Capitulo 8

Avance Genético

La Madre de Albert era muy delgada refinada estiro su cabeza y levantó su porte agregando,

-Bueno llévenme a conocer a mis nietos, antes de que se duerman. Subimos, todos estaban jugando con sus laptops y el general nos acompañó, Albert dijo,

- Papá todas las puertas tienen llave, por aquí… para que no molesten a mis hijos. Entraron y Bert soltó la laptop

- ¡Abuelo, mira lo que hice! le enseño su laptop y un dibujo de él en la computadora,

-Es hermoso y lo hiciste tu solito sonreía, el general abría sus ojos al ver la imagen de él con puntos y el pequeño todavía agregaba más para dibujar las estrellas de su saco. Ángel comentó sin dejar de ver a la computadora,

- Abuelita ya llegaste, estabas en New York que tal tu viaje. Ahora sabían a qué se referían, los gemelos dijeron

– Mamá ¿podemos hablar nosotros también?

-Si, ellos desean saber sobre ustedes, Daniel le dijo

– Mira abuelo, este es el informe de aviación que vi, te parece esta nave necesita un piloto con ochocientas cincuenta horas de entrenamiento, debemos empezar a practicar desde ahora no le parece. Jofiel los miró se acercó a su abuela le dijo

– ¡Hola Abuela!, la abrazó

— ¡Qué hermoso eres hijo! lo beso y agregó, te pareces a mi familia eres muy hermoso, soy de origen Escocés, te llevaré a Escocia para que conozcas a mis sobrinas tienen tu forma de cabello y son bellísimas, nacieron así de hermosas, ojala que vengan al festejo y que sepan, que tengo un nieto tan lindo como ellas, lo besaba el sonreía ya se sentía mejor y aceptado. Estaba feliz él sabía que ella era quien debía verlo. El general estaba asombrado al ver a Mayra y Ángel jugando con varias páginas de internet. Y son de los pequeños no quería ver más porque todos estaban haciendo algo diferente, este comentó

– Estoy preocupado hijo ellos llamarán mucho la atención, son muy listos. Jofiel se acercó le dijo

– Solo ante ustedes, mis hermanos y yo sabemos quedarnos sin hacer nada para salvarnos. De inmediato me acerque y le explique,

- Leman, si los escuchaba los eliminaba, saben cuidarse entre ellos. No se muestran ante nadie, pero ellos son más pequeños y todavía no alcanzan a ver la malicia de los demás como Jofiel, Teté, Betty y Ana. La abuela se emocionó, dijo

– Yo me llamo Judit Esther. Esther (Teté) la escucho, se acercó le dijo

– Una de mis hermanas que murió se llamaba Judit yo soy Esther, se abrazaba a su abuela. Los besaba uno a uno. Viendo a todos tan tranquilos, les comenté,

-Bueno, les dije que se bañarán me estaban esperando ¿no es así? no hay competencia, hoy será distinta,

- Ahora para que les de pena, mamá bañará a los niños y papá a las niñas, todos corrían y se iban a bañar solos. Albert me veía sonreía conmigo me comentó

– No voy a bañar a mis hijas.

–No es necesario mira, ya se fueron saben lo que deben hacer, sus abuelos sonreían en complicidad conmigo, - Le dije que son muy listos, la abuela Esther sonreía abrazándome.

– ¿Cuando llega tu familia? vi a Albert y este respondió,

-Llegarán un día antes de la fiesta y se irán después tienen trabajo y se va a casar el hermano menor de Candy.

- Muy bien hija, esta semana iremos de compras quiero los mejores atuendos para ti y mis nietos, tendremos mucho trabajo.

- Albert podrás quedarte con algunos de los niños. Pregunte ya que estaba más relajado y sonreía viendo el asombro de su Padre.

-Aquí adentro con todos… mi padre se divertirá mucho, sobre todo si Daniel entra a la red militar o la del FBI y el general se quedaba con cara de espanto, le agregue

-No se apure, si ve que hacen eso pregúnteles porque entran, si hay una curiosidad o una emergencia. Se tranquilizaba.

Los abuelos salieron felices, los chicos ahora se acomodaban solos, las habitaciones tenían camas individuales, al parecer Albert había ordenado varias cosas, Jofiel estaba junto a Terry mi hijo tan rubio que se parecía a Katy y a mí, pues la que se parecía a su Padre era mi pequeña Candy Eleonor o Ely, sin embargo al sonreír se parecía mucho a Terry mi hijo.

Albert me llevó a la recamara y se puso a platicar conmigo.

- Candy no te había comentado lo de Doraly, porque no le doy importancia a lo que no es verdad sabes lo mucho que te quiero y que desde mi subconsciente te he amado, por esa razón no pensé en decir algo tan vengativo, lo que sucede es que hay mujeres que piensan y no desean desfigurar su cuerpo en ser madres, o piensan en muchas otras cosas a las que les dan prioridad, no me daba a la idea de tener a una mujer así a mi lado y mi prioridad eres tú, sabes lo mucho que me gustas, que me haces sentir muy bien, imagina para mí como hombre… siendo soldado… luego ascender para ver la cara de otros con los comentarios fue muy frustrante, no creas si no me gusto ver a Jofiel con el cabello tan largo, creo que lo sabe,

- Si, lo siente, pero no ha decidido eso, se lo dejaron porque le ha crecido al igual que a todos, no les hemos cortado el cabello a ninguno, se ve muy varonil con su melena así, me encanta, me gustaría verlo mañana montando un corcel y su cabello agitado de mi pequeño,

-Te gusta que nuestros hijos traigan el cabello largo

-Me atrae en mi hijo, lo veo muy atractivo, espero hacerle un buen corte después.

– Sabes amor, ahora que lo mencionas, me excite mucho al verte con tu cabellera suelta, te vez increíble

- A mi me encanto verte montar el corcel, me sentí muy orgullosa de ti, te ves genial mi amor y me encantas.

– Ven pequeña te quiero aquí, me abrazo me llevo a la cama, nos sentamos y me puso en medio de sus piernas, sentados con mi espalda en su pecho, me dijo

—A mamá le gustan los vestidos muy insinuantes, ella le da prioridad a todos los chismes y detalles, mientras que mi padre es lo opuesto, espero que tengas cuidado como te va a vestir

- Tenemos que pensar mucho en estar comunicados mentalmente mi amor, porque de imaginarte en traje de fiesta me hace pensar en no querer que salgas de nuestra habitación, lo bese en el cuello,

- De verdad amor… ¿te gusto? ¿Te atraigo?

- Demasiado, solo que siempre he sido muy conservadora, no me gusta provocar a nadie o meterme en situaciones comprometedoras, contigo es distinto me provocas mucho, eres el padre de mis hijos, aunque no los hicimos aquí (señale mi vientre), están hechos aquí(señale mi corazón), y lo que más me agrada de mis hijos es que se parecen a ti, me encanta saber que eres valiente, me gusto mucho cuando me defendiste aquella vez en el hotel de Guantánamo, o cuando me defendiste de las cámaras en el hotel ese donde me subiste para escaparnos,

- ¿Lo recuerdas?

- ¡Me encantó! estábamos programados solo para que nos vieran en el hotel después de casarnos pero, la luna de miel estuvo de lujo, sonreíamos. Fue una idea del subconsciente y sabía que no estaba programada, gracias a eso podía despertar aparte y ayudar a mis hijos.

– Candy ¿me amas?

- Si Albert, mucho te puedo asegurar que ame una vez, y me fue muy mal, porque para mí fue real, y resulto ser una mentira. Ahora todo esto es verdad y parece una mentira, sacada de una película de ficción.

- Gracias Candy, aunque creo que ya lo había escuchado, me encanta que me lo digas, que me digas que te gusta estar conmigo, sabes siempre te busque, te seguí… tenerte y sentirte… ahora que soy real para ti.

– Albert soy feliz, siento que pensamos de forma similar, me gusta mucho tu sonrisa y tus ojos, me encanta sentirte excitado y que no me dejes ansiosa, que me hagas tuya con desesperación, que me digas que no me fije en nadie con pasión, que digas que soy tu mujer, que no me dejarás jamás, que pasemos tiempo juntos, que platiquemos mentalmente, que me vistas así donde no conozco a tu familia y me hagas sentir muy bonita, aunque no lo sea,

- Lo eres amor, para mi eres muy hermosa. Candy lo vio hacia arriba y el bajaba el rostro viéndola a los ojos con ternura, ella sonrió y comenzó a cambiar la sonrisa diciendo

– Tengo ganas de que me hagas el amor toda la noche, que me acaricies, que me digas que estaremos juntos, que nos excitemos mucho y tomemos café por la mañana… nos divirtamos con nuestros chicos y correr como hoy por la tarde, perseguirte, atraparte. No me dejo hablar, me beso, me acariciaba, lo deseaba tanto, que me hiciera el amor y en su oído le dije,

-Esto me atrae mucho de ti, lo toque en su virilidad, sonreía, luego le di pequeños besos cerca de su oído y lo encendía más, le mordí con suavidad y se estremecía, le bese el cuello suavemente, me baje, se estremecía y me tomaba, no dejaba que me alejara de su rostro hacia su vientre quería hacerlo, con la voz entrecortada y ronca me comentaba en un susurro,

- Déjame hacerte mía, porque ya soy tuyo. Me besaba, me desvestía, empezó a acariciarme y besarme muy suave subió, besaba y succionaba mis pechos, me hacía sentir en las nubes. Realmente es maravilloso que me haga su mujer.

Lo abrace y se acomodó, me hacía colocarme de formas diferentes, todo me gustaba, se lo hacía saber. Emocionada si poder evitarlo le decía con mis pensamientos- Albert soy tuya, soy tuya amor, me encanta ser tuya, te amo… ven amor, por favor, no me dejes suplicándote, te necesito.

Sonreía, sabía que le decía la verdad, estaba húmedo mi cuerpo, me hacía rogarle y no quería verme suplicar, se acomodo y me daba su amor, me estremecía de placer, lo bese tanto que mi cuerpo sentía su sabor.- Albert te amo, te necesito, dime que soy tuya mi amor.

– Solo mía Candy, solo mía mi amor, eres lo mejor que me ha pasado, te he esperado tanto, quiero recuperar el tiempo que hemos perdido, quiero que sepas que estaré a tu lado nunca te alejaré de mi, estaré contigo lo juro amor mío, te doy mi palabra estoy perdidamente enamorado mi vida.

– ¡Mi Albert! me cambie de lugar y lo amaba, se lo hacía sentir.

-Soy quien te ama Candy,

- También te amo, quiero que lo sientas, me abrazó cuando ambos llegamos en un robo de aliento incontrolable, como si al hacerlo todo fuera mejor, dormimos con mi pierna en su cintura, descansamos bien no me sentía dolida, por el contrario me sentía plena, por la mañana pegada a él continuaba con una de mis piernas tomada con su brazo,

- Me moví y se despertó, al verme como estaba, se despertó su excitación tan cerca, que me estremecí sentí que despertaba y se introducía en mi cuerpo con una sonrisa maliciosa, sintió como me estremecía y sonreía,

-Ahora sé que me amas demasiado… lo sentí mucho, eso me encanta Candy, eres y serás solo mía siempre nunca me sentí así y sabes bien que no hay somníferos ni hipnosis, ni nada de lo que teníamos… sonreía muy feliz, se movía tomándome de mi cadera besando mi cuello y mis pechos, subía y embestía fuerte, haciéndome su mujer sentí no tenía fuerzas, él me poseía y sonreía, creo que sabía que estaba débil porque sonreía juguetón. Hasta que comentó

– Antes de que te tomes un café… volvía, me embestía con más fuerza, lo abrace fuerte me excite demasiado, me quería mover y él venía con su cuerpo, - Te amo pequeña, eres mía, te amo, me acerque a su oído en un intento por hacerlo quitar su sonrisa de poder,

– Y tu eres mío, solo mío, me agite y me movía con intensidad, casi cargándolo estremeciéndome llegue a un orgasmo y él llegaba conmigo,

- Te amo Candy, se estremecía temblando. Me abrazaba – solo mía Candy.

– Si, solo tuya Albert.

Me levanté al baño, pensando me reía de que fuera a seguirme, se supone que estaba cansado y antes de que volviera me bañe rápido y apurada, mi mente en blanco sabía que estaba buscando mi mente para acercarse, me envolví en la toalla sonriendo traviesamente presentía su presencia y al abrir la puerta estaba ahí mirándome sonriente dijo

– Haciendo trampa… lo besé después comente

– Quería verte… así desnudo mi amor. Con una mueca en su rostro respondió,

– No me tardo y te alcanzó… me quite la toalla y lo abrace me metió a bañar nuevamente con él, nos apuramos para ir a montar y cuando por fin salimos a tomar algo ya todos estaban allí, bañaditos cambiaditos, ambos nos soltamos a reír.

Albert hablo con varios de las personas al cuidado de los caballos, me apure en dar instrucciones a los mayores Katy parecía una jovencita de doce años, mientras Terry de catorce igual que Jofiel, Ely de once y los gemelos parecían de su edad, solo que las trillizas eran mayores que ellos pero por la estatura los gemelos sobresalían, Ángel y Mayra de cinco años y Albert de dos, según note que ellos crecerían pronto, por la ultima inyección que recibieron y tal vez se igualarían a los gemelos o a las trillizas.

Arthur se unía a Albert con sus dos hijas que estaban emocionadas al ver a todos montando, traían atuendos muy sofisticados y elegantes. Jofiel las vio venir, no le quitaban la vista a él y a sus hermanos, estaban sonriendo eso tranquilizaba a Jofiel.

Este la noche la paso inquieto y casi no durmió, nos dijo que sentía a William su hermano triste. Le comente que vienen cuatro hermanos mayores a buscar a su madre y a su Padre. Eso lo había dicho de manera subconsciente y le dije que lo recordaban y que ahora sabía que dos de mis hijos venían enfermos y con la cura en sus manos. Lo vi pensativo y para traerlo le hable,

- Jofiel dile a tus hermanitos que el premio se lo lleva el que hable menos y que todos son escuchados por mamá, que vienen sus primas y que los admiran por ser héroes. Este sonrió y movió el caballo tocándolo con la palma de su mano, lo mismo hicieron las trillizas que no se separaban de estar cerca de Albert.

Subí a Bert conmigo y Mayra se quedo en brazos de Albert. El bebe estaba dormido y lo vigilaba Rosemary desde el porche de la casa que lo observaba de manera continua. Jofiel me informo que no despertaría hasta el medio día. Ángel se subió tomado de la cintura de Terry.

Todos comenzamos despacio a cabalgar, el que estaba inquieto era el corcel de Jofiel, Albert sabía porque, pues mi querido hijo estaba más inquieto que el corcel.

- Jofiel sígueme hijo, le dijo Albert y se fue adelante, las trillizas lo seguían asustaditas tomadas de la rienda, los gemelos se emparejaban con ellas en fila y me quedaba con los demás, Arthur nos alcanzó y comenzó a conversar conmigo.

- Veo que le gusta la familia numerosa.

- No sabe cuánto Arthur. Mis hijos son mi mayor tesoro a parte de su Padre.

- La sorpresa se la va llevar Diane, la esposa de Alexander. Pero todo lo que diga no le haga caso Candy, ella es una… competidora y es muy comparativa, creo que siempre se ha quejado de Albert, pero en el fondo es una buena mujer, solo que en esta familia el general y su esposa siempre han apreciado o valorado la forma de ser de Albert.

- Gracias por comentarlo, tengo entendido que llegan hoy.

- Si Alexander y su familia, pero sus hijos no los confundirán, Albert viene muy cambiado, el cabello lo trae más largo, y su piel se ve que… usted lo ha cuidado mucho.

- No me trate de usted, se puede considerar que es mi hermano político al estar casado con la hermana de mi esposo.

- Si mi Rose no ha dejado de sonreír desde que vio a Albert llegar, nuestras hijas al igual que las hijas de Alex quieren a su tío Albert más que a sus padres, en ese momento todos voltearon a ver a Arthur y a las primitas, Terry que iba a un lado de Candy les preguntó

- ¿Cómo pueden querer más a un hombre que casi no lo ven, cuando tienen un buen Padre? La mayor sonriendo respondió

- Porque mi Tío Albert nos quiere y juega mucho con nosotras, además siempre nos traía regalos, esta vez se excedió, trajo a toda su familia, y nunca nos dijo que tenía hijos. Katy sonrió y comentó

- Mi Papá nunca nos dijo de ustedes tampoco, creo que nos quería dar una sorpresa a todos. Bert que estaba conmigo sonrió y dijo

- Las sorpresas nunca se acaban, espera a que conozcas a William. Las dos niñas abrieron los ojos y mis hijos Terry, Katy y Ely que estaban ahí, abrieron los ojos sin decir nada. Arthur preguntó

- ¿Tienes un hijo que se llama William?

- Si es el mayor, vienen en camino, William, Anthony, Andrea y Alexander. Avance para que Bert ya no comentara nada, al parecer estaba conectándose con los demás, a Bert no lo terminaba de conocer ni las habilidades que tenía, pero a las que mayor temor me daban eran las habilidades de Jofiel y Albert también lo sentía. Vi a Arthur que estaba sorprendido por mencionar a cuatro hijos más y le hice la seña a Terry para que alcanzara a sus hermanos y a su Papá.

- Arthur ¿solo quiso dos hijas?

- Mi Rosemary se puso muy malita después de los embarazos y me opere, no quiero perderla, es lo mejor que tengo en la vida. Candy… antes de que se me olvide, quiero que sepa que Diane es muy especial y un poco selectiva, así que mis hijas y yo no nos acercamos mucho a ella.

-Por Dios, pero cual selección, ¿Por qué?

- Diane es rubia y sus hijas igual, mientras mis hijas se parecen a mí y no soy tan blanco como ella.

- ¿Cómo?, perdón… lo que sucede es que en México la mayoría es de su color, los latinos son así, en mi familia somos de todos colores, mis hijos no todos son rubios, creo que ya no me va a agradar Diane. Arthur sonrió movió la cabeza de un lado a otro y agregue - Más le vale no hacer distinción entre mis hijos y sus niñas, porque no resisten esa clase de racismos.

- ¿Lo dice por los que están aquí?

- Si, Terry es rubio, pero Ely no y los pequeños tampoco, los gemelos son castaños, no son rubios. Y Jofiel tiene su cabello blanco.

- Bueno pues ya está advertida, aleje a Jofiel de ella. Sonrió Arthur

Mi mente se comunicaba con Albert y este sentía la tristeza de Jofiel, solo pensaba que era por William. Pero Arthur me dejo inquieta, al sentir sus pensamientos note la tristeza y el desprecio de Diane a las niñas de Rosemary. Las comparaciones con sus hijas.

Albert me dio en su mente el pensamiento de las comparaciones de su hermano y él, que Diane sabe que Albert es quien tiene mayores ingresos, que era amiga de Doraly y que esta le confirmo que Albert era gay.

En otra parte lejos de ahí estaban parados William y sus hermanos, tocaban a Anthony y a Andrea, y Will estaba de rodillas.

- Andy ya vamos a llegar con mamá, ella te va a curar. La joven dejo de hablar desde que ella y Anthony vieron como procesaron a sus hermanos Wendy y Walter. A Wendy se la inyectaron a un hombre japonés pero Anthony tomó la mano de Andy y ambos mentalmente hicieron hervir la sangre del hombre al que le ponían la inyección de Wendy provocando que todo se derramará en el piso y el suero del proceso quedará en el suelo derramado entre mezclado con la sangre hirviendo el hombre que brotaba por la nariz y los oídos.

Las personas que hicieron el proceso pensaron que no servía y que era una trampa de Leman, mientras que William y Alex aprovecharon la confusión para tomar el suero de Walter y rescatar a Anthony y Andrea escapando del laboratorio donde se encontraban, escaparon nadando cuando ya no pudieron continuar subieron a un bote y después entre huidas robaron alimento y pasajes.

William desconocía lo que Anthony y Andrea hicieron, pero su mente estaba en la imagen de sus hermanos y ellos eran los que seguían de procesar, fue ahí que William los rescató y Alex en venganza, hizo explotar el laboratorio en silencio total, sin embargo Anthony traía un dolor tan intenso que ambos él y su hermanita dejaron de hablar.

Will, llegaba a una granja y tomaba una camioneta, Alex ayudaba a Anthony mientras Will tomaba en sus brazos a Andy quien soltaba lágrimas al ver como era de largo el viaje.

De un avión bajaba William Alexander y su familia para subir a una camioneta y este le decía a su escolta que manejaran otro auto que ellos se irían solos que faltaba poco para llegar.

- Papi ¿Tío Bert ya está en el rancho?

- Si mi pequeña, tu tío llegó ayer.

Manejaban por el camino y se detuvieron en una tienda de un pueblo antes de llegar, ahí Diane compro algunas revistas, y las niñas dulces, Alexander le dijo a su escolta.