— Johnson — grito Octavio cuando vio que un grupo de 50 legionarios se empezaba a acercar trayendo con ellos las catapultas que iban a utilizar para iniciar con el asedio, tres chicos se acercaran a donde estaba, — Jason me ha pedido que lleven todas las catapultas hacia el norte, desde ahí el quiere iniciar con el asedio.
— Pero eso queda muy lejos de nuestro objetivo ¿Por qué Jason quisiera hacer eso? — respondió Johnson con nerviosismo sin entender por qué el Pretor hiciera esto. — No tiene ningún sentido.
— Esas fueron las órdenes que me dio nuestro Pretor, si no estás de acuerdo con estas ve tu personalmente a discutirlo con él, solo estoy haciendo lo que me ordenó nuestro Pretor. — respondió Octavio con fiereza sin dudar en ningún momento ante la mirada que le dio el chico.
— Ustedes quédense aquí, iré a hablar con Jason para corroborar las órdenes. — dijo Johnson al resto de legionarios que esperaban instrucciones. — Tú quédate aquí, mis hombres te mantendrán vigilado, me temo que tu estas planeando algo. — Él suspiró con frustración al ver que su plan no había funcionado solo le quedaban unos minutos antes de que Jason viniera aquí y lo arrestara por insubordinación.
— Lo siento chicos. — murmuró Octavio antes de abalanzarse sobre el chico más cercano a él tirándolo al piso el resto de los chicos trataron de atacar pero 20 legionarios se acercaron a ellos para detenerlos.
— ¿QUÉ HACES AHÍ PARADO OCTAVIO? — cuestionó uno de los chicos que habían venido a su rescate, — Grace no va a tardar en llegar, destruyelas rápido no tenemos mucho tiempo. — Él asintió con la cabeza mientras corría hacia las catapultas solo le faltaban 5 por destruir pero en ese mismo momento fue golpeado por un rayo que lo arrojó al piso.
— Me decepcionas Octavio, nunca me imagine que ibas a ser tu, él que me iba a traicionar — dijo Jason con furia mientras tomaba por el cuello al chico que trataba de golpear a este para que se alejara.
— Por... Fav...favor Jason detén todo esto — rogó Octavio mientras trataba de mantenerse despierto pero Jason solo respondió electrocutando al chico haciendo que este gritara de dolor antes de desmayarse.
— Quiero que a todos ellos los arresten y los dejen aquí con alguno de tus hombres para que no escapen, el resto lleve las catapultas hacia donde les indique — ordenó Jason antes de regresar a su tienda acompañado de Octavio.
— ¿Qué fue lo que pasó Jason? — cuestionó Frank cuando vio a los dos chicos entrar, pero el Pretor guardó silencio mientras acomodaba a Octavio en una silla y le colocaba una cadenas para que no pudiera escapar.
— Frank ve a buscar a Hazel no permitas que esta vaya a escapar — ordenó Jason con severidad, el chico asintió con la cabeza con nerviosismo antes de salir en busca de la hija de Plutón, — ¿Están listos Johnson?
— Lo siento Jason pero las únicas catapultas que Octavio no destruyó se vieron afectadas por el rayo que lanzaste — dijo Johnson con nerviosismo esperando la respuesta del hijo de Júpiter.
— ¿Las pueden arreglar? — preguntó Jason, el chico asintió con la cabeza, — ¿La encontraste? ¿Dónde está? — preguntó cuando Frank regresó a su tienda.
— Lo siento Jason, pero dicen que la última vez que la vieron fue con Octavio, creo que este es otro plan de él — dijo Frank después de haber regresado, Jason suspiró con molestia mientras le hacía una señal a ambos para que lo siguieran.
— Johnson, Frank quiero que cada uno de ustedes lleven a 150 hombres, vamos a sitiar todo el lugar, no quiero que quede un solo lugar por donde ellos puedan escapar — exclamó con severidad Jason, — Johnson quiero que dejes a varios de tus hombres para que se encarguen de reparar las catapultas, y quiero que inicien la invasión cuando se den las primeras explosiones, ¿entendido?
Él esperó hasta que los dos chicos salieran de la tienda para caminar en dirección a donde tenía a Octavio, lanzándole una pequeña descarga eléctrica para que este se despertará. — ¿Dónde está Hazel? — preguntó Jason de inmediato, el chico solo vio a Jason antes de soltar una sonora carcajada.
— No tienes porque hacer esto Jason, se que tu nunca harías nada que pusiera en peligro a la Legión, ¿Qué te ha pasado? — preguntó Octavio, Jason se mantuvo en silencio, — Tú no eres así, odiarías ser glorificado a costa de la muerte de nuestros amigos.
Octavio observó por un momento la reacción que había tenido Jason, a pesar de que esté aún lo veía fijamente podía notar como una lágrima caía de sus ojos, — Alguien te está controlando Jason, pero tu no eres nadie débil, puedes ganarles, no dejes que maten a nuestros amigos — exclamó Octavio.
— ¿Qué está pasando? ¿Octavio? — murmuró Jason, pero antes de que logrará hacer algo un destello dorado iluminó la tienda. Un anciano apareció justo detrás del Pretor, el de inmediato golpeó su báculo dejando inmóvil al rubio.
— Eres alguien sorprendente Jason — dijo el anciano con tono divertido, — Muy pocos logran superar el control de Deimos, pero me temo que no puedo dejar que arruines mis planes.
— ¡No le hagas nada! ¡Ayuda! — gritó Octavio al ver que el anciano colocaba sus manos sobre la cabeza de Jason.
— ¿A dónde enviaste a Hazel? — preguntó el anciano, observando a Octavio, quien a pesar de la situación no se vio intimidado.
— No te lo diré — respondió Octavio para después escupir en dirección a donde estaba parado el anciano.
— Hay dos formas de resolver esto y creéme que no te gustará probar el verdadero poder de nuestro amigo — dijo el anciano señalando a Jason. — Una última vez, ¿A dónde enviaste a Hazel?
Octavio solo sonrió antes de volver a escupir, el anciano golpeó su báculo. — Jason podrías enseñarle modales a nuestro amigo — dijo, Jason solo asintió caminó en silencio hasta que estuvo frente a Octavio y colocó sus manos sobre la cabeza del chico, segundos después arrojó una descarga eléctrica. Octavio no tuvo tiempo de hablar, solo pudo lanzar un grito de dolor.
— ¿Ya quieres hablar? — dijo el anciano sin dejar de sonreír, pero Octavio se mantuvo firme, Jason se volvió a acercar para repetir la misma descarga.
— Has terminado Cronos — dijo una mujer, Octavio apenas y pudo levantar la mirada, todo aquello estaba siendo una verdadera tortura. — La chica se encuentra en el laberinto, va en dirección a San Francisco.
— Está bien, Jason que inicie la invasión, quiero que asesinen a todos los griegos, ¿está claro? — dijo Cronos, Jason solo asintió antes de abandonar la habitación. Después de tanto Cronos y la desconocida desaparecieron de la tienda.
— ¿Ya están listas? — cuestionó este ignorando las miradas que le daban todos, uno de los soldados asistieron con la cabeza tímidamente.
— Inicien con el ataque — ordenó Jason antes de elevarse por los aires mientras una tormenta eléctrica empezaba a asolar todo el lugar.
La tensión en el campamento aumentaba, Luke se mantenía observando la frontera del campamento, ya había terminado el plazo que les había dado el líder de los romanos para atacarlos, para su fortuna este ataque aún no iniciaba. Pero lejos de tranquilizarlo, solo aumentaban más sus nervios porque había visto el número de romanos que eran y sobre todo el armamento que traían. No sabía como se podrían defender, cuando iniciara el ataque.
— ¿Estás bien? — preguntó Clarisse, pero Luke se mantuvo en silencio.
— No — respondió después de varios minutos en silencio. — ¿Todos están preparados?
— Si, aunque están nerviosos — respondió Clarisse, — Creo que el chico logró cumplir con su cometido.
Pero lejos de alegrar a Luke, parecía más sombrío. — Pero me temo que solo logrará retrasar el ataque, tú viste cómo estaba su líder no creo que él desista de su idea de atacarnos — añadió Luke, — Y aún sin todo su armamento ellos nos superan en número, son casi el triple de nosotros.
— Tenemos problemas — dijo Zoe con nerviosismo, — las cazadoras me han informado que dos grupos de 150 hombres han partido en diferentes posiciones para tener totalmente rodeado el Campamento.
Clarisse sintió como un escalofrío recorría su cuerpo, Luke se le quedó viendo esperando alguna instrucción de cómo se iban a defender, aunque ella no sabía qué hacer. Aunque a veces ayudaba a Annabeth para generar las estrategias, ella siempre era la de las ideas. — Luke lleva contigo ha 70 campistas hacia el oeste y que Malcom lleva el mismo número, quiero que todos estén preparados me temo que el ataque está apunto de iniciar — pidió Clarisse con severidad antes de que el hijo de Hermes fuera a cumplir con su misión.
— ¿Zoe ustedes necesitarán ayuda? — pidió Clarrise tranquilamente esperando a que no reaccionará de mala forma.
— No, solo estén alertas los romanos atacarán pronto — respondió Zoe, Clarisse solo asintió antes de regresar al campamento, donde Luke y Quirón estaban intentando reunir a los campistas.
— Necesito que lleven las catapultas al oeste y este. Solo disparen las catapultas cuando vean que están avanzando los romanos, ¿Entendido? — exclamó Clarisse.
Tan pronto llegó Luke junto con algunos de sus hermanos e hijos de Ares se dieron cuenta de que el ejército romano estaban colocando algunas catapultas apuntando en dirección al campamento Mestizo.— ¿Deberíamos atacar? — preguntó Chris sin poder ocultar su nerviosismo.
Aunque Luke negó con la cabeza, — No, no seremos nosotros quien inicie con esta guerra — dijo Luke, — Que coloquen una de las catapultas aun costado de los árboles, apunten en dirección a sus catapultas, tan pronto inicien hay que intentar destruir su armamento.
Luke lo pensó por unos momentos antes de salir del bosque que lo protegía y caminar para encontrarse lo más cercano a los romanos, — No tienen por que hacer esto, nadie tiene que morir este día — gritó Luke esperanzado de lograr algún cambio en los romanos. Aunque ninguno de ellos le hizo caso, pero no pudo evitar percatarse de la mirada miedosa que tenían algunos de ellos.
— Si alguien morirá hoy, no será romano — exclamó un chico regordete caminando en dirección a donde se encontraba Luke. — Hoy quemaremos este campamento, sólo quedarán cenizas.
— No dejaré que ustedes maten a nadie, no me importa lo que tenga que hacer pero protegeré a mi familia — exclamó Luke antes de regresar al bosque. — Connor, Travis necesito que vayan por las minas, quiero todo este lugar repleto.
Ambos chicos asintieron antes de ir en camino a la cabaña de Hermes, — ¿Qué estás planeando? — preguntó Chris.
— Has visto cuántos son, nos superan en número hay que intentar mantenerlos alejados del campamento lo más que podamos — dijo Luke, sabía que un combate cuerpo a cuerpo sería un suicidio.
— ¿Y cuando ya no logremos resistir? — preguntó Chris, temiendo la respuesta de su amigo.
— Volaremos todas las minas — explicó Luke.
— ¿Qué son eso? — preguntó un hijo de Ares señalando hacia los cielos, donde un par de águilas sobrevolaban los cielos, la tranquilidad solo duró unos momentos antes de que las catapultas romanas iniciarán el ataque.
Salto de Línea
Zoe camino por la frontera del campamento, podía vislumbrar cómo los romanos se preparaban para el ataque. — Phoebe que todas las cazadoras estén listas — ordenó la cazadora, no le agradaba para nada la idea de aquella batalla, solo necesitaban retrasar a los romanos hasta que Percy regresará con Artemisa y lograrán detener aquella batalla.
— Disparen a cualquier romano que se acerque a la frontera — rugió Zoe viendo como un par de águilas volaban por los aires, tan pronto como las águilas entraron en el campamento el ejército de los romanos emprendió su ataque. Tan pronto los cielos se vieron cubiertos de rocas envueltas en fuego que eran lanzadas desde las catapultas.
Clarisse se encontraba en el comedor cuando las primeras piedras empezaron a caer en el campamento, la chica de inmediato corrió intentando alejar a los campistas del peligro, — Charles quiero que pongan ese carro a funcionar, lo necesito volando en diez minutos, debemos destruir sus catapultas — grito Clarisse, el hijo de Hefesto asintió antes de correr en dirección al carro. — Silena, Will lleven a los heridos a la enfermería.
La hija de Ares corrió hasta la frontera del campamento donde Luke estaba al mando de 30 campistas, los cuales disparaban sus catapultas intentando mantener alejados a los romanos, — ¿Cómo van las cosas? — preguntó Clarisse, varios de los árboles que los rodeaban ya habían caído a causa de las catapultas de los romanos.
— No creo que duremos mucho a este ritmo — dijo Luke, Clarisse se quedó en silencio observando la situación, por el momento habían logrado detener a los romanos pero tan pronto ellos destruyeran sus catapultas o se quedarán sin munición ellos entrarían en el campamento. — Les he pedido a Connor que mine toda esta frontera.
— Cuando terminen aquí que vayan con Malcolm, cuando estén todas las fronteras minadas te avisaré para que se retiren de aquí — dijo Clarisse antes de abandonar el lugar y correr a donde se encontraba Malcolm quien junto con algunos hijos de Atenea y Apolo mantenían a los romanos alejados, afortunadamente en ese flanco los romanos no estaban usando catapultas.
— ¿Cómo van las cosas? — preguntó Malcolm, al ver a la hija de Ares.
— Nada bien, Luke no va a resistir mucho tiempo — respondió Clarisse, — Quiero que envíes algunos campistas a la cabaña de Hermes, coloquen minas por todo el lugar.
— ¿Vas a volar el campamento? — preguntó el hijo de Atenea.
— Si ellos quieren entrar quiero que solo lo puedan hacer por un solo lado — respondió Clarisse, tenía más oportunidad de éxito si lograban reunir a toda su fuerza en un solo flanco.
— ¿Pero destruir el campamento? — preguntó nuevamente Malcolm.
— Si, quiero que todos estemos junto con las cazadoras, así será más fácil defender el campamento — respondió Clarisse.
Malcolm se quedó un momento en silencio antes de esbozar una sonrisa, — Estás loca, pero creo que puede funcionar.
La chica solo sonrió antes de regresar al comedor, Charles había logrado encender el carro y junto con algunos hijos de Afrodita se encontraban cargando proyectiles, — Drew nos donó su dotación de perfumes, logramos hacer unas bombas creo que será suficiente para destruir las catapultas — explicó Charles.
— Buena idea — añadió Clarisse, — Quiero que empiecen en el oeste, Luke necesita ayuda.
Charles de inmediato se subió al carro elevándose por los aires, Clarisse se quedó en su lugar solo esperando que su plan funcionará.
Salto de Línea
Las primeras explosiones sonaron, Clarisse notó como el piso se sacudía, después de eso por todo el campamento se escuchaban más y más explosiones, solo esperaba que su plan hubiera funcionado, — ¿Todos están bien? — preguntó Clarisse al ver que Luke regresaba, por lo que podía ver que ninguno de los campistas que lo acompañaban había resultado herido.
— Si, nadie va a poder cruzar por ahí — respondió Luke, mientras más y más explosiones se iban escuchando, minutos después Malcolm y Charles regresaron.
— Ha funcionado — dijo Malcolm mientras intentaba recuperar el aliento.
— Los romanos se están replegando — informó Charles. — Creo que hubo varios heridos cuando intentaron irrumpir las fronteras.
Ninguno de los chicos estaba muy animado de escuchar eso, a pesar de la situación no era agradable escuchar que un semidiós había sido lastimado, — Hay que prepararnos para contraatacar —dijo Clarisse.
— ¿Zoe todo está bien? — preguntó Clarisse al ver a la teniente de la Caza acercarse.
— Los Romanos se están retirando, han detenido el ataque — explicó Zoe.
— ¿Alguna cazadora resultó herida? — preguntó Clarisse, pero Zoe negó con la cabeza.
Algunos campistas se acercaron intentando saber como iban las cosas, Clarisse por su parte se quedó en silencio, esperando a que alguien hablará pero todos se mantuvieron observándola. La chica observó los cielos, pronto la noche caería en el campamento. — ¿Will hubo algún herido? — preguntó la chica observando al hijo de Apolo.
— Ninguno de gravedad, solo algunos lastimados —respondió Will, Clarisse solo asintió sentía una tranquilidad enorme al saber que nadie había resultado herido, cuando levanto la mirada se percató que todos los campistas la rodeaban también Quirón se acercó y le esbozo una ligera sonrisa.
— Quiero que todos vayan a comer, intenten recuperar energías — dijo Clarisse, no era necesario que gritará todos los campistas habían permanecido en silencio. — A las diez de la noche quiero a todos reunidos, atacaremos a los romanos, ellos estarán cuidando a sus heridos y vamos aprovechar eso.
Una vez que terminó su discurso los campistas se dirigieron al comedor, solo se quedó Quirón y Zoe acompañando a la hija de Ares, — Alistaré a las cazadoras para atacar el campamento — dijo Zoe, pero antes de que se pudiera ir fue interrumpida por una cazadora, — ¿Qué ha pasado Sophie?
— Ellos han escapado — dijo la cazadora, — Creo que Thalia nos atacó, hemos revisado toda la casa grande y no encontramos a los hijos de Hades.
Los tres se dirigieron a la casa grande donde otras tres cazadoras se mantenían revisando la zona, — Creo que han ido en esa dirección — informó una de las cazadoras, señalando una de las pisadas. — Ellos iban solos, nadie los raptó.
El grupo siguió las pisadas hasta la entrada a una cueva, — Aquí termina el rastro — dijo la cazadora.
Zoe permaneció en silencio, el lugar al que estaban mirando solo se describía en una palabra. "DEPRIMENTE" y había algo en aquel sitio que le resultaba familiar, hasta que se percató de un grabado que había en el piso. — Es una entrada al laberinto de Dédalo — dijo Zoe, al reconocer aquel lugar.
Quirón solo observó frustrado, aquellos chicos se habían puesto en peligro, no se quería ni imaginar todos los monstruos que estaban encerrados en aquel sitio, — Creo que por el momento no podemos hacer nada por ellos — dijo Quirón, aunque le gustaría enviar a unos campistas para buscar a los chicos en ese momento necesitaban a todos los semidioses necesarios para defender el campamento.
— Iré a preparar a las cazadoras — dijo Zoe abandonando la zona.
— Atalanta, Phoebe vengan conmigo por favor — dijo Zoe haciendo un gesto para que las dos cazadoras la siguieran, el trió se internó en el campamento, aunque se encontraron con algunos semidioses ninguno le tomó importancia, la teniente de la caza guió a las chicas hasta la entrada del laberinto donde los hijos de Hades y Thalia habían logrado salir del campamento.
— ¿Qué hace una entrada aquí? — preguntó Phoebe al percatarse del símbolo que estaba grabado en la entrada de la cueva, Zoe echo un vistazo a su alrededor analizando que nadie las hubiera seguido.
— Saben que Percy va en camino a San Francisco a rescatar a nuestra señora, quiero que ustedes vayan para ayudarlo en su misión — explicó Zoe, observando a las dos cazadoras, — Me gustaría acompañarlas pero no podemos dejar el campamento desprotegido, se que ustedes harán lo que sea para mantener a nuestro hermano a salvo.
Ambas cazadoras asintieron con firmeza, — Sabes que cuidaré a Percy con mi vida — exclamó Atalanta sin dudar en ningún momento, logrando que la teniente esbozará una sonrisa.
— Tengan cuidado amigas mías, el laberinto no es seguro y me temo que mi padre las estará esperando en San Francisco — dijo Zoe, estaba frustrada de no poder ir en la ayuda de su amiga y hermano, pero sabía que ellas dos eran la mejor para esa tarea.
— No te preocupes Zoe, nosotras traeremos a nuestra señora y hermano para que terminen con esta absurda batalla — exclamó Phoebe con firmeza, ambas cazadoras se despidieron de la teniente de la caza antes de internarse en el laberinto.
Salto de Línea
Jason se quedó en medio del campamento observando las catapultas arrojando los proyectiles en dirección a los griegos, "Esto sería demasiado fácil" pensó el chico esbozando una sonrisa de satisfacción, antes de la media noche su ejército estaría entrando en el campamento de los griegos, y se encargaría personalmente de que no quedará ninguno con vida, tenía que acabar con toda esa escoria. — ¿Pasa algo Frank? — preguntó Jason, al ver al muchacho regordete caminar hasta donde estaba.
— Mis hombres han visto que los griegos están colocando explosivos en el terreno — dijo Frank, — Y nuestras catapultas no están realizando mucho daño.
Jason suspiró molesto, no entendía como unos cuantos griegos podrían complicarle las cosas, — ¿Acaso me estás diciendo que no eres capaz de hacer la tarea que te pedí? — preguntó el rubio con tono molesto, — Tienes a ciento cincuenta hombres, creo que es más que suficiente para realizar la tarea que te pedí.
Frank se quedó viendo a su amigo fijamente, durante el tiempo que lo había conocido nunca se había comportado de ese modo. El Pretor dio un último vistazo a su alrededor antes de entrar a su tienda.
— Por favor Jason, detén todo esto — dijo Octavio al ver entrar al rubio.
— Deja de hablar o te cortaré la lengua — espetó molesto, justo en ese momento tanto Johnson y Frank entraron en la tienda, ambos chicos se sorprendieron al ver el estado en el que se encontraba Octavio.
— ¿Qué has hecho Jason? — preguntó Johnson intentando acercarse a Octavio, para ver en qué estado se encontraba. Pero Jason arrojó un rayo para alejar al chico.
— Ese es el trato que merecen los traidores — dijo Jason viendo fijamente a los chicos, estaba más que dispuesto a atacar a los dos jóvenes si estos se oponían a sus órdenes.
— ¿Por qué están aquí y no en el campo de batalla? — preguntó Jason, afilando su espada.
— Los griegos se están defendiendo, ellos nos lanzaron varios ataques pero aun para nuestra suerte no ha resultado nadie herido. Al parecer estos no nos quieren atacar solo quieren detener nuestro avance — explicó Johnson con frustración aunque empezaba a dudar si atacarlos era lo mejor se veía que los griegos no tenían intención de dañarlos, Jason se quedó en silencio mientras veía a Frank al parecer a este le había pasado lo mismo.
— ¿No crees que es mejor detener todo esto? Es claro que ellos no son nuestros enemigos, ninguno de ellos nos quiere atacar es mejor detener esto antes de que las cosas pasen a peor — dijo Johnson con nerviosismo pero por la mirada que le dio Jason sabía que él se había equivocado.
— ¿Acaso ustedes se quieren unir a Octavio? — preguntó Jason, Frank y Johnson se miraron por un momento, ninguno de los dos se atrevía a desafiar al Pretor.
— No, regresaremos con nuestros hombres — dijo Frank agarrando a Johnson para abandonar la tienda.
— Nada bueno saldrá de esto Jason, por favor detén todo — dijo Octavio, Jason se quedó en silencio antes de arrojarle un rayo al chico. Después de eso varias explosiones se escucharon por todo el lugar, Jason salió de su tienda, observando como un carro volador lanzaba proyectiles destruyendo sus catapultas.
— Malditos — murmuró Jason arrojando un par de rayos intentando destruir el carro pero este se escapó de los ataques regresando al campamento Mestizo, aunque había logrado su objetivo de dañar su armamento. Más explosiones se empezaron a oír por todo el lugar, minutos después varios legionarios corrían de regreso, alguno de ellos ayudando a llevar a los heridos a la enfermería.
— ¿Qué ha pasado? — preguntó Jason furioso.
— Minaron todo el campamento, cuando intentamos entrar volaron toda su frontera — explicó Frank entre lágrimas, — La mayoría de los hombres resultó heridos.
Jason se pasó una mano sobre su cabello, mientras veía como Johnson se acercaba todo lastimado. — Debemos atacar — murmuró Jason molesto, quería acabar de una vez por todas con esos estúpidos griegos.
— No podemos por ahora — dijo Frank, sin verse intimidado por la mirada furiosa del Pretor, — La mayoría de nuestros hombres están heridos, y está apunto de anochecer, no podemos arriesgarnos a atacar de noche y caer nuevamente en otra trampa.
Jason solo los observó furioso antes de regresar a su tienda, estaba harto de toda esa situación.
La noche había caído en el campamento romano, la mayoría de los legionarios estaban decaídos, ya bastantes pensaban que todo aquello era completamente innecesario, la enfermería había tenido que ampliarse para tratar a todos los heridos que habían resultado por el frustrado intento de irrumpir en el campamento griego. — No debemos seguir con esto — murmuró Frank, echando un vistazo a la tienda de Jason. El Pretor se había mantenido en su tienda durante todo este tiempo. — Aún con esto, me temo que los griegos no son culpables.
Johnson lo observo en silencio, — Nosotros los obligamos a actuar, y creo que todas las minas explotaron antes de que estuviéramos más cerca, de habernos querido muertos, ellos lo pudieron hacer — añadió Frank, Johnson siguió en silencio a pesar de haber resultado herido, sabía que su amigo tenía razón.
Pero para sorpresa de todos los romanos, una lluvia de flechas cayó por todo el campamento, los legionarios intentaban correr tratando de protegerse
— No corran cobardes — gritó Jason furioso al ver que varios Legionarios corrían para alejarse del campamento. Este disparó varios rayos en dirección a donde estaban las cazadoras, tratando de detener el avance de estas pero cerca de cuarenta campistas protegieron con sus escudos a las cazadoras.
"ERA UNA MASACRE HACIA SUS LEGIONARIOS"
"ESTO NO ESTABA SALIENDO DE ACUERDO A LO PLANEADO"
Salto de Línea.
— Apaguen todas las antorchas, no quiero ninguna luz en el campamento, debemos estar a oscuras — dijo Clarisse mientras se acercaba al comedor donde se encontraban todos los campistas y cazadoras. Permaneció en pie en medio del comedor mientras los campistas realizaban la tarea dejando completamente a oscuras el lugar.
— Hoy vamos a defender nuestra casa, pero no vamos a matar a nadie, sé que ellos han dañado nuestro hogar pero la mayoría se han visto obligados a actuar, nosotros vamos a demostrarles que no somos iguales, vamos a tomarlos prisioneros — dijo la chica, sabía que sería más complicado realizar eso, pero no quería en su conciencia la muerte de jóvenes que son como ella. — Se que muchos de nosotros tenemos miedo, pero debemos atacar hoy, si esperamos más tiempo ellos podrán recuperarse y ya no tendremos oportunidad. Los más jóvenes deben de quedarse, al igual que los que no quieran combatir, nadie será obligado.
— Todos vamos a combatir. Este campamento ha sido mi casa por tanto tiempo y no voy a dejar que la destruyan unos tipos molestos y pasados de moda — dijo Drew con firmeza mientras el resto de la cabaña de Afrodita asentían con la cabeza, Clarisse se quedó en silencio por un momento mientras observaba a los campistas, muchos de estos no lucían muy seguros de la situación.
— Llevaré a mis hermanas a atacar directamente a los Romanos, solo trataremos de herirlos no de matarlos — dijo Zoe antes de salir corriendo a donde las cazadoras esperaban ansiosas. — Muy bien hermanas nos hemos contenido lo suficiente. Ya es hora de demostrarle a esos Romanos lo que pasa cuando se meten con las cazadoras de Artemisa.
Las cazadoras gritaron de júbilo antes de correr en dirección al campamento Romano disparando varias flechas dando la impresión de como si fuera una lluvia de estrellas que atontaban a sus enemigos mientras ellas continuaban avanzando con una agilidad y destreza admirable.
— Cuida — dijo un Romano antes de ser golpeado en el pecho por una de las flechas pertenecientes a la lluvia creada por las cazadoras.
— No corran cobardes — gritó Jason furioso al ver que varios Legionarios corrían para alejarse del campamento. Este disparó varios rayos en dirección a donde estaban las cazadoras, tratando de detener el avance de estas pero cerca de cuarenta campistas protegieron con sus escudos a las cazadoras.
Clarisse caminaba en silencio observando el campamento provisional, estaba tan impresionada de las cosas que había encontrado, los Romanos tenían muchas cosas interesantes, no se quería ni imaginar cómo sería su campamento, para satisfacción de la chica la mayoría de los legionarios se habían rendido, y no habían tenido mucha resistencia.
— Clarisse ven a ver esto. — la hija de Ares se dio la vuelta encontrándose con un Luke bastante preocupado.
Al entrar en la tienda se percató de un jóven amarrado en una silla, aunque lo peor eran las marcas de tortura que tenía por todo su cuerpo, — ¿Qué fue lo que pasó? — preguntó.
— No lo sé, tal vez los torturaron por intentar detener el ataque — respondió Luke señalando al chico, que era el mismo que había hablado con ellas.
— Ve por Lee — dijo Clarisse observando la habitación intentando encontrar algo de información.
— ¿Dónde está Jason? — preguntó el chico, despertándose de pronto.
— ¿Quién te hizo esto? — pidió Clarisse liberando al chico del agarre que lo tenía sujeto a la silla.
— Fue Jason, él esta siendo manipulado, tengo que detenerlo antes de que haga una locura — respondió Octavio intentando ponerse de pie, pero la chica lo detuvo.
— ¿De qué hablas? — preguntó Clarisse, pero la chica no pudo seguir interrogando ya que le intrigó el sonido de varios rayos. Ambos salieron de la tienda encontrándose con Jason.
— Frank tienes que usar tus poderes, no tenemos que derramar sangre, con tu ayuda podemos liberar a Jason de quien lo está controlando — dijo Octavio.
— ¿Qué es lo que dices? — preguntó Frank confundido, después de todo solo Jason conocía lo de sus poderes.
— Sé que Jason nunca ha sido mi mejor amigo, pero sé que él nunca haría algo así, debe de estar siendo manipulado. Y el único que lo puede detener eres tú — contestó Octavio por años había querido ser Pretor, era la razón por la que había tenido bastantes peleas con Jason, pero sabía reconocer que el chico que los había llevado hasta ahí, no tenía nada del Jason que recordaba, nunca se atrevería a poner en peligro a los romanos.
— Es una pena que todos ustedes sean unos cobardes — gritó Jason viendo con furia a todos los legionarios.
— Ya rindete Jason, ningún romano quiere seguir con esta estúpida idea — dijo Zoe encarando al Pretor.
— Mi padre ordenó que asesinará a todos los griegos y no me importa si tengo que hacerlo solo — rugió Jason furioso arrojando un rayo en dirección a la cazadora, el cual lo esquivo con facilidad.
— Es mejor que te detengas amigo — dijo Frank dando un par de pasos para acercarse a su furioso amigo.
— Mataré a todos los que se interpongan en mi camino — dijo Jason apuntando con su espada a Frank.
— Tu no eres digno de ser nuestro líder, a ti no te importa lo que pase con los Romanos — dijo Frank viendo con furia a su amigo.
— Basta — gritó Jason mientras arrojaba un rayo en dirección a Frank, pero este lo esquivo con suma facilidad. — No me importa tenerte que matar amigo, tengo que cumplir con la misión que me dio mi padre y ni tú ni nadie me va a detener.
De inmediato salió volando en dirección a Frank pero antes de que lo pudiera atacar, este se transformó en un enorme oso pardo. Jason arrojó un rayo en dirección a este el cual solo enfureció al oso, el cual respondió lanzando un duro golpe al Pretor arrojando a este al piso. El oso intentó morderlo pero Jason, se alcanzó a mover antes de lanzar varias descargas al oso tratando de alejar a este. Jason logró arrinconar al oso sin dejar de golpearlo.
— Es hora de que mueras amigo — dijo Jason mientras intentaba apuñalar a este pero para su sorpresa este cambio nuevamente de forma distrayendo al Pretor. Frank ahora se había convertido en un elefante, el cual utilizó su trompa para golpear al Pretor haciendo que este perdiera su espada.
Jason se quedó unos segundos viendo con furia a su amigo antes de intentar atacar, pero ninguno de estos lastimó al elefante, él cual respondió lanzando un cabezazo a este, tirándolo al piso. El elefante rugió furioso antes de correr hacia donde estaba Jason, con intenciones de embestir pero antes de que este se pudiera acercar, el rubió salió disparado hacia el cielo.
— Ataquen — grito Zoe señalando a donde se encontraba Jason antes de que una lluvia de flechas atacará al Pretor, este trató de esquivarlas pero eran demasiadas para poder hacerlo pero regresar a Tierra tampoco era la solución ya que sabía que Frank lo atacaría de inmediato.
Jason salió disparado en dirección al piso provocando que varios rayos cayeran por todo el campamento para alejar a las cazadoras más cercanas, — No se queden ahí parados — gritó Jason al ver que todos los Legionarios se habían quedado parados.
— Nadie de la Legión te ayudará Grace — escucho la voz de Octavio lo que hizo que el Pretor se diera la vuelta viendo furioso al legado de Febo. — Creo que todos estarán de acuerdo que tu no tienes por qué ser el Pretor de la Legión Romana, no eres más que una vergüenza para todos nosotros.
— Te voy a partir en dos — dijo Jason furioso mientras intentaba atacar a Octavio pero alguien logró detener su ataque antes de que dañara al legado de Febo. Para sorpresa de varios griegos y del propio Jason vio como poco a poco cada legionario se acercaba a Octavio para protegerlo.
— Rindete Grace, no te avergüences más — dijo en esta ocasión Frank caminando a donde se encontraban todos los Legionarios junto con Octavio.
— Nadie ataque hasta que lo ordene — dijo Clarisse después de todo lo que había pasado no quería que uno de sus errores provocará que los Romanos los atacarán, todos los campistas al igual que las cazadoras se quedaron en silencio con sus armas listas para atacar en cualquier momento.
— Todos ustedes son unos malditos bastardos — rugió furioso Jason provocando que todo el cielo se nublara, todos los semidioses tanto Romanos como Griegos se sintieron bastante nerviosos al ver el poder que tenía el ex Pretor. — Di todo de mi para mejorar a la Legión, ¿y es así cómo me lo agradecen?
Furioso lanzó varios rayos en dirección a los Legionarios, obligando a que estos tuvieran que alejarse.
— Basta Jason — gritó Frank dando un par de pasos para acercarse a su amigo, — Tu no eres así, detente amigo.
Eso parecía que logró hacer que el ex Pretor se detuviera antes de llevarse las manos a la cabeza. — ¿Amigo estás bien? — preguntó Frank bastante preocupado por su amigo pero para sorpresa de todos los semidioses un destello iluminó todo el campamento.
— Me sorprende bastante Grace, ni siquiera los mismos Olímpicos pueden ser capaces de resistir mi control — dijo Deimos mientras daba un par de pasos Jason intentó golpearlo pero el Dios lo esquivó con facilidad. — Pero no voy a dejar que tu arruines los planes de mi Señor — dijo él con una sonrisa antes de colocar sus manos sobre la cabeza de Jason iluminando a este de un aura roja. — Ahora veamos el espectáculo.— dijo Deimos alejándose del Campamento, Frank de inmediato se acercó a su amigo pero fue recibido por un rayo.
— Todos ustedes se van a arrepentir de haberme traicionado — gritó Jason corriendo directamente a Frank golpeando en repetidas ocasiones a este sin que pudiera defenderse.
— Por favor Jason tu no eres así — dijo Frank intentando defenderse de los ataques que lanzaba Jason.
— Cazadoras ataquen — grito Zoe antes de que todas las cazadoras corrieran en dirección al ex Pretor sabía que tenían que detener Jason a pesar de que este era manipulado por Deimos sabía que este era demasiado fuerte y más con la ayuda del Dios Menor estos podrían acabar con todos los semidioses. Jason pareció darse cuenta de lo que querían hacer las cazadoras y lanzó varios rayos en dirección a estas provocando que estas no pudieran avanzar. Frank aprovechó la distracción para apuñalar a Jason por la espalda pero en vez de diezmar al hijo de Zeus esto pareció enojarlo aún más, este de inmediato se dio la vuelta sujetando la mano del hijo de Marte antes de darle un fuerte golpe en el brazo rompiendo el brazo del semidiós.
— Todos ustedes van a morir dolorosamente — advirtió Jason antes de arrojar el cuerpo de Frank en dirección a donde se encontraban el resto de la Legión Romana. Zoe fue la primera en adelantarse para hacerle frente al hijo de Zeus logrando golpear a este en repetidas ocasiones pero eso solo hizo enfurecer aún más al semidiós. Zoe siguió atacando utilizando sus cuchillos de caza pero después de varios ataques, Jason logró aprender los movimientos de la teniente de la Caza para arrojar un rayo al pecho de ésta. Zoe logró ponerse de pie de inmediato logrando esquivar pero Jason volvió a su ataque golpeando nuevamente a Zoe en el pecho. Pero antes de que ésta recibiera otro ataque las cazadoras dispararon en contra del hijo de Zeus para alejarlo.
— Es tiempo de que todas mueran — murmuró Jason antes de salir disparado en dirección a las cazadoras, pero nuevamente fue interceptado por un enorme oso. En esta ocasión este le dio un par de golpes antes de arrojar al piso al hijo de Zeus. Jason se levantó furioso intentando atacar a Frank, pero a pesar de que este era un oso, lograba esquivar todos los ataques que le lanzaba.
— Creo que tendré que marcharme las manos — murmuró Deimos antes de ir en dirección a donde estaban las cazadoras, las cuales se vieron sorprendidas de la aparición del Dios Menor.
— Cuidado — gritó Clarisse mientras empujaba a Zoe para evitar que esta fuera atacada por Deimos.
— Ustedes tendrán el enorme placer de pelear contra mi — dijo Deimos con una sonrisa arrogante antes de abalanzarse sobre la teniente de la Caza. La cual no pudo esquivar los ataques que lanzaba el Dios Menor. Luke y Clarisse se unieron tratando de ayudar a Zoe, pero ninguna de las tres podía golpear a Deimos.
Jason estaba a punto de clavar su espada en el corazón de Frank, pero unas manos esqueléticas lo sujetaron de los pies impidiendo que el chico logrará moverse, — ¿Qué Hades pasa?
