundo que perder las dos comenzaron a ayudar, Shizune se encargó del orden al personal mientras que Sakura a los civiles.

Tenían que curar y ayudar a evacuar en ese instante. No podían estar a salvo dentro del hospital.

Ahora no podía preocuparse por sus amigos y familia, es momento de enfocarse en ayudar y proteger. Al menos si estaban aquí por Naruto tenían la ventaja. Él no se encontraba aquí.


En el camino del equipo los edificios se mantenían completamente erguidos, ni una bomba o alguna señal de que hubiera explosiones de algún tipo, solo se veían gennin y algunos chunnin correr para auxiliar a los civiles.

—Esto está muy tranquilo —dijo Asuma con sospecha.

Los otros tres con el ceño fruncido asintieron. La calma entre el caos era incluso peor augurio.

Al dar la vuelta en una esquina se detuvieron en seco, un camino de cadáveres desfilaba en el suelo, muchos de ellos con los ojos en blanco y el cuerpo lleno de agujeros de los cuales salía una gran cantidad de sangre. Ino tuvo que taparse la boca para evitar vomitar ahí mismo.

Al final del camino escucharon un quejido, ahí había un ninja de Konoha convulsionando, su cuerpo bañado de sangre mientras se llevaba las manos al cuello como si algo lo estuviera asfixiando, entonces, una línea se abrió de la nada y la sangre comenzó a brotar en cascada. Sus ojos se pusieron en blanco y cayó como peso muerto al suelo.

Los cuatro sin saber a que se enfrentaban aguardaban en silencio. Un par de pasos se escucharon al fondo hasta que de la esquina contraria apareció un hombre de cabello plateado, su piel negra con blanco se tranformó de color beige nuevamente. Los cuatro quedaron pasmados.

—Vaya, parece que Hashin tendrá más con que divertirse —dijo el hombre de Akatsuki. Tomó un collar que tenía consigo y lo llevó a sus labios—. En nombre de Jashin, que la matando sea exitosa, yo Hidan te daré como tributo a estas personas.

Tanto Shikamaru, Chouji e Ino dieron un paso hacia atrás de la impresión.

En un segundo, Hidan corrió con su hoz en mano gritando como maniaco. Asuma tomó sus cuchillos de chakra y contrarrestó.


Sasuke corría con su padre a un lado buscando personas heridas, al encontrarse con algunos llamaban a algunos Uchiha o Gennin más cercano y les daban instrucciones de llevarlos lejos antes de seguir adelante directo a las explosiones que derriban todo a su paso. En cierto momento, tuvieron que saltar por los techos de los edificios cuando la marea de gente comenzó a condensarse e iban del lado contrario que ellos en un intento de escapar de las bombas que los seguían de cerca.

En el camino Sasuke hizo un chidori y lo lanzó al aire chocando con miles de animales blancos que iban directos a ellos. En cuanto estos explotaron en el aire los dos se detuvieron y activaron sus sharingan. En el cielo frente a ellos apareció un rubio montado en un gran dragón de arcilla. Al instante lo reconocieron, estaba en el libro bingo, Deidara del país de la roca.

—Je, miren que tengo aquí. Un par de Uchihas se atreven a enfrentarse, esto será divertido, veremos si sus habilidades son tan famosas como dicen porque según lo que se dice son un par de personas arrogantes —dijo Deidara antes de mandar varios animales bomba hacia ellos.

Los dos saltaron del edificio evitando las bombas que habían caído hacia ellos, para su sorpresa, varios de estos no explotaban al caer al suelo sino que los siguieron. Sasuke sacó su espada y lo partió a la mitad antes de que lo tocara.

Al buscar a su padre el también había salido ileso luego de lanzar varias bolas de fuego a la arcilla.

No tuvieron ni un segundo para componerse antes de que más figuras de arcilla cayeran sobre ambos.

—¡Todo Konoha admirara el verdadero arte! —gritó Deidara con retorcido júbilo.


El equipo de Gai corría a todo lo que daba, ya habían destruido a un enorme crustaceo gigante que estaba causando estragos a su paso.

El sonido de un gran relámpago se escuchó, los instintos de los cuatro se activaron y saltaron justo antes de que una columna de relámpagos pasase por donde ellos estaban hace unos segundos. Neji y Tenten se quedaron en un techo mientras que Gai y Lee en la calle.

Buscaron por todos lados.

—Ahí viene, no es posible —dijo Neji en cuanto vio con su byakugan a tres seres bípedos demoníacos con máscaras correr y volar a ellos.

El sol volador apareció sobre ambos, la máscara se abrió y de esta salió una tormenta de aire que lograron esquivar mientras que el que tenía la máscara roja lanzó una llamarada de fuego a Guy y lee.

—¿Qué son esas cosas? —preguntó Tenten en cuanto vieron a otros dos, estos con máscaras amarillas y celeste.

—Might Guy, Rock Lee, Neji Hyuga y TenTen —dijo el hombre que apareció entre los cuatro seres—. Si, ustedes serán una buena adquisición, pueden vender sus cuerpos por una buena cantidad de dinero. No los dañaré, mucho.

Los cuatro sudaron frío.

—No detendrás la llama de la juventud que arde en nosotros, ¡Guy-sensei, estamos listos! —gritó Lee.

—Tengan cuidado, esas cosas, están hechas del chakra de ese hombre —dijo Neji al ver el chakra que circulaba entre los cuatro seres.

—Hum, parece que eres muy listo, si, tendrán de luchar conmigo, Kakuzu la persona que peleó contra el primer Hokage —dijo él, su voz era fría como el hielo.

Los cuatro no se dejaron influenciar por las palabras en cambio siguieron en guardia esperando el primer movimiento de los enemigos.

—Hum... si es así entonces mueran para hacerme rico —dijo.

Las cuatro bestias corrieron directo a ellos.


El hospital lentamente estaba siendo desalojado y llevados a los puntos de evacuación. Aún así había mucha gente que faltaba por ver cómo moverlos aunque no ayudaba que por cada cinco que lograban llevar quince llegaban con heridas pequeñas o de gravedad. De ese modo no iban a acabar nunca.

Actualmente estaba vendando la cabeza de un hombre cuando el piso bajo ellos tembló. La gente gritó de horror.

Sakura miró a Shizune pero ella estaba curando a una persona que estaba grave.

—Tú, termina de vendarlo —le ordenó a una enfermera antes de salir corriendo a ver qué sucedía.

Su sorpresa fue encontrar un enorme ciempiés con ojos anillados color morado que estaba destruyendo todo a su paso. La gente que iba al hospital corría por todos lados del miedo.

—Oh, no, no lo harás —gritó Sakura dio un enorme salto y golpeó la cabeza del enorme animal.

Este cayó al piso estrepitosamente antes de recuperarse, de un coletazo empujó a Sakura mandandola a volar varios metros hasta estrellarse con un muro, escupió sangre. Cuando miró hacia arriba el animal iba directo a ella.

Saltó nuevamente para desviarlo, tenía que alejarlo lo más posible del hospital, quiso llevarlo lejos pero este era demasiado rápido por lo que dio la media vuelta se impulso con chakra yendo directo hacia la bestia.

—¡Shanaroo! —gritó al golpearlo. Su caparazón crujió al romperse en mil pedazos.

Antes de que cayera al piso este logró picarla. Los dos cayeron al piso en un golpe seco. El cienpies muerto mientras que Sakura tocando su pierna con dolor, la zona donde logró rozar en su pierna comenzó a hincharse y enrojecerse, con el más mínimo movimiento su cuerpo comenzó a tensarse del dolor, se sentía como si estuviese siendo atravesada por el chidori. Llevó su palma a la zona y comenzó a curarse solo hasta que el dolor sea soportable para poder ir de nuevo al hospital a seguir ayudando.

Se detuvo cuando sintió la presencia de alguien. Por la nube de polvo que se hizo cuando el ciempiés cayó y derrumbó el edificio próximo, no podía ver nada. Aguardó en silencio esperando. Esperó y esperó reteniendo la respiración por si era enemigo. Sentía que la veían como si un animal la estuviera acechando como a una presa.

Entonces, de la nube, muy cerca de ella vio un pie grande y parte de la túnica de Akatsuki.


El equipo zero estaba teniendo problemas. En el camino en búsqueda de miembros de Akatsuki se encontraron con nada menos que dos de ellos, Zetsu y Tobi. Las habilidades de ambos le estaban dando problemas, el bufón de Tobi tenía una singular habilidad de que era traspasado en cuanto alguna arma o puñetazo iba directo a él, mientras que Zetsu podía multiplicarse las veces que quiera y moverse entre los árboles.

Para poder derrotarlos, Genma se encargaba de los clones mientras que Shisui de atacar al original quemando algunos árboles de paso e Itachi se encargaba de Tobi que era muy hábil a la hora de esquivar sus ataques a pesar del sharingan.

Cada segundo contaba y si el líder de ellos estaba aquí entonces debían acabar lo más rápido posible para detenerlo.

—Pierden su tiempo, el Kyubi no está aquí —dijo Itachi.

Tobi esquivó el kunai que iba directo a la parte posterior de su cabeza.

—¿En serio? ¡qué triste! Al jefe no le va a gustar, ¿dónde está? —preguntó con voz cómica.

Itachi no le dijo nada en cambio siguió atacando esta vez usando varios shuriken escondidos entre clones. Ninguno le dio.

—Eres aburrido ¿sabes? ¡Ya quiero acabar para seguir con alguien más! Esto se alargó demasiado —contestó antes de hacer varios sellos con las manos.

De su cuerpo salieron varias estacas de madera que fueron directo hacia Itachi en un segundo.

Las estacas se incrustraron en el cuerpo de Itachi, la sangre comenzó a correr mientras que Tobi se reía.

—Eso fue más difícil de lo que esperaba. Duró demasiado —dijo Tobi. al ver el cuerpo sin vida de Itachi.

—No tan rápido —dijo Itachi detrás suyo.

Tobi se sorprendió cuando sintió la espada de Itachi atravesar su corazón. ¿en qué momento hizo el cambio? ¿cómo logró que su clon se vea tan real? Lo descubrió al ver los ojos de Itachi.

El Itachi muerto no era más que una ilusión. Tsukiyomi.

—Esto no debería haber sido así... —dijo Tobi tambaleándose antes de caer al piso con la espada aún atravesando su corazón. Su cuerpo comenzaba a enfriarse a una velocidad escalofriante—. Se suponía que debía lograr el tsukiyomi infinito.

Itachi entornó los ojos cuando escuchó esas palabras. ¿cómo sabía él de esa técnica secreta del clan? La risa apagada del enemigo hizo que los cabellos de su nuca se erizaran involuntariamente.

—De todos modos Konoha perecerá. El kyuubi vendrá a nosotros en cuanto tengamos en nuestras mano al poder absoluto —dijo Tobi en su último aliento antes de morir.

¿El poder absoluto? ¿Por qué Naruto vendría directo a ellos? La mente de Itachi corrió rápidamente hasta que la realización llegó partiéndolo en dos.

—Sakura.


Kakashi corría por las calles de Konoha, el ataque era una distracción, corrió los escombros mientras buscaba al líder de Akatsuki, si sus cálculos estaban bien, no debía estar muy lejos. Siguió corriendo hasta que detuvo y tomó una estaca que iba directo a su pecho.

La mano de su enemigo y la suya temblaron por la fuerza ejercida uno contra el otro.

—Kakashi Hatake.

—Tu debes ser el líder —dijo Kakashi mostrando su ojo del sharingan directo al hombre de cabello naranja.

Rompió la estaca de su enemigo. Pain le lanzó una patada que Kakashi fácilmente la esquivó gracias al sharingan.

Rinnegan contra Sharingan. Ninguno de los dos se dejó intimidar al otro.

—¿Dónde está? —preguntó.

—No te diré dónde se encuentra —dijo Kakashi.

Los dos comenzaron a lanzarse puñetazos y patadas que contrarrestaban.

—Entonces dónde está la chica.

El ojo visible de Kakashi se expandió de sorpresa.

—Sakura...

—Si. Tarde o temprano la encontrarán —dijo Pain.

No iba a dejar que eso pasara. No se iban a llevar a sus dos estudiante, no mientras él siga vivo.


Sakura derrapó en el piso luego de ser golpeada. Gruñó al sentir el sabor de su sangre mezclada con tierra. El hombre tiburón frente a ella era más difícil de vencer de lo que esperaba, con su espada que absorbía chakra y la gran cantidad que él poseía era muy difícil de moverse.

Su hombro ardía en carne viva donde hace unos momentos fue golpeada por Samaheda, su sangre salía en un pequeño riachuelo dejando pequeñas gotas en el piso, tenía una leve contusión en la cabeza, varios moretones y aún le dolía su pierna por la picadura del ciempiés, si no fuese por eso le sería más fácil esquivar los golpes de Kisame.

—Es una lástima que no pueda matarte, Samaheda estaría encantada de comerte completa —rió dejando ver sus afilados dientes a la vista—, ríndete antes de que cambie de opinión e ignore las órdenes de capturarte.

Sakura le escupió sangre como respuesta. Primero muerta antes de que la usen a su antojo.

—Tu lo pediste muchacha —dijo Kisame e hizo varios sellos entonces aparecieron varios tiburones de agua que corrieron a Sakura.

Ella en respuesta hizo una cúpula de tierra que la protegió. Los tiburones sin piedad comenzaron a atacar la cúpula varias veces sin cesar hasta que esta comenzó a quebrarse.

—Vamos bola de pelos, no alargues más tu derrota, nunca tuviste oportunidad contra mí.

Cuando la cúpula se rompió la sonrisa en el rostro de Kisame se borró. Buscó por todos lados buscando a la chica desaparecida. La tierra debajo de él crujió, en cuanto miró un puño golpeó con fuerza su mentón.

Kisame salió volando rodando varios metros llevando consigo algunos árboles.

Sakura estaba jadeando, la falta de sangre y las heridas la estaban debilitando más de lo esperado además de que le quedaba muy poco chakra ya que la mayoría se lo comió Samaheda, ser un ninja de corto alcance contra alguien como Kisame la dejaba en desventaja.

Esperó y aguardó.

Kisame que se había quedado tendido en el suelo sonrió en cuanto un pequeño hilo de sangre se escurre por la comisura de su boca.

—Hace mucho que alguien me daba un golpe como tú, creo que ni recuerdo quién era, oh, espera —dijo Kisame desapareciendo y apareciendo frente a Sakura con la espada en mano—. ¡Está muerto!

Solo pudo ver en cámara lenta cómo la espada de Kisame iba directo a su cabeza cuando fue jalada lejos. Tanto Kisame como ella quedaron conmocionados, una vez que se dió cuenta un agradable calor la envolvía entre sus brazos.

Itachi la tenia cargando estilo princesa. Las ganas de llorar volvieron a querer desbordarse, él estaba bien y vivo.

—Siento llegar tarde —susurró. Su voz grave se escuchaba tensa.

—No, llegaste a tiempo —dijo con alegría acariciando su mejilla con alegría contenida al sentir su calor atravesar su fría mano.

Con él junto a ella se sentía mejor, sabía que si alguien podría con Kisame sería Itachi.

—Shisui —dijo Itachi con voz trémula.

En un instante apareció este igual de serio sin despegar la vista de Kisame.

—Llévate a Sakura.

No tenía ni la energía para negarse, además, si lo que Kisame decía era cierto, es mejor que se vaya y avisarle a Tsunade que ella también era un objetivo de Akatsuki. Esta vez, tomó la mano de Itachi para llamar su atención, en cuanto se giró a verla le dio un beso en los labios ignorando a Kisame que comenzó a reír a lo lejos. A la mierda Kisame.

—Yo también te amo —dijo Sakura.

Los ojos de Itachi brillaron por un segundo antes de volverse de acero al ver a Kisame.

—Parece que me he topado con el premio mayor, me desharé del amante de la bola de pelos para que esta esté en la miseria y me suplique que la reúna contigo —se rió Kisame.

—Yo no haría eso si fuese tú —dijo Shisui con voz seria. Una voz que Sakura solo ha escuchado en los momentos más tensos de las misiones.

—Cuidado con su espada, absorbe el chakra— dijo Sakura en cuanto fue cargada en los brazos de Shisui y desapareció en un parpadear.

Ahora estaban los dos solos.

—¿Qué el poder del amor me derrotará, niño bonito? —se burló nuevamente.

Itachi no le respondió. Sus ojos brillaron como un par de rubíes sangrientos. A pesar de su fría calma por dentro estaba que ardía como un volcán a punto de explotar. Aunque es partidario de la paz esto es una excepción ahora que se volvió personal. Su sharingan giró hasta aparecer el mangekyo. Al comenzar a caminar con calma a Kisame la sonrisa de este se borró y tomó a Samaheda listo para pelear.

—Esto acabará rápido porque tú nunca tuviste oportunidad contra mí —dijo Itachi. Sus ojos brillaron antes de que un gran susano color rojo con una armadura lo cubriera por completo.

Las llamas eran tan altas del susanoo que fácilmente se podía ver en toda la ciudad o lo que quedaba de esta.

—Ha, veamos si esa cosa podrá con mi cúpula de agua —dijo al acumular una gran cantidad de agua que cubrió gran parte de Konoha.

Itachi muy pronto se vió envuelta dentro de esta con susanoo dentro sin verse afectada por esta.

—Será tu fin —dijo Itachi entornando los ojos.


Desde el hombro de Shisui Sakura pudo ver una gran cúpula de agua y una llama color rojo intenso que comenzaron a chocar entre sí. Sabía que de alguna manera esto era obra de Itachi y Kisame. En silencio rezó porque Itachi salga bien, aunque su mente le decía que podría morir, decidió creer en las palabras de Itachi. Va a regresar a ella. Para distraer su mente decidió tratarse las heridas mandando el poco chakra que pudo acomular a los lugares que más necesitaban curarse como el hombro y la pierna.

—Todo estará bien, estamos hablando de Itachi —dijo Shisui con más ánimo que anteriormente—, él aprendió de mí así que estará bien.

—Si... —susurró Sakura hasta que finalmente se dio cuenta—. ¡No, espera detente!

Shisui se detuvo en cuanto Sakura comenzó a moverse demasiado al punto que peligraba que se cayera de sus brazos.

—¿Qué?, si sigues así te caerás y mi primo me mata si ve un moretón más en ti —dijo confundido.

—Ino, ¡Tenemos que buscar a Ino! —gritó con desesperación tomando sus hombros—. ¡Ahora!

Shisui le miró confundida.

—Ella estará bien, debes saber bien qué es una buena ninja, además está con su sensei y sus compañeros, deberías tener más confianza en ellos.

—No, ¡Ella está embarazada! —gritó,

Shisui se quedó conmocionado. Ino estaba embarazada, si lo que decía Sakura es cierto, entonces... Ino está embarazada de su hijo.

Una luz cegadora los envolvió por completo. Katsuyu apareció y embullo a ambos en su cuerpo por unos momentos hasta que lentamente los dos pudieron respirar nuevamente con normalidad en cuanto la babosa los dejó libres.

La conmoción de Shisui se vio incrementada, Sakura se sumó a este en cuanto vieron su alrededor.

Alrededor había escombros. Más de la mitad de Konoha estaba destruido.

—N-no, no puede ser —dijo Sakura con voz temblorosa.