by: Angy Granchester


Habría querido ir en el mismo instante que supo que estaban juntos, pero tenía una cita con aquella hermosa mujer - Collins empezaba a ser un problema. Si Candy supiera que es él quien le miente y la engaña y quien no tiene autoridad moral para sus reclamos- ¡No!, Candy jamás se enterará de esto! -dijo en su interior- Esa mujer ya lo esperaba impaciente en el mismo lugar con una botella de champagne y vestida de manera muy provocativa.

Luisa la observó correr a su habitación, se miraba inquieta y nerviosa y escuchó cuando echaba llave a la puerta de su recámara. Lo dicho anteriormente nada iba bien en ese matrimonio.

Al volver a su departamento se tumbó en su sofá. Lo sucedido anteriormente, pasaba por su mente como una escena en cámara lenta. La había sentido temblar en ese beso, ella había correspondido de igual manera, estaba seguro que así habia sido, esta vez no hubo bofetada, sino aceptación, al mismo tiempo se sintió tan mal por orillarla a hacerlo. No tenía el derecho de arrastrarla al fango. No, no tenía ningún derecho. Es una mujer prohibida y debería olvidarla…debería odiarla por permitirle probar de nuevo sus besos- No tienes la culpa Candy, no, he sido el único por mi estúpida cobardía…!tiene razón….! debo alejarme y dejarla vivir en paz…. ¡Ella no se merece esto!- dijo suspirando hondamente-Luego de un rato en que su mente divagaba entre sus recuerdos, llamo a su Padre para confirmar su visita, de esa forma dejaría al menos de pensar un momento en ella.

Fue entrada la noche cuando escuchó el ruido del motor. Despertó ansiosa viendo el reloj, eran las 3 de la madrugada. Sus pasos se arrastraban por el pasillo hasta llegar a la recamara contigua, luego de un rato de no percibir más ruido se aseguró de tener llave en su puerta y trató de volver a dormir.

A la mañana siguiente despertó con más ira que la noche anterior. No se iria sin antes hablar con ella y entro a la habitación sin ser solicitado.

-¡Te agradecería que la próxima vez toques a mi puerta!

-¡No tengo que pedir permiso para entrar a las habitaciones de mi Casa, donde está mi esposa!-ella le dió la espalda, empezaba a detestar la presencia de su marido- ¿Dónde estuviste toda la tarde?- fue su pregunta cargada de un tono serio y nada agradable- Candy, te di la confianza y abusaste de ella…estuve llamando a Casa varias veces, era tarde y no habías regresado. He querido ser condescendiente contigo permitiéndote libertad, esa libertad que tanto me reclamas….Así que es mejor que me des una buena explicación.

-¿Explicación? -La Rubia rodo los ojos- creo que es más que evidente Neal, después de varios días de no poder hacerlo se me pasó el tiempo sin pensarlo, pero estaba consciente de que así era. Me entretuve un poco….y cuando vi, ya era muy tarde.

-¿Crees que soy idiota, verdad?...

-Eh? ¡No entiendo por qué lo dices! Solo te estoy dando la explicación que quieres.

-Escúchame muy bien Candy- se acercó intimidante a su rostro- a mí no me vas a ver la cara de estúpido…. Puede ser que hayas estado con los primos, pero después ¿Dónde fuiste? Pasaste toda la tarde fuera de casa- ¿Con quién estuviste?- otra pregunta como una daga.

-¿Por qué tantas preguntas?

-...Y ninguna de ellas han sido contestada - vió como si una fiera saliera del cuerpo de Neal- ¿Sabes por qué? porque no sabes que decir...pero yo te lo diré…. estuviste en un Restaurante con el maldito de Granchester- Candy se levantó de inmediato llena de temor

-Yo…

-¡Siéntate que no he terminado!...Lo que quisiera saber es donde fuiste después.

-¿Mandaste a alguien a espiarme?

-No me respondas con otra pegunta y dime la verdad-Te dije que te mantuvieras lejos de ese hombre con mala fama, pudieran involucrarte con él. Ya sabes cómo se las gasta la gente en ese tipo de cotilleos- dijo con tono furioso- No voy a permitir que andes en boca de la gente al verte con ese tipo ¿Qué pensaran de ti y de mí? ¿Que no tengo la suficiente autoridad como para poner en su sitio a mi Esposa? Te exijo que te alejes de él… ¿Entendiste?

-….Tú no entiendes que Terry solo es mi amigo. Sí, me lo encontré por casualidad y me invitó a comer, solo quería pasar un rato agradable, eso fue todo.

-¿Un rato agradable? Es conmigo que tienes que pasar esos ratos agradables… ¡soy tu esposo!... Nada tienes que hacer con ese tipo

-¡Basta ya!...basta de tus estúpidos celos... ¿Ya se te olvido que lo conozco antes que a tí?...que ha sido mi amigo casi desde siempre, el hecho de que tu pienses de otra manera es tu problema, es tu cabeza….siempre ves cosas que no son y luego te pones de este modo, por eso no comente mi encuentro casual con Terry - De verdad… ¿Qué puedo hacer para que me creas?

-Compórtate como lo que eres….Mi esposa. Haciendo lo que debe hacer en la cama de su marido- dijo sobrepasando la entrada de la habitación y cerrando la puerta tras de sí.

-He sido clara con esto Neal….no deseo entrar en una discusión.

-¡Al diablo con tu maldito tiempo!-¡Bésame!... ¡Quiero estar contigo!- dijo tan cerca de su boca.

-¿Qué?

-Que me beses, que me abraces- dijo apretando sus brazos con fuerza- quiero sentirte otra vez.

-¡Me estás lastimando!- apartó su rostro -¡Por favor!-¡Suéltame!...No quiero- dijo en un hilo de voz.

-NO QUIERES…. ESTOY HARTO DE ESTA SITUACIÓN- En su furia, en su enojo la empujó con la intención de tirarla al piso, pero se sostuvo de la cama golpeándose uno de sus brazos- He sido un idiota y esto no te lo voy a aguantar más. Vas a hacer lo que yo diga- masculló entre dientes.

Candy se levantó de inmediato-¡Así las cosas no se pueden arreglar!...Así no….no es la manera…por favor sal.

-¿Entonces dime de que forma?... -se acercó de nuevo a ella- ¡Quiero hacerte el amor! Y tú me rechazas…. Te pido un beso y me esquivas como si te produjera asco ¿cómo no quieres que piense lo peor? Te encuentras con ese maldito y solo me imagino tus risas y atenciones y yo solo recibo un no como respuesta ¿Qué es lo que está pasando Candy?...dímelo de una vez

-¡Sal de mi cuarto! Y no vuelvas a hacerlo…esto no te lo voy a soportar más.

-Puede que no quieras nada…Esta bien…pero permanecerás aquí conmigo siempre. No te será fácil deshacerte de mí ¿me oyes? Eres mia, solo mia y si ese imbécil de Granchester se atreve, te juro que soy capaz de matarlo…. No volverás a salir, no vas a ver a nadie.

-Sí, claro….eso es lo que siempre has querido... ¡dominarme!...tú no quieres una esposa, tú no quieres una mujer que piense y decida, quieres una mujer sumisa, que este siempre a tu disposición. Puedes encerrarme Neal, encerrar mi cuerpo, pero no mi espíritu…. lo siento, yo no soy así. Me da lástima saber que nunca hiciste un intento porque nuestros problemas se arreglaran. Nunca pudiste respetar una palabra mía.

-Nuestros problemas no se arreglarán nunca, ¿sabes por qué?...porque se perfectamente que no me amas, lo sé y eso es suficiente para que nada se solucione….nunca me amaste Candy- bajó su mirada y no respondió- ¿No dices nada?...sabes que tengo razón.

- No quiero discutir más contigo...-dijo mientras tocaba su brazo y mano lastimada-¿Te puedes retirar? Necesito estar sola.

-Está bien, te dejaré por el momento…. Hoy tenemos una fiesta en honor a nuestros clientes así que quiero que estés conmigo y pongas buena cara. A mi Regreso espero que estés lista y al menos cumplas esa parte que te corresponde.

-No iré….No estoy de ánimos.

-¡No he preguntado si quieres ir! Irás porque así lo quiero yo y es mi última palabra.

Reposaba en su cama mientras las lágrimas fluían. Todavía sentía su corazón latir y una tristeza que fue ahogada con los recuerdos de su reciente pasado. Aquel beso, el primero solo despertó su sentir. La nueva caricia solo le confirmaba lo que ha querido ahogar en el olvido. Nunca ha resultado acertado menos para una mujer olvidar a un hombre en los brazos de otro.


Estaba centrado en la revisión de los nuevos contratos de propiedades, sumido entre documentos de compras y ventas de inmuebles. Había pasado una semana. Una semana de este mismo modo y al finalizar el día allí estaba Susanna quien se callaba sus desplantes e indiferencias por retenerlo a su lado.

-¡Terry…! ¿Pasa algo?

-¡No!- giró su rostro- ¿Crees que deba pasarme algo?

-Bueno, es que desde hace unos días, no sé, estas un poco distinto, pensativo como si algo te preocupara.

-¿Distinto? Por favor soy el mismo de siempre

-Terry, sabes a lo que me refiero…

-Solo estoy muy cansado. El trabajo y todos los pendientes me han dejado exhausto. Ya lo decía mi Padre que todo esto requiere mucha responsabilidad.

-¡Lo has hecho bien querido!...ha sido un maravilloso administrador. Pero también ha sido cansado para mí y aquí estoy ¿Por qué no me has pedido reunirnos en tu departamento? Sirve que te dé un buen masaje y te sientas renovado cariño

-No, creo que ahora no estoy de ánimos….lo que quiero es estar solo y descansar.

-¡No te entiendo!-…. ¿Por qué? Y no me digas que no pasa nada, porque siento tu cambio ¿por qué me estás excluyendo de tu vida? He hecho todo lo que quieres, no he pedido nada para mí y ahora me sales con esto….

-Por favor….entre tú y yo nunca hemos hablado de un compromiso y si ahora quiero estar solo, es porque quiero estar solo...nada más. ¿Acaso eso no lo puedes entender?

-Sé el motivo por qué lo haces….-dijo con voz fuerte- Por quien lo haces….Terry, sigues pensando en esa mujer…. ella nunca será tuya. Es una mujer casada….deberías olvidar esa estupidez

- ¿Enloqueciste?

-No, eres tú el que va a enloquecer si sigues con esa obsesión…, sí, estas obsesionado con ella que la mencionas en un momento que quiero solo para mi…. ella está con su marido, no te ama

-¡Basta ya! ¿De qué hablas...?

-¡Te escuché!... ni siquiera te diste cuenta…tuve que callarme y soportar que mientras estabas conmigo la llamabas a ella, no sabes cómo me sentí.

-Yo…no, no fue mi intención…Lo siento, de verdad…tú no te mereces esto… y creo ahora más que nunca, alejarnos….no te lo voy a negar, no a estas alturas…pero por favor no deseo hablar de ese asunto.

-¡Entonces olvídate de ella! Solo te traerá más dolor pensar en algo que no será…Yo estaré contigo siempre dándote mi amor incondicional, pero pon de tu parte y piensa que yo estoy aquí.

-Por favor Susanna….No.

-Perdóname Terry, pero yo te amo, sí, te amo mi amor y quiero que dejes de pensar en esa mujer. Yo puedo darte lo que ella no puede… Soy bella, hermosa y puedo hacerte feliz.

- …Por favor Susy no quiero lastimarte- Suspiró cansadamente -Yo lamento mucho todo esto...Jamás podré darte ni ser lo que tú quieres y no deseo seguir aprovechándome de ti, de tu amor, de tenerte de esta manera…. No te lo mereces… no tengo el derecho de anular la posibilidad de que en un futuro encuentres un hombre que te amé de verdad y te dé el lugar que corresponde, ¡Lo siento!, pero no puedo cometer un error provocado por mis tristezas, por desilusión, quizás por despecho, no mereces ser un reemplazo... ¡Lo siento!

-¡Está bien!...no diré nada más, pero sé que reconocerás que soy la única que puede hacerte feliz- a esas alturas eran sendas lagrimas que salían de sus ojos. El lamentaba comportarse de esa manera, pero sería más cruel construir ilusiones que no cumplirá, no se sentía capaz en ese é que se te pase toda esa tontería y ya me llamarás nuevamente….yo estaré allí para ti cuando quieras.

Mientras tanto

La noche habia sido un desastre para la Rubia. Tener que fingir que era la esposa feliz y perfecta. En toda la noche a diferencia de otras ocasiones su marido no perdía la oportunidad de marcar su territorio con cualquiera que se acercara a ella y no solo eso, luego a solas la culpaba en su comportamiento tachándola de coqueta y una cualquiera al sonreírles a los hombres como si los conociera de siempre. Nada de eso era cierto, Neal pese a nacer en familia rica, a veces perdía la poca educación que quedaba en él y miraba la actitud de su esposa como algo reprobable. Candy era así, jovial y espontánea y quien conversara con ella se sentía atraído por su sonrisa que reflejaba solo sinceridad.

-¿A dónde vas?- peguntó al verla retirarse en cuanto llegaron a la mansión.

-A mi recamara…estoy muy cansada.

-¡Espera!- se acercó por su espalda para acariciar sus hombros- por favor amor…perdóname por lo de la mañana. No fue mi intención lastimarte- ella no podía creerle, ni siquiera se habia atrevido a ver su brazo lastimado. Evidentemente solo quería tener un acercamiento íntimo e imponerse.

-¡Esta bien!...solo espero no se vuelva a repetir, porque eso no…no te lo voy a tolerar...Así que con tu permiso- y sin voltear a verlo siguió su camino ante la vista del hombre dejándolo desconcertado y sin habla.


La mañana siguiente viéndose frente al espejo analizaba los hechos de su vida. Tenía sendas ojeras por no dormir bien. Estaba cansada y aburrida de ver la vida pasar tras una ventana. ¿En qué momento perdió la brújula de su vida? ¿Su vitalidad y la esencia que la caracterizaba? No era la vida que soñaba, no era esa la forma de vivir que buscaba. Quizás el problema como bien lo habia dicho Annie, no era su marido, si no ella misma "Cuando no hay amor, no encuentras sentido a nada". Siempre habia sido una muchacha que no permitía que el mundo la ahogara, sino al contrario. Segura estaba que si su Padre viviera jamás dejaría que se hundiera en el abismo que ahora sentía era su vida. Tampoco su Tío Albert lo permitiría, pero nadie sabía lo que le pasaba en realidad. Había estudiado finanzas para en un futuro formar parte de la empresa Ardlay, pero nada de eso era posible. Habia sido una ilusión, algo más que su marido no cumplió cuando le hubo dicho que nada cambiaria en sus perspectivas y en sus planes y metas y que tendría su apoyo incondicional. Sintió rabia al recordarlo cuando de pronto unos fuertes golpes la sacaron de sus pensamientos.

-¿Qué pasa? ¿Quién golpea de esa manera por Dios?... ¿Eres tú Luisa?

-¡ABRE CANDY!...ABRE INMEDIATAMENTE…

.- ¿Qué sucede? ¿Por qué gritas de ese modo?- Estaba furioso y sus manos empuñadas.

-¿ME PUEDES EXPLICAR QUE SIGNIFICA ESTO?- Señalaba el frasco que había encontrado en una de las gavetas y que pudo leer claramente.

-Eh, he tenido problemas de insomnio y el médico me ha dicho que, que debo tomarlas….-Se recriminaba internamente su descuido.

-¡Es una casualidad que sea yo el que durmiera tanto! ¿No crees?

-No, no sé qué quieres decir- dijo con voz temblorosa- las olvidé en tu cuarto la última vez que dormí allí, no veo que tenga que ver contigo.

-ESTO ES LO QUE ME HAS ESTADO DANDO PARA MANTENERME DORMIDO, ES ESTO LO QUE PROVOCABA MI ENSOÑACIÓN…. ¿QUÉ PRETENDIAS? ¿MATARME?

-Ya he dicho que… las compré para mis problemas, he pasado varias noches sin dormir.

-¿Por qué nunca me hablaste sobre eso?... ¿Sabes por qué? porque tú no tienes ningún problema….No me mientas Candy…Vamos, dime la verdad- la tomo de un brazo y la sacudía con fuerza. Estaba asustada al ver la furia en los ojos de su marido. Tenía miedo.

-… ¡Fue tu culpa! Por todo lo que….- en ese instante sintió arder su cara, sus lágrimas salieron de inmediato. Le había abofeteado con tanta fuerza e ira que cayó al suelo.

-¡ERES UNA MALDITA!. ¿CÓMO ES POSIBLE QUE ME HICIERAS ESTO? AHORA ENTIENDO TODO….MALDITA SEA, COMO NO PUDE PREVERLO. CON ESTO ME DROGABAS

Las lágrimas salieron de sus verdes ojos, su cara estaba roja y caliente. De nuevo la tomó de los brazos, pero esta vez la lanzó a la cama-¡pagarás por esto!...

-No, no por favor no lo hagas- el miedo en su rostro le hizo retroceder. Salió inmediatamente y cerró la puerta tras de sí. La había encerrado.

-No, no, no…. ¡déjame salir!...por favor…abre la puerta. Escuchó el motor del auto. Se fue.

No fui sino hasta el anochecer que apareció ebrio y desaliñado. Le escuchó llegar y vió su sombra detenida muy cerca de su puerta, la luz estaba apagada y había asegurado por dentro, aunque tuviese las llaves no podría entrar. Todavía de pie frente a su puerta sentía tanta rabia que le provocaba cobrarse todas esas veces. Tenía el derecho y nadie podía objetar lo contrario. Se acercó más a la puerta y extrajo las llaves de su saco. La cerradura cedió, pero no pudo entrar. Ella estaba despierta. Tenía miedo. Con su cuerpo alcoholizado empujaba la puerta, pero apenas tenía fuerzas, cordura y menos equilibrio, lo que en el cuarto intento cayó al suelo. Se levantó y apoyado en la pared logró llegar a la otra puerta.

A la mañana siguiente su cabeza daba vueltas y vueltas. Estuvo solo a la hora del desayuno y luego de hacerlo se tomó un par de analgésicos para bajar el dolor. Ella no saldría de la habitación hasta que lo ordenara, esas eran las instrucciones que dejo a Luisa. No quería verla, ni hablarle. Haría que se arrepintiera y le pidiera perdón.

Annie estaba preocupada, no habia vuelto a ver a Candy desde que tuvieron aquella charla, así que decidió hacerle una visita, la que Luisa le negó y ni siquiera que subiera a su habitación cuando le informo que ella se encontraba indispuesta. Por supuesto que Annie no creyó en ese argumento tan poco convincente de la empleada. Algo estaba sucediendo, pero no insistió.

Pasaron dos días y Candy seguía encerrada. Luisa aparecía solo para dejarle de comer. Hasta que la tarde del tercer dia.

-¿DÓNDE ESTÁ MI ESPOSA GRANCHESTER?- Vociferó con voz fuerte al entrar a su oficina, y dando un golpe sobre el escritorio de Terry-DIME DONDE ESTA CANDY.

-¡Lo siento Señor!, pero no pude detenerlo- dijo la recepcionista del Emporio. La mujer estaba asustada por la agresividad del sujeto.

-¡No se preocupe!...conozco al Señor…. puede retirarse Teresa - Granchester lanzaba una furiosa mirada hacia su forzado interlocutor.

-¿DÓNDE ESTÁ CANDY? Y NO ME DIGAS QUE NO SABES PORQUE NO LO VOY A CREER. NO ME IRE DE AQUÍ HASTA QUE ME DIGAS DONDE ESTA.

-¡Escúchame bien imbécil!- masculló- no me gusta que vengan a mi trabajo a hacer espectáculos de este tipo….si no sabes dónde está tú esposa, menos yo….por favor...Ahora resulta que debo saber algo que a ti te corresponde…eres un estúpido.

-¡...TÚ DEBES SABER DÓNDE ESTÁ….VAMOS DÍMELO!

-Deja de gritar que éste no es sitio de animales…. ¡Estas demente! Y por cierto sin educación….Ya te lo dije…No sé nada de tu Esposa. ¿De qué forma hacer que entiendas?….Por favor Neal vete por donde viniste, haz lo que un marido debe hacer, pero no me molestes más.

-¿Qué sucede aquí?- apareció Susanna- en todo el pasillo se escuchan los gritos de este Señor…llamaré a seguridad….usted no puede venir aquí como si fuera su casa.

-¡El Señor Leagan ya se va Susy! Al parecer se ha equivocado de lugar. ¿No es así?

-No me convences…tu retórica no me convence, pero ¡está bien! me voy. Solo te advierto que si me doy cuenta que tienes que ver con este asunto…te juro que me las pagarás.

-¡VETE SI!...YA DE UNA VEZ…. ¡FUERA DE AQUI!

-¿De qué habla?- preguntó Susanna una vez a solas- ¿Ese hombre no es el marido de Candy? ¿Qué ha venido a reclamarte?

-Sí, es él, pero no tengo nada que ver de lo que me acusa….ese imbécil está loco- masculló enojado

-¿Y de que te acusa?

-Su mujer se ha ido de su casa y piensa que yo tengo que ver en ello… ¡Que fastidio!- Terry se mostraba ofuscado, pero en el fondo la visita de Neal lo dejó preocupado.

-¿Estás seguro Terry?

-¡Por supuesto que lo estoy!, no tengo en lo absoluto que ver con eso, pero Candy no se iría por nada, algo debió pasar y te juro que si me hubiese enterado antes, habría estado con ella.- Luego hizo varias llamadas a sus amigos, logrando hablar solo con Archie, pero éste no sabía nada y solo había logrado preocuparlo.


Leagan vociferaba furioso. Candy se habia ido sin decir nada, como si no existía. Luisa había agarrado la mayor parte amenazada con despedirla por ser la única que sabia y quien cuidaría de ella. Los demás empleados no sabían nada, con lo que a la gente de servicio le gusta el cotilleo entre ellos era seguro y no conveniente arriesgar a que media metrópolis lo supiera. Candy había escapado por la ventana de su habitación. La creyó tan frágil e incapaz de hacer algo como eso. Luisa arguyó en su defensa que cuando llegó a la puerta la llamó varias veces antes de entrar para dejarle sus alimentos, pero no recibió respuesta encontrándose con la ventana abierta de par en par. Cuando él se enteró revisó las gavetas y el armario, candy habia llevado poca ropa, toda se encontraba allí. Pensó que tal vez volvería como tantas veces discutían y regresaba a casa, además sin dinero, no podía ir muy lejos.

Se dirigió a su despacho y echó llave a la puerta, pidió que nadie lo molestara. Se embriagó y se quedó toda la noche allí tirado como un animal sobre el sofá, hasta el día siguiente que despertó en el mismo lugar. No tenía buen semblante, pero no podía descuidar las inversiones y la administración.

Una semana después pasó tan rápido como el viento. Candy no daba señales de aparecer. En Chicago no sabían nada, los hermanos Cornwell no quisieron preocupar a sus Tíos así que esperarían a que ella se comunicara. Mientras tanto Neal sentía una tensión insoportable, temía que ella pudiera ir a Chicago y descubrieran todas sus artimañas. Sabía que si eso pasaba, ella lo terminaría repudiando aún más.

Cuando salía del ascensor aquella mujer lo esperaba

-¡Lo siento Stacey!...ahora no…no tengo cabeza para hablar con nadie- dijo en susurro

-Tú te lo pierdes querido…..Mi marido no está por ahora…se encuentra en sus acostumbrados viajes de negocios y no sé cuando regrese… ¿Qué dices? podríamos pasarla bien.

Ignoró su comentario mientras la observaba distraídamente-Tengo muchas cosas que hacer. ¿Deseas algo más? Necesito que me dejes solo.

-No te voy a permitir que me trates de este modo. Asi que para la próxima espero que no tengas pretextos. No ha habido nadie que me haya despreciado y no serás tú el que lo haga.

Chicago

En sus calles se podía percibir el ambiente festivo en el que sumía la ciudad. Había regresado sin nada, porque nada se había llevado.

-¡Mamá!

-¿Hija, Candy?... ¿eres tu mi amor?- Ross salía del despacho al escuchar su voz, había ido por unos documentos.

-¡Mama!...mamita… ¡Te extrañe mucho mamá! – se lanzó a los brazos de su madre sin poder sostenes sus lágrimas al ver a su madre,

-Mi amor, viniste ¡Que alegría de verte otra vez!…. ¿y tu marido, vino contigo? Tengo que agradecerle por cumplir su promesa de traerte.

-No…. He venido sola…

-Oh, entiendo... supongo que el trabajo no se lo permite…lo comprendo hija…pero dime ¿Cómo has estado?

-Mamá…Necesito hablar con Tío Albert… ¿será posible que me prestes tu auto?

-¿Con tu Tío?...no estoy entendiendo nada….Candy vienes desde Nueva York para hablar con tu Tío.

-Es algo muy importante….por ahora no puedo decirte nada, pero necesito tu auto.

- ¡Me asustas!.. ¿qué está pasando?

-¡Me he separado de Neal…y necesito hablar con Tío Albert….por favor no me preguntes nada Mamá.

-¿Te separaste? Pero si solo han pasado unos meses.

-Problemas Mamá son solo problemas que debo resolver….pero necesito hablar con mi Tío.

-Hija, pero los problemas se resuelven en pareja y no de este modo…... Nadie dijo que un matrimonio es un jardín de rosas y que siempre las cosas serán iguales de maravillosas como lo es durante el noviazgo, es un reto que uno debe sobrellevar en la vida y tratar de hacerlo lo mejor posible por amor.

-Tengo que ir a casa de mi Tío…ahora no puedo darte más explicaciones, es obvio que no me vas a entender- dió la vuelta pero inmediatamente su madre la detuvo. Candy hablaba muy ansiosa y nerviosa.

-¡No es necesario!...ellos están aquí….

Se dirigieron al fondo de la Residencia. Jazmín y Albert habían llegado a visitar a Ross Mary y gran sorpresa se llevaron. Jazmín la abrazo con tanta efusividad y de pronto sus lágrimas no pudieron ser contenidas. Candy se detuvo a verla sabia del amor que la mujer le guardaba. Era como una segunda Madre y Candy desde que la conoció siendo muy niña sintió un profundo cariño por esa mujer.

Luego de unos minutos

-¿Estás segura de lo que vas a hacer Candy?

-Como nunca en mi vida Tío, pero para eso necesito tu apoyo.

-Todo eso que me cuentas…de separarte de Neal….de…

-…Debo hacerlo ¿Puedo contar con tu ayuda? Es algo que tengo que hacer.

-De sobra sabes que sí, y también sabes que siempre he respetado lo que decidas y si esto es lo que quieres por supuesto que tendrás toda la ayuda que necesites. Solo que aún no me has dicho que paso con ustedes, porque has decidido esto. Supongo que él no sabe nada y tarde o temprano lo tendré aquí…. ¿Es algo grave? Puedes confiar en mi ustedes son lo más importante en mi vida y no voy a permitir que por mantener apariencias un miembro de mi familia sea infeliz.

-Gracias, lamento mucho molestarte, después de todo lo que ha sucedido, de lo que hizo mi padre, pero no tengo a nadie a quien recurrir…

-Hiciste bien…con eso de que siempre crees que eres autosuficiente… y quiero que tengas presente que tú no tienes la culpa de los errores de tu Padre. Es verdad cometió todo lo que pasó, pero casi de inmediato nos recuperamos, es decir se recuperó la sucursal de Londres con las acciones que tu marido compró. El dinero va y vienes, así son los negocios, pero por favor no hablemos de eso que es pasado.

-¿Casi de inmediato?- preguntó ante su confusión y el recuerdo de aquella conversación sostenida.

-Bueno no quiero hablar del asunto, pero creo que mereces supongo alguna explicación…sé que los he mantenido al margen de este tipo de cosas. Anthony desconoce el asunto totalmente y ahora reconozco que ha sido un grave error de mi parte excluirlos, consideraba que no era necesario preocuparles. Deja de sentirte mal, tú no eres responsable de los actos de los demás, ¿Cuándo llegara el día que comprendas que no puedes resolverle la vida a nadie? Así haya sido tu propio Padre. Candy, después de lo que sucedió con la inversión, es verdad que tuve que sacar capital de un par de sucursales que estaban excelentes con buenos dividendos y eso me auxilió. Sin embargo requería mucho más capital para solventar los gastos que eran muchísimos. Era imperante vender parte de las acciones del corporativo en Chicago y así no perjudicar a las demás, fue entonces que Neal cuando se enteró de los aprietos que tenía, se ofreció a comprarlas, yo no tuve otra alternativa, celebramos el contrato de la cesión sin tener que tuviera conocimiento en lo absoluto del manejo, ni los procesos, pero eso no era ningún impedimento. En principio lo vi perfecto, es mi sobrino, mi familia y que mejor, sin embargo no ha demostrado interés y solo aparece para reclamar las ganancias…eso no es correcto.

-Tío, no entiendo nada….Neal me mostró un informe antes…es decir…antes de que aceptara casarme con él. En ese informe detallaba todo las inversiones que realizó mi Padre y las pérdidas que dejó. En ese momento tú podías perderlo todo y yo….

-¿Y entonces te casaste por eso?

-Se me presentó la forma de cómo ayudarte….

-¿A costa de ti misma?, eso es, es como si te hayas vendido…. ¡No puedo creerlo Candy! ¿Por qué hiciste eso?

-Yo sé que cometí un gran error, pero….

-¡Maldita Sea!- dió un fuerte golpe en la puerta- ¡Ese miserable te engaño!...caíste en su trampa…

-No, por favor escúchame….no toda la culpa ha sido suya….yo si lo quería, talvez no lo amaba, pero con el tiempo pensé que podía llegar a hacerlo….Tío Albert, yo me dejé engañar, porque soy una tonta que creyó en él. Porque pensé que era un buen hombre. Dios es testigo que hice mi mayor esfuerzo, pero reconozco que tengo la mayor cuota de culpa en esto, por actuar por impulso, por no escuchar a mi corazón…merezco la orca por mi estupidez.

-Ahora estás aquí Candy…para enmendar tus errores y eso es importante. Que te hayas dado cuenta a tiempo. Las cosas no se pueden forzar y nadie puede juzgarte por actuar de este modo. Tú tienes derecho a decidir qué es lo que quieres hacer de tu vida….nadie más.

-Tío, yo…yo tengo el documento que me acredita las acciones. Semanas después de la boda nos reunimos con un abogado en casa y me explicó una cláusula del matrimonio, en donde dice que ya eran mías desde el momento que nos casamos, pero….No entiendo todavía muchas cosas.

-Estoy seguro que pretende persuadirte para que mires la posibilidad de conseguir el resto a costa de tu felicidad, como si tú fueras algo canjeable…Eso jamás voy a permitirlo. No me interesa recuperar nada, no si tú estás en el medio. Neal piensa que estamos en el siglo pasado y cree que voy a orillarte a eso…. ¡Esta demente!…como se ve que no me conoce. Ahora sabes que nada de lo que te dijo es verdad -¡Definitivamente que es un estúpido!...un mal negociante que no pudo prever que su táctica era una tontería. Tú no puedes volver con él si no lo deseas- Candy no daba crédito a lo que escuchaba, cómo no pudo saberlo antes- Eso te causaría más daño de lo que te ha hecho, porque su furia por tu abandono es el doble.

-No, eso no… no voy a ceder y por lo pronto quiero acelerar los trámites…quiero verme libre lo más pronto posible. Ahora entiendo todo su empeño de no permitirme que los viera….ni hablarles, ni una llamada.

-¿Cómo dices?

-Sí, no me permitía venir a Chicago ni hablar con ustedes. Su miedo era que descubriera su mentira.

-Candy, ¿Dime que sucedió para que tomaras esta decisión? Te vi tan contenta el día de tu boda, aunque no me convencía del todo.

- Hay cosas que…que no te puedo contar, espero me entiendas y esto ahora es un motivo más para confirmar que mi decisión sigue en pie…, pero te prometo que algún día lo haré.

-¡Esta bien y no te preocupes! Pero quiero que entiendas que lo que hayas hecho no justifica nada.

-Mi decisión está tomada… Annie está a cargo de ese asunto…por favor solo te pido que me apoyes.

-Me encargaré de todo lo que corresponde, no en vano tenemos abogados en la Familia, por favor tranquilízate...él no se va a quedar tranquilo y querrá hacer de las suyas, pero no sabe que está jugando con fuego y se puede quemar.

-Gracias …gracias por estar conmigo siempre. Te quiero mucho- ella extendió un abrazo y un par de lágrimas rodaron por sus mejillas.

-Por favor no llores princesa….No quiero verte triste, saldrás adelante….sé que lo harás como siempre lo has hecho…desde que eras una niña…. ¿Te acuerdas?

-Claro que lo recuerdo y nunca olvidaré todo lo que ustedes han hecho por mí desde entonces. Le debo tantas cosas que no me alcanzará la vida….

-Candy, tú no nos debes nada. Quiero que quites eso de tu mente, somos nosotros quienes le agradecemos a Dios, a la vida por tenerte con nosotros.


Nueva York

-Lamento interrumpirlos, pero no aguanto más esta incertidumbre… ¿Han sabido algo de Candy?- Estaba preocupado e inquieto. Había a ver a sus amigos al Bufet.

-Bueno, en realidad recién nos hemos enterado que Candy está en Chicago.

-¿En Chicago?- preguntó con tono desconcertado- pero, ¿Por qué el sujeto ese no lo sabe?...

-A estas alturas, claro que lo debe saber

-Ha ido un par de veces a mis oficinas reclamándome -No sé qué es lo que está pasando ¿Ustedes me pueden decir?, ¿Por qué ese tipo no la busca allá entonces?

-No sabemos muy bien lo que ha pasado….pero a juzgar por el silencio de Annie ha de ser algo muy delicado….ella no ha querido decirnos mucho del asunto- comentó Stear

-¿Annie?... ¿Annie sabía que Candy….se había ido?

-Ella estuvo en su casa desde el mismo momento en que desapareció. Neal no conoce donde vive Annie. Además es raro que no haya venido hasta acá- dijo Archie- y como verás ni nosotros estábamos enterados. Candy ni siquiera se ha comunicado. Todo esto me tiene preocupado. Le daremos tiempo y luego la buscaremos.

-Necesito hablar con Annie ¿Pueden llamarla? O no, mejor voy a su oficina….necesito saber.

-Terry… ¡espera!...no creo que consigas mucho, sabes que Annie es su amiga, su hermana incondicional, no te dirá nada más de lo que ya sabemos, que son cosas de Candy y que ella nos los dirá.

-Es que no puedo dejar las cosas así…. Algo debe haberle sucedido a Candy para que hiciera eso…irse de repente y luego ese tipo reclamándome a mí….No lo entiendo.

-Solo hay que esperar Terry….si Candy se fue a Chicago es porque fue a buscar a los Tíos y tarde que temprando sabremos qué es lo que sucedió. Si Candy no nos ha llamado es porque necesita tiempo.

-Me piden algo imposible…no me quedaré de brazos cruzados esperando ¿Qué? Ustedes mejor que nadie conocen a Candy.

-Terry, debes hacerlo…no es a ti a quien le corresponde buscarla.

-Tampoco a ese tipo si le hizo algo….Stear, no necesitas restregármelo en la cara. Sé cuál es mi lugar, pero ante todo Candy es mi amiga.


-¡Te lo dije!...te lo dije que estabas arriesgando demasiado en ese estúpido matrimonio. No quisiste entender que estabas exponiendo demasiado. Nunca debiste cederle nada., al menos que te diera un hijo. Ahora solo tienes un quinto de participación. ¿Sabes lo que eso significa?...NADA.

-Por favor… ¡No exageres!

-¡Claro que no es así!... el objetivo era tener toda la Empresa…. ¿No entiendes?... ser el dueño de todo y lo has echado a perder por tus estúpidas hormonas….tenías que actuar con cabeza fría.

-¡Basta ya!...serán tus objetivos, tus ambiciones….yo solo la quería a ella…. ¿Cómo hacerte entender que la amo?, no me habría importado no conseguirlas, eso no me interesa, si utilice toda esa farsa era porque la quería para mí y lo habia logrado, pero no sé, no sé qué hacer… se fue, me abandono.

-¡La dejaste ir fácilmente!...…siempre supiste que ella no te quería y fuiste un idiota haciéndola tu esposa….al menos ¿lograste preñarla? Un hijo de esa mujer pudiera ayudarnos mucho.

-No voy a hablar contigo sobre eso….por favor déjame solo.

-¡No lo puedo creer…!

-¡Vete por favor!

-Ahora ve y piensa como enfrentarás a Albert que de seguro ha de estar ansioso que lo hagas. A estas alturas la estúpida de tu mujercita ya debió ponerlo al tanto de todo….yo por mi parte haré de cuenta que nunca he sabido nada.

-¿Ah, sí? Y él te creerá- dijo en tono burlezco

-¡No lo sé!, pero espero que no me involucres en tus asuntos. He estado apoyándote, pero sabes bien que no me gustaba del todo el que te casaras con esa muchacha.

-Quisiera saber ¿Por qué nunca la has querido?...siempre que hablas de ella lo haces como si te ha hecho algo…como si ella representa...

-¡Tonterías! Simplemente es porque no me gusta su forma de ser…eso es todo. No sé de donde sacas esas cosas…pasando a otro tema, Tu Padre está enterado de esto y está muy preocupado por ti.

-Ahora no tengo cabeza. Dile que estoy bien y por ahora no puedo verlo. No puedo descuidar el trabajo.

Chicago

Observaba a través de las cortinas de su ventana de la que siempre seria su habitación. Su decisión ya estaba tomada y tendría que hacerlo lo más pronto posible, no por miedo a Neal, sino por ella misma. Su madre había puesto objeciones entre lágrimas, pero al final terminó por apoyarla también. No era una mala idea y como dijo ella misma, debía reinventarse y ser una nueva mujer, conseguir dar lo mejor como persona ser una nueva mujer con la capacidad de amar. Si había podido salir de aquel encierro, lograría salir adelante y no permitir que el mundo se le caiga encima. Tenía tantos sentimientos encontrados que debía hacer que cada uno de ellos tomara el rumbo adecuado. Llamó a Annie para corroborar el proceso legal de su situación y que le mantuviera al tanto de todo. Ella le respondió que eso ya estaba en proceso, pero que le tomaría a lo sumo tres meses asumiendo por implicaciones de retraso de la otra contraparte debido al no común acuerdo existente. Lo conveniente era que no los hubiera. Terminó de ordenar algunas cosas, luego tomó pluma y papel y entonces, dejó fluir lo que en su corazón tenía guardado. Tras terminar, abrazó su almohada y las lágrimas fluyeron como antes lo hizo con sus pensamientos. Ella debía encontrar su valor como ser humano y como profesional.

Mientras tanto en Nueva York,

Neal seguía enfurruñado. Annie le había enviado una notificación avalada por un juez para empezar el proceso. Terry por su parte no entendía nada de lo que estaba pasando. ¿Por qué había viajado a Chicago sin que su marido lo supiera? -¿Qué es lo que ocultas Candy?- se preguntaba internamente mientras caminaba de un lado a otro dentro de su departamento. Annie no le dijo más que solo lo que sabían los hermanos Cornwell, que ella se había ido para arreglar unos asuntos importantes y que lo demás no le correspondía a ella develar la vida privada de su amiga.

Su celular tenía como 20 llamadas perdidas, de Susanna, no lo atendía, no le importaba. Eran las 4 de la tarde y tras pensar y pensar se levantó del sillón con una determinación.

Susanna sentía que Terry se le estaba escapando de sus manos, poco a poco. Tontamente no reconocía que a Terry nunca lo tuvo y que de su cama también lo habia perdido. No encontraba la manera de retenerlo. Se habia alejado y tristemente no podía aceptar que esa relación habia llegado a su fin.

Tomo sus pertenencias y luego de haber hablado con Susanna se dispuso a tomar un taxi.

"Querido Terry,

No sé cuándo leerás esta carta, pero sé que pronto lo harás…te conozco y estoy segura. Lamento tanto todo y por dejar pasar el tiempo, por no aceptar lo que me pasaba, lo que sentía…. Los viejos momentos compartidos nunca los he olvidado, solo tu conseguías que todo tuviera sentido… Han sucedido tantas cosas desde entonces… Terry. Me equivoqué y debo poner distancia por un tiempo, solo quiero dejar a un lado todo….necesito hacer algo y luego de algún tiempo, verte a la cara y decirte "Soy la Candy que conociste, la misma Candy". Necesito sentirme útil, necesito saber de lo que soy capaz de hacer….Perdóname Terry y espero me comprendas…Quiero decirte que…que también te amo.

Hasta pronto

Candy

Había viajado a Chicago. No podía quedarse inmutable ante lo que estaba pasando con ella.

Tras leer su pequeña carta sus sentimientos colapsaban. Estaba desconcertado -¡No entiendo! ¿Sabe dónde se fue? ¿Por qué?

-¡Ven siéntate por favor!- Albert algunos años mayor que Terry, pero le solicitó tratarlo con confianza- obviamente que lo sé, pero no puedo decírtelo. Ella solo se ha ido por un tiempo mientras arregla unas cosas muy importantes en su vida.

- ¿Pretende que le crea lo que me ha escrito? No, no puedo hacerlo…

-Escúchame…. desconozco lo que ha pasado entre ustedes y lo que ha escrito, pero debes creerle…. Me pidió que te entregara esa carta en tus manos, sabía que vendrías ¿No te dice nada eso y el hecho de que tú hayas venido hasta acá?

-Es que no sé qué decir…y disculpa que venga a tu casa de esta manera a saber de ella, pero cuando su marido llegó a mis oficinas a reclamarme, me preocupé mucho. Supe después que regresó a Chicago. Sabía que algo le pasaba, pero no sé qué es, ella siempre se encerraba en si misma ¡Ahora vengo y me entero que se ha ido! Dejándome tan solo una nota No sé… No sé… ya no sé qué creer, ni pensar en realidad…, sí, eso es, quizás tenga tan solo un problema y luego ¿Qué pasará? definitivamente Candy se ha empeñado en volverme loco…dice aquí que me ama, pero se va así como si nada.

- ¡Lo sabía!

-¿Cómo?

-Tiempo atrás supe que tenía fuertes sentimientos por Ti y como tú mismo lo has dicho ella se encerraba en su caparazón, siempre ha sido así y cuando anunció su boda simplemente nos sorprendimos y ese hecho chocó contra todo lo que pensábamos. La familia y yo no hicimos más que apoyar sus decisiones.- Hay cosas que han sucedido y que no me corresponden hablarlas incluso no creo saberlo todo…supongo que pasado un tiempo podrás verla y entonces aclararán las cosas.

-¡No es justo!

-Nada ha sido justo tampoco para ella, pero Candy ahora necesita alejarse un poco de todo. Poder tener el valor y el derecho de verte a la cara… si de verdad la quieres comprende su decisión…te ha dicho que te ama en un papel porque todavía no se siente capaz, pero estoy seguro que lo hará cuando llegue el momento - no puedo decirte más, así que, espera que ella se contacte contigo y cuando lo haga, mantengan la comunicación, sigan siendo amigos y luego el destino les dirá el rumbo a tomar.

-A veces pienso que he sido el que más daño le ha hecho…talvez nunca debí haber vuelto….

-¡No puedo culparte! No tengo razones, pero sí, en esta situación bien podría pedirte que te alejes de ella, no sé si tu presencia le hace bien o mal, solo sé que te ama a ti y yo solo quiero que sea feliz. Si tú eres esa persona, entonces no tengo más que decir. Quizás te has de preguntar por qué no apoyo a mi Sobrino….es simple... Ante todo, está lo que siente ella y por lo que veo sus sentimientos siguen siendo por ti.

Pasó más de un mes y en todo ese tiempo Neal no movió un dedo para buscarla, ni preguntar por ella y fue mejor así. Era evidente que era un cobarde y ni el amor que decía sentir por Candy hizo que diera la cara a Albert. Seguía renuente a firmar los documentos del divorcio. Según sus afirmaciones ella volvería tarde o temprano. Solo estaba dándole tiempo y luego todo eso pasaría. Su indecisión y capricho estaba colmando la paciencia de Albert. Hasta que al parecer un buen día se armó de valor y limó su cobardía, pensaba que esta vez la vería y la convencería de volver con él, ya vería con que argumentos.

-¡Esperaba que pronto me dieras la cara, querido Sobrino!, ha pasado mucho tiempo desde que Candy te dejó- el comentario mordaz le incomodó, pero es que verle la cara a Neal de verdad que lo sacaba de quicio.

-Pues estoy aquí….porque también necesito hablar con Candy...¿Dónde está?

-¡Muy tarde! ¿No crees?...y lamento tanto no poder darte esa información. Lo único que puedo decirte es que no la verás.

-No la encontré en casa de la Tía Ross. Supongo que entonces está aquí…cuando surge cualquier problema siempre se esconde bajo tu amparo….pero no creo que sea tarde…. aún no he firmado esa tontería.

-¿Cualquier problema?

-No sé qué es lo que Candy te ha dicho, pero no estaría aquí si es algo que no me favoreciera. Sabes que en un matrimonio surgen problemas y al mínimo ella se va y me pide el divorcio…. ¿No te parece que está exagerando?….Nunca pensé que fuera tan inmadura.

-Estas aquí por qué piensas que puedes convencerme o convencerla a ella. Candy oculta algo, pero tarde o temprano lo sabré. Tal y como me enterado de algunas cosas últimamente…. ¿Seguirás negándote a firmar?...Mira que eso no te conviene en lo absoluto.

-No puedo creer que ustedes, los honorables Ardlay apoyen este divorcio ¿Esos son los valores que le inculcaron ? ¿Irse y abandonar a su marido? ¿En unos meses se le olvidó todo? se fue sin decirme nada…eso no se lo puedo perdonar. No entiendo como tan pronto todo lo que decía sentir se le esfumó de la noche a la mañana.

-Sí, como tan pronto sacaste las garras. Candy no se aleja de nadie si no se siente lastimada y no creo que haya sido cuestión de la noche a la mañana.

-Candy será siempre mi Esposa…ella siempre estará atada a mi "Hasta que la muerte nos separe"…así lo dijo el sacerdote con todas sus letras y así lo aceptó ella.

-Yo soy el primero en respetar eso, sin embargo hay tantas personas en esa condición y no por ello deben soportar una unión que les haga infeliz. Respeto el matrimonio, pero desconozco lo que ha pasado entre ustedes y si Candy acudió a mi yo no le voy a negar mi ayuda ¿entiendes?…. algo que siempre he sabido hacer es respetar sus decisiones. Ella tiene derecho, cada quien tiene derecho de vivir su vida… pienso que lo importante para Dios es que los seres humanos sean felices, claro sin pasar por encima de los demás.

-¡La conozco! Y estoy seguro que ella….volverá conmigo…

-No, tú no la conoces…- le interrumpió bruscamente- No vas a chantajearla más porque no lo voy a permitir. Ella no te ama… ¿Cómo pretendes tenerla? ¿A la fuerza?...eso sería poco hombre de tu parte. A una mujer no se le tiene así, pero ¡De que hablo contigo!, si ni siquiera pienso que sepas lo que es el amor.

-¿Ella te dijo eso?...peor entonces…mintió al prometer fidelidad, estar conmigo hasta el final.

-Déjala tranquila si de verdad alguna vez la quisiste. Si de verdad sientes amor por ella como dices… déjala.

-¿PARA QUÉ? ¿PARA VAYA CORRIENDO A LOS BRAZOS DEL MALDITO HIJO DE LOS GRANCHESTER?…CREES QUE NO SE QUE ELLA LO AMA A EL….PERO NO, ESO JAMÁS, JAMÁS. CANDY ES MIA, SOLO MIA Y DE NADIE….PREFIERO VERLA MUERTA QUE CON ESE TIPO.

-¡BASTA YA!- Albert se llenó de furia y arremetió un fuerte sobre su escritorio- ESCÚCHAME BIEN PORQUE NO LO VOY A VOLVER A REPETIR.… ¡NO PERMITIRÉ AMENAZAS! SI NO FIRMAS LOS DOCUMENTOS ENTONCES ME VERÉ EN LA OBLIGACIÓN DE TOMAR OTRAS MEDIDAS.

-¿AHORA CON QUE SALDRÁS?

.-Si sigues poniendo objeciones….te denunciaré…te lo advierto.

- ¿Denunciarme? ¿De qué?...¿te volviste loco?.

-"Por hurto de información confidencial".

-¿Qué demonios estas diciendo? No sé de qué hablas…has perdido la cordura.

-Ya me he asesorado con un buen abogado y sería bueno que vayas buscando el tuyo, porque si empiezo este proceso, podría llevarte hasta tres años de prisión. Creo que eso no te convendría en lo absoluto, perderías muchos millones de dólares….Sabes que lo que hiciste es considerado un delito y puedo pedir la suma de una buena multa si así lo quisiese.

-Te recuerdo que también es mi Empresa y yo solo quise informarme…no hurte nada….

-¡Ni creas que me vas a convencer!... Por favor…. ¿Tu empresa? No me hagas reír…eso es lo que le dijiste a Candy. ¿Se te olvida que yo sigo siendo el Presidente del Corporativo?...tú sabias todo, si no, no habrías comprado las acciones….no vengas a tomarme el pelo con ese argumento tan flojo y estúpido…. sabes que tengo razón. Hurgaste entre mis cosas y violaste el código de confidencialidad de la Empresa y no conforme con eso manipulaste la información a tu conveniencia y así obtener un beneficio personal.

-¡Eso debes probarlo ¡No basta con solo decirlo! de lo contrario sería yo quien te hiciera una demanda por injurias y calumnias

-¿Me crees idiota? No movería un solo dedo si no tuviese las pruebas…. Mira que siempre he desconfiado de ti, pero cuando Candy te eligió para casarse no me importó el que fueras parte de mi Empresa, pensé que pese a todo, ella habia visto en ti algo bueno, pero por lo visto me equivoqué contigo…

-¿Dónde está ella? -¡Necesito hablarle!

-Fuera de tu alcance por supuesto...¡No la verás!

-¡Todavía sigue siendo mi Esposa! Tengo el derecho…Tú no puedes hacer eso.

-No por mucho tiempo….ella no desea volver contigo y no soy yo quien que lo ha decidido...Es ella.

-¡Maldición!..

-¡Acepta firmar y se termina esto!…reconoce que todo te salió mal. Haz las cosas más fáciles por favor. De todos modos es un hecho tu divorcio. Nadie con una pizca de inteligencia hace lo que tú hiciste… Apostaste en que Candy estaría sometida a ti siempre, por dinero….

-Una vez lo hizo...se caso conmigo

¡Por Dios!… ¡Como se nota que no la conoces!...Ella sabe que cometió un error, pero no volverá a repetirlo.

-¡ES UNA MUJERZUELA!

-¿Qué dices?- Albert se levantó de su lugar

-¡QUE ES UNA MALDITA MUJERZUELA!- Neal le sostenía la mirada y Albert se acercó a él lentamente. Lo tomó de la solapa con tanta fuerza-TODO PARA PODER REVOLCARSE CON ESE IMBECIL.

-No voy a ensuciarme las manos contigo, porque para ello necesito la respuesta de un hombre y aquí no lo hay…."vete con mucho cuidado Neal, porque hasta el resto de las acciones que aún posees se irían al traste". Deja tus tontas amenazas y vete….vete si no quieres parar en la cárcel.


Los días fueron pasando y se convirtieron en dos meses más. Albert consideraba que había sido suficiente y Neal no tuvo más que ceder. Había recibido un correo con las fotos que comprobaban su delito. Nunca se percató que allí hubiera cámaras de seguridad y menos que el maldito Tío ladino guardara precisamente esa grabación. Albert se reía al recordar que la propia Candy fue quien le sugirió poner esas cámaras de seguridad a raíz de un robo en una empresa en la siguiente calle, donde habían sustraído equipos de cómputo y mucho dinero a vista y paciencia del personal de seguridad y que nadie pudo identificar. En principio objetó sobre el asunto aludiendo que eso no iba a suceder precisamente en su oficina cuando tenía agentes de seguridad por ser un banco, pero luego pensando en la idea de su Sobrina consideró factible la idea. ¿Acaso no se daba cuenta que Albert le sobrellevaba en años y experiencia? quiso pasarse de listo y salió trasquilado.

Se limitaba a observarlo y escucharlo. Asi pasaron varios días, desde de su regreso de Chicago Terry se alejó más de ella y solo era llamada cuando la necesitaba en asuntos de la Empresa. Desconocía totalmente lo que pasó en aquel viaje a Chicago, desconocía totalmente los motivos, si tenía que ver con la desaparición de ella. Sin embargo al ver el semblante y reacción del hombre era posible que tenía mucho que ver con ella y que seguramente lo había rechazado. Ella le sonreía pero nada de eso llamaba la atención. Lo había perdido ¿Qué hacer para recuperarlo? ¿Qué hacer para que volviera a sus brazos? Empezaba a odiarla, solo había conseguido a un hombre vacío, mientras aquella mujer tenía su corazón. Eso siempre lo supo… Siempre supo que Terry no la amaba y que era otra mujer que se le habia metido en el alma. Fue ella y solo ella la que se hizo castillos en el aire. Cuando recordaba sus antiguos encuentros y lo bien que lo pasaban juntos, sintió una fuerte opresión en su pecho. Por lo visto él pudo zafarse bien de ella.

-¡Candy!..…amiga todo está listo…- Era Annie quien le comunicaba los términos de las gestiones - Ya es un hecho tu divorcio. No te niego que en principio fue difícil, pero de pronto cambio de opinión. ….- Anteriormente antes de partir Candy habia firmado los papeles ya luego era cosa que Neal lo hiciera también.

-¡Me has dado una buena noticia Annie! Te agradezco tanto.

-¡Me alegro por ti amiga!-Sabes que fue un placer hacerlo… Solo que por haberte casado por la iglesia sigue vigente, pero puedes interponer una solicitud. Exponer los motivos.

-¡Lo sé Annie!... entiendo lo que me quieres decir…Cuando vuelva a Estados Unidos lo haré. Veré todos los términos para hacer la solicitud.

-…Ante las leyes de los hombres no incurres en delito si te volvieras a casar. En estos momentos estoy finalizando todo para la inscripción y bueno…te dejo...estamos en contacto…adiós.

-¡Señor Scott!- exclamo al verlo frente a ella- ¿Necesita algo?

-Solo deseaba felicitarla…. de verdad que es usted muy eficiente.

-En realidad no ha sido difícil, salvo que su cliente estaba muy renuente…y fue bueno que después haya aceptado, las cosas así son más rápidas…no había hijos y en cuanto a bienes mi cliente no deseaba nada.

-Pero bien pudo obtenerlo…su cliente interpuso la demanda al corto tiempo de irse….no podía considerarse que haya abandonado el hogar…tenia derechos a recibir una indemnización.

-Así es…quizás usted no lo sepa, pero su cliente maltrataba físicamente a su esposa, lo menos que ella quería era estar llevando tramites por bienes materiales.

-Pero, ¿Por qué usted no presentó ese argumento?

-Ya se lo dije…mi clienta que es mi amiga también, no puso denuncia, así que sería la palabra de ella contra la de ese hombre. Ella solo deseaba alejarse de él…. es lo que quiso y es lo que cumplí.

-¡Entiendo! Y que pena que existan hombres así…. Bueno, también venía a…a ver si aceptaría una invitación, digo, para celebrar su triunfo.

-¿Mi triunfo? Bueno, Eh, en realidad tengo mucho que hacer, mañana debo partir a Nueva York donde tengo mi Bufet…. me ha tomado en mal momento….quizás sea en otra ocasión si nos topamos algún día.

-¡Es una lástima!...no sé si la vuelva a ver, ¡usted se va!... No pensaba quitarle gran tiempo…solo era invitar a una hermosa dama a que me acompañe a almorzar- Leonardo Scott un hombre de unos 30 y tantos años bien parecido, elegante y de unos ojos azules penetrantes. Vivía solo en Chicago en una casa que sus padres ya fallecidos le heredaron al morir- pero bien no insisto, en otra ocasión será.

-….Yo…. está bien Colega…le tomó la palabra….me vendría bien un poco de distracción. Le aceptó la invitación.

Brasil meses después

Se desempeñaba en su trabajo eficientemente en la sucursal de esa Ciudad coadyuvando junto a Ayrton Ferreira, la administración de la sucursal Bancaria. Estaba fascinada con su empleo y en los logros obtenidos en poco tiempo. Se acopló perfectamente a sus funciones.

- Creo que no deberías extralimitarse tanto con el trabajo…mañana seguimos revisando esos créditos, por favor descansa un poco.

-Sí, necesito comer algo – dijo al pasar sus manos por su resentido estomago plano que demandaba su atención- y dormir para recuperar fuerzas.

-Me encantaría que aceptaras mi invitación a cenar…sirve que ultimemos detalles sobre el contrato que John Miller quiere celebrar con nosotros.

-¿John Miller, el dueño de las sucursales Garzas?

-Ese mismo…

-…. Estuve revisando esos documentos, pero lo que propone el Señor Miller es descabellado. No podemos darle todo ese crédito si no hay garantías fuertes. Los negocios no se hacen de esa forma…y los bancos no trabajan así… ¡Lo siento mucho!, pero no estoy de acuerdo en hacer ese contrato. ¿Qué opinas tú?

-¡De acuerdo contigo!... Si no hay garantías…no podemos arriesgarnos.

-No…no podemos, yo me encargaré de llamarlo y explicarle que debe dejarnos garantías sólidas que puedan cubrir todo ese crédito….si no, no podemos hacer nada.

-Deja eso en mis manos, no es la primera vez que hacemos negocios.

-Entonces el Señor Miller, debe saber cómo son los procesos.

-Sí, pero, no me has contestado…-ella levanto su mirada distraídamente- sobre ir a comer a un bonito lugar. No creo que tengas ánimo para llegar a tu departamento y preparar comida.

-Oh, perdona ya la había olvidado.

-…vamos, dime que sí. Debes distraerte un poco. Desde que viniste a este lugar no has parado de trabajar. Una mujer tan linda como tú también necesita un poco de distracción.

-¡Tienes razón!, pero cuando me hablaste del contrato Miller no pensabas en eso…era hablar más de trabajo.

-Sí, es verdad, lo siento….- dijo un poco apenado, lo que en realidad quería Ayrton era pasar un momento con ella fuera de la empresa, lejos de documentos y números, disfrutar una rica comida y charlar.

Al llegar las miradas de los presentes se centraron en esa Rubia de grandes ojos verdes. Vestida de esa forma tan seria y de colores sombríos y aun así, no perdía su elegancia, menos una pizca de su natural belleza. Él se sentía orgulloso de llevar a esa mujer de su brazo. Degustaron de la comida y de la bebida, una copa de vino tinto. El hombre era una buena compañía y había temas comunes e importantes que tratar. Habían conformado un buen equipo. Enviaban informes mensuales sobre desempeño y progreso de la Sucursal en Sao Paulo. Albert estaba satisfecho y nunca dudó de la capacidad de su Sobrina. En las llamadas que ella le hacia la escuchaba serena y tranquila. Hubiese dado todo y más por verla y escucharla sonreír siempre. Ayrton recordaba cuando la conoció por primera vez. Candy llevaba una carta de presentación del dueño del Corporativo y supo en ese instante que era la Sobrina del mismo y además le solicitaba toda la ayuda posible para que se socializara con el manejo de la Empresa. Ella había sido muy receptiva aunado a sus esfuerzos y ansias de labrar su futuro. Su presencia le hizo sentir cosas muy diferentes.

-¡Todo ha estado exquisito! De verdad que este lugar es maravilloso y te da una sensación de paz.

-¡Qué bien que te ha gustado Candy!...Yo vengo muy seguido a este lugar.

-Ya veo, casi todos te conocen….

-Sí, es que en casa, comer solo pues como que no es siempre agradable.

-Disculpa creo que he sido una persona muy descortés, después de muchos meses no sé nada de la persona con quien trabajo….digo, en términos laborales.

-Es lógico y no te preocupes… pero no estamos dentro de la Compañía, así que me gustaría saber sobre tu vida….claro si deseas hacerlo por supuesto.

-¿Mi vida? Me temo que no hay mucho que contar de mi vida...Como ya lo sabes soy la Sobrina de Albert Ardlay, Mi Madre Ross es su hermana y forme mis estudios en finanzas en la Universidad de Nueva York. He cumplido uno de mis más grandes sueños al venir aquí y poder trabajar. También tengo un hermano, Anthony al que adoro con todo mi corazón, él es médico.

-¡Oh, qué bien! un médico en la familia…eso es muy bueno.

-Ahora es tu turno.

-Amo esta Ciudad donde nací, mis Padres emigraron a Estados Unidos desde hace unos años, yo preferí quedarme aquí y empezar una vida solo. Cuando recién cumplí los 30 años entré al Corporativo a trabajar. Recuerdo que conocí al Señor Ardlay por casualidad en el Museo de Arte, en ese entonces había una exposición Italiana importante. Entablamos conversación como si nos conocíamos de siempre. En ese momento ya mis Padres se habían ido y yo no contaba con trabajo. El me dió la dirección del Corporativo y me dijo que allí encontraría algo. Yo por supuesto que estaba feliz que ni siquiera le pregunte si él conocía a alguien que pudiera ayudarme. Nunca me dijo que tenía negocios en Sao Paulo y fue sorpresa mía verlo sentado en la silla del Gerente. Él es un hombre tan sencillo, tan diferente a todos esos hombres millonarios.

-Él es así. Mi tío es el hombre más bueno del mundo. Sabes, cuando murió mi Padre, él ha sido la figura de ese ser que ya no está conmigo. Yo le tengo un profundo respeto y agradecimiento. Sin él, no sé qué sería de mi vida- dijo evocando los recuerdos de su pasado- El es como un amigo, como un hermano mayor, como mi Padre.

-Disculpa…no quise traerte tristes recuerdos.

-No, no te preocupes…ya me he acostumbrado a su ausencia- dijo la Rubia al secar sus húmedos ojos-….pero dime, ¿Desde entonces eres el administrador?.

-No, yo empecé desde abajo como un auxiliar, pero no me importó...Sabía que si me lo proponía iba a conseguir llegar a mi meta. Soy Analista financiero y mis cimientos se los debo al Señor Ardlay...él un dia me dijo que es así como se hacen las grandes personas y los grandes profesionales.

-Y tiene mucha razón en sus palabras. Sabes, me parece increíble como ha pasado el tiempo. Siento que fue ayer que vine a este país, a esta hermosa ciudad y te conocí. Tengo unos maravillosos primos que me hacen reir con sus ocurrencias...Los extraño tanto...dime, ¿tienes hermanos, primos?

- Sí, Tengo un par de hermanos, varones también, pero viven en Australia con sus familias. Soy el único soltero de la familia….y sigo esperando a la mujer de mi vida- dijo viendo el verde esmeralda.

-… ¡Seguro que por allí debe de andar….espero que algún día la encuentres Ayrton, de verdad…el vino está muy delicioso... ¿verdad?

-Sí, está muy bueno ¿Deseas una copa más?

-Oh, no, no…gracias….no soy muy buena haciendo esto y necesito estar bien para realizar una llamada importante a New York.

-¿Te decidiste entonces a llamar al Señor Ardlay? ¿Le comentarás sobre el señor Miller?

-No, no, lo del Señor Miller, ya lo hemos decidido. Son otros asuntos que tengo que ver.

-Espero que esta ocasión se repita las veces que sean necesarias.

-Sí, de verdad que el lugar esta precioso y la he pasado muy bien contigo.

Era poco tiempo de diferencia. Lo habia meditado mucho. Candy quería pensar que aquella carta de alguna manera marcaría el inicio de una nueva oportunidad tras su regreso. Tenía que saberlo, tenía que saber si la esperaría. Todo lo decidido anteriormente desapareció cuando el temor la invadía, una, dos, tres horas y sin darse cuenta se quedó dormida hasta las 5 de la mañana que despertó de súbito y ansiosa viendo el reloj. Mientras tanto él, en su departamento envuelto en sus sabanas despertaba al escuchar el ruido del teléfono, entre su somnolencia pensó que era Susanna ya que la noche anterior le había llamado varias veces. Al tomar el aparato, cesó. El número en pantalla le llamó la atención y todavía con este en sus manos, volvió a reflejarse la llamada.

-¡Hola!...- al otro lado escuchó la respiración- Hola, por favor responda, sepa que no tengo su tiempo.

-¡Ho, hola…. Terry!...Soy yo, Candy- su voz entrecortada demostrada que estaba nerviosa.

-Sí, ya me doy cuenta…. Hola ¿Cómo estás? ¿Todo bien?- el tono de su voz serena e indiferente, obviaba todo lo anterior.

-Eh, si…Terry…discúlpame por llamarte a estas horas…

La interrumpió con brusquedad –Sí, te confieso que me ha extrañado tu llamada… ¿En realidad no te equivocaste?- el tono de su voz ahora era muy seria.

-No, escúchame por favor…yo necesitaba hablarte, escucharte…

-Vaya…. ¡Es que eso si es una gran novedad! Candy por fin quiere hablar conmigo.

- ¡Terry!

-Por favor ni siquiera me atrevo a pensar que tú te creas esa gran mentira-Masculló irónicamente- Candy deseando hablar conmigo eso sí que es sorprendente. ¿Qué pasó? ¿Acaso tu marido dejó de prestarte atención y por eso te largaste? ¿Qué quieres Candy?

-Terry…por favor escúchame. No puedo…..

-¿Sabes qué?...no entiendo para qué me llamas, ah, ya lo sé… ¿Quieres saber si leí tu carta?, sí, sí lo hice y aprovecho para decirte que eso para mí no vale nada…un trozo de papel no vale nada ¿Qué quieres? ¿Qué te crea y te diga en una llamada lo que tú quieres escuchar para sentirte bien? No, no lo voy a hacer…no te creo Candy y por favor no vuelvas a llamar. Quédate donde estás y no regreses.

-¡Por favor!….Es la verdad Terry, debes creerme!... En unos meses regresaré a Nueva York y entonces hablaremos frente a frente…lo prometo.

-¿Esa es la forma de decirme que me amas?...No lo entiendo…después de meses me llamas….no lo puedo creer

-¡Entiéndeme por favor! Tenía que irme, pero volveré y te explicaré todo….Terry…

-Adiós Candy…- cortó la llamada y ella quedo con el teléfono aún en su oído.

Las palabras de Terry la llevaron a la realidad -Tienes razón soy una ilusa pretender que me creas después de todo lo que te he dicho- Regresó a su cama con el corazón entristecido- ¿Y si ha dejado de quererme? – Se preguntó- Es posible que así sea y se haya enamorado de Susanna. Es lo más normal que suceda…ella ha estado a tu lado y ¿si es así? no puedo culparlo.

Había quedado inquieto, enojado, pero con una pequeña esperanza en su corazón. Ella lo había llamado, le confirmaba lo que en su carta escribió y lo extrañaba. Eran muchos sentimientos que luchaban entre sí, aunado a su testarudez y su orgullo innato que no lo dejaban pensar con claridad. Recordó entonces aquellas palabras" si de verdad la amas, la comprenderás", quería hacerlo, pero era difícil, la actitud de Candy le causaba indignación, ira y reproches. Habría querido estar aquel día en que se marchó y rogarle para que no se fuera, decirle mil veces más lo mucho que la amaba, pero lo habia excluido, se sentía abandonado, dolido y ¿por qué no?, también traicionado. Si, así se sentía, porque ella habia escogido a otro hombre, y él relegado y sin el mínimo derecho de reclamarle por ello.

Desde que entró por la puerta su semblante fue captado por los presentes. Lo percibían ofuscado y alterado, pero nadie se atrevía a preguntarle nada y es que conocían que el jefe era de una personalidad enigmática. Solo Susanna podía lidiar con ese hombre y se acercó a él inmediatamente.

-Terry, traes una cara ¿Te pasó algo?- preguntó con tono preocupado

-No, no pasa nada...nada grave, solo es que no pude dormir bien… ¿y tú? ¿Cómo estás?

-Preguntándome… ¿Por qué no contestas mis llamadas? Habría ayudado a que conciliaras el sueño

-Bueno y ¿para qué me llamabas?- su tono era seco.

-Quería saber cómo estabas nada más….ayer te fuiste sin despedirte y pensé que algo malo te sucedía.

-¡Qué puede sucederme!... ¡Que estoy cansado por supuesto!...además estoy hambriento, apenas pude tomar algo.

-¿Quieres que te pida algo de comer?- le sonrió- no es bueno que pases el día de esa manera.

-No, no…te lo agradezco, pero mejor saldré un momento…necesito poner en orden algunas ideas en mi cabeza…mi mente es un caos.

-Terry, sé que soy insistente, pero tú necesitas que alguien esté contigo, que te atienda, no puedes estar así. Yo puedo ser esa persona…

-¡Susanna no soy un inútil!….te agradezco por preocuparte por mí, eres una mujer gentil y buena, pero de verdad estoy bien. Nos vemos luego- dijo tomando su saco.

-¿Te acompaño?

-¡No, no es necesario!

-Terry, ¿sigues pensando en ella verdad?, en Candy…es ella quien te tiene de esa manera….

-¡Por favor Susanna!...

-Ella no volverá a ti…olvida esa obsesión porque nunca estará contigo, quizás esté con su marido feliz en sus brazos, mientras sigues pensando en ella... Olvídala de una vez, ella nunca te ha querido como te quiero yo.

Salió de la oficina, sentía que Susanna lo ahogaba cada día. Era una mujer agradable, pero no deseaba hacerle más daño. Había mantenido la distancia entre ellos y eso estaba haciéndola pedazos, el no podía hacer nada, no podía amarla por lastima. Se dirigió al estacionamiento y todavía seguía pensando en la llamada de Candy, en sus palabras. No, no iba a esperar más tiempo.


-¡Qué bien que ahora Candy se ha librado de nuestro primo!- dijo Stear revisando unos documentos

-Sí, de verdad que el primito debió haber hecho algo muy grave para que Candy lo dejara. Bueno con la foto que Annie nos enseñó, creo que eso fue suficiente. Te juro que cada vez que la recuerdo se me sube la sangre. Albert debe saber esto y Anthony también.

-No hermano...Recuerda que Candy ha dicho que no, menos Anthony, sabes que él lo enfrentaría y sería peor.

-Pero tarde o temprando se enterara que ella no esta en Nueva York y no nos perdonará que le hayamos ocultado

-Si, lo sabrá y cuando llegue ese momento le daremos una explicación, pero no sobre ésto- dijo señalando la foto- Debemos respetar lo que Candy le ha dicho a Annie. No creas que yo no quisiera hacer lo mismo...es un maldito cobarde y si ha sido el motivo de su divorcio pues Candy hizo bien….en un matrimonio no deben existir los golpes, ni uno solo debe existir, no se puede aguantar por mantener las apariencias, ni siquiera por amor, porque desde ese mismo instante eso ya no es amor, se pierde y también el respeto…. nada es igual- dijo Stear hablando con propiedad sobre su matrimonio en el que todo marchaba bien con algunos problemas normales como en toda relación, pero a Patty jamás la ha maltratado, menos ahora que su Esposa recién les había dado la noticia de que estaba en estado.

-Lo que no entiendo es…. ¿Por qué Candy se fue ?...Terry no dice nada, pero está muy triste y su ida le ha causado mucho dolor- dijo Archie.

-Pues a qué grandísimo tonto…Candy se fue por muchas razones y una de ellas alejarse de ese imbécil troglodita y trabajar... ¿No recuerdas que el Tío Albert dijo que se iba a Brasil y nos pidió discreción? Ni siquiera a Terry le hemos dicho dónde está….eso me hace sentir mal.

-¿Crees tú que pueda ir a buscarla?-pregunto Patty.

-No lo sé, pero con Terry todo es posible amor. Cuando se está enamorado uno es capaz de todo.

-….No sé por qué irse tan lejos….aquí pudo igual trabajar, en una de las sucursales de nuestro Tío- hablo distraídamente.

-Lo he dicho… debía de alejarse de Neal -¿Qué pasa hermano? Estas, muy pensativo.

-Eh?, no es solo ¿Ustedes saben dónde está Annie?

-Viendo otros casos por supuesto.

-Hace aproximadamente unos minutos salió. Tengo entendido que tenía una cita con Scott, el que fue abogado de Neal en el caso de Candy. Ya sabes quizás algún asesoramiento, no sé, es lo que Annie supone- comentó Patty mientras alineaba su falda corta y acomodaba su pequeño y lacio cabello oscuro.

-¿Una cita? Pero, no entiendo por qué no vino aquí…-preguntó Stear algo desconcertado-No importa ya ella nos dirá de que se trata… ¿entonces? …. ¿Qué les parece si salimos ésta noche? Tenemos un buen tiempo que no lo hacemos desde aquella vez que Susanna se acercó a Terry.

- ¿Quién lo iba a decir verdad? Que nuestro amigo iba a terminar en una relación con esa mujer-comento Stear

-Terry no escarmienta, se aferra a esa mujer porque no tiene a Candy…hay que ser sinceros, pero a Susanna no la ama y no sé si sea bueno o malo porque merece ser feliz ¿no creen?… Creí por un momento que eso iba muy enserio, todo parecía indicar que se habían compenetrado mutuamente, hasta compró un departamento.

- Pero ¿casarse con Susanna?, no, eso habría agravado más la situación, no mientras no esté seguro de lo que siente.

-Es verdad….Jamás lo haría si no estuviese seguro y te voy a decir algo más…puede que con los años y ver a Candy feliz y con una familia, habría entrado en la resignación y probable que entonces se casara, quizás con Susanna u otra mujer, sin embargo Terry es de amar a una sola, pese a toda la fama que le han dado, no es un tipo que cambie de sentimientos de la noche a la mañana como se cambia de ropa y estoy seguro que ahora que Candy es libre, no se quedará de brazos cruzados teniendo la posibilidad de conquistarla. Así que pronto tendremos noticias. Solo que espero y no tenga problemas de ningún tipo…ya es hora de que ellos encuentren la manera de ser felices…se lo merecen después de tanto tiempo de comportarse como unos tontos

- ¡Imagínense que estupidez tan grande!, no decir lo que cada uno siente… Solo a un par de cabezas duras como ellos podía pasarle eso…- argumento Stear - y bueno aun no me han dicho si vamos a salir

-Veo que mi hermanito está muy presto … ¡Tienes razón! Pero esperemos que Annie regrese pronto.

-Sí, cuando Annie este, planeamos la salida….es una lástima que Candy no esté con nosotros. ¿Se imaginan?, como en los viejos tiempos- musitó con una cara nostálgica la joven abogada.

Dicho y hecho en ese instante Anthony llegaba al Bufet. Estaba enojado, pero es que nadie queria preocuparlo por su trabajo. Se dió cuenta que algo pasaba, porque fue a visitarla a su Residencia y le dijeron que se había ido a Chicago a pasar unos dias con su familia. Eso fue raro, porque ella se lo habría comunicado. Llamó a su Madre y no satisfecho con su explicación buscó a los primos quienes le comentaron lo único que sabían, que Candy sí estaba en Chicago que se habia separado de su marido, no así hasta el punto del divorcio. Consideraban que no era tema que debían abordar. Luego de escucharlos decidió viajar a Chicago en cuanto le fuera posible.

Mientras tanto...

-¡Scott! Vine en cuanto recibí tu llamada…. En realidad me has sorprendido, sobre todo que no quisieras ir al bufet, pero entiendo que quieras discreción ¿Puedo ayudarte en algo?-Annie pensaba que como su colega podían intercambiar opiniones en algún caso que estuviese llevando.

-No, bueno, no he venido precisamente por algún asunto legal…

-¿No?, entonces no te entiendo….

-…. ¡Annie!...lamento mucho actuar así, de esta manera, pero te juro que no encontré otra forma de acercarme.

-¿Qué quieres decir?...

-… ¡Quería verte, necesitaba verte otra vez.- Yo… no he dejado de pensar en ti un solo instante….Annie…. me gustas mucho.

-¡Espera!...-se levantó de inmediato. Estaban en una pequeña cafetería no muy lejos del Bufet- No, no…. ¡Creo que tú te has equivocado!…. Scott si te di una impresión equivocada al aceptar aquella vez tu invitación, discúlpame, pero no me interesa.

-Yo…solo quiero…que me des una oportunidad para conocerte y tratarte...

-Será mejor que me marche….pensé que tu urgencia obedecía a otros asuntos, pero ya veo que solo me has hecho perder el tiempo.

-¡No te vayas Annie!

-No quiero escuchar nada más- dió la vuelta y salió del lugar, cuando hubieron caminado cierta distancia hasta llegar a su auto, la detuvo- ¡Suéltame!..-su mirada estaba fija en la del hombre- ¿Sabes qué?...tu broma es excesiva…no me gusta. Tengo a mi novio y, por favor no vuelvas a llamarme.

-¡Lo siento!...pero no es una broma, de verdad Annie- los ojos de Scott eran de un color intenso. Annie lo sintió tan cerca a su rostro, su cálido aliento y le besó sin tener las fuerzas para rechazarlo. Luego de unos segundos lo aparto de sí.

-¡No debiste hacerlo!...¡Eres un atrevido...!

-¡No puedes decir que no te ha gustado!

-¡Eres un idiota!...no vuelvas a acercarte.

Mientas conducía mascullaba entre dientes-¿Quién se cree que es? venirme a decir todo eso y además atreverse a besarme….No, no…que hombre más descarado- ¿La habia tomado por sorpresa?.


Desde que Candy se fue de la Casa, Sarah y Eliza se la pasaban en la Residencia. Tenían toda la intención de irse a vivir allí ahora que Neal se encontraba solo.

-Así que esa mujer consiguió lo que quiso- comentó su hermana pavoneándose en toda la casa- Te despojó de las acciones y se largó, no le importó que estuvieran casados….Lamento decírtelo, pero mamá te lo advirtió. Jamás debiste poner en sus manos el poder de las acciones. Un engaño más bien podrías haber hecho, pero no, tuviste que entregárselas y todo por tu "gran amor".

-¡Deja de opinar!.. ¿Quieres? Ese no es problema tuyo. No sabes lo que dices y no sabes nada de mis cosas y mis negocios así que no vengas a darme clases….lo que hice es asunto mio y punto. Deberías buscar algo de provecho. Con el cuento de tus estudios de diseños y todas esas tonterias de modas que no son más que una pantalla que te permite derrochar el dinero.

-Para tu conocimiento "Gran hombre de negocios" estoy empezando mi propia empresa, pero no estoy aquí para darte un informe de mis cosas…. ¡Ahora entiendo por qué Candy te dejó!...eres inmensamente insoportable…creo que empiezo a darle la razón a esa.

-¿Qué pasa con ustedes?- interrumpió Sarah al ver las caras de disgustos de sus hijos- ¿discutiendo?

-¡Quiero estar solo!…. ¿Será posible eso?...- dijo con gesto de fastidio- No estoy de humor para escuchar a ninguna de las dos... me retiro…

-¡Espera hijo!... ¿podemos hablar?

-¿No me escuchaste? ...ahora no….

-¡Deja tus groserías! Y dime que es eso que tienes en tus manos- señaló el sobre que Neal apretaba lleno de disgusto.

-No es nada, es solo- Le arrebató de las manos y saco el contenido-...un sobre

-¿No es nada?...es el documento de tu divorcio Neal, ¿tan rápido ha sido? tal parece que esa estaba desesperada por deshacerte de tí.

-¡Con dinero todo es posible! Es evidente...

-Hay una nota también...

-Por favor deja eso...

-"Aquí está lo que acredita que ya no tienes nada que ver con mi amiga, así que te recomiendo que la enmarques para que no se te olvide nunca"… firmada por Annie. ¡Otra tonta, y muy atrevida!, por algo nunca terminó de gustarme esa abogaducha…es igual o peor que Candy.

-¡Deja de mencionarla tú también!...dejenme en paz por favor.

-¡Lo siento hijo!, pero creo que ha sido bueno después de todo. Candy no es mujer para ti, nunca lo ha sido. Es solo una niña caprichosa y consentida. Tú necesitas una mujer completa que satisfaga todos tus deseos y que te atienda, como solo un Leagan merece ser tratado.

-¡Todo fue un total fracaso!….pero esto no se va a quedar así….juro que la voy a encontrar donde sea que esté.

-¿Acaso no está en Chicago?

-No lo sé, no la he visto. Estando bajo la protección de los Ardlay será difícil que pueda verla, pero ya encontraré la forma…. te juro que la encontraré y le haré pagar por todo esto.


Candy se encontraba en su pequeño departamento observando a la personas pasar por la avenida Paulista, era pasada la mañana de un fin de semana, el viento fuerte se llevaba las nubes grises para dejar un cielo despejado y hermoso. Se había levantado con mucho ánimo y en su rostro reflejaba alegría, esa alegría que pensó que había perdido. Buscó entre sus ropas algo apropiado para vestir. Se arregló y cuando se dispuso a abrir la puerta.

-Buen día Candy….veo que vas de salida- el hombre iba vestido informalmente y se veía bastante joven que cuando lo hacia en la Oficina acostumbrada a verlo de saco y corbata. Ahora con unos Jeans negros, camisa blanca y de su cuello colgaba una cadena con un pequeño crucifijo -Ayrton era un hombre alto, de tez morena y sus ojos cafés eran muy expresivos. Candy vestía de deportivo.

-Ayrton...Buen día, si….la verdad es que me siento un poco aburrida y quiero ir a dar un paseo a la plaza de Sao Paulo. Además siento un poco de calor.

-¿Te acompaño? Sirve que comamos algo en unos de esos lugares tan bonitos y te lleve a conocer otros sitios que te encantarán.

-Está bien…no sabes lo que me encantaría conocer otros lugares y tú eres el adecuado para mostrármelos. Desde que vine he querido ir a la plaza...has caido como del cielo.

Al llegar a la plaza quedó deslumbrada. El lugar era muy bonito. No era lo mismo verla desde lo alto de su Oficina donde podía observar todos los edificios enormes, elegantes y lujosos de la Ciudad que estar allí.

-Es impresionante.

-¡Me gustaría algún día llevarte a la playa!...te quedarías aún más deslumbrada de ver todo lo que hay en ella.

-¿La playa?...bueno, si…me encantaría.

-Podemos ir ahora si tú quieres...

-Oh, no, por ahora no, quizás en otro momento. No estamos preparados, porque me gustaria pasar un buen rato en la playa.

-¡Tienes razón!...es mejor planearlo...También quiero llevarte a conocer el Museo de Arte, ese donde conocí a tu Tío.

-¿Sí?...Bueno ya tendremos todo ese tiempo para hacerlo. Claro si siempre quieres ser mi guía turistico- dijo con una pequella risilla.

-Sabes que sí….yo encantado.


En Chicago

-Los he reunido a todos porque hay un urgente asunto a tratar Señores- se dirigió ante todo su equipo de trabajo incluyendo a Neal que, aunque no lo quisiera formaba parte de la directiva- He de informarles que la mitad de las acciones del Señor Leagan aquí presente han pasado a mis manos para ser administradas por mi persona- Eso no les extrañaba pues era sabido que los sobrinos del Magnate eran esposos y que por ende el joven socio quiso darle parte a su esposa- Tienen el derecho de saber esta situación, Saben lo que eso significa. Toda reunión que se geste y todo asunto a tratar debe pasar por mi absoluta aprobación ...- Neal se miraba sumamente molesto-Georges, por favor que conste en acta esta reunión. Todos deben firmarla.

-Sí Señor Ardlay. Está lista en un momento circulara entre todos para la firma.

-Es todo...ahora pueden retirarse y muchas gracias por su atención- salían uno a uno de la sala de juntas, pero solo uno habia quedado.

-Disfrutaste tanto restregándome en mi cara el hecho de que eres casi el dueño universal.

-¿Disfrutar? No tanto eso Neal, por favor….creo que te das mucha importancia….Esto tenía que hacerlo...los nuevos acontecimientos deben de saberlo todos lo conforman la junta directiva del corporativo, aunque yo sea el Dueño. Me extraña que no sepas estos procedimientos.

-¡Claro que lo sé!, y te recuerdo que sigo teniendo participación mínima, pero la tengo por lo tanto aunque tú seas el Dueño y Presidente tienes que comunicarme todo a mí, te guste o no…hasta ahora tú has ganado…hiciste que me divorciara de Candy, por tus malditas amenazas…. eso jamás habría sucedido si no fuera por tu intervención y por si no fuera poco, te quedaste con mis acciones….¡No sabes cuánto te odio!

-Si esperas que te diga lo mismo no lo escucharás, que no me gusten ciertas cosas que haces no signifique que te odie…jamás podría sentir ese sentimiento tan feo y mezquino por un miembro de mi Familia, eres el hijo de mi prima y eso es algo innegable- Albert hablaba con sinceridad en sus palabras- ¡Vamos hombre….a ti no te interesa el Corporativo! solo estas aquí porque te gusta fastidiarme la vida….véndeme tus acciones y se acaba este asunto….te las pagaría a muy buen precio….piénsalo.

El moreno extendió una sonrisa cínica – Sé que eso es lo que pretendes, pero no te daré ese gusto…mis acciones no están ni estarán en venta, serán siempre mias…al igual que Candy sigue siendo mia aunque hallamos firmado un pedazo de papel, ella siempre será mi Esposa...Así que, compermiso Tío….que tengas muy buenas tardes- lo observó fijamente alejarse, por lo visto nunca se iba a deshacer de su presencia.

Albert había quedado preocupado cuando semanas atrás había recibido la visita de su Sobrino Anthony, el muchacho estaba furioso por excluirlo de la situación, pero no era así, el caso es que le explicó obviando algunas cosas, le dijo que Candy sí, habia dejado a su marido porque queria hacer cosas con las que Neal no estaba de acuerdo, por lo tanto decidió separarse de él y darse un tiempo, en ese momento no habia salido el divorcio y por supuesto que no ahondó en el asunto. El joven Rubio no le satisfizo del todo esa explicación, pensaba que había algo más, pero se tranquilizó. Su Tío no le daría la seguridad en vano de que ella estaba bien. Sin embargo le comentó antes de irse que ya llegaría el momento de hablar con su "queridisimo cuñado primo", porque de su propia boca le habia dicho que no le prohibiría trabajar a su hermana.


Brasil

El día en el Corporativo de Sao Paulo pasaba rápidamente, entre revisiones de contratos, créditos y tantas cosas por ver que apenas daban abasto. El día era corto para todo el trabajo, pero no se podía quejar, al contrario se sentía satisfecha por todo lo que hacía. Mientras analizaba unas cuentas sobre impuestos y compras Ayrton la miraba fijamente. Tampoco en la última salida habia tenido el valor de decirle que ella le gustaba y que quería tener una oportunidad de conocerla y tratarla. Buscaría entonces la manera de acercarse a ella y lo haría en ese mismo instante.

-¡Candy! ¿Puedo pasar?

-Claro…, pero ¿Desde cuándo pides permiso para entrar en mi Oficina?

-Yo…necesito hablar contigo de algo muy importante- ella lo vió fijamente con un tanto de desconcierto, pensando que quizás era algún problema de la empresa y que ella no tenía conocimiento- Oh, no, no descuida no tiene nada que ver con el Corporativo.

-Bien, sientate y dime ¿De qué quieres hablar?...te confieso que me asustas…no te has visto la cara que tienes, parece que vas a la orca ¡Tranquilo! –Candy se acercó y le tomó las manos- ¿Tienes algún problema? Si esta en mis manos y puedo ayudarte con gusto lo haré.

-Es que…no, Si, en realidad necesito hablar contigo de algo bastante serio e importante, pero no aquí. ¿Podemos salir a cenar?-Candy seguia sorprendida por el tono serio del hombre. En los meses que tenía de conocerlo era la primera vez que lo miraba así

-Claro, está bien, no tenía ánimos, pero por ti, haré una excepción, la verdad que nunca te he visto de este modo…Entonces que te parece si nos vamos en este momento. Faltan unos minutos.

-Solo dame un par de minutos. Envio un par de correos y te veo en recepción.

-Bien, entonces voy adelantándome…

Cuando llegó a la sala de espera, inmediatamente la recepcionista la abordó.

-Disculpe Señorita Ardlay, ¿Usted ya se va?

-Sí, ¿Sucede algo?

-Es que hay alguien que desea hablar con usted. Perdóneme pero lo iba a anunciar en este mismo momento…. Hace un par de minutos que vino y...

-Le hubieses dado cita para mañana...

-¡Lo hice!, pero dice que es urgente. Que no se irá hasta hablar con usted.

-Yo...está bien...y ¿Quién es? ¿Te dió su nombre? talvez pueda convencerlo.

-Es aquel Joven, el de traje azul, muy elegante- Candy giró su rostro para encontrarse con la mirada de ese hombre. Sentía que el corazón se le iba a salir de su pecho.

continuará...


Gracias Sol Granchester por tus palabras

gracias a todas. sus comentarios buenos o malos son buenos y los valoro.