Nos adentramos a la vida de Hinata Hyuga, una joven de 16 años quién lamentaba su suerte, después de que su padre Hiashi Hyuga le contara todo sobre el secreto más obscuro que existía entre el clan Uchiha y el clan Hyuga, se decidió que sería ella quien debía sacrificarse para que las peleas por el poder entre ambos clanes terminaran de una vez; ya habían pasado muchos años declarándose la guerra y era el momento en que se firmara la paz definitiva, pero… no todo era color de rosa, para lograr esto, ambas familias acordaron unir las vidas de sus futuros herederos, para que así, tanto el clan Uchiha como el clan Hyuga se respetaran mutuamente, en pocas palabras si Hinata Hyuga se casaba con Itachi pasaría a ser parte de la familia del clan Uchiha y viceversa.

Para Hinata casarse con el futuro heredero del clan Uchiha, realmente significaba el funeral de sus sueños, de todo lo que había deseado a lo largo de su vida, decirle adiós definitivo al que por muchos años había sido su gran amor, todo... todo acababa ahí; en el altar en donde le juraba amor eterno a Uchiha Itachi, un hombre por el que no sentía nada más que odio.

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Capitulo anterior:

Hinata se encontraba frente al juez que estaba por casarla con Itachi Uchiha, ella no dudaba sobre sus sentimientos hacia otro hombre, sin embargo estaba obligada a casarse con el Uchiha para que tanto su clan como el de él pudiesen convivir en paz de una buena vez. Hinata no estaba de acuerdo con la decisión que se había tomado, pero debía obedecer. Debido a ello y a lo que su padre había contado con respecto a los Uchiha comenzó a desarrollar cierto desagrado y odio hacia la familia de su futuro esposo.

Sumida entre la desilusión, la tristeza y el miedo, aceptó esposarse con el hombre que estaba a su lado, bajo la cabeza para evitar que los demás se diesen cuenta que había derramado una lagrima justo cuando había dado el sí.

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Capítulo: 2 parte 2 Under Pressure / Bajo Presión 2(2) "Corregido".

Cuando el juez escuchó las palabras de la Hyuga, asintió con la cabeza en señal de aprobación y acto seguido le pasó la pluma para que procediera a firmar, Hinata limpio disimuladamente su casa y levantó la cabeza, dedicó una mirada tímida hacia su prometido quien solo observaba el horizonte, Itachi en cuestión de mili-segundos se percató de ello y de reojo se mantuvo observándola, sus miradas chocaron y Hinata rápidamente desvió su vista hacia otro lado, concentrándola en el papel que debía firmar. Cuando terminó se quedó ida, pues acababa de consentir su desdicha.

—Muy bien.- dijo el juez. —ahora es tu turno Uchiha Itachi, aceptas por esposa a Hyuga Hinata, y ¿prometes serle fiel, amarla y respetarla todos los días por el resto de tu vida?

Hinata inmediatamente reacciono antes las palabras del juez, esperaba que fuese Itachi quien de pronto mandase a volar toda esa farsa, que se arrepintiera y que dijera que no, que su respuesta fuese tan contundente que no tuvieran la menor duda, que la dejara libre, que fuera él quien tuviese el valor que ella no había tenido.

Itachi cerró los ojos, tomó aire y meditó en silenció, recordando como había comenzado todo ese teatro.

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(Flash Back)

Itachi se encontraba en la guarida anbu junto a Sai y Yamato; la puerta se abre de pronto y los chicos se alertan, bajan la guardia en cuanto ven entrar al Hokage

—Itachi ¿tienes un minuto?.- le preguntó, obteniendo una respuesta afirmativa por parte del Uchiha. —entonces, vayamos a mi oficina.- exclamó e Itachi se fué tras suyo.

—Itachi.- habló el hokage. —de ahora en adelante te relevo de tu cargo como jefe de escuadrón anbu, dejarás de trabajar como doble espía y te daré el cargo jounin, tú decides si eres sensei de un grupo genin o formar parte de la policía de Konoha, quedará a decisión tuya.

Itachi quedó bastante extrañado ante la repentina decisión del Hokage, después de todo llevaba años trabajando para la raíz anbu y aquello era tan repentino que en un principio pensó que había hecho algo indebido y por eso estaba siendo destituido. —De acuerdo Hokage sama.- respondió. —pero, si me permite saber ¿a qué se debe, todo esto? Si no es indiscreción, por supuesto.

—Por supuesto que no es indiscreción Itachi, simple y sencillamente las cosas van a cambiar, aunque aún no estoy del todo de acuerdo en cómo se van a llevar a cabo las cosas, pero confió en que podrán llegar a un acuerdo entre familias.

¿Entre familias?, Itachi se extrañó y no acababa por comprender las palabras del tercero, pero sabía que él era una persona que no tomaba decisiones a la ligera y que si lo había relevado de su puesto como doble agente, debía ser por algo bueno, aunque lo último de "acuerdo entre familias" no le había quedado claro.

—Sé que estás confundido.- le dijo colocando una mano sobre su hombro. —regresa a casa Itachi, después de todos estos años, regresa a tu hogar, regresa para que tu padre pueda explicártelo todo con más calma.

El Uchiha observó con sorpresa al hombre y ante su gesto, asintió con la cabeza. —Entiendo, muchas gracias Hokage sama, me retiro.

— Itachi.- lo detuvo. —estaré esperando la respuesta a tu nuevo cargo, ven el día que quieras en mi oficina cuando hayas decidido. —dicho esto salió de la oficina del tercero. Tenía sentimientos encontrados estaba feliz de poder regresar a su vida de antes, de dejar de ser doble espía, de dejar de sentir que estaba traicionando a su clan, pero al mismo tiempo sentía cierta nostalgia al dejar el lugar que por muchos años se había convertido en su segundo hogar.

Itachi regresó a la base de la raíz y rápidamente comenzó a tomar sus cosas, cuando terminó se fue directamente hacia su casa. Durante el camino se detuvo para observar las estrellas y se dio cuenta que la noche nunca había sido tan hermosa como esa; aunque el cielo estaba completamente cerrado, las nubes no dejaban ver ninguna estrella y parecía que se avecinaba una tormenta, el solo hecho de pensar que después de siete años podía sentir la total libertad lo cambiaba todo. Ya no era más un espía, ya podría convivir más con su familia, salir con su amigo Shisui a quien consideraba más como su primo.

Estaba muy emocionado, miraba su casa desde afuera y solo pensaba en abrazar a su madre lo más fuerte que pudiera, acariciarle la cabeza y alborotarle el pelo a Sasuke como lo solía hacer antes, pensaba en que por fin podría cumplir todas las promesas que le había hecho a su hermanito.

Aunque para ese momento ya fuese prácticamente un adulto.

Itachi se acercó más a su casa y notó que todos encontraban sentados en la mesa; Sasuke tenía el codo sobre la mesa y sobre la palma de su mano apoyaba una de sus mejillas, Fugaku leía desinteresadamente el periódico, Mikoto los observaba mientras terminaba de preparar los onigiris de la cena. Todos los días era lo mismo para ellos tres, día tras día repetían el mismo patrón:

1.- El silencio se apoderaba de la cocina y solo el "tsss" … del sartén era escuchado.

2.- Sasuke trataba de entender cómo es que su padre llevaba todo el día leyendo el mismo periódico, en la mañana había leído en el encabezado de la primera plana "Los nuevos shinobis de Konoha", durante su guardia en la policía llevaba consigo el mismo periódico y en la cena traía el mismo periódico, lo identificaba perfectamente, tenía el mismo encabezado de la primera plana "Los nuevos shinobis de Konoha" empezaba a sospechar que su padre lo hacía para evitar alguna plática entre ellos, pues constantemente cuestionaba a su padre sobre la extraña decisión de Itachi , de irse a vivir lejos de ahí.

Itachi observó toda la escena desde la ventana y empezó a sonreír, pues se había dado cuenta que después de tantos años, nada había cambiado, con excepción de Sasuke, quien ya era todo un hombre y que algunas cuantas arrugas en las caras de sus padres comenzaban a asomarse. Se sentía feliz, estaba en su casa, pronto estaría de nuevo con ellos.

Itachi abrió la puerta de su casa, Mikoto se percató de que alguien había entrado, dio un giro rápidamente y lanzo un onigiri hacia puerta, la bola de arroz pasó por un lado de la cara de Itachi, estrellándose contra la pared, Mikoto a ver a su hijo mayor a un lado de la puerta, se quedó sin palabras.

— Mamá, esa no es manera de desperdiciar la comida, era un onigiri perfecto.-sonrió.

Mikoto corrió rápidamente a lanzarse a los brazos de su hijo, ella le daba un gran abrazo, le decía lo mucho que lo quería, lo mucho que lo había extrañado y después se dispuso besar muchas veces las mejillas de su adorado hijo, Itachi estaba un tanto sonrojado, pero amaba que su madre lo besara, era como si los mismos ángeles cayeran del cielo solo para llenarlo de apapachos, aunque cuando su madre se enojaba podía dejar de ser un ángel para convertirse en un demonio, aun así, Itachi abrazo con fuerza a su madre y la cargó hasta el comedor.

Cuando Itachi y Mikoto llegaron al comedor, Fugaku lo miró con gran sorpresa, aunque él ya sabía a qué se debía el regreso de su hijo, eso no le impedía sentirse feliz, de hecho Fugaku se encontraba mejor que nunca, ya que eso significaba que Itachi dejaría de estar espiando a todo el clan y que ahora el Hokage confiaba aún más en ellos, el líder de los Uchiha se levantó de la mesa para recibir a su hijo con un gran abrazo y dejaron a Mikoto acorralada entre los brazos de sus Uchihas, mientras que Sasuke solo se limitó a tomar un onigiri, sin siquiera haberle dado la bienvenida a su hermano, poco después Mikoto bajó de los brazos de Itachi y comenzó a servir la cena a su familia.

Durante la cena Mikoto no dejaba de sonreír y abrazar a Itachi, no podía evitarlo él era tan especial para ella, pues con él se había enseñado a ser madre, él había sido su primera alegría, y después había llegado Sasuke, pero Itachi había sido su pequeñito y ahora que lo miraba ya era todo un hombre, no podía evitar esa nostalgia, pues no lo había podido disfrutar como ella habría querido, así como lo había hecho con Sasuke.

Habían pasado 20 minutos todos habían terminado de comer, Itachi miraba fijamente a Sasuke, él quería saber que era lo que le había pasado a su hermano, esa actitud no era normal, recordaba cuando Sasuke corría a abrazarlo cada vez que él llegaba de la academia, aunque Itachi sabía que él, ya era un hombre hecho y derecho, al menos esperaba mejor un recibimiento de parte de su hermano menor. Mikoto comenzó a levantar la cocina, Sasuke se levantó y en silenció se fue a su cuarto, dejando a Itachi bastante desconcertado. Necesitaba hablar con él, quería saber cuál era el problema y en cuando Itachi se levantó para ir tras Sasuke, escucho la voz de su padre.

—Itachi, luego arreglan sus diferencias, tenemos que hablar.- tras ello, se lo llevó a un sitio donde pudieran hablar tranquilamente sobre "ese" tema.

—Primero que nada me alegro mucho que ya estés de regreso, tu madre siempre estaba muy preocupada y Sasuke me tenía cansado de tantas preguntas, pero vayamos al punto hijo.-comenzó a hablar sin más, no tenía caso darle vueltas al asunto.—como sabes, entre el clan Hyuga y el clan Uchiha siempre han existido rivalidades mismas que se hubieran podido evitar, si no hubiese sido por la intervención de un necio.

—El líder de los Hyuga, ¿no?- respondió.

— Así es, tú sabes más que nadie que la acusación hacia nuestro clan, nuestro destierro de la aldea, la desconfianza de parte de la gente y los otros clanes trajeron consigo el descontento de nuestro clan y bueno el resto ya lo sabes; el golpe de estado y los acuerdos, pero hay algo que ignoras y que debes saber Itachi, el día en el que llegamos un acuerdo con el Hokage, el líder del clan Hyuga, Hiashi al enterarse que el tercero nos seguía confiando el departamento de policía y nos había permitido volver a la aldea, mostró su inconformidad argumentado que el clan Hyuga siempre había estado ahí para Konoha e insinuó que no éramos más que un clan de revoltosos traicioneros y que por ello deberíamos continuar viviendo en el exilio.- expreso con molestia . —afortunadamente el tercero rechazó su petición y desde entonces hemos estado a cargo de la policía y fuimos reinstalados dentro de la aldea.

Él si conocía toda esa historia, pues dentro de la raíz se comentaba constantemente sobre la egolatría tanto de Hiashi como de su padre y sobre el resentimiento que los Hyuga tenían por los Uchihas, aquello era prácticamente el pan de cada día. —Lo sé.- contestó. — ya conocía esa información, se todos los detalles.-agregó.

Fugaku sonrió. —Me alegro. — respondió.—así evitaremos más palabras innecesarias. —Para terminar con todo esto el hokage cree que si en algún momento alguna aldea enemiga, ataca Konoha, nuestros clanes en su afán por obtener el reconocimiento de la gente, nos involucraremos en una batalla campal y arremeteremos los unos contra los otros, teme que de esta manera Konoha quede vulnerable a algún ataque enemigo, tampoco desea que vidas inocentes se pierdan y espera que la paz siga reinando en la aldea, por lo que nos ha exigido a Hiashi y a mí, arreglar nuestras riñas y empezar a vivir en paz, de lo contrario ambos clanes seremos desterrados.

—Entonces harán un acuerdo de conciliación, ¿no es así?- cuestionó y su padre asintió. —La decisión del Hokage sobre mi cargo.- pausó, podía imaginárselo, pero necesitaba tener la certeza. —tiene que ver con esto, ¿no es así?

—Veo que no se te escapa nada.- lo confirmó.

—¿De qué se trata?- pregunto tranquilo.

—Hiashi y yo hemos decidido que el mejor plan conciliatorio, es una unión.

—¿Una unión? –cuestionó sorprendido. — es decir, quieres que yo…

—Sí, Itachi.- lo interrumpió. —queremos que te cases con la hija mayor de la rama principal del clan Hyuga, esa es la única manera de llegar a un acuerdo mutuo de paz, que ambos líderes se casen, para que ser vistos como familia política, de esta manera los Hyuga respetaran a los Uchiha por ser esposo de su líder y viceversa.

—Pero, padre, yo no la conozco, realmente no creo que ella… quiera algo así.

—No te preocupes Itachi.- lo interrumpió. — el trato ya está hecho, es la única opción de traer paz y evitar que ambos clanes seamos desterrados, ni Hiashi ni yo queremos perder el poder que hemos conseguido en Konoha, además nosotros tenemos más que perder, aparte de exiliarnos nos quitarían el departamento de policía.— Toda aquella situación no era más que una guerra por el poder, ningún clan quitaría el dedo del renglón y estaba claro; cada uno velada por sus propios intereses y quien sabe… quizá algún de ellos podría sacar más provecho que el otro.

—Entiendo las circunstancias, pero no creo poder hacerlo, la Hyuga tampoco, es decir ella tampoco me conoce.

—Eso lo se Itachi, casi nadie te conoce en la aldea, has pasado tanto tiempo trabajando desde la oscuridad que prácticamente eres como un extraño para los demás… te confieso que inicialmente ofrecí a Sasuke para esa tarea, debido a que tiene prácticamente la misma edad que la heredera de los Hyuga, pero Hiashi lo rechazó, quiere que seas tú quien se case con ella, aunque.—meditó un poco. —Si no quieres, podemos intentar disuadirlos por la diferencia de edades, sería un motivo más aceptable y…

—¡No!...está bien.- exclamó interrumpiéndolo. —yo lo haré.- contesto sin titubear. Él no podía permitir que obligaran a su hermano menor, si él, como el hijo mayor tenía esa obligación, entonces tomaría la responsabilidad y las decisiones tomadas sin oposición alguna. Aceptaría aquella misión y la llevaría a cabo con éxito.

—Me alegra escuchar eso.-exclamó orgulloso del mayor. —No esperaba menos de ti.

Itachi solo se limitó a asentir ante su padre y observó de reojo la puerta. — Está bien Sasuke.- pronunció Itachi. —hubieras entrado desde hace rato.- sonrió. –esa costumbre tuya de escuchar tras las puertas, no han cambiado, sigues siendo un chismosito, ¿No es así?- pregunto sarcástico y rió un poco observando a su hermano entrar a la habitación. — pero ya que te has enterado de todo, te pido discreción, por favor.

—Hump. —espetó con molestia. — por supuesto que no necesito que me pidas nada de eso, se perfectamente que es un asunto confidencial, no soy idiota, pero no vengo a hablar sobre ese asunto. -frunció el ceño. —vengo a informarte que estoy sumamente molesto contigo, vienes un par de veces en años y cuando vas llegando, ya te vas, ¿qué clase de visita es esa?, mejor no hubieras venido.-expreso enojado e Itachi notó cierto reproche en sus palabras y sonrió. Sabia que Sasuke quería su atención a pesar de sonar tan rudo.

—Vamos Sasuke, ¿crees que esa es la manera correcta de recibir a tu hermano mayor después de años de ausencia ?, entiendo que si no quieres abrazarme, al menos ¿podrías golpearme?, prefiero mil veces un golpe tuyo que ese silenció incómodo. —hump.- lo imitó. —además esperaba que cuando llegara corrieras hacia mí, me abrazaras y me gritaras " nii saan" ¿me llevas a entrenar?

— Hump.- gruño.—¡ya no soy un niño Itachi, no me quieras tratar como tonto!.

—No te trato como tonto Sasuke, simple y sencillamente tú siempre.- pausó para levantarse e ir hacía donde estaba Sasuke. —siempre serás mi hermano menor.-luego choco el anular y el índice sobre la frente de su hermano "poke".

-¡Bah¡. —exclamo con aparente molestia.— tocándose la frente. —tú tampoco has cambiado eses hábitos tuyos, siempre que nos vemos, termino por caer en ese jueguito tuyo. Tras ello ambos hermanos sonrieron, Itachi supo entonces que la relación con Sasuke seguía intacta.

—¿Entrenamos mañana?—pregunto mirando de reojo a su padre, quien mantenía los ojos cerrados y mostrando una leve sonrisa.

— Como quieras. —pronuncio tratando de sonar lo mas desinteresado posible y es que a pesar de su actitud, no podía negar que estaba feliz, ¡Itachi estaba de regreso! y por fin después de tantos años entrenaría con él.

—No puedes. —interrumpió su padre. —Mañana iras a conocer a tu prometida.

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(Fin Flash Back)


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—Itachi... Itachi.- pronunciaba el viejito de pelos blancos de entradas pronunciadas y de bigote muy particular, casi al estilo Adolf Hitler, quien se comenzaba a poner verde de coraje, pues la novia lo había hecho esperar y ahora era el novio quien le salía con el mismo juego, tenía que oficiar otra ceremonia después de ellos y indecisa pareja ya le había quitado mucho tiempo. Hinata por otro lado podía creer lo que sucedía, no concebía que el Uchiha se estuviese tardando tanto en contestar, incluso había superado su récord y un rayito de esperanza iluminaba su corazón tanto que por un momento pensó que Itachi respondería con un rotundo "no". La histeria voz del juez se escuchó de nuevo.

— ¡Itachi saaaaan¡.-grito a punto de arrancarse lo pocos pelos que le quedaban en la cabeza. —lo preguntare una vez más, ¿aceptas a Hinata como tu esposa y prometes serle fiel, amarla y respetarla todos los días por el resto de tu vida?.—para ese momento esta frase era tan cansina que la había recitado sin emoción alguna.

— Lo... lo siento.- expreso tranquilo. — Sí. –contesto. — la acepto como mi esposa. —dicho esto el juez rápidamente prosiguió a entregarle una pluma a Itachi, para que firmara de una buena vez.

Hinata sintió morir en ese momento.

CONTINUARÁ...