Bastión de tormentas

Disclaimer: Todo pertenece a George R. R. Martin.

Esta historia participó en el drabble tag del foro Alas negras, palabras negras.

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La primera vez que Loras ve Bastión de tormentas le parece un castillo bastante feo. No está contento de estar allí. Lleva tres días seguidos lloviendo y él y los jinetes que lo acompañan van calados hasta los huesos. Para colmo lord Renly está en Desembarco del rey y no volverá hasta dentro de algunos días, así que no está allí para recibirlo. A Loras eso le parece una falta de cortesía y el hecho de que quien lo reciba sea un crío y además bastardo no mejora su humor.

Esa noche apenas consigue dormir. Puede que los muros de Bastión de tormentas protejan el castillo de la furia del mar, pero no amortiguan su ruido. Definitivamente odia ese lugar. Quiere volver a casa y si no lo hace es solo porque aún no ha visto a lord Renly y, a diferencia de su anfitrión, él respeta las reglas de cortesía.

Así que espera hasta que lord Renly vuelve. Está decidido a cenar con él y luego volver a Altojardín. Ya le encontrará su padre otro lugar mejor donde servir como escudero. No obstante, cuando al fin conoce a lord Renly, descubre que quizá tenga un motivo para quedarse.