by: Angy Granchester
-¿Embazada? ¿Está seguro de lo que está diciendo?- las palabras del Galeno habían caido como un balde de agua fría. Estaba casi paralizado.
-Señor, por supuesto que estoy seguro…se le olvida que soy médico….Su esposa está embarazada, pero, ¿No te la da gusto? a juzgar por su semblante diría que no ha sido muy buena la noticia. Dejeme decirle que para hacer un bebe se necesita la intervención de dos personas.
-¡Claro que lo sé!, sé como se hacen los bebes- dijo muy molesto -es solo que...
-¡Que no se lo esperaba!….
-Eh, si...no, no es eso...es decir, sí, no me lo esperaba...
-¡No entiendo los matrimonios de hoy en dia!...Bueno en fin, demasiado tarde...debió protegerse y sobre todo a ella... Le voy a pedir algo que estoy seguro que lo hará.
-¿Que es?
-Las mujeres son muy sensibles mucho más cuando están en estado…y no le recomiendo que se comporte de ese modo delante de ella…eso lo resentirá y no es bueno. Necesita de muchos cuidados y ahora debe descansar, se ve que ha estado sometida a mucho stress y eso no es recomendable para su embarazo. Le he puesto un relajante, pero nada más en este momento, por favor llévela a los chequeos médicos, análisis y evaluaciones para llevar un seguimiento.
-Eh, si por supuesto y, Doctor ¿usted puede decirme cuánto tiempo….?-El moreno no sabía como formular la pregunta que le quemaba la punta de la lengua.
-Entiendo lo que quiere saber… sin temor a equivocarme por los años que tengo ejerciendo, podría decir que su Esposa tiene casi dos meses de gestación, pero un examen médico puede darnos un informe más exacto…por favor haga lo que le recomiendo.
-Por supuesto...y muchas gracias.
Regresó a la habitación con miles de pensamientos en su cabeza. La impotencia y la rabia se apoderaban de él nuevamente. Saber que ella estaba embarazada de otro hombre era algo que no podía soportarlo. Observó su respiración pausada y tranquila, ajena a todo el tumulto que ahora se aglomeraba en su interior. De solo imaginarlos juntos quiso en ese instante tomarla y sacudirla hasta deshacerla con sus manos -¡No es mi hijo maldita sea!, no tienes idea de lo que me hierve la sangre saber esto…pero ahora más que nunca permanecerás conmigo Candy….no dejaré que ese maldito se acerque a ti, su hijo será mi hijo, es mío- caminando dentro de la habitación se encontró rodeando la cama. Sentía tanto odio y desprecio, pero también contrariamente a sus malos sentimientos insanos, la seguía amando con todo su ser, equivocadamente, pero la amaba. Maldijo por lo bajo sentirse tan desdichado y arremetió con un golpe en la pared que hizo que Candy despertara asustada. En medio de su somnolencia sus ojos se fijaron en la mirada fría y oscura de quien la miraba con reproches. Se encogió en forma fetal y con su voz temblorosa preguntó.
-¿Qué me sucedió? …¿Por qué...? -Candy no entendía con claridad lo que habia pasado antes
-¡Te desmayaste y mandé por un médico! – Aunque la falta de su periodo dias después de su regreso de Brasil fue un aviso, lo cierto que no tenía la seguridad y el mismo día en que desapareciá se habia hecho un examen, el cual no pudo saber su resultado. Ahora por segunda vez su periodo no llegó y antes que pudiera decir algo, continuó tras su silencio - ¡Así que te has embarazado!- esa expresión estaba cargada de reproches
-¿Es eso verdad?- preguntó y una mínima sonrisa en su rostro se desdibujo en segundos-¿Estoy embarazada?
-¿Acaso no lo sabias?
-No, bueno yo….no, no estaba segura….
- ¿Por qué Candy? ¿Por qué él? ¿Por qué sí un hijo de ese imbécil y no mío?- Vociferó lleno de ira.
-Esto no tiene sentido… que me reclames algo que no tiene que ver contigo, es estúpido Neal...Eso es asunto mio ¿No crees?
- Yo soy tu marido y cuando estábamos juntos, los evitaste todo el tiempo… ¿Por qué no fuiste lo suficientemente sincera conmigo entonces? ¿Por qué nunca me dijiste que no deseabas una familia conmigo si no que siempre ha sido él? Esto es algo que no lo puedo aceptar...no puedo...solo puedo entender que desde principio tú, tú me mentiste.
-No es verdad...pero no tiene caso hablar de esto...pero si deseas saber lo que pienso...sí,… fue mejor así….¡Ahora míranos en la situación que estamos! no te soporto Neal y un bebe…. ¿Crees que habría sido bueno traer al mundo un hijo?...no, no tienes idea de lo que dices.
-¡USTEDES NO ESTÁN CASADOS Y TE ACOSTASTE CON ESE TIPO…ERES…ERES UNA MALDITA MUJERZUELA!
-BASTA DE INSULTOS…-dijo poniéndose de pie- No merezco que me trates de esa manera. Yo nunca te engañé y por favor tienes que aceptar que las cosas no fueron como pensamos o como queríamos que fueran. Entiende que no funcionó y haber tenido un hijo por mucho que lo amaramos habria sido un error...lo siento Neal, pero es lo que siento.
-Respeté esa decisión creyendo que, que necesitabas tu tiempo, tu espacio, pero ahora esto…Mi madre tiene razón .Todo fue un plan tuyo…casarte conmigo para quitarme las acciones….Tú nunca pensaste en una familia conmigo.
-No, no es así…Neal por favor...me siento tan cansada de hablar contigo sobre esto que, ya las fuerzas me dejan...Yo no quise hacerte daño, de verdad que nunca fue mi intención, pero las cosas cambiaron y tan solo quiero vivir mi vida...
-¿Entonces cómo es? solo me utilizaste y yo caí como un idiota pensando que, ….¡Oh, maldita sea...que estúpido!….claro, claro …siempre supe que no me amabas. Siempre fue por sacarte a ese idiota, porque lo amabas. ¡No te imaginas lo feliz que hubiese sido por tener un hijo tuyo….de la mujer que amo! - rió con amargura- pero ahora, estas preñada de ese maldito...¡Quisiera, Si pudiera, si tuviera valor te lo sacaría desde el fondo de tus entrañas y acabaría contigo! - dijo tan cerca de ella.
Instintivamente Candy llevó un brazo a su vientre y con la otra tomó un florero -¡No te atrevas a tocarme….No sabes de lo que soy capaz!
Se alejó - ¡No soy tan miserable como crees! Tengo un límite…. Nunca he sido santo ni el mejor de los hombres, pero estaba dispuesto a tratar de serlo. Sin embargo, me diste la espalda y te fuiste. Soy lo que soy gracias a ti….Tú me has hecho así, porque no puedo aceptar que te perdí, no puedo aceptarlo y, ahora esperas el hijo de otro hombre…. Candy yo no he podido olvidarte y sacarte de mí.
-¡Debes hacerlo! ¡Debes olvidarme porque ya no puedo sentir nada por ti, porque no puedo ni quiero estar contigo! ahora menos que nunca no puedes retenerme. Neal estoy embarazada y lo que me pase pesaría enormemente sobre ti todo lo que me pase a mí y mi bebe. Escucha, tengo que volver a Chicago y ver a un médico…No te preocupes que no te acusaré de nada. Inventaré cualquier cosa y olvidaré que esto pasó.
-¡No! no lo voy a hacer…ahora más que nunca estarás conmigo. Tú no te iras de aquí.
-Pero, por favor escúchame….
- Nos casaremos otra vez…si, y tu hijo también será mío. Seré su padre y no ese maldito.
-¡Estas demente!... Tú no puedes hacer eso…. Mi hijo tiene a su Padre… y ese es Terence y nadie más.
-Está anulado, ni pienses que lo voy a permitir. Si es posible te llevaré fuera del país, sí, eso es lo que haré…. nos iremos a otro lugar, pero a él nunca volverás a verlo. El nunca sabrá qué esperas un hijo suyo….es más, le escribirás una carta diciendo que te fuiste y que no quieres saber nada de él.
- Por supuesto que no lo haré….jamás voy a escribir eso...por favor no me hagas esto….por mi bebe hazlo por mi hijo, te lo suplico, él no tiene la culpa de nada, si de verdad dices que me amas, hazlo.
-¡Caramba que no puedo dejarte ir…! ¿No lo entiendes?- su rostro cerca, se perdió en su verde mirada.
-¡Apártate! no te atrevas Neal.
-¡No puedo dejarte!- en un acto casi involuntario se acercó a sus labios para besarla, pero ella apartó su rostro dejándolo con todo esos sentimientos a flor de piel. su aliento y sus palabras llenas de dolor golpeaban su rosada mejilla al hablarle con afanosa desesperación.- ¡Perdóname por lo de Sao Paulo, perdóname por lo que te hice, perdóname por todo, por todo lo que he sido Candy, por favor…..perdóname…..- dijo y su voz no era la voz prepotente y fría a la que ella muchas veces temió. En ese instante desconocía al hombre que tenía allí, cerca, muy cerca, suplicando por algo que ya no era posible rescatar, algo que habia muerto para siempre. Su actitud ni siquiera era comparado a su antiguo compañero de Universidad – Yo me muero de los celos, me muero de la rabia, por no poder hacer que vuelvas conmigo, que vuelvas a ser mía Candy, yo, yo te amo, no lo entiendes, te amo… ¡Maldición!- Ella permanecía inmutable ante el vano despliegue. De pronto, hizo que girara su hasta quedar frente a frente y en un repentino momento tomó los labios de la Rubia y se llenó de ellos. La besó, la besaba con pasión, vacía, no correspondida, muerta. Sentía los fríos labios apretándose sobre los suyos y una descarga de desprecio surgió desde sus entrañas apartándolo con todas sus fuerzas
- ¡No…no! Eres un imbécil ¿Cómo te atreves?- limpió con asco sus dolorosos labios y él, se alejó para salir de la habitación, reiterando sus palabras de nunca dejarla ir.
Casa de inversiones, Nueva York, días después
-¡Señor Lagan! En recepción hay un hombre que desea hablar con usted. Dice que es muy importante que le atienda. Su nombre es Terence Granchester.
- Ya se había tardado este imbécil en buscarme- dijo internamente- Tendré que hacer mi mejor actuación ante este estúpido…no puedo permitir que de ninguna manera sospeche de mí -Dígale, dígale que pase…y usted por favor encárguese de que un agente de seguridad este cerca.
-¿Seguridad?...bueno, está bien…. ¡Enseguida Señor!
Se había decidido ver a Neal arriesgando ser echado antes de poder siquiera llegar a la puerta. Terry no podía soportar más la ausencia de información de las autoridades de Chicago. Llegó al estacionamiento y al parecer uno de los hombres intentaba reconocerlo porque no le quitaba la mirada de encima.
-¡Buenas Tardes!
-No diré que lo sean para mi….como ves, no soy muy bueno aparentando que tu visita me agrade Granchester, sabes que debería echarte de inmediato, pero siendo cortés, permití tu entrada, así que, ¿Puedo saber a qué se debe tu indeseable presencia? De antemano espero que sea algo importante.
-¿Acaso ves una sonrisa en mi cara? Tampoco es agradable para mí tener que venir, pero quiero decirte que ésta, no es una visita de cortesía, así que olvidemos los estúpidos protocolos e iré al asunto directamente.
-Bueno entonces habla de una vez. Tengo tantas cosas que hacer que te sugiero seas breve y conciso.
-….Juzgando por tu actitud, supongo que no sabes que Candy ha desaparecido- dijo sin mucho preámbulos.
-¿Cómo? -preguntó con tanto asombro incorporándose de inmediato de su silla- ¿Candy está desaparecida?- Terry entrecerró sus ojos, su actitud incrédula no pasó desapercibida por Neal- ¡Te aseguro que no, no lo sabía… sumergido aquí y con tanto trabajo que lo cuentas realmente me ha dejado sin palabras.
-Es raro que no te hayas dado cuenta. En los diarios de Nueva York también estuvo la noticia en primera plana por un par de semanas.
- ¿Quieres mi opinión sincera?...yo no diría que Candy ha desaparecido….
-¿Cómo dices?
-Que su actitud no ha de extrañarnos a ninguno de los dos… seguramente ella se hartó de ti también y se fue como ya lo hizo anteriormente ¿No lo recuerdas? cuando me dejó y volvió a chicago, para despues largarse a Sao Paulo. Tú ni siquiera supiste de ello. Ahora es lo mismo, pero con la diferencia que te deja a tí…entiende que Candy se aburrió de nosotros…Lo siento, pero debiste saber que algo así sucedería…a Candy le gusta jugar con los hombres.
- ¡No es así! pero no he venido a discutir eso contigo
-Bien, no me has dicho cuál es el motivo de tu visita…informarme…te lo agradezco, pero ya sabes lo que pienso y si no es así, entonces ojala pronto aparezca.
-La policía sigue con las investigaciones en Chicago y ahora en Nueva York.
-¡Qué bien!
-Según el hecho apunta a un secuestro, pero no se sabe nada y nadie llama para dinero, eso es muy raro, por esa razón disiento de esa aseveración. Yo contemplo que esto no ha sido un secuestro común y se los he hecho saber a las autoridades Neoyorquinas- Terry lo vió fijamente.
- Oh, pero claro, ya entiendo, como no lo imaginé antes…. ¡Tú estás aquí porque piensas que tengo que ver con este asunto! ¿Tú crees que yo me lleve a Candy, que la secuestré? Por Dios, en qué cabeza cabe que pudiera hacer eso…seria cavar mi propia desgracia.
-¡No lo he dicho tan claro como tú!...pero deseo estar equivocado.
-Escúchame….no te voy a permitir que vengas a acusarme de algo tan grave… Si así lo crees, no tendré reparos en que busquen en mi casa, pero debes tener presente que tu acusación debe tener fundamentos o de lo contrario podría ser yo quien te denuncie por injurias y calumnias…. no voy a permitir que me señales Granchester…Candy no está conmigo.
-¡Tú me juzgas a la ligera siempre, y piensas que soy un idiota! Claro que sabrías jugar muy bien tus piezas, eres un zorro muy mañoso y astuto, pero yo no soy un estúpido….tranquilo Lagan, quien no la debe no la teme.
Neal con la mirada fija en el que consideraba su rival, volvió en ese instante el recuerdo de días atrás, lo que ahora le atormentaba y que hacía odiarlo más intensamente. Sintió deseos de matarlo.
Inicio Flash back
Connecticut
-¿Cómo estás?- preguntó tan tranquilo como si nada le perturbase. Candy estaba allí de pie junto al ventanal de la habitación. Sumida en sus pensamientos.
-Está de más decirlo... Neal, mi familia debe estar angustiada por mí. Ha pasado un mes y…. ¡Deja que me vaya! Es muy tonto y estúpido que me tengas retenida en este lugar.
-Sé que tu preocupación no es solo por tu familia…. es solo por él, tu familia no te preocupa
-¿Cómo puedes decir eso?
-Si fuera así no te comportarías como una mujerzuela. Te mueres por saber de él…. Tu boda con ese idiota, tuvo que haber sido hace…. un mes casi ¿cierto? …lastimosamente sus planes no se llevaron a cabo y no serán….Lo siento, pero tienes que acostúmbrate, porque no volverás nunca.
-¡No puedes tenerme encerrada aquí toda la vida! ¡Por favor recapacita y entiende que esto que haces no está bien! ¿Crees que Terry no hará lo posible por encontrarme? Es seguro que la policía sospechara de tí ¿Crees que mi Familia se quedará de brazos cruzados? Vas a tener serios problemas….
- ¡Juraste estar conmigo siempre Candy, siempre, ante el altar, ante toda aquella gente…en las buenas y las malas! - su voz pausada y tranquila, era diferente a otras veces. Sus ojos se habían humedecidos y sus lágrimas amenazaban con escapar. Candy al verlo así volvió a la posición en que la encontró dándole la espalda. El escondía su dolor tras ella.
-Eso no lo he olvidado y, y tú tenías razón, el cariño y el amor se me fue rápido. Yo, yo lo siento tanto, siento tanto haberte lastimado Neal, pero no fue posible y por favor, no quiero hablar más sobre eso. Me siento cansada….-Candy subió una de sus manos a la ventana queriendo tocar el cielo - él quiso abrazarla, pero se contuvo al verla fría e inmutable como si cada una de sus palabras no valieran en lo absoluto para ella, echados en saco roto. Había frio, pero también era el frio de una habitación donde no había amor y ese frio calaba sus entrañas. Quizás en otro tiempo y en otras circunstancias habría sido el lugar más maravilloso que compartiera con ella- ¡Yo amo a Terry! y mi amor por él es infinito…así tú me encierres toda la vida y me lleves lejos, eso no hará que lo borre de mi corazón y de mi alma. – escuchar de sus labios una declaración de amor y no precisamente hacia él, le hacía brotar de nuevo su ira y su rabia, su rechazo era algo que no podía tolerar. Candy continuaba en la misma posición y él, aspiraba el aroma de su cabello tan cerca le era posible. Subió su mirada hasta la mano que ella había posado en la ventana. Sus ojos notaron la argolla que portaba en su dedo.
-¿Y ese anillo, que significa?- giró su cuerpo y se topó con su mirada. El trató de arrebatarle la prenda.
- ¡No te atrevas!- cubrió con su otra mano la joya - grábate en tu mente de una vez que nada de esto hará que lo olvide. Por más que te empeñes y que me obligues a permanecer aquí, yo lo amo a él- sus verdes ojos estaban humedecidos y brillaban. Su mirada se ancló en la nada, sintiendo como todo se oscurecía y perdía consistencia y entonces, de pronto se desmayó allí enfrente de él.
Fin flash back
-Digamos que, que quizás me equivoque, pero de sobra sé que no te has resignado a que Candy no quiera estar contigo. Por eso tu desprecio hacia mí no es en vano y dejame decirte que el sentimiento es mutuo. Solo quiero que sepas que he puesto en conocimiento a las autoridades de Nueva York sobre la relación que te unió a ella en el pasado, así que pronto tendrás visitas- dijo en tono despreocupado.
-Wow no espere algo tan contundentemente estúpido de tu parte, sabes…. ¿Y?
- Escúchame bien….Candy nunca quiso hacer nada en contra tuya, despues de todo lo que le hiciste y cuando se habia decidido a hacerlo sucede esto, sin embargo he sido yo quien ha tomado este asunto, así que prepara tus argumentos, si es que los tienes porque además saben de tus constantes acosos aún cuando ya estaban divorciados y el viaje a Sao Paulo es fácil de averiguar.
-Mil veces maldito….no tenías por qué ventilar mis asuntos con nadie….
-¡Soy el prometido de Candy y eso me da derechos! ¿Se te olvida? Me culpo por no haber sido más insistente con Candy, en ponerte un alto.
-Vienes aquí con tus estúpidos insinuaciones que no prueban nada y que no me vinculan con su desaparición…Granchester… será mejor que cuides tus palabras porque puedo hacer que termines arrepintiéndote por todas tus calumnias.
-Puede que tengas razón, pero asumiré las consecuencias. Si no es así, no veo problema alguno en que converses con los oficiales… ¿Por qué la molestia? .Hasta luego Neal, es todo lo que necesitaba decirte.
Terry salió de la oficina ante la mirada del hombre de seguridad que cubría la puerta. El castaño sonrió de manera burlona y acomodando su saco se despidió del sujeto mal encarado- ¡No cabe duda que este tipo siempre será un cobarde!- dijo en su interior y se retiró a paso sosegado.
En cuanto desapareció por la puerta pudo exhalar todo el aire contenido. La visita de Terry lo habia dejado nervioso y ofuscado. No contaba con que las autoridades pudiesen buscarlo por su vinculación con Candy. Debía ir con mucho cuidado o todo estaría perdido. Pensó que ahora más que nunca tenía que sacarla del país.
Los días iban transcurriendo. Los días y las noches pasaban tan lentamente, como una dolorosa agonía para todos
Connecticut.
-Señora…
- ¿Qué pasa Hannah?
-El señor ha llamado para avisar que tampoco podrá venir este fin de semana, por algunos inconvenientes en su trabajo, pero que no se preocupe que en cuanto le sea posible vendrá a verla.
-¿Ya lo ve?
-¿Que señora?
-¿No le parece fuera de lo común que él tenga que avisarle a usted y no a mí que se supone soy su Esposa?
-Bueno, sí, pero.
-… ¿No le parece además que yo no tenga un teléfono al que pueda llamar a mi familia, a mis amigos, saber cómo está mi madre? No puedo salir de esta propiedad. Señora Hannah, ¿eso es de hombre que se dice amar a su Esposa?…. estoy aquí en contra de mi voluntad, él le ha mentido, yo no soy su Esposa
- ¿Cómo puede decir eso y ser tan insensible con su Esposo?
-…si es verdad que lo fui, nosotros fuimos marido y mujer, pero ya no…él no se ha resignado a aceptarlo.
-Yo solo veo a un esposo preocupado. Lo siento, pero me va a disculpar…..es usted muy mala porque el Señor la ama profundamente…la cuida y procura lo mejor para usted.
-No, no….Usted, usted no sabe el lio en que se ha metido Neal, incluso usted podría salir muy mal y pagar las consecuencias de este error, de este delito Señora Hannah. Neal Lagan ha cometido un delito, cuando descubran donde estoy...no tiene la menor idea, porque es seguro que la Policía está buscándome. Estoy segura de eso.
Los días transcurrían. Neal cambiaría su táctica, despues de la visita de Terry y de la policía por supuesto andaría con sumo cuidado. Se limitaría un viaje por mes para no levantar sospechas. Conseguiría un pasaporte falso para Candy y uno para él, llevársela lejos era su propósito. Neal no era tonto y un par de días atrás un auto de vidrios oscuros se estacionaba a dos de calles de su edificio. Lo raro es que ese auto no tuviera algún emblema que perteneciera a la policía, así que bien podría ser Terry el que estaría pisándole los pasos. De ahora en adelante tenía que andar con pies de plomo. En efecto, Terry habia contratado los servicios de un investigador profesional que seguía los pasos de Neal las 24 horas del día y pres Era viernes y Neal tenía que realizar el viaje del mes. Llevaba consigo una pequeña maleta con cosas de uso personal lo que le daba mayor soltura a la hora de movilizarse, tomó un taxi y se dirigió a una estación de combustible y con una rapidez tomo otro taxi despistando al hombre que lo perseguía.
Despues de más de dos horas ya se encontraba en la Ciudad. El recorrido de Nueva York a Connecticut era poco y sin contratiempos llego a su destino.
-Buenas Tardes Señor. Pensé que no vendría ya.
-Señora Hannah, ¿sucede algo? ¿Por qué el medico está en casa?- el auto del viejo doctor se encontraba estacionado en la entrada - ¿Mi esposa?- avanzó con prontitud hacia las escaleras
-Señor, espere…todavía el Doctor no termina su revisión…. No se preocupe que ella ya está mejor…..hace unos minutos empezó a sentirse mal y tuve que llamar al Médico. Traté de hablarle, pero fui imposible…. La Señora ha estado muy triste, se ve que usted le ha hecho mucha falta…casi no ha comido nada y eso no es bueno Señor…. Creo que también se le olvidó decirme que su Esposa está embarazada.
-Oh, sí, es verdad…con todas las cosas que tengo en mi cabeza, el trabajo y los problemas, lo olvide…Iré a verla.
La vieja mujer se quedó pensando en esa extraña relación…. Era algo inverosímil que un esposo olvidara eso tan importante y que no lo comunicara a las personas que cuiden de ella. Hannah ya se habia dado cuenta que las cosas entre ellos no eran normales, las pocas veces que se quedaba a dormir no lo hacían juntos, si no en recamaras distintas, pero siendo una mujer que no se mete en asuntos matrimoniales mucho menos de sus patrones era mejor tragarse sus indagaciones - El doctor me preguntó si la ha llevado a sus chequeos y yo no encontré que decirle…su pregunta me tomó de sorpresa.
-¡Hablaré con él!...
Una vez en la puerta de la habitación
-Señor Lagan, por ahora déjela descansar.
-Pero, ¿es algo grave? Dígame que tiene Doctor.
-Venga conmigo por favor- bajaron las escaleras y llegaron hasta la estancia- Ha sido una descompensación, es algo normal por su embarazo, por lo que veo usted no ha cumplido con las recomendaciones…. ¿Qué pasa? ¿Acaso no le importa lo que le suceda a su Esposa y a su hijo…Señor, no entiendo su actitud….
-Yo….Lo que sucede es que…se me ha hecho un tanto difícil y….
-¿Difícil? No entiendo que es más importante que la salud de ella….además, no es necesario que usted lo haga…que su chofer se encargue de llevarla. Le voy a decir algo…Si su esposa no se cuida, puede perder al bebe. Ella está muy débil y puede caer en una profunda anemia si no es que ya la tiene y eso no es nada bueno para ninguno de los dos. Su esposa necesita vitaminas, todo lo que una mujer en su estado necesita…. Por favor llévela al médico para hacerle todos los exámenes de rutina. Además su presión bajo y no es bueno. No quiero asustarlo y aunque es normal en su estado, debe cuidarse muchísimo. No se lleve un momento desagradable Señor.
-¡Entiendo!
-Bueno, es hora de retirarme.
El médico se marchó dejando una estela de preocupaciones. Se encontraba en una encrucijada. No podía llevarla y exponerse a que alguien la reconociera.
Nueva York
Sentía la brisa matinal colarse por las ventanas de su oficina. Se encontraba perdido en sus pensamientos mientras caminaba de un lado a otro en espera de noticias por parte del investigador. Habían pasado más de dos meses y ni las autoridades de Chicago ni las de Nueva York encontraban nada.
-¡Terry! ¡Terry!
-¡Susanna!- dijo sorprendido. El trabajo y su preocupación por Candy no habia visto que Susanna estaba allí frente a él
-Terry, he estado llamándote pero no respondes.
-¿Qué deseas?…-respondió secamente
-No habia querido venir antes y mantuve mi distancia….siento mucho por lo que estás pasando.
-Nadie puede saber por lo que estoy pasando…nadie…
-Terry, ¿y si no ha desaparecido? y si solo ha querido alejarse de ti….tú no puedes detener tu vida.
-¿Qué dices?
- Es todo muy raro…y no es la primera vez que ella desaparece ¿Lo recuerdas?
-Esta vez es distinto…
-¿Cómo puedes estar tan seguro? ¡No creería tanto esa historia! Ya ves cuando se fue a Brasil, tú, ni cuenta te diste. Estoy segura que se fue por su iniciativa…Terry, ella volvió a irse, te dejo y si decidió eso es obvio que no quiere nada de ti.
El castaño frunció el ceño -¿Y eso te haría feliz, verdad? El que haya desaparecido te llena de tanta satisfacción que no cabes de la felicidad.
-No te lo voy a negar, es lo mejor y sano para ti…al fin entendió que no tiene que hacer contigo y es mejor así. le has preguntado a su marido por ella….quizás el sí sepa donde se encuentra- un atisbo de alegría se dibujó discretamente en el rostro de Susanna.
Se acercó a ella y dijo-¡Quiero que te vayas ahora mismo de mi Empresa!-dijo golpeando con fuerza la pared lastimando su mano- ¡Susanna, estás despedida! ¡No te quiero más aquí!
-Pero, ¿por qué? ¿Por qué me dices eso?
-Por las suplicas de Candy permití que siguieras aquí, solo porque ella en medio de sus equivocadas justificaciones no te eché como lo mereces ¿Cómo puedes venir y decirme eso? es por ella que continuas aquí, porque de mi parte te hubiera sacado hace mucho tiempo.
-¡Estoy aquí por mis capacidades!...no tengo nada que agradecerle a ella.
-No voy a discutir más Susanna….lárgate
-Terry! no….
-¡Vete de una vez! Hablaré para que pronto preparen tu liquidación….pero no te quiero un segundo mas aquí…largo.
-¡No, no puedes hacerme esto Terry!
-¡Ya lo hice! ¡Fuera de aquí! No vuelvas nunca más. Ya te habías tardado en venirme a escupir tu estúpida felicidad ye so es un insulto para mí y para ella.
Regresó a la oficina molesta, furiosa que le restregara en su cara que por esa mujer le habia permitido estar allí como si su capacidad no contara. Empezó a recoger sus cosas.
-¿Te vas o te echan?- peguntó Mary mientras acomodaba unos portafolios.
-¡Deja de molestarme por favor! Mete en tu vida que ahora entiendo porque la tienes en contra de mí, no tengo la culpa que tu marido te haya dejado por otra…mujer…por eso eres una amargada que vive de metiche.
-Por favor no te des tanta importancia….pero, mira tu cara, el perfecto rostro de quien estorba y tú querida hace rato que hueles a estorbo en esta Empresa.
-¡Cállate!- Susanna se abalanzo a Mary dispuesta a agarrarla por los pelos y hacer un escándalo, pero Claudeth la detuvo recriminando la actitud de ambas.
-Por favor…este no es lugar para ventilar sus asuntos.
-Ah no - dijo Mary un tanto son sorna- ¿y entonces que hiciste contándole a esta tipa algo sobre mi vida que solo tú sabias?
-¡Susanna…!- exclamó avergonzada Claudeth -Yo…Perdona Mary…no…
-Olvídalo…por lo visto, ya no puedo confiar en ti…resultaste una traidora.
-No, Mary…
-¡Déjenme en paz!...las dos.
Eran temprano y los rayos del sol empezaban a introducirse por las hendijas de su ventana pegando levemente en su rostro. En ese instante un hermoso sueño se fraguaba en su mente, sus familiares y amigos compartiendo juntos. Ella con un bebe en sus brazos. Un hermoso niño de ojos azules. Candy sonreía y era feliz con tener lo que siempre habia soñado, una familia, su propia familia. Poco a poco el sueño se fue disipando desapareciendo las imágenes, volviéndose difusas, todo gris, oscuro hasta que despertó sintiéndose cansada y con sed.
En medio de su somnolencia se levantó de la cama, buscó sus pantuflas y un abrigo para cubrirse, hacia frio. Días atrás buscó casi en toda la casa algún teléfono, pero no encontró nada. Ni uno solo. Sin embargo no habia ido a un único lugar, la habitación que era el despacho de Neal. Era Domingo en la mañana y a esas horas ya debía el ir en camino a Nueva York. Abrió la puerta de su habitación y caminó hacia uno de los pilares del segundo piso buscando ese lugar. Allí empezaban las escaleras hacia abajo y estuvo de pie por unos segundos cuando escuchó unos susurros que venía de la de esa habitación.
-¡Por favor date prisa con esos documentos! Los necesito. La policía está al pendiente de cada paso que doy. En cuanto los tenga háblame….por favor no me hagas perder el tiempo….si, si… te pagaré muy bien, pero apresúrate…. ¡Lo sé, lo sé! necesito llevármela lo antes posible. ¡Está embarazada, y quiero que dé a luz en otro lugar! Fuera de Estados Unidos.
Imaginarse viviendo lejos de su familia, una vida que no quería, una vida sin él hizo que entrara en pánico. El miedo se apoderó de ella. No podía huir, ¿por dónde, cómo? Además por su estado nunca hizo el intento. Puso un pie para bajar por las escaleras e ir al jardín para calmarse un poco, pero trastabilló perdiendo el control de sus pasos. Quiso detenerse agarrando los pasamanos pero fue imposible, no tuvo fuerzas. Uno de los cuadros que adornaban la pared se habia desprendido. El vidrio contra el piso se escuchó en toda la casa, causando un ruido estrepitoso. Candy yacía inconsciente al pie del escalón. Hannah estaba cerca del lugar e inmediatamente se dirigió al lugar para encontrarse con la escena.
-¡Dios santo! Señor, Señor- era un grito ahogado. Tras el ruido y el grito de Hannah, Neal salió de aquella habitación. Bajando escaleras abajo se acercó a Candy.
-¿Qué...que pasó?- preguntó viendo aterrado la escena.
-No lo sé, vine en cuanto escuché ese sonido- Hannah dirigió su mirada hacia el lugar donde estaban los destrozos. Pedazos de vidrios dispersos y pensaron que le habían alcanzado cuando en su ropa se visualizaba una mancha de sangre.- Neal estaba en shock, impávido- Llamaré a una ambulancia señor.
-¡Apresúrese!- dijo volviendo en sí pensando que si algo le sucedía a Candy era exclusivamente su culpa. Minutos despues la muchacha era llevada de urgencias al Hospital Central de la Ciudad y una de las enfermeras le indico que llenera el fichero de admisión.
-Por ahora tiene que esperar en aquella sala, hasta que el doctor salga de urgencias y le dé información sobre su Esposa….con su permiso.
Sentía todo su cuerpo con un enorme peso a cuestas, no quería siquiera imaginar lo que pudiera pasar. A su mente vino la escena. No sabía qué hacer, pero de lo que si estaba seguro es que no podía volver atrás. Se hundía cada vez más y no podía razonar coherentemente. Insistió al hombre que le ayudaría con los documentos falsos. Media hora despues se abrió la puerta de aquel frio lugar.
-¡Doctor! ¿Cómo está mi esposa?
-Señor...en estos momentos estamos tratando de estabilizarla...su esposa está muy mal… ha perdido mucha sangre y se le está aplicando una segunda transfusión. Lamento tener que decirle que...no pudimos hacer nada por su bebé.
El piso a sus pies sintió que se removía. No podía creer lo que escuchaba. Candy habia perdido a su bebe y ahora se debatía entre la vida y la muerte.
-¡No puede ser!...todo ha sido mi culpa- dijo esto sin ser audible
-Solo hay que esperar, esperar que reaccione. La caída fue severa y es un milagro que esté viva...esto pudo haber sido peor, sin embargo esperemos que no queden daños irreversibles.
-¿Qué quiere decir?
-Bueno no quiero alarmarlo y solo es una posibilidad...tendrá que hacerse algunos estudios posteriores para descartar el hecho de que no pueda volver a embarazarse. Sería tan doloroso en una mujer tan joven que necesitara mucho de usted.
-¿Puedo pasar a verla?
-Dígale a la enfermera que lo prepare, pero por favor no este mucho tiempo dentro.
¿Necesitará mucho de usted? Esas palabras resonaban en su mente como un taladro, lo que menos querría Candy es necesitar de él, el artífice de su nuevo dolor. Candy lo odiaría mas mucho más, toda su vida y ya no estaba seguro de que es lo quería hacer, ahora se debatía entre continuar y el miedo. Las horas pasaban lentamente hasta llegar la noche. Candy seguía inconsciente y él debía prepararse para regresar a New York así que Hannah se quedaría en su cuidado y el volvería a la Residencia a descansar.
Continuará
Gracias por sus comentarios
