LOS PERSONAJES DE NARUTO NO ME PERTENECEN, SON PROPIEDAD DE MASASHI KISHIMOTO.

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Todo en la vida tiene un porque, un tiempo, un patrón, una secuencia y una frecuencia en la que las cosas suceden, los tiempos son siempre perfectos. Por ello debemos aprender a ser pacientes y racionales; los problemas llegan pronto y hay que lidiar con ellos.

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Capitulo: 5 " Coming Soon " / Llegan pronto ó Pronto. (CORREGIDO).

Los pajarillos entonaban la misma canción de todos los días, aquel cantar tan hermoso que anunciaba el comienzo de un nuevo día, una nueva oportunidad para olvidar el pasado y comenzar a pensar más en el futuro, de mirar siempre hacia adelante en vez de perder el tiempo pensando en el pasado; en lo que pudo llegar a ser y que hoy por diversas razones del destino no es. Pues si bien aquel canto significa la regeneración de una nueva vida y aceptación de la misma así como la del propio destino.

Esa mañana Hinata se levantó de la cama con un fuerte dolor de cabeza, fue directamente al baño, se observó por unos momentos en el espejo para verse con los ojos hinchados y unas enormes ojeras alrededor de ellos, abrió la llave del lavamanos y metió ambas vamos para lavarse la cara, acto seguido tomó una toalla para secarla por completo; pasándola por su frente, bajándola hasta los pómulos, luego llegó a las alas de la nariz y cuando por fin llego a las comisuras de sus labios recordó que había besado Itachi; sin darse cuenta comenzó a morder su labio inferior mientras su mente repetía una y otra vez aquel dulce momento en un acto de inconsciencia que decía incluso más que las palabras.

Ignorando totalmente aquella advertencia que le decía que no todo era odio hacia él, salió del baño y bajo hasta la cocina en busca de algo para comer, puesto a que llevaba prácticamente tres días que no provocaba ningún solo bocado. No es que le importase engordar y no poder meterse dentro del vestido de novia, si no que los nervios y la preocupación de su futuro era el principal causante de dicha inapetencia. Abrió el refrigerador y observó dentro del mismo un bote de leche, algunos cuantos huevos, uno que otro pedazo de pan; en pocas palabras no tenían prácticamente nada, vaya ni siquiera lo básico, por lo que Hinata subió de nuevo al cuarto, tomo una ducha, se vistió lo más rápido que pudo y salió; quería evitar a toda costa encontrarse con Itachi esa mañana.

Las chicas observaban con desdén a la joven Hyuga, muchas de ellas se veían incluso más ojerosas que la misma Hinata y algunas seguían llorando la pérdida del mayor de los Uchiha, pues era bien sabido que a pesar de tener prácticamente unos cuantos días en Konoha, ya se había convertido en un rompe corazones al igual o incluso de mayor nivel que el mismo Sasuke.

—Así que, tú eres la esposa de Itachi.- comentó de pronto una chica de cabello naranja, quien salió de un establecimiento de carnes, para después rodearla. Hinata en ese momento llevaba una canasta con unas cuantas frutas de temporada.

—S…si.- dijo en un murmullo dejando ver sus ya de por si teñidas mejillas.

—¡Que suerte tienes!.- exclamó irónica, empujando un poco el hombro de la Hyuga, quien no respondió a la agresión de la muchacha.

— Sabes…-continuó la chica arrebatándole la canasta.—no eres bienvenida aquí.- terminó dedicándole una mirada asesina la cual logro intimidarla un poco y como si fuese un ratón salió huyendo del lugar siendo abucheada por las mujeres que se encontraban rondando el lugar. Después de todo estaban dentro del clan Uchiha y los buenos deseos y saludos de ayer, habían sido solo para Itachi.

Hinata caminó lo más rápido que pudo hasta lograr salir del área enemiga, fuera de ese campo minado, logró calmarse un poco y fue a la florería de su "amiga" Ino. Había decidido ir a desayunar con ella, para no sentirse tan sola.

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Esa mañana Itachi, Shusui y Sasuke habían salido a primera hora a la oficina del hokage.

—Buenos días.- dijeron los tres al mismo tiempo.

—El hecho que hayas acordado una reunión conmigo, me indica que has tomado tu decisión, ¿verdad?

—Así es.- contestó Itachi.

—¿y bien?- preguntó solo por cortesía, de antemano sabia cual había sido la decisión final de él.

—Me haré cargo del departamento de policía.- contestó.

—Ya lo suponía.- expresó riendo.—pero no solo es eso lo que te trae por acá, ¿no es así?- volvió a preguntar e Itachi sonrió. No le podía esconder nada.

—No.- dijo a secas. —vengo a proponerle un proyecto, que a primera instancia suena bastante ambicioso, pero de funcionar habremos logrado una unificación, no solo dentro de la aldea, si no con todas las naciones.- exclamo nervioso observando la confusión del hokage.

—Explícate.- respondió intrigado.

—Como sabe la comandancia de policía de Konoha, siempre ha estado a cargo del clan Uchiha, mi propuesta es eliminar por completo el clasismo y unir a todo tipo de shinobis dentro de una sola organización; la cual esté conformada por ninjas de toda las naciónes, de esta manera todos los países tendrán acceso a protección y estarán amparadas por los demás, evitando así peleas entre nosotros y guerras innecesarias,por supesto que dentro de la organización siempre habrá un oficial de cada país que posea el mismo cargo con el fin de evitar abusos de poder en un futuro.

—Planeamos.- infirió Shisui. —que la policía sea un organización internacional, algo global que nos beneficie a todos.

Sarutobi se quedó pensando un momento en la idea, admitía que el concepto era bueno y beneficioso para todos, sin embargo tal cual Itachi lo había dicho, era algo sumamente ambicioso.- Entiendo.- pronunció cruzando los brazos. —¿pero cómo piensas lograr que las demás naciones confíen en nosotros?, ¿tienes alguna plan?- cuestionó e Itachi asintió.

—Reuniré solo a los shinobis más poderosos de cada nación, pero no hablo de los héroes en sí, hablo de frenar a los ninjas renegados de cada aldea y hacer que colaboren con nosotros. Para ello saldremos en su búsqueda y ofreceremos a los kages de cada aldea detener a sus ninjas renegados y reclutarlos en la policía, haciendo que trabajen para la nación de la cual han desertado. Para ello debo hablar con el señor feudal y preguntar por la posibilidad de entregar un indulto a cambio de su colaboración.

—Entiendo Itachi, pero…-pausó un momento para reformular bien su última pregunta. —¿Qué pasara si no logras convencer a alguno?

—En ese caso… no nos quedará otro remedio que… deshacernos de él.- exclamó con seriedad. —por ello antes de ir en su búsqueda hablaremos con el kage de cada aldea para saber si ellos están dispuestos a otorgar también el perdón y para ello...

—Necesitamos…- interrumpió Sasuke. —a ninjas con habilidades increíbles para poder hacer frente a los problemas futuros.

—Al mismo tiempo.- continuó Itachi. —estaremos liberando a los países de sus futuros destructores y así no tendrán de que preocuparse por algún ataque sorpresa, en el entendido que es peligroso para cualquier aldea, que un ninja renegado y con ansias de venganza, ande suelto, más porque al haber sido parte de la aldea, no es extraño que conozcan información confidencial, además de técnicas prohibidas que resultaría muy arriesgado anden en manos equivocadas

—Se a lo que quieren llegar.- contesto el hokage, luego se levantó de la silla y bajó hacia su biblioteca personal. Después de unos cuantos minutos regresó con un libro en la mano. Lo abrió, comenzó a hojearlo como si estuviese buscando algo en especial. —Aquí esta.- pronuncio acercándose a los tres Uchihas quienes se habían mantenido en silencio. —¿Por qué no empiezas por estos dos?-cuestionó señalando las fotos.

—Ese…es el libro bingo.- pronunció Sasuke con asombro. Los demás asintieron.

—Si quieres, puedes empezar hoy mismo.- contestó. —yo me encargare de hablar personalmente con el señor feudal y validaré la legitimidad de tu propuesta ante quien, lo único que deben hacer es… convencer a los demás kages; el resto depende de ustedes.- luego pausó, caminó hasta su escritorio, tomo asiento, cerró los ojos y suspiró. Itachi sabía lo que venía a continuación. —solo dime una última cosa Itachi… ¿estarías dispuesto a aceptar toda la culpa en caso de fallar?.- cuestionó e Itachi sin dejar de verle a los ojos asintió. Después eso los tres hombres salieron de Konoha, rumbo a su primer destino.

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Llevaban largas horas por los bosques del país del fuego, su misión era conseguir por lo menos dos reclutas para el nuevo cuerpo de policía de "Konoha". La dificultad principal de aquella misión era simplemente que Itachi deseaba el reclutamiento de nada más y nada menos que los asesinos y terroristas más buscados del libro bingo; una tarea titánica.

—Vamos Itachi, ¿no crees que esto es demasiado estúpido?, ¿para qué quieres que asesinos se unan al cuerpo de policía?- cuestionó arqueando una de sus cejas en espera de la respuesta del mismo, sin embargo y a pesar de que en ese momento Sasuke le dedicaba una mirada asesina, éste solo se limitó a responder con un "ya lo veras", lo cual provocó la ira del menor de los Uchiha y la risa del mayor de los tres.

—Tranquilo, tranquilo, tu hermano sabe lo que hace.- comentó Shisui para luego apresurar el paso después de ver como Itachi los obligaba a hacerlo. —apúrate Sasuke, si no te quieres quedar atrás. – rió y apresuró el paso… dejándolo atrás.

—Bastardos.- les dedicó aquella hermosa palabra. Era tarde y si se daban prisa podrían tomar un merecido descanso antes de continuar el viaje.

Pasó el tiempo, la noche cayó e Itachi recordó que no había avisado a Hinata que se ausentaría por varios días; quizá una o dos semanas. Todo había sido tan repentino y estaba tan acostumbrado a operar bajo sus propios criterios que simplemente lo había olvidado. Aunque quizá para ella, el hecho que él no estuviese ahí era lo mejor, ignoró tal hecho y continuó su paso.

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En Konoha la gente se estaba yendo a dormir, Hinata se estaba despidiendo de Ino, pues había pasado todo el día con ella y no supo en qué momento había oscurecido. Se había olvidado del miedo por un momento, pero los nervios eran traicioneros y regresaban solo para atormentarla más. Hinata definitivamente estaba segura que no quería volver a esa casa", aún recordaba el beso y le daba miedo solo pensar que está vez Itachi decidera reclamar "su derecho" y a pesar de que éste ya le había prometido que jamás haría algo que ella no quisiese, definitivamente no podía confiar en él. Aunque si era sincera con ella misma, tenía que admitir que su miedo era volver a ceder, dejarse llevar, de amanecer desnudos en la cama y que le terminase gustando.

No, aquello era inaceptable.

El ser humano tiende a ser muy terco cuando se trata de afrontar la realidad, sin embargo muchas veces había que caer para valorar lo que tenemos, desgraciadamente la clave de la felicidad muchas veces comienza con el dolor; así estamos predestinados a vivir; es la regla de la vida. Aprendiendo primero de nuestros propios errores, pues nos sirve para saber en qué nos hemos equivocado y no volver a cometerlos en el futuro, sin embargo muchas veces fallamos por lo que darnos cuenta a tiempo es crucial para hacer valer tal regla y Hinata en ese aspecto había fallado estrepitosamente.

Después de despedirse de Ino caminó lo más lento que pudo para llegar más tarde a su casa, no quería entrar y ver la imagen de Itachi frente a ella, pues le avergonzaba lo que había sucedido la noche anterior y temía volver a repetirlo, por lo que abrió la puerta con suma delicadeza y caminó de puntitas hasta subir a su habitación como si fuese una niña que se estuviese escondiendo por haber realizado alguna travesura, ya dentro del cuarto , se desvistió y tomó una ducha en donde meditó sobre sus acciones; era su segundo día de casada y le parecía descortés no bajar a saludar a su " esposo".

Por fin y después de dos horas y muy a pesar de la vergüenza que sentía, observó el reloj para darse cuenta que eran las 12:45 de la madrugada, rápidamente fue a la habitación de Itachi, pensando que tal vez éste estuviese enojado por su descortesía y falta de interés; después de todo era su esposa y debía comportarse como tal. La sorpresa para Hinata fue mayúscula cuando tocó la puerta del cuarto de Itachi y no obtuvo respuesta alguna. Se quedó ahí por unos cuantos minutos, esperando que le abriera , pero nada; al final decidió olvidar sus modales y abrió la puerta de la habitación solo para darse cuenta que no estaba. Al principio se preocupó un poco, terminó por entrar y se sentó en la cama decidida a esperarlo; esperó, esperó y esperó hasta que se quedó dormida.

Cuando de nuevo los pajarillos comenzaron a cantar, despertó para ver qué; Él no había llegado a dormir.

Aquello por algún motivo le lastimó y sin darse cuenta dejó caer una lagrima sobre la almohada de Itachi.