LS PERSONAJES DE NARUTO NO ME PERTENECEN, SON PROPIEDAD DE MASASHI KISHIMOTO.
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Abre tu mente y déjame entrar, descansa tu agostada mente y deja que tu corazón decida, es muy fácil, cuando sabes las reglas del amor, es muy fácil, lo único que tienes que hacer es enamorarte, juega al juego, todo el mundo juega al juego…del amor. El juego de amor apenas ha comenzado, el amor corre desde mi cabeza hasta mis pies, mi amor está latiendo por mis venas, volviéndome loco".
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Capitulo 7: Play the game of love / Juega al Juego del amor. (Corregido)
Cinco hombres se encontraban dentro de una oficina, el día era soleado, la temperatura en aquel lugar rebasaba los 50 grados centígrados y era de esperarse, pues prácticamente se encontraban dentro de un desierto, el aire que corría en aquel lugar quemaba el rostro de quienes se atrevían a salir en cuanto el sol estaba en su máximo esplendor, sin lugar a dudas y como era de esperarse en un sitio tan árido, que las áreas verdes no existían; ningún árbol que les diese un poco de sombra para aminorar el abrasante calor, nada, absolutamente nada que les protegiera durante todo el día, por esta razón la gente que vivía dentro de Sunagakure se la pasaba mayormente dentro de sus hogares, esperando por la noche, para que el enorme astro que iluminaba y abastecía de tan incandescente calor descansase de su ardua labor y les diera tan solo una oportunidad para salir de sus casas o tomar aire fresco, que como era bien sabido, en la mayoría de los desiertos las temperaturas bajan a tal grado que en algunos el descenso de la misma es congelante. Pues bien aquella aldea arenosa y abastecida por grandes dunas a su alrededor, era una de las principales aldeas ninja, de la cual, grandes ninjas habían sido forjados, con extenuantes entrenamientos bajo las oleadas de calor, generaban grandes luchadores en potencia, tal como era el caso de Akasuna no Sasori, un hombre de aproximadamente treintaicinco años, reconocido mundialmente por la fabricación de marionetas combatientes, su gran ingenio y originalidad sobre las mismas, le habían creado tal fama que muchos marionetistas intentaban copiar sus ideas implementando al igual que él, el uso de armas punzo-cortantes envenenadas y objetos de tortura, sin embargo lucrar y robar el nombre de "el alacrán rojo", les traía grandes consecuencias. Mucho se decía que quién se atrevía a usar el nombre del mencionado hombre, no vivía para disfrutar de las grandes ganancias que le tría consigo el robo tanto del nombre como de las ideas de uno de los más grandes marionetistas de toda la historia.
No era mucho lo que el joven Kazekage tenía sobre la persona en discordia, además que, debido a su corta edad, no poseía mucha información sobre los acontecimientos de los hechos que, según revelaba el acta habían pasado hace 20 años.
—Esto es todo.- informó el pelirrojo, extendiendo un papel hacia Itachi. —Lamento que la información sea poca y se cuente más como una reseña de su vida, más que algún tipo de documento oficial, sin embargo, aquel día la mayoría de los ninjas murieron durante el enfrentamiento y los que lograron sobrevivir ya han fallecido debido a una enfermedad o durante alguna misión, la única persona que aún vive es Chiyo sama, abuela de Akasuna, pero, fue ella quien ha brindado esta declaración, por lo que no se tienen más datos sobre él,- confesó, tomando asiento y escuchando como Itachi leía en voz alta, aquel documento.
—Veamos.- decía Itachi, sosteniendo el acta que Gaara el actual Kazekage, le había concedido para que emprendiese su búsqueda.
Nombre: Akasuna No Sasori:
Nació el 8 de Noviembre.
Estatura: 1.67 mts.
Peso: desconocido.
Apariencia: cabello corto de color rojo, ojos color marrón, piel blanca, no se sabe nada más, no posee alguna cicatriz distintiva, ni seña en particular. De complexión delgada, cabeza redonda, nariz fina, labios medianos, ojos medianos.
Formó parte del grupo de marionetistas de la aldea a la edad de cinco años, quedó huérfano desde muy chico y sus primeras marionetas fueron talladas a la perfección, hasta que creó el cuerpo de sus padres, acto que impresionó mucho a sus maestros y pronto se convirtió en uno de los mejores de la clase, a tal grado de ser, incluso mejor que sus mentores, siempre demostró ser un niño bastante serio, cuidadoso, por lo que era poco sociable, se le miraba con Komushi, al parecer el único amigo que poseía, después de un serio accidente en el que su amigo perdió una extremidad superior, éste le formó un nuevo brazo de madera con varias espinas que secretaban veneno, implementando desde muy chico el uso de dichas sustancias y armas letales, después comenzó a demostrar cierto interés en el uso de marionetas para el combate fabricando unas cuantas de estás y ocasionado grandes elogios para él cortesía de sus admiradores, pero se fue obsesionando con la creación de marionetas y aunque anatómicamente fuesen perfectas, no quedaba conforme con ellas, por lo que se aisló de todo y abandonó sus clases. Durante ese tiempo se le veía muy poco y no acostumbraba a saludar a nadie, se volvió un chico frió y hasta cierto punto cruel pues comenzó a cortar las patas de los animales para sustituirlas con alguna pieza de madera, acto que no fue bien visto por muchos, sus admiradores comenzaron a abandonarle y dejó de ser importante, fue rechazado e insultado por muchos por sus acciones tan crueles, hasta el punto de ser odiado por todos, esto parecía no importarle en realidad y continuó experimentando. Hasta que cierto día, Komushi, la persona a quién el mismo había fabricado un brazo en sustitución de la extremidad original, tras haberse pinchado una pierna con las espinas implementadas en su brazo murió envenenado, a partir de ese día, los ancianos del consejo de Sunagakure prohibieron las creación de marionetas de combate, el tercer Kazekage mando a incinerar toda marioneta que significase un peligro y que cumpliera con los siguientes requisitos: armas punzo-cortantes: flechas, kunais, Shurikens, en segundo lugar algún tipo de líquido dentro de la misma, así como la destrucción de todo recipiente existente cuyo contenido sea mortal, de dudosa procedencia y que su contenido sea desconocido. Cualquier marioneta que cumpliese con alguna de estas características, eran destruidas en el acto y cualquier desacató a la orden se consideraba como traición, así, toda persona que se atreviera a fabricar alguna de la misma era consideraba como traidora y juzgada sin derecho a juicio sumario. Fue así como aparentemente el joven que una vez se dedicó a la fabricación de las más fantásticas marionetas, dejó de hacerlo y se sumió en un profundo silencio. Pasaron años sin que se supiera nada de él, yo, su abuela y única familia comencé a preocuparme, debido a la manera tan extraña de actuar, "me dolía dudar de él, pero su crueldad, su frialdad ocasionaron que decidiese investigarlo y más porque fue justo cuando se iniciaban las investigaciones por la repentina desaparición del tercer Kazekage. Algo me decía que él tenía mucho que ver, en sus ojos podía ver odio, jamás perdonó que el tercero destruyese su "arte".
En esos días, la gente temía un ataque enemigo, debido a la ausencia del kage, por lo que el mismo consejo ordenó una búsqueda exhaustiva incluyendo dentro de la misma aldea. Ninjas del país, así como anbus comenzaron a buscar, hasta que dentro del taller que aparentemente no estaba en funcionamiento, encontraron un escalofriante hallazgo, dentro del mismo, se encontraban caminos de sangre que conducían hasta una puerta alojaba en el suelo, en lo que parecía un sótano, fue espantoso, en aquel lugar yacían decenas de cadáveres en perfectas condiciones, las investigaciones revelaron que los cuerpos habían sido perfectamente preparados para evitar su descomposición, sin embargo algo era completamente diferente, a pesar de poseer el mismo aspecto al de la persona, los médicos quedaron sorprendidos al ver que cada ligamento, había sido perfectamente sustituido por hilos, la sangre que una vez había recorrido cada parte del cuerpo había sido vaciada en su totalidad, dejando el recipiente completamente libre de aquel liquido carmesí, ante tales hechos, no había explicación alguna, decenas de cadáveres conservaban el tono de piel, una apariencia impecable, como si en realidad estuviesen vivas, los cuerpos pendían de hilos que los hacían ver como verdaderas marionetas humanas. La policía, quedó petrificada al ver aquello y todos se paralizaron al ver como mi joven y perturbado nieto terminaba de implementar todo tipo de armas dentro del cuerpo del tercer kazekage, la policía en ese mismo instante ordenó su ejecución, hecho que no se llevó a cabo, pues logró escapar, usando en un terrible jutsu, en el cual cien marionetas aparecieron en el campo de batalla. Esa noche muchos ninjas de élite murieron y Akasuna No Sasori pasó a ser uno de los criminales más buscados, clasificado como asesino rango S dentro del libro bingo: acusado por traición a la nación y el asesinado del tercer Kazekage así como también de otras 358 personas( y sumando), de las cuales se cree 238 son marionetas humanas. Se desconoce su paradero, aunque se cree que está dentro del país del viento, no está comprobado...- terminaba Itachi, formando una sonrisa de medio lado.— ¿Es todo?- le cuestionó a Gaara.
—Actualmente continua fabricando marionetas de combate.- agregó, el pelirrojo. - su venta es distribuida por todo el mundo, por lo que es difícil encontrarle, lamento si no es de mucha ayuda, si de algo te sirve, su pseudónimo es un alacrán rojo y quién intente burlarse o imitar su imagen, es asesinado, eso es lo que se dice, su recompensa a quién entregue su cabeza será de..-
—Espera.- interrumpió Sasuke.— No entiendo ¿de qué nos sirve todo esto?- exclamo bastante molesto, tomando el acta que recién había leído Itachi. —Es decir, no viene absolutamente nada del tipo, es más ni siquiera sabes en donde buscarlo, además, según la fecha del escrito, esto pasó hace 20 años, ¿Cómo sabremos si posee la misma apariencia?- cuestionó algo molesto, ante lo que para él parecía una búsqueda inútil.
—Estoy de acuerdo con Sasuke.- pronunció Shisui. — las personas cambian mucho a lo largo del tiempo y teniendo en cuenta que jamás lo han visto en estos últimos años, ¿Cómo sabremos si en realidad posee la misma apariencia?, estamos buscado prácticamente a un tipo inexistente, si no fuese porque todo aquel que intenta copiar sus obras, es asesinado, yo pensaría que esta muert…. —Shisui se detuvo un poco a meditar las palabras que acababa de decir y dentro de todas y cada una de ellas, de pronto observó a Itachi y supo, cuál era el plan de su primo, más claro que el agua no podía ser, sólo necesitaban a una persona que tuviese buena mano y claro buenos dotes artísticos, para lograr desatar la furia de "el escorpión rojo". —No se preocupe lord Kazekage, esto es todo lo que necesitamos.- sonrió.
—¿Lo ves?- contesto Itachi. —Akasuna No Sasori, vendrá a nosotros sin tener que buscarlo.- expresó serio y bastante seguro, Sasuke sin entender aún de que hablaban ese par de idiotas, conservó la calma, pues si de algo estaba seguro, era de la capacidad estratégica de Itachi, para salir o remediar problemas. —Muchas gracias Kazekage sama.- se despidió para posteriormente emprender la partida, sin embargo, antes de que estos pudiesen dar un paso fuera de la oficina de Gaara, éste les detuvo.
—Llámame Gaara y créanme que entiendo su punto.- expresó levantándose de su silla, posó las manos sobre el escritorio y observó fijamente a Itachi. —Pero, aunque den con el paradero de ese hombre, es nuestro deber aniquilarlo, en cuanto se le vea.- pronunció de forma seca y directa. —Como podrás ver, es un asesino, ha cometido demasiados homicidios, no es merecedor de ningún tipo de indulto, no se le puede perdonar nada.
—No se preocupe Kazekage sama.- respondió Itachi. —Mientras él se encuentre en el país del fuego, con todo respeto, usted no tiene autoridad para decidir qué es lo que se va a hacer con él, yo vine con usted, en busca de información que me ayude a encontrarle y se lo agradezco, no obstante, si yo logro atraparlo, será el país del fuego, quién decida sobre su futuro.- terminó, luego los tres salieron en busca de su siguiente objetivo: "la abuela Chiyo".
El Kazekage se había quedado en su oficina, de pronto esbozo una sonrisa. De todas las personas que lo habían visitado antes, Itachi era el único que tenía ideas y metas claras, tanto que se había atrevido a desafiarlo.-Llámame Gaara.- sonrió aún más.
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Los diurnos rayos del sol, abrazaban toda la aldea de Konoha, el inicio de un día nuevo, en el que decenas de personas, se levantaban lo más tarde que sus deberes les permitían, ahí justo a las siete de la mañana varios comercios comenzaban a abrir para así comenzar otro productífero día, muchas madres preparaban el alimento de sus hijos, les besaban y les veían perderse entre los demás; todos y cada uno, con un objetivo en mente, convertirse en uno de los ninjas más fuertes para proteger a quienes más querían; en primer lugar a sus familias y en segundo a su adoraba aldea, lugar que les había visto nacer, les vería crecer y seria testigo de su formación como guerreros ninjas.
La florería de los padres de Ino, se preparaba para abrir sus puertas y vender todas aquellas hermosas flores, que cuidadosamente habían sido tratadas para que crecieran lo más bellas posibles.- ¡aaaaayy!, qué bonita mañana.- decía alegremente la rubia, mientras bañaba con el líquido vital, las flores que se exhibían, no faltaba mucho para que su amiga Sakura, llegase con ella y le saludara como siempre.
—Hola Ino puerca, ¿Cómo has estado?- comentaba burlonamente la pelirosa entrando al local.
—¡Vaya!, creo que hoy te has levantado más temprano que de costumbre, frentesota, ¿Qué pasó?, decidiste dar una vuelta más a la manzana para bajar un poco de peso?- pregunto riéndose, observando como la otra bufaba.
—Pues, fíjate que, lo he pensado, pero viéndote bien, a ti no te caería nada mal dar otras dos vueltas más.- le contestaba, para luego empezar una discusión matutina, como ya era costumbre.
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Ese mismo día una joven de pálida piel, abría los ojos, bostezaba y tapaba con sus manos los rayos del sol que en ese momento se posaban en su rostro.- Humf….- pronunciaba la chica, ante tal hecho, luego miraba el reloj y se daba cuenta que pasaban de las diez de la mañana, era tarde, bastante tarde para ella, una chica que estaba acostumbrada a comenzar su día a las seis en punto de la mañana, seguramente si estuviese con su familia, ya la hubieran despertado con un balde de agua, pero para su fortuna, ya no debía lidiar con eso, después de unos minutos, se levantó de la cama y se fue directo al baño, ahí mismo se observó en el espejo y se vio bastante desalineada, sus ojos estaban hinchados, y debajo de ellos podía observar unas grandes ojeras, no había comido en varios días y el cuerpo estaba comenzando a cobrarle la factura, por lo que ese día, dejaría de dejarse llevar por malos pensamientos y no lloraría más, tomó un baño y se vistió, maquilló su rostro y se dirigió al cuarto de Itachi, abrió la puerta con la esperanza de encontrarlo dentro, pero NADA, no había nadie. Por un momento, creyó que lloraría, pero no fue así, se aguantó y salió a la calle para tratar de olvidar aquel mal rato, este día había decidido no llorar y lo iba a cumplir.
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Y Así pasaron dos días en una alejada región, de cuyo nombre no me quiero acordar, se rumoraba que, existía un gran marionetista, casi tan grandioso como el mismo Sasori, creaba marionetas, tan perfectas sin necesidad de utilizar cuerpos reales. Muchas personas lo elogiaban y decían que era igual o incluso aún mejor que él, aquel hombre sintiéndose afortunado de las manos tan privilegiadas que le habían sido concedidas por kami-sama, comenzaba a darse a conocer, sin embargo había algo que dicho hombre no poseía y era originalidad, pues tomaba los diseños de Sasori para mejorarlos y bajo el mismo pseudónimo de "El escorpión rojo", los comercializaba. "No temo morir", argumentaba aun sabiendo que posiblemente amaneciese muerto, "si muero, al menos sabrán que hubo alguien más grande que Akasuna No Sasori", decía cada vez que alguien le preguntaba si temía, aunque realmente las palabras expresadas por ese hombre fueran basura y en realidad solo se limitara a crear malas copias y cambiar una que otra cosa, que de hecho bajaba la calidad de las marionetas creadas por el alacrán rojo, pues las marionetas de Sasori, eran lo más cercano a la perfección.
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Esos días y gracias a la compañía de sus amigos, Hinata se había sentido menos sola, se había acostumbrado tanto a la ausencia de Itachi, que poco a poco comenzaba a olvidarlo, aunque en varias ocasiones le había recordado, con el simple hecho de ver a su amiga Sakura con el que fuese el amor de su vida; Uzumaki Naruto.
—Sakura chan.- expresó contento el rubio acercándose a quién en ese momento fungía como su novia. —adivina que tengo detrás de mis brazos.- dijo sonriente.
—No tengo idea.- dijo emocionada.
—No, tienes que adivinar.- replicó, haciendo un ligero puchero.
— De verdad, no tengo idea Naruto.
—No seas boba Sakura.- contestó Ino. —es obvio.- dijo de manera sarcástica. —Las manos Sakura, no seas tonta.- dijo riéndose de ella, mientras Naruto trataba de entender las palabras de Ino. -¿nani?.
—Que chistosita Ino puerca.- contesto, sin hacer ademán.
—Bueno, ya… ¡FELICIDADES SAKURA CHAN!, hoy cumplimos dos semanas de novios.- expreso contento, regalándole un gran ramo de flores a la peli rosa, acto que dejó desconcertada a Hinata.
—Yo, yo, me…me.. Me tengo que ir.- dijo repentinamente la peli azul, para después salir corriendo de ahí, ¿Qué había pasado?, se sentía mal porque, ¿aún amaba a Naruto?, ¿Cómo era posible?, se sintió confundida y algo aturdida, por lo que se fue directo a su casa, se quitó los zapatos y de nuevo se echó a llorar sobre la almohada, aquel objeto que ya conocían sus lágrimas, babas, mocos y todo tipo de fluidos . Después de llorar, su cabeza comenzó a dolerle, se sintió muy cansada y se quedó dormida.
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Dos horas pasaron, cuando de pronto, escuchó la puerta abrirse, ¿era él?, Itachi ¿había regresado?, Hinata bajó rápidamente y cuando lo hizo, sus ojos de llenaron de lágrimas.. ¡Realmente era él!, Hinata no supo en qué momento se fue sobre Itachi y este desconcertado le veía.
—Perdóname.- escuchó decir y aunque no entendió, este le correspondió, abrazándola.
—Perdón, ¿de qué?.- cuestionaba confundido.
—¡Por ser mala contigo, por no darme cuenta de lo mucho que te amo, por despreciarte, por hacerte sentir mal, por ser egoísta y pensar sólo en mí!.-. Expresó casi inconsolable, besando una y otra vez los labios de su esposo.
—Hinata, yo no tengo nada que perdonarte.-contesto entre besos, para después cargarla y llenarla de caricias. Hinata en ese momento se estremeció con sus besos, con cada gesto, sus labios se hicieron uno mismo y no supo en qué momento se había vuelto tan atrevida que de un solo movimiento, había despojado a Itachi de la camiseta y ahora devoraba ese fuerte y varonil pecho, Hinata realmente estaba exigiendo su derecho como esposa y vaya de qué manera. Los apasionados besos continuaron hasta que se quedaron sin oxígeno, Hinata sentía como las varoniles manos del Uchiha acariciaban su cuerpo, realmente había sido tan tonta, para renegar de todo lo que tenía enfrente, pero afortunadamente había recapacitado. Quería a Itachi, lo quería a él y lo quería solo para ella.
Hinata se dejó llevar por el momento y dejó que él la llevará hasta la cama, en donde él se posó sobre ella y de un jalón le arrancó la camiseta, Hinata sintió temblar, pero no de la vergüenza, si no de la excitación del momento, ¿Qué le haría ese hombre?, sólo de imaginar que ese hombre devoraría sus pechos la dejaba sin aliento, era tan guapo, era un genio, había sido tan noble con ella, que hasta era capaz de olvidar lo que él pensaba de ella, lo que ella había escuchado aquella vez en la casa de los Uchihas, en ese momento la peli azul no quería pensar en nada más, solo quería amarlo, y que él la amara.
—Itachi.- pronunció Hinata entre suspiros.- Te… Te Amo.- dijo apenas conteniendo la respiración, dejándose llevar completamente por el deseo, el calor que emanaba Itachi era delicioso y sentir como bajaba lentamente su pantalón y acariciaba sus muslos era indescriptible. -Itachi.-gimió abriendo lentamente sus piernas
—Hinata.- respondió él.- Yo también te a...
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¡RIIIIIINNNNGGGGGGGGGGGGGGGGG!.
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Sonaba el despertador, que anunciaba que otro nuevo día comenzaba. Hinata despertó de aquel lujurioso sueño, aterrorizada de cuan real había sido, su intimidad estaba completamente mojada y palpitaba demasiado, sus piernas temblaban, su respiración estaba agitadísima y sus pezones completamente endurecidos. Su cuerpo ardió mucho más que aquella noche.
Tras meditarlo y tranquilizarse comprendió una cosa: le dolía ver a Naruto y Sakura juntos no solo porque se sentía sola, sino también porque en parte era ella quién deseaba estar así con Itachi. Dudaba en darse una oportunidad con él y negaba a toda costa que su cuerpo le estaba pidiendo a gritos hacerlo con él. No obstante si él llevaba tantos días fuera y no había sido para ir visitarla, entonces significaba una sola cosa: a él no le importaba porque simplemente no la veía como mujer. Y ella no le iba a rogar.
—No, definitivamente no estoy enamorada de Uchiha Itachi, fue un…un...un mal sueño, no puedo estar enamorada… no… no puedo.. ¿Qué te pasa Hinata?.- se cuestionaba una y otra vez, negando lo que prácticamente era evidente, a pesar de eso, no sabía es que estaba jugando "el juego del amor".
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Continuará...
