Fic
El Secreto de las Castas
Capítulo 16
Mi familia nueva
Sean y Katy eran los abuelos más enamorados, jóvenes y contentos de todo el centro comercial. Las tiendas más exclusivas las conocía de mucho tiempo Judit, ella tomada de los brazos de sus nietas mayores, las llevaba a escoger ropas exclusivas y preciosas, además de vestidos de fiesta, bastante elegantes, atrevidos y que tuvieran un surtido de donde elegir.
-Mira Andrea, a mi madre le dará algo si me ve en este vestido, casi puedo verme el trasero. Andrea se reía, porque la espalda se lucía blanca y brillante en su hermana y sus bustos sostenían la tela con dobleces, sin embargo, daba la sensación de que podían meter la mano y tocarlos, al igual que su trasero.
- Candice, créeme, a mamá no será el problema, lo será Papá. Le dirán suegro más de cuatro y mi Tío Alex, se sentirá viejo.
La abuela Judit se reía con Andrea, al saber lo aprensivo que era Alexander. Pero ese vestido dejaría por el suelo a la glamurosa de su nuera Diane. Y eso la hizo comentar,
- Hija, ¿quieres que se vea mejor que ustedes tu tía Diane? Porque ella siempre lleva vestidos muy atractivos y le gusta robar cámara, mira, compre estos para tu madre, ya tengo su talla y créeme, la convenceré de que se vea espectacular.
El vestido era precioso, se lucía su pequeña cintura, sus redondas caderas y su trasero respingado, la hacía una mujer bastante sexy. Sabiendo que solo hasta ayer ella no tenía nada de eso, la dejaba mirándose en el espejo, ya no era tan castaña, ahora tenía un brillo rubio en su cabello, sus ojos color miel claro, ¿cómo le había cambiado tanto el tono de sus ojos? Y sin querer su respuesta llego de inmediato, la melliza Mayra ya no la había visto, ella dormía una noche antes en su cama, ya no estaba en la casa, solo vio a las trillizas cuando salieron, no vio a Ángel y Bert estaba mas alto, traía la ropa de Ángel, si, ahora lo comprendía, giro su mirada y se encontró con Andrea, quien la abrazo y le pidió perdón,
- Andy, ¿Mi hermano?
- Si, es mi hermano también, son mellizos ahora, por favor, no digas nada, sé que soy responsable, que no te vi, que yo…
- No te culpo, solo que no sabía que ellos, ya no estaban.
- Katy tampoco estaba.
- ¿Katy tampoco? Mentalmente se miro al espejo, sus respuestas llegaron, como por arte de magia. Andy bajo su rostro y Candice, la abrazo con mas fuerza y agrego, - Te quiero mucho Andy. Pero ahora creo que soy la mayor.
- Siempre lo fuiste Candice. Ahora eres mucho mayor, ya no podrás volver a México. Debes quedarte con nosotros, ¿Cierto?
- Definitivamente. Además, no entiendo mucho de esto, pero siento muchas cosas extrañas, desde que dormía, y aún más, cuando desperté. Andrea giro con su vestido para que la viera. Mientras su abuela Judit solicitaba mas vestidos para sus nietas que se habían quedado en casa, en sus colores respectivos.
Los comercios estaban en su momento, zapatos, bolsos, pero preguntar por todos los nietos y que Sean contestara con tanta facilidad de cada uno de ellos, era algo gratificante, pues Katy, su hermosa mujer, les llevaba ropas a sus muchachos, paquetes de cosas nuevas, ayudada por su marido, porque siempre lo había sido y ahora tenerlo era como caminar entre nubes. Era como vivir un sueño y saber que lo podía palpar y tocar, que podía besarlo y como si hubiera vivido una pesadilla, ahora iba tomada de su brazo, como si los años no hubiesen pasado.
- ¿Cuántos zapatos de caballero llevamos?
- A ver, tenemos ocho nietos, pero recuerda que Tom y Jim estarán presentes. Además, posiblemente Tom desea traer a sus hijos y a su mujer.
- Si, me lo dijo, deberíamos saber si la casa de su familia ya se vendió, porque Jim, llamo y esta en el rancho de mi padre.
- Es bastante grande, las propiedades de mi cuñado y mi madre fueron vendidas hace tiempo. Deja que se queden con el rancho de tu padre, cielo. Nosotros viajaremos mucho.
- ¿En serio?
- No le perderé la huella a ninguno de mis nietos. Tengo entendido que mi hija no ha parado de ir y venir por todos los continentes, crees que su madre no merezca también pasear.
- Si es contigo, a donde sea estará bien. Tom me hizo abuela de dos. Y Jim se me iba a casar, pero ahora que hablamos.
- Lo sé, escuche ayer. Tom también le dijo que se lo había advertido.
- Pobre hijo mío. No le ha ido bien, siempre le pasan cosas tristes a mi muchacho.
- Ni tanto, veras que se animara mucho cuando venga. Me gustaría decirle que también es hijo mío.
- La verdad nos hará libres, el sabe que su padre lo quería mucho.
Varios hombres tomaban las cosas y las llevaban a la camioneta. Sean le pedía a Judit que escogiera ropas para su mujer, como si fuera una de sus nietas y que no olvidara incluir a su hija, a lo que Judit estaba mas que agradecida por lo que le pedía, confiando su gusto para la familia.
En el Rancho Jim, era tratado como si fuera su abuelo, Tom y él se comunicaban, se ponían al día, de todo cuanto le había sucedido. Tom estaba a un lado de Candy y ella escuchaba lo que comentaban, fue entonces que Tom le pasaba el teléfono a ella y esta lo animaba a que se viniera con la familia de Tom para la fiesta.
- Me encantaría Candy, Tom ya me contó algo de lo que sucedió, estoy un poco en incertidumbre, nunca imagine que no fuéramos hermanos, sino medio hermanos y…
- Mira Jim, tu eres mi hermano y eso es lo de menos, mi padre vino aquí, está muy contento por encontrarnos con vida, sabe de ti y eres como un hijo para él. Mamá dice que el rancho de su familia estará a nombre tuyo y de Tom. Si lo deseas, podemos vivir acá. Los bienes de México podrían ser tuyos, Tom y yo, no discutiremos eso.
- Podré vender todo en México, vivir aquí en el rancho, esta mucho mejor y es más conveniente ahora, aunque no esta el abuelo, se siente vacío, nos necesitan a Tom y a mi aquí, hay muchos pendientes, ganado, sembrado y mucho que el abuelo dejo. Tom ya te conto lo que me sucedió con Lupita…
- Si. Además, me alegro de que lo veas así, ya ves lo distinta que es mi familia ahora.
- Si Candy, que tengo muchos sobrinos y que tenemos muchos que nos vendrán a ayudar aquí en el rancho, diles que soy un tío buena onda eh, nada de amargado ni que ya no tengo novia, estoy bien y esto nos beneficiará a todos, me dijo Tom que tienes gemelos y mellizos y hasta trillizas, eres una suertuda y seré el tío mas genial que tengan esos chamacos.
- ¿Me lo prometes Jim?
- Sabes que siempre te he querido mucho, que cuando venias así toda extraña, aun así, te queríamos, es más me dijeron que manejabas mejores armas que Tom y que yo. Pero algo si notaba, ese tipo te ama, nos acepto a todos, solo porque te queríamos y te cuidábamos, cuando se llevó a Terry, lo escuche que lo abrazo y le dijo, eres mi hijo de nadie más, eso sí es un hombre, en serio Candy, dice Tom que también con ese virus cambiaron a Ely y que quedo bien feíto mi hijo Tomillo, pero aun así lo voy a querer mucho, dile que no le de vergüenza, que si esta feo, es que se parece a su abuelo… ah no, verdad, ya no es su abuelo, mi papá.
- Jim, el cambio de nombre y tiene el apellido de mi esposo, se llama Ángelo Andrew, y… no está feíto, solo… diferente.
- Ya me convenciste iré por la familia de Tom, dile que busque hospital aquí, para su mujer, porque me los traeré a todos aquí al rancho.
- Gracias, Jim. Te quiero mucho y ¿Qué les dirás a la familia de John?
- Lo que quedamos, lo menos posible y que Candy Gómez y sus hijos están en un programa de protección, por ese secuestro que sufriste, que ya no podemos verte. Y … tu eres mi media hermana, la hija de mi mamá y de Sean White. Pero eso solo si me presionan, Tom no es mi hermano y es primo tuyo. Y ya no serán mis sobrinos los hijos de Tom. La voz se oía quebrada y Candy se sintió triste y agregaba,
- Jim, siempre serán nuestra familia, siempre lo serán. Además, con mis hijos, sentirás que… te faltaran dedos para contarlos a todos.
- Si Candy, pero ellos no me conocen y… tal vez quieran más al tío ese rico que tienen, con su papá.
- No lo creo.
Ya entraban todos al comedor, Candy y Tom sentados en un sillón en la sala, continuaban con la conversación telefónica, al verlos, Alex se reía, por ver que si podían hablar por el celular de su Tío. Ángelo Terence se acercaba y preguntaba,
- ¿Quién es mamá?
- Tu tío Jim.
- ¿En serio? ¿Me lo pasas?
- Por supuesto.
- Hola Tío, ¿vas a venir?
- ¿Tomillo?
- Ya estoy más alto, y me di un cambiazo.
- Si ya me dijeron, que estás medio feíto, o como dice tu mama, diferente.
- ¡Ah! ¿Ya nos llevamos así?
- Bueno mijo, como sea ahora tendrás competencia, ya no estoy comprometido, no habrá boda, así que, aunque estés crecidito, te bajare a las chicas y todas estarán bailando conmigo antes que contigo.
- ¿A sí? ¿Quieres apostar? Te contó mamá que tengo también hermanos, ¿eso los incluye a ellos?
- Ya me quieres atar navajas con los otros que no me conocen, pero aquí siempre rompía corazones, Tomillo, así que, "qué tanto es tantito". No estarán tan bonitos que digamos.
- Tendrás que venir a la fiesta, para averiguarlo.
- Iré por tu Tía y tus primos, luego veo si alcanzo a ir a verte en el festejo de tu… papi y tu tío rico.
- ¿Tío Rico?
- Si, sale en las revistas como un empresario, al principio lo confundía con el esposo de tu mamá, pero es muy rico y tiene dos hijas. Y una esposa famosa, de esas que salen en las revistas y se toma fotos con artistas.
- Ya entendí, entonces estas celoso porque te vamos a cambiar por el tío.
- Ah, ¡lo sabía! Le dije a tu mamá, pero ahora ya lo escuché y mira que solito lo mencionaste ya hablare con tu hermana, veras que para ella si soy su tío consentido, deja que le cuente a Tom, que también le tumbaran el trono.
- Como crees, Tío.
Los demás escuchaban la conversación de Jim y Terence, se reían por como el tío resultaba ser muy sentido, juguetón y estaba celoso del Tío Alexander. Terminaba la llamada y buscaba a su hermana, la cual aun no regresaba de compras con sus abuelas.
Candy aprovechaba para hablar con su hijo y comentar lo notable, que Katy, Mayra y Ángel, se habían ido, que en el caso del mellizo se había instalado dentro de él y por eso surgieron esos cambios, el lo tomaba con tranquilidad y seriedad, miraba a Albert quien le aseguraba que si le hacían un examen de sangre, saldría genéticamente siendo hijo suyo, aun con el parecido a otra persona, el era su hijo y era mellizo ahora de su hermana, por lo que aceptaba con recelo, y al ver a Will, Alex y Anthony que estaba cabizbajo, estos lo animaban,
- Vamos Ángelo, te acostumbraras, Papá fue rápido al ponerte ese nombre, también lo hizo con Joseph y él se está acostumbrando. Decía Will con tranquilidad, a lo que Terence respondía
- Me siento extraño, no sé que hay dentro de mí, pero si es muy distinto y feliz, aunque quisiera echar de menos al pequeño, estuvo durmiendo conmigo en dos ocasiones y era tan chiquito, sonriente, pensar que le robe una oportunidad. Alex agregaba,
- No robaste nada, mi hermanito no iba a sobrevivir sin su cuerpo adaptado al crecimiento, su instinto hizo bien en entrar en ti, es como si estuviera aquí, no se fue, crees que sería así cuando los echo de menos, me da tristeza que la única que realmente perdimos sea Wendy.
- ¿Wendy?
- Si, es la melliza de Walter, él, nos salvó a Andy y a mí. Confirmaba Anthony con solemnidad, respetando que su hermano, no se fue en vano y que Wendy al menos fue vengada por él.
Ya pasaba la hora de merienda, la Tía Diane seguía de un lado a otro molesta porque ningún teléfono funcionaba en sus manos o a su alrededor, eso lo observaban los muchachos con ingenuidad, sin embargo, sonreían en complicidad Alexander con Joseph y este a su vez, parecía relajado al querer ayudarlo.
- Tía Diane, ¿Por qué esta molesta? Preguntaba Terence al verla de un lado a otro y esta al verlo se quedaba impactada, por el parecido con el actor y que le dijera Tía.
- ¿Quién eres? ¿De dónde saliste?
- Soy Ángelo, llegue ayer con mi abuelo Sean.
- Eres muy parecido a…
- A mi familia, supongo, soy mellizo y mi padre no le gusta que me comparen con personas ociosas y vulgares, como eso de un actor y cosas así.
La cara de Anthony, William, Alexander y el mismo Joseph, estaban de impacto, como le había dicho al amigo de su Tío Alexander, y aun no estaba ahí su padre para que lo escuchara.
- ¿Ocioso y vulgar? Por favor, Terrance Grandchester tiene una carrera impecable, es un padre de familia, actualmente, aunque te parezcas a él, jamás le llegarás al talón de sus zapatos, es el mejor amigo de mi esposo, tiene una fortuna incalculable y su familia es de las mejores en nuestra sociedad. ¿Sabes cuantas películas ha realizado?
- ¡Catorce! Si, lo sé. No hare películas y nada de esas falsedades con las que se puede vanagloriar un actor, puedo asegurarle que antes de lo que se imagina, podría superar su fortuna, sin dejar un reguero de daños a su alrededor.
-¿Daños? ¿Qué daños? Su carrera profesional es impecable, es un padre ejemplar, su hija vendrá a la fiesta de mi esposo y cuando la conozcas, querrás estar a su lado toda la velada, es tan hermosa que ni tu hermanita supera a Tifany Grandchester, es preciosa, tiene un porte, una forma de ser tan juvenil y no esta amargada.
- ¿Cómo mi melliza, Candice?
- ¿Tu melliza? ¿Todavía hay mas hijos regados? ¿A que se dedicaba tu padre? ¡A procrear demonios!
Candy la madre de ellos escuchaba tras la espalda de Diane y asustada entraba al salón, al ver que tenía a Terence frente a ella y la conversación que escuchaba desde la escalera estaba molestando a Diane, pero decirles a sus hijos demonios, eso no lo permitiría.
- ¿Qué sucede aquí? ¿Como que mis hijos son demonios? ¿Qué te han hecho?
- Lo siento, tu hijo me saco de mis cabales, es muy engreído, vanidoso y hasta soberbio, como podrá ser mejor que Terrance Grandchester, ya lo conocerá el día de la fiesta, con gusto le bajara esos humos de grandeza, Terrance es por mucho un excelente hombre.
- ¿Terrance?
- Si, tu hijo se parece mucho a él. Pero Terrance es un hombre humilde, detallista, un padre amoroso y una persona divina. En cambio, este hijo tuyo, es todo lo contrario.
- ¡Estás loca! Ese actor esta plagado de si mismo, no creo que tenga ninguna virtud a comparar con ninguno de mis hijos y si hay un demonio en este lugar serías tú, nadie más. Oye bien, no te vuelvas a acercar a ninguno de mis hijos, mucho menos a presentar a ese actor que mencionas, ni se te ocurra pensar en comparar sus virtudes desechables, con nadie de mi familia.
- ¿Virtudes desechables? No sabes que todas mis amigas adoran a Terrance, es un famoso actor, tiene campañas de beneficencia en varios países, es un hombre impecable, ya quieras que uno de tus hijos fuera como él.
Alexander y Albert entraban al salón sonriendo después de haber estado en el estudio, esperando a que su madre volviera, al escuchar a Diane y a Candy molestas ambos sorprendidos intervenían. Alexander preguntaba,
- ¿Qué está pasando aquí, Diane?
- Que esta familia de tu hermano no tiene nada de roce social, serán un fracaso en el evento. Ni siquiera les agrada Terrance, y este joven que tiene su parecido, es tan egocéntrico, soberbio y no sabe la suerte que tiene de parecerse a nuestro amigo.
- Diane, la familia es primero, como te atreves a subir el ego de Terrance, ante mis sobrinos, por favor, tu que sabes de él, no creas que toda esa fachada de opulencia, pueden ocultar un desastre de vida, si mi sobrino se parece a él, el que tendrá suerte es Terrance. Ruego porque Ángelo no se parezca en nada a mi amigo, no lo conoces como yo. ¿Sabes que esta haciendo ahora? ¡No! Porque no lo conoces, Terrance esta en México, buscando a su esposa y sus hijos, a los que abandono y humillo haciendo una estupidez, fingiendo una boda, cuando ya estaba casado con tu amiga Susy y tenía una hija. Quien sabe que tantas sandeces hizo, no lo escuses Diane. Si no conoces a las personas, no hables amor, que no aprendiste la lección con Doraly, poca vergüenza seria que asistiera al evento y viera a la familia de mi hermano, su mujer y sus hijos. Yo en su lugar no me pararía en la fiesta. Con cara de asombro miraba Diane a su marido abriendo más y más sus ojos hasta que respondía con tono de sorpresa,
- ¡Alexander! Doraly es mi amiga. Y con el mismo tono Alexander en agregaba un tono irónico y comentaba,
- Y Albert ¡es mi hermano! Vas a ir a una fiesta en la que el es el festejado y publicaste junto a tu marido una sarta de falsedades sobre él. No querida, eso sí sería vergonzoso.
Deseando sea de su agrado, un capítulo más de esta historia
Un sincero Abrazo a la Distancia
Mayra Exitosa
