Poco tiempo después, todos reunidos, se encontraban disfrutando de su compañía; felices de tenerla con ellos y saberla sana y salva. Candy seria siempre como esa hermanita menor que debían cuidar y luego con sus vidas hechas continuaron protegiéndola de cualquier miserable que quisiera hacerle daño, cosa que no sucedió cuando ella decidió casarse con Neal, se frustraron por no poder hacer nada, conocían bien cómo se las gastaba Lagan y de sus garras no pudieron salvarla.

A la distancia y con la mirada absorta en los movimientos de los jóvenes, Jazmín seguía cada paso y gesto de Candy, recordando aquellos días cuando apenas eran unos adolescentes con grandes sueños y aspiraciones en la Gran Ciudad de Nueva York. La primera vez que la conoció, desde niña muy encantadora y hermosa de unos verdes ojos chispeantes llenos de vida. Una media sonrisa salió de su rostro evocada por sus pensamientos, no era extraño que la quisieran tanto si ella misma desde entonces se le arraigo un profundo amor y cariño, sin saberlo y ahora por aquello que dicen "el llamado de la Sangre". Los días aquellos ya solo eran un pasado triste, el dolor anidado en su pecho, ya no dolía tanto, quizás estaba quedándose dormido, callado por tantos años. Sin apenas poderlas detener, un par de lágrima rodó sobre sus mejillas y al instante, el rastro que dejaba desapareció inmediatamente antes que su esposo pudiera notarlas. No quería darle más preocupaciones y había decidido callar para siempre, callar que la hija que una mala mujer le había robado, su amada Sophia Anderson, era Candy. Lo haría si eso significaba evitar más dolores en la vida de ella.

Cargaba al pequeño hijo de sus Tíos y la escena para Jazmín le hizo conmoverse aún más.

Candy sentía que cada latido de su corazón era un golpe fuerte cargado de dolor, el latido de aquel pedacito de su carne que nunca conocerá, ya no existía ese latido dentro de ella. Giró su mirada y se topó con los azules ojos de Jazmín e inmediatamente su tristeza se tornaba por una sonrisa, haciéndole saber que era un poco feliz por ellos.

Candy siguió contemplando al niño y su semblante se mostraba sereno. Jazmín sabía que aún ella sufría la pérdida de su hijo, su silencio por ello podía reconocerlo. Por muchos años vivió con esa espina en su corazón y su situación resultó distinta. Jazmín daría lo que fuera por no verla sufrir más, no, no más, su sufrimiento no tenía ni una pizca de esperanzas.

Archie luchaba por mantenerse fuerte, pero no pudo evitarlo, sus ojos se humedecieron al escuchar esa historia que hasta hace pocos instantes era desconocida. Stear y Patricia estaban junto a él y también le resultaba increíble todo.

Antes de la cena Annie estuvo conversando con Candy, tenían tantas cosas de que hablar, pero en un momento como ese no sería suficiente para ponerse al día, sin embargo estaba intrigada porque la ausencia de Terry era tan notoria y desató preguntas en Annie, Candy tuvo que hablarle en pequeños rasgos lo que había pasado.

- ¡Tengo que irme Candy! - Me he disculpado con tu madre y los demás por las prisas...Me encantaría estar un poco más, pero ya lo sabes, tengo mis responsabilidades amiga, ahora que soy una mujer casada mi vida es distinta- dijo sonriente y tranquila pese a que en realidad se sentía incomoda por la mirada inquisidora de Archie.

-No pensé que te fueras tan pronto, pero por supuesto que lo entiendo...Tuve esa vida Annie, en la que quise ser...

-Por favor Candy...no recuerdes esos malos momentos, no te hacen bien.

-Sí, eso ya es pasado...y cambiando de tema Annie ¿puedo preguntarte algo? quizás suene tonto a juzgar por ti, no tengo dudas... solo quiero escucharlo de tí, pero... ¿Eres feliz con Scott? - Annie no se sorprendía por la pregunta y entendía la preocupación de Candy, pero permaneció uno segundos en silencio antes de responder. Esto hizo que Candy se sintiera apenada por su intromisión – disculpa yo, por favor no me hagas caso...

-No te preocupes Candy, amiga, sí, soy muy feliz, tengo una familia y ahora tú que estás aquí, ¿Qué más puedo pedirle a la vida? no puedo serlo más- Candy sonrió antes sus palabras y Annie continuó- siempre tuve la esperanza de que te volvería a ver aun cuando todo parecía imposible y cuando supe que estabas aquí no te imaginas la desesperación que me atacó por venir enseguida sin importarme nada, pero ahora que ya te he visto, es momento de irme...además aunque me has invitado...ésta es una reunión familiar y yo no soy parte de esta Familia.

- ¡No digas eso Annie! tú eres como mi hermana y créeme que jamás habría deseado que las cosas entre tú y Archie...cambiaran - viró su mirada hacia donde se encontraba su primo y esquivó la suya sintiéndose descubierto- Aun así serás siempre mi gran amiga...Tú y Patty serán siempre parte de mi vida, mis amigas y mis hermanas.

-Tú lo ves Asi Candy y le doy gracias a Dios por tu amistad...Claro que sí, siempre seremos las inseparables amigas, pese a que ahora no soy parte del equipo; eso no cambia en nada las cosas, nuestra relación como amiga... Candy, hablando de nuevo de Terry, perdóname pero ¿Que vas a hacer? Tú, es momento de que seas feliz Candy...te mereces la felicidad, esa que se te ha negado, por favor, habla con Terry...dale la oportunidad de que te explique las cosas.

-Perdóname Annie, pero no necesito que Terry me explique nada...sé muy bien como son las cosas. Solo te pido por favor que ustedes continúen igual, como si no saben nada, yo sé que no podré estar todo el tiempo escondiéndome, pero quiero pensar bien las cosas por un tiempo antes de tomar una decisión.

- ¿Y mientras? el tiempo pasa y en cualquier momento se enterará. Lo conoces Candy y, entonces habrás perdido todo lo que construyeron.

- ¿Construimos? Ya no hay nada de eso. El amor que hubo entre nosotros, se acabó...

- ¿Por tu parte? Tú lo das por terminado sin pedir explicaciones...Estoy segura que debe de haber un malentendido en todo esto, pero si no abres el campo no sabrás nunca que es lo que sucedió. No tendrás la explicación que mereces...- Annie y Patty hasta el momento eran las únicas personas al tanto de la situación, pero Annie se sintió en la obligación de hacerla recapacitar, no es que Patty le importara nada, pues lo intentó, pero conocía la testarudez de Candy y sabía que no conseguiría nada.

Candy negó con la cabeza - Quizás deba pedirle que me explique por qué volvió con Susana después de todas las veces que me mostró su indiferencia con ella. ¿Será posible que solo fue apariencias?

-No hagas conjeturas sin sentido...

-No son conjeturas sin sentido...entre ellos hubo más que una simple relación de novios y hasta en cierta medida es normal que, ellos hayan vuelto...

-No lo es...y me parece que hablas de otra persona...él no juega con esas cosas Candy, búscalo y habla con él...hazlo al menos para que puedas estar en paz contigo misma, si no lo haces te arrepentirás el resto de tu vida. El amor de ustedes no puede acabar así y sabes que tengo razón...siempre estarás pensando que debiste hacerlo, no dejes pasar mucho tiempo- Candy quedó pensativa y sin decir nada - Bueno...ahora si debo irme Candy... Scott me envió un mensaje, me está esperando. Espero volver a verte ahora que estoy viviendo en Chicago, quizás tengamos un tiempo para encontrarnos y tomarnos un café para charlar.

-Claro Annie, y por favor hazle llegar mis saludos a Scott. Dile que tu hermana espera que te haga muy feliz...si no lo hace, se las verá conmigo muy seriamente- Annie sonrió ante los gestos graciosos de Candy.

Candy se quedó por un momento allí donde se había despedido de Annie mientras pensaba en sus palabras. Quizás tenía razón. Durante estuvo con Terry siempre le demostró su amor plenamente, pero volvían sus recuerdos y pensaba en ellos cuando vivieron juntos en la época en que ella estaba casada con Neal.

Luego de un rato los empleados llevaron a los niños a sus habitaciones y los demás continuaron charlando en el salón.

Durante la cena cuando todos estaban en la mesa. Albert ya había notado que algo no andaba bien. Terry no estaba presente y desde que Candy regresó no había hablado de él en lo absoluto, ella que solía a hablar de él cada instante. Así que, aprovechando que se dirigía a tomar una copa de vino, se acercó a Candy que tomaba un pastelillo.

-Candy...

-¡Tío Albert!- se giró para verle.

-¿Qué ha pasado con Terry? ¿Por qué no está aquí? ¿Será que tuvo algún contratiempo? - Sabia que tarde o temprano tendría que dar una explicación así que no tenía caso posponer el asunto.

-Eh, no...

-Voy a llamarlo...quizás pueda ayudarle en algo.

-No, no es necesario Tío...

-¿Por qué no? ¿Viene en camino? mejor así, mandaré por él enseguida.

-Tío... Terry no sabe que he vuelto...y no quiero que lo sepa.

Albert mostró su sorpresa- ¡No estoy entendiendo absolutamente nada! ¿Qué sucede? Ya me imaginaba que algo no estaba bien ¿Quieres hablar sobre eso?

-Luego me contactaré con él...por ahora...no quiero hablar del asunto...- dijo desviando su mirada.

-No me ocultes nada Candy... ¿Que pasa entre ustedes? He permitido que hagas lo que tú decides porque te respeto y porque no eres una niña, sino una mujer con una autosuficiencia bien remarcada. Si necesitas hablar aquí estoy por si deseas el consejo de un amigo, no soy bueno en esos menesteres y aunque no soy un anciano, mis años me ayudan a ver la vida con más claridad y tener un concepto más amplio de la situación. Ven, vamos a mi despacho allí podemos a hablar tranquilamente.

-No...

-Vamos y deja de ser testaruda- el tomo de la mano y se dirigieron al lugar, continuó- ¿y bien? Dime cual es el asunto ahora, no me parece justo lo que haces...Terry te ha extrañado tanto y lo más lógico es que estén juntos, ustedes se aman y no entiendo tu actitud, sabes que esos días fueron muy difíciles para todos y Terry estuvo siempre al pendiente. Paso algún tiempo en Chicago esperando noticia tuya. Ni un solo instante dejó de preguntar por ti, de indagar, preguntar incluso fue quien contrató un investigador privado y pudo dar con tu paradero en Connecticut, todo eso logró convencerme de que entre ustedes había un sentimiento muy fuerte y que te ama verdaderamente. ...pero, si tú has dejado de quererlo puedo entender tu actitud. El tiempo pasó y quizás tus sentimientos cambiaron, conociste a otras personas y es normal que otro haya ganado tu corazón.

- ¡No, claro que no! mi única preocupación era recuperar mi vida y volver y puede que sea todo, así como lo cuentas ¿seguir amándolo?, sí, no voy a negar que sigue estando en mi corazón, mi falta de memoria no hizo que dejara de amarlo...pero lo has dicho, ha pasado el tiempo y con ello muchas cosas cambian y se olvidan...

- ¡Habla claro entonces! - agitó su mano ofuscado por su tozudez y con la otra daba un sorbo de su copa que había llevado. Candy dió un profundo respiro como si le doliera el pecho.

- Te mentiría si te dijera que lo he olvidado...no es así, el sigue estando presente en mi como la primera vez, mucho más...No les he dicho nada a ustedes, incluso solo Patty y Annie sabe hasta ahora, pero antes de venir a Chicago estuve en Nueva York- el hombre la observó y frunció el ceño- Tenía tantas ganas de verlo que me sobrepasaban las ansias, quería decirle cuanto lo había extrañado y que nunca lo dejé de amar... ni un solo instante, que aún sin memoria el existía en mi corazón. Quería que fuera el primero en saber sobre mi regreso, darle la sorpresa y que me recibiera en sus brazos, pero...-Albert siguió observándola sin ánimos de interrumpir –... pero fui yo quien terminó por sorprenderse, debí pensar que no siempre los sentimientos estarán allí aguardando y que la vida sigue su curso, no se detiene. Terry siguió con su vida, ahora lo sé y voy a respetar esa situación ¿Puedo culparlo? no, no puedo culparlo por eso...el siguió su vida... Él, está otra vez con Susana- dijo rápidamente en un murmullo sin fuerzas.

- ¿Con Susana? ¿Terry te dijo eso? - se acercó.

-No, no, Terry ni siquiera se dió cuenta que estaba allí...pero ella me lo dijo... estaba allí, en su departamento y no solo eso, hay algo mucho más delicado y más fuerte que hace que yo deba alejarme para siempre. No puedo soportar que él y Susana estén juntos otra vez, así sea por parte de ella la verdad es que... tienen un hijo

- ¿Un hijo? - Albert se aturdió sin decir más palabras- ¡Eso no es cierto Candy! ¿Todo eso te dijo Susana?- Ella asintió

- ¿Te das cuenta como me siento? Es por eso que no puedo permitir que me busque, por eso es que no deseo que sepa que estoy aquí...No puedo verlo...si eso pasa ¿qué voy a hacer? no, no si yo hubiese sabido que eso era así no habría vuelto.

-Por favor deja de decir tonterías Candy...

-No puedo aparecerme en su vida y decirle: "Terry estoy aquí he vuelto, ni Susana ni tu hijo me importa, hazlos a un lado" no, Terry no me pertenece.

-... ¡Estas equivocada! - y debías haberlo aclarado en el momento. No puedes dar por hecho algo que Terry no te ha dicho porque si es así, debe decírtelo. Ustedes no se han visto por meses, antes de todo esto eran novios ¿No es así? hasta ibas a darle un hijo y lo normal era pedir una explicación, sea lo que sea, era enfrentarlo. Escucha lo que te voy a decir...recuerda muy bien Candy que Susana no es de confiar. Tú misma lo sabes y no puedes creerle todo. Ustedes merecen al menos hablar para aclarar las cosas. Te juro que si yo sabría de esto, no estuviese apelando a un reencuentro entre ustedes y sería la primera persona en ir a reclamarle y decirle que se aleje para siempre de ti.

-Podría irme ahora mismo a Sao Paulo nuevamente y olvidar...una vez lo hice...

-No... ¿Huir otra vez? tú no puedes darte por vencida Candy, si es así me sentiré verdaderamente un fracaso...porque mis palabras son echadas en saco roto. Porque entonces no sabes enfrentar los problemas de la manera que se deben enfrentar y todo lo que aquellas personas te inculcaron lo olvidaste.

Candy sabía a quienes se refería. Ella nunca había vuelto a las zonas rurales de Escocia donde vivió por cuatro años hasta los seis. Vió al cielo cubierto de nubes gruesas y eso le trajo recuerdos de aquellos ancianos que la cuidaron con amor y demostraron que la amaban al desprenderse de ella para no arrastrarla a una vida miserable, sin futuro. Eran viejos y muy pobres, sí, pero muy ricos en sus enseñanzas. El esfuerzo y la valentía ante la vida fueron las últimas palabras que ellos le dijeron, cuando la dejaron ir- Candy debes demostrar todo eso y ser mucho más.

- No si tenga las fuerzas...No sé si soportaría verlo con su hijo mientras yo ni siquiera pude conocer al mío...mientras es feliz yo me consumiré cada día pensando en lo que no pudo ser...yo no quiero sentir odio hacia él

-Tú no puedes, el también sufrió y de algo puedo estar muy seguro sin temor a equivocarme Candy, que Terry sufría mucho por ti y por el hijo de ustedes.

- Su sentir no puede ser el mismo que yo siento...

-No digas eso. Ahora estas llenas de mucho dolor y eso te hace parecer una persona egoísta y rencorosa... eso está muy mal...tú no eres así.

Sonrió con amargura - Hay cosas que no las puedo borrar. Ellos tuvieron una relación muy fuerte, vivieron juntos por mucho tiempo y bueno quizás el estar solo y ella allí, todo volvió, no podía pedirle a Terry que me esperara toda la vida.

-Sigo pensando en que debes hablar con Terry, si él está con esa mujer pues que te lo diga de frente y después si lo es...entonces debes olvidarlo para siempre Candy, debes arrancártelo del alma, de la vida y de tu corazón definitivamente para que puedas seguir adelante, pero es completo no a medias, no encerrándote en tu cuarto y negarte a vivir, porque con eso no vas a solucionar nada ¿entiendes? después de eso, lo que decidas te apoyaré, pero por favor no huyas.

- ¿Qué les dirás a los demás? ellos deben tener claro del porqué de tu decisión. Recuerda que son muy amigos.

Inicio Flash back

Durante el embarazo se había acercado a Terry. Aunque después de un par de desavenencias en contra de Flavia, sus celos con la asistente aparentemente se habían disipado. Cuando nació su hijo hizo todo lo posible para que Terry conociera a Edward y no se equivocó cuando había intuido que lo miraba con ternura, Susana pensó entonces que su lado paternal aun no descubierta estaba aflorando y pensó en la manera de que Terry se involucrara con ella y el niño. Sería poco a poco, de manera amistosa, usando sus armas, sus encantos, todo lo que estuviera en sus manos con el objetivo de volver a atraparlo y esta vez estaba segura que lo haría definitivamente. Susana nunca supo nada sobre el embarazo de Candy y seguía pensando que su desaparición había sido por su iniciativa, aunque le dijeran lo contrario para ella, Candy representaba la desgracia de Terry. Todo iba bien, sus planes marchaban a la perfección y él había vuelto a ser el hombre amable y considerado con ella, pero esa tarde fue inesperada y estaba segura que todo había terminado, no contó con que ella apareciera de nuevo en sus vidas e ideó inmediatamente lo bajo y lo peor, ahora tendría que sostener su mentira quien sabe hasta cuándo y de qué manera o decir la verdad. Esa tarde en la que Candy llegó, Susana había salido a dar un paseo con su bebe, había sido todo premeditado. Acomodo al niño en la carriola, tomo un taxi y se fue. En el lugar que estaba era mucho más cercano el departamento de él, un pequeño parque en el centro del residencial. La zona era conocida por ella y una hora antes en la que se suponía pasaría por allí, ella ya estaba al pendiente de todo a su alrededor; cualquiera diría que alerta y preocupada por lo que pudiera suceder por Edward. Susana no estaba segura, pero si se presentaba el momento no lo iba a desaprovechar y así fue, las cosas no pudieron salir mejor. Su intención era acercarse más a Terry, lograr que se conmoviera con su hijo y poco a poco ganar terreno. Apelaba a los deseos de Terry de ser Padre y que Edward se ganara el corazón de su antiguo amor, sin embargo, jamás pensó que ella apareciera así de la nada.

Anteriormente esa Tarde ya había anunciado que no era buena y una brisa ligera empezó a caer.

- ¡Terry! ¡Terry! exclamó agitando su mano aparentemente asombrada por su presencia.

- ¿Susana? – Frenó el auto y salió inmediatamente- Susana, ¿no te parece que estas siendo muy imprudente? El clima no es muy bueno para tu hijo y eso podría perjudicarlo mucho.

-...Sí, bueno no pensé que pasaría esto, pero tienes razón será mejor que me vaya enseguida...-tomó la carriola y la empujó a unos pasos de distancia de Terry- hasta luego

- ¡Espera! ¿Dónde vas? - Terry viró a su alrededor. Sabía que Susana dadas las circunstancias había vendido su auto para sostenerse cuando estuvo sin trabajo- No puedo dejar que te vayas así...y sabes que te tomara algún tiempo tomar un taxi...eso sería demasiado tarde. Entra al auto te llevare al departamento, es mucho más seguro para tu hijo.

-Gracias Terry...en verdad es una pena molestarte...de verdad, yo puedo tomar un taxi...

-Bueno tómalo de esta manera...lo hago por tu hijo- trataba de persuadirla por su indecisión fingida- así que sube pronto de una vez, no te quedes parada allí.

Su mente se ilusionaba. Mientras el auto avanzaba y el poco trayecto que paso se sintió de nuevo en las nubes siendo atendido por Terry. La preocupación por Edward era sincera y según sus percepciones, estaba cerca de que las cosas volverían a ser como antes. Un poco más, solo un poco más de trabajo y Terry volvería a estar junto ella. Solo era cuestión de tiempo. Una vez ya en el departamento

-He sido una tonta poniendo en peligro la salud de Edward, por lo visto no solo tendrá la falta de su Padre, temo fallar, no soy una buena madre...

-No digas eso, ninguna mujer nace con un manual en mano de cómo serlo, pero si, deberías tener un poco más de cuidado, tu hijo es muy pequeño y debes de ser más prudente.

-De nuevo muchas gracias Terry... eres un hombre maravilloso y de verdad que viendo tu preocupación y tus palabras... tú, tú si serias un padre ejemplar...- las palabras de Susana fueron dichas intencionalmente. Terry las percibió, pero no le tomo mayor importancia.

-Deja de agradecer tanto...ya te he dicho que ha sido por tu hijo... considero que cualquier persona haría lo mismo al ver a alguien en tu situación- En ese instante giro para ver a Susana y su hijo, la imagen permitió recrear en su mente a Candy cargando el suyo y él abrazándolos con ternura- su rostro se ensombreció por los recuerdos y pensó para sí mismo "No puedo saber si seré un buen Padre, solo sé que ese día seré el más feliz de los hombres"

Susana sintió que sus entrañas se retorcieron, Terry deseaba tener una Familia propia, hijos, pero nunca los deseos con ella y eso siempre lo supo. Pensó en su crueldad. Susana nunca escucho "Un te amo" de sus labios y eso le corroía el alma –Pero ella no está aquí y sigo teniendo el campo libre...debo aprovecharlo al máximo...esa tonta, ya no volverá- sonrió tranquilamente.

-Por favor siéntate que prepararé un poco de Té... ¿gustas?

-Si, por favor...es perfecto para aplacar el frio- comentó llevándose a la mejilla una mano fría- tengo los dedos un poco entumidos...ojalá pase pronto.

-Buscaré algo para que entres en calor y para Edward- observó al niño y era muy parecido a Susana- ¿Sabes que Edward es idéntico a ti?

- ¿Tú crees? pienso que es muy parecido a... ese mal hombre- dijo con dificultad bajando su rostro.

- ¿No has contactado con él? – Ella negó con su cabeza- Debes hacerlo cumplir con sus obligaciones... ¿Qué es lo que esperas Susana? puedo buscar un abogado para que te asesore en este caso.

-No, no... Es decir, sí, lo que pasa es que... sé que está de viaje y mi orgullo es más grande que mi necesidad, pero tomare en cuenta tus palabras...

-No debe haber pretextos en estos casos. No sé cómo puede haber tipos así, sin una pizca de compasión por un hijo, su sangre. No entiendo cómo has podido involucrarte con un hombre sin escrúpulos, los abandono y no haces nada porque se esfuerce en ayudarte, pienso que no fuiste ni estás siendo lo suficientemente juiciosa para con el futuro de tu hijo...ve y reclama sus derechos...no le dejes a su buena suerte, Susana. Debes pensar en tu hijo, que es lo más importante en tu vida.

-Tienes razón... ¡Es un insensato! y yo una tonta- dijo con aparente tristeza- Terry te diré algo, pero no lo tomes a mal...ha sido una lástima que tú no hayas sido el padre de Edward...sabes que siempre quise que tú y yo tuviéramos un hijo, pero nunca lo permite...yo, yo habría sido muy feliz... ¿No crees que aún estamos a tiempo de intentarlo Terry?

Terry se levantó como si lo empujaran bruscamente - ¡No digas tonterías Susana! o pensaré entonces que lo tuyo con ese hombre fue un momento de juego que dio rienda a una pasión sin control por despecho ¿Es así? – Susana no encontró las palabras adecuadas que pudiera defenderla- si ese ha sido el caso, has hecho mal por no cuidarte y traer al mundo un hijo despreciado por su padre.

-Yo...

-No digas nada. Solo tú sabes las razones, pero ten en cuenta que tu hijo esta y es algo que no lo puedes revertir...ahora sí, voy a preparar el Té...enseguida vuelvo... Ponte cómoda.

Y fue en ese instante que Candy apareció.

Fin Flash Back

Después de haberla echado, pensaba en una serie de cosas. Susana temía que la descubriera y perdiera todo lo que había logrado, estar de nuevo cerca de Terry, era algo invaluable y si lo había conseguido ahora no perdería esa posición. Realmente Susana pensaba que podía tenerlo de nuevo en sus brazos, su obsesión estaba creciendo y no había cambiado nada, solo bastó ver a Candy para sacar su verdadera personalidad.

Terry por su parte mantenía comunicación con la familia de Candy sobre todo con Albert. Un par de llamadas en esa semana por alguna posible noticia. Albert se encontraba en una encrucijada, no sabía qué hacer, ni que pensar ni decir, la tozudez de Candy lo había puesto entre la espada y la pared. ¿Hasta cuándo podía mantener el secreto de su Sobrina a salvo de Terry?

Terry era un hombre muy perspicaz e intuía cuando algo estaba fuera de lugar. La última llamada que hizo fue diferente y quiso restarle importancia aludiendo a las prisas en algo importante que hacer.

Chicago

-Piénsalo bien Candy... ¡Yo aún no puedo créelo! y lo que pretendes hacer...Stear y Patty se han retirado no muy convencidos de esto, definitivamente nos estas poniendo en un gran aprieto.

Frunció el ceño- Archie, es solo si Terry llegara a preguntar alguna noticia de mi... es todo...

-Eso es mentir y me extraña que lo hagas Candy, tú siempre has sido una chica franca y honesta, ¿Qué ganas con eso? ¿Por qué no lo enfrentas y le preguntas directamente sobre su supuesta relación con esa mujer y dejas de esconderte? yo en realidad sigo teniendo mis dudas aún más viniendo de esa mujer, Susana. No deberías confiar en sus palabras.

- ¿Crees que jugaría con algo tan serio? –pregunto confusa -Lo mismo me dijo el Tío Albert, pero yo no la creo capaz de semejante mentira, sabiendo que, Terry al darse cuenta la enfrentaría en ese caso. Además ¿Por qué otra razón estaría en su departamento si entre ellos todo acabo? Antes del secuestro Terry se mostraba indiferente con ella, pero continuaba allí en su Empresa y viéndose solo y sin saber de mí, es obvio que pudieron retomar la relación….es así, Archie….No, no puedo hacerme ilusiones.

-No logro entenderte Candy, en verdad que no, si los demás han aceptado hacer lo que pides es porque conocen que seguirás empeñada en lo mismo ¿en qué estás pensando? ¿Crees que Terry no lo sabrá? Y cuando eso suceda, porque va a pasar de la manera que sea. Se va a enterar y ¿Qué crees que pensará? ¿cómo reaccionará? no quiero ni pensarlo Candy... sabes bien que a Terry una cosa así, no lo perdonaría, incluso nosotros nos sentimos mal porque es nuestro amigo y todo esto está mal...sostengo que Terry debe saber que tu estas aquí.

Candy negó con su cabeza y agito ofuscadamente sus manos- ¡No!

-Eres terca como una mula Candy

-Archie

-Y una tonta y definitivamente yo no pienso hacer eso, perdóname prima, pero si me encuentro a Terry no podré mentirle ¿Con que cara? además ¿piensas dejarlo en manos de esa descarada? Lo conozco desde que éramos unos adolescentes y no puedo admitir que haya vuelto con esa mujer y en el fondo tú también sabes que no es capaz... no puede mentir descaradamente cuando hemos sido testigos de su preocupación por ti y su sufrimiento en todo momento. Tío Albert está de acuerdo ¿Qué puede hacer? sabes que nunca te ha dado la espalda aun cuando tus decisiones son erradas. El único que te apoya es Anthony sin pensarlo dos veces y si es posible agarraría a golpes a Terry si sabe las razones. Supongo que, no le has dicho las razones correctas ¿cierto?

-No, solo le dije que Terry y yo terminamos...me inundo de preguntas, pero no le dije más que...solo eso.

-Candy, no nos hagamos ciego, sabes de Anthony...

- ¡Basta! no digas nada de lo que no sabes...además solo es por un tiempo. Mientras pienso en lo que debo hacer

-Poco o mucho... ¿En qué va a cambiar? ¿Por qué no ahora? ¿De qué tienes miedo Candy? - en realidad que temía saber la verdad, la que ella creía que era.

- No lo sé, lo que si se es que...renuncio a él, por su hijo ¿Te parece poco? ¿Qué harías en mi situación? ¿Te alejarías de tu hijo por vivir tu vida con otra mujer?

Archie empezaba a perder su paciencia- Candy... un hijo no deja de serlo nunca por el hecho de no estar con la madre. Hay cosas en la vida que no se pueden forzar y no es que quiera justificarlo, pero si es así, te aseguro que entonces no ama a Susana.

-Hablas como todos los hombres... si lo haces, serias un insensible y muy cobarde de tu parte...

-Suena mezquino... pero...

-No es justo para esa criatura vivir sin sus padres juntos ¿Qué culpa tiene? solo sé que llegue muy tarde.

-Tampoco tú... Escúchame...no quiero justificarlo, pero tampoco puedo juzgarlo y condenarlo sin saber las cosas No, tú y lo has hecho vilmente Candy, sin derecho a defenderse y eso no parece justo. Te diré algo, quizás suene poco caballeroso de mi parte, pero desconfiaría de que Terry sea el Padre de ese niño.

- ¿Cómo puedes pensarlo? ella solo lo ha amado a él, he sido testigo de eso...Susana ha perdido su dignidad viviendo con un hombre por algún tiempo sin importarle ser tachada como su amante.

- Tengo mis reservas, pero si vas a renunciar a Terry hazlo teniendo la certeza de algo y no solo por lo que esa mujer te diga. Te sugiero que lo averigües.

- ...Tal parece que él, fuera de la familia y no yo.

Archie se molestó con su comentario - ¡No digas tonterías! Sabes que te adoro con todo mi corazón- luego extendió sus manos y tomo las de Candy- Soy franco y directo en cuanto a esto... Terry es mi amigo y si es verdad que en un principio no fuimos los mejores, lo conozco y lo considero como si fuera el propio Stear... Te quiero mucho, pero no puedo estar en su contra cuando no tengo nada claro...Terry no está con Susana...nosotros lo hubiésemos sabido.

-Por supuesto que él no se los va a decir... ¡Terry no es de pregonar sus amoríos con nadie! Es muy reservado en cuanto a esos asuntos.

- Por lo visto Terry se ha conseguido un buen abogado defensor en ti...deja ya de defenderlo.

- ¿Sabes qué? creo que mejor me voy- dijo apartándose de su lado- ...por lo visto contigo no se puede hablar y la verdad tampoco quiero seguir escuchándote.

- ¡Archie!

- ¡Piénsalo! y discúlpame, pero no quiero hablar más sobre este asunto- Archie salió sin decir nada más y solo pensaba en el momento que viera a Terry, no estaba seguro de que hacer llegado el momento. Candy quedó impávida de pie en medio de la sala, viéndolo alejarse, las palabras de Archie resonaban en su mente, la conversación con Albert, Annie ¿Por qué negarlo? deseaba tanto verlo, decirle cuanto lo amaba, pero al recordar a Susana en el departamento y todo cuanto dijo solo sentía aflorar su rabia y sus celos, los que luchaba por mantenerlos ocultos porque en su rostro reflejaba el dolor por quien pensaba haberla traicionado. Su miedo de no enfrentarlo para no escuchar de su boca su hipocresía. Parecía escuchar sus justificaciones y al final un "te amo" que sintiera falso, lo mínimo que haría es abofetearlo por su vileza y su actitud inescrupulosa si pretendía que olvidara todo y se lanzara a sus brazos. Candy reconocía que tenía que cerrar esa parte de su vida para poder continuar como lo había dicho Albert. Sabiendo esa verdad, aunque Terry le dijera que la sigue amando, no podría jamás volver con él, aunque eso significaría decirle adiós para siempre, no le importaba, pero no iba a arrebatarle a su padre a ese niño y peor aún, imaginarlo entregándose en brazos de Susana, de solo pensarlo se estremecía de dolor y eso no podía perdonarlo fácilmente.

Otro día más, el día de analizar los nuevos proyectos de la inmobiliaria, algo que mes a mes elaboraba su asistente para presentarlo ante la junta directiva. Flavia entregaba un reporte minucioso que mostraba el flujo y el movimiento de la Empresa, los avances en los ingresos y sus proyecciones a largo plazo, así como las ventas de propiedades y las ganancias. Terry se reunió con los inversionistas y Flavia les mostró a grandes rasgos la información de todas las gestiones de créditos hipotecarios y los bancos. Al finalizar Terry y Flavia quedaron revisando la documentación para que estuviera en orden y que luego pasaría a firma.

-Flavia...Estoy seguro que aquí falta información ¿segura que estos son todos los créditos? - pregunto ansioso por la falta de información física.

-Sí, revise todo antes, pero no te entiendo, no debería faltar nada...permíteme por favor- Flavia tomo la carpeta de las manos de Terry y se sorprendió- ¡No puede ser...! ¿Qué pasó con los demás? Sé que hay mucho más.

-Sí que los hay, ¿Dónde están los demás contratos?

-... ¡Permíteme! - dijo apenada por la situación - Estoy segura que...Discúlpame Terry, yo... enseguida regreso- Corrió nerviosa a su oficina, no comprendía que había pasado. Se sentía avergonzada ante Terry, su falta de profesionalismo estaba en duda- pensó- Las otras carpetas reposaban en su escritorio, se acercó para revisar una a una y para su gran alivio el resto estaba allí; una hora antes de la presentación había ordenado todo para la reunión., la que concluyó por compromisos urgente, sin embargo, para satisfacciones de ambas partes, se celebraría una segunda fase y finiquitar acuerdos. Flavia agradeció en ese momento, pues habría estado en serios problemas. ¿En qué momento las saco de allí? no lo recordaba y de hacerlo era algo ilógico, una vez regreso –Yo... lo siento...Terry he sido una descuidada con esto tan delicada, lo siento mucho...te aseguro que esto no volverá a pasar.

- ¿Dónde estaban? - pregunto Terry con ansiedad tomando los documentos

-En mi escritorio, yo, no entiendo, pero...- Flavia trataba de justificarse, pero se detuvo al sentirse una tonta en su error-...ha sido bueno tener toda esta información respaldada.

-Me habías preocupado. Estos documentos son muy confidenciales y no pueden andar por allí... un error de este tipo puede costarnos una enorme demanda, mucho dinero de por medio - Flavia estaba roja y Terry sintió la tensión de la mujer, para cambiar de tema sugirió- ¿Qué tal si vamos a almorzar? muero de hambre...tú tampoco lo has hecho y nos merecemos una buena comida ¿Me acompañas?, Invito.

-Bueno, yo...-Unos acelerados golpes se oyeron en la puerta que estaba entreabierta – ambos giraron para ver quien interrumpía.

-Terry ¿Puedo pasar? Oh disculpa, no sabía que estabas ocupado...yo,

- ¿Qué sucede? sabes que cualquier cosa referente al trabajo debes abocarte con Peter.

-Lo sé Terry, pero no es nada referente al trabajo... -Terry se quedó observándola, porque no se movía de la puerta- es que necesito hablar contigo de algo muy importante, pero...presiento que será después ¿vas de salida? - dijo viendo de soslayo a Flavia.

- ¿Pasa algo con tu hijo, está bien?

-Oh no, puede esperar, yo...No te preocupes...cuando regreses te busco.

-Bien, entonces ¿nos vamos Flavia? –Susana al escuchar su familiaridad con su asistente hirvió de celos. Odiaba que esa mujer estuviera tan cerca de Terry.

-Sí, claro, enseguida te alcanzo, voy por mi bolsa.

-Te espero

-Permiso- la mirada de Susana la intimidaba. Flavia ya sabía de antemano que no era del agrado de ella- los viró alejarse cuando se encontraron en el pasillo. Estaba molesta, iracunda y antes que Flavia pudiera dar la vuelta estaba segura que la vio sonreír, esa imagen le quedó grabada y entonces era un hecho que Flavia estaba enamorada de su jefe, era bonita, pensó, pero no poseía su hermosura ni el azul de sus ojos que embrujaba a los hombres. Flavia era de tez blanca y sus ojos negros, su cabello era lacio y largo, claro que era hermosa, tanto como Susana.

- ¡Maldita entremetida! Ni creas que te será tan fácil seducirlo, no por voy a permitirlo... te gusta Terry – dijo para si- le coqueteas y crees que caerá rendido a tus pies, maldita ilusa...si pude quitar a la idiota de Candy, puedo deshacerme de ti, tan fácilmente, ahora solo fue un susto, la próxima no la cuentas...estas tan cerca que no serás mayor obstáculo. Terry es mío, solo mío, el será para mí y ninguna mujer me lo va a volver a quitar o dejo de llamarme Susana Marlow

En verdad que Susana no buscaba a Terry para hablar de nada. Solo quería ver la cara de asustada Flavia.

- ¿Qué haces aquí mujer? he estado buscándote afanosamente, no pensé que estuvieras aquí-Susana aún se encontraba afuera de la oficina de Terry- Te necesito para que hagas un par de llamadas, mientras agilizo los tramites de una compra y venta...vamos que no podemos perder el tiempo - dijo Claudeth alterada al ver Susana seguía inmóvil en el lugar.

- ¿Sabes? eres un fastidio. ¿No puedes hacerlo tú?

-No solo yo trabajo en esta oficina- señalo furiosamente la puerta. Susana aun recordaba lo que pasó minutos atrás, la gentileza de Terry en invitarla a comer. Haberle quitado el puesto inmediatamente se fue. Hizo odiar más.

-Por lo que veo estas de muy mal humor ¿Puedo saber por qué? - pregunto mientras se encaminaban al interior de la oficina de estilo londinense- ¿será porque lo viste salir con su asistente? - dio directa en la llaga. Claudeth supo de la relación de ellos en el pasado, porque ella mismo se lo había contado.

-Yo...no tengo porque responder a tu pregunta, pero he decirte que vine a buscar a Terry por cuestiones ajenas a lo personal- Claudeth sonrió levemente, sin ser vista por Susana, sabía que mentía, lo ajeno a lo personal significaba trabajo y sobre eso no lo trataría directamente con Terry.

-. El jefe ha tenido un día muy fuerte con eso de los nuevos inversionistas ¿sabes lo que significa para todos que se firmen más contratos?

- ¿Se te olvida que fui su asistente? - respondió Susana arrogante con otra pegunta- Claro que lo sé.

- ¡Flavia ha hecho un excelente trabajo!

- ¡Flavia! ¡Flavia! – Rompió en ira de repente- ¿también tú? ¡Yo también soy capaz y mucho más que esa mujer!

-No lo dije para que te molestaras, pero vas a negar que ella ha sido...olvídalo, solo sé reconocer que es un buen elemento para la empresa.

- ¡Basta ya! Estoy harta que todo mundo vea a esa mujer como la salvadora de esta empresa, la superdotada, la súper mujer...-arguyó entre dientes y molesta- esa no es más que una perra.

-No sé qué te pasa con Flavia, pero no deberías expresarte así de ella...

-Ahora resulta que eres muy condescendientes con tipas como esa ¿No me digas que ahora eres su amiga?

- ¡Hablas puras tonterías! yo no tengo nada en contra de Flavia, tampoco soy su amiga...pero no voy a despotricar por puro placer en su contra. No me parece justo hablar mal de alguien que está ausente- Susana se silenció, pero las varias arrugas hechas en su ceño daban muestra clara de su molestia. Prosiguió- veo que tus celos te hacen decir estupideces. Claro que eso es todo. Susana, ¿En serio que estas celosas porque Flavia salió a comer con el jefe? no encuentro otra razón.

-No es verdad, lo de nosotros se terminó y yo, incluso, si sabes que tengo un hijo de otro hombre.

- ¡Eso lo sé! ¿Y? ¿Acaso serias la primera mujer que volvería con su antiguo novio? aun teniendo un hijo de otro; eso no tiene nada malo, él continua solo y tú no estás con el Padre de tu hijo.

- Por eso odio a Flavia...me quitó mi trabajo y ahora no contenta con eso busca escalar coqueteando con Terry ¿Te das cuenta? Flavia es bonita y me temo que Terry pueda enamorarse de ella...aquella antigua novia de Chicago ya es pasado.

- Flavia no te quitó nada. Cuando el jefe la ascendió, tú no estabas aquí...así que ella no te robó el puesto...insisto en que tu molestia no es tanto por el cargo de asistente...tienes un trabajo muy bueno y no ganas nada mal, ahora si es porque te falta dinero por tu hijo, permíteme decirte que deberías demandar al Padre de tu hijo, al menos para que te ayude. Un niño lo hacen entre dos. No dejes que se la pase muy bien, con su vida feliz mientras tú te matas trabajando... pero no desvíes el asunto.

-Te voy a contar algo, pero por favor no lo andes divulgando como sueles hacerlo...o en tu vida me vuelvas a dirigir la palabra.

- ¿Yo?

-Sí, tú... ¿Quién más? -Claudeth se avergonzó pues sabía que se refería a Mary cuando le comentó sobre la vida de la mujer y quien hacía varios meses había dejado la inmobiliaria. Susana tomó una bocanada de aire y prosiguió - ...estaba decidida a abortar, no quería tener el hijo de un hombre que no amo y además sin trabajo. Entonces busqué la ayuda de mi madre, no tenía dinero para soportar no sé cuantos meses sin empleo y con un embarazo... cuando le conté lo que pensaba hacer solo me envió lo mínimo para poder subsistir, debí saber que no estaría nunca de acuerdo con mi decisión. No debí decirle nada, pero pensé que me ayudaría sin objeciones- Claudeth permaneció en silencio asombrada por escucharla- así que, no tuve más opción, en contra de mí misma que buscar a Cristopher, él nunca me ha abandonado Claudeth, he sido yo que no lo quiero en mi vida. Le exprese lo que iba a hacer y en cierta manera le beneficiaria. Era mi última alternativa o vendería hasta mi alma.

- ¡No puedo creerlo!, pero de que sirvió, porque ¿Por qué no te ayuda económicamente con su hijo? Es su obligación Susana.

- ¡Lo hace! Cristopher casi se ahoga de la rabia. Recuerdo su mirada, Sus ojos eran como un par de espadas afiladas que se clavaron en mí, seguro que de haber podido acabaría conmigo ese instante.

- ¡por supuesto! decirle que vas a matar a su hijo, no es como para felicitar a nadie. Sabiendo los riesgos y tus sentimientos debiste ser inteligente y cuidarte Susana, no eres una niña.

-Deja de juzgarme por favor...esto le puede pasar a cualquier mujer...

-No, no a cualquiera...deja de generalizar tu estupidez, mujeres con tu pensamiento nos hacen quedar mal a las demás...perdóname que te hable de esa manera, pero como tu amiga me tomo esa atribución. Ahora tantos métodos que existen, pero claro a la hora del momento todo eso se olvida, la razón. La vía más fácil, la menos apropiada.

-Ya pareces mi madre, suficiente tuve ya...El caso es que llegamos a un acuerdo y entonces decidí tenerlo.

- ¿A cambio de qué? ¿Dinero? supongo. Te conozco y no lo harías solo porque tu corazón se te enterneció.

-...Bueno sí, teniendo a su hijo, me aseguro de una pensión fija, aún seguía siendo de mi desagrado la idea de tener un hijo de Cristopher, pero luego lo pensé bien y...

-Es decir...fue tu negocio redondo...eso es lo que has hecho con tu hijo, un negocio.

Susana negó de inmediato con su cabeza- Las cosas cambiaron Claudeth, yo me encariñé con la idea de tener a mi hijo, de verdad que amo a mi bebe independientemente de los planes iniciales.

-Entonces, cásate con el padre de tu hijo, si de verdad lo quieres y piensas en su bienestar, dale a tu hijo la familia que merece y necesita.

-No, no voy a hacer. No voy a apartarme otra vez y dejar a Terry. Sigo amándolo, nunca he dejado de hacerlo y Cristopher solo fue cosa del momento que no conté con las consecuencias. Ahora no me arrepiento de tener a mi hijo, pero habría sido inmensamente feliz su Padre haya sido Terry.

- No te compliques la vida... olvídate de él y toma lo que en tus manos está, es una opción perfecta de tener en la vida lo que deseas, una familia y un hombre que estoy segura que te ama. Tienes un hijo suyo y la oportunidad de ser feliz. No te cierres a ello.

- Terry ha sido el amor de mi vida y me ha dolido profundamente que me haya dejado por esa estúpida mujer de Chicago y ahora con la resbalosa de Flavia, esa idiota piensa que se puede meter con lo que es mío.

- ¿Que habrá sido de ella? me refiero a la chica de Chicago.

-No lo sé y ojalá que nunca aparezca. Esa mujer solo le trajo problemas y tristezas. Lo ha hecho sufrir, si ella apareciera te juro que la alejaría para siempre de Terry. Ella tuvo su oportunidad, me aparté de su lado pensando que sería feliz con esa mujer, pero ya vez, lo abandonó.

-... Bueno dejemos de hablar de esa mujer y sigamos con nuestro trabajo.

-Por favor recuerda de no comentar nada sobre esto, con nadie- sentenció.

El resto de la tarde Susana paso de mal humor, casi que se comía las uñas del coraje. No podía creer ni soportar que Terry la ignorara, ¿Cómo podía hacerlo tan fácil? salir con otra mujer después de aquel apasionante amor que vivieron, de aquellas noches en que su cuerpo desnudo descansaba sobre el suyo. Ella no podía arrancárselo, mientras Terry parece haberlo olvidado por completo.

Elisa hacia un par de semanas atrás que había desaparecido. Ni su familia ni Ellis sabían de ella, parecía que se la había tragado la tierra y estaba furioso por todo lo que había hecho. Lo abandono y de paso vendió la tienda y el apartamento. Eliza buscaba otros rumbos no quería estancar su vida con un hombre a medias, si tenía dinero, pero también quería un amor absoluto, un amor completo, ya no compartirlo. La esposa de Ellis estaba enterada de todo, supo de su aventura con una joven mujer y amenazó a su marido con divulgarlo todo si no se apartaba de esa mujer o que escogiera el divorcio donde no saldría muy favorecido a la hora de la repartición de bienes. Si, ella empezó a tener sospechas del comportamiento de su marido los últimos meses lo que la indujo a tomar los servicios de un investigador. Ya no la podía engañar. Estaba en juego su status social y no lo iba a perder, pero Elisa hacía sentirlo un adolescente. Su pasión le encantaba. Mientras ella estaba perdida quien sabe dónde, sus padres lidiaban con los temores y las habladurías en los que habían caído a raíz del encarcelamiento de su hermano

Los padres de Neil tomarían un recurso más, acatando las indicaciones de los abogados, no importaba cuando dinero gastaran, total su hijo tenía mucho, mucho dinero. Así que apelarían ante el juez y Sarah convenció a su marido de hacer algo fuera de sus capacidades.

- No pensé que llegaran a aparecerse por aquí- expresó molesta Rosemary- ¿A que han venido? – habría querido no recibirlos, pero quería dejar muy en claro su posición ante ellos.

-Entendemos tu actitud Rosemary y no pretendo justificar las cosas, pero solo necesitamos hablar con Candy, sabemos que ha vuelto- afirmó Sarah.

- ¿Candy? ¿Cómo es que...ustedes?

- ¿Cómo lo supimos?, eso no importa, estamos muy preocupados e interesados por saber que está bien.

-No era necesario que se tomaran la molestia. Lo está.

-Tómalo como una devolución de lo mal que la ha pasado por lo sucedido. Entiendo que nada lo borrara, pero es nuestra familia y realmente nos preocupa y nos alegra que haya sido posible su regreso.

Cuando Candy llegó a Nueva York y se hospedó en el hotel, Eliza también se quedaba allí, tenía varios días antes de viajar a Europa. Muy cerca de la recepción se ocultó tras un pilar donde podía verla sin ser descubierta, extrañamente se registraba con otro nombre, lo que no sabía Eliza es Candy solo podía identificarse con el pasaporte donde figuraba como Allys, pensó que, quizás estaba alucinando, pero era el rostro de Candy, no podían existir dos personas tan idénticas, así que llamó de inmediato a Sarah quien al escucharla no daba crédito a sus palabras, sin embargo trataría de averiguar el asunto, fue entonces que luego del llamado de su hija, espero más de una semana para presentarse.

-No deseo que la molesten. Si han venido a saber cómo esta, ya les he dicho que bien...pueden retirarse por favor.

-Rosemary, creo que estas siendo muy hostil y grosera con nosotros que solo hemos venido a...

-... Mi hija quiere olvidar todo lo que pasó ¿no lo entienden? – Interrumpió bruscamente- y ustedes, no, no...- La rubia mujer apretaba sus manos. Se contenía las ganas de echarlos con todas sus fuerzas- No te imaginas cuan educada he sido con ustedes.

-Será unos minutos nada más - arguyó en una aparente suplica

- ¡No se los voy a permitir! - la voz de Ross había subido drásticamente.

- ¡Por favor!

- ¿Tú? en verdad que te desconozco Sarah... Tú no sabes hacer eso y tú Ralph si tienes un poco de consideración llévate a tu mujer lejos de mi presencia. Váyanse.

Candy bajaba lentamente los escalones, había escuchado la voz alterada de su madre y al ver quienes estaban allí no dudó en acercarse. Ross tenía una cara de preocupación cuando la observó detrás de ella.

-Candy, discúlpanos por venir a importunarte. La vergüenza me embarga, pero queremos hablar contigo- habló por fin el Señor Lagan.

La mirada de Candy hacia su madre le inducia a tener confianza y sonriendo dijo muy cerca de Rosemary- Déjame a solas con ellos... Te prometo que estaré bien- apretó con fuerza las manos de Candy.

- No tienes que hablar con ellos si no quieres.

-No te preocupes...-Rosemary no tuvo más alternativa y se retiró.

Sarah habló– Yo... me conoces bien y sabes que no vendría a molestarte si no fuera por algo muy importante...esto realmente, no...No...

-Esto realmente no puede admitirlo- la interrumpió- Supongo que ha sido demasiado esforzarse. - el rostro de Candy era inexpresivo.

-De verdad que nos alegra saber que estas bien, sinceramente lo digo...eso es un alivio para nosotros.

-Tío Ralph, pudiera quizás creerlo de usted, pero de Sarah- era la primera vez que Candy la llamaba por su nombre, siempre había sido "Señora" y raras veces Tía. Era la prima de su Madre y Tío. - ¡De ella eso es imposible! Siempre le ha ofendido mi presencia, no entiendo por qué ahora está frente a mí. Claro, puedo intuir el motivo, pero tengo que aclararles que yo no puedo hacer nada al respecto...

-Tampoco tenemos la seguridad, pero si no lo hacemos no sabremos si será de gran ayuda que tú...

-Aunque pudiera- dijo tajantemente- ¡No lo haría! ¡Su hijo debe pagar! ¿Se les olvida que con las leyes de este país no se juega? No me presentare ante un juez como si nada ha pasado ¿Se les olvida que ha sido un crimen? Me secuestro y por su culpa perdí a mi hijo y nada de lo que puede hacerse, me lo devolverá. No soy una piedra y me duele todavía.

-Él, él no sabía lo que hacía, debes comprender que por tu abandono perdió la cordura, se volvió loco de celos porque de verdad te amaba y no pudo soportar verte con otro hombre.

-Nunca entendió que no lo amaba. No es mi culpa, fui sincera con él y mientras estuve a su lado, jamás lo engañé. Siempre lo respete como mi esposo. Le dije que me dejara en paz y no le importo. Me arrancó la vida y me arranco el corazón. Ustedes ni siquiera puede intentar arreglar las cosas...Lo siento mucho, pero han venido a perder su tiempo...por mí, que se pudra para siempre en la cárcel... es todo lo que tengo que decirles...con su permiso... adiós -giró sobre sus pasos y de inmediato subió las escaleras dejándolos boquiabiertos.

Sarah sintió que su sangre subía a su rostro como burbujas caliente - ¿Quién se cree para tratarnos de esta manera? ...es una malcriada sin educación y la única culpable de todo lo que le pasa a mi hijo.

-Te lo dije, pero insististe tanto que no tuve otra opción. Esto debemos resolverlos nosotros mismos con nuestros abogados. Además, no sé qué te hizo pensar que ella podía ayudarnos en una situación en la que ha sido perjudicada. Vámonos Salgamos de aquí que no hay nada que hacer

Salieron de la mansión y subieron a su auto, el chofer vio sus caras serias y la de su patrona muy enojada. En realidad, Sarah sabía que eso sería en vano. La bondad de Candy obviamente no sería expresada en ciertas cosas, sobre todo tratándose de la pérdida de un hijo, pero lo quería cerciorarse más que todo de que era verdad lo de su regreso.

- Razona...no puedes culparla... es normal su comportamiento ¿Cómo quieres que actúe? ella tiene razón...nuestro hijo le hizo mucho daño y es hora de aceptarlo.

- ¡Basta ya!... ¿tú también? ¿Tú también jugarás el papel de su verdugo? ya ha sido suficiente. Es mi hijo y eso me basta para defenderlo de quien sea, hasta de ti si es preciso ¿No te das cuenta que no puede seguir en ese lugar? ella lo enloqueció... lo fue envolviendo y embrujando y esa forma que tiene para embobar a los hombres, lo engañó de la forma más vil y traicionera y después, lo tiró como un pedazo de basura, él la amaba muchas veces me lo dijo y siempre temí lo peor. Cada vez que la nombraba, sus ojos, su mirada no era la misma, Candy es una mala mujer y no te voy a permitir que estés de su parte...no, eso no.

-Nuestro hijo fue débil. Y solo ha obtenido las consecuencias de su mal proceder...Mira que tampoco sabemos nada de Eliza. ¿Sabes tú dónde está? - pregunto de manera inquisitiva. Sarah resto importancia a su pregunta

-Lo sé y está bien...no te preocupes- El hombre hizo un gesto de reproche.

Llegaba un poco pensativo a la inmobiliaria, la tarde anterior al regresar de almorzar con Flavia, decidió volver a llamar a Albert, era le segunda vez en esa semana, pero estaba ansioso y aunque de saber algo, estaba seguro que él se lo comunicaría cualquiera que fuese la noticia. Terry no podía prever que le ocultara algo cuando se disculpó rápidamente por no poder atenderlo como otras veces. Sabía que fue un poco grotesco ¿Qué le costaba decir sí o no? No significaba que le diera un repertorio de los avances policiacos, sin embargo, para Terry fue obvio su actitud por sus incontables compromisos de negocios. Tres semanas pasaron. Se encontraba ya, contra la espada y la pared, el conocer los sentimientos sinceros del muchacho y todo lo que hizo por encontrar a Candy, le hizo concluir que no era merecedor de su confianza. El, siempre había sido un hombre honesto, amante de la verdad y lo justo, ahora no era precisamente digno de emular ¿Qué podía hacer? Candy era muy importante para él, porque su hermana Rosemary adoró a esa niña desde que la conoció y más aún cuando quedo sin su Padre, su protección hacia ella se hizo más fuerte, quizás como la de un hermano mayor, dispuesto a ayudarla en lo que fuese.

El tiempo siguió su curso y paso un mes desde que Candy volvió. Después de ese tiempo Albert discretamente se encargó de informar a las autoridades la situación, pero exigió que los medios no debían enterarse en lo absoluto. Los agentes y el jefe del departamento encargado en el caso le dió su palabra que así seria.

Un día después Candy lo había pensado mucho. Tenía que tomar una decisión, enfrentarlo o desaparecer completamente de su vida. No tenía derecho ni sentido de involucrarlos a todo en algo tan personal, pero todavía seguía sin saber qué hacer. El mismo día que Albert informo a las autoridades salió de viaje por una semana, en sus acostumbrados viajes de negocios. Candy no podía prever lo que estaba sucediendo cuando fue abordada saliendo en su coche de la mansión Ardlay. Visitaba a Jazmín. No había escapatoria, debió imaginar que una cosa así podía suceder tarde o temprano y evidentemente que, una noticia como esa no podía pasar desapercibido, la Sobrina de uno de los hombres más ricos de Chicago regresó de forma misteriosa aparentemente y en buenas condiciones de salud. La llenaron de preguntas. Candy estaba aturdida sin saber que responderles, con cámaras en su rostro, los flashes y preguntas una y otra vez.

No sabía cómo corrió la noticia, pero había sido Sarah que días después para no levantar sospechas y en venganza por lo anterior les echó a los reporteros con unas cargadas y maliciosas palabras a la editorial manteniendo su anonimato. La investigación sugerida dio con el nombre de Allys Dawson registrado en el hotel de Nueva York. ¿Quién era Allys Dawson? - se preguntaron y descubrieron que era nada más y nada menos que la mujer del caso de secuestro por parte de su ex esposo, Candice White Brown Ardlay. Cuando tuvieron esos datos, empezó el acecho. Debían ser muy cuidadosos, ya que de todos era muy sabido que los Ardlay eran muy ariscos a la prensa. Ellos no eran figuras públicas como para permitir que se entrometieran en sus vidas y aunque lo fueran, todo tenía un límite.

El periódico posteriormente indicaría la fecha exacta de su regreso.

Candy no salió del auto y quiso subir los vidrios del coche, pero fue imposible cuando uno de los reporteros metía el micrófono para impedirlo -Señorita Ardlay, por qué no decir que llegó hace casi un mes a América, ¿Qué esconde verdaderamente tras su regreso?

- ¡Por favor retírense! no...

Otro reportero - ¿En realidad se puede pensar que estuvo sin memoria y desaparecida? ¿No será que solo fue para lograr separarse definitivamente de su ex marido? - las preguntas le molestaron casi como si la crucificaran o la acusaran de algo ilícito.

- ¡Basta ya! - Candy tomo el teléfono y los reporteros aludieron a que estaba llamando a la policía.

- ¡Anthony! te necesito hermano...por favor ven por mí- dijo casi al borde del llanto.

- ¿Dónde estás?

-Saliendo de Casa de Tía Jazmín, pero los reporteros no me dejan ir, por favor te necesito.

- ¿Los reporteros? – Hizo una mueca de molestia- Enseguida voy Candy...No te muevas.

A los minutos Anthony se encontraba en el lugar y pudo rescatarla de esa gente. Candy ya había podido cerrar las ventanas y echarse llave. Estaba asustada, pero no lo demostraba.

- ¡retírense por favor...! ¡Dejen en paz a mi hermana! – aunque la noticia era difícil de impedir que saliera a la luz, Anthony les exigió que se fueran y que hicieran lo que quisieran para demostrar que no había nada turbio de lo que pretendían dar a entender. Candy le lanzó una mirada de agradecimiento y no dijo más.

Saludaba como de costumbre al personal que se encontraba a esas horas, Alina, la recepcionista siempre estaba allí para recibirlo, ella se encargaba de tener listo el periódico acompañado de una Taza de Té que le llevara siempre y que no podía fallar. Alina llevaba muchos años trabajando en la inmobiliaria, casi desde su fundación, cuando Richard, el Padre de Terry era el dueño del lugar. Así que ella conocía al muchacho desde que era casi un niño. A la Señora Alina le encanta el cotilleo, pero sabía disimularlo muy bien, ya que a su jefe le detestaba la gente chismosa que ocupaba su tiempo en banalidades. Los años en la empresa y su dedicación, los consideraban y le respetaba. Alina no era una mala persona, solo un poco tonta en lo referente a su familia, con hijos mayores y cuyos nietos dependían de ella.

-Buen día Joven Granchester – respondió al saludo que le había hecho al entrar- ... Enseguida le llevo su Té- El asintió en gesto de agradecimiento y siguió su rumbo hacia su Oficina. Al llegar a la puerta, alguien salía del lugar.

- ¿Qué haces aquí? – Pregunto con voz molesta.

-Yo...yo, discúlpame...solo quería hablar de algo...contigo, pero...

- Saben muy bien que no me gusta que nadie entre a mi Oficina si no estoy presente, tú lo sabes muy bien ¿Cómo es que has hecho esto? - Tenía razón, ni siquiera Flavia entraba a su Oficina si no estaba en ella – la dura voz de Terry retumbaba en el pasillo y Alina se apresuró a ver qué pasaba.

Susana se levantaba temprano para ir a la tienda más cercana donde podía ubicar el periódico y cerciorarse de alguna nota social que informara sobre ella. Tenía que evitar a como diera lugar, que Terry se enterara de su regreso. Le había parecido extraño que no saliera nada en las semanas posteriores. ¿Cómo es que ahora sí? Al ver la nota sintió que el corazón se le iba a salir y pensó en llegar más temprano incluso lo hizo minutos después de Alina, cosa que le extraño mucho. Como era temprano todavía fue a la cafetería a preparar el Café y entonces Susana aprovecho el momento y revisó entre sus cosas, pero no encontró lo que buscaba, posiblemente no había llegado o peor aún ya esté en su oficina - "Si lo encuentra estoy perdida, inmediatamente correrá tras esa mujer" ¡No lo puedo permitir! - pensó- Tenía que idear algo antes que fuera demasiado tarde e hizo lo que ni en sus dorados momentos con Terry haría.

-Perdón Señor, no entiendo cómo es que esto pudo pasar...yo, estoy segura que su Oficina estaba con llave- dijo Alina con el Té en sus manos temblorosas que tuvo que dejarlo en el escritorio inmediatamente. Susana estaba impávida y oculto su nerviosismo.

- ¿Me estás queriendo decir que, yo...que abrí aquí con alguna intención? – Coloco una mano en su pecho, se mostraba indignada- ¡Terry, la puerta ya estaba abierta y pensé que estabas aquí, si yo hubiese sabido que no estabas, jamás me habría atrevido a poner un pie dentro de tu oficina...por eso al darme cuenta que no estabas, salí de inmediato, tropezando contigo...yo necesitaba hablarte de algo muy importante!, aunque no ha sido mi culpa...te pido que me disculpes... Usted Alina, no debería insinuar cosas de las que no está segura.

- ¿Yo? pero...

- ¿Y bueno? entonces ¿De qué quieres hablar? puedes decirme que es eso tan importante...vamos entremos y así conversamos.

-Eh, no, creo que ya no es necesario... a decir verdad, era una consulta que...bueno mejor las tratare con Claudeth...Será mejor que me retire...con tu permiso.

Antes que pudiera desaparecer Terry hablo con voz firme haciendo que se detuviera al instante - Susanna...que esto no vuelva a suceder por ningún motivo – sentenció- y usted Alina, tenga un poco más de cuidado por favor. Quiero que las reglas en esta empresa se respeten y se cumplan- en ese instante si hubiese un hoyo bien metería su cabeza como la avestruz.

- ¡Claro Señor! - Alina se sentía avergonzada mientras Susana se fue casi corriendo aprovechando el momento para volver a revisar el lugar de la recepción. No había encontrado nada– ¡Oh, ¡Dios, aquí esta! Por fin te encuentro maldito diario- dijo con alivio tomando el periódico y sacando la plana de su interés- ¡Terry no puede enterarse de esto! si tengo que evitarlo por más tiempo lo hare...pero no correrás a los brazos de esa mujer.

-Me retiro Joven ¿Desea algo más?

-No, muchas gracias, puede retirarse y gracias por el Té- Tomaba lugar tras su escritorio, mientras daba un sorbo.

-No es nada...entonces con su permiso...

- ¡Espere Alina! - el corazón se estremeció pensando lo peor.

-Di...dígame Señor-balbuceo temerosa.

-Han sido muchos años que usted lleva trabajando para esta empresa... ¿No es así?

-Sí, Señor...desde que su Padre fundó este lugar- dijo viéndole a los ojos.

-Muy bien...entonces tiene que saber que, eso tiene mucho valor para mí y por lo tanto, mi aprecio hacia usted es muy grande...Lo sabe...- Alina no sabía cómo interpretar esas palabras- ... Puede retirarse.

Alina había visto la imagen cuya ubicación era la última plana y esa fue la razón por la que obtuvo un segundo ejemplar, sabía que su jefe no dejaría el suyo por algunas horas y ella deseaba enterarse de la noticia.

Debía revisar la sesión económica e inversiones. Pronto tendrían una nueva celebración para finalizar últimos detalles. Flavia estaba preparando acciones de Marketing para ofrecer los mejores productos una plataforma para el comprador y el vendedor, esto tenía que ser muy atractivo para los clientes, porque tendrían la oportunidad de interactuar en sus gustos y buscar precios convenientes y competitivos. Siguió revisando el periódico sin mucho interés, lo que le interesaba ya lo tenía en cuenta, tiró el periódico de forma despreocupada sobre su escritorio y la última hoja se desprendió dejando al descubierto una imagen que captó su atención, no solo eso, las letras en grande, una nota escrita lo había dejado sin palabras "Aparece sana y salva la sobrina del magnate Albert Ardlay"

Se supo de fuente fidedigna que la Sobrina del Señor Ardlay llego a América hace un mes, pero hasta ahora se tiene noticias de ella.

Citaba la nota. Terry no podía creer en ello.- ¡Es una farsa!- vociferó- Estaba atónito y marcó de inmediato el numero celular de Albert, no hubo respuesta, la operadora advertía fuera de cobertura. Marcaba a la residencia de Rosemary y tampoco obtuvo respuesta, al parecer todos se habían aliado a no responder, hasta que rehízo la comunicación en la residencia Ardlay y allí estaba Rosemary.

-Señora Rose ¿Cómo está?

-Muy bien... ¿Terry?

-He tratado de comunicarme con su hermano... necesito decirle algo muy importante y delicado.

-Sí, bueno mi hermano se encuentra de viaje. Tengo entendido que después de Europa viajara a Sao paulo por cuestiones de trabajo. Le ha llevado varios días, pero pronto vendrá – después de lo sucedido con su hija y los reporteros, Rosemary presentía que la nota corrió hasta New York, sin embargo se mostraba como si nada había pasado. -Lamento que no se te haya comunicado, pero fue un viaje imprevisto.

-No se preocupe...entiendo, pero, en realidad esto también puedo tratarlo con usted... – sucede que, ha salido una noticia en el New York time que me ha dejado muy sorprendido...dicen que Candy ha aparecido...

-¿Una nota en el New York Times?- su voz se escuchó temblorosa.

-Ustedes no deben permitir que inventen esas cosas... ¿cómo pueden decir eso? ... es una farsa y no pueden dejar que se difundan este tipo de cosas. A esa gente no les importa nada con tal de vender sus notas y sacar el mayor provecho de la situación - permanecía en silencio- Señora Rosemary ¿me ha escuchado?

-Sí, si claro...Terry gracias y por favor no te preocupes que yo me encargare de esto ahora mismo...deja que me comunique con Albert y lo pondré al tanto de esta situación.

-Yo puedo hacerlo, ahora mismo iré a ese diario para pedir explicaciones.

-Oh no, no deja eso en nuestras manos hijo que lo resolveremos prontamente.

Terry entendió que era un caso familiar, que como toda familia había cosas en las uno no debía interferir- ...Tiene razón... dijo avergonzado- creo que estoy siendo muy atrevido.

Varias veces se sintió tentado a llamar a la editorial, pero después de haber hablado con Rosemary se obligó a dejar el asunto a un lado. Esperaba que en cualquier momento Albert se contactara y pudieran ver el asunto los dos. Finalizaba el atardecer y con ella la hora de ir a su departamento solitario, pensó en llamar a sus amigos y distraerse un rato en algún bar hacer una noche de parranda como solían hacerlo en antaño, los extrañaba, pero las cosas habían cambiado. Annie había formado una Familia con Scott y estaba en Chicago, Stear y Patty tenían una familia. Así que, el único quien podía acompañarle era Archie, pero hacía varios días que no había logrado contacto, por lo que decidió hacerle una visita sorpresa, cuando estaba a una calle para llegar a su departamento la presencia de una mujer conocida, ahora de cabellos largos estaba al lado de su departamento. Tenía la mirada inmersa en su imagen y salió de su auto con el corazón lleno de las emociones y exclamó en un susurro

- ¡Has regresado! – pensó que estaba viendo una ilusión, pero sus ojos se movieron para verle a los suyos y los sentimientos se agolparon en su pecho. Ella estaba allí, frente a él y el aire fresco movía sus rubios cabellos dorados que habían crecido. Extendió uno de sus brazos para tocarla, pero ella retrocedió como si le quemara. Terry la observaba a los ojos detenidamente extrañado por su actitud, no entendía y cuando bajó su verde mirada, sin importarle nada la abrazó con fuerza, quería sentirla, saber que no era un sueño.

- ¡Terry...!

- ¡... Candy...has regresado!- exclamó nuevamente

-Yo...

La sonrisa en el rostro de Terry era digna de enmarcar. Sus ojos estaban brillantes y húmedos – ¡Por fin has vuelto...! Tu familia debe saberlo...vamos, Candy, hay que llamarlos para decirles- la tomo de las manos y la condujo hasta el interior del departamento e intentó abrazarla otra vez, pero ella se alejó nuevamente.

-No, no es necesario... Ya lo saben, es decir he estado en Chicago desde hace un mes...- Terry actuó como si le hubiesen dado un golpe en la cara.

- ¿Cómo? Pero, no entiendo Candy, ¿Por qué no me dijiste nada? ¿Hace un mes? ¿Por qué hasta ahora te apareces? no hace mucho volví a llamar a tu Tío y me dijo que no había ninguna noticia y ahora, recientemente he hablado con tu Madre ¿por qué?... ¿Por qué Candy?

- Escúchame...Terry yo... necesito que aclaremos un asunto.

Terry a esas alturas no sabía cómo actuar. Estaba confundido y las palabras de Candy eran como baldes de agua fría sobre su rostro-¿Aclarar? claro que necesito que me digas porque hasta ahora me entero... ¿Qué está pasando Candy? ¿Qué paso contigo? ¿Me dejaste de amar? ¿Todo este tiempo hizo que te olvidaras de mí? Si es así, entonces dilo de una vez.

-No es así...

-¿Entonces cómo es? vienes después de mucho tiempo y me dices simplemente...que necesitas aclarar una situación...nunca pensé que el dia que te volviera a ver, sería de esta manera ¿qué puedo pensar?

-Terry, nunca he dejado de amarte, pero ahora eso no importa porque...porque tú estás con Susanna y por favor no digas no es así porque es la realidad. No pretendía aparecerme ante ti... - dijo tan fríamente que a Terry se le congeló el alma- pero es necesario porque no puedo quedarme con esto...No lo ocultes por favor.

-Candy, ¿De qué hablas? ¿De qué demonios me estas acusando ahora? ¿Ocultarte? ¡Son ustedes quienes me han ocultado las cosas, me han tomado como un estúpido! – la tomó con fuerza de las manos.

- ¡Terry!

-No sé qué te pasa Candy ¿Cómo quieres que tome todo esto que me dices? – el rostro de Terry estaba desencajado.

- Yo he venido para que me digas la verdad. Para que me digas de frente, en mi cara lo que hay entre ustedes ¿Por qué? Sé que en el pasado tuvieron una relación y ella te ha amado tanto, pero luego yo estuve en tu vida y ahora me entero de que tú y ella hasta...tienen un hijo.

- ¡Espera! ¡Espera! Pero, ¿Que estás diciendo?

- Por favor Terry... si eso es verdad, dímelo y entonces continuare con mi vida, pues eso no puedo cambiarlo y no puedo estar contigo en esas condiciones... ¿entiendes?

- Candy, ¿Quién te dijo todas esas mentiras?

- Fue ella...no lo niegues...ella estaba aquí, el dia que vine...la vi aquí en tu departamento y tú, te escuchabas tan contento y me dije que, al fin eras feliz y entonces entendí que...

-Claro que no...Ni siquiera lo pienses...

-Yo, me alejaré...

- ¡Basta Candy! Basta, basta... ¿Cómo puedo hacerte entender que entre Susana y yo eso se acabó? tú lo sabes..., pero por lo visto no quieres escucharme – Estaba sumamente furioso y sin meditar, tiró todo lo que había en la mesa, golpeó con fuerza la pared y provocó que Candy se suspendiera asustada.

-Terry...

- ¡No puedo creer que Susana haya sido tan estúpida! Candy, no soy el padre de ese niño...ni siquiera sé quién es su... desde que rompí con ella, tú has sido la única mujer con la que he estado.

-Pero...

La observó como si quisiera sacudirla con su mirada – Candy, nunca perdí las esperanzas de que algún día volvieras... ¿Cómo podría entonces? Todo este tiempo seguiste siendo mi mujer, así lo sentía, aunque no estuvieses conmigo y si fuese posible esperar el tiempo que fuese necesario, lo habría hecho- Ella no sabía que decir. Sus palabras sonaban sinceras y cayó en cuenta que lo había juzgado a la ligera. Se sentía avergonzada por su comportamiento irracional- Tú debiste hablar conmigo... pedirme una explicación... pero veo que no confías en mí y por supuesto no confías en ti misma, en que tu amor es lo único y suficiente para mí.

-Yo...no quise...lo lamento Terry...

-Y todos me ocultaron tu regreso, tus primos a los que consideré mis amigos...ahora entiendo por qué no responden mis llamadas. Son unos traidores.

-No los culpes Terry...yo les pedí que no te dijeran nada, porque debía pensar que hacer con esta situación, me debatía entre venir o dejar las cosas así, yo...estaba tan confundida...-Candy observó que la mano de Terry estaba lastimada y tenía leves cortes – Terry, déjame verte...- él se opuso.

- No hay nada más que decir...ahora por favor déjame solo...Ya tienes las cosas claras ¿no es así? – Vociferó con el ceño fruncido – ahora, puedes irte.

-Yo...- No habían palabras. Candy no sabía qué hacer ni decir-... ¡Terry!

- No quiero estar con una mujer que prefiere creer en otros... ¡Vete! - dicho estas palabras, Terry sintió que sus lágrimas no podían seguir retenidas y cuando Candy se retiró, encontraron alivio fluyendo libremente. Estaba tan enojado y tan dolido que soltó de una vez su ira al pedirle que se alejara de él. Sin embargo; al instante se arrepintió de la dureza de sus palabras.

Mientras tanto, Candy las llevaba en su mente. Ella las esperaba, lo conocía tan bien y sabía que Terry jamás lo tomaría de buen modo, pues de lo que podía decirse con mucha certeza, era que él era un hombre directo, sincero en sus palabras y en sus acciones, pero al parecer no así de su amor. No obstante pese a todo eso, Candy cambió su pensar y había decidido viajar, mucho antes que los reporteros la atacaran con sus preguntas lapidantes.

Al llegar al hotel donde se había hospedado, pidió cancelar su estadía ya que viajaría en ese momento. Tomó sus pocas pertenencias en la pequeña maleta que llevaba consigo cuando unos golpes a la puerta la apartaron de su labor. El Gerente del hotel le había dicho que enviaría a alguien para ayudarle con sus cosas, pero al abrir la puerta sintió su corazón acelerado.

Candy se retiró de la puerta y dió la espalda. Desde que llegó había estado llorando y sus ojos estaban un poco hinchados- ¿Qué haces aquí? ¿Cómo supiste que estaba en este lugar?

Candy no lo hizo pasar y permanecía en el umbral de la puerta -Te seguí, no te diste cuenta... ibas demasiado distraída...Candy...- Ella se acercó a su cama y tomó su maleta ante la mirada perpleja de él - ¿Te vas?

-Es obvio ¿no? El asunto por el que vine ya está arreglado y no tengo más nada que hacer aquí, así que regresaré hoy mismo a Chicago- Ahora sus ojos se encontraron con los suyos cuando Terry continuaba en la puerta sin moverse. Candy llego hasta la puerta – ¿Puedes dejarme pasar? Se me hace tarde y...- sus labios fueron sellados por los labios de Terry. Había querido hacerlo desde que la vió y ahora no pudo contenerse.

-Terry...- ¿Por qué has hecho esto? ¿A qué estás jugando? Por favor déjame pasar- Terry la sostenía de los hombros.

-Tú no te puedes ir, porque no voy a dejar que lo hagas ¿me oyes? No voy a permitírtelo Candy...- y volvía a besarla-... ¡Perdóname, perdóname por todo lo que te dije...no es verdad que no te quiera en mi vida, eso no es cierto! Te amo Candy y te quiero conmigo siempre, siempre- su voz se había quebrado y era ansiosa.

En un hilo de voz por la intensidad de los besos y tratando de tomar aire Candy dijo- Terry...tú, tú también tienes que perdonarme, porque no estuvo bien lo que hice, porque el dolor y los celos me cegaron y te juzgué mal... Fui una tonta... ¿Puedes perdonarme eso?

Él apoyó su frente sobre la de ella - ¡Si eres una tonta!, pero ¿Cómo no lo voy a hacer si yo he sido un idiota al creerle también? Por supuesto que te perdono, mil veces si es preciso, pero con una condición.

- ¿Una condición?

-Yo no voy a dejarte ir...no, así que quiero que te cases conmigo lo antes posible...

-Pero...

- ¿Me amas no es así?- preguntó inquisitivo.

Sonrió ampliamente y estrechó sus brazos, sus pequeñas manos fueron envueltas entre las manos suyas –Terry, entiendo que tengas reticencia porque no he demostrado de la mejor manera mi amor, y sí, si te amo, te he amado más que a nadie y por supuesto que quiero ser tu esposa, es con lo que siempre he soñado y lo he deseado tanto en lo que tengo de vida- se abrazó a su pecho- Tampoco quiero esperar más, no hay nada por qué hacerlo...¡Mañana mismo me casaría contigo! - su voz y su mirada derretían su corazón y se preguntaba cómo pudo haber vivido todo ese tiempo sin verla y escucharla. Lo mismo sentía ella.

- Yo no podría soportar separarme de ti, no otra vez, por favor.

- ¡Terry!

-Candy te amo, y me haces muy feliz que aceptes quedarte conmigo...pero antes tengo que aclararte que hacia Susana en mi departamento esa tarde.

-No necesitas decírmelo Terry...Yo...

- ¡Debo hacerlo!...Tienes que saber cómo es que estuvo ella allí -Candy no dijo nada y eso le motivo a continuar- Esa era la primera vez que Susanna entraba a ese departamento y no fue por otro motivo que el de ayudarla por su hijo. Esa tarde los encontré muy cerca, el caso es que hacia un clima muy fresco, así que, me ofrecí a que acampara el tiempo mientras tanto...Es todo.

-Sí, lo recuerdo... estuve en la puerta de tu departamento y ella no me permitió entrar. Me dijo todas esas cosas y comprendí que no tenía nada que hacer allí y me fui esa misma tarde, hacía mucho frio tanto como en mi corazón...- el rostro de Terry se transformó por el disgusto.

-Realmente no mide las consecuencias de sus actos. Debo decirte que cuando desapareciste la despedí... no iba a tolerar más sus insultos en tu contra y durante un tiempo no supe de ella, pensé que se había ido, con su madre...hasta que un dia, se apareció por la oficina, me sorprendí mucho porque no había nada que hablar...pero me suplico que la empleara de nuevo ¿sabes por qué lo hice? Por un sentido de humanidad... porque estaba embarazada y el padre de su hijo la había abandonado... Me condolí de su necesidad y le di una nueva oportunidad...Candy, lo hice por su hijo, por nadie más - escuchar esa historia hizo que Candy recordara el pasado, cuando su hijo crecía dentro de ella y los sentimientos se agolparon en su pecho- Inevitablemente me hacía pensar en nuestro hijo... Cuando lo supe, desde entonces viví lleno de angustia porque me imaginaba por todo lo que estarías pasando...tu dolor es el mío y solo vivía con la esperanza de volverte a ver...quería estar cerca de ti y darte las fuerzas para soportarlo juntos.

- Si no fuera por todo aquello, ahora estuviera con nosotros...estuviese en nuestros brazos sintiendo nuestro amor y cariño... pero no pudo ser...Terry, no pudo ser y...- los ojos de Candy se apagaron y las lágrimas salían sin cesar. Terry maldijo su comportamiento anterior y la abrazaba con fuerza dejando suaves y delicados besos en su frente- y me quedé con mis brazos vacíos.

-Debemos ver hacia adelante Candy... nuestro angelito nos cuidará desde donde esté. La vida continua y estoy seguro que nuestro bebe desea que nosotros seamos felices – Candy se sentía protegida entre sus brazos, los necesitaba, pues eran como una torre fuerte, era su refugio.

Al siguiente día se levantó con nuevos bríos. Dió un vistazo a su costado y al verlo a su lado sonrió en sus adentros. Al llegar a la cocina buscó lo que necesitaba y preparó un rico desayuno para los dos. Ella siempre había anhelado esa vida junto a él, tener un hogar y atenderlo como una verdadera esposa. Terry despertó al sentir el aroma, su departamento se había convertido en el lugar más hermoso en ese instante. Si, ese era el hogar que quería junto a ella. La noche anterior, se la había llevado al departamento donde continuaron charlando sobre sus cosas y el matrimonio. Luego cenaron en un restaurante y de regreso se pusieron al día en la conversación hasta que Candy se quedó dormida en el sillón, se veía tan cansada y la cargó hasta su recamara.

Una vez que terminaron de desayunar, le indicó que arreglaría varias cosas y que volvería pronto.

¡Susana ven enseguida a mi oficina! - era la voz de Peter cuando asomó su cabeza por la puerta. Sonó bastante molesta. Susanna había estado nerviosa después del suceso con el diario y ahora la seriedad de su jefe la había puesto de mal humor.

-Dime

-Entra y siéntate- El hombre se detuvo de escribir en la computadora y la observó seriamente- ayer recibí una llamada del jefe... ¿tienes alguna idea del por qué te he llamado?

Se encogió de hombros y despreocupada dijo – No, no tengo una idea... ¿Crees que debo saber todo por lo que tu jefe te llama?

-Tienes razón...creo que no me explique bien...el caso es que el Señor Granchester me ha pedido que realice tu carta de despido.

-¿Qu...Que? ¿Por qué?- Susanna se suspendió y empezó a hablar agitadamente- ¿Qué le pasa? ¿Te dio alguna explicación?- caminaba por toda la oficina y Peter empezaba a molestarse.

-No, pero quizás tú tengas algo que decirme- Susanna estaba pálida y no sabía que decir- El documento está en Recursos humanos, listo para que pongas tu firma, si me dices que ha pasado puedo hablarle e interceder por ti... ¿Hay algo que deba saber? es decir algún problema laboral.

-No, no creo que hagas absolutamente nada...se ve que no lo conoces Peter...cuando Terry decide algo no hay nada que lo haga cambiar...y no hay nada que debas saber, yo, yo tengo que saber los motivos que ha tenido para hacer esto- dió la vuelta e inmediatamente se dirigió a la oficina para pedirle explicaciones- Susanna tenía un mal presentimiento y solo de imaginarlo, temblaba.

Se encontraba ultimando detalles para poder regresar a casa temprano, como se lo había prometido. Flavia realizaba los puntos de agenda para el próximo encuentro con los inversionistas. Él no quería que esas cosas interfirieran en su vida privada, ya que su matrimonio sea como fuere, era un hecho. La puerta se abrió intempestivamente y el par dentro levantó sus miradas para ver quien se atrevía a interrumpir.

-¡Parece que has perdido toda tu educación!

-Tengo que hablar, necesito hablar contigo Terry...

-¿Ahora si quieres hacerlo? –Sin que Terry le dijera nada, Flavia se retiró y los dejo a solas-¿Qué ha pasado Susanna para que quieras hablarme?

-Terry... ¡Has vuelto a despedirme! ¿Por qué? ¿Qué te hice ahora? ¿Cometí algún error en el trabajo?...Peter está al tanto de mi desempeño, puedes preguntarle...todo está bien.

-Susanna, no me creas más un estúpido...Sabes perfectamente porque te despido... ¿quieres que te lo recuerde? ¿Estas segura de querer escucharlo?

-Yo...Terry, yo...

-No tienes defensa...sabes lo que hiciste...así que por favor, ve a Recursos Humanos y firma...se te pagará correctamente según la ley.

-Terry ¿Cómo voy a sobrevivir? yo...

-No lo sé...eres una mujer joven y muy preparada, estoy seguro que encontrarás un buen trabajo. Este no es el único lugar en el que puedes trabajar. Hay muchos sitios por supuesto.

-No puedo creer que me digas todo esto...Tú, que siempre has sido un hombre sensible y justo...

-Por lo mismo... y no me gusta tu juego...

-Pero...- Susana se quedó sin palabras al ver que Terry estaba consumido por la rabia. Entonces se dió cuenta que ya estaba enterado y que era obvio que la había visto. Solo eso explicaría su cambio.

-Asi que por favor arregla tus cosas y deja hoy mismo esta Empresa- Terry se dió la vuelta y Susana lo abrazó por la espalda, frunció el ceño e inmediatamente quitó los brazos que lo ataban alrededor de su cintura. Eso lo había disgustado más, porque por su obsesión Candy se había ido y él casi arruina toda otra vez.

-Mi hijo...Terry...- se escudó torpemente- ¿Qué voy a hacer? no puedes hacerme esto... ¿Cómo voy a hacer de ahora en adelante sin un trabajo? Tú siempre ha sido un hombre bueno….

-¡Debiste pensar antes de actuar!... Lo lamento Susana, pero es momento que busques al Padre de tu hijo y exígele sus obligaciones...es lo que una buena madre trataría de hacer...justicia para su hijo, lo harán que cumpla, no le quites responsabilidades. Basta ya. He sido demasiado bueno contigo pese a todas tus intromisiones en mi vida, pero esta vez fuiste aún más lejos y no te lo voy a perdonar.

-No entiendo por qué me dices todas esas cosas, ¿Por qué me corres de tu Empresa?

-Por favor, deja de actuar…Sabes perfectamente lo que has hecho.

-Claro que lo sé…Es Candy otra vez… solo ella hace que te comportes así conmigo...intransigente y despiadado- Se delató.

- ¿Qué esperabas? ¿Qué te aplaudiera y con una sonrisa te recibiera aquí?

-Yo…

-Sabías que había vuelto y que vino a buscarme ¿Por qué, por qué Susana? pensé que habías aceptado que esto se terminó…tu yo no podemos estar juntos otra vez, porque sencillamente yo no te amo…. ¿No lo puedes entender?

-Ella, Terry, ella solo te trae tristezas...

- ¡Eso no es tu problema! el caso aquí es que tus mentiras la habían hecho alejarse de mí ¿Cómo pudiste hacerle creer que Edward era mi hijo? ¿Cómo te atreves? Candy estaba dispuesta a no verme nunca jamás para no interferir, como si eso habría hecho que la dejara de amar ¿Pensabas que nunca lo iba a saber? ¿QUIÉN TE CREES TÚ QUE ERES PARA METERTE EN MI VIDA?- se acercó furioso. La mirada de Terry era como las llamas de una hoguera que la podían consumir a su paso.

-¿No te das cuenta?...No es mujer para tí. Ahora mismo su exmarido está en la cárcel, tú…..todo lo que ella toca lo daña.

-¡Basta ya y vete por favor! ¡No hay más nada que decir!

-Yo te sigo amando Terry y solo yo puedo hacerte feliz mi amor.

Su paciencia tenía un límite y estaba a punto de llegar. Escucharla y verla le resultaba molesto - ¡Deja de humillarte!...Yo no te amo.

-No...

-¡Fuera! No permitas que sea yo quien te saque...Tu presencia aquí se encontrará con mi falta de cortesía... ¡Vete!

Continuará...


Gracias por sus comentarios.