La nave seguía su rumbo y en su interior conversaciones vanas se formaban. Ni una captó la atención de Bra. Acaso nadie iba a hacer la pregunta?

La princesa se revolvió en su silla, nerviosa y exasperada por la situación. Se volvía a ver a las puertas de no controlar la situación, de no dominar sus sentimientos, de no tener el control sobre todo lo que la rodeaba. Y, como en toda su vida, eso no le gustaba.

Se oyó una garganta carraspear para captar la atención de los presentes.

- en una hora llegaremos- anunció Shark.

Ya no encontraba esa silla tan cómoda. Se revolvió en ella, mientras en su barriga el manojo de nervios se hacía más patente. Una hora… una hora y pisaría el suelo de Vejita. Vería a su abuela, pero también se preguntaba si vería a… esa silla no era de las más cómodas que había probado. Decidido, lo que quedaba de viaje mejor pasarlo de pie.

Toda la nave veía, pero nadie se fijaba, en el movimiento que impulsó a Bra a levantarse de esa silla, nadie excepto su padre quien había captado a la perfección los nervios, la incertidumbre y el medio, sí, miedo, que se habían apoderado de su niña.

Aún sigue pensando en ese mocoso… se repetía. Dos años y sigue pensando en él. Y que iba a pasar ahora que volverían a verse? Aunque nadie lo había nombrado… a lo mejor estaba muerto, esa idea no disgustaba a Vegeta, así se acabaría el estado de alerta permanente en su hija. Pero por qué nadie lo había nombrado?

El ceño de Vegeta se fruncía.

Los minutos se hacían eternos en la mente de Bra. No sabía si quería llegar, o dar media vuelta y huir. Acaso esa contradicción volvería a formar parte de su día a día? Volvería a dudar de todo solo por el mero hecho de la posibilidad de verlo? Y por qué nadie le había dado ninguna explicación sobre él? Que era de él en esos dos últimos años? Acaso estaba…. No, Bra sabía que no. Der alguna forma sabía que ella lo habría notado. Su mano se dirigió por instinto a su cuello… Un escalofrío recorrió su espalda. Pero entonces por qué nadie hablaba de él? Tenía que estar metido en esta batalla, Bra lo sabía, A… él no era de los que se escondían.

Vegeta observaba como era ahora su hija quien fruncía el seño, sumergida en sus pensamientos. De nueva las ideas rondando por su cabeza. Debía pensar en ese estúpido?Se estaba tocando el cuello? Aún recordaba la noche en la que vio el mordisco. Ahora era él quien fruncía el ceño de nuevo, enfrascado en sus cavilaciones. Nadie había hablado sobre él, que había pasado con él? No es que le importase, simplemente quería saber a que atenerse con su hija. Aún no le cabía en la cabeza porqué ese! Era un insecto sin gracia ni beneficio, él sabía que ese sayian no era merecedor de su princesa. Que había hecho? Defenderla en la nave con Freezer? Bueno, era lo mínimo, se trataba de SU princesa. Que él aún no sabía que era su princesa?... con esa conclusión Vegeta se bloqueaba pero tenía por cierto que fuere como fuere, ese no era digno de estar con su hija … Ese día dudó de que Bra subiera a la nave, recordaba perfectamente su expresión y temía que de un momento a otro reculara, que se bajara de la nave y se quedase en Vejita. Cuando llegaron a la Tierra y se fueron a dormir, el rey suspiró tranquilo al pensar que su hija ya había decidido, pero los días y años que siguieron no se lo confirmaron. Su hija estaba triste y abatida cada día, pasaba las horas siempre con el mismo semblante, sumergida en sus pensamientos. Y aunque le doliese a Vegeta, el mocoso era quien habitaba en sus pensamientos. Tiempo… pensaba él, pero no, dos años después y metidos en la nave de regreso a Vejita, su hija seguía con el mismo semblante serio, y ahora mismo, preocupada.

A… ni en pensamientos podía rondar su nombre. Llevaba dos años esquivando e impidiendo que la gente lo nombrase, por ver si al imaginar que no existía todo sería más fácil… pero no. Esquivaba el nombre, esquivaba los recuerdos, pero gastaba toda su energía en ello. Estaban al acecho, y al bajar la guardia aparecían recordándole todo lo que habían pasado juntos, todas las sensaciones. Y la angustia y tristeza ya se apoderaba de Bra, la llevaba consigo todo el día.

Y de noche? No podía controlar los sueños… ese era su mayor suplicio. Cada vez que cerraba los ojos y se sumergía en sus sueños allí estaba él; él riendo, él contento, él protegiendo a Bra, él enfadado, él angustiado… él mirando la nave alejarse de Vejita…

Otra vez se había vuelto a colar en sus pensamientos! Se sentó, y se concentró en su respiración para no llorar. El nudo de su garganta no aflojaba, pero no podía llorar allí, no podía llorar más, eran dos años y seguía sin poder recordarlo como algo ya pasado y bonito, seguía demasiado presente para ella.

- casi hemos llegado. – Shark interrumpió las cavilaciones de la nave- pero tenemos un pequeño problema. No contábamos con que seríamos tantos en el viaje de vuelta, así que no podemos protegeros a todos.

La vista de Shark vagaba por la nave contando el número total de pasajeros.

- Banon y yo tenemos la misión de proteger a la familia real. El resto- Shark vagó su vista por ellos- debéis protegeros a vosotros mismos. El palacio está protegido pero tiene estrictas normas de seguridad, ninguna nave puede aterrizar en su interior. Ninguna. Aterrizaremos lo más cerca que podamos- y dicho esto, Shark señaló a Banon quien, junto con Bulma, había tomado los controles de la nave- pero al abandonar la nave estamos a merced de los insurrectos. Sabemos por fuente fidedigna que, desde que partimos, están en los terrenos colindantes al Palacio esperándonos. Ellos tampoco esperan que seamos tantos, así que esperemos que nos sirva de distracción, y creemos cierto desconcierto.

- van a ir a por ustedes, mi señor- continuó Shark, pero Vegeta no lo dejó seguir.

- proteged a mi mujer y a mi hija- dijo Vegeta-

- papá, yo se eh?- ahora era Bra quien se rebotaba. Ella sabía luchar! acaso no lo demostró?

- llevas dos años sin entrenar. Shark…- y con un movimiento de cabeza digno de un futuro rey indicó a su soldado a quien proteger.

Llevaba razón, no había vuelto a entrenar. Al llegar a la Tierra lo había intentado, para así tener la mente ocupada, pero le recordaba demasiado a él… Recordaba cada entrenamiento detalladamente, cada sensación, cada olor, y cada casi-golpe, y su cara sonriente al ver las reacciones de Bra. No, no había sido capaz de volver a luchar.

- saldremos todos a la vez, y mezclados- Vegeta seguía explicando el plan. Había cogido el control y no iba a soltarlo, por mucho que los soldados ya tuviesen una estrategia- tú, irás delante enseñando el camino- dijo señalando a Banon, y cuidarás de ella- señaló a su mujer.

-si señor- Banon se inclinó ante su rey- un grupo de la guardia personal nos harán de apoyo, cubriendo posibles emboscadas.

-vosotros saldréis los últimos- y una mirada de odio cruzó la mirada de Vegeta al clavarla en Krilin y su familia. – los demás salid como podáis y sin estorbar, recordad que se supone que estáis aquí para ayudar a los sayians, aún sin serlo, no la cagueis.

Y dichas estas palabras se cruzó de brazos, poniéndose al lado de Bra a esperar el aterrizaje.

Nadie abrió la boca en el tiempo que quedó de trayecto.

- 10 segundos y hemos llegado- anunció Bulma, quien ya dominaba la tecnología sayian perfectamente. Era una tecnología tosca y bruta comparada con la suya. No eran de los diez primeros…

En el interior de la nave, se percibió como el ambiente se tensó, estaban a punto de aterrizar en un planeta inmerso en una futura guerra civil, y aunque todo hubiese pasado muy deprisa, a estas alturas toda la nave ya era consciente de la gravedad, irían a matarlos, empezaba el juego por la supervivencia y la victoria.

Antes de que todo empezara, Bra cerró los ojos, inspiró aire profundamente y cuando lo hubo soltado, notó como la nave pisaba tierra sayian. Al salir ahí fuera todo cambiaría, empezaría la lucha constante, el miedo permanente, y vivir con la tensión. Eso le recordó de sobremanera la estancia en la nave de Freezer, esa sensación de pavor crónico. Pero en esa nave tenía a … Levantó los ojos para observar a su padre, estaba a su lado con la vista clavada en la puerta y semblante serio, mucho más serio que de costumbre, lucía el que tenía reservado para combates… intensos.

Todos los guerreros Z destilaban el mismo aroma de combate que su padre. Solo la cara de Marron denotaba miedo. Bra tuvo que relajar su mente para no pensar en la peor cara de su amiga, ya más que conocida, la de cobarde.

La puerta empezaba a abrirse, y vio como Banon se colocaba el primero. Al abrirse la puerta debían correr detrás de Banon, volar, hacer lo posible para llegar hasta palacio.

La puerta estaba abierta pero ni un ápice de movimiento en el exterior. Tanta paz no podía anunciar nada bueno. Se encontraban en el ojo del huracán

Banon ya se encontraba fuera.

Bra vio como un grupo de soldados venía hacia la nave, y reconoció entre ellos al guarda personal de su abuela que cierta noche la acompañó.

- no pienso salir la última- era Marron quien corría fuera de la nave.

Pero que…? Otra vez? En la cabeza de Bra solo estaba proyectada la imagen de Marron corriendo hacia Banon.

- No!- era el propio Banon quien gritaba.

Bolas de fuego empezaron a caer del cielo. Kis cruzaban el aire. La guardia real se puso en defensa. Pero ya nadie seguía el plan.

- coge a mamá- gritó Bra a su padre.

Shark!- era Vegeta quien ordenaba a su hombre que protegiese a su niña mientras él levantó a Bulma del suelo y se dispuso a salir de la nave.

- todos fuera!- gritó Shark- Niña…

Bra y el sayian cruzaron sus miradas y emprendieron el camino hacia palacio.

-no te pares pase lo que pase y veas lo que veas- fueron las palabras de Shark a Bra.- veas lo que veas!

Bra veía a su padre, delante de ella, protegiendo a su madre de los kis e intentando avanzar. Ahora le tocaba a ella. Un pie fuera de la nave, y ya notó la presión.

- por aquí, princesa- era el sayian de la guardia real quien le indicaba el camino a seguir. Lo conocía, la acompaño la noche antes del combate a casa de… Bra avanzó hacia allí. A su espalda Shark la seguía lanzando bolas al aire. No era posible visualizar los insurrectos entre tanto árbol, habían preparado la emboscada a consciencia.

- está allí! A por ella!- Bra notó como esas palabras iban dirigidas a ella. Una lluvia de kis se precipitó sobre ella. Los esquivó, aún le quedaban los reflejos, luchar debe ser como ir en bici, nunca se olvida.

- disparad antes de que se pierdan entre la maleza!- gritaba un sayian.

Shark seguía a su espalda,el capitán se había quedado para proteger la retaguardia, y los dos corrían hacia palacio, ya quedaba menos para llegar, entre la naturaleza espesa se podrían camuflar. . Pero después de esquivar la segunda tormenta de kis, oyó un grito a su espalda.

Shark… Efectivamente, un rayo de ki lo había alcanzado. Bra giró sobre sus pasos. Shark…

Estaba vivo, tumbado bajo el tronco de un árbol grande y espeso, solo le habían dado en el hombro.

-vete!- le ordenó este entre jadeos.

-callate!-le espetó Bra. Ayudó a Shark a ponerse en pie y aguantándose sobre sus hombros los dos se dispusieron a volar.

- no vueles! El ki…- dijo Shark

Demasiado tarde…

- La noto, vuela!- oyó Bra a un sayian gritar.

-princesa, por aquí!- otro guardia personal le indicaba el camino.

Sayians volando, entre la maleza, del mismo bando, enemigos… A estas alturas a la mierda el ki! Bra aceleró el vuelo dirección a palacio con Shark bajo su hombro, con kis pasando a su alrededor, kis decididos a acabar con su vida y otros para protegerla atacando a sus rivales.

Pero entonces lo notó… Su vuelo cesó

-niña!- pero la niña no respondía, flotaba en el aire con la cara blanca y la vista clavada más arriba. Pero que había más arriba?

- Azog! Acaba con ella- gritaba un insurrecto al chico que se encontraba encima de la princesa- Mátala!

Parecía que el combate había cesado solo para vislumbrar esa escena. Bra seguía en shock, mientras él tampoco movía ni un músculo, solo se mantenía en el aire

-a que esperas!- apremiaban los insurrectos

- no te muevas! –dijo Azog, sin siquiera gritar.

No hacía falta, Bra lo escuchó perfectamente… y esa voz grave y profunda volvió a apoderarse de todos sus sentidos

Bra no se movió, nadie sabía si por obediencia o por incapacidad de moverse.

Un rayo de ki salió del dedo de Azog, pasando por el lado izquierdo de Bra. Casi rozándola. La cara de Bra se tornó de sorpresa.

Una bola de energía explosionó en el cuerpo de Azog, era Vegeta. Cogió a su niña, quien no había soltado a Shark, y se teletransportó justo al lado de palacio, donde solo tuvieron que pasar la brecha de seguridad.