by Angy Granchester
Ahora se tendría que hacer más estudios. Se sentía cansada de no ver los resultados que deseaba en el tiempo que llevaba con el tratamiento. El médico le indicó que no debía bajar la guardia, que no se desanimara y que los próximos resultados determinarían si habría cambios por lo pronto que continuara llevando todas las indicaciones prescritas: alimentación, vitaminas y sobre todo tranquilidad. Aún si llegara a embarazarse, el riesgo existía.
Los días pasaban y la rutina se hacia mas latente. El trabajo les consumía la mayor parte de su tiempo, sus vidas. Las compañías iban creciendo. Ambos eran muy buenos en lo que hacían. No cabe duda que tanto empeño estaba rindiendo buenos frutos. Terry un hombre sobresaliente y apto para los negocios, pero en otra parte de su vida era vulnerable. Arreglaba sus trajes mientras ella dormía, la noche anterior también llegó cansada e inmediatamente se quedó dormida. Así transcurrió el tiempo. Por las mañanas durante el desayuno charlaban un poco antes de disponerse a sus trabajos y por las noches uno terminaba más cansado que otro.
Ella sabia que su relación pendía de un hilo. Consciente estaba de eso y empezaba a armarse de ideas en su cabeza. Se consideraba una mujer con mucha desventaja ante cualquiera, incluso ante la misma Susana.
Una de tantas noches, profundizando en ese pensamiento llego a sus oídos la voz de él.
-¿En que piensas que estas muy perdida de este mundo Candy? Te hablé al entrar, pero no me escuchaste...es un milagro encontrarte despierta.
-Oh no, bueno pensaba en todo lo que hacemos y retrocedo el tiempo y me imagino como éramos antes...todo lo que tuvimos que pasar para estar juntos. A veces no quiero pensar ni recordar nada del pasado, pero viene a mi mente tus palabras.. el pasado no se puede olvidar, no se debe olvidar, porque es lo que hace que no repitamos los mismos errores.
-¿Te preocupa algo amor?- extendió su mano y acarició sus cabellos- cualquier cosa que sea recuerda que estoy contigo, que me tienes a mí y que no dejaré que nada malo te ocurra. Puedes decirme lo que sea.
-Hay cosas que no están en manos de nadie. Solo del tiempo, de la vida, del destino, de Dios - Terry se acercó a ella tomando asiento a su lado. Besó su mejilla suavemente. Una de sus manos bajo a su cintura mientras besaba ahora sus labios. Respiró profundamente y era tan delicado con ella como si tocara un flor. Ella se recostó en su pecho casi desnudo y lo acariciaba- Terry, ¿eres feliz a mi lado?
-¿Que preguntas hace Candy? por supuesto que soy feliz amor.
-Yo, yo también- dijo levantando su rostro y viendo sus ojos- pero, siento miedo.
-¿Me creerías si te digo que siento lo mismo? te amo, eso nunca lo olvides Candy...y quiero que sepas que eres la razón de mi vida y de todo lo que hago...pero siento que se va formando un gran abismo entre nosotros y no quiero que...
-¿Que nos distanciemos? ¿Qué la rutina nos ahogue y caigamos en la costumbre?
-¿Tú lo sientes también?
-Sí, creí que solo yo lo percibía Terry...nos estamos perdiendo cada uno del otro y si seguimos así nada podrá rescatarnos. Nos ha costado tanto estar juntos, pero, hace falta algo...y eso me da miedo, porque no puedo darte nada, no puedo ser completa para ti...porque tengo miedo de perderte.
-No, no digas eso...no me perderás si me sostienes...si eres completa para mi, eres todo lo que me hace feliz. Por favor amor, no vamos a hablar ahora de eso...si Dios quiere va a suceder, debemos tener confianza. Mejor ven, que me has dejado muchas noches solo. Me has abandonado y no merezco ese trato. Sus palabras aliviaron su semblante y se sonrojó con timidez, no dijo nada, su respuesta: lo abrazó y besó sus labios. El deslizó su ropa y con ambas manos tomó el rostro de Candy para continuar con los besos que los dejaba sin respiración - !Hagamos el amor!- dijo lleno de pasión y ella le correspondió con más besos y caricias. Las palabras salían sobrando- ¡Te deseo!
Liberaron su pasión y se expresaron todo su amor después de muchas noches en el olvido.
Amy decidió hacer a un lado sus sentimientos por Cristopher y cumplir con su palabra, "Solo amigos". De esa manera lo iba a demostrar. No habló más de su amor y aquel beso no se mencionaba, al menos trataría de olvidarlo, porque apreciaba mucho la amistad de ese hombre, más importante que todo. Al niño le había tomado mucho cariño, sabiéndolo tan solo el hijo de su amor, también lo amaba. Pero sus ojos brillaban de alegría cada vez que hablaba de él con su familia, cuando lo tenía frente a ella, cuando conversaban, ella quería poner el mundo a sus pies. Lo amaba realmente, pero no podía ir en contra ni obligarle a que cambiara. Se guardaría todo y callaría, continuaría allí para él hasta que se lo permitiera. Por su parte, él reconocía que el regreso de Amy había aliviado un poco su soledad, pero no podía lograr amar de nuevo y lo lamentaba en lo profundo de su corazón, pero esa parte ya lo ocupaba Susana. Para Cristopher, la madre de Edward aún con todo su carácter, era única e incomparable. Es así como se ama alguien, con todas sus virtudes y también con todos sus defectos.
Así pues, Amy le extendía una invitación para pasar el fin de semana lejos del ajetreo de la ciudad, en la casa de playa de sus padres en Florida, al mismo tiempo que se cercioraría como estaba el lugar porque tenía varios meses de que nadie la habitaba. Cristopher no estaba de ánimos y rechazo la invitación argumentando que no podía abandonar sus responsabilidades en sus Empresas, pero la insistencia de ella, el mencionarle que al niño le encantaría estar unos días en la playa, que sería una experiencia maravillosa, terminó convenciéndolo. En realidad era solo una excusa cuando tenía empleados competentes que podrían encargarse de todo. Así que ahora tenía que hablar con la madre de Edward.
-¿Seguro que todo estará bien? ¡Nunca ha estado fuera de la ciudad y no creo que sea buena idea!- espetó con aire molesto.
-Pero hablas como si lo lleva un completo desconocido que lo dejará solo y expuesto. No olvides que soy su Padre y a mi hijo siempre lo he cuidado…no puedes decir lo contrario en todo este tiempo ¿Por qué ahora tu actitud?
-Serás su Padre y todo lo que seas, pero no puedes llevártelo fuera de la ciudad, no, no siempre puedo acceder a tus caprichos. Edward no puede...
- ¿Caprichos?- dijo con el ceño fruncido- Esto no es un capricho Susana. Escúchame muy bien, no es un capricho querer llevar a mi hijo unos días a la playa a que conozca un sitio hermoso, a que pase unos momentos lejos de este encierro.
- ¡No insistas!
-Detesto mencionarte esto, pero sabes bien que nada me costaría sacarlo del país si es preciso, pero no he venido a discutir eso contigo. Cumplo con mi obligación de informarte los planes,, porque eres su madre. No estoy pidiendo tu permiso para algo a lo que tengo derecho, porque te lo tengo que recordar, esta semana le corresponde estar conmigo y al lugar que lo lleve es independientemente. ¿Quieres hacer las cosas difíciles? no te recomiendo que empieces una guerra sin sentido, sabes que no hay mucho que decir y sin mucho esfuerzo podría quitarte a Edward si yo quisiera…el dinero compra palabras y dinero me sobra. Así que ve y prepara pocas cosas porque estoy contra el tiempo, ya con calma veré lo que necesita.
- ¡Deja tus amenazas! ¿Quieres? ¡Tú no serias capaz de una bajeza como esa! quitarme a mi hijo, estas totalmente desubicado...soy la madre y como tal la ley me favorece.
- ¡Pruébalo! y veras de lo que soy capaz por mi hijo... Te repito, tengo mucho dinero y eso es suficiente. ¿Crees que no movería cielo y tierra porque Edward se quede conmigo? por favor- Susanna sabía que habla en serio y sintió miedo, porque de algo estaba segura y era que el padre de su hijo era un hombre muy rico. Cristopher se dió cuenta que sus palabras la habían hecho tambalear- Susana, sabes bien que... todo depende de ti, si no te interpones cada vez que quiera pasear con mi hijo donde yo quiera, no me gustaría siquiera levantar un dedo en tu contra...no, porque te respeto y acudo a ti de la mejor manera...Por favor ve y apresura las cosas. No quiero hablar más de cosas sin sentido.
- ¡Eres un maldito manipulador!- dijo con la voz entrecortada-No sé en qué pensaba cuando me involucré contigo. Está bien, puedes llevártelo, pero exijo que lo traigas en punto de regreso. Ni un minutos más, ¿me oyes?
- No tiene caso que me lo recuerdes…- dijo mientras observaba a Susana dirigirse a la habitación del niño- Siempre he cumplido con eso.
Susana cerró la puerta tras de sí, arreglo las pocas cosas del niño y al terminar sintió el impulso de acercarse a la ventana. Había notado algo pero no podía ver con claridad y entrecerró sus ojos para distinguir la figura de una mujer dentro del auto. Esa mujer estaba en el asiento del conductor y era evidente de quien se trataba. -De nuevo esa mujer, la supuesta prima Amy- dijo entre dientes. Se detuvo a pensar que Cristopher no la mencionó, ni siquiera que estaba afuera esperándolo, no dijo si el paseo la incluía y de pensar que ella estaría con ellos, con su hijo, sintió tanta ira. Ahora estaba segura de que eran algo más, todavía no olvidaba la escena cuando se besaban, ese que él afirmara ser solo eso y ahora el paseo fuera de la Ciudad, todo sospecho. Cristopher y Amy eran amantes. Desde su interior quería salir un grito por su rabia acumulada, por su orgullo, pero lo ahogó. Molesta e irritada llevó de inmediato las cosas del niño a su padre. Al poco rato Cristopher estaba en el auto y Susana quedó en el umbral de la puerta de su pequeña sala apretando sus manos, sus ojos se habían humedecidos. ¿Será porque era la primera vez que el niño estaría fuera de su alcance? No resistió el impulso de salir a la calle cuando el vehículo ya estaba en marcha. Los vió desaparecer entre los autos y una sensación agridulce inundó su corazón.
Los días pasaban lentamente. Aquel día en que había conocido a Annie, no había sido un día preparado para conocer a la mujer que le robaría su corazón. Esa vez que la vió en aquella clínica, desvalida y con un rostro que se recuperaba del dolor, quedó deslumbrado de su belleza. Era como si había abierto la puerta que conduciría a un sendero cálido y brillante. Ayrton no quería sentirse como un muchacho adolescente, pero Annie provocaba en él esas sensaciones de un amor juvenil. Ella era muy gentil y tenía una sonrisa que le encantaba. Sus ojos eran bellos los más hermosos que había conocido. Los días que estuvo en Nueva York conociendo cuanto pudo de la Ciudad, los pasó con Annie como su guía, eso le ayudó mucho a ella que pasaba un proceso difícil y se alentó en poder ayudar al gran amigo de su querida amiga. De esa forma es que Ayrton pudo conocer un poco más de ella y en tan corto tiempo se dió cuenta que se había enamorado de la forma más inesperada de la mujer de ojos azules y profundos como un lago. Nunca pensó encontrar ese sentimiento en otro lugar al que ha conocido toda su vida. Ayrton pese a todo lo que se desbordaba en su corazón no podía dejar de sentirse mal cuando ella le hablaba de su difunto esposo, Scott. Aunque había superado la muerte, el recuerdo y la fidelidad estaba presente. En su corazón seguía estando el hombre que la amó incondicionalmente, el padre de su pequeña hija. Annie no podía ver que la vida afuera sigue y que las oportunidades y el amor puede volverse a encontrar. Después de saber todo eso, Ayrton se propuso no perder el hilo de la comunicación, porque no iba a desistir hasta conquistarla.
Caso contrario Archie se sentía muy desilusionado.
- Perdona lo que te voy a decir hermano pero, ¿Cómo pretendes que ella vuelva a amarte? ¡Siento mucho que estés pasando por esto! Pero debes reconocer que también fue tu culpa. Estuvieron tanto tiempo juntos y nunca resolviste que querías hacer con tu vida. Sabes bien que las mujeres luchan por un lugar a nuestro lado y si no lo consiguen solamente dan vuelta a la página y buscan en otra parte lo que anhelan...y no es que eso sea malo, pues Annie tiene todo el derecho de buscar lo que desea y necesita y eso tú nunca se lo pudiste dar. Así que perdóname otra vez...pero solo ha sido tu culpa que la hayas perdido.
-Lo sé, Lo sé, Lo sé- repitió exasperado- odio decirte que tienes razón. Todavía yo mismo no me entiendo. Realmente no sé qué quiero de mi vida a estas alturas. Fui yo quien la dejó ir y permití que hiciera de su vida lo que ella quisiera. Ya lo ves, soy un hombre exitoso, pero en mi vida personal soy un desastre. Realmente un desastre.
-No hermanito. Tu vida no es un desastre. Estoy seguro que por allí, la vida te tiene reservado un amor, solo que tú lo sigues buscando en un lugar equivocado. En un lugar que ya no hay nada para ti…Solo debes voltear a otro lado y dejar que entre en ti. ¡Mírate! Eres un hombre muy apuesto, joven y de gran porte y elegancia, ¿Tú crees que las mujeres no se fijan en ti? Claro que lo hacen, pero tú y tus ideas de no querer compromiso. Ninguna mujer por muy liberada que parezca querrá eso, dejaste pasar muchas cosas valiosas e importantes. Dejaste de ver la dulzura del amor verdadero y Annie te amaba de verdad.
- Sí, pero ahora es distinto. Me he dado cuenta de eso y todavía siento cosas por ella y estoy dispuesto a ser lo que ella quiera.
-Pienso que ya es demasiado tarde.
-No, no lo es. Si todavía siento esto, ella puede hacer que nuestro amor renazca- Stear se limitaba a ser un gesto negativo con su cabeza- Yo creí que todo esto estaba enterrado. Pensé que Annie estaba en mi pasado y que su matrimonio y la familia que había formado con ese hombre era lo mejor que pudo sucederle. Stear, ella es libre y yo tengo que luchar por ese amor así sea lo último que haga en este mundo, pero me acerco a ella y me evade.
-¿Le has comentado de nuevo tus sentimientos?
-No directamente, pero creo que si me evade es porque ya lo intuye.
-Puede ser...las mujeres son muy perceptivas y es posible que Annie quiera poner distancia entre ustedes. Aunque ha pasado mucho tiempo de la muerte de Scott, debes entender que para ella es difícil desprenderse de su recuerdo. Annie de verdad amo mucho a ese hombre y en su hija lo seguirá viendo toda su vida. Solo te daré un ultimo consejo Archie en vista de que sigues en tu empeño, inténtalo una vez mas y si no consigues nada, solo olvídala y conoce otras mujeres. Seguro que por allí hay alguna esperando que voltees a verla.
Días después de esa charla, recibía una visita en su oficina que no esperaba. Era Karen, la hermana de Terry. Archie habría querido rechazar su invitación, pero la insistencia de ella lo convenció de salir y tomarse un café cerca del Bufet. Ellos se habían visto algunas veces en casa de Candy, otras cuando los Granchester realizaban reuniones y obviamente Terry invitaba a sus amigos de universidad. Archie recordaba a Karen muy niña, pero ahora era una mujer muy bonita y muy agradable. Tenía una soltura en su expresión y hablar con ella resultaba atractivo. A Karen le gustaba mucho leer y alguna vez, cuando era una niña había expresado a sus padres el deseo de ser actriz. Eso los molestó mucho, sobre todo a su Padre. Ahora Karen no era más esa niña que debía acatar las órdenes de sus progenitores y pensaba en reanudar esos planes.
Ella no podía evitar sentir que la cercanía de ese hombre la ponía nerviosa, porque le gustaba demasiado. Karen se estaba enamorando de Archie y lamentablemente sabía que él no sentía lo mismo. Archie percibió entonces el afecto que ella estaba desarrollando y eso no lo podía permitir, por lo que en ese instante aclaró las cosas. No quería tener problemas con su amigo cuando llegara a enterarse del asunto. Un par de días después por boca de su propia hermana supo sobre sus sentimientos. Karen confiaba más en su hermano que en sus propios Padres, porque nadie mejor que él la comprendía.
- Ni una palabra de esto con nadie hermanito. Por favor. Esto que siento solo es mío y no te preocupes. Ah y por favor prohibido que vayas corriendo a hablar con Archie, te conozco y se que harás caso omiso a mi petición, pero para tu tranquilidad, él ya me ha dejado claro que el sentimiento no es reciproco- En efecto, Terry no dejó pasar ni un día más.
-Tardaste, pero te esperaba Terry.
-Recién me entero de todo. No puedo creer todavía esto ¿Qué piensas? ella me ha dicho que tú...
-Me conoces amigo y debía dejar las cosas claras, creo que no necesito hacerte una replica.
- ¡Claro, sigues con lo de Annie! - Archie asintió- te agradezco que hayas sido sincero con ella. Te odiaría si permitieras que albergue esperanzas en algo que no existe.
-No te preocupes, que no tengo mas intenciones que un sentimiento de amistad. Es una maravillosa chica, madura e inteligente y con todo respeto amigo, muy hermosa pero...
-¿Pero?
-Pero sigo amando a Annie y entenderé si me pides que no me acerque a Karen, lo haré, por mi parte no hay ningún problema.
-Sería lo mejor, pero ella, ella es mayor de edad y prohibirle esas cosas creo que no cambiaría nada. Además eso significaría que mis Padres se enteren y no quiero exponerla. Yo solo espero que esto sea algo pasajero y que pronto lo olvide. El tiempo le hará comprender que hay cosas que no pueden ser posible... La adoro y no la quiero ver sufrir. Amo a mis hermanas, pero Karen es un ser especial, es como mi alma gemela, ella siempre ha estado allí padeciendo mis dolores y tristezas cuando me sentía abatido…No soportaría verla sufrir.
- ¡Descuida! yo actuaria de igual forma. Solo date cuenta como hemos sido con Candy. Ella ha sido como esa hermanita que no tuvimos mi hermano y yo.
Después de colgar el teléfono , Flavia se dirigió a la oficina de Terry para ultimar detalles en su agenda de trabajo. Eran casi las 4 de la tarde y entre papeleos y firmas Terry se encontraba ocupado con unos documentos de nuevas adquisiciones de bien inmueble. Terry era sobresaliente cuando de negocios se trataba y se sumergía de lleno en lo que le ocupaba.
-Perdona que te interrumpa, pero esto no puede esperar más. Debo confirmar la asistencia a la Reunión de esta noche - Terry levanto su mirada y vió a Flavia como si no supiera donde estaba- Terry, ¿Me escuchas?
-Sí, si por supuesto que te escuché - dijo sin mucho interés- ¡Esta noche! en verdad que esa reunión no me agrada, pero...
- Recuerda que tu presencia es importante.
-¡Aja!
-Estarán los empresarios más importante de la Ciudad y que seguramente esperaran que llegues. Debes estar allí.
En su trayectoria había demostrado su capacidad en los negocios, recién pasaba los 30, pero su experiencia era de muchos años atrás cuando recién salía de la universidad su Padre lo instruyó en el manejo de esas habilidades y luego en Europa. Terry era su heredero. Sus abuelos y por supuesto su Padre construyeron durante toda su vida muchas empresas de las cuales quedarían a su cargo. Terry siempre le indicaba que quería hacer su propia fortuna. La reunión trataría de hablar de negocios y también de negocios ¿De qué otras cosas más podían hablar en una reunión de empresarios? Otros asistían ¿por qué no? para conseguir uno y que otro favor conveniente de otro empresario de mayor categoría y prestigio en la Ciudad. A parte de eso, tener que lidiar y ser amable con las esposas alocadas de sus colegas que por debajo de la mesa querían conseguir algo más de él.
- ¡Debería declinar esa invitación! No, no me siento de ánimos para asistir.
-Pero, no puedes hacer eso…tú tienes que estar presente, estarán los grandes empresarios, el ministro y algunos políticos. Además porque estas nombrado como...
-Lo sé y eso es lo que más me molesta - la interrumpió - No necesitas darme un recuento de todo eso... sabes muy bien mi postura al respecto. Detesto a esos viejos hipócritas que no pierden ni un minuto para jactarse de lo mucho que hacen por la sociedad. Yo no hago nada extraordinario y ser como soy no es para recibir un premio. Odio a la gente que vive de apariencias y fomentan la "contribución humanitaria", mientras explotan a sus empleados con salarios míseros, haciéndoles más sus bolsillos y poder tener la buena vida ¿A eso le llaman ayuda humanitaria? Son tan incoherentes.
- ¡Eso no debería interesarte!
-¿Como puedes decir eso? ¿Pides que sea inconsciente?
- No, quiero decir que eso son ellos, tú no eres así. Me consta que eres un hombre bueno, equilibrado, justo. Nosotros estamos muy felices de tener a alguien como tú... si es verdad que a veces tienes un carácter bastante - Flavia se detuvo - bueno, bastante difícil, pero eso no quita lo buen jefe que eres con todos nosotros- Terry le sonrió levemente y eso terminó por desequilibrarla, pero continuó -Yo... te digo que pienses en todo lo que has construido, en todo lo que has hecho, sin pensar en esos estirados. Tú mereces un reconocimiento por toda tu labor. Además, recuerda que la prensa estará presente y tu ausencia será motivo para que ellos empiecen con sus cosas. Sabes que cualquier cosa que uno haga bien o mal se presta a sus cotilleos. Si te sientes luego indispuesto estaré allí para sustituirte, para eso soy tu asistente Terry.
- Tienes razón… ya me imagino la leña que harán del árbol caído y no seré yo. Tengo un nombre que cuidar y el apellido Granchester debe estar en alto como lo hizo mi abuelo y como lo hace mi Padre. No quiero darles material para hacerme pedazos- dijo al levantarse de su silla de escritorio y ver su reloj – Flavia, en vista de que confirmaremos la asistencia, puedes retirarte que yo haré lo mismo. Reúne a los subgerentes y diles que ordeno que todos vayan a sus casas a descansar. Yo iré a casa a prepararme…nos vemos luego.
Horas después aparecía con un hermoso vestido de seda marrón muy elegante. El evento empezaría luego de que el moderador tomara el micrófono para anunciar que en cinco minutos daría inicio. Flavia estaba sentada en la mesa de reservación para el matrimonio Granchester.
–¡ Buenas noches!
-¡Terry!- dijo casi sin aliento. La presencia elegante del hombre le quitó la respiración. Con su suave cabello corto a la altura de sus hombros, Flavia sintió el impulso reprimido de acariciarlo entre sus dedos.
- ¿Tienes mucho tiempo?
-Eh, no, no en realidad, hace 15 minutos que estoy aquí para ser exactos. – dijo tomando un trago de su copa para amainar la ansiedad- Pero, ¿Dónde está tu esposa? Esta es la mesa reservada para ustedes- preguntó cuando la curiosidad la sobrepasó.
- Em, bueno, no fue posible, es decir, se sintió un poco indispuesta, pero no es nada grave… ¿y tú? ¿Cómo te sientes? Te ves muy hermosa con ese vestido - Terry le ofreció un cumplido para desviar la conversación. Sentía mucho que Candy no le hubiese acompañado
-Oh gracias Terry- El halago de su jefe la hizo sonrojar y pensó- ¿Me esta coqueteando?
- Supongo que tu novio pensó mucho en dejarte venir.
- ¿Mi novio? - Flavia por un momento quedó sin palabras. Ella no tenia novio ni nada parecido, pero es lo que aquella noche le dijo- Oh, sí, sí…mi novio…bueno, él sabe que es parte de mis funciones de trabajo, así que no puede oponerse de ningún modo.
Flash back
Flavia estaba allí. Aparentemente había sido un encuentro casual. En una mesa, sola y Terry se acercó al verla.
- ¡Oh lo siento!, pero de verdad ¿estás bien? Puedo dejarte en tu casa si prefieres o ¿seguirás esperándole? – arguyó echando un vistazo a su alrededor. En el fondo del lugar aún se encontraban los inversionistas contentos de tan hermoso lugar.
-No te preocupes Terry, yo estoy bien, en serio…no pasa nada. Ya me comuniqué con mi novio antes que te acercaras, y bueno, decidí quedarme unos minutos para tomar algo. Debí prever esto. Me había advertido que no vendría a tiempo a la ciudad, pero he sido yo la que insistí en encontrarnos. Tenemos un par de días que no nos vemos que en verdad lo extraño mucho. No pudo ser hoy así que ¿Por qué no aprovechas y te tomas una copa conmigo? No siempre tenemos la fortuna de …- Terry se levantó enseguida.
-Lo siento, pero ya estaba de salida. Mira allá- señalo- Son los inversionistas que llegaron hoy. Celebramos el cierre de contratos, pero no puedo estar más tiempo, así que lo siento Flavia, pero es hora de llegar a Casa. Seguramente mi esposa está muy preocupada por mí. Deje el celular en la oficina sin darme cuenta y no le he llamado.
-Te diría que lo hagas del mío, pero no creo conveniente. Además si quiero que te tomes una copa conmigo no me conviene que lo haga. Terry es muy temprano aun y solo ha pasado una hora desde que... Terry, perdóname si te digo esto, pero deberías preocuparte también por ti…. Estas todo el tiempo sumergido en la oficina, ahogado en papeles, firmas y gente que solo piensa en dinero, aún aquí estoy segura que hablaban de lo mismo- dijo señalando con su mirada hacia los inversionistas- Lo que quiero decir es…- la mirada de Terry la cohibió de tal manera- Oh no, olvídalo, creo que estoy siendo una entrometida y no me corresponde decir esto- su nerviosismo hizo que el contenido de su copa se derramara en la mesa y en un intento por secarla sus manos se rozaron con las suyas - ¡Lo siento soy una tonta!
- ¡Debo irme!- repitió otra vez – Los ojos tristes de Flavia le golpearon. Ella se debía sentir muy mal y él se estaba portando grosero- pensó - ¡Esta bien!, pero solo una copa.
Fin del Flash back
En la sala de aperturas, todos estaban reunidos y después de las palabras de bienvenida del organizador entre otras cosas se dispusieron a reunirse en el gran salón contiguo al de conferencias. Las sillas enfundadas con sus vestidos blancos y sus cintas rojas. Las mesas adornadas con hermosos manteles, candelabros y jarrones llenos de flores. Los platos y cubiertos finos para degustar de una deliciosa cena cortesía de la cámara organizadora. No podía faltar el vino y el mejor wiski cortesía de uno de los empresarios importadores.
Después de la cena, algunos se retiraron a charlar sobre el crecimiento de sus empresas. Obviamente era para lo único que habían llegado. Los elogios por los éxitos de uno y otro no esperaban, era una conversación de lo mismo, dinero y dinero. Terry estaba sufriendo del aburrimiento. No presumía su fortuna ni sus éxitos, aunque fuesen del mismo rubro no le interesaba hablar sobre con gente que apenas conocía. También recibió los halagos y el premio y solo quería largarse de allí.
Después de haber obtenido la Empresa en la que Candy era la dueña absoluta, se hizo de una sucursal en Chicago y otra en Boston. Se encargaba de supervisarlas personalmente hasta asentar a alguien de su entera confianza para que realizar ese trabajo. Todo iba tan bien que termino por devolverle a su Padre el costo de la inmobiliaria que ahora fungía como la central. En principio su padre se negó a aceptarlo, pero Terry le reiteró que esa fue la condición cuando lo dispuso al frente
- ¡Quiero comprártela! - le dijo muchas veces- Por favor padre, no quiero que me regales nada. La insistencia de Richard le molestaba tanto porque sabía muy bien de sus planes, pero también su Padre mostro gran molestia, sin embargo no quiso discutir el asunto, no le quedo mas que aceptar. Se alegraba de los logros de su hijo. Eso en gran parte de sus enseñanzas.
Terry saludo a varias personas mientras tomaba su segunda copa. Entraba en calor y el traje de etiqueta lo estaba sofocando más de lo debido. El ambiente lo tenía un poco alterado y se dirigió a la Terraza a tomar un poco de aire. Luego de unos minutos de contemplar el silencio y la oscuridad desde el lugar escuchó una voz suave a sus espaldas.
- ¡Todo ha salido muy bien Terry! - Se asustó ligeramente por la voz en un susurro.
-Sí, todo muy bien- Fue su respuesta escueta acompañada de una forzada sonrisa. No le gustaba que lo interrumpieran en sus momentos de meditación, pero Flavia había estado a la altura y era una descortesía haberla dejado sola.
- ¿Te preocupa algo Terry?
- Preocupado sería muy poco decir, en realidad todo esto es un fastidio. ¡Quiero largarme de una vez y regresar a casa!
- ¡Tú no puedes hacer eso¡ ¡lo arruinarías todo y no podemos exponernos a las críticas! La gente de la prensa pisa nuestra sombra.
- ¡ Lo siento, pero me voy! no voy a permitir que mi vida depende de lo que otros digan o piensen.
-Espera solo un poco más… Como tu asistente que soy, es mi consejo…Mejor quedémonos aquí hasta que ellos se aburran…este lugar está muy quieto y así puedes pensar mejor las cosas- En realidad ella solo quería detenerlo para estar a su lado.
Después de unos minutos se adentraron hasta conseguir una banca junto al jardín al fondo del lugar. Terry a esa altura había soltado un poco su corbata. El cielo estaba claro debido a la cantidad de estrellas que lo alumbraban. En ese momento extrajo de la bolsa de su saco un cigarrillo. Siempre cuando se conseguía alterado le ayudaba a calmar sus emociones.
- ¡No sabía que tuvieras esa costumbre!
- ¿Te refieres a esto? – pregunto de forma irónica mientras sostenía entre sus dedos el objeto- te pido disculpas, pero no puedo evitarlo. Si te molesta el humo, puedes retirarte- dijo de manera tajante que a Flavia le sorprendió su dureza, pero tenía razón él podía hacerlo, quien estaba de más era ella.
-No, no me molesta - dijo volviendo su mirada hacia el cielo estrellado. La noche era fría.
- Seguramente eres de las personas que detestan este tipo de acciones ¿No es así? di la verdad, no me molestaré.
- No, tu no me incomodas y si así fuera, has sido claro...solo debo marcharme… Terry… - quedo en silencio como tomando el valor. Él se volvió al ver que ella no hablaba y sin preámbulos Flavia acerco su rostro lentamente. El miraba fijamente sus ojos oscuros y una mujer desconocida. pensó que las copas le estaban surtiendo efecto.
- ¡Buenas noches! - exclamó la voz de una mujer a sus espaldas entre alterada y segura.
- ¡Susana! – dijeron al unísono y Flavia se apartó de Terry inmediatamente maldiciendo a la mujer por su interrupción y su presencia.
-Perdón, no quise interrumpir…su charla, pero, Candy ha venido...y..
- ¿Mi esposa? – dijo tan pronto como salió dejando a las mujeres a solas. La atmosfera se hizo casi insoportable y Susana la fulminó con la mirada.
- ¡Vaya! ¡Vaya! – dijo con desdén- Tal parece que no has perdido el tiempo en lo absoluto querida. ¡Ahora me doy cuenta que sí, que yo tenía toda la razón! Supongo que después de eso que acabo de interrumpir esperabas que Terry te llevara a la cama ¿No es así?
Flavia rodó los ojos -Eso solo sucedió contigo querida Susana y sigues con la misma tontería que tus celos te hacen decir. Tú que te le regalabas a Terry constantemente y mírate, ya no eres nada para él…y a todo esto ¿Qué haces aquí? ¿Acaso nos andas vigilando?- Susana había llegado en representación de Candy. Todo el tiempo estuvo observándolos a la distancia.
-Ahora eres tú quien dices tonterías, ¿Celos, vigilarte por qué?
-Bueno no hace mucho penabas por el desamor y la indiferencia de Terry, y ¿Qué puedo pensar al verte aquí?
-Eres una cínica- Susana la arremetió en un agarre.
Flavia se apartó bruscamente- ¡No me toques! ¿Qué te crees? Te has empeñado en fastidiarme la existencia. Lo que haga no es asunto tuyo. Resígnate a que Terry te echó de la empresa y de su vida y ten un poco de orgullo y dignidad.
- ¡Pero mira quien me lo dice! ¿Tú, que estabas a punto de besar a un hombre casado casi en la presencia de su mujer?
Mientras tanto Candy y Terry
- ¡Mi amor! Me dijiste que no te sentías bien y por eso no podías acompañarme. ¿No crees que has cometido un error al venir?
-Yo estoy bien Terry, solo era un dolor de cabeza que ha mejorado. Estaba aburrida en casa y pensé en ti.
- Tú aburrida en casa y yo acá…No sabes de las ganas que tengo de irme.
-Si ya no tienes más compromisos...
-Le diré a Flavia que se encargue de lo demás y nos vamos.
-Estás seguro que no estoy interrumpiendo nada Terry...no quiero que tengas problemas amor.
-No me importa..
-Bueno, déjame llamar a Susana, supongo que ella vino, dijo que haría lo posible por venir... ¿La has visto?
-Eh, sí, pero no sé por dónde estará- dijo mirando a su alrededor- deja eso así...vamos.
En menos de un minuto Terry estaba arrancando el auto y Candy dentro.
- ¿Besarlo? y si fuera así, que te importa. ¿No es eso lo que querías cuando me propusiste aquel plan? ahora no te hagas la buena. – dijo frunciendo el ceño. Odiaba que Susana la haya encontrado en esa situación- aún sigo sin saber qué haces aquí tras nosotros, si no nos vigilas entonces ¿qué?, ¿ya pescaste a un millonario que te resuelva la existencia? claro como Terry ya no está disponible...no encuentro otra razón.
- ¡Quizás! pero eso no sería asunto tuyo y sabes que deberías estar besando el suelo que piso... Porque si no fuera por mí, en este instante estuvieras de patitas rogando por tu trabajo. Esa sonrisa estúpida que tienes ahora, se habría borrado de un solo plumazo.
- ¿Ah sí? ¿eres mi protectora ahora? ¿Quieres que me arrodille a tus pies? Wow, solo eso me faltaba.
-¡Pues deberías! - Susana sonrió y dijo muy cerca de Flavia- ¿Tienes miedo que se lo cuente? yo con gusto lo haría. No sabes cómo me pica la lengua por hacerlo
-No te creerá. Además, solo conversaba con él y eso no es malo...¿Cómo puedes probar lo contrario?
- Claro que no es malo "Conversar" pero tú tienes otros planes. Por supuesto que esto lo vienes trabajando hace mucho tiempo, cuando te propuse mi plan, era obvio que querías hacerlo sola porque en esos planes no estaba la idea de competir conmigo. Eres una descarada metiéndote por los ojos a un hombre casado.
- ¿Y vienes tú a decirme eso? Tú, que propusiste un plan que incluía quitarla del camino.
-Para entonces no se había casado.
-No me des risa Susana que el papel de la buena mujer no te queda. Mejor vete, Terry debió exigir tu exilio de la Ciudad para siempre, así no vería tu cara nunca… ¡Hablas de mí como si fuera una mala mujer cuando tú has sido una maldita zorra!
- Al menos desde que se casó, yo he respetado su matrimonio – Exclamó furiosa.
-Oh si, pero claro, la oportunidad se te acabó, además tienes el hijo de otro hombre...no tienes oportunidades por supuesto. Terry necesita una mujer que le de hijos propios, no los de otro hombre.
- ¿Y tú crees que tienes esa oportunidad?
Flavia pensó para sí "Por supuesto que la tengo"
-¿No has visto como salió en cuanto supo que ella estaba aquí? Flavia, no seas ingenua y no te metas en problemas. Él no te amará, el nunca dejará de amarla a ella, que te lo digo yo que pase por esas desventuras.
- ¡Mejor lárgate de una vez que no he pedido tus consejos! Me tienes cansada con tus estupideces.
-Esta bien, en realidad no se que hago hablándote de esta manera. Y respondiendo a mi presencia en este lugar. Trabajo para la inmobiliaria Vincent Company.
- ¿Como? - preguntó sorprendida- ¿Trabajas en su Empresa? No lo puedo creer...después de rivales, grandes amigas...ja ja ja- rompió en carcajadas que enfureció a Susana
-Te equivocas...ella y yo jamás seremos amigas...¿Y por qué dices "su empresa "?
Luego de un minuto más de conversación Flavia se marchó dejando a Susana ensimismada en sus pensamientos, se acercó al balcón de la terraza y vio a Cristopher y compañía.
Mientras tanto
- ¿Dónde iremos Terry?
-No sé, donde tú quieras.
- ¡Entonces Llévame a casa!
- ¿A casa? Amor, has dicho que te aburres en casa. Aprovechemos este tiempo que lo tenemos ahora para nosotros Candy - Ella sonrió débilmente- conozco de un lugar poco escandaloso y de un buen ambiente. Pediré el área Vip ¿Ya cenaste?
-No, no he comido pero...esta bien, en verdad que tengo apetito
-Bien y así conversamos un rato. Ya ves que casi no nos da el tiempo ¿Qué dices?
-Sí
Hacía un tiempo que no salían así a comer juntos por los asuntos de las Empresas y tantas cosas que hacer.
-Y a todo esto, ¿Cómo estuvo la noche? llegue a interrumpirte alguna conversación.
-No, nada de eso. Llegaste en buen momento porque mis ánimos y mi buen humor se estaban acabando. Sabes que soy poco a este tipo de cosas. Un poco más y me habría comportado como el energúmeno que has escuchado decir que soy.
- ¿Energúmeno? no claro que no ...a lo sumo eres un tanto tosco, grosero, engreído y...
-Oh, pero que defensa de mi querida y adorada esposa…mejor te tengo así que de enemiga seria mi muerte - ambos rieron al unísono
-Bueno, pero no me vas a negar que estuviste asediado por todas esas mujeres que no pierden la oportunidad para coquetear contigo. No sabes cómo me matan los celos cuando una mujer se te acerca Terry, me da una rabia que no puedo contener.
- Yo tengo ojos solo para tí. Las demás no me interesan, pero me gusta que tenga celos - dijo susurrando en su oído -Candy...así sean las mujeres más hermosas del mundo para mí solo existes tú. Me casé contigo muy enamorado y para mí no hay otra mujer que se compare contigo, amor...para mí, eres la única mujer que existe en mi corazón. Así discutamos tantas veces, nos enojemos y otras cosas que puedan surgir, siempre serás el amor de mi vida.
-Terry…Si algún día las cosas entre nosotros cambian por cualquier motivo que sea…quiero que sepas que ...
-No, no te voy a permitir decir una sola palabra más ¿De acuerdo? No me gusta que hables así.…Candy…eres mi esposa y te amo y no quiero que las cosas cambien entre nosotros… ¿Sabes lo mal que me hacen sentir tus palabras? mi amor, también así podemos ser felices te lo he dicho cientos de veces. Lo que sí puede cambiar es en que podamos encontrar una solución, solo debemos confiar que sea posible y aunque no haya nada después nada que hacer, pase lo que pase yo estaré contigo.
-No digas algo de lo que no sabes si cumplirás. Tú dices eso, pero querrás tener a alguien que siga tus pasos Terry…todo hombre que se casa desea tener hijos que continúe con su apellido y tú…
-Candy, solo te digo que dejes de pensar tanto en ello…recuerda que el medico dijo que debes relajarte, que debes dejar que las cosas fluyan naturalmente y dejar todo lo que te mantiene estresada - la voz de Terry parecía mágica y le ayudo a calmar su inquietud.
Una semana después todo marchaba muy bien en las empresas Granchester y en la Vincent real State. Candy puso en marcha la oficina de relaciones publicitarias y esa tarde realizaría una pequeña reunión con sus empleados para celebrar su apertura. De entrada, ya tenían un par de contratos y una Gerente de publicidad llegaría a tomar su puesto.
-Susana ¿Todo está listo? - pregunto Candy al entrar a su oficina. Susana se encontraba pensativa con su cabeza recostada en el respaldo de su silla. Durante la semana, se había encargado de la parte logística y Candy de cerrar esos contratos. Uno de los clientes lo era de la Inmobiliaria Granchester y por supuesto un conocido de Susana que al verla se sorprendió un poco de encontrarla allí. Era el Señor Kleybert Tunerman dueño de una importante Fabrica de ropa en Nueva York.
-Sí y no te preocupes que todo saldrá como lo has decidido.
-Gracias- respondió Candy, el semblante de Susana le llamó la atención, pero sonó su teléfono y decidió retirarse para darle privacidad. Era la persona que cuidaba de Edward. Salió de su oficina con un rostro preocupado- ¿Qué te pasa Susana? ¿Algo está mal?
-Oh, no, no es nada.
- ¿Seguro?
-Sí, será mejor que supervise todo.
- ¡Espera Susana! No pretendo que seamos las grandes amigas. Sé que nuestra relación es meramente profesional, pero puedes confiar en mí si quieres hablar, estoy dispuesta a escucharte y ayudarte en lo que esté a mi alcance…quiero que comprendas que no soy tu enemiga, nunca lo he considerado así y los problemas del pasado deben quedarse atrás…somos adultas, consiente de que siempre necesitamos ser escuchados sea quien sea…¿no crees?
- ¡De verdad que no es nada serio! Son problemas que puedo resolver…de cualquier manera, gracias- dijo y se retiró a las oficinas de publicidad.
Candy se dio por vencida. Susana aún mantenía su distancia y eso era bueno, pero intuía que algo le pasaba. Susana y todos los demás seguían sin saber quién era verdaderamente Candy en la Vincent real State, seguían pensando que el nuevo dueño a quien no conocían, la había contratado para ser la Gerente.
El momento de la inauguración llegó. Era algo sencillo y pequeño así que se reunieron todos los empleados y degustaron de la comida del pequeño servicio de bufet que se había contratado. Algo de bebida y unas palabras para todo el personal. Algunos empleados aprovecharon la oportunidad para preguntarle si sabía quién era el dueño de la empresa, si era una mujer o un guapo hombre millonario y misterioso. Candy sonrió antes las ocurrencias de las mujeres, pero seguía su guion - ¡Tampoco lo sé! Lo único que sé es que está al tanto de todo lo que sucede aquí y que pronto se dará a conocer a ustedes. Ahora ha estado viajando por cuestiones de negocios.
- ¿Sera aquel buen mozo que vino contigo? - pregunto la de contabilidad- La vez que te presentaron como Gerente ¿Lo recuerdas? Ese hombre bello de ojos azules… ¿Cómo es su nombre?
-A mi me parece haberlo visto en alguna parte- arguyó la de Recursos Humanos- y a ti también...
-Bueno, bueno creo que la conversación ha terminado, pueden irse todos a sus casas. De ahora en adelante tendremos nuevos proyectos y esperamos que todo salga bien contando con la ayudad de todos ustedes- dijo rápidamente desviando la conversación a terrenos seguros. Susana ni había prestado atención y se retiró.
Susana pasó la noche cuidando a su hijo, pero no era la única. La llamada angustiada le informaba que Edward había enfermado y Cristopher estaba allí con un medico en casa. El hombre estaba molesto.
-¿Por que tardaste tanto?
-¿A caso soy yo el medico? Tú ya estas aquí ¿no?. Además sabes que no puedo dejar mi trabajo cuando tenía un evento importante.
-Todo eso podía esperar. Tú hijo es mas importante que todo Susana.
-Eso no necesitas decirlo, pero esto no, no lo comente a mi jefa. Vine en cuanto me desocupé a toda prisa. Daysi me dijo que estabas aquí con el Doctor. Solo Dios sabe que pude haber tenido un accidente.
-Pero ¿Por qué? ¿Por que no dijiste nada en tu trabajo? tienes derecho a...
-Porque no y ya basta de preguntas- Esa actitud de Susana resultaba irritante para él, que no acababa de entenderla.
-¿Has comido? ve, yo me quedo con el niño mientras viene una enfermera.
-¿Una enfermera? todo lo arreglas con dinero Cristopher- Ahora era su turno de irritarse.
-Pero, si no lo tuviera no estaríamos aquí con medico y enfermera exclusivo. Una enfermera sabrá que hacer en algún momento critico.
-¿Que dijo el medico?
-Infección estomacal por alguna cosa que comió. Descuido de Daysi, esa mujer... Tenía fiebre y ahora esta mejor... iré a la cocina, ¿puedo traerte algo?.
-No es necesario...gracias, yo luego iré.
-Bien, entonces debo irme.
-¿Te vas?
-Cualquier cosa no dudes en informarme por favor. Por mas mínima que sea. De todos modos la enfermera tiene mi numero.
Cuando Candy recibió su llamada era temprano aun. Le reitero su ayuda. Candy sintió tristeza porque se imaginaba el padecimiento de su bebe. Susana agradeció secamente y, teniendo un Padre como Cristopher, el niño no necesitaría nada en cuanto a dinero se refiriera. Susana dijo que estaría ausente.
Terry, quien salía de la ducha se molestó por la llamada tan temprana, pero luego de saber lo ocurrido se limitó a decir que el niño se mejorara pronto. Después de listos se encaminaban al comedor entre besos y abrazos recordando la noche intensa que pasaron juntos. La señora que atendía su residencia tenia dispuesto el desayuno.
Esa mañana tendría cita con el Doctor Paterson a las 10, así que luego que adelantara algunos asuntos en la empresa iría a la clínica.
-Doctor ¿Todo esta bien?
El medico después de un tiempo respondió –Es muy pronto, pero debo decirle que en este último estudio he encontrado que sus óvulos están sanos, ahora solo necesitamos fortalecer su útero.
-¿Qué expectativas tengo?
-Sus óvulos pueden ser fecundados si no pueden ser naturalmente podrían ser por medio de métodos externos.
-¿Eso que quiere decir?
-Si su útero no responde creo que...
-Vamos dígame...cualquier cosa que sea dígalo.
-Si no funciona y usted, y en vista de sus deseos, hay una alternativa, ¿Ha oído de los vientre de alquilar?
-¿Un vientre de alquiler? pero, no entiendo...
-No quiero adelantarme a los hechos y sería mejor esperar.
-Si, pero, ¿En que consiste ese proceso?
-En su caso seria usando los espermas de su marido y su ovulo para plantarlos en una mujer que aporte su capacidad de gestar sin tener vinculación genética con el feto porque la genética sería de usted y su esposo.
-Entiendo...bueno entonces...
-Es una buena opción y muchas parejas lo realizan...Pero como le repito...no podemos dar esto por hecho, hay que agotar los medios...su útero debe tomar fuerza para que pueda gestar. Estos medicamente le ayudaran mucho...y bueno, queda esperar...siga el tratamiento y deje que todo siga su curso.
Regresó a la Oficina. Una idea que no terminaba de digerir, pero que era una opción viable. No sabía si él estaría de acuerdo en semejante decisión. Tampoco estaba segura ella.
Terry como de costumbre revisaba los contratos adquiridos recientemente y que ya se pondrían en acción. La construcción de varios apartamentos en el centro de la Ciudad. Buscar una constructor fiable y de calidad. La inversión era enorme, pero las ganancias mucho más. Desde aquella noche, la noche de la fiesta, había cambiado algo. Flavia estaba un poco distante.
-Terry, ¿Puedo pasar? necesito hablar contigo. Es algo personal. ¿puedes atenderme?
-Por supuesto, dime- dejó de hacer lo que tenía en manos y prestarle atención .Terry intuía el propósito.
-Yo, yo quiero decirte que lo de aquella vez ...estaba un poco aturdida por las copas que no, que no me di cuenta lo que hacía.
-Es decir que el alcohol te hace perder la conciencia. Deberías tener un poco de cuidado. Tomaste demasiado que luego, te desconocí...no deberías tomar de ese modo. Cualquier hombre podría mal interpretar tu actitud.
-Tú no eres cualquier hombre - dijo sin pensar maldiciéndose- quiero decir, apenas fue un par de copas...no..
-¿Un par de copas? Entonces, eso no es suficiente para no saber lo que hacías...¿Tomaste mucho o no?- No supo que decir- Vamos Flavia, habría querido dejar esto así, pero fuiste tú quien trajo esto de nuevo...perfectamente me di cuenta que estabas a punto de besarme, ¿o me equivoco? ¿Fue el alcohol? no sé- La mujer se puso de colores.
-Yo, yo...-perdón por mi osadía...
-Estoy seguro que solo habías tomado una copa- seguía impávida- Olvídalo Flavia. No ha pasado nada ¿cierto? supongo que recordaste a tu novio ausente- la sonrisa de medio lado de ese hombre terminó con su equilibrio.
-No puedo ocultarlo más, yo tengo que decírtelo o no podré dormir otra noche- dijo en forma de súplica y todo lo que había dicho se vino abajo.
-¡Me estas asustando! ¿Qué es eso que no te deja dormir?
-Es verdad yo...si, estaba muy consiente de lo que hacía Terry...Yo quería besarte- se acercó a él.
-¿Como dices?
-Soy una mujer de 30 años Terry, que siente y el estar cerca de ti me ha confundido totalmente...sé que eres un hombre prohibido, pero que puedo hacer si me gustas mucho, me gustas tanto que ya no puedo ocultarlo. No pido nada de ti, nada porque no puedo y no tengo la mínima esperanza, pero solo quería que lo supieras y si luego de todo esto decides echarme, puedes hacerlo.
-¡Vamos espera! no te pongas así ¿Por qué? ¿Por que me haces esto?- Cuando estaba muy nervioso pasaba sus manos por sus castaños cabellos y se frotaba sus sienes- Esto no puede estar sucediendo, no otra vez.
-Perdón, pero soy una adulta y no seré la primer mujer que se enamora de su jefe. Eres un hombre hermoso y gentil. No pude evitarlo, pero olvídalo, las cosas continuarán como antes. Nadie morirá por esto. Las cosas no cambiarán entre nosotros...perdóname, pero necesitaba sincerarme conmigo misma- Terry vió sus humedecidos ojos y salió de inmediato de la Oficina recorriendo el pasillo para llegar a su puerta. Salió tras ella antes que pudiera entrar. La tomó de los brazos.
-¡Espera!- sus ojos se encontraron y los de Flavia estaban llenos de lágrimas por el dolor de saber que era de otra mujer- ¡No llores por favor! no merezco que lo hagas...Lo siento mucho, pero no debiste llegar hasta este punto.
-Terry, yo...
-Yo no puedo hacer nada...amo a mi esposa y...
-Terry, déjame ayudarte...puedo ser esa mujer que te dé un hijo... solo... - Flavia se acerco un poco más y le dió un beso fugaz en la boca- no había sido fácil tener la oportunidad.
-¿Que esta pasando aquí?- dijo una voz fuerte a un metro de distancia de ellos. Terry había quedado prácticamente en shock por unos segundos
-¡Candy! tú...
-Puedo explicarle Señora...yo- dijo limpiando sus lagrimas- No es lo que piensa, de verdad...
-No necesito explicaciones...lo que he visto no necesita explicaciones...es obvio que usted coquetea con mi esposo...permiso.
-Mi amor, espera...- Fue tras ella y la alcanzó en el estacionamiento- Candy, por favor escúchame, déjame que te explique todo.
-Cuando llegues a la casa hablamos, por favor- subió al auto y se marchó.
-Lo siento Terry. En este mismo momento tomaré mis cosas y me iré.
-¡No, no puedes irte!
-Debo hacerlo. He ocasionado un gran problema en tu matrimonio y no merezco seguir aquí...perdóname, pero no fue mi intención. ¡Siento tanta vergüenza!
-¡No debiste hacer eso Flavia! Estoy muy molesto contigo y ahora Candy piensa que...tú y yo...no, no puede ser.
-Si quieres puedo hablar con ella para aclararle las cosas...ella no puede pensar eso de ti.
-¡Espera!. Arreglaré las cosas , no he hecho nada, y tú no puedes dejar el trabajo así. Te necesito Flavia- la suplica de Terry era porque buscar otra persona de confianza requería un enorme trabajo.
-Esta bien. Como tú digas - ¿En que momento pasó a ser la victima, la sufrida mujer avergonzada?- Esperaré
horas después
-Mi amor, déjame explicarte...
-Calma Terry, no me aturdas...Yo lo sabía, es decir intuía que esto estaba pasando...yo,
-¿Sabías que?
-Que a esa mujer le gustas. Soy mujer y no nos equivocamos en esto: Su mirada, su forma como se pasea delante tuyo. Yo me negaba a aceptarlo y ella está enamorada de ti, ahora lo compruebo, mis propios ojos lo han visto.
-Entonces...
-Lo vi todo. Por supuesto que vi cuando ella te robó ese beso...¡Muy atrevida tu asistente!
-Pero no fue por mí
-Te dije que lo sé...Terry, tengo...algo importante que decirte...Creo que necesitamos hablar muy seriamente. Ven por favor, siéntate - tomó asiento al frente suyo- Como sabes, hoy fui al medico.
-Es verdad, no me has dicho que te dijo- Candy le contó todo , todo.
-¿Que estas diciendo Candy? ¿Te volviste loca? Me niego rotundamente a eso.
-Pero no entiendes como será todo. Déjame que termine de explicarte.
-No, no, ya ha sido suficiente tu explicación Candy, aunque sea de esa manera, no quiero. No quiero que nadie que no seas tú lleve un hijo mío en su vientre.
-Pero y si nunca se puede...
-Si es así, te lo he repetido hasta el cansancio...No importa.
-Tú no entiendes nada...no seriamos la primer pareja que lo hace...Terry, será desconocida para nosotros y nosotros para esa persona...Además aunque lo fuera no tendrá ningún derecho sobre nada...todo saldrá bien.
-No, la que no entiendes eres tú. Tu obsesión de ser madre y el hijo que perdimos no te está dejando actuar con claridad Candy.
-Eres egoísta...Muy egoísta. Deberíamos hablar con el médico y...
-¿Yo? ¿Egoísta yo?...entonces creo que esta conversación se termina aquí- Terry se levanto de un solo impulso, molesto y furioso tomó el auto y salió de la casa.
-Candy, pero que tontearías dices. Terry tiene razón en comportarse así- dijo Annie que había llegado a visitar a su amiga.
-Pero lo que he propuesto no es descabellado, si no, no existiera esa alternativa.
-Lo sé Candy, conozco ese proceso. Una vez lo leí cuando quería embarazarme de Scott y di con esa información, pero volviendo a tu asunto...¿No crees que estas yendo muy lejos? es verdad es una alternativa, pero considera lo que Terry piensa, para él, esto es inconcebible...dale un tiempo.
-Lo veo tan difícil Annie y el tiempo apremia. Tengo 31 años y...
-¿Y? Eres joven aún...Candy escúchame...cuando dejes de centrarte en esto puedes llevarte una sorpresa, pero solo debes dejar de pensar en todo esto y disfruta tu matrimonio. El tener un hijo se ha vuelto para ti en una obsesión.
-¿Obsesión? nuevamente escuchaba esa palabra ahora de boca de Annie- claro tú lo dices porque tienes a tu hija. Lo mismo me diría Patty que tiene a su bebé, pero ¿Yo? yo tengo presente todo lo que viví. La ausencia de mi hijo que no volverá jamás...Si mi hijo viviera...
-¡Basta ya y deja de atormentarte! con todo esto solo conseguirás que Terry...
-¿Se aburra y me abandone? quizás sea lo mejor...sabes que he pensado que debemos darnos un tiempo, que nos separemos.
-Candy...
-Quizás eso seria lo mejor, dejarlo libre para que pueda ser feliz...Lo sé, Terry no es feliz a mi lado...
-¿No lo amas?- preguntó su interlocutora sorprendida.
-Annie lo amo tanto, y claro que no deseo separarme nunca de él, pero no puedo arrastrarlo a esto. Su familia querrá que Terry les de nietos y ¿Cómo va a ser posible si su esposa esta seca? a veces pienso que Terry terminará buscándose a otra mujer y se puede enamorar y...entonces...Annie, estoy muy confundida.
-¿Como puedes decir eso? Candy, si así fuese lo habría hecho, pero Terry te ama ¿No estas hablando en serio, verdad? no es cierto que estés seca, deja de decir esas feas palabras, por Dios. El doctor te dijo que tus óvulos están muy bien, ¿No es así?- la rubia asintió- Terry te ama y claro que es feliz. Apenas llevas poco tiempo de casada. Solo da un poco de tiempo que piense las cosas bien, que se enfríen en su cabeza. Además también falta tiempo para dar cosas por finalizadas.
-Tú no lo sabes pero, Terry siempre ha ansiado tener una familia. Lo he escuchado en sus sueños, mientras acaricia mi vientre. Recuerdo una ocasión cuando nos vimos en Sao Paulo, en que me expresó que seria feliz de verme con un hijo nuestro y que me vería adorable. No sabes como se le iluminaba el rostro cada vez que hablábamos de todos nuestros planes. Muchas veces me lo imaginé. Cuando nos casamos yo no sabía que tan grave era mi problema, pensé que era algo que podía solucionarse. No fue sino después de la boda que lo supe a ciencia cierta. Terry dice ahora que eso no le importa, que así podemos ser felices, pero sé que miente, él miente porque no quiere hacerme sentir mal, en el fondo lo sé, lo conozco. Sé que quisiera reclamarme muchas cosas, pero se contiene para no herirme. Debe pensar que lo engañé, que no le dije la verdad, pero no lo sabía. Nunca pensé que aquello me dañara tanto.
-Debes confiar en sus palabras. Si él te lo dice debes confiar en que así es...Candy, yo estoy segura que tendrás a tu hijo, pero deja de pensar a tal punto de no vivir la vida. Diviértete, pasa momentos agradables con Terry, amalo con todas tus fuerzas y no pierdas su amor, eso es lo que debe sostenerte, su amor- Las palabras de Annie le levantó el ánimo y sonrió ampliamente.
Pero dejando este tema a un lado Candy, cuéntame que te dijo esa mujer, como se atrevió a ir a tu trabajo. ¿La echará Terry?
Inicio Flash Back
-Señora Candy, por favor disculpe, pero ésta mal educada señorita dice que le urge hablar con usted- dijo la secretaria viendo de reojo a la ahora tímida mujer.
-¿Usted?, ¿Qué hace usted aquí?
-Pido mil disculpas, pero necesito hablar con usted y aclarar las cosas...por favor, deme solo unos minutos.
-Esta bien...Alejandra, ¿puedes retirarte? gracias- Candy le instó a tomar asiento - La escucho Señorita Flavia ¿Qué tiene usted que decirme?
- Iré directamente al asunto , le pido disculpas por lo de ayer...no he podido conciliar el sueño y bueno, de verdad que fue una impertinencia que...no medí las consecuencias de mis actos, yo, no debí hacerlo y le juro que fui de mi parte un gran error...su esposo es todo un caballero, por favor perdóneme...eso no volverá a suceder.
-No, porque si vuelve a suceder usted sabe donde irá. Me sorprende verla aquí, pero creo que era lo menos que debía hacer. Como lo ha dicho, mi esposo ha sido respetuoso con usted y sabe poner los limites entre sus empleadas, porque estoy segura que la confianza que él ha depositado en usted, no ha dado pie para sus arrebatos ¿no es así?. Sabe que tan solo una palabra mía y usted no estaría más allí.
-Lo sé...-Flavia no se confiaba en las palabras de Terry. Sabía que miraba por los ojos de su esposa y que cualquier cosa que ella diría lo haría para complacerla. Susana se lo había advertido - Señora Candy, por eso he venido, para suplicarle por favor, no quiero perder mi trabajo.
-Imagínese que cada mujer que se enamore de mi esposo tenga que ser echada - Candy sonrió sarcásticamente- Porque ha de saber de todas las mujeres que trabajan para la inmobiliaria Granchester, ¿verdad? y no dudo que hayan muchas más que se sientan atraídas...No se preocupe, mi esposo y yo lo hablamos, y reconocemos que su trabajo es importante y por lo tanto tendremos consideración y respeto, pero esperamos de su parte su debido lugar y respeto igualmente.
-Por supuesto...
Fin de Flash back
-En verdad que hay cada mujer...pero bueno, ojalá le sirva de lección y no resulte ser una diabla como Susanna, una más en tu camino amiga y hablando del diablo ¿Cómo van las cosas con ella?
-Susana ha cambiado mucho. Pienso que su hijo ha hecho que sea una persona distinta. La desconozco sabes, pero esa versión es buena...nosotras solo hablamos lo indispensable y pienso que es lo mejor. Ella no sabe quien soy realmente. Ha pasado la prueba y un día de estos me presentaré, todos sabrán quien soy.
-¡Buenas Tardes hermanita preciosa! - una voz suave y conocida las interrumpió, un hombre vestido con su uniforme medico.
-Anthony, hermano ¿Cómo estás?- se levantó de inmediato para abrazar al hombre de vestiduras blancas.
-Muy bien Candy, muy bien. Con muchísimo trabajo, pero excelente. El viaje a Grecia estuvo genial y no sabes de las cosas bellas que hay allí.
-Me alegro mucho y tienes que contarme todo hermano, todo, pero ¿Cuándo volviste?
-Hace unas horas. Estaba en el hospital presentando mis credenciales y quise venir a verte.
-¿Tus credenciales? ¿Qué quieres decir? ¿Te irás de nuevo?
-Una pregunta a la vez por favor...
-Perdón...
-¡Sorpresa...vine a quedarme en Nueva York. Voy a empezar a trabajar en el hospital de la Ciudad!
-¿Si? ¿En serio?- la sonrisa de Candy se hizo amplia y sus ojos estaban riendo también. Annie se levantó para abrazar a su amiga.
-Hola Annie, disculpa pero como veras mi hermanita no para con sus preguntas ¿Cómo estás?
-Hola Anthony...muy bien y no he podido evitar escuchar que te quedarás en Nueva York. Eso es una maravilla.
-Así es y ya veo que mi hermana ha estado muy bien, me fui tranquilo sabiendo que quedabas en buenas manos: Un esposo amoroso, viviendo en esta hermosa casa y con tus amigos que están al pendiente de tí...me siento muy feliz por todo eso...Gracias Annie, gracias por expresar tu amistad a mi hermana.
-Oh no, ni lo digas...sabes que ella ha estado en los momentos duros que me ha tocado vivir y solo he devuelto el cariño que me brinda... Candy es mi hermana. También su compañía me hace bien.
-Entiendo, supe lo de tu esposo, y lo lamento mucho, pero que puedo decirte... la vida continúa y te ha dejado algo muy hermoso por quien vivir y luchar y estoy seguro que donde esté es feliz de verlas con bien.
-Si - afirmó con un gesto de su cabeza y echando un vistazo a su pequeña niña- ella es la razón de mi vida.
- ¿Te quedas a comer? acompáñanos, no todos los días tendré a mi hermano y a mi amiga aquí... por favor dime que si, celebremos que ahora te quedarás en Nueva York y nos veremos más seguidos. Mira que no he podido evitar que me saques una lágrima de la emoción que me embriaga de verte aquí.
-Esta bien, porque no quiero seguir siendo el causante de esas lágrimas, no quiero verte triste. ¿Todo esta bien?
-Claro que si y no, no estoy triste, al contrario, muy feliz que estés aquí.
-Mañana iré a ver a mamá y a los Tíos antes de establecerme y ¿tu marido?
-Tengo que contarte tantas cosas...Terry se encuentra en su trabajo...Sabes que soy dueña de una inmobiliaria.
-Lo supe por el Tío. Me contó todo y que lleva el nombre de nuestro Padre.
-Si. Nuestro Padre, el mejor padre del mundo. ¡No sabes cuanta falta me hace papá!
-¡Que orgulloso debe sentirse esté donde este! Papá era el mejor, pero tuvo que irse pronto.
- Anthony, ¿Por qué no tuvimos la forma de contactarte? le pregunte a nuestra madre y me dijo que tampoco sabia, pero me dijo que no me preocupara porque tú estarías bien ¿Qué pasó?¿Por que actuaste de esa manera? irte, todo fue tan rápido.
-Sí, necesitaban que viajara de inmediato por un corto tiempo, además siempre supe de ti. Lo siento, pero ya estoy aquí gruñona...y dime ¿Quién se hace cargo de tu empresa?
- ... Yo misma, pero amanecí indispuesta y que bueno porque me encontraste... pero ya estoy mejor hermano, mucho mejor.
-¡Que bien!
-¿Entonces nos acompañas a comer?
-Claro que si.
Mientras tanto en la Oficina de Terry.
- Lo supe accidentalmente. Fue una vez que ustedes salieron después de la comida y regresaban al poco tiempo. Esa tarde se fueron casi de inmediato- contaba Flavia al ser cuestionada por Terry. Recordó que antes del beso mencionó algo que ahora atravesaba su cabeza- Me disponía a cerrar tu oficina cuando vi que el sobre estaba en el piso. Lo recogí, pero me llamó la atención que tenia el sello de una clínica y - Flavia recordó que ese sobre lo llevaba Candy en sus manos- pensé que estabas enfermo y entonces...
-Entonces leíste su contenido...
-Lo siento...lo siento pero me enteré de eso. Me impactó saberlo y bueno- Se agitó de repente y por unos minutos estuvo allí pensando en tantas cosas llegando a la convicción de que, si él quería tener una familia, nadie podía juzgarlo, ni criticarlo menos oponerse, ni siquiera su esposa porque si lo amara de verdad tendría que dejarlo libre -No fue mi intención, te lo aseguro ¡Perdóname por lo que hice! no debía, pero creí que estabas mal, enfermo y te juro que de saber que no era nada sobre tí, jamás me hubiese atrevido. Por favor te pido nuevamente disculpas y aceptaré si decides prescindir de mí.
-¡Calla!... yo te agradezco, pero no era asunto tuyo preocuparte por mí.
Bajó su cabeza avergonzada y luego dijo- Lo sé, pero, Terry, sabes que hay una solución y si ustedes quisieran yo podría ayudarlos…
- ¿Ayudarnos? - preguntó - ¿Ayudarnos en qué?
-Soy una mujer fuerte y sana y puedo darte ese hijo que tanto quieres. Puedes tener esa familia y ser feliz.
-No debería hablar siquiera esto contigo-le interrumpió bruscamente- ¿Tú que sabes de mi vida? ¿A caso he pedido tu ayuda? No verdad. Deja de hablar tontearías, porque entonces no me importara nada y tendrás que marcharte…-Terry estaba indignado y rechazo tajantemente la propuesta. En su rostro se reflejaba la molestia- Haré de cuenta que esta conversación no existió.
continuará
Gracias por leer y todos sus comentarios buenos y malos son importantes para mí.
