SU MANO CALIENTE me quita el frío de mis huesos que se había asentado. Salté del coche demasiado rápido, después de haber dejado los guantes y el sombrero.

Abro la boca y la cierro.

Ya le he dicho demasiado. Sigo haciendo todo lo que él quiere que haga. Primero dejé que me arrastrara por la acera hasta este restaurante. Entonces voy y le doy mi verdadero nombre. ¿Por qué no me inventé uno? ¿Se te ocurrió algo?

Cualquier otra cosa que no fuera mi nombre real.

Oh, es cierto, porque, todavía estoy en una ola de conmoción.

Me agarró.

No lo vi venir y ahí estaba, justo encima de mí. Bien, tal vez no encima de mí y tal vez me haya salvado. ¿A quién estoy engañando? Estoy inventando razones por las que esto no es mi culpa. He vuelto a fallar. No veo una salida a esto. Me van a despedir.

—¿No quieres decírmelo? — Su pulgar empieza a rozar hacia adelante y hacia atrás en mi mano, sin ayudarme a pensar. Juro que está luchando con una sonrisa.

¿Por qué tiene que ser tan guapo? ¿Por qué estoy pensando en que es tan guapo en un momento así?

Contrólate, Hinata. Hanabi mentiría directamente a su hermosa cara y no le importaría nada. Ser como Hanabi, eso es lo que me digo a mí misma en mi mente.

—Estoy entre profesiones— casi miento. Es lo mejor que puedo hacer bajo presión. ¡Ni siquiera puedo mentir bien! No puedo hacer nada bien. La misma mujer de antes regresa con nuestras bebidas y una canasta de pan.

Parece que conoce a Naruto. Sus ojos se dirigen a nuestras manos cerradas, abriéndose ante la vista. ¿Por qué se están ensanchando? ¿Es porque tiene una novia que todos conocen? ¿Esto sería como un engaño? Sé que, si Naruto fuera mío, no querría que frotara su pulgar en otra mujer, aunque sólo fuera su mano.

Ella había saltado en el momento en que él entró por la puerta, dispuesta a hacer cualquier cosa por él. Así que no sólo soy yo. Tiene una especie de poderes especiales que hacen que la gente haga cosas antes de pensar en ellas. Voy a seguir adelante y adivinar si tiene algo que ver con su hermosa cara. Una mirada a esa debilidad y haces lo que él quiera.

Retiro mis manos de las suyas, esperando que eso me ayude a recomponerme. Las envuelvo alrededor de la taza de chocolate caliente. La crema batida de arriba parece como si un chef la hubiera hecho fresca. Necesito poner mis manos en algo para no moverlas en mi regazo. Es una manía que he hago desde que tengo memoria. Hanabi me dijo que es un indicio de que estoy nerviosa o ansiosa.

—Hmm— responde mientras agita el whisky en su vaso, pero no lo bebe.

Probablemente piense que soy una vaga sin trabajo ahora. Está pensando mucho en la respuesta que le he dado. Mantengo las manos pegadas a ese chocolate caliente porque con él mirándome fijamente, la necesidad de dejar caer las manos sobre mi regazo es casi abrumadora. Podría haberle dado tantas otras respuestas, pero elegí la que me llevaría a un montón de preguntas. ¿Qué más se supone que tenía que decir?

No creo que explicarle que la mayoría de los días vivo fuera de su oficina sea una respuesta adecuada. Él sería el que huiría de mí esta vez.

—Me vendría bien alguien en mi oficina— dice finalmente, sin tomar ni un sorbo de su whisky.

—Yo…—Estoy en blanco. No sé nada de bienes raíces ni de su desarrollo. Es entonces cuando recuerdo que no debería saber a qué se dedica ni nada más sobre él. Mi curso en línea no me preparó para esta situación. Nunca se mencionó qué hacer si la persona que estás investigando te ofrece un trabajo.

Estoy bastante segura de que se supone que nunca los conozcas. Probablemente por eso no estaba cubierto. Recojo mi chocolate caliente, tomo un gran trago para tratar de pensar en lo que debo hacer.

—¿Perdón? — es lo único que se me ocurre decir después de haber bebido la mitad de la bebida, casi quemándome en el proceso de tratar de entretenerme. No soy muy buena bajo presión.

—Mi oficina tiene una gran falta de personal. Necesito más ayuda— Tomo otro sorbo de mi chocolate caliente y pienso en cómo sobrellevar esto. Podría hacer como la última vez y salir corriendo de aquí. Por alguna razón, creo que esta vez me atrapará.

De alguna manera se mira relajado, girando el whisky en su mano, pero sus ojos leen que puede saltar en cualquier momento si es necesario. No quiero huir de él. Él me salvó. Tal vez sólo de palomas, pero él lo hizo. Si trabajo en su oficina, podré ver todo lo que hace. Tendré acceso a su agenda, su espacio personal y lo más importante a él. Este día realmente ha dado un giro a mejor.

Seré capaz de mantener mi trabajo y darle algo a mi cliente. Aún no he fallado. Todavía puedo salvar esto.

—¿En qué línea de trabajo estás? — Pregunto como si no lo supiera ya. Me sonríe y finalmente toma un sorbo de su whisky. Esta vez me hace esperar o trata de ocultar su sonrisa.

—Estoy en el desarrollo de bienes raíces— dice con una mirada divertida en su rostro.

Me dejo llevar por la corriente y empiezo a hacerle preguntas sobre lo que eso implica.

Responde a cada una, pero después de cada una de ellas parece que quiere reírse. —Mi asistente Kiba necesita que alguien ayude en la oficina para aligerar la carga—

—Trabajas demasiado— Mi aliento se detiene cuando me doy cuenta de mi resbalón.

—¿Lo hago? — Esta vez sonríe, no lo esconde.

—Supongo que lo haces si tu asistente necesita un asistente— Vaya, eso estuvo cerca.

Estoy mejorando en esto de mentir.

—Me estarás asistiendo— Casi suena posesivo como lo dice.

Asiento con la cabeza, gracias a que no me atrapo. No hago demasiadas preguntas sobre la descripción del trabajo porque realmente no importa. Acepto este trabajo sin importar lo que implique. Voy a pasar todo mi tiempo con Naruto en su oficina y técnicamente me van a pagar dos veces por hacerlo. Es una situación en la que todos ganan.

—Bien— estoy de acuerdo.

—Ahora que nos hemos puesto de acuerdo, podemos disfrutar de los postres— Como si fuera una señal, la camarera los deja en la mesa. Tal vez lo olvidé porque estaba nerviosa, pero estoy bastante segura de que no me preguntó nada sobre mi experiencia pasada. Ese pensamiento se pierde cuando el me da una cuchara llena de pastel de queso a la boca.

—Empezarás mañana— añade. Gemí en acuerdo sobre la tarta de queso. Este trabajo es maravilloso.