He escrito este capítulo de los olímpicos rápidamente, para aclarar algunas cosas; y dejar otras incognitas por el camino… Muchas gracias Gravi por tu apoyo. Te respondo abajo.
Capítulo 18: Planes y sospechas
-"Un plan para acabar con Seraphimon..."- pensó Mercurymon, complacido, aunque no seguro. Venusmon nunca se encargaba de tramar planes. Siempre cumplía funciones más triviales en el grupo de los olímpicos. Normalmente, Minervamon era la estratega. En algunos casos, Marsmon, o él mismo, se encargaban de esa clase de maquinaciones. Eso sí, todo idea podría ser buena, y merecía ser escuchada.
-No te creas que es una victoria inmediata. Es un plan a largo plazo y que no solo permitirá neutralizar a Seraphimon, sino también, obtener información valiosa.- le aclaró Venusmon. Mercurymon tenía una mente bastante simple para ella. Los planes que había trazado consistían en infiltrarse en las moradas de los ángeles, y luchar con ellos. Había tenido algún acierto, como el mapa en el que cuidadosamente había marcado los objetivos, pero poco más.
-¿En que clase de información estas pensando?- preguntó él, confuso. Pensaba que venusmon iba a ir directa al grano. Sin embargo, la diosa buscaba entretenerlo el mayor tiempo posible. Eso sí, era verdad que tenía un plan.
-Échale imaginación Mercurymon. ¿Qué clase de información nos podría interesar?-
El olímpico estuvo un rato reflexionando, pero nada. Estaba en blanco, bloqueado pòr la tensión del momento. Las reuniones le ocasionaban un gran agotamiento mental.
-Por ejemplo, ubicaciones de los nuestros; si es que Seraphimon sabe alguna. Aunque con la llegada de Ceresmon, es muy probable que lo sepa.-
-¿Entonces cual es tu genial plan?- dijo mercurymon, ansioso. Se le estaba agotando la paciencia.
-Tengo pensado, con tu permiso, reunime con él aquí.- Mercurymon la miró con incredulidad.- En privado.- añadió.
-¿Y cómo piensas traerle hasta aquí, Venusmon?- pensaba que estaba loca.
-Le enviaré una carta en tu nombre. En ella, se le explicará que si quiere recuperar a Ophanimon, deberá venir hasta aquí. Seraphimon sabrá que es una trampa, pero vendrá.-
-Y entoncés qué. Seraphimon lleá aquí, y le atacamos todos a la vez, y la derrotamos, ¿verdad?-
-¿Cómo quieres que haga eso, Mercurymon? Además, te he dicho que pienso exprimirle toda la información que tenga y que todo esto es a largo plazo.- remarcó estas últimas palabras.- Seraphimon vendrá aquí esperando encontrarse contigo, pero estaré aquí, en tú sola.- volvió a remarcar la última frase.-
-Entonces el luchará contra ti, y te sonsacará la ubicación de Ophanimon. La rescatará y todo se irá al garete.-
-Qué equivocado estás, Mercurymon. No llegará a ponerme la mano encima.-
Mercurymon se imaginó a Venusmon tratando de seducir al ángel. No lo lograría: está demasiado enamorado de Ophanimon.
-¿Piensas utilizar tus encantos?- preguntó, para cerciorarse de sus suposiciones.
-No, en absoluto.- negó Venusmon. Lucía una sonrisa de oreja a oreja. No podía creerse que Mercurymon fuera tan estúpido.- Utilizaré mis poderes.-
Mercurymon asintió, aunque no sabía realmente a que clase de habilidades suyas se refería. No la había visto combatir ninguna vez. No iba a seducir a Seraphimon. No tenía ni idea de las otras funciones que desempeñaba Venusmon en los olímpicos.
-"No tiene ni idea de como voy a ganarme el favor de Seraphimon."- pensó Venusmon, al observar la cara de Mercurymon. En el rostro del olímpico, se podía aprecir una gran confusión.
-Entonces... ¿me harás el favor de dejarme tu castillo?- preguntó la diosa.
-Por supuesto.- Confiaba en ella, aunque estaba seguro de que su plan iba a fracasar. Si por el contraría, salía todo bien, pues perfecto.- Eso sí, todo bajo tu responsabilidad.-
-Todo está controlado, así que tranquilo.- afirmó Venusmon.- Ya tengo escrita la carta para Seraphimon.- dijo, mientras se sacaba un sobre. Era de papel blanco, muy sobrio, pero a la vez bonito. Muy del estilo de Venusmon.
Mercurymon se acercó, y trató de arrebatarselo, pero Venusmon lo guardó antes de que pudiera cogerlo.
-¿Es que no te fías de mí?- preguntó la diosa.
-Confio en ti. Además, en caso de que no confiara en ti, no te dejaría usar mi castillo. Lo único que me gustaría saber el contenido del sobre.-
-Dentro del sobre hay un folio de papel, en el que se le pide cordalmente a Seraphimon que acuda al Palacio de los Espejos, si quiere ver a Ophanimon.-
-¿Nada más?-
-Tu firma.- añadió Venusmon.- Me ha quedado perfecta.-
Mercurymon no supo como había sido capaz de falsificar su firma.
-"Quizás, después de todo, Venusmon tenga alguna otro habilidad, por insignificante que sea."- pensó el olímpico.
-¿Cuándo piensas enviar la carta y usar mi palacio?-
-La carta será enviada esta misma tarde. Así pues, lo necesitaré mañana.-
-Entendido.- respondió Mercurymon.- Ahora, si me disculpas, he de ir a Bright Zone. Te acompañaré a la salida.-
Ambos comenzaron a caminar, Venusmon lo más lentamente que podía. Esperaba que aquel tiempo extra le sirviera a Apollomon.
Cuando hubieron llegado a la puerta principal, Mercurymon la cerró, se despidió de ella, y corrió en dirección a Bright Zone. Venusmon, por su parte, puso rumbo a la forja. Tenía curiosidad por saber que armas estaba construyendo su marido. ¿Habría fabricado alguna para ella?
Mientras tanto, Apollomon acababa de llegar a Bright Zone. Conociendo la velocidad de Mercurymon, tendría el tiempo justo para llevar a Ophanimon de vuelta a Hell's Primero revisó los campos de tiro, por si Ophanimon había decidido visiarles. Había pisadas en la arena que indicaban que había estado allí recientemente, pero que había regresado al castillo.
Puso rumbo hacia allí, y en unos minutos se encontraba ante la enorme puerta de su morada. La abrió y se dirigió el cuarto que le había asignado a Ophanimon.
La encontró allí, sumida en un profundo sueño. La levantó y la llevó en brazos hasta el pasadizo que conducía a Hell's Field. Bajo las escaleras que conducían a la prisión. El olímpico apenas notaba el peso de Ophanimon. Estaba acostumbrado a llevar grandes cargas, además de coger a Venusmon en brazos.
La depositó en el suelo, y la sacudió un poco, para despertarla.
Ophanimon abrió los ojos lentamente, y la intensa luz que iluminaba aquella cárcel la impactó de lleno. Se fortó los ojos con las manos.
-¿Qué hacemos aquí?- preguntó Ophanimon, confundida.
-Viene Mercurymon. Quiere hablar contigo.- contestó Apollomon.- Descuida, sólo será un momento.-
Apollomon comenzó a subir las escaleras lentamente. Ophanimon observó como el olímpico se marchaba. La molestaba enormemente estar allí, pero era mejor que Mercurymon no se enterara de la pequeña treta.
Apollomon cerró el pasadizo, y se sentó en las escaleras de la planata baja a esperar Mercurymon. No tardaría en llegar.
Mercurymon había tomado el camino más directo a Bright Zone. El mismo que había tomado Apollomon al salir del Palacio de los Espejos. Había recorrido rapidamente las zonas del continente Xross que separaban su palacio del de Apollomon, y ya se encontraba en la entrada principal del mismo.
Hacía bastante tiempo que no visitaba Bright Zone. En el pasado; sus visitas eran más frecuentes, pues la prisión oficial se hallaba allí. Sin embargo, ahora, prácticamente no pasaba por allí, a menos que tuviera un buen motivo; como el que hoy traía.
Llamó a la puerta. Pensó que se abrirían inmediatamente; pero tuvo que esperar a que Apollomon le permitiese pasar.
Los dos olímpicos se saludaron cordialmente.
-Dime Apollomon: ¿cómo está nuestra presa?- preguntó Mercurymon, impaciente.
-No me ha dado problemas hasta ahora.- respondió el olímpico. Estuvo a punto de decir "nos", incluyendo a Venusmon en su tarea.
-Llevame hasta ella.- ordenó Mercurymon.
Acto seguido; Apollomon abrió el pasadizo hasta Hell's Field. Descendieron las miles y miles de escaleras, y se encontraron con Ophanimon a los pies de las mismas.
Presentaba un aspecto mucho mejor de lo que Mercurymon había esperado. Aunque su armadura estaba algo rasgada; y su cara sucia por el polvo del suelo; parecía serena, y descansada: Mercurymon no pensó nunca que Ophanimon podría dormir a gusto, dadas las circunstancias.
-Buenas tardes.- saludó cordialmente Mercurymon.
-Buenos tardes.- le devolvió el saludo Ophanimon.
-Sabemos que esta prisión no es de vuestra condición; pero es lo único que tenemos.- dijo el olímpico. Parecía compasivo; incluso podía mostrar atisbos de culpa.- ¿Apollomon te esta tratando bien?-
Apollomon permació en silencio. Esperaba que la charla durara poco y Mercurymon se marchara cuanto antes.
-Todo lo bien que me puede tratar estando aquí encerrada.- respondió Ophanimon, tratando de parecer enfadada.
-Buena observación.- Mercurymon creía que estaba todo bajo control.- Apollomon, conduceme hasta la salida, ¿quieres? Tengo otros asuntos que tratar antes de irme de vuelta a mi palacio.-
-"¿Ya está?"- se preguntaba Ophanimon.- "Tantas molestias para nada."-
Apollomon y Mercurymon recorrieron el camino de vuelta. No dijeron nada mientras ascendían las escaleras.
-No creo que trate de escapar. Sabe lo que la conviene.- dijo Mercurymon, saliendo por la puerta principal. – Por el contrario, no te confies: es una mujer de armas tomar.- añadió el olímpico.
-Lo sé.- contestó Apollomon.
Mercurymon se despidió de su compañero y se dirigió hacia el norte. Antes de la reunión, había quedado con otra persona.
Apollomon abrió de nuevo el pasadizo y le indicó a Ophanimon que podía pasar. El ángel ascendió y se dirigió directamente a su cuarto.
-No ha sido tan terrible como esperaba.- comentó Apollomon. –Pesé que iba a interrogarte a fondo.-
-Tenía mucha prisa. Eso era evidente.- añadió Ophanimon.- Ha venido aquí por obligación; para quedar bien con los olímpicos.-
-Estas en lo cierto.-
-Por cierto... ¿es buen lider Mercurymon?- preguntó Ophanimon. – De todas los olímpicos que hay, no es de los que me imaginaba dirigiendoos.-
-No sabría que decirte. Tiene sus aciertos, y sus inconvenientes.- respondió Apollomon.- ¿Tú a quién te imaginabas como lider?-
-De los que estáis... pues surgen varios nombres. Marsmon tiene esa capacidad de lider que ha heredado de su padre; pero es demasiado irascible en mi opinión.-
-Marsmon quiere ser el lider. Trata de hacer que Mercurymon se derrumbe para ocupar su lugar.-
-"Conflictos internos entre los olímpicos."- pensó Ophanimon. Era un dato interesante.
-¿Quién más?- preguntó Apollomon, ansioso. Se preguntaba si ophanimon le veía como buen lider.
-Minervamon es buena combatiente y estratega. Es muy sabia, según lo que he oido. Sin embargo, su carácter infantil hace que no se la tome muy en serio...- continuó Ophanimon. Apollomon asintió levemente.- Y por último; y creo que sería la mejor opción, y con la que yo, personalmente me quedaría... Neptunemon. Es sabio; pero prudente; sobre todo ahora que se alea de los ramalazos revolucionarios de su juventud. Respetado entre los olímpicos. Y poderoso.-
-Neptunemon ahora esta poco centrado. Con eso de su boda; y la vuelta de Ceresmon...-
-Espera un momento... ¿Ceresmon ha vuelto?- preguntó Ophanimon.
-Sí.- afirmó Apollomon. Se le había escapado aquella valiosa información. Ahora no podía negarlo. De todas formas, Ophanimon estaba atrapada. No podía comunicarselo a nadie.
-Creo que será mejor que me vaya a descansar. Ha sido un día largo y duro.- dijo Ophanimon, tratando de despedirse.
-Espera un momento.- la interrumpió Apollomon.- ¿Cómo es que sabes tanto de los olímpicos?-
-Lo que me cuenta Cherubimon. Nada más.- respondió, mientras iba cerrando la puerta de su habitación.- Hasta mañana Apollomon.-
-Hasta mañana.- se despidió él también.
Había algo que no encajaba. Era imposible que Cherubimon supiera detalles tan intimos de los olímpicos. A menos que alguién se los contara. Había gato encerrado; y creía saber quién no era trigo limpio. Iba a tener que hacerle unas cuantas preguntas a Dianamon...
Nota:
Aquí concluye otro capítulo de los olímpicos. Algo más corto que él anterior, pero muy interesante. Dejando algunas preguntas en el aire, cómo ¿cómo son las armas que Vulcanusmon está haciendo? O ¿con quién se va a reunir Mercurymon? De nuevo; Dianamon tiene problemas... pobrecilla...
Con respecto a tu larga review Gravi (que me gustó mucho) tengo algunas cosas que decir: Neptunemon tendrá sus momentos a lo largo de la historia, como el resto de olímpicos. El único que no ha destacado mucho es Vulca... pero con lo que tengo pensado para él, no pasa nada. Tengo pensadas cosas mitólogicas (aunque no precisamente para Mino ni Grypho), y es posible que Plutomon y Jupitermon aparezcan (pero no seguro, así pues, no os confieis) Y lo que les aguarda en Prision Land; pese a no ser los generales, es una gran sorpresa...
