Bra dejó a la espalda la aldea, despidiéndose de todos, otra vez, con la mano, y mientras avanzaban, más pequeñas veía sus cabezas hasta que se perdieron entre los árboles.
esta aldea es preciosa- le dijo Bra a Shark - y que gente más simpática. Y la comida… riquísima!
Te adoran, niña - le respondió Shark con una sonrisa - Eres una gran princesa, la verdad.
Vaya, gracias- la sorpresa se notó en la voz de Bra - Tu crees?
Tu te has visto? Has conectado enseguida con todos ellos. Si antes ya apoyaban a la Corona, ahora más al conocerte - le explicaba Shark - el anciano ha entendido todo lo que le he explicado y está de acuerdo. Esta aldea es de la Corona, y ahora están a salvo. Si hay que luchar, estarán de nuestro bando.
Llegaremos a luchar? - era una pregunta que le rondaba la cabeza dede esa misma mañana.
No lo sé, niña; no lo sé - la preocupación se vio reflejada en el rostro de Shark.
Volvían sobre sus pasos, otra vez entre los soldados, quienes seguían la formación estrictamente. Pero no parecía que ningún insurgente se cruzase en su camino. Debían llegar a Palacio antes de que oscureciese.
sabes que cuando tu padre esté delante volveré a tratarte diferente, no? - ahora fue Shark quien inició la conversación.
Ya ya - replicó Bra con sorna - por eso de que soy realeza y todo eso. Lo sé, lo sé. Todos me tratáis diferente esta vez.
Y tras soltar estas palabra, que no iban con segundas, comprendió que después de decirlas no solo ella pensó en ese sayian. La cara de Shark cambió de semblante, pero no tuvo el valor de seguir hablando con Bra.
En la cabeza de Bra, y después de intentar durante todo el día, bloquear esas imágenes, el rayo de ki casi rozando disparado por Azog volvió a cruzar su mente. Tragó saliva, gruesamente; ese nudo en la garganta hacia dos segundos que no estaba allí.
Bra, no te dió. Y sabes que él no falla. Falló apropósito, estoy segura. Pero no sigas por este pequeño camino de esperanza porqué será peor. Él falló, pero los sayians con los que está ahora no fallaran. Y ahora está con ellos. A lo mejor está con ellos porqué te odia, estoy tan segura de esto como que falló adrede. Te odia, y con razón.
Tengo que tener la mente entretenida, no puedo seguir pensando en él.
El nudo en la garganta había aumentado de tamaño, si eso era posible. Notaba como le costaba respirar. Debía volver a calmarse. Debía desviar sus pensamientos en otras cosas. Y visualizó a la niña de hacia un rato, mientras intentaba hacerle una coleta alta con su melena tan negra y espesa. Parecía que a todas les había gustado ese peinado, que nunca lo habían visto, comentaron.
Shark, por qué está con ellos?- ya bastaba de huir. Debía preguntarlo. Las lágrimas amenazaban con escapársele de los ojos.
Shark intentó que ni un músculo le cambiase la expresión.
a qué te refieres?- dijo este, despreocupadamente, o así quería que sonase.
no!- estalló Bra, girándose hacia Shark, haciendo que todo el escuadrón parase su avance - tú si que no! Tú y yo sabemos de quién era el ki que hemos notado, todos! Tú sabes que está pasando aquí. Tú lo sabes! - no pudo contener más las lágrimas; eran lágrimas de tristeza y rábia.
Todo el escuadrón seguía parado en medio del bosque, con Bra señalando a Shark con el dedo y gritándole. Los soldados seguían intentando mantener la formación de defensa hacia su princesa.
explícamelo - la rabia había desaparecido, sólo quería respuestas - por favor, explícamelo. - suplicó- Está bien? Y su familia? Sólo quiero saber si está bien. La cagué, la cagué mucho - no sabía porqué estaba descargando toda su frustración justo en ese mismo instante ni si se arrepentiría pero, debía admitirlo, no podía más. Más lágrimas seguían bajando y surcando su cara- Solo dime qué está pasando, dime que está bien. Dime que me odia, me lo merezco, pero por favor, dime que está bien.
Shark no sabía cómo llevar esa situación. La desesperación de Bra era evidente. Shark solo había visto a otra persona tan al límite, y como en esta ocasión, no supo cómo afrontarlo.
yo..- balbuceaba Shark - …- no sabía que decirle ni qué podía decirle.
El silencio se hizo presente. Bra seguía llorando, ahora en silencio, mirando a Shark a los ojos. Sólo quería respuestas. Y Shark solo pensaba en lo mal que se sentía por verla así y no poder hacer nada. Ordenes son ordenes. Pero a lo mejor podía seguir las órdenes y obviando algunos aspectos que en ningún momento le dijeron que no podía decir.
habla con tu padre - fue la única respuesta que le dio Shark.
Bra sabía lo que le había costado decir eso. Sus lágrimas pararon, y no quiso insistirle más. Sabía que a Shark le importaba muchísimo, y sabía que ya había dicho demasiado, que se había excedido en sus funciones por ella. Y no quería ponerlo en más aprietos.
sus padres siguen bien? - fue lo único que se atrevió a preguntar, sin mirar a Shark a lo ojos para no provocarle más presión.
Sí - respondió este - todo sigue igual.
Y la conversación se zanjó, y nadie más volvió a abrir la boca en lo que quedó de camino.
Ante ellos vieron el Palacio que se alzaba, con todos los guardas en sus puestos y atentos a cualquier movimiento. Eso de no poder volar y de esconder los kis durante todo el camino, hacía que éste fuese más largo y agotador de lo que hubiese sido volando. Pero Bra no sabía si se alegraba de ver el Palacio. Allí estaría su padre. Ahora sabía que él podía darle respuestas, pero el solo hecho de pensar que no se las había dado ya, le hervía la sangre. Acaso no la había visto? Acaso él mismo no vio lo mal que lo paso?
Cuántas más ideas rondaban por su cabeza, más alterada se ponía. Si lo tuviese ahora delante, hasta le pegaría. Parecía que era el único modo de que su padre escuchase, con violencia; os sentimientos no le importaban demasiado.
Los guardas les abrieron las puertas al reconocerlos. Cruzaron la muralla y solo cuando hubo pasado el último soldado y las puertas volvieron a estar cerradas, se rompió la formación de protección.
gracias, soldados - Dijo Shark.
si, gracias - Bra no sabía ni porqué había dicho esto - y gracias - le dijo personalmente a Shark, mirándolo a los ojos.
Shark solo asintió y entró a Palacio para dar la información de cómo se había desarrollado la misión. Ahora mismo tenía unas ganas inmensas de irse a su casa, y pasar el tiempo junto a su familia. Qué día más tranquilo, y más agotador a la vez. Aún se reprochaba haberle dicho eso a la niña, pero no podía verla sufrir de esta manera.
Cruzó las puertas de Palacio y se dirigió a la sala que tenían reservada para reuniones y formar estrategias. Era una sala de la planta baja, la más alejada de la casa. Era de enorme techo y puerta gruesa, casi insonorizada. Llamó dos veces, una pausa, y tres golpes más; entonces el guardia personal de la reina le abrió la puerta.
Bra, escondida detrás de una esquina, se dijo mentalmente que debía preguntar el nombre de ese hombre. Cuando se abrió la puerta pudo notar como su padre y su abuela ya estaban dentro. No creía que la esperasen para empezar la reunión, nadie la había avisado de que las realizasen.
Así que reuniones secretas, eh? Bueno, a lo mejor no son secretas pero nadie me ha avisado. Es sospechoso.
Bra supo que en esas reuniones obtendría respuestas. Y también supo que el único que había tenido el valor de decirle algo era Shark. Su padre y su abuela sabían que había pasado y nadie le dijo nada. Y se convenció de que aunque tenían un objetivo común, ahora ella debía ir por su lado si quería saber qué estaba pasando.
Mientras divagaba en planes locos y que no llevaban a ningún lado, muchos de los cuales acababan con una paliza a alguien, nunca a la misma persona, llegó a la cocina.
Morit, al verla, rápidamente le ofreció comida. Esa señora aún le resultaba muy tierna a Bra. Y luego vio a su hermano, quien parecía que estaba magullado.
su paseo no ha sido tan tranquilo como el tuyo - le dijo Morit a Bra.
Siempre tan chismosa y tan oportuna. Bra quería respuestas. La de Shark de preguntar directamente a su padre sabía qué no funcionaría así que empezó el momento de ir recopilando información y atar cabos.
qué ha pasado? - le dijo Bra a su hermano. Con él no había porqué irse por las ramas porque sabía que la calaría rápido - En el nuestro 0 problemas.
Pues vuestra aldea será la única que no tenían vigilada, pero en las otras 3 nos han atacado los rebeldes - le explicó Trunks - Estamos todos bien - siguió al ver la cara de hermana - y están todas bajo control, pero habrá que ir haciendo grupos con más número de soldados si queremos proteger las que quedan.
Os han atacado al llegar? - preguntó Bra
sí, era como si supieran que íbamos a ir - Trunks y Bra cruzaron miradas - Todo estaba muy tranquilo, demasiado, hasta que hemos llegado al filo de la aldea.
… - La cabeza de Bra ya trabajaba - chivatos? - le dijo bajito.
Shhh - siguió Trunks, pero Bra le hizo una seña con la cabeza para indicar que Morit seguro que no era - no se Bra, pero estaban preparados. Nos ha costado trabajo vencerlos.
Hablaran de eso en la reunión? - siguió Bra - aquí hay cosas que no nos cuentan. Por qué en todas menos en una? No tiene sentido?
Pero la aldea a la que has ido tú son favorables a la Corona? - preguntaba Trunks. A él tampoco le encajaba lo poco que sabía.
Sí - le dijo Bra.. contenta? - me adoran, bueno, a todos. Están 100% con nosotros. Por eso es raro que sólo protegiesen algunas sí y otras no. Eran muchos?
Eran el mismo número que nosotros, o más. Menos no eran. Eran más fuertes que algunos de nosotros, pero en organización les ganamos. Sino, no creo que hubiésemos recuperado las aldeas.
Y .. - pero la pregunta de Bra se vio interrumpida al notar como el ki de su padre aumentaba.
Rápidamente, se dirigió a la sala, seguida por su hermano, pero lo paró antes de que éste abriese la puerta.
Trunks miró a Bra para replicar y explicarle que su padre estaba cabreado, pero vio com esta le indicaba silencio con los dedos.
Y por qué le has dicho eso?- era su padre el que gritaba.
Señor, no sabía qué responder - ahora oía la voz de Shark.
No tenías que responder nada, esas eran tus ordenes - su padre seguía enfadado. Bra ya sabía porqué le gritaba y e sentía un poco mal por él, porque era culpa suya, en parte. Si no le hubiese dado tanta pena a Shark… - ella no debe saberlo! Que no entiendes de esto?! - eran preguntas retóricas, gritadas muy alta y con mucho enfado.
Deja que se explique- ahora era la reina quién hablaba.
Mi señor - el tono de Shark cambió, ahora hablaba más seguro, como convenciéndose a si mismo que había actuado bien - notamos su ki.
Comprobadísimo, hablaban de ella. Bra no podía concentrarse más en intentar captar la conversación.
Tanto se inmiscuyó en la conversación que no se dio cuenta que a su alrededor empezaron a llegar los demás guerreros Z alarmados por el ki elevado de Vegeta. Al parecer sólo ella había alcanzado a oír ese trozo de conversación. Su hermano se dio cuenta antes de la presencia de los demás. Pero entonces, con el tumulto de gente, la conversación en el interior cesó y la puerta se abrió.
Canet vio ante sí a casi todos los habitantes de Palacio.
no pasa nada - les dijo tranquila - estamos en una reunión importante, y queremos intimidad.
Y cerró la puerta tras de sí. Y mientras la puerta se cerraba, la mirada de Bra se cruzó con la de Vegeta, y por primera vez, Vegeta rompió el contacto visual, apartando su mirada de la de su hija.
A Vegeta se le heló la sangre al ver esa mirada en su hija. Era una mirada acusatoria, dura y violenta. Por qué el mono no había tenido la boca cerrada? Acaso creía que él, el futuro rey de los sayians, le contaría a su hija la verdad? No necesitaba saber esa verdad, esa verdad solo le haría daño. Su madre había estado de acuerdo con él. Sí, había actuado bien, aunque la mirada de su hija lo atravesase de rabia. Ahora solo debía ocuparse de ese ki que Shark dijo que había notado. Ese era el problema importante ahora mismo.
Bra subió a toda prisa a su habitación, debía serenarse. Subió los escalones de dos en dos, y al llegar a su habitación cerró la puerta tras de sí. Y se sentó con la espalda en la puerta. Qué estaba pasando ahí? Qué le escondían? Estaba claro que los de esa habitación eran los únicos que sabían qué estaba pasando con … Azog.
Bra ya dudaba de si la guerra entre sayians le importaba, ahora mismo sólo quería saber porqué él estaba en ese bando. Que le escondían? Y cómo podía descubrirlo?
Bra, piensa, piensa joder. Eres inteligente. Repasa, en la habitación solo había 4 personas: Tu padre, tu abuela, Shark y el guarda personal. A Shark déjalo ya en paz, no se lo merece para nada la que le está cayendo ahora mismo. A tu padre, descartado. Y tu abuela? Ella seguro que me lo diría, pero a lo mejor luego se lo cuenta a mi padre que ya sé lo que pasa. Solo me queda el guarda personal… hay que vigilarlo. Algo hará, algo dirá.
Bra se metió a la ducha. Necesitaba serenarse aún más, y pasar a un segundo plano para poder investigar sin levantar sospechas. Lo que había llorado con Shark, le había sentado bien. Y no se sentía avergonzada de que Shark supiese que se había equivocado, es más, era la primera vez que reconocía que se había equivocado. Si, se había equivocado huyendo y ya no podía negarlo más. Habían pasado dos años, pero ella sabía que podrían haber pasado 10 que seguiría pensando en él. No era cuestión de tiempo, si se enamoró en solo un segundo. Cómo iban los años a borrar algo tan intenso. Y lloró, y le sentaba bien soltar toda la frustración. Además, bajo la ducha, el llanto no se oía.
La ducha duro lo que duraron las lágrimas. Pero ahora debía saber si él estaba bien. Solo quería saber si estaba bien.
Al bajar por las escaleras, no encontró a nadie.
hola?- preguntaba Bra.
Aquí - gritó Morit desde el salón.
Cuando Bra entró, supo que habían estado haciendo todos ellos mientras ella no quería salir de la cama. Estaban todos los viajeros sentados en una mesa abarrotada de comida, y en la esquina superior estaba su abuela, con su padre a un lado, y su guarda personal al otro. Bra se sentó lejos de su padre y su abuela. Aún no podía mirarlos. Y cenó con los demás guerreros Z. Unas cuantas sillas más allá, Pan y Trunks cenaban como una pareja de enamorados, ajenos a donde se encontraba y porqué motivo. Bra los miraba con envidia. Y en esta ocasión un poco se alegró por ellos.
oye, como se llama el guarda de mi abuela? - le preguntó Bra a Gohan, quien estaba sentado a su lado.
Ese señor? - dijo Gohan - Kaskuse.
Y fueron las únicas palabras que intercambió Bra en toda la noche.
Poco a poco la gente iba acabando de cenar y se subían a sus habitaciones. Bra aprovechó para subir con un grupo, y así pasar desapercibida.
Ya una vez en su habitación, fue su madre quien entró.
hola, amor - le dijo Bulma.
Hola, má - ahora se daba cuenta de lo poco que la había visto estos días.
Estás bien? - preguntó Bulma preocupada - Sé que no te gusta que te agobien y por eso te dejo a tu aire.
Lo se- dijo Bra, y estaba agradecida por ello- Y estoy bien, ya estoy mejor.
Vale- su hija era de tan pocas palabras como su padre. - pero si quieres hablar de algo, o de lo qué pasó yo soy bastante inteligente y te quiero mucho.
… - su madre le diría algo? A lo mejor ni lo sabía, y mejor no revelar información que pudiese llegar a oídos de su padre -lo sé, y yo también te quiero mucho. Pero estoy mejor, fue solo que no me lo esperaba.
Es que a veces me da miedo que te deje demasiado a tu aire - era un miedo que rondaba por la cabeza de Bulma. Sus hijos eran muy independientes.
Lo haces genial - y madre e hija sellaron la conversación con un abrazo.
Buenas noches, cariño - se despidió Bulma.
Buenas noches - le dijo Bra mientras veía cómo se cerraba la puerta.
Kaskuse… Este era el nombre del que podría darle respuestas. Debía averiguar quién era, que hacia exactamente cómo guarda de su abuela… Muchas preguntas se formaban en la cabeza de Bra mientras se dirigía a su balcón particular, alejado de la vista de todo pero desde donde podía verlo todo. Pero necesitaba tiempo para responderlas, no debía apresurarse y descubrir sus cartas. No se le iba a presentar la respuesta delante de sus narices. O quizá si?
Ese que salía de palacio era acaso Kaskuse? Pero, si era él, porque estaba saltando la muralla? Por qué no salía por la puerta custodiada? Y por qué lo hacía escondiendo su ki?
Bra vio una gran oportunidad, pero no sabia si debía seguirla. Cruzar los muros de Palacio ella sola, sabiendo que pedían su cabeza… Pero entonces, una idea loca de que le valía de poco vivir con esa angustia, hizo que se armara de valor y decidiese seguirlo.
Debía ser rápida o lo perdería de vista. No podía usar energía porque rastrearían su ki. Ahora le parecía buena elección la de los pantalones anchos negros, con bolsillos, y la camiseta de tirantes a conjunto. Cogió una chaqueta negra corta y se ató el pelo en un recogido alto. Su pelo azul era una gran pista de quien era ella. Se tapó la cabeza con un pañuelo negro, que se dejó caer por encima de los hombres, y cruzado al cuello, tapándole toda la cabeza menos la cara.
No tenía tiempo de cruzar todo el Palacio, así que decidió bajar por el balcón. Estaba en su habitación así que si usaba un poco de energía no pasaba nada, porque aún estaba en Palacio y no se notaría si era fuera de la habitación. Su plan de bajar fue bien. Justo cuando llegó abajo, pudo esconderse y ver como Kaskuse estaba encaramado en lo alto de la muralla, mirando alrededor para cerciorarse que nadie lo había visto. Había notado el ki de la princesa pero a saber qué hacía esta en su habitación.
Cuando Kaskuse empezó a descender, Bra empezó a escalar la muralla. Le estaba costando la vida, sus brazos no tenían apenas fuerza para escalar eso.. pero debía hacerlo, sabía que debía hacerlo. Llegó arriba justo para ver el sendero por donde se había metido el guarda. Debía bajar deprisa para no perderlo. En su descenso apresurado, falló poniendo los pies, y bajó de golpe los últimos dos metros y medio de la muralla. Golpeó con su lateral izquierdo un arbusto, y dio gracias al ver como a un metro había una piedra, que parecía bastante dura. Al levantarse vio cómo se había rasgado toda la chaqueta, y tuvo que colocarse el pañuelo de nuevo. El hombro izquierdo le dolía horrores pero no lo necesitaba para andar. Ya miraría cuando tuviese tiempo si era una herida grave. Pero entonces se le heló la sangre al oír pisadas hacia su dirección. Fue rápida y se agachó dentro del seto. Esas pisadas eran de Kaskuse, al parecer el golpe había sonado fuerte. Pero Kaskuse se dio por satisfecho la no ver a nadie y volvió a seguir el sendero entre los árboles.
Bra consiguió salir del arbusto y emprendió el mismo sendero.
Éste no va a la ciudad, vamos en dirección contraria. Qué irá a hacer lejos de Palacio y a escondidas? Me está dando una mala espina… pero debo seguirlo, no sé exactamente porqué pero debo.
Kaskuse seguía andando, parándose cada cierto tiempo para cerciorarse de que nadie lo seguía. Y Bra seguía siguiéndole, parándose cada vez que lo hacía él, y rezando para que su oido de sayian no lograse captar sus pisadas en la hierba. Así caminaron, al menos, lo que le pareció a Bra, 15 minutos. Ya no veía el Palacio a su espalda. Definitivamente lo que tenía que hacer, debía hacerse lejos de Palacio. Pero entones vislumbró un claro delante de Kaskuse, donde éste se paró. Bra frenó el paso y empezó a mirar dónde podía esconderse para ver bien lo que haría.
Kaskuse sacó una radio:
situado - fue la única palabra que dijo.
… - Bra no captó lo que le contestó la voz al otro lado, ni siquiera la voz.
Y luego Kaskuse sacó otra radio:
ya viene - dijo.
… - Bra no sabía qué le contestaba el receptor. Solo ruido captado por su oido.
sí, venid todos y me creeréis - fue lo último que dijo Kaskuse antes de esconder las radios.
Kaskuse permaneció en el centro del claro. Bra se situó entre los árboles más espesos y más alejados de senderos que encontró. Si tenía que venir gente, debía asegurarse de que no la viran.
Pasados 5 minutos, se oyeron pasos a la lejanía, parecían los pasos de un solo sayian. Eran pasos pausados, y seguros. Bra se ponía nerviosa por momentos, aunque los pasos se oían del otro lado de donde ella estaba escondida, el pulso se le aceleraba, la respiración se le entrecortaba y el cuello le palpitaba.
Vio la silueta a la que pertenecían los pasos. Era una silueta alta y de espalda ancha. Bra directamente no respiró. Acaso esa silueta era de quién ella creía? Estaba tan segura de que nunca equivocaria esa silueta… era él. Él hablaba con el guarda de su abuela. Por qué?
