Poco tengo que decir con respecto a este capítulo. Vuelve a haber tensión entre los olímpicos, que se vuelven a reunir. Se desvela por fin parte del plan de Mercurymon.
Capítulo 5: Reunión
Mercurymon había vuelto a citar al resto de Olímpicos aquella noche. Asomado desde su balcón, les esperaba impacientemente.
La noche era cálida y la luna se divisaba sin dificultad alguna: parecía más cercana que en otras ocasiones. Sin embargo, no había apenas estrellas en el firmamento.
Mercurymon dio un sorbo a su copa de vino. Se la había servido hacía ya un rato, para relajarse. Todavía no se creía el paso que iba a dar aquella noche.
Se la terminó de un trago, y la arrojó bruscamente al suelo. Se rompió en el acto. A continuación, recogió los cristales con sus manos desnudas. Todavía no se había puesto sus guantes. Extendió los brazos, y dejó que una leve brisa arrastrase los fragmentos lejos de allí.
Bajo la mirada. Caminando de forma segura y decidida, avanzaba Marsmon hacia el Palacio de los Espejos. Llamó a la puerta, y esta se abrió instantáneamente. Ascendió las escaleras hasta llegar hasta donde estaba Mercurymon.
-Lo tienes ya todo pensado, ¿verdad?- preguntó Marsmon.
Marsmon dejó traslucir en su voz las dudas que tenía sobre Mercurymon. Seguía dudando de él. Y lo seguiría haciendo. En cierto modo, estaba celoso. Si alguien debería dirigir a los Olímpicos, era él.
Sin embargo, Mercurymon se había adelantado.
-Ya sabes la respuesta. Has llegado muy pronto. ¿hay segundas intenciones?-
Mercurymon no se andaba con rodeos. Eso le gustó a Marsmon.
-No. Sólo estoy ansioso. Por la reunión. Tu ya me entides.- contestó.
-"Tu ya me entides..."- pensó Mercurymon. Esas palabras resonaron en su mente. No, desde luego no le entendía. Estaba nervioso: cuanto antes terminara todo, mejor.
Estaba claro que Marsmon amaba la batalla: era el dios de la guerra, al fin y al cabo.
Hubo un profundo silencio.
Marsmon se acercó a Mercurymon, y contempló la espléndida vista.
Poco después se oyeron pasos. Bajo sus pies, caminaban juntos Vulcanusmon y Venusmon. La no tan feliz pareja. La visión de verlos juntos crispó a Marsmon.
Marsmon siempre había sentido un cúmulo de sentimientos confusos hacia Venusmon. Y parecía que ella por él también. Sin embargo, Vulcanusmon siempre le ha obligado indirectamente a frenarse.
No tardaron en llegar al balcón. Vulcanusmon les dio la mano, mientras Venusmon saludaba con la mano, luciendo una gran sonrisa.
Poco después, llegó Minervamon, quien aterrizó directamente en el balcón. Sorprendidos, el resto de los presentes se preguntaron cómo había llegado allí, si no podía volar.
Esta lanzó una mirada furtiva al cielo. Sobrevolando el firmamento, su fiel siervo volaba de vuelta a su hogar. Coaltmon siempre había sido la mano derecha de Minervamon. Ahora se encargaba en custodiar el templo. Ese que regalaron a Minervamon en los tiempos en los que gobernaba. Solo de pensarlo, se irritaba.
Mercurymon les ordenó que tomaran asiento, en lo que el resto llegaban. A continuación, bajo a recibir a los otros olímpicos.
Se quedó esperando, apoyado en el marco de la puerta, hasta que Dianamon y Apollomon se dignaron a aparecer. A pesar de no soportarse, los hermanos había hecho acto de presencia juntos.
Finalmente, decidieron comenzar la reunión sin Neptunemon.
-Os he convocado aquí, hoy, - comenzó a decir Mercurymon.- para deciros cuál es el primer movimiento que deberíamos ejecutar.-
Hizo una breve pausa, esperando una ovación general, que no hubo.
-Teniendo en cuenta, que queremos darles un escarmiento, deberíamos hacer lo que ellos hicieron en su día con nosotros. Debemos encerrarlos. Por favor, mirad el mapa que hay encima de la mesa. – dijo.
Todos centraron su atención en el mapa. Era el mismo que había visto Marsmon en su anterior visita.
-Si os fijáis, podréis apreciar que los puntos señalados son la ubicación actual de nuestros enemigos. – Pero como debemos ser meticulosos, deberíamos ir en escala ascendente, y empezar por el que sería el blanco más fácil: Ophanimon.-
Hubo murmullos, cuchicheos y todo tipo de exclamaciones. Si Ophanimon era el blanco más fácil, cómo serían los demás. Hasta entonces, no sabían a lo que se enfrentaban.
De repente, alguien abrió la puerta del Palacio de los Espejos e irrumpió ruidosamente en la sala. Era Neptunemon.
-Siento llegar tarde. No encontraba una buena excusa para librarme de mi esposa. – se excusó el olímpico.
-¿Es que no sabe Ancientmermaidmon nuestras intenciones?- preguntó Dianamon.
-No, ni tiene por qué saberlas.- respondió Apollomon. Su contestación fue firme, y en forma de amenaza.
Neptunemon estuvo a punto de protestar, pero terminó callándose.
-Neptunemon, estaba comunicando al resto de olímpicos nuestro primer objetivo: Ophanimon.-
-¿Vamos a matarla?- preguntó el recién llegado.
-No, no.- negó Mercurymon. – Solo encerrarla.-
-Resumiendo, un secuestro.- dijo Marsmon. – Y dime Mercurymon... ¿cómo vamos a realizar esta... "maniobra"?- preguntó.
Marsmon le estaba buscando el punto flaco a Mercurymon, le estaba poniendo a prueba, pero parecía que lo tenía todo controlado.
-EL plan es bastante simple: una rápida infiltración en el castillo y raptar a Ophanimon.-
-¿Podrías dar más detalles?- dijo Marsmon.- Se más específico.-
-A eso iba. – respondió Mercurymon.- Las únicas entradas al castillo son, por la puerta principal, o por una de las numerosas ventanas de las torres del castillo. Veo más viable la entrada principal, pues las ventanas son demasiado estrechas, y deberíamos hacer una brecha para poder entrar a través de ellas. Además, hay más inconvenientes: es muy probable que están blindadas y el lugar al que dan es desconocido. Por ello descartadas.-
-¿Nos podrías hablar de la seguridad del castillo?- preguntó Marsmon.
-Esta compuesta por el ama de llaves de Ophanimon, Nefertimon. Solamente esta ella. Y, por supuesto, Ophanimon.- respondió el olímpico.- Por ello, creo que, para tan pocos enemigos, deberíamos ir solo cuatro. ¿Algún voluntario?-
Marsmon fue el primero en alzar la mano. A continuación, Apollomon alzo la suya, incitado por Marsmon.
-¿Alguien más?- preguntó Mercurymon. – Teniendo en cuenta que yo también iré, sólo falta uno.-
-Yo, por supuesto.- exclamó finalmente Minervamon.
-Entonces Minervamon, Marsmon, Apollomon y yo, asaltaremos el Castillo de Ophanimon.-
-¿Cuándo lo asaltaremos?- preguntó Marsmon.
-Todo a su debido tiempo. Creo que deberíamos esperar hasta dentro de tres días.-
-¿Por qué?-
-Es la siguiente reunión de los Tres Grandes Ángeles. Así, cuando Ophanimon llegue a su castillo, nosotros la estaremos esperando.- contestó Mercurymon.
Marsmon tuvo que reconocer que era una buena idea. Aunque Mercurymon no había elaborado un plan de combate, sí que había reconocido el terreno. Aún así, no estaba impresionado.
-Otro asunto que me gustaría abordar...- comenzó a decir Mercurymon.- son las armas. Vulcanusmon, ¿te has planteado ya mi propuesta?-
-No, la verdad.- contestó- De momento, me limitaré a reponer las que se rompan. Con eso será suficiente.-
-Bien, si eso es lo que crees conveniente... Bueno, a menos que alguien más quiera plantear algún otro tema, creo que la reunión ha terminado.-
Nadie quiso añadir nada más.
-Pues bien, nos reuniremos dentro de tres días los cuatro acordados. Tenemos un castillo que asaltar.-
-Espera un momento.- exclamó de repente Venusmon. - ¿Dónde tienes pensado encerrar a Ophanimon?-
Es verdad. Era algo en lo que no había pensado.
Mercurymon pudo apreciar una sonrisa en el rostro de Marsmon. Acababa de cometer su primer fallo.
-Bueno... pues... hay varias opciones... pero acepto sugerencias...- se limitó a decir Mercurymon.
-Hell´s field. Es la mejor zona para ese cometido.- dijo Apollomon.- Otra opción es Prisión Land, pero tendríamos que conquistarla...-
-Muy buena idea Apollomon. Era una de mis opciones principales. ¿Todos de acuerdo?- preguntó Mercurymon.
Los olímpicos hicieron un gesto afirmativo.
-Pues bien. Se levanta la sesión.-
Los olímpicos se fueron levantando poco a poco, y salieron de horma desordenada del Palacio de los Espejos.
A pesar del pequeño desliz que había cometido, la reunión había sido un éxito. Ahora, sólo cabía esperar a que el plan también lo fuera.
Nota:
Ya ven, la tensión se palpa en el ambiente. Los olímpicos van a secuestrar a Ophanimon. Ese va a ser su primer objetivo, pero, ¿cuáles serán los otros? Y, en el siguiente capítulo, descubriremos, por fin, quién es la esposa de Neptunemon.
PD: Por favor, dejen comentarios, todos serán agradecidos.
PD2: Si consultáis el blog que llevo con un amigo mío, podréis ver más adelante comentarios de los capítulos. Esta en mi Profile
