Fic

El Secreto de las Castas

Capítulo 27

Atracción y reacción

Por la terraza de una vista hacia la zona boscosa, se respiraba el viento fresco y la noche brillante, la mansión que podía ser un simple rancho, se veía magnifica, los árboles con luces iluminaban el exterior como si fuera un espacio romántico para todas las parejas que iban a caminar junto a la fuente, los jardines, los corrales, el exterior del salón donde se observaban balcones iluminados con lucecitas que daban una armonía en cada arbusto, cada flor, cada planta, que se tenía contemplada en la decoración del festejo, las escaleras daban un toque de ensueño, el camino de ingreso a la mansión llevaba luces sepultadas en el piso dando una imagen de pista de autos, sin embargo, los encinos iluminados de su base hacían otro camino más hacia las otras zonas más rebuscadas de la mansión, como esa pista de tenis y a un lado el campo de tiro, eran detalles que estaban más lejanos, se iluminaban ahora que se lucía la mansión nocturna. Joseph se sentaba en la vista de una moldura de la casa desde donde se percibía una imagen desde lo alto y a la vez le permitía lucir el cielo colmado de estrellas. Nery tímida aún se quedaba de pie, hasta que el la invitaba a sentarse a su lado, ella conversaba con él y después de confirmar que si tenía un poco de educación militar, al ser sus padres militares, ella comentaba lo sucedido hacía tiempo y como su padre no la dejaba salir a solas, por lo que no podía disfrutar de una noche estrellada con facilidad.

- Fue algo muy irregular, no había nada roto, no había puertas o ventanas forzadas, nada, mi mascota me aviso, ella estaba muy extraña, la lleve hasta la habitación secreta, que papá construyo y ahí nos quedamos hasta que pudimos salir después de varios días. Hubo disparos, personas que no esperaban eso, mis padres estaban en Canadá, en un congreso y yo, no deseaba salir de ahí, solo quería que mi padre regresara. - Debió ser horrible para ti. ¿Y tu mascota? -Fue envenenada tiempo después, aun hoy no sabemos lo que paso. Mi padre prometió comprarme una nueva mascota, pero como Oly no hay dos. - ¿Qué raza era? - ¡Golden retriever! - Mis hermanos tienen un bóxer llamado Duque y una Beagle llamada princesa.

La conversación continuaba y poco a poco terminaba abrazada por él platicando como si fueran dos viejos amigos que se conocían de mucho tiempo, Joseph estaba suspirando el olor del perfume que emanaba, lo hacía deleitarse y soñar que ella era perfecta para él, no habría otra chica tan increíble y sensible, mientras ella suspiraba al sentir el abrazo protector cubriéndola.

- Sabes Nery, te vi aquella tarde en la puerta de tu habitación y supe que teníamos que conocernos. - Cuando te vi, al principio te confundí con tu padre, pero luego te noté mas delgado y tu cabello tan rubio platino casi es blanco, me encantó, esa mirada azul que es tan trasparente y… ella se daba cuenta que se estaba delatando y se quedaba en silencio de manera repentina. Sin embargo, para él eso le gustaba, inmediato confirmaba - Me gustas mucho, Nery, quisiera detener el tiempo esta noche para que no llegue mañana y tus padres te quieran llevar y no pueda continuar conociéndote y saber que… te irás, me hace sentir triste desde antes de que suceda. - Me pasa algo similar, pero si apenas y nos conocemos, por eso se me hace tan difícil de creer, pero sabes, le diré a mi padre que me deje invitarte a pasar unos días con nosotros, estoy segura de que si le digo que investigaremos juntos lo que le paso a Oly… el me creerá y me dejara que seamos… -¿Novios? Le interrumpía Joseph mirándola emocionado, a lo que Nery asustada y mirándolo confirmaba como si no lo creyera -¡Novios! - Si, me gustaría mucho que fuéramos novios, que me dieras la oportunidad de conocernos y que mis padres sepan lo mucho que me gustas, encontré a la chica de mis sueños en su fiesta de cumpleaños, es como si fuera el mío al recibir tan bello regalo. - Joseph, estás diciéndome en serio que… ¿quieres que seamos novios? - ¡Si! Solo si me aceptas, podría ir contigo a ver si averiguamos algo en tu casa, aunque no creo que me dejen ir, es mas seguro que pueda pedir permiso a tus padres para que te quedes conmigo y asegurarles que nadie te haría daño a mi lado.

- Eso es imposible, ahorita mismo podían llegar un disparo de una bala perdida y cuando ya es el destino que te lastimen, aunque te opongas a todos, te tocara llevarte lo que el destino te tenga en su camino.

- Si fueras mi novia y te quedaras conmigo, ni una sola bala dejaría que se acercara a ti, mientras estés a mi lado.

- Me gusta como lo dices, con tanta seguridad, no sé, pero te creo tanto que juraría que si callera un avión nos salvaríamos por estar juntos.

- Por supuesto, no dejaría que ni el avión rosara uno solo de tus cabellos, eres tan preciosa, que…

En esos momentos Joseph tomo su barbilla y beso sus labios, dejando un sabor en ellos que parecía no tener fin, probaba lentamente y sin darse cuenta, ambos estaban tan juntos y acomodados, que el la atrajo hasta subirla a sus piernas y besaba posesivo los labios que jamás habían sido besados. Al faltar el aire, se miraron con un brillo que no deseaban detener, ella le acariciaba su rostro y besaba delicada parte de él, mientras que la otra mano acariciando su cabello y jugándolo entre sus dedos. Los suspiros no fueron lo único que se dio, fueron pequeñas caricias que se daban en cada que ambos se tocaban

- Joseph, vamos muy rápido, creo que… no debemos,

- Nery, ¿No quieres que te bese?

- Nunca había besado a nadie. Su mirada estaba en la de él y ambos volvían a hacerlo con ternura, mostrando timidez y valentía en iguales proporciones, y eso le gustaba mucho, porque, aunque era nuevo, era maravillosa haberla encontrado sin ir a su búsqueda, ella estaba en sus brazos y había llegado a donde pertenecía y no debía irse jamás de su lado.

- Creo Nery, que ahora solo puedo asegurarte de que el amor a primera vista existe y que no puedo detenerlo, no puedo alejarme de ti, eres la mujer más bella y juro por esas estrellas, que no hay otra mujer en el mundo para mí. El beso que le dio esta vez fue colmado de amor y un deseo que ella no deseaba detener, pero que anhelaba en el fondo de su ser y le respondía,

- Si es la mitad de lo que estoy sintiendo, te creo Joseph.

En los jardines, otra pareja continuaba abrazados, él la acompañaba de nuevo al camino para regresar al salón, pero ambos no dejaban de mirarse, el la abrazaba posesivo de su cintura, ella se recargaba emocionada por como Stear, la tenía en tan alta estima, - Debo participar con mi familia, después dirán que me robe a mi novio y no quería que nadie lo viera. - Tal vez piensen eso de mi y no de ti, pequeña. Entraban directo a la pista, al ver que sus hermanos lo hacían y ya había muchas parejas, en cuanto entraba se daba cuenta que el actor Terrance Grandchester llevaba a su hija a bailar y de pronto sintió un ramalazo interior, que alguien que bailaba también sentía en esos instantes y de inmediato la buscaba.

Ángelo Terence, su hermano giraba a verla, exactamente en el camino de la puerta donde había ingresado y sabía de manera instantánea donde estaba su hermana, observaba hacia donde miraba ella, notando lo que le había provocado, este apenado se llevaba a su compañera hasta llegar a ella,

- ¿Te sientes bien, Candice? Stear se asustaba, preocupado porque ella se ajustaba el pecho y sentía su rostro apagado de pronto, pero ella respondía

- Si, Terence, es solo que, no sé porque me sentí así de repente. Stear, la abrazaba y le indicaba que fueran a sentarse, a lo que su hermano se disculpaba con Ariadna Robertson y ella asentía al notar que era su hermana y el joven con ella era su novio.

La madre de ambos ajustaba a Albert y se detenía en el baile, a lo que este giraba para sacarla de la pista, ahí notaba que Terence, tomaba las manos de su hermana y estos se iban a con ella.

- ¿Qué le paso a tu hermana, Terence?

- Le dio un dolor en el pecho. De repente, casi sentí lo mismo, no sé por qué. Albert comentaba,

- Hijo, es tu melliza, debe ser eso, ¿no lo crees? Terence giraba a ver a Albert y asentía, no se acostumbraba a ser mellizo de su hermanita menor, pero lo comprendía dolorosamente. Este se levantaba cediendo su lugar a su madre, quien sentía a su hermana y porque le había ocasionado ese dolor, a lo que ella la miraba conmocionada, por lo que sentía de su hija y susurraba al oído,

- Mi vida, nunca has bailado con él, pero Albert es tu padre. Baila con tu papá, veras que te sentirás mejor. Eres su hija, Candice, siéntelo aquí. Candy tocaba el centro de cuerpo indicándolo con su torso y ella asentía. Y con una sonrisa traviesa preguntaba,

- ¿Papá, puedo bailar contigo?

- Por supuesto. Albert abrazaba a su hija y le decía a Stear, - Soy el festejado y mi hija no ha bailado conmigo ni una sola pieza, todo esto por ti. Stear notando el tono amable y juguetón de Albert, le respondía en igual tono,

- Lo siento, no sabía que ella era muy unida a ti.

- Tanto o más que su hermana, aunque no lo creas Stear, ella llego primero a mí. Albert miraba a su esposa Candy y ella con su mirada le hacía referencia de lo que había visto su hija, a lo que el sonriente asentía. Y agregaba - Terence, tu mamá quiere bailar contigo, luego continuaras con tu amiga. Anda, vamos que Jim no ha dejado de bailar y puede que nos gane.

La pista de baile ponía una melodía menos movida y mas emotiva a lo que ambos padres tomaban a sus hijos y Stear se iba a la mesa con su familia, después de acompañar a Ariadna hasta su mesa, mientras su novia bailaba con su padre en su cumpleaños. Su madre al verlo llegar comentaba,

- Stear, tu novia quiere mucho a su padre.

- Si, pero lo sintió más cuando los vio bailar y ella no había abrazado a su Papá, creo que la separe de ellos y es muy unida a su madre.

- ¿Le gusto tu regalo?

- Si, le gustó mucho, lo trae puesto. Me dice que no querrá quitárselo. Su madre le tomaba la mano y haciendo un guiño, a su padre, tomaba a su madre para ir a bailar,

En la pista, muchas parejas dejaban de bailar y otras entraban al notar el cambio, La melliza se recargaba en el pecho de Albert y este besaba su cabeza ajustando a su hija con él y bailaba delicadamente, comentando

- Stear debe estar muy enamorado para que no te haya soltado ni una sola vez. Ella se reía y apenada confirmaba que sí, mordiéndose el labio inferior. Luego Albert le agregaba, que conocía de toda la vida a Stear, le aseguraba que el la iba a cuidar y la apoyaría en hacerla feliz si ella lo aceptara, pero que no llevaba prisa, que ahorita ella necesitaba mucho a su familia, y el podía quedarse si así lo decidía, era bienvenido a estar con ellos.

- ¿De verdad? ¿Puedo decírselo?

- Por supuesto que sí, puedes decirle que donde quiera que vayas, el será aceptado porque te ama y nosotros lo aceptaremos como uno de la familia.

- Gracias, Candice sonreía y miraba a Albert, agregando, - Eres el mejor padre del mundo, te lo juro.

- Si me lo dices, me lo creeré, porque desde que viniste a mí, te he querido como mi hija, tu madre lo sabe.

- Y ahora lo soy. Siempre lo seré.

- Así es, y soy muy feliz por eso.

- ¡Papá!

Terence bailaba cerca de su hermana y su padre, pero Candy lo abrazaba mimosa y su hijo la estrechaba con cariño recordando el tiempo en que le enseño a bailar en casa y hacía ahora girar a su madre, como lo hacía ella con él cuando era pequeño y ella suspiraba al sentir el cariño de su pequeño.

La melodía terminaba y otra iniciaba con mas movimiento, a lo que ellos continuaban bailando y Albert ahora hacía lucir a su hija con pasos de baile mucho más complicados que iban con la pieza musical, luciendo como la llevaba en sus brazos y ella reía, por como la guiaba para que lo hiciera perfectamente. Candice se veía radiante, topándose de pronto en la pista con la otra pareja, de padre e hija y ambas mujeres se miraban de frente en un giro de la música. Que se detenía estando cerca.

Albert de inmediato tomaba a su hija y jugaba con ella separándola de ahí, uniéndola a su hermano y a su madre.

- Mi hija es una bailarina preciosa, mi vida.

- Si, mi cielo. ¿Ya viste el regalo que le dio, Stear?

Terence y Albert giraban a ver que traía de nuevo notando su corazón abrillantado con las luces y con un puchero comentaba, - Hija es mi cumpleaños, no el tuyo, que te anda regalando Stear, corazoncitos. Ella jugando le ponía la palma en el pecho haciendo un puchero diciéndole,

- ¡Papá!

Al decir de forma bromista "Papa" Terrance sentía escuchar a su hija Tifany sin embargo era español lo que escuchaba y un recuerdo de la hija que no había visto desde pequeña se vino a su mente, su pequeña Eleonor, diciéndole Papá. Tifany le pedía salir de la pista, antes que iniciara otra pieza, pero el estaba aturdido por los recuerdos que le llegaron solo al escuchar algo tan simple. Al salir pasaba donde estaba Terence y este se detenía viendo de frente a quien se parecía tanto a él.

Ambos mellizos lo miraron los ojos, y el sin decir nada se detenía mirándolos también, Candy por su parte se iba tras de Albert tomando su cintura bajando la mirada, al recordar como es que su hija se había sentido menos al ver al que fue su padre con su otra hija, y ella tenía que sentir, que ambos ya no eran aquellos niños, ahora dentro de ellos debían asimilar junto a su ser, la nueva forma que ellos mellizos les habían regalado.

De pronto y sin esperarlo, Terence la sorprendía besando la cabeza de ella, levantando su barbilla con una sonrisa y su hija abrazaba enlazando su brazo con el de ella, a la cintura de Albert, uniéndose en el otro costado de su padre. La melodía iniciaba y ahora Terence bailaba con su hermana y sus padres quedaban juntos.

En la mesa Andrea que observaba, le pedía a Archie que continuaran bailando, para robar a su padre de su madre y el con complicidad aceptaba, porque bailaría con la madre de ella, por solo un par de piezas, para regresar a bailar de nuevo a su lado, eso le prometía Andy al proponérselo y ella al final agregaba,

- Adoro a mi Papá, pero no me quiero quedar con él en la pista, recuerda que soy tu pareja, no lo olvides.

- Eso es imposible, ya no tardan en servir la cena, así que apurémonos antes de que pongan música de fondo.

Entraban a bailar y en un giro, Andrea le guiñaba un ojo a su madre, a lo que esta cambiaba de pareja sorprendiendo a Albert, quien giraba a verla por como se había cambiado, pero al sentir la incomodidad de su marido, ella de inmediato cambiaba de pareja con sus hijos, dejando a Candice en brazos de Archie quien la hacia girar y bailaba con ella. Mai y Anthony bailaban en esos momentos y Albert le daba a su melliza quitándole a Mai, quien se aturdía por el cambio de pareja que no tenían visto, pero ver a su primo Albert con ella, la hizo reír y le complicaba los pasos de baile a este, a lo que Albert le seguía pero la hacer un giro le quitaba a Terence a su madre y le dejaba a Mai a cambio y Candy al estar con su esposo lo besaba porque volvían a estar juntos. Este se salía de la pista llevándose a su mujer antes de que sus otros hijos le quisieran quitar a su madre.

- Fue grandioso, estuvo muy bonito el baile, los chicos se están divirtiendo, mi amor.

- Si, y los que faltan, pero antes vamos un rato al jardín.

Las parejas quedaban bailando, a lo que los padres al salir y tratar de esconderse se topaban con su hijo Joseph y Nery. Sentados como novios, besándose y Candy asombrada giraba a ver a Albert quien se movía a oro lado susurrando a su mujer,

- Candy ella no ha tenido novios, sus padres son muy …

- Mi hijo tampoco, Albert. Tienes que hacer algo, entre mayor casta, mayor atracción, él no lo puede evitar y ella no podrá detenerlo.

- Lo entiendo, interrumpamos amablemente. Ayúdame a unirlos, no quiero ser el malo en esto.

Con delicadeza movía algunas ramas alertando a Joseph sobre su presencia, este dejaba de besar a Nery, pero la abrazaba posesivo y la cuidaba.

- ¿Joseph, hijo?

- Si Papá, ella es Nery McGregor, mi pareja. Candy sonriente le comentaba

- Es preciosa, ¿y ya son novios? Ella confirmaba,

- Si, el me lo pidió. Avergonzada por como estaba sentada encima de Joseph se levantaba con cuidado. Respondiendo a la madre de su novio. Mientras Joseph sonreía porque no le había confirmado, ahora sabía que, si eran novios, Albert comentaba,

- Me da gusto hijo, tendré que hablar con sus padres, Nery es hija única y es un socio muy importante en nuestra familia. Joseph agregaba,

- Si, me dijo tía Rosemary que son amigos de ella y que le gusta la idea de que me interese en Nery, ¿Espero no sea problema? Candy preguntaba,

- ¿Es algún problema que sean pareja, Nery?

- No, no es problema es solo que nos acabamos de conocer y… nos dejamos llevar, mis padres no toleran un comportamiento tan… in..

Albert intervenía y agregaba

- Romántico y hermoso. Eso es lo que mi mujer y yo hemos visto. Me alegra mucho conocer a la novia de mi hijo, te comentó Joseph ¿que mi hija Candice acaba de conocer a su novio y el ya desea casarse? Nery asombrada ante lo que escuchaba, miro hacía Joseph y este asentía, luego Albert continuaba mirando a su hijo, - Y sabes hijo, Stear hablo con su padre para que este hablara conmigo antes de que se lo tomáramos a mal, así que nosotros también podemos hablar con sus padres si así lo desean ambos. Sin esperarlo coincidían diciendo un si de forma inmediata y Candice sonreía porque no esperaba menos. Ella agregaba,

- Me gustaría que los vieran bailando y disfrutando de la fiesta, hablaré con Rosemary para que me presente a Claudia, tu mami. Joseph abrazaba a Nery asentía, a lo que Albert agregaba,

- Hijo, hablaremos en un ahora en el estudio, ¿quieres?

- Si Papá.

La pareja joven se marchaba y Candy giraba a ver el bosque, notando lo hermoso que era el lugar en el que Joseph se sentía tranquilo. Miraba a Albert y este la abrazaba efusivo por la espalda, besando su cabeza y bajando hasta su cuello,

- Le hemos robado un hermoso lugar a Joseph. Candy reía y jalaba hacia la obscuridad para besar de manera atrevida a su marido, el cual tomaba de las caderas a su mujer acariciándola y restregándola con su cuerpo, - Debimos irnos dentro, pero entonces ya no volvería a la fiesta, ¿lo sabes? - Lo sé.

La abertura del vestido le permitía meter su mano para acariciar sus piernas y un gemido respondía al notar su piel suave desnuda y lista para él, ella hacía lo suyo, moviendo parte de su pantalón y acomodándose a él, comentaba - Me recuerda aquella vez que escapábamos de ellos, fuiste tan… - ¡Ssshhh!


Gracias por leer y su sincero apoyo, por seguir con paciencia esta historia, ojala que les siga gustando,

la actualización la dejaremos a ustedes, con sus comentarios subiré el siguiente capitulo

Un Abrazo a la Distancia

Mayra Exitosa