✔ Demahitaa! PowerPuff Girls Z, no me pertenece, sólo esta historia.

✔ Universo Alterno.

Posible lenguaje inapropiado.

Mil disculpas por los errores que pueda encontrar por ahí.


Brick se estaba impacientando, se levantó del asiento y comenzó a caminar de un lado para otro mientras cada tanto dirigía su mirada hacia la puerta, donde minutos atrás se metió el padre de su novia junto con otro policía para observar el interrogatorio.

Suspiró frustrado y siguió caminando. Sus hermanos fueron llevados a su casa, luego de que Butch hubiera perdido el control al enterarse de que Mitch sabe donde podrían estar las chicas. Todavía se preguntaba como de estar tranquilos y llevándose bien con ellas, pasaron estar buscándolas por su desaparición. Pasó su mano por su cabello y se lo despeinó.

Volvió a mirar la puerta con molestia. Y odiaba a todos por haberlo dejado ahí afuera, aunque era mejor que estar en su casa... sin embargo, odiaba esta incertidumbre que lo estaba carcomiendo. Fue a sentarse de nuevo y volver a observar la puerta, como si de un momento a otro comenzara a relatarle todo lo que estaba sucediendo ahí adentro.

Del otro lado de la puerta, Utonio junto con un policía estaban escuchando lo que el detective le preguntaba al sospechoso.

—Vamos de nuevo... ¿dónde está Kaoru Matsubara?

— ¡No lo sé! — gritó exasperado Mitch.

—Claramente lo sabes, de lo contrario ¿cómo explicas esto? — dio vuelta la portátil que tenía y reproducio el vídeo de las cámaras de seguridad.

El cual mostraba cuando Mitch miraba a todos lados, para luego seguir a la morena al pasar por dónde él la estaba esperando. Al ir tras ella, sacó lo que se veía como una jeringa, al acercar la imagen, y la ocultó detrás de él. Luego de un intercambio de palabras, se observó cómo la inyectaba, para luego caer inconsciente y ser levantada por el castaño, siendo llevada en dirección contraria a la salida de la escuela.

El detective pausó el vídeo y dio vuelta la computadora. Volvió a preguntar:

— ¿Dónde está la chica?

A Mitch se le fueron los colores del rostro al ir viendo la prueba en su contra. Estoy jodido... fue su primer pensamiento. Miró al hombre que estaba delante de el y volvió a replantearse de si ésto fue un buena idea. No quería ir a la cárcel, de eso estaba seguro.

—Llamen a mi abogado — fue lo único que salió de su boca.

A esta altura del partido, no iba a darse por vencido. Himeko seguramente lo sacaría de esto si moviera sus hilos a través de su padre para salir ileso y sin ninguna mancha en su expediente.


Brick se levantó apenas Utonio salía de la habitación con el agente, al instante también salía el detective junto con Mitch y siendo escoltados por dos oficiales que estaban esperando en la puerta de la habitación continúa. Como habrá estado tan metido en su asunto, que no había reparado en la presencia de esos hombres.

Al pasar delante de él, Mitch ni siquiera volteó a verlo, solo iba mirando el suelo, como si fuera lo más interesante que había visto en su vida.

—No nos dijo nada, solicitó un abogado — dijo Utonio, atrayendo la mirada del pelirrojo.

— ¡No puede ser! — dijo mientras se pasaba las manos por su cabellera.

—De igual forma, tenemos su celular. Si estuvo en contacto recientemente con quiénes estén metidos en esto, los vamos a encontrar. — Sin más, el agente que estaba con Utonio, se fue siguiendo al detective.

—Vámonos, tus hermanos deben estar preocupados.

Brick solamente asintió y lo siguió. En eso tenía razón, sus hermanos debían estar preocupados y Butch muy furioso. Sólo esperaba que no hiciera nada de lo que después se arrepentiría. No quería venir a la comisaría porque su hermano o podía controlar su ira.


Aiko miró detenidamente la televisión cuando al pasar los canales, dio con el del noticiero local, el cual estaba cubriendo la nota sobre la desaparición de las chicas. Pidiendo sobre si las vieron en algún momento o alguna información relevante del caso. Apagó el aparato al comenzar a mostrar las imágenes de ellas.

— ¿Por qué apagas? — preguntó Himeko sonriendo.

Le recorrió un escalofrío por la espalda al ver la sonrisa de su "amiga". Sin duda estaba comenzando a perder la cabeza.

— ¿Cómo puedes estar tan tranquila después de ver hasta dónde llegó esto?

—Simple y sencillamente porque no pasará nada más. Por el dinero baila el mono saben decir y tengo suficiente dinero como para salir bien de esto y teniendo como premio a Brick Him. — contestó mientras se cepillaba su ondulado cabello.

En ese instante, comenzó a sonar su teléfono en algún lugar de su habitación. Con su ojos lilas, comenzó a observar todo a su alrededor hasta localizar de dónde venía el sonido. Se levantó de su sillón y fue hasta su cama donde estaba el bolso que utilizaba para ir al colegio. Ahí dentro, lo encontró. Lo tomó y vio la pantalla. Frunció el ceño ante el número que la estaba llamando, no lo conocía pero lo contestó por las dudas.

— ¿Quién habla?

Mitch... estoy en problemas, mándame un abogado que me saque de aquí. ¡No he dicho nada! — dijeron del otro lado de la línea.

— ¿Por qué? ¿Dónde estás?

Estoy detenido en la comisaría ¡tienen un video de mi con Kaoru! ¡Maldición necesito que me saques de aquí o te delataré...!

Himeko cortó la llamada. Se mantuvo en silencio, bajo la atenta mirada de Aiko. De un momento a otro, lazó su teléfono a la cama con fuerza y gritó.

— ¡Ese inútil no sabe hacer nada bien!

Volvió a buscar su celular para llamar al abogado de su familia. Podía confiar en que lograría sacar al imbécil, no por nada era el mejor que tenía su padre para velar por sus intereses. Mientras esperaba a que le tomaran la llamada, iba pensando en cuál sería su siguiente paso. Debía ser cuidadosa, por más que su dinero pudiera librarla de los problemas, no permitiría que inútiles como Mitch, la hiciera quedar mal delante de su amado.


Miró para ambos lados de la calle, antes de cruzar. Sentía su celular vibrar en el bolsillo de jean, pero lo ignoró. Suponía de quién se trataría. Siguió caminando rápidamente como si en cualquier momento aparecería alguien y... y no quería pensar en nada malo. Sintió un alivio al llegar a su cuadra y a lo lejos observar su casa. Pero no fue hasta que entró en ella, que sintió que le volvía el alma al cuerpo.

Desde que vio las noticias donde comunicaban que ya tenían a un sospechoso de la desaparición de las chicas, pensaría que podía ser la siguiente persona en caer. ¡No quería! Y se arrepentía horrores por haberse metido en esto. No era así como quería que se dieran las cosas. Mucho menos imaginó que podría terminar en la cárcel como Mitch. Tenía que pensar, algo se le tenía que ocurrir para salir de todo y obtener todo lo que se le prometió. Seguía queriendo tener a su lado a su ser amado, eso no cambiaría. Pero la pregunta que se hacia era ¿cómo lograrlo?