Habían pasado un par de días desde que encontraron el cuerpo de Annabeth y para mala fortuna no habían logrado encontrar alguna pista sobre quién había asesinado a la chica. Quirón se mantuvo en silencio, los últimos días habían sido demasiado difíciles para el viejo centauro, no podía dejar de pensar que tal vez alguno de los campistas podría ser cómplice de la muerte de Annabeth, también en las últimas noches habían sufrido de algunos ataques de un par de cíclopes, para fortuna las cazadoras junto con algunos campistas lograron matarlos antes de que hicieran algo. Solo quería que pronto regresarán Clarise y Percy, le rogaba a los dioses todos los días que los dos chicos se encontrarán a salvo y que el impostor no les hiciera ningún daño. El ambiente en el campamento, era un poco más animado, a excepción de dos semidioses, los cuales estaban sentados en la arena.

— ¿De verdad crees que el chico no tiene nada que ver en esto? — preguntó Chris, estaba preocupado por el bienestar de la hija de Ares. El hijo de Hermes se quedó en silencio mientras pasaba una mano sobre su cabellera, no entendía nada de lo que estaba sucediendo.

— No lo creo amigo — respondió Luke aún no confiaba en Percy, algo en su interior le decía que aquel escondía algo, pero sabía que durante el ataque a Annabeth, el chico estaba siendo interrogado por las cazadoras. — Quirón me dijo que Percy pasó toda la noche con las cazadoras, además fue Dionisio quien lo mandó a la misión.

— Me temo que lo verdaderamente preocupante es Annabeth, Clarisse confía en ella y mi temor es que la traidora se aproveche de eso — añadió Luke, levantando la mirada. — ¿Eso es un barco?

Chris utilizó sus prismáticos, — Si, aunque no veo a nadie en la cubierta.

Luke de inmediato se puso de pie, en busca del centauro. — Quirón, ven a ver esto — dijo Luke, haciendo una señal. Quirón por un momento temió que se tratará de algún otro ataque de algún monstruo, pero no fue así, ya que el chico lo guió hasta la playa.

— Chris lo vio, ¿Crees qué sean ellos? — preguntó Luke señalando la embarcación que se dirigía al campamento. Aunque Quirón permaneció callado, aquel barco no parecía detenerse, incluso no alcanzaba a ver a nadie en cubierta.

— Alejense — gritó Quirón al ver que la embarcación se dirigía a su posición sin detenerse, el barco de pronto golpeó con la playa.

— Todos quédense aquí, Luke acompáñame — dijo Quirón mientras se subía en aquel barco junto con el hijo de Hermes.

— ¿Crees qué sean ellos? — preguntó Luke sacando su espada para defenderse por si alguien los atacaba. No sabían si se podían encontrar a la falsa Annabeth.

Pero la cubierta del barco se encontraba vacía algo que no le gustaba nada al viejo Centauro, — Luke ve por el señor D — pidió el Centauro antes de adentrarse en el barco, todo el lugar estaba completamente a oscuras, revisó la primera habitación donde encontró el Vellocino de Oro postrado en la cama, aun costado había una mochila y todas las cosas que llevaba dentro esparcidas por el piso, al abrir la puerta del baño se encontró a Clarisse tirada en el piso. El centauro de inmediato se acercó a la chica, rogando a los Dioses de que aún se mantuviera con vida, para fortuna sus plegarias fueron escuchadas ya que la chica está viva aunque inconsciente, con cuidado la tomó entre sus brazos, quería asegurarse que algún hijo de Apolo la revisará.

— ¿Dónde está el chico? — preguntó Dionisio cuando apareció detrás del Centauro, el Olímpico estaba preocupado de no encontrar señales de Percy, no se quería ni imaginar lo que le haría su media hermana si su sobrino no llegaba a salvo al campamento.

— El barco está vacío — dijo Quirón después de revisar todo el barco, Dionisio se removió nervioso sin saber que podía hacer.

— Que lleven a la chica a la casa grande, hay que comprobar que no sea otra impostora — dijo Dionisio después de un rato en silencio, — Nosotros llevaremos el Vellocino para recuperar la barrera mágica.

El Centauro tomó el cuerpo de la chica para bajarla del barco donde los hijos de Apolo habían traído una camilla para transportar a la hija de Ares, — ¿Qué crees que pasó con el chico? — preguntó el Olímpico tratando de mantenerse lo más tranquilo para que el viejo Centauro no sospechara nada.

— No se, pero nada de esto tiene sentido, Clarisse no parece haber sido atacada no entiendo por qué dejar que ella regrese con el Vellocino — respondió Quirón, lo primero que había pensado es que habían atacado a Annabeth para evitar que el Vellocino llegará al campamento, — Me temo que sabremos más cuando Clarisse despierte.

El Olímpico se quedó en silencio pensando en cómo decirle la noticia Artemisa, sabía que ella estaría furiosa, mientras tanto Quirón colocó el Vellocino de Oro en una de las ramas del árbol de Thalia, ambos hombres se quedaron en silencio observando como el Vellocino iba restableciendo la barrera mágica pero para sorpresa de ambos un cuerpo empezó a sobresalir de la tierra, — Por Hades — murmuró Quirón al reconocer el cuerpo de la chica, el Centauro se acercó con nerviosismo tratando de averiguar si ella tenía signos vitales.

— Está viva — dijo Quirón casi en un susurro, Dionisio se quedó un momento en silencio antes de chasquear los dedos para desaparecer el cuerpo de la chica.

— Ella estará en la casa grande, no dejes que nadie sepa de ella, iré al Olimpo a informar de lo que pasó — fue lo último que dijo el Dios antes de desaparecer dejando a un muy confundido Centauro.

Dionisio nuevamente caminó hasta el palacio de Atenea esperando que ella pudiera explicarle lo que estaba pasando, — ¿Qué pasó? ¿Ya volvió? — preguntó Atenea cerrando su libro cuando vio aparecer al Dios en su palacio. Dionisio suspiro pesadamente mientras hacía aparecer una copa de vino pero esta se convirtió en agua tan pronto como el Dios se lo llevó a la boca.

— Como odio a mi padre — murmuró Dionisio, justo en esos momentos necesitaba de un buen vino para calmar sus nervios — Ha regresado sólo la hija de Ares, no hubo ningún rastro de Percy en el barco, aunque ella logró traer el Vellocino.

Atenea se quedo en silencio aun sin entender por que Dionisio estaba tan nervioso, — Cuando llevamos el Vellocino al árbol de Thalia, este no sólo restauró la barrera mágica, también revivió a la chica — dijo Dionisio sin dejar de caminar por la habitación.

— Esto tiene que ser por la profecía — murmuró Atenea, — ¿Dónde está la chica?

— Está en la casa grande, solo Quirón sabe de su existencia y le he pedido que la mantenga en resguardo — respondió Dionisio pero para sorpresa de ambos Olímpicos un rayo iluminó el palacio de Atenea.

— Mantente tranquilo, y que mi padre no sepa que está viva la chica — dijo Atenea antes de desaparecer e ir a la sala del trono, donde sólo estaban Zeus y Hera, después de unos segundos Dioniosio, Afrodita, Hermes, Demeter y Hefesto llegaron.

Todos los dioses se quedaron en silencio observando a Zeus, que para sorpresa de todos se mantenía tranquilo, — Todos deben de quedarse en el Olimpo, he ordenado a la Legión que vaya al campamento Mestizo para terminar con todos los campistas y Hera ha enviado a las Amazonas para terminar con las cazadoras — espetó Zeus de pronto.

— ¿Pero por qué? — espetó molesta Demeter, pensando en lo que les podía pasar a sus hijas que estaban en el Campamento.

— Me temo que en el Campamento Mestizo hay traidores y es mejor terminar con todos ellos — espetó Zeus molestó, — Y esto es una orden, quien se atreva a advertirles a los traidores serán los primeros en ir al Tártaro.

Salto de Línea

Clarisse abrió los ojos lentamente, le bastó unos segundos reconocer en qué lugar estaba, aunque lejos de tranquilizar a la chica, la puso aún más nerviosa. ¿Cómo es que había llegado al campamento? ¿Qué había pasado en el barco? Lo último que recordaba era estar en el barco intentando encontrar a su amiga, solo esperaba que Annabeth estuviera bien.

— Tranquila, todo está bien.

Clarisse intentó buscar su espada, pero el dolor de cabeza le dificultaba hacerlo. — Eres un maldito desgraciado, ¿Cómo pudiste hacer eso al campamento? — rugió Clarisse viendo con furia al que fue alguna vez su novio.

— Chris ve por Quirón — dijo Luke manteniendo la vista fija en la hija de Ares.

— ¿Qué le pasó a Annabeth? Te prometo que te vas a arrepentir si algo malo le pasa, tu y Chris van a pagar por lo que hicieron — espeto Clarisse viendo con furia al hijo de Hermes.

— ¿Dónde está Percy? — pidió Luke ignorando las miradas furiosas de la chica.

— Ese fue tu plan, lo querías muerto, ¿no es así? — rugió Clarisse furiosa, pero Luke se mantuvo en su lugar sin verse intimidado por la hija de Ares, aunque su pequeña charla se vio interrumpida por el viejo centauro.

— Clarisse me alegro de que estés despierta, ¿Cómo estás? ¿Te sientes bien? — preguntó el viejo centauro.

— Quirón, Luke es un traidor — dijo Clarisse, esperando que el viejo centauro detuviera a Luke.

— Luke, puedes dejarnos un momento por favor — pidió Quirón sin dejar de ver a la chica, el hijo de Hermes asintió pesadamente antes de abandonar la habitación. — ¿Cuándo fue tu primer día en el campamento?

— ¿Qué dices Quirón?, Luke es un traidor, no podemos dejar que escape, tienes que atraparlo — añadió Clarisse, ¿por qué Quirón no hacía nada? ¿Por qué estaba tan tranquilo?

— Por favor Clarisse, responde a mi pregunta — dijo Quirón.

— Fue un 4 de julio, lo recuerdo bien porque llegué toda malherida, Annabeth fue la que me encontró en la frontera del campamento y me trajo a la enfermería — respondió la chica con molestia, — Ahora me dirás, ¿Por qué actúas tan extraño?

Quirón pareció relajarse, pero aún veía con desconfianza a la chica, — ¿Cómo murió tu madre? — pidió nuevamente.

— ¿De qué hablas? Ella sigue con vida, la visitó algunas veces, tu lo sabes — espetó Clarisse, estaba más que furiosa ¿por qué no le decían lo que pasaba? Quirón suspiro pesadamente mientras se acercaba a la chica para desatarla.

— Lo siento por todo esto, pero teníamos que asegurarnos — añadió Quirón, dejando aún más confundida a la chica. — ¿Sabes dónde están Annabeth y Percy?

— ¿Por qué me preguntas todo esto? — preguntó Clarisse.

— Por favor responde, te prometo que te diré todo.

— Ellos se quedaron en Santa Mónica, fuimos interceptados por Enio — dijo Clarisse, sin poder ocultar su desesperación, ¿Por qué estaba tan tranquilo?

— ¿Notaste algo raro en Annabeth?

La hija de Ares se quedó en silencio sin entender por qué la pregunta, — Quirón tenemos que ir por Luke y Chris — dijo Clarisse mientras intentaba levantarse, pero el centauro se lo impidió.

— Por favor responde, notaste algo diferente en Annabeth — pidió nuevamente Quirón.

— No lo sé, actuaba raro por momentos, pero es algo normal, todos estábamos bajo mucha presión, fue un viaje demasiado difícil.

— ¿Pero no recuerdas algo raro? —añadió Quirón.

— Cuando veníamos para el campamento fuimos interceptados por Enio, Percy fue a pelear con ella, Annabeth se quedó conmigo. Pero no se que pasó después de eso, todo está borroso, solo recuerdo que desperté en medio del barco sola Annabeth ya no estaba — dijo Clarisse, — ¿Por qué me preguntas todo esto Quirón? ¿Qué pasa?

— ¿Has podido contactar con Percy después de que lo dejaste? — preguntó Quirón ignorando nuevamente las preguntas de Clarisse.

— No, intente hacerlo pero los mensajes Iris no sirven — respondió Clarisse molesta, — Ahora ya me dirás que pasa.

— Ven conmigo — dijo Quiron ayudando a la hija de Ares a levantarse para salir de la habitación donde estaban Chris y Luke esperando, — Tranquila, te prometo que te voy a explicar todo — añadió Quiron al ver la mirada furiosa de la hija de Ares.

— Cuando llegaste en el barco, pensábamos que estabas muerta. Will te trajo a la casa grande mientras el Señor D me acompañaba a restablecer la barrera — relato Quiron.

— ¿Y por qué no me llevaron a la enfermería? — preguntó Clarisse, nunca en todo su tiempo en el campamento había estado dentro de la Casa grande.

— No queríamos que te pasara nada, no podemos confiar en nadie por el momento — añadió Quirón, Clarisse observó con rencor a los dos chicos que los acompañaban.

— ¿Y cómo confías en ellos?

— La encontramos hace unas noches, nadie además de nosotros sabe lo que pasó.

— ¿De qué hablas Quirón? — pregunto la chica, el centauro se quedó en silencio abriendo la puerta de la habitación, ahí había dos camas, la primera estaba ocupada por una chica de más o menos doce años, pelo negro y nunca antes la había visto, pero lo que más le impresionó fue la segunda chica que estaba en la segunda cama, como era posible que estuviera ahí ella.

— Esto es una broma, ¿verdad? — pidió Clarisse, ¿cómo podía estar muerta Annabeth?

— No lo es Clarisse, me temo que alguien asesinó a Annabeth después de que recibiera la Profecía.

— ¿Pero por qué? ¿Qué interés tenían sobre la misión? — preguntó Clarisse, ¿Por qué Hades no se había dado cuenta?

— Primero pensé que era para debilitar el campamento, así el impostor se encargaría de que la misión fallaría — dijo Luke, Clarisse pensó en lo mismo aunque había algo que no encajaba. El impostor fue quien la dejó inconsciente y en ese momento se pudo haber llevado el Vellocino, tal vez ese nunca fue su plan. — Pero al verte llegar en el barco con el Vellocino, creo que ese no fue el objetivo.

— ¿Quién es la chica? — preguntó Clarisse, tal vez esa podía ser una de las razones por las que todo había pasado.

— Ella es Thalia, la hija de Zeus — murmuró Quirón viendo el cuerpo de la hija de Zeus.

— ¿Está viva? ¿Cómo es posible? — preguntó Clarisse, todos en el campamento conocían la historia de Thalia y sabían que ella había sacrificado su vida para salvar a sus amigos. — ¿Entonces el vellocino también puede revivir a Annabeth?

— Me temo que eso no es posible, al parecer el hechizo que hizo Hécate antes de que muriera Thalia fue lo que hizo posible que el vellocino la reviviera — explicó Quirón con tristeza.

— Entonces el que hizo todo esto sabía que Thalia regresaría, ese fue su plan todo este tiempo — dijo Chris, — Es por eso que dañaron la barrera mágica, para que con el Vellocino, ella pudiera ser revivida.

— ¿Pero por qué ahora? ¿Por qué revivir a Thalia? — pidió Luke tomando asiento frente a la cama de Thalia.

— La gran Profecía — grito Clarisse de pronto, Quirón por otro lado se sorprendió, se supone que nadie más allá de los Dioses sabía de la Profecía.

— ¿Cómo sabes de la Profecía? — cuestionó Quirón.

— Annabeth no las dijo durante el viaje — añadió Clarisse de pronto, era mejor que nadie supiera la verdad sobre Percy.

— Aunque eso no explica por qué quieren a Percy — añadió Luke.

— Lo más seguro es que solo sea un daño colateral, él no fue elegido por el impostor — respondió Quirón, Clarisse prefirió mantenerse en silencio, aquel impostor se encontraba con Percy, solo rogaba a los Dioses que su amigo estuviera bien.

La chica regresó al dormitorio con la ayuda de Chris, — ¿Cómo te sientes? — preguntó el joven, ayudando a Clarisse a acostarse,

— No entiendo como no me di cuenta, cómo es que fui tan tonta — dijo Clarisse molesta, ahora no sabía si Percy se encontraba bien.

— No tienes por qué culparte — respondió el joven, abrazando con cariño a la hija de Ares. — Los últimos días han sido un martirio, no lograba dormir de tan solo pensar que ella te podría hacer daño.

Clarisse rompió el abrazó y observó fijamente al chico, — Cuando iniciamos la misión fuimos interceptados por varios monstruos, logramos escapar por suerte, después de eso pensé que Percy era un traidor el motivo por el cual había pasado todo, pero él se arriesgó para salvarnos y nos hizo un juramento, fue ahí donde ella dijo que tu y Luke eran unos traidores. Eran de los pocos que sabían la misión, y yo le creí — dijo Clarrise, derramando un par de lágrimas, — No debí desconfiar de ti, pero en ese momento pensé que ella tenía razón.

Chris de inmediato abrazó a la chica, — No tienes que preocuparte por eso, la misión era difícil y tú confiabas en ella — dijo el joven intentando animar a la hija de Ares, — Intenta descansar, yo me quedaré aquí.

Salto de Línea

Las cazadoras habían partido en la mañana del Campamento Mestizo, ya estaban llegando a Nueva Jersey cuando se percataron de varias águilas sobrevolando los cielos. — ¿Qué es lo que hacen ellos aquí?— cuestionó una cazadora al reconocer las águilas que volaban por los alrededores.

— Esta noche la pasaremos aquí, Atalanta y Phoebe acompáñenme tenemos que averiguar qué es lo que hacen los romanos aquí — ordenó Zoe mientras el resto de la Caza comenzó a alzar las tiendas de campaña, no le agradaba para nada la presencia de los romanos, estaban demasiado cerca de los griegos, se supone que los Dioses se habían encargado de que los campamentos nunca se juntarán

— Ellos no tienen que estar aquí, están demasiado cerca del Campamento Mestizo. ¿Por qué ningún Olímpico los ha detenido? — cuestionó Atalanta intrigada del por qué los romanos estaban tan lejos de San Francisco, después de todo al ser una cazadora de Artemisa conocían de la existencia .

— No lo sé Atalanta, todo esto se me hace tan extraño, nunca los romanos habían venido hasta aquí — respondió Zoe mientras alcanzaban a ver a un legionario, él cual al notar a las tres cazadoras se puso demasiado nervioso sin saber cómo actuar ante ellas. — ¿Dónde está el Pretor?— el chico no pudo evitar estremecerse ante las miradas que le daban las tres chicas, — Tenemos prisa muchacho — este asintió con la cabeza antes de alejarse para empezar a guiar a las chicas por el campamento provisional, hasta que llegaron a la tienda principal, donde se encontraban tres semidioses que una vez que notaron la presencia de las cazadoras dejaron de hablar.

— ¿Zoe que es lo que hacen aquí? — preguntó el rubio extrañado de que las cazadoras estuvieran ahí.

— No estamos aquí como una visita social Grace. — rugió con fiereza la teniente de la Caza logrando que los tres chicos se estremecieran. — Y por cierto, soy la Teniente de Diana para ti.

Él chico rubio miró con nerviosismo a su compañero antes de asentir con la cabeza, después de todo sabía que las cazadoras de Diana no eran alguien con lo que pudiera meterse.

— ¿Qué es lo que le trae por estos rumbos Pretor? Están muy lejos de San Francisco — cuestionó Zoe mientras caminaba por la habitación esperando poder encontrar algo que le diera una pista de lo que pasaba.

— Eso es algo que a ustedes no les interesa — respondió el otro chico con aspecto asiático, tanto Phoebe como Atalanta levantaron sus arcos apuntando hacia este, pero Zoe se interpuso entre ellos.

— Estoy hablando con su Pretor, y es mejor que mantenga la boca cerrada chico a menos que desee ser nuestro próximo objetivo para el tiro al blanco — amenazó Zoe con severidad haciendo que el chico se escondiera detrás del Pretor.

— Le pido que disculpes a Frank — dijo el rubio con nerviosismo, — Octavio y Frank salgan de aquí de inmediato

Los dos chicos salieron de inmediato del lugar sin mirar atrás. — Pero lamento decirte que las órdenes que me dieron son confidenciales, lo siento pero no te puedo informar nada — explicó el rubio tranquilamente Zoe lo vio con dureza antes de asentir con la cabeza.

— ¿Y por qué razón traes a cada legionario por esta expedición, no creo que ustedes vengan de vacaciones tan armados? ¿Qué es lo que planeas hacer tan lejos de casa? — cuestionó Zoe con severidad viendo la reacción del chico.

— Tú podrás ser la Teniente de las Cazadoras de Diana, pero no vas a venir hasta aquí a obligarme para hablar cosas que solo le atañen a la Legión — dijo el rubio con dureza haciendo que las cazadoras lo vieran con molestia, — Creo que es mejor que se retiren, tengo cosas que atender en privado.

— Es mejor que mantengas a tus chicos lejos de nuestro campamento, no creo que quieras tener a varios de ellos castrados Pretor — dijo Zoe tranquilamente antes de salir de la tienda seguida de Phoebe y Atalanta las cuales se quedaron en silencio hasta que salieron del campamento.

— Atalanta levanta el campamento, hay cambio de planes, tenemos que llegar lo más pronto posible al Hotel Lotus — explicó Zoe esperando que no fuera a pasar lo que estaba pasando pero no había otra razón la cual explicara el por qué los romanos estaban ahí.

— ¿Qué piensas de todo esto? — cuestionó Phoebe cuando se quedó sola con su amiga.

— No lo sé Phoebe, los Romanos están tan cerca del Campamento Mestizo que creo que piensan atacarlos. Tu viste que venían preparados para hacer una guerra — dijo con frustración en toda su vida en la Caza había sido testigo de cada una de las peleas que tenían los campamentos y lo sangrientas que estas podían ser, aunque no le preocupaba el destino de ambos campamentos, en realidad lo que temía es que su hermano regresará de su misión en el momento en que los romanos atacarán el campamento Mestizo.

— ¿Es por eso qué quieres llegar tan pronto al Hotel Lotus? — cuestionó Phoebe pues recordaba que su amiga le había contado acerca de las órdenes que le dio Artemisa.

— Así es, quiero regresar lo más pronto posible al Campamento Mestizo, Percy puede llegar en cualquier momento y no quiero que salga herido por la pelea entre los dos bandos — dijo Zoe solo esperaba que estuviera equivocada.

Salto de Línea

Las cazadoras tardaron sólo dos días en llegar a la Vegas, aunque las preocupaciones de la Teniente solo aumentaron, no había tenido ninguna noticia de su señora durante todo este tiempo y temía que fuera a llegar demasiado tarde al campamento. — ¿Cómo vamos a reconocer a los chicos? — preguntó Phoebe mientras veía a todos los chicos que estaban en el Hotel Lotus, Zoe había decidido que solo ellas dos entrarían por los chicos mientras que las demás cazadoras se quedaban afuera vigilando que ningún monstruo se acercará a su dirección, ambas chicas caminaron a través del casino evitando comer la planta pues no querían quedarse más tiempo querían regresar lo más pronto posible al Campamento Mestizo.

— Allá están creo que son ellos — dijo Zoe mientras señalaba a dos chicos frente a ellos, — Tú ve por la chica, yo me encargo del chico — después de varios minutos forcejeando con ambos chicos ambas salieron del Hotel para encontrarse al resto de la caza las cuales se animaron cuando vieron a Zoe y Phoebe salir tranquilamente junto con una chica y un niño.

— ¿Qué vamos a hacer con el chico? — cuestionó Phoebe viendo con desconfianza al chico que habían sacado del Hotel Lotus.

— Tranquila Phoebe solo lo vamos a llevar hasta el campamento Mestizo, vamos tenemos que irn.. — dijo Zoe antes de salir volando debido a un ataque, las cazadoras levantaron sus arcos esperando ver al atacante de su Teniente pero este no apareció. — Protegan a los chicos, no dejen que nadie se les acerque — ordenó Phoebe ayudando a su amiga a que se pusiera de pie.

— Hola hija — dijo Atlas al aparecer frente a todas las cazadoras, — No vine aquí para pelear con ustedes, solo quiero a los niños, si ellos vienen conmigo todas vivirán.

Zoe se quedó en silencio mientras observaba al Titán con los ojos abiertos. — Ellos no van a ir a ningún lugar padre, no vamos a permitir que te los lleves — dijo Zoe mientras levantaba su arco lo cual fue imitado por el resto de las cazadoras, una lluvia de flechas cayó sobre Atlas pero estas no le hicieron ningún daño, él sonrió maliciosamente antes de abalanzarse sobre las cazadoras las cuales no pudieron esquivar al furioso Titán.

— No Nico, no vayas — dijo la chica mientras trataba de sujetar a su hermano pero este se alejó de inmediato, el chico golpeó con furia el piso provocando un ligero temblor.

— ¿Eso es todo niño? — cuestionó Atlas con sarcasmo pero de pronto una mano de esqueleto le sujetó por los pies mientras más esqueletos empezaron a salir del piso.

— ¿Estás bien Nico? — preguntó su hermana con miedo sabía que él aún no dominaba sus poderes, después de todo ninguno de los dos podía entrenar antes.

— Tranquila Bianca estoy bien — dijo mientras se ponía de pie antes de acercarse a Zoe, — Tenemos que irnos ya, ese truco no va a durar por mucho tiempo.

Ella asintió con la cabeza después de todo sabía que no iban a poder contra el Titán ellas solas, pero Atlas logró recuperarse antes de lo predicho pero para sorpresa de este fue atacado por tres flechas doradas, Atlas rugió molesto al reconocer a su atacante.

— Es un error que hayas venido Apolo, estas bastante débil — rugió Atlas mientras trataba de acercarse, pero el Dios del Sol disparo varias flechas para detener el avance del Titán, este lo vió con despreció antes de desaparecer del lugar, Zoe trato de preguntarle algo pero el Dios cayó de pronto al piso, ella trato de acercarse pero este levanto su mano para detenerla. Apolo se veía demasiado agotado, incluso Zoe nunca lo había visto así antes, después de algunos minutos logró reponerse, mientras su carro aparecía frente a las cazadoras.

— Necesito que suban por favor, las amazonas se encuentran cerca y hay que llegar pronto al campamento — dijo Apolo, antes de cambiar su forma a Febo. — Debemos darnos prisa, no tengo mucho tiempo.

Zoe de inmediato ordenó que las cazadoras subierán al vehículo, sabía que los Dioses se veían afectados por que los campamentos estuvieran tan cerca. — ¿Qué está pasando? — preguntó Zoe, tan pronto iniciaron el viaje.

— Las cosas se han complicado — murmuró Apolo, quien se mantenía con los ojos cerrados, podía notar como el sudor corría por su rostro. — Mi padre ha enviado a los Romanos, para acabar con los griegos, también envió a las amazonas para hacer lo mismo con ustedes.

Zoe permaneció en silencio, sabía que Apolo estaba realizando un gran esfuerzo y prefería no interrumpir, — Arty, fue capturada, está sosteniendo la carga de Atlas — Zoe apretó los puños con furia, ahora entendía por qué no había tenido noticias de su Señora.

— Entonces debemos ir allá — dijo Zoe, pero Apolo negó con la cabeza.

— No, la profecía ha empezado y es de suma importancia mantener a los hijos de Hades a salvo — respondió Apolo. — Percy ha regresado del mar de los monstruos, él con la ayuda de Ares, rescatarán a Arty, para que ella detenga la batalla entre los griegos y romanos.

Lejos de tranquilizar a la chica, solo hizo que estuviera más preocupada, en otras condiciones sabía que Percy estaría a salvo con Ares, pero en estas circunstancias el Dios de la Guerra no sería de gran ayuda, aunque no pudo decir nada ya que habían llegado a la frontera del campamento. — Traten de evitar una masacre, deben de aguantar hasta que mi hermana llegué y sobre todo protegan a los hijos de Hades — fue lo último que dijo Apolo antes de desaparecer dejando con bastante dudas a las cazadoras.

Salto de Línea.

— Jason tiene que haber otra forma, debemos de pensar que tal vez esto es una trampa, hemos dejado a Nueva Roma sin ninguna protección — pidió el chico con nerviosismo, Jason se quedó en silencio aunque una parte de él creía en el discurso del chico pero no quería aceptar que se había equivocado y menos frente a ellos.

— Puedes cuestionar mis órdenes Octavio, pero esta fue hecha por mi padre así que es mejor que te abstengas de decir esos comentarios — respondió Jason sin poder ocultar su enojo.

— Hay malos presagios, Jason tienes que entender que eso no es cuestionar los planes de Júpiter. No sabemos a lo que nos enfrentamos, ni siquiera sabemos a dónde nos dirigimos, no podemos seguir así, tienes que velar por el bien de la Legión y de Nueva Roma — pidió Octavio esperando que Jason le hiciera caso.

— Es mejor que te vayas Octavio, tengo que hablar con Frank acerca de lo que viene y no tengo animos de compartirlos contigo y tus dudas — explicó Jason, Octavio vio con frustración antes de salir de la tienda, él rubio se sintió bastante enojado ¿por qué su padre los había enviado a esa misión? ¿Por qué es que nunca les informó de lo que iban a atacar? Después de todo Octavio tenía razón, nada de lo que pasaba tenía lógica.

— Sabes que Octavio no es mi persona favorita, pero él tiene un punto Jason, esto es bastante extraño, los legionarios están nerviosos — dijo Frank esperando que su amigo entrará en razón. — A mi también no me gusta estar lejos de casa.

Jason lanzó un leve suspiro mientras pasaba una mano sobre su cabello, — Lo sé Frank, pero mi padre no nos enviaría en esta misión si no fuera importante — respondió el chico, aunque él también tenía dudas. — Alista a la Legión, debemos irnos pronto.

Frank solo asintió antes de abandonar la tienda, Jason observó la imagen de Júpiter que estaba grabada en su estandarte. — ¿Por qué no respondes a mis plegarias padre? — dijo Jason, desde que salieron de Nueva Roma no había tenido ninguna noticia de su padre, ¿por qué tanto secretismo? Un destello distrajo al chico.

— Señor Timor — dijo Jason al ver al Dios Menor en su tienda, solo esperaba que él le pudiera decir que era lo que pasaba. — No quiero desconfiar de las órdenes de mi padre, pero los legionarios están nerviosos, hemos dejado Nueva Roma sin protección y estamos demasiado lejos de casa.

— Veo que no eres tan aguerrido como decía tu padre — dijo Timor mientras colocaba sus manos sobre la cabeza de Jason, el cual quiso reclamar pero antes de que pudiera hacer algo este proyecto algunas imágenes. — Ahora sabes cual es tu misión, espero y no falles — dijo el Dios Menor antes de desaparecer del lugar.

— ¿Jason estás bien? — preguntó Frank mientras entraba en la habitación junto con Octavio.

— Si estoy bien, Frank quiero que se levante el campamento tenemos que llegar lo más pronto posible a Nueva York — ordenó Jason con severidad pero antes de que pudiera alguien reclamar tres cazadoras de Diana irrumpieron en la tienda.

— ¿Está todo bien con las cazadoras de Diana? — cuestionó Frank una vez que Zoe había partido del campamento, pero Jason solo negó con la cabeza como si fuera algo normal.

— Alista a legión Frank salimos en 5 minutos — dijo este con severidad ante la mirada negativa de Octavio, — Es mejor que mantengas la boca cerrada Octavio, ya he escuchado que tratas de separar a la Legión, no quiero hacerte daño — este asintió con la cabeza con frustración antes de abandonar la tienda dejando al Pretor solo.

— Es momento de deshacerme de los estúpidos griegos de una vez por todas — murmuró Jason mientras salía de su tienda para continuar con su viaje. La Legión partió de Nueva Jersey llegando en la mañana del otro día a Central Park donde habían colocado el campamento provisional mientras esperaban las órdenes de su padre o Timor acerca de su próximo ataque.

— Jason los Olímpicos se han tardado demasiado en venir, como sabemos que todo esto en realidad van a venir — pidió Frank con desesperación pues nunca pensó que los Dioses se iban a tardar tanto en avisarles de su próximo objetivo los Legionarios se sentían igual pues pensaban que el campamento podría ser atacado mientras ellos estaban en el parque acampando, Jason simplemente se quedó en silencio sin dejar de observar el cielo el cual se vio iluminado por un rayo para que unos segundos después el Rey de los Dioses apareciera frente a los Legionarios.

— Padre — dijo Jason gustoso de que el Rey de los Dioses estuviera ahí, Júpiter se quedó en silencio mientras observaba al resto de la Legión en silencio.

— Ustedes han demostrado su valía, es hora de que demuestren de qué está hecho la Legión romana. Confió en que ustedes van a eliminar hasta el último de los traidores las águilas los van a guiar hasta donde está su objetivo, así que no tengan piedad de estos — dijo Júpiter con severidad haciendo que todos los Romanos gritarán de júbilo, después de todo el Rey de los Dioses muy pocas veces visitaba a los Romanos.

— No los vamos a defraudar Señor — respondió Jason con ánimo antes de que el Rey de los Dioses desapareciera del lugar dejando a toda la Legión animada mientras preparaban sus cosas para empezar con su viaje.

Salto de Línea

Las cazadoras llegaron de regreso al campamento, algunos semidioses observaron a las chicas pero ninguna de estas se detuvo hasta que llegaron a la casa grande, — Quirón tenemos un problema — dijo Zoe observando fijamente al viejo centauro.

— La Legión está a unos 20 kilómetros de aquí, no van a tardar más que un par de horas en llegar al campamento. — explicó Zoe viendo con severidad al centauro, los semidioses que se habían acercado para escuchar la conversación observaron confundidos a las cazadoras.

— ¿Cuántos vienen? — preguntó Quirón con nerviosismo.

— Viene toda la Legión Romana Quirón, cada uno de los romanos del Campamento Júpiter vienen hacia aquí — dijo Zoe con preocupación, dado que el ejército Romano superaba el número de campistas que había.

— Veré si Dionisio puede interceder en esto antes de que comience la masacre — dijo Quirón pero Zoe se interpuso en su camino.

— Eso no es posible Quirón, los Olímpicos ya están sufriendo las consecuencias de que los campamentos estén tan cerca. Además fue Júpiter el que ordenó que la Legión romana viniera hasta aquí, el propio Pretor me lo confirmó — dijo Zoe con desesperación pues sabía que los días siguientes iban a ser muy pesados. Quirón se quedó sorprendido sin entender por qué el Rey de los Dioses había dado esa orden, ¿acaso no se daba cuenta de las muertes que iba a provocar esa decisión? ¿Acaso solo quería ver como se mataban entre ellos?

— Sólo nos queda activar las defensas del campamento — El centauro parecía que había envejecido unos 500 años. — Luke, reúne a todos los líderes los quiero ver a todos en 10 minutos.

¿Qué les pareció el capítulo? ¿Qué han pensado de la historia? ¿Una pregunta que época de la antigua Grecia, les gusta?

La próxima semana subiré el siguiente capítulo.