LOS PERSONAJES DE NARUTO NO ME PERTENECEN, SON PROPIEDAD DE MASASHI KISIMOTO.

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"La noche está cayendo y tengo miedo de perder mi camino, la noche está cayendo y está oscuro otra vez".

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Capítulo 6 The night comes down/ La noche está cayendo (CORREGIDO).

La noche era una de las cosas que más le agradaban a Itachi, el ruido de los grillos era algo sumamente relajante, pues significaba la cercanía y el contacto directo con la naturaleza, el cantar de los animales nocturnos y sobre todo la luminosidad de la luna que con su blanquecina luz alumbraba aquel oscuro bosque. Esa noche parecía sumamente tranquila y tras haber recorrido una gran distancia hacia el lugar de su destino los tres ninjas habían decidido tomarse un merecido descanso, cada uno se posó sobre una gruesa y resistente rama para posteriormente entregarse a los brazos de Morfeo.

De esta manera descansaron bajo las estrellas, cuidándose por mero instinto propio hasta el amanecer.

Quizá una cruda realidad, algo que ninguna mujer hubiese deseado que le sucediera al segundo día de casada " la ausencia de su esposo", que si bien, no estaba segura de quererle, en ese momento tampoco podía afirmar que lo odiase como ya lo había anunciado anteriormente, pero… si no lo quería, ¿por qué su ausencia le dolía?, ¿por qué sentía esa extraña necesidad de saber en dónde se encontraba?, ¿dónde habrá dormido?... ¿Y si había decidido pasar la noche con otra mujer? después de todo, en Konoha había decenas de chicas que miraban a Itachi como hombre, más que como ninja por lo que la idea no estaba descartada, pero, si definitivamente no le gustaba y no sentía nada por él, entonces…. ¿por qué derramaba lagrimas… otra vez? ¿sería posible que en el peor de los casos ella… -"NO,NO,NO NO,NO", se repetía una y otra vez, mientras se levantaba de la cama y eliminaba de su rostro de aquella sustancia salina para posteriormente meterse a la ducha y comenzar con sus labores, pero… ¿Qué labores?, ya no estaba en su clan es decir, después de haberse casado ya no estaba sujeta a las reglas de su familia; por otro lado la casa estaba limpia, no trabajaba y no tenía misión alguna, sus amigos seguramente estaban ocupados y no quería causarles molestia alguna, entonces….¿que se supone debía hacer?. Suspiró resignada.

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—Vamos, continuemos.- pronunció Itachi, mientras bostezaba apreciando el amanecer, la mañana era fresca y el aire de lo más puro. –Dense prisa.- dijo ansioso. Acto que no pasó desapercibido por el mayor de los Uchiha.

—¿Qué sucede Itachi?- cuestionó Shisuió dándole a este un codazo.

—No será que por casualidad… digo….solo digo que…por casualidad ¿extrañas tú noche de bodas?- pregunto esbozando una sonrisa ladina. —de ser así, no te culpo, las mujeres, aunque nos duela admitirlo, tienen un gran poder sobre nosotros, pero… ¿Qué podemos hacer?- cuestiono arqueando una ceja, — ¿te responso?... ¡NADA, no podemos hacer absolutamente nada!, además… cof…cof…, no es que sea muy fijado he…he…he… pero tu esposa tiene un … y unas … que para nada son despreciables -terminó riendo ante la ante la seria mirada de Itachi y el asco que le provocaba al menor de los tres aquellas insinuaciones.—¡QUE!... los hombres somos de sangre caliente… Itachin tú debes de saberlo y tú… Sasuke, bueno…ejeM… tú todavía estas un poco verde y apenas te acabas de dar cuenta que eso que te cuelga entre las piernas no solo sirve para orinar sino también para…

—¡Shisui!, no es momento de bromear.—debemos continuar.- expresó bastante serio. —deteniendo a Sasuke quien enfurecido le gritaba hasta de lo que se iba a morir.

—¡suéltame Itachi, voy a matar a este infeliz, suéltame!- gritaba entre forcejeos.

— Aún estamos un poco alejados de nuestro destino, por lo que si no queremos dormir de nuevo en una rama de un árbol, debemos apresurarnos a llegar lo más rápido que podamos a Sunagakure y obtener toda la información sobre Akasuna No Sasori...- expresó más calmado liberando a Sasuke de su agarre.

—Pero Itachi.- exclamo Sasuke. —¿¡estás loco!?- ese sujeto es el asesino del tercer Kazekage, ¿Cómo pretendes que de la noche a la mañana se convierta en policía cuando no es más que un sucio criminal?

—Tranquilo Sasuke.- respondió con la serenidad que siempre le caracterizaba. —toda persona tiene un precio y estoy seguro que; lo último que toda persona desea es que sea perseguida por el resto de sus días.

-Pero…

—Shhh….- interrumpió Shisui. —Sus razones tiene, déjalo ser nada más, si en el destino está que se equivoque, inevitablemente será así, de lo contrario, podemos tener a un buen miembro dentro de la policía y quizá sacar ventaja de ello, además creo que ya sé a qué se refiere Itachi, pero todo a su tiempo Sasuke, hay que dejar que tu hermano avance, él sabe lo que hace, además nunca ha fallado en alguna misión, tu confía chiquitín.

—¡TÚ TE CALLAS!..- gritó molesto abalanzándose sobre él mientras Shisui reía esquivando todos los golpes.

"Ahí van de nuevo".- pensó Itachi rondando los ojos. —Yo me voy.-exclamó llamando la atención de ambos. —Cuando terminen de pelear, me alcanzan.- dijo un tanto fastidiado. —Además no entiendo ¿por qué debería de saber aquello?- le cuestionó a su primo y tras ello continuó con su camino. Shisui sonrió cínicamente.

—¡Espérenme!- gritó su hermano y rápidamente se fue tras él

—Si… aja.- contestó para luego seguir el paso de Itachi.

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Y el día transcurrió, mientras los tres ninjas avanzaban y se acercaban cada vez más a su destino. Hinata limpiaba una y otra vez la casa, cada rincón estaba completamente limpio, incluso había pasado varias veces por el mismo lugar con el desinfectante. Se sentaba en el sofá y volvía a levantarse para volver a pasar la mopa por el suelo, lavaba sus manos cada cinco minutos y no podía tener un rato de paz, el reloj marcaba las seis de la tarde e Itachi aún no daba señales de vida, la mente de Hinata comenzaba a imaginar cosas y con cada segundo que transcurría, más se convencía que todo había sido culpa suya; sí él se había marchado era única y exclusivamente por el rechazo que había demostrado hacia él la noche que se besaron cuando ella lo alejo, para ella aquello era más que suficiente para herir el ego de un Uchiha.

—No, no pienses esas cosas.- se decía a si misma. —No puedes dejar que la duda te gane, no puedes, no puedes.- se repetía muchas veces, pues se sentía sola y abandonada por todos. Llevaba dos días fuera del clan y nadie de su familia había ido a visitar, estaba desesperada y algo decepcionada; no tanto de él, ni de su misma sangre al arreglarle un falso matrimonio, si no de ella misma. Prácticamente toda la vida le habían dicho que era una inútil, que no servía para nada y hoy claramente les concedía razón al no servirle ni siquiera como mujer. Su cabeza podía escuchar la horda de reproches: " dos días de casada y tu marido busca en otra lo que a ti te falta. Terribles palabras para una recién casada.

Por salud mental, decidió salir a caminar un rato, respirar aire fresco, despejar su mente; lo necesitaba para no pensar en tonterías o quizá el olor de tantos químicos revueltos le había causado alguna alteración neuronal o nerviosa que le impedían pensar coherentemente y sin más tomo las llaves y se dirigió al mercado en busca de algunas cosas para la cena. Compro una pequeña ración de verduras y un poco de carne para ella, sin embargo algo le impulsó a tomar un poco más de ambas, pues a su cabeza llegó la idea de que Itachi, esta vez llegase a la casa y no quería ser descortés con él, ni mucho menos egoísta, se acababan de casar por lo que sólo por esta ocasión ella le prepararía la cena.

Al llegar a casa Hinata lavó y desinfectó muy bien las verduras, cocinó la carne y aunque no fuese una experta, al menos los alimentos que preparaba eran comestibles, sazonó como kami-sama le dio a entender y cuando todo estuvo listo, se sentó a esperar la llegada de "su esposo".

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La noche cayó y con ella la llegada de los Uchihas al país del viento, los tres se dirigieron rápidamente a la oficina del Kazekage, donde debían presentarse y rendir declaraciones del porqué de su visita; aunque de antemano el Hokage se había encargado de anunciarle al mismo la llegada de sus ninjas, pues era de vital importancia que se hiciese formal, sin embargo debido a la hora el líder de la arena sugirió que el asunto que les llevaba hasta su cálida tierra, se hablase al amanecer, para que de esta manera pudiesen descansar y pudiesen hablar con más calma sobre los temas a exponer. Sin replicar u oposición alguna y entendiendo las razones expuestas por la máxima autoridad de Suna, los Uchihas se retiraron a sus habitaciones previamente asignadas. No tardaron nada en caer dormidos; "habían llegado en dos días a una aldea que en condiciones normales les tomaría tres en llegar".

En Konoha la Hyuga se encontraba dormida sobre la mesa, había estado más de tres horas esperando por el regreso de Itachi, el reloj anunciaba las doce y media de la noche e Itachi aún no regresaba. Hinata despertó de aquel repentino sueño y al ver todo como ella lo había dejado, un profundo dolor se manifestó en su pecho, era una opresión sobre el mismo que le obligaba a respirar con dificultad; era la misma sensación que muchas veces había sentido al ver a Naruto con Sakura, un dolor difícil de erradicar al mismo tiempo que un pensamiento extraño se apoderaba de su razón, era algo tan fuerte que no entendía por qué le quemaba por dentro, una mezcla de sensaciones entre tristeza, miedo y odio, algo indescriptible. Completamente sumida entre la melancolía de nuevo dejó que las lágrimas recorrieran sus mejillas, se levantó rápidamente de la mesa, dejó la comida servida sobre ella, corrió hacia su habitación y de un fuerte portazo la cerro. Mientras en Suna, Itachi despertó de pronto y sin motivo alguno o al menos eso creía, observo la luna llena; ese astro blanco, brillante y centellante en el cielo que iluminaba toda su habitación; aquel astro que le recordaba a la que ahora era su esposa, a esos enormes ojos que eran tan grandes y preciosos como la misma luna que se veía reflejaba en sus pupilas.- Hinata.- murmuró, al ver dentro de la luna el rostro de ella para que unos segundos después una nube negra se interpusiera entre ambos opacando así la luminosidad de la misma y fue entonces cuando recordó el rechazo que apenas unos días atrás había visto en los ojos de Hinata "la noche estaba cayendo y todo se volvía oscuro otra vez".

¿Había hecho bien en casarse?, ¿Realmente valía la pena? , ¿Era algo bueno para ambos?, sólo el tiempo le daría esa respuesta.

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Continuará...