Ya había pasado un mes? Cada mes, desde que volvieron de Vejita se reunían todos para "celebrar" su regreso. Hoy era la tan esperada cena por Trunks y Pan en la que darían a conocer su nueva vida juntos.
Que bonito, no? Una mueca atravesó la cara de Bra. Se sentía mala persona por no estar del todo contenta por ellos, … pero le jodía, y en su interior no hacía falta esconderlo, solo en su interior dejaba fluir sus sentimientos. No había necesidad de que nadie más supiese su estado constante de cabreo y odio. Como fachada, lucía siempre su mejor sonrisa, esperando que todo el mundo creyese su alegría por volver a recuperar su vida.
….
- Vegeta¡ siéntate de una vez- Gritaba Bulma a su marido que permanecía de pie al lado de la puerta- ahora llegará.
Una sonrisa radiante cruzaba la cara de su mujer, pero él, el rey de los sayians, sabía que no había ningún motivo para suponer que aquello alegraría a su hija. Aún sin sentarse contemplaba la estampa que se había formado en su casa en tan solo 2 segundos.
Flash back
El rey de los sayians seguía encerrado en su cámara de gravedad, y no veía motivos para salir. Hoy era la cena con todos los tarados? Más motivos para quedarse en su cámara.
Llevaba tiempo entrenando a gravedades elevadas, mucho más que antes de ir a Vejita, pero sabía que aún no era capaz de ganar a ese mocoso que se proclamó salvador de los sayians. La frustración recorría su cuerpo cada vez que pensaba en eso.
Saltos, velocidades extremas y ráfagas de kis impresionantes eran formados por el rey, pero aún sabía que no llegaba a ese nivel.
- Vegeta¡- era la mujer escandalosa- Sal, que ya están aquí.
La inocente cada mes lo intentaba, y cada mes no obtenía respuesta. Él saldría cuando le diera la gana, cuando tuviera hambre, hablando claro.
Relajó su energía para captar los kis: el viejo Tortuga, su hijo con la nieta de Kakarot, los padres de esta, Yamcha¡… pero su hija aún no había llegado.
Tenía hambre? No, así que podía seguir con su entrenamiento. A lo mejor ni venía ella. Odiaba esas cenas tanto como él, es más, odiaba su vida desde que volvió. Acaso Bulma no era capaz de notarlo? Sabía que no, su hija era tan buena como él escondiendo y falsificando sentimientos, pero a él no lo engañaba.
Le jodía ver a su hija así puesto que ella siempre estaba alegre y sonriendo, es más, siempre era ella la que le sacaba sonrisas fugaces, pero en estos dos años había llegado a la conclusión, y por muy egoísta que pareceres cosa que a él le daba igual, que prefería verla triste pero verla. Que habría ganado él con que su hija se quedase en Vejita con ese engendro? Nada, su hija era suya y tenía que estar con él. Más ráfagas de energía confirmaban sus pensamientos.
Un momento… y esos kis? Salió de la cámara dirigiéndose al interior de su casa, volando. Abrió la puerta del salón, y dos sayians se giraron hacia él y se inclinaron ante su rey.
Fin del flash back
- y que ha sido de vuestras vidas? – preguntaba una Bulma eufórica a sus dos nuevas visitas- que os trae por aquí?- la sonrisa en su cara era permanente.
- mi señora, preferimos solo contarlo una vez, esperaremos a que llegue Br… la princesa, para explicarlo.
Por que seguía sonriendo? A veces se preguntaba si su mujer era tan lista como decía ser. Acaso no veía lo que iba a pasar? Esos dos sayians allí no podían traer nada bueno. Antes de marchar, explicó a su madre los motivos de su vuelta a la Tierra (quería a Bulma, tuvo que admitirlo, era la mujer de su vida) y acordaron mantenerse informados a través de mensajeros y al llegar el momento, él ocupar el trono como rey de los sayians que es. Cada 6 meses nuevos informes llegaban a la Tierra a través de sayians. Desde la última información habían pasado 6 meses exactos, quería eso decir que esos dos eran mensajeros corrientes? Vegeta sabía que no. Nunca habían entrado en su casa ni nadie había sabido de su existencias, y además nunca eran de nivel de combate tan elevado. Que estaba pasando en Vejita?
Y lo más importante, que haría ahora con su hija? Esos dos años no iban a servir para nada.
Las llaves abriendo la puerta anunciaron la llegada de Bra.
- hola¡- que bien fingido el tono de alegría, vas mejorando, se decía a si misma.
Los pasos se hacían cada vez más sonoros desde el salón. Su padre se tensó como nunca en esos dos últimos años. Dos segundos y su hija cruzaría la puerta del salón.
- que silencio- dijo Bra al entrar al salón con una sonrisa en su cara.
La sonrisa falsa se le borró enseguida. Que estaba viendo?
Un sayian enorme empezó a correr hacia ella y la levantó del suelo en un tremendo abrazo. Bra aún no había reaccionado.
Ni el mismo Vegeta se inmutó ante tal desfachatez, tenía la vista puesta en su hija. Si eso no era un estado de shock, entonces no sabía lo que era?
- Shark?- a Bra le costaba articular las palabras.
- pequeña¡- repetía un excitado Shark- estás igual- su sonrisa era inmensa.
Detrás de él, apareció otro sayian quien siguió el protocolo establecido y se arrodilló ante su princesa.
Ante tal reacción, Shark tuvo que actuar avergonzado.
- oi, si si¡ perdone- y se arrodilló ante Bra.
- levántate, anda- le dijo Bra quien poco a poco recordaba como hablar.
Shark se levantó y sonrió a Bra, pero Bra no lo miraba a él, el otro sayian era Banon, así que… su vista vagó por la habitación buscando ciertos ojos verdes, aunque sin saber si quería verlos. El nerviosismo se apoderó de ella. Su padre la observaba. Lo estaba buscando con la mirada, dos años y aún seguía temblando al pensar que podía estar cerca.
- ya estamos todos- intervino Vegeta- cuenta.
Todos… Que tonta al pensar que podía estar allí. Bajó la mirada entre avergonzada y decepcionada, y tomó el asiento que le indicó su padre. Ahora mismo actuaba por inercia, que estaba pasando allí?
- venimos en nombre de la reina Cannet. No os habríamos molestado sino fuera cuestión de vida o muerte. – Shark sería el que contaría el relato. Bra ahora lo observaba y él también estaba igual, los años no pesaban para él. – en Vejita la situación es insostenible. Los rebeldes han conseguido más poder- su mirada se clavó en Vegeta.
- … - Vegeta le aguantó la mirada. - que rebeldes? – era Bra quien exigía explicaciones.
- Vejita está a punto de sumergirse en una guerra civil- Shark clarificó la situación- Después de acabar con Freezer, en Vejita siguió un buen año, Vejita respiraba tranquilidad. Pero un grupo de insurrectos aprovecharon esa situación para derrocar la corona. No creen que la forma correcta de gobierno sea la monárquica.
- está bien, - ahora era Bra la que hablaban- no me parece tan mal. Todo el mundo tiene derecho a elegir quien le gobierna. Convocad elecciones, cread partidos, ...
Bra se vio interrumpida por un brazo de su padre en su hombro. Lo miró y vio como este meneaba la cabeza en forma de negación.
- somos sayians, necesitamos un líder firme para que así podamos vivir todos sin causarnos daño. Este grupo no quiere implantar la libre elección, quiere el poder – Shark prosiguió con su relato. – a estas alturas ya no son una minoría, el pueblo sayian se encuentra dividido. Hay quien sigue fiel a la corona, pero otro sector no quiere que los gobierne el rey Vegeta.- al decir estas últimas palabras, Shark agachó la cabeza y esperó la peor reacción del mundo.
- …- Vegeta no dijo nada.
- no creen que sea adecuado para el pueblo sayian un rey, que bajo su punto de vista, abandonó a su pueblo- Shark acabó la explicación- Lo que el pueblo sayian no sabe es que no fue así, el rey Vegeta ha recibido información sobre la situación del pueblo. Ahora mismo, en Vejita se está explicando esto, y también se está diciendo que usted, mi rey, va a volver para salvar al pueblo de semejante desastre.
La mirada penetrante de Vegeta seguía puesta en Shark.
-la reina Cannette nos envía a buscarlo- dijo Shark volviendo a levantar la vista- su pueblo le necesita, mi rey- y acabó el discurso arrodillándose ante su rey.
Ahora toda la atención de la sala se centraba en Vegeta, en él y en sus próximas palabras.
- jmmp- el gruñido de Vegeta era un claro sí en ayudar a su pueblo.
- cuanto antes nos vayamos, mejor- acabó Shark.
Un viaje de regreso? Guerra entre sayians? Con que tendrían que enfrentarse? Aceptaría el pueblo a Vegeta? Y la pregunta más importante para Bra, y que nadie había formulado, donde estaba ÉL?
- que esperáis? No necesito maleta yo- esas eran las palabras cortantes de Vegeta.
- Vegi, pero nosotros si- la mujer ya volvía a interpretar cosas que no pasarían.
- solo voy yo- rugió Vegeta.
- mi señor, la reina especificó que quería a todos allí, solo en Vejita estarán seguros- era Shark quien hozó contrariar al rey de los sayians- Nos ha mandado a nosotros dos para protegerlos durante el viaje, además de ser parte del escuadrón de protección personal de la corona sayian.
- estupendo¡ - la reacción de Bulma nadie se la esperaba, acaso no era consciente de que se estaba metiendo en un planeta en guerra? Pero lo que la gente no sabía es que ya añoraba vivir nuevas aventuras. – en una hora, aquí, con las maletas hechas.
- no necesitáis equipaje, mi reina- por fin habló Banon- en palacio se lo brindaran todo.
En palacio, en Vejita, … acaso era cierto que volvía allí? Bra escuchó toda la historia, pero era como una mera espectadora, como si viera una película de la que ella no formaba parte. No tenía ninguna lógica volver allí. Volver… y era posible que nunca se le cruzara esa opción por la cabeza? Alguna que otra vez había pensado en coger una nave, pero solo era un pensamiento; había tomado la decisión de irse y tenía que seguirla, acarrear con las consecuencias y aprender a vivir con ellas.
Sin darse cuenta ya se encontraban en el jardín trasero, donde una nave inmensa lo ocupaba todo. Bra creía presenciar como todos los guerreros Z ofrecían su ayuda en esta lucha. Solo su padre le habló entre tanta excitación por el reciente viaje.
- no van a hacer nada más que estorbar- las palabras de su padre eran claras y duras, como siempre había sido. Vegeta miró profundamente a su hija a los ojos, y después de devolverle la mirada, los dos subieron juntos a esa nave.
En los ojos de su hija, Vegeta vio la duda y el miedo, y no dejó de mirarlos hasta que notó en ellos la chispa de la decisión, típica de los sayians. Con la mirada de su padre, Bra supo que siempre estaría allí con ella, y que necesitaba sacar todo su carácter para afrontar aquello. En momentos como este, no dudaba tanto de su elección, su padre era un todo para ella.
La nave inició su despegue. Bra dejaba atrás su casa, la universidad, los amigos, … todo, hasta no sabía cuando; pero aunque pareciese lo contrario, no iba a echarlo de menos. la decisión de salvar al pueblo sayian se podía ver poco a poco en sus ojos, no en vano ella era la princesa de los sayians.
Vegeta permanecía de pie, solo y apartado del resto. Pan y Trunks se encontraban juntos, con las manos entrelazadas, expectantes por ver lo que pasaría. Bulma y Chichi hablaban preocupadas sobre como lo habían dejado todo, tan repentinamente, pero también se notaba en ellas la excitación de un nuevo viaje, al igual que los guerreros Z, la sonrisa mal escondida no se la quitaba nadie.
Bra observaba toda la escena desde una silla, al lado de Shark el cual aún no le había dirigido la palabra.
- y entonces, aún sois amigas?- preguntó Shark señalando a Marron, quien hablaba animadamente con Banon.
- nos soportamos, es más por nuestros padres- y era verdad. Aunque no estuviesen presentes en la cena, Bulma enseguida llamó a Krilin y familia para explicarles el nuevo reto. Y ellos ofrecieron su ayuda incondicional.
Había perdonado a Marron? Se hablaban, y tampoco es que le guardara mucho rencor, pero últimamente no tenía ganas de hablar con nadie.
Acaso Shark permanecería allí, sentadito, sin darle ninguna explicación de A…de él? No sería ella quien la pidiese, nadie debía saber que aún pensaba en él.
- y que tal tu familia?- ahora era Bra quien preguntaba.
- bien! El niño está genial, aún sigue siendo un impertinente pero bueno, mi hija mayor se planteaba irse a vivir sola pero la cosa se ha puesto muy fea, …- con Shark, la alegría de hablar de su familia se le notaba a leguas.
