LOS PERSONAJES DE NARUTO NO ME PERTENECEN SON PROPIEDAD DE MASASHI KISHIMOTO.
. !TENEMOS NUEVA IMAGEN DE FIC! :D
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Tiene que haber más en la vida que esto, ¿Cómo hacer frente a un mundo sin amor?
Reparando todos esos corazones rotos y atendiendo todos esos rostros llorando.
Tiene que haber más en la vida que solo vivir, tiene que haber más de lo que se puede ver.
¿Por qué debería ser solo blanco y negro?
Debe de haber algo más en la vida que esto.
¿Por qué este mundo esta tan lleno de dolor?, gente muriendo por todas partes, destruyendo lo que creamos, personas luchando por sus derechos, pero solo decimos:
'Así es la vida, así que esto es la vida'.
Debe de haber más en la vida que solo matar, una mejor manera de sobrevivir,
Estoy vivo y con la esperanza de un mundo lleno de amor,
Así que podemos vivir todos en paz.
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CAPÍTULO 12: THERE MUST BE MORE TO LIFE THAN THIS / DEBE DE HABER ALGO MAS EN LA VIDA QUE ESTO.
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La noche llegó y con ella el miedo de la Hyūga, se enfrentaría de nuevo a Itachi. Sin embargo esta vez, las cosas eran completamente diferentes pues los papeles se habían invertido, no era él quien debía reconocer sus errores frente a ella, si no al revés; lo había difamado, golpeado y puesto en ridículo frente a los demás. /
Necesitaba que él la escuchara, que se diera cuenta que su arrepentimiento era sincero y no por el simple hecho de temerle a su padre, quería que supiera que le salía del corazón y que aunque para ese entonces seguía dudando de hablarle de sus verdaderos sentimientos, al menos afrontar aquello significaba un avance .
Preparó café para ambos y aguardó por su regreso. La luna comenzó a salir y tras ella las estrellas, el cielo nocturno se presentó en su totalidad y se comenzaron a encender las luces mercuriales. El murmullo de afuera se hizo presente, se asomó por la ventana y vio a todo el clan Uchiha salir y entrar de los restaurantes, miró el reloj de pared y se percató que era la hora de la cena; ocho de la noche. Se quedó ahí observando el andar cotidiano de toda aquella comunidad, realmente eran muy diferentes a su familia, pues para esa hora seguramente estarían todos sentados en una mesa bebiendo té en silencio, después tras una aburrida plática se despedirían e irían a dormir. Si, así de simples y fríos eran los del clan Hyūga tal cual una familia de aristócratas que solo veían el dinero y apariencia de la gente y se centraban en trivialidades. Se quedó sorprendida ante el hecho, de hecho más que sorprendida estaba fascinada ya que todos convivían felizmente y aunque algunos de ellos la habían maltratado un poco, entendía en cierto modo su actitud, después de todo ella era la extraña y ambas familias no terminaban por aceptarse. Sonrió ante la vista, parecía una feria, el clan Uchiha de noche era realmente hermoso ¿cómo no lo había notado antes?, llevaba poco más de dos semanas y apenas se había dado cuenta de ello. Suspiró y meditó las últimas palabras mencionadas por Itachi "supongo que cada quien elige como pelear sus batallas"; si luchar en contra solo le había traído más dolor y problemas, entonces… si comenzaba a luchar a su lado… ¿qué sucedería? Era una pregunta a la cual quería darle una respuesta.
El bullicio de afuera poco a poco comenzó a desvanecerse hasta que las calles se quedaron completamente vacías. Fue entonces que la Hyūga comenzó a resentir el cansancio acumulado, la media noche arribó y cerró poco a poco sus ojos.
El sol hizo acto de presencia y cuando despertó se encontraba dormida apoyando la cabeza en sus brazos sobre la mesa, el café estaba derramado sobre ella y el azúcar había caído al suelo. Hinata vio con tristeza que todo lo preparado anteriormente había sido en vano. Se levantó con desgana, tomó las tazas y las llevó al lavabo, con un pañuelo limpió los restos del café derramados sobre la mesa y con la escoba y el recogedor terminó por levantar el azúcar, mientras lo hacía no dejaba de pensar en lo sucedido, en él, en lo que pensaba de ella y en que posiblemente lo había arruinado todo.
Cuando terminó se fue directamente a su habitación y se recostó en la cama para pensar mejor las cosas, quizá el que él no hubiese llegado anoche había sido lo mejor, pues ahora que lo pensaba se daba cuenta que tal vez no había tomado la decisión correcta.
Pasó el tiempo cuando de pronto lo escuchó entrar a las diez de la mañana, se asomó por el marco de la puerta y sus miradas se cruzaron, rápidamente cortó el contacto encerrándose en su cuarto otra vez. Itachi continuó ignorando aquel hecho, continuó su paso hasta llegar a su habitación, abrió uno de los cajones y sacó un kit de kunais, ese día iría con Sasori y Deidara a cumplir la promesa que le había hecho precisamente a Hanabi Hyuga; claramente después de cumplir con las obligaciones de la oficina. Luego cerró la puerta y se dirigió a la salida con la intención de encaminarse a la casa de sus padres donde tomaría un baño para posteriormente cambiarse e ir a trabajar debido que hasta el momento no había contado con el tiempo suficiente de ir por sus pertenencias, por lo que los cajones de su recamara estaban vacíos, además si Hinata Hyūga se decidía por la separación, entonces no tenía caso que fuera por ellas. Hinata regresaría al clan Hyuga, él con sus padres y esa casa se convertiría en el hogar permanente de los Akatsuki.
Estaba tan avergonzaba con él que ni siquiera podía verle de frente, mucho menos a los ojos, cuando la vio, lo único que pudo hacer era tratar de esconderse y fingir que no había pasado nada. No paso mucho tiempo cuando escuchó el cerrar de una puerta, Hinata volvió a asomarse y se percató con decepción que se marchaba de nuevo. Se hundió en sus hombros, miró al suelo y cerró los ojos con resignación.
—Si hay algo que deba decirme, dígamelo de una vez, lo agradecería— pronunció sacando a la Hyuga de su anímico estado, ella dio dos pasos hacia atrás, ¿en qué momento se había dado cuenta de su presencia?. Salió tímidamente de su habitación y caminó despacio hacia donde el hombre se encontraba.
—Y-yo, qui-quiero pedirle disculpas por lo de ayer— confesó llevando sus dos manos al pecho aun con la cabeza abajo. Itachi quien se encontraba de espaldas a ella giró un poco la cabeza para poder verla de reojo.
—Está bien, no ha pasado nada—contesto sin atisbo— ¿ eso es todo?—volvió a preguntar. Hinata comenzó a jugar con sus dedos. Percibió de inmediato aquel gesto, sabía que estaba nerviosa y que posiblemente quería darle el dictamen de lo ya hablado ayer, pero su timidez o nerviosismo, no la dejaban— ¿qué ha decidido? — preguntó para impulsarla a hablar, necesitaba tener una respuesta pronto, en dos días saldría de viaje… otra vez, por lo tanto dejar las cosas preparadas para una separación era crucial, de no ser así quizá esperarían más de la cuenta y esa situación comenzaba a estresarlo. No tanto por el que dirán de la gente, sino más bien por lo que pudiese llegar a hacer o decir el líder de los Hyūga.
Lo observó sin decirle absolutamente nada durante cinco minutos, luego apretó los puños ante su cobardía, le dolía el pensar que para resguardar su buen nombre, quizá estuviese interfiriendo en los planes de él. Todo el tiempo salía a colación su desgracia, pero no se había detenido a pensar un poco en la de él— yo no puedo decirle a mi padre que…que m-me quiero se-separar d-de usted porque no l-lo amo, e-eso nh-no le importaría d-de tod-todas formas—contestó sin cambiar su posición.
— ¿Entonces? —dijo sin entender lo que acababa de decir. Itachi quería un sí o un no como respuesta. No una reseña sobre lo trágica que era su vida, lo habían hablado ayer y era excesivo e innecesario continuar con lo mismo. Ya nada se podía hacer ahora; o terminaban dándole fin a esta historia o daban vuelta a la página para comenzar un capítulo nuevo. Era sencillo.
Hinata se mantuvo en silencio observando el suelo, dio un gran suspiro, pues no había sido nada fácil para ella tomar ésta decisión. La había meditado toda la mañana. Sintió su cuerpo temblar y su mente perderse ante su cobardía con todo el dolor de su corazón había renunciado a él; Naruto Uzumaki debía permanecer fuera de su mente, de su vida y sobre todo de su corazón—M-me gustaría que us-usted— tragó saliva, era un manojo de nervios—quie…ro decir…
—Si lo que quiere es que yo asuma la culpabilidad de este fracaso, olvídelo— contestó sin titubeos de la forma más seca y tosca que pudo. Hinata abrió los ojos y levantó la vista ante su trato observándolo fijamente. Se entristeció un poco porque hasta ahora él había sido la única persona que la trataba como ser humano. El verlo tan fastidiado y molesto le había dolido y pensó en un principio que ya nada podía hacer. Ese tonó era casi el mismo que su padre generalmente utilizaba con ella para posteriormente reprimirla y después hacerla sentir mal. Bajó la cabeza, apretó los labios aguantando el sentimiento que se generó ante las palabras dichas, pues ahora hasta Itachi Uchiha quería deshacerse de ella, tanto que ni siquiera se había volteado hacia ella. Él continuaba dándole la espalda.
— Nh- no no es… — dijo para luego intentar huir de la situación mientras sus labios formaban una u invertida. Itachi se dio cuenta al instante la situación y en ese momento dio media vuelta y alcanzó a tomarla del brazo antes de que se pudiese encerrar en su habitación.
—Lo siento— pronunció al darse cuenta de sus arrebatados comentarios, quizá debió de haberla dejado hablar antes de decir algo más, pero es que él no podía evitar pensar en otra cosa y menos cuando Hinata le daba tantas vuelvas. Asumió entonces precipitadamente que le pediría echarse la culpa de todo.
—No se disculpe— dijo escondiendo lo más que pudo su rostro— usted tiene razón, no he hecho nada más que causar problemas, olvídelo Ita- U-uchiha san, solo son tonterías— su actitud tan deprimente y su tono tan lúgubre habían tocado su corazón, no podía simplemente dejar que se fuera, entendía su situación y aunque no justificara sus acciones, tampoco se merecía un trato tan insensible.
— Llámame Itachi, si así lo deseas— expresó para que se generara cierta confianza entre ellos— además, no son tonterías, me interesa saber que voy a hacer después, la situación en la que voy a estar— contestó haciendo que la chica volteara hacia él y lo viese de frente por primera vez ese día. No solo su voz había cambiado completamente, también la forma, el trato, todo dio un giro radical. La serenidad de su voz comenzaba a tener efecto en ella, su cuerpo comenzó a relajarse un poco y poco a poco dejaba de sentirse como cuando estaba con su padre.
—Yo no puedo hacer nada en contra de mi padre, de lo que él quiere y de lo que Fugaku sama quiere, es un hecho que arruinaría los planes de todos, los suyos, hasta los de Hokage sama, no puedo volver el tiempo atrás y evitar mis errores, pe-pe- pero si puedo intentar al menos remediar algo de lo que he hecho.
— ¿Remediar? —preguntó sin entender muy bien a que se refería. La vio llevar sus manos hacia el pecho, como si tratase de evitar que algo dentro de ella saltase mientras asentía a su pregunta. —Y-yo intentaré, y-yo dejaré de ser una decepción para todo el mundo—el chip de Itachi se activó, definitivamente había sido demasiado rudo con ella. Por supuesto que se dio cuenta que aquello la había lastimado, pero no espero que esas palabras le marcaran a tal grado— y-yo…
—Shhh…— la interrumpió, no quería que ella continuase con esa actitud, le molestaba— No, soy yo quien le pide una disculpa, porque no supe expresarme como es debido ayer, no quiero que piense que me ha decepcionado, me impresionó su actitud es cierto, pero definitivamente esa fue una palabra demasiado inapropiada, le ruego me disculpe Hinata san, yo debí medir mejor mis palabras— algo dentro de Hinata se rompió y de nuevo tal cual había sucedido la primera noche de casados, cuando se habían besado por primera vez fue que volvió a apreciar esa mirada tan cálida y dulce de él, incluso era mucho mejor que la de aquella noche, pues para ese momento tenía conocimiento de lo sucedido, las cosas estaban aclaradas, ya no había dudas o resentimientos.
—Yo entiendo Itachi san, no se preocupe, nh-no tengo nada que perdonarle, fue culpa mía desde un principio.
Suspiró mirándola con ternura, sus palabras por primera vez dentro de todo ese problema le parecían sinceras, ella volvía a ser la chica tímida que había conocido, aquella que le había generado la necesidad de proteger, de cuidar y sobre todo confortar— de acuerdo, si me perdonas, entonces yo haré lo mismo— le dijo acariciando con el dorso de su mano ambas mejillas, aquel acto hizo que la piel de ella se erizaba ante su toque. Era increíble que unas manos tan varoniles pudiesen ser tan delicadas y suaves, era como si estuviese frotando seda contra su piel.
Hinata esbozó una delicada y sutil sonrisa mientras disfrutaba de su caricia—Yo, intentaré ser una buena esposa para usted Uchiha san— señaló con cierto tono de nostalgia y conformismo. Itachi la observó unos cuantos segundos intentado encontrar las palabras adecuadas para responderle, su confesión le había tomado por sorpresa, además sonaba demasiado apresurada. Sonrió acercándose mucho más a ella.
—Eres demasiado tierna— comentó y poco a poco las mejillas de ella comenzaron a enrojecer, era adorable— No deseo que se presione con ello, sé cuánto le duele lo de Naruto kun, quiero que usted vaya a su tiempo y de verdad Hinata san, no es necesario que se esfuerce en ello, hagamos un trato; podemos simplemente llevarnos bien dentro de la casa y aparentar ser un matrimonio normal frente a los demás, así evitaremos chismes que puedan llegar a oidos de nuestros padres y generar problemas, ¿de acuerdo? — definitivamente era muy bueno, a pesar de todo lo sucedido todavía pensaba en ella, en su felicidad, sus deseos y sobre todo respetaba sus sentimientos sin siguiera enojarse o sentirse ofendido por ello.
—Si— respondió sin dejar de mirarlo.
—Sobre lo demás—pronunció haciendo referencia hacia los recién llegados— tenemos que hablar con más calma— ella asintió, estaba dispuesta a disculparse con ellos y de paso con su propia hermana— iré a casa de mis padres a tomar un baño, me cambio y regreso enseguida, ¿está bien? — volvió a asentir— haga lo mismo—continuó— hoy la invitaré a desayunar a donde quiera— terminó para luego desaparecer al instante. Hinata alzó la cabeza y reaccionó con sorpresa ante las últimas palabras dichas por él… ¿aquello significaba acaso… su primera cita?, para cualquiera sonaba estúpido pues ya estaban casados, pero debido a las circunstancias y al cómo se habían llevado a cabo los hechos, era la primera vez que saldrían sin intervención de ninguno de sus padres, la invitación salía de él, sin presiones ni obligaciones y ella por primera vez se sintió libre y emocionada. Subió rápidamente a su habitación y tomó un baño. Estaba decidida a vestirse lo más linda que podía, quería verse bien para él sin entender ¿por qué?.
Hasta ese entonces, ni siquiera se había percatado de cuan feliz estaba ni mucho menos de cuán rápido su corazón comenzó a latir.
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—¡Ooooí, Itachi!— escuchó su nombre desde lo alto de una casa.
—Buenos días— contestó viendo como la figura bajaba de un salto y se posicionaba delante de él.
—Es mi imaginación o… ¿amanecimos de buenas hoy? —le preguntó cruzando los brazos y formando una sonrisa ladina— será acaso que… ¿hubo reconciliación? — mencionó con alto grado de sugerencia, alzando ambas cejas repetidamente.
Itachi asintió— pero no es lo que estás pensando— aclaró, en ese momento no contaba con el tiempo suficiente para relatarle todo lo sucedido y del como todo había cambiado literalmente de la noche a la mañana. Hizo una mueca, cuando recordó que ninguno de los dos ex criminales estaban con él— ¿no se supone que deberías estar con Sasori y Deidara? —cuestionó recordándole el acuerdo.
—Sí.
— ¿Entonces?.
—No te preocupes, solo salí un momento a comprar algo para desayunar, ya sabes, hemos estado tanto tiempo fuera que prácticamente todo se me ha echado a perder.
—Entiendo, pero procura no tardar demasiado, no queremos que alguien se entere y cause un problema con todo esto
—No te preocupes, ya iba de regreso cuando te vi caminando.
—Shisui… ¿puedo pedirte una cosa? — le preguntó un tanto nervioso por su respuesta. Shisui lo percibió.
— ¿umm?, relájate Itachi, sabes que haría cualquier cosa por ti, anda dime— le respondió colocando una mano sobre su hombro.
Itachi sonrió— ¿Podrías cubrirme un rato en la oficina?
— ¡Claro!, no te preocupes, ve y arregla tus asuntos maritales— Itachi abrió los ojos ante la afirmación mientras el otro Uchiha sonreía incluso más que antes. — no me mires así, no faltarías a la oficina a no ser que se trate de un asunto realmente importante y que yo recuerde, el problema con la Hyūga, especialmente después de lo que pasó ayer también es importante.
—Gracias Shisui.
—No me agradezcas Itachi, estoy contigo en todo—contesto, luego ambos continuaron con su camino. Uno debía ir a prepararles algo de comer a sus inquilinos y el otro debía apurarse para no hacerla esperar demasiado. Además sabía que al llegar sus padres preguntarían por cómo iban las cosas con ella, por lo que debía también tomar el tiempo para darles una explicación sencilla sin tardar demasiado.
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En cuando entró, su madre corrió a abrazarlo, hacía mucho tiempo que no le veía y según Sasuke estaba tan ocupado que ni siquiera había tenido el tiempo suficiente para respirar — ¡Que gusto me da verte Itachi!— dijo con emoción abrazándolo mucho más fuerte.
—Ya mujer— pronuncio Fugaku— déjalo llegar— su cara mostraba una ligera sonrisa. Aunque confiaba en sus habilidades siempre era reconfortante verlo regresar sin un rasguño— La noticia sobre el perdón a los criminales clase s se ha esparcido por toda la aldea, asumo que es obra de ustedes, ¿no es así? — pregunto contento al ver como el nombre de su hijo y de Shisui poco a poco estuvieran tomando importancia. Ante Hiruzen ambos eran ninjas excepcionales y estaba orgulloso que ahora tanto el Kazekage como el Tsuchikage pusieran su confianza en ellos dos.
—Así es padre, hemos logrado el perdón de ambos, Sasori de la arena resultó ser un artista reconocido por sus marionetas— las cejas de Fugaku se alzaron ante la afirmación.
— ¿En serio?, entonces él es ¿el escorpión de la arena roja? — el mayor asintió—¡vaya, eso sí que es una sorpresa!
—Sí, por otro lado Deidara posee un kekkei genkai bastante extraño, el elemento explosión no es algo que se vea todos los días, pocos shinobis tienen esa habilidad, es crucial para nosotros tener tal integrante sobre todo para tácticas aéreas futuras.
—Estoy totalmente de acuerdo Itachi, quiero decir seria increíble la idea de mandar marionetas explosivas en vez de shinobis al campo de batalla.
—Es algo que hemos estado pensando Shisui y yo desde hace tiempo, incluso Deidara puede crear figuras de arcilla que bien pueden ser clones explosivos.
—Un ejército de hombres sin vida junto a otro peligrosamente explosivo, suena tentador— irrumpió Sasuke quien recién bajaba por las escaleras, llegó hasta la mesa, tomo una pieza de pan y se sentó junto a ellos. Mikoto Uchiha rodó los ojos y soltó a su hijo mayor, no le agradaba mucho la idea que comenzaran a hablar sobre el trabajo estando en casa y menos en la mesa.
— ¿Podrían dejar de hablar sobre asuntos de trabajo? —cuestionó la única mujer presente— hace mucho que no disfrutamos de un desayuno en familia, por favor guarden el tema para después, ¿sí? — los tres Uchihas se miraron entre sí y asintieron ante la petición de ella. Formó una ligera sonrisa, se colocó un mandil alrededor de su cintura, dio media vuelta, saco algunos alimentos del refrigerador y comenzó a preparar el desayuno.
—Lo siento, pero esta vez no podré acompañarlos— escucharon los tres dirigiendo la mirada hacia Itachi.
— ¿Por qué ? — cuestionó Sasuke arqueando una ceja.
—Invité a Hinata san a desayunar— Mikoto Uchiha paró en seco dejando caer un cuchillo, Itachi la observó de reojo y Fugaku volteo a ver a su esposa tratando de comprender su reacción, a él no le parecía extraño que invitase a la muchacha, al contrario era su esposa y además así se evitarían problemas con los Hyūga a futuro.
— ¿Planeas premiarla después de lo que sucedió ayer? — cuestionó el menor de los dos haciendo que Mikoto Uchiha volteara hacia ellos.
Fugaku abrió los ojos ante la confesión— ¿Sucedió algo malo?— estaba preocupado, no quería que todo aquel sacrificio fuese en vano, no podían fallar ahora que habían llegado a un acuerdo mutuo entre clanes y el Hogake— ¡Itachi, por favor, ¿Qué sucedió ayer?! —volvió a preguntar tras no recibir respuesta de él.
Itachi observó a su hermano y con una mirara pudo darle a entender que había cometido un error, sin embargo sabía que tarde o temprano el tema saldría a colación, muchos en la aldea habían visto la escena, en especial los amigos de Sasuke por lo que no se podía considerar información confidencial— Hinata san se asustó al enterarse que criminales clase s iban a estar viviendo en la aldea, eso es todo—respondió sin tomarle tanta importancia— hemos hablado y aclarado ese punto, en parte fue culpa mía, porque todavía no he le avisado de mis planes a ella.
Fugaku respiró con alivio al enterarse que no se trataba de algo grave—Me alegro por eso, bien sabes que no podemos…
— Lo sé—respondió antes de que terminara. Evitando comenzar con otra repetitiva plática.
Sasuke bufó, llevó ambos brazos hacia la nuca y ladeó la cabeza— hump… no le puedes exigir nada Hinata Hyuga, jamás entendería los planes de Itachi, es demasiado patética.
—Lo sea o no Sasuke— interrumpió su padre— no es nuestro problema, te pido por favor que no vuelvas a hablar de ella de ese modo, si alguien te llega a escuchar darán por hecho que somos nosotros quienes no queremos arreglar las cosas, hay que evitarnos problemas con los Hyuga, si ella entiende o no, no es problema de nosotros, la situación ya es bastante complicada como para sumar inconvenientes gratuitamente— lo miró a los ojos esperando la respuesta del menor, quien solo los entrecerró
—Está bien—respondió apenas.
—Mamá— pronunció Itachi— te conozco, anda, dime— dijo girando la cabeza hacia ella. Mikoto lo vio directamente a los ojos para posteriormente agachar la cabeza. Su actitud le indicaba que algo le escondía, ese nerviosismo no era normal en ella, algo la tenía intranquila, y estaba seguro que tenía que ver con Hinata— mamá, estoy seguro que tienes algo que decirme, no me iré hasta que me lo digas.
Ella levantó la cabeza y volvió a enfrentar sus ojos, su cara de pronto mostró cierta tristeza—lo siento Itachi— respondió. No comprendió lo que sucedía, se levantó de la mesa y se fue hacia ella.
—Sea lo que sea, no tengo nada que perdonarte, sé que, cualquier cosa que hayas hecho no fue con intención de perjudicarme— ella lo abrazó y él correspondió.
Fugaku suspiró, debía ayudarle a su esposa, después de todo él había estado con ella ese día —tu madre se enteró que la Hyuga está enamorada de otro hombre y de alguna manera fue a buscarla para reclamarle—contestó a secas.
—Itachi— pronunció entristecida— yo no quiero que te sientas mal por ello, quiero decir, me preocupas y haría cualquier cosa por ti, yo no quiero que vuelvas a sufrir de nuevo por…
—Eso también lo sé— interrumpió dedicándole una sonrisa compasiva y tras ello se formó un silencio absoluto, todos en la mesa sabían a lo que Mikoto Uchiha se refería y entendieron que eso era un tema delicado para él y que por ello precisamente le había interrumpido antes de que mencionara su nombre— les pido por favor que dejen que yo resuelva esto—suplicó— padre te prometo que no meteré en problemas al clan—Fugaku asintió— Sasuke te suplico por favor que no la veas como una intrusa o una molestia trátala bien, hazlo por mí, ¿está bien? — cuestionó, Sasuke rechinó los dientes, no le agrada del todo, pero al final termino aceptando a regañadientes— y mamá— sostuvo sus manos entre las suyas—las cosas en aquel entonces pasaron de una manera muy diferente , aprendí a lidiar con eso y por ello te pido que tú también lo olvides, yo estaré bien, créeme que todo esto también le afecta a ella, le duele madre, por favor , no la juzgues por eso, nos casaron de la noche a la mañana , creo que ya tuvo suficiente; le han impuesto a un marido amando a otro, le han despojado de sus derechos y encima le tratan mal, no es culpa suya, sino de todos los problemas que se vienen arrastrando desde los inicios de la aldea— Fugaku se sintió culpable por ello y prefería no decirle nada de sobre ella ni meterse en ese problema. Por fuera podía parecer un hombre rudo, frio, calculador pero le daba cierta lastima la chica, Sasuke de alguna forma tenía razón era patética, pero porque Hiashi Hyuga la mantenía acomplejada y con el autoestima por los suelos. Lo sabía, sabía que a eso se refería Itachi— ¿no consideras que ya fue suficiente? — preguntó por última vez, haciendo que su madre asintiera. Luego subió a su habitación y se fue directamente hacia la regadera, ya había perdido mucho tiempo en aquella plática y debía apresurarse, no era correcto hacerla esperar tanto tiempo. Se secó y se vistió en tiempo record para bajar de nuevo.
—Sasuke, nos vemos en la oficina más tarde— le indicó, él hizo un gesto con la cabeza e Itachi se marchó.
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Hinata se había terminado de cambiar. Al principio se había puesto un vestido color lila sin mangas, el cual dejaba al descubierto sus hombros y parte de sus pechos, el largo era promedio, pero tras verse en un espejo notó que era demasiado sugerente así que de inmediato se lo quitó para ponerse un pantalón azul con una camiseta roja de manga larga, volvió a verse en el espejo, pero ahora era demasiada ropa, además estaba haciendo demasiado calor. El tiempo pasaba y ella seguía sin tener avance alguno, comenzaba a desesperarse, Itachi estaba a punto de llegar y ella no estaba lista, buscó dentro de todos sus cajones en busca de alguna cosa que ponerse.
Itachi llegó a su casa, el vestía con un casual pantalón shinobi color plomo, una camiseta azul marino con el símbolo de su clan en la espalda y su habitual cola de caballo. Era simple, algo demasiado casual. Hinata escuchó el abrir de la puerta, era él, puso un poco de rubor rosado en sus mejillas y salió. Al final un vestido volado color salmón de mangas largas y cuello en v, nada ajustado al cuerpo, nada sugerente era su elección.
— ¿Esta lista? — preguntó él y ella asintió. Luego salieron del clan. Durante el camino ambos iban en total silencio, Itachi también atento a su entorno no sabía por dónde empezar y ella se sentía tan nerviosa de ir junto a él que estaba más concentrada en no tropezar, caer y quedar en ridículo frente a él que cualquier otra cosa, ignorando por completo las miradas asesinadas que la mayoría de las mujeres Uchiha le dedicaban.
— ¿A dónde le gustaría ir? — le pregunto él, cuando por fin salieron del clan. Ella no supo que responder, realmente no tenía ni la menor idea a donde podrían dirigirse.
—Y-yo no sé, a-a donde quiera ir usted Itachi san estará bien— respondió.
Itachi volteo a verla— puedo esperar hasta que usted esté lista y me diga— dijo sin dejar de mirar, ella al sentir su mirar comenzó a enrojecer aún más, le desvió la mirada y el nerviosismo comenzó a apoderarse de su cuerpo, debía pensar en algún lugar rápido, su mirada comenzaba a intimidarla.
—Y-yo creo que deberíamos ir a-al puesto de okomomiyakis de ayer, ya sabe, pa-para hacerle ver a los dueños del local que las cosas e-están bi-bien entre no-no-so-tros—respondió e Itachi asintió.
—Esa es una excelente idea Hinata san, es un buen comienzo para sosegar los rumores—pronunció, luego ofreció su brazo para que ésta lo tomara— después de todo no ha pasado nada ¿verdad? — Hinata entendió de inmediato sus palabras, tomó su brazo volteo a verlo y se fueron juntos dispuestos a desmentir los dimes y diretes del día anterior. Era el momento de cambiar.
Llegaron al lugar, pidieron algo para comer e Itachi comenzó a platicarle sobre los planes y del porque ellos iban a vivir en Konoha. Del como quería lograr la paz y unificar a todas las naciones, del como la policía del clan Uchiha había desaparecido para convertirse en "Akatsuki" también sobre las nuevas sedes y la búsqueda nuevos miembros. Informándole así que frecuentemente estaría fuera de la aldea.
Solo necesitaban comunicarse, cuando Hinata lo escuchó entendió enseguida su ausencia y sentía la necesidad de ayudarlo. No solo la causa era noble, él también. Nunca esperó que el desconocido, que Uchiha Itachi fuese el tipo de persona que se preocupase por otros, tenía sin duda la voluntad de fuego de la que el tercero siempre se la pasaba hablando. No era engreído como Sasuke, ni frio como Fugaku, era dulce, muy dulce, gentil y compasivo. Se sintió orgullosa de estar al lado de un hombre como él, comenzaba a verle de manera diferente; si antes lo había deseado había sido por pura atracción física, a Hinata le gustaba su cara, su cuerpo, era sin duda un hombre tan atractivo que su cercanía era demasiado sensual y excitante, pero ese día todo había traspasado el plano físico, ahora que sabía más de él, que se había dado la oportunidad de conocerlo un poco, un "no sé qué, qué se yo" comenzaba nacer dentro de ella. Pero…todavía existía una pregunta sin respuesta; siendo tan buena persona, ¿por qué casi nadie le conocía?.
—Itachi san— pronunció con nerviosismo, no sabía que tan atrevida estaba siendo.
— ¿Sí? — respondió en calma.
— ¿Puedo hacerle una pregunta, muy personal? —preguntó, sintiéndose un poco incomoda. Itachi asintió— ¿Por qué nunca antes lo había visto en la aldea? — Itachi permaneció en silencio un momento, sabía que tarde o temprano alguien preguntaría por ello. Era incómodo tener que mentir, pero no podía revelar los secretos de la raíz, ni mucho menos sobre el golpe de estado que su clan estuvo a punto de efectuar en contra de la aldea.
— ¡Oooí Itachi! — escucharon ambos, cuando estaba punto de pronunciar la primera silaba de su recién formulada, aberrante y sucia mentira. Cuatro hombres descendieron desde las alturas para plantarse frente a la mesa en donde se encontraban desayunando.
— ¿Sucede algo? — cuestionó sin dejar de mirarlos.
—Hokage sama necesita que vayamos urgentemente a su oficina— informó Shisui con cierta alegría. La cual no pasó desapercibida por él— encontró otro— dijo sin más e Itachi sonrió. Hinata permaneció en silencio observándoles; "el chico rubio se parece a Ino san", pensó, luego sus ojos se posaron sobre Sasori le pareció una persona bastante extraña, más que eso era incomodo de ver… es decir su cuerpo era…demasiado insólito, extremadamente feo, luego vio a Sasuke quien le observaba con antipatía y rápidamente le desvió la miraba, Sasuke le causaba un poco de miedo, para finalmente quedársele viendo a Shisui, le parecía igual de tranquilo que Itachi. De un momento a otro Shisui volteo hacia donde la Hyuga y sus miradas se cruzaron.
— ¿Umm?— exclamó con cierta sorpresa al notar la mirada insistente de ella— lo siento, ¡hola!— le dijo regalándole una sonrisa, ella por supuesto que se sintió apenada ante el hecho y se escondió entre sus hombros. Sasuke entrecerró los ojos y la miró con fastidio.
—Hola— murmuró tan bajo que nadie la escuchó.
— Bien— expresó Itachi levantándose de la mesa— ustedes vayan adelantándose.
—Si— dijeron los cuatro al mismo tiempo y desaparecieron.
—Hinata san— volvió a hablar Itachi— la acompañaré hasta la casa y me voy con el Hokage.
—Nh-no es necesario, yo puedo regresar sola, Hokage sama le está esperando— dijo ella levantándose de la mesa y después sonrió. Itachi le devolvió el gesto, sacó dinero de su bolsillo y lo dejo en la mesa,. Se acercó a ella y comenzó a acariciar su mejilla, ella inmediatamente se sonrojó y sin previo aviso la besó, cerró los ojos disfrutando del momento—Nos vemos más tarde Hinata san— pronunció él tan pronto se separaron, Hinata alcanzó a inhalar un poco su aliento y cuando abrió los ojos, él ya no estaba. Saboreo sus labios y sentó a terminar el desayuno y aunque para su desgracia él ni siquiera había notado algo sobre su apariencia hacía mucho tiempo no se sentía tan tranquila y feliz.
Todos los presentes del lugar habían sido testigos de aquella escena y las meseras suspiraban añorando por un hombre como él. Una de ellas se acercó a levantar los cubiertos dejados por Itachi, comenzó a limpiar su lugar mientras miraba a Hinata terminar con su platillo, dejó escapar una risita captando su atención.
—Lo único bueno de las peleas son las reconciliaciones— soltó de pronto haciendo que se volviera a hundir en sus hombros— lo siento no quise ser entrometida— dijo sonriente
—Nh- no se preocupe—contestó al darse cuenta que la mujer era una de las personas que había presenciado los hechos de ayer. Se alegró ante tal hecho, las cosas estaban mejorando, era como si el mundo le estuviese de diciendo que se quedara a su lado.
—Si me permite— habló de nuevo cuando terminó de limpiar y apilar los platos sucios— debo decir que es una mujer muy afortunada, todas aquí queremos un novio como el suyo—hizo una pausa para ofrecerle un poco más de té, Hinata levantó la taza— no solo es guapo y varonil, sino que también es dulce y se nota que la quiere mucho— dijo mientras el líquido era vertido.
Hinata se sonrojó un poco y se emocionó al escuchar sus palabras. ¿de verdad se notaba que la quería? —N-no es mi novio— respondió haciendo que la muchacha la viera confundida.
—Ya veo, entonces es tu pretendiente, ¿no es así? — si no tenían una relación entonces lo más lógico era que él la pretendiera, ningún hombre que no estuviese interesado en una mujer la habría besado de la forma en la que él lo había hecho.
—Tampoco— pronunció ante la sorpresa de la muchacha— es mi esposo— dijo por fin. La mesera se quedó boquiabierta, se miraba muy joven como para imaginarse que estuviese casada a esa edad; 15 o 16 años a lo máximo. Lo pensó un poco y recordó los rumores que se habían estado rondando últimamente sobre el matrimonio entre los Uchiha y los Hyūga. Vio sus ojos y lo confirmó, ella era Hinata Hyuga y él Itachi Uchiha.
— ¡Felicidades! — expresó con alegría, retirándose del lugar sosteniendo una charola de cubiertos, platos y tazas vacías
—Gr-gracias— expresó la Hyuga antes de que la chica no pudiese escucharla, obteniendo una sonrisa como respuesta. Se levantó de la mesa y se retiró del lugar. Esa mañana había sido increíble.
¡Bingo, el plan estaba mostrando sus primeros resultados!
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Los cuatro ninjas se encontraban sobre el tejado de la oficina del Hogake, esperaban a Itachi para posteriormente entrar todos juntos a la oficina
—Oye Shisuiii— habló el de la arena, con su voz ronca intimidante.
— ¿Qué sucede? —respondió el Uchiha dirigiendo su mirada hacia él, Deidara lo imitó.
—Me da la impresión que la esposa de Itachi, es solo de nombre.
Shisui lo observó por un momento— ¿tanto se nota? — le preguntó rascándose la cabeza.
—Eso es obvio ¡huh!— respondió el pirómano mucho antes que el marionetista, quien a su vez lo observaba con los ojos entrecerrados y molesto.
—Deidara, no interrumpas— lo amenazó alzando la cola de Hiruko la cual goteaba un líquido purpura mortal.
—¡Oye, oye tranquilo, solo lo dije porque también lo noté!— pronuncio desesperado moviendo ambas manos de un lado a otro, intentando apaciguar su mal humor.
Shisui sonrió de medio lado y suspiró— Sí, de hecho los obligaron a casarse, ella es como se habrán dado cuenta una Hyūga, para ser más claros la hija mayor del líder, y su clan y el nuestro han peleado durante muchos años. El hokage se cansó de las rivalidades y peleas por lo que obligó a los líderes de ambos clanes a llegar a un acuerdo, entonces la mejor solución fue emparentarnos con ellos para que de cierta forma nos comenzáramos a ver como "familia política" y así…
—Espera—interrumpió Sasori.
— ¡Gaaaah!— espetó del rubio con molestia— ¡¿y te atreves a regañarme por interrumpir?! —gritó histérico. En ese momento Sasori movió sus dedos y goleó a Deidara con la cola de Hiruko— ¡Aaaggg! — se quejó sobándose la cabeza.
—Cállate— pronunció aún más amenazante— eres demasiado escandaloso— Shisui comenzó a reír. Sasori recuperó la compostura y retomó el tema— Hablas de líderes, eso quiere decir que…
—Si— lo interrumpió Shisui. Deidara solo se quedó callado, no tenía caso seguir quejándose— Itachi es el hijo y futuro líder del clan Uchiha, ¿por qué creen que hace y deshace a su antojo?
Sasori y Deidara se vieron entre si— ¡Vaya, lo que hacen las influencias! — dijeron desbordando sarcasmo.
—Utilizaré ese poder para retener sus pagos si no entramos a la oficina del Hokage— bromeó parado en la punta del edificio. Shisui y Sasuke voltearon a verlo y notaron algo diferente en él y aunque sabían que había solucionado las cosas con la Hyūga, veían algo más. Shisui podía darse una idea, pero Sasuke no.
—Eso es lo que esperaba escuchar de un abusivo, no cambian, aunque no necesito de tu dinero, lo genero yo mismo— respondió el marionetista desafiante.
—Yo si lo necesito para comprar arcilla, huh.
—No te preocupes Deidara en la aldea y sus alrededores hay mucha tierra, tal vez puedas comenzar a experimentar con lodo— respondió Itachi con una leve sonrisa en su rostro. Sasuke lo observó con extrañez, no era común en el bromear.
—¡No!— dijo con desdén.
—Me parece una buena idea— comento Shisui guiñándole un ojo. Deidara comenzó a enfurecerse.
— ¡Ustedes malditos, no conocen el verdadero arte, huh!, él lodo jamás podrá compararse a la suavidad y maleabilidad de la arcilla, huh.
— ¿Qué importa si es lodo o arcilla, si es suave o rugosa o si es manejable o no? De todas formas va a explotar, Deidara, tu arte no tiene ningún sentido—protestó Sasori, jamás aceptaría o reconocería el "arte" de Deidara, para él simplemente era absurdo, una basura.
Deidara apretó los dientes, estaba harto de ser su bufón— ¡bueno ya fue suficiente malditos!—estaba más que furioso. Era un hombre temperamental.
—Ooí Deidara— interrumpió Sasuke— ¿Qué se siente ser la sombra de un pedazo de madera? — cuestionó arqueando una ceja, era evidente que el comentario tenía un único propósito, hacerlos enojar. Deidara por supuesto que intentó lanzarse sobre el Uchiha, pero Shisui lo detuvo.
— ¡Suéltame, voy a patearle el trasero a este niñato, huh!— gritaba con los ojos en blanco del coraje.
Sasori por otro lado, estaba a acostumbrado a sus comentarios. sonrió— De hecho, no es tan malo, digo es peor vivir siendo solo la sombra de tu hermano— el orgullo del menor se sintió ofendido, lo había abofeteado, lo tenía por los suelos; herir el orgullo de un Uchiha y más si se trata de Uchiha Sasuke era una insolencia.
— ¡Maldito!— pronunció, apretando los dientes— ¡suéltame Itachi lo voy a convertir en aserrín!.
—¡Ya!— lo calmó— dejémonos de juegos, Hokage sama nos está esperando—dijo soltando de su agarre a su hermano, para posteriormente ir a donde el Hokage estaba, Shisui lo siguió y los demás lo imitaron.'
—Tsk— refunfuño mientras Sasori y Deidara lo veían de reojo.
—¡Eso fue increíble Sasori dana, huh!— le festejó el rubio abrazándolo "¿dana?" pensó Sasori y levantó una ceja ante el contacto, le disgustaba ese tipo de afecto y más viniendo de él.
—Deidara, suéltame— ordenó con la voz más amenazante que pudo haciendo que el rubio lo soltara de inmediato.
Entraron sin tocar la puerta, ya no era necesario, él aguardaba por su espera y ellos simplemente se materializaron dentro del lugar.
—Llegan un poco tarde— dijo el hombre de edad mayor que observaba desde su ventana la aldea, le gustaba hacer aquello, su tranquilidad, el ambiente le complacía, podía quedarse todo el día observándola, era su momento más íntimo; el disfrutar de aquel hermoso paisaje, que le aterraba que algún día todo aquello desapareciera.
—Lo sentimos Hokage sama— contestó Itachi, estaba avergonzado en parte, porque había sido culpa suya, si él no hubiera bromeado, seguramente hubiesen llegado a la hora acordada—no volverá a suceder.
Hiruzen sonrió— No te apures tanto Itachi, estaba bromeando, apenas ha pasado un minuto de la hora acordada—Sasuke y Deidara observaron a Itachi con desdén, pensaban que había sido demasiado exagerado.
—Un minuto es un minuto— comentó Sasori, Hiruzen lo observó con sorpresa, no esperó tal respuesta. Mientras Shisui se mantenía en silencio observando su entorno, era curioso que el Hokage tuviese aquella actitud, ¿otro que había amanecido de buenas?
—Itachi, nos ha llegado una petición de la aldea de la niebla.
—¿La aldea de la niebla? — cuestionó Shisui confundido— me pregunto… ¿qué es lo que querrán?, digo es una aldea que nunca ha pedido la ayuda de nadie, supongo que lo que sea a lo que se enfrenten debe ser difícil.
—Lo es Shisui— respondió el Hokage— inicialmente me han pedido ayuda para exterminar a uno de los suyos—pausó para dar media vuelta y quedar frente a los cuatro hombres que estaban inclinados frente a él.
—¿De quién se trata hokage sama? — preguntó Itachi con curiosidad e incertidumbre. El hokage suspiró.
—Se trata de uno de los siete espadachines de la niebla, el hombre que es considerado casi una bestia con cola debido al enorme chakra que posee.
—Kisame Hoshigaki— mencionaron al mismo tiempo Itachi, Shisui y Sasori. Hiruzen asintió
— ¿Inicialmente? — le volvió a preguntar el Uchiha, su cara mostraba duda. Tenía curiosidad de conocer más sobre el "encargo" de la niebla y más porque, podían fácilmente decirle a cualquier otro jounin capacitado, como Kakashi o Gai, incluso a un anbu, pero les habían llamado precisamente a ellos.
—Se lo que estás pensando Itachi— le respondió entregándole la ficha ninja del mencionado—El feudal se encargó de informales sobre Akatsuki y aceptaron en cuanto se enteraron que el Tsuchikage había dado su consentimiento.
—Entiendo, entonces…
—Ustedes cinco saldrán mañana a primera hora al país del agua, en busca de Kisame Hoshigaki, intentaran reclutarlo y si las cosas se complican… asesínenlo.
— ¡Sí!—contestaron los cuatro.
—Una última pregunta Hokage sama— intervino Sasuke.
—Dime.
—El acuerdo exige que cada ninja a quien se le otorgó el indulto deberá ser acompañado por dos ninjas de la aldea en cuestión, nosotros somos cinco, eso significa que faltan dos ninjas de la hoja para cumplir con el acuerdo; cuando salgamos seremos tres contra dos y si conseguimos reclutar a Kisame, estaremos en igualdad numérica.
—No te preocupes Sasuke, el acuerdo también menciona que cada Hokage es libre de tomar las decisiones en sus respectivas aldeas, para este caso, omitiremos esa regla, creo que tanto Sasori como Deidara saben que les conviene estar de nuestro lado, no pierden absolutamente nada, en el caso de Kisame, sé que serán ustedes cinco contra él, de eso no tengo la menor duda— las palabras del Hokage hicieron que abriera los ojos de la sorpresa, también Hiruzen confiaba en ellos. Fue entonces que se preguntó si debía hacer lo mismo también, ¿era realmente buena idea?. Con Sasori tenía roses constantes y admitía que a pesar de ello les había ayudado a reclutar a Deidara. Su comportamiento hasta el momento había sido correcto, sin embargo su orgullo le impedía reconocer frente al marionetista que se había equivocado. Apretó puños y dientes, para luego relajarse, volteo a ver a su hermano y recordó que le había prometido que sin importar lo que necesitase, lo ayudaría.
—Sí, iremos los cinco contra Kisame Hoshigaki— pronunció con determinación. Itachi y Shisui se vieron de reojo y ambos sonrieron, sabían que por fin Sasuke comenzaría a cooperar con ellos. Sasori lo miró indiferente, pues desde un principio nunca le importó realmente lo que el Uchiha pensara de él.
—Que así sea— terminó el Hokage entregándole a Shisui el pergamino con la solicitud de la misión junto con una copia del acuerdo de Akatsuki y la solicitud de indulto firmada por el señor feudal. Luego en un parpadeo desaparecieron de la oficina del Hokage.
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life
—Oye Itachi— habló Deidara. El Uchiha volteó a verlo.
—Necesitamos… algo de ropa para cambiarnos, huh, tenemos dos días con la misma, comienzo a percibir mi mal olor, huh.
—Lo siento, no pensamos en eso, puedo prestarles algo de mi ropa, si lo desean.
—Yo también—respondió Shisui, en apoyo a la causa— aunque con Deidara no hay problema, su complexión es parecida a la nuestra—Itachi asintió—pero la verdad dudo tener algo para Sasori, digo Hiruko es demasiado grande, aunque quizá con una sábana podríamos…
— ¿Qué fue lo que dijiste? — cuestionó enojado elevando la cola de la marioneta con la intención de golpear al Uchiha. Escucharon un crujido y vieron como el suelo se agrieto cuando la cola impacto sobre el, en lugar de dar con el cuerpo de Shisui —Tsk…. — gruño.
— ¡Es broma, es broma!— decía Shisui agitando las manos de un lado a otro, intentando arreglar la situación.
—Es lógico que salga de mi marioneta para mudarme de ropa, la cual por el momento puedo aceptar, pero de ninguna manera me pondré la ropa interior de alguno de ustedes, que asco.
Itachi y Shisui comenzaron a reír.
— ¡Iuugh!, cierto, no me había dado cuenta de eso, huh.
—Entonces no nos queda otra opción— dijo Itachi— tendremos que llevarlos a que compren algo para que puedan cambiarse, al menos para estos días.
—Yo no tengo dinero, huh, — confesó Deidara, metiendo las manos a sus bolsillos y sacándolos del pantalón. Solo una mosca salió de ahí — generalmente robaba, asaltaba, asesinaba o algo como eso para conseguirlo.
—A Sasori, mejor no le pregunto—intervino Shisui— ayer me prestó dinero—rió.
Itachi suspiró— Entonces, apoyaré por ese lado a Deidara y Sasori…
—No es necesario, soy autosuficiente.
—Entonces, supongo que debemos irnos de una buena vez, mañana saldremos a primera hora y no tendremos tiempo— informó Shisui, los demás asintieron y se fueron
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Le era extraño, estaba emocionada "se nota que te quiere mucho", esa frase no abandonaba su mente. Llevaba más de cinco minutos acariciando sus labios, caminaba por la aldea en dirección al clan Uchiha, no entendía muy bien lo que había ocurrido ese día, pero poco le importaba o más bien, no se había detenido a pensar en ello. Continúo avanzando y entró al clan Uchiha. Estaba distraía pero como ya conocía el camino se movía casi por inercia. Cerró un poco los ojos y sintió un golpe en el hombro, escuchó el ruido de algo caerse y abrió los ojos.
—Lo siento—se disculpó creyendo que había chocado contra alguien. Abrió sus ojos y de inmediato reconocía aquel rostro; ojos rojos, cabello negro, nariz arrugada, era la misma mujer con la que se había topado días atrás, aquella que le había robado la canasta con los alimentos y le había amenazado "nunca serás bienvenida aquí". Lo recordaba perfectamente. Hinata intentó ser lo más calmada posible para evitar un enfrentamiento con la mujer, no deseaba problemas— de-déjeme ayudarle— dijo e inmediatamente comenzó a levantar las cosas regadas en el suelo.
— ¡No toques nada!— exclamó enfurecida, arrebatándole las cosas violentamente, esto a su vez ocasionó que la Hyūga soltara inconscientemente algunas de ellas, envases de vidrios se rompieron en el acto, haciendo que la furia de la mujer aumentara— ¡lo hiciste a propósito!— acusó, llamando la atención de la gente. Hinata elevo la vista y pudo ver perfectamente como el puño de la mujer iba a impactar en su rostro, ¿lo podía detener? sí, pero eso significaba alimentar la ira no solo de la mujer, sino de todos los Uchihas que la observaban despectivamente, dejaban claro que no la aceptaban y que si no le hacían otra cosa era precisamente por Itachi. Al final, Hinata recibió de lleno el golpe, cayó de espaldas sintiendo como su mejilla derecha, la cual había sido golpeaba comenzaba a aumentar de temperatura, supo que pronto aquel golpe comenzaría a hincharse, Hinata se levantó con impotencia, tenía muchas ganas de regresarle el gesto, pero no podía, no cuando estaba rodeaba, posó la mano en su mejilla e intentó retirarse del lugar, no quería dar pie a algo mucho más grande. Pero aquella persona era insistente, no estaba satisfecha— ¿te vas sin disculparte? — continuó, era evidente que buscaba sacarla de sus casillas— ¡es exactamente lo que se espera de los Hyūga, personas prepotentes, que se creen dioses, ridículos!—exclamó delante de ella, apretó los dientes, no podía ceder ante sus provocaciones tan baratas, " se estaba mordiendo la lengua, aguanta Hinata, aguanta"¸ se decía internamente una y otra vez.
Movió su brazo con brusquedad para lograr zafarse del agarre de ella y corrió lo más rápido que pudo hasta la casa de ellos. Ahí dentro dejó escapar unas cuantas lágrimas, no eran de dolor o tristeza, sino de impotencia, ¿por cuánto tiempo tendría que aguantar todo eso?
La mujer quien se hacía llamar Umai, sonrió ante la reacción de ella, no la iba a aceptar, ¡nunca!, no cuando desde niña había estado interesada en Itachi, de hecho siempre se paraba en la entrada de la academia para verlo llegar pero él nunca la había notado. Consideró tragedia cuando lo graduaron en primer año y lo separaron de ella. Peor se puso cuando se enteró de la relación de éste con aquella mujer. Por eso ahora no iba a aceptar que una Hyūga llegase como si nada y se quedase con él. Además según ella un Uchiha solo debía casarse con un Uchiha. Ella desde un principio había planeado chocar contra Hinata para así tener un pretexto y poder golpearla; la había visto pasear con Itachi en la mañana así como también había sido testigo de su beso, esto último no había podido soportarlo y necesitaba desquitarse.
Se encerró en su cuarto, como ya era costumbre a llorar. Juró que no volvería a salir a las calles del clan Uchiha, aun cuando apenas un día anterior había deseado convivir con ellos, salir y distraerse. Era increíble como las personas podían ocultar sus emociones, irónicamente sin saberlo ella era experta en el tema. El esfuerzo que hacía por contener sus sentimientos la dejó cansada y se quedó profundamente dormida.
Entonces mientras ella dormitada, Itachi, Sasuke, Shisui, Deidara y Sasori buscaban ropa y Hanabi Hyuga temblaba de coraje; su nariz arrugada y su ceño fruncido denotaban molestia, pues Itachi la había dejado plantada… "otra vez". Regresó a su casa, sin siquiera saludar a nadie y entró a su cuarto hecha un demonio azotando la puerta.
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Habían terminado con sus asuntos, eran las seis de la tarde. Se despidieron en la entrada del clan Uchiha. Sasuke se fue con sus padres, Deidara y Sasori con Shisui e Itachi regresó con Hinata.
Cuando entró vio todas las luces apagadas, en un principio creyó que no había nadie, encendió unas cuantas luces y tocó la puerta de ella— ¿Hinata san se encuentra aquí? — cuestionó sin recibir respuesta alguna, abrió un poco la puerta aunque sabía de antemano que era bastante atrevido y la observó dormir. Cerró la puerta con sumo cuidado evitando hacer el menor ruido y se fue a la cocina, colocó una tetera al fuego y se sentó en la mesa a esperar que el agua comenzara a hervir. Estaba cansado, todo el día había caminado, puso los cosos sobre la mesa, entrelazo sus manos y cerró los ojos un momento. El tiempos transcurrió y los abrió cuando escuchó la tetera chillar, notó de inmediato la soledad de aquella casa, observó a su alrededor; a penas pocos muebles, un sillón, una mesa y el eco de la tetera. Ni cuenta se había dado de las condiciones en las que estaba viviendo ella, el ambiente era deprimente, se sintió mal de tenerle ahí, casi tres semanas viviendo en la soledad absoluta. Itachi se levantó de la mesa, cuando por fin volvió a la realidad, la tetera llevaba más de dos minutos chillando y aquel ruido había llegado hasta los oídos de ella, Hinata se despertó, talló sus ojos y percibió el sonido que provenía de la cocina, se levantó de la cama, abrió la puerta con cuidado, caminó y lo encontró vertiendo agua en una taza.
—Estoy preparando algo de café, ¿desea una taza o prefiere algo de te? — le preguntó de lo más normal, Hinata se paró en seco, estaba asombrada, Itachi estaba de espaldas y aparentemente distraído, había puesto especial cuidado en no hacer ningún tipo de ruido y a pesar de todo eso él se había percatado de su presencia.
—Sí, muchas gracias— respondió observando la espalda de Itachi, hizo una cara de sorpresa al notar cuan largo era su cabello, llegaba poco más abajo de la espalda media. Quizá en parte porque nunca le había prestado tanta atención a algo que no fuesen sus ojos.
—Entonces… café o té?
—Café— respondió ella, viendo como el Uchiha daba media vuelta, al principio observó su sonrisa, después aprecio como poco a poco cambiaba drásticamente su rostro, en cuestión de segundos le veía molesto y sus manos claramente comenzaron a apretar con más fuerza las dos tazas que tenía en las manos— ¿I-Ita- Itachi san? — preguntó con miedo comenzando a esconderse entre sus hombros.
— ¿Quién te golpeo? — preguntó serio, dejando las tazas sobre el mueble de la cocina. Hinata brincó de sorpresa e inmediatamente llevo sus manos hacia su mejilla tratando de ocultar el golpe. No había olvidado el incidente con la Uchiha, pero sí que el golpe inevitablemente iba a hincharse y cambiar de color.
—Fu-fue un accidente Itachi san— por supuesto que él no le creyó, había ido a la guerra desde muy chico y su experiencia en anbu le había dado el conocimiento apropiado para diferenciar entre un golpe accidental y uno intencional, la localización del mismo y la marca de lo que parecía ser un anillo lo delataba.
Itachi suspiró mientras Hinata se mantuvo cabizbaja— ¿volvemos de nuevo a las mentiras Hinata san? — ella de inmediato levantó la vista hacia él, su cara mostraba culpabilidad y ganas de comenzar a llorar. Era cierto apenas habían logrado una conciliación y ella ya estaba mintiéndole— No voy a obligarla— terminó dándole la espalda otra vez. Ella se asustó, no quería retroceder, necesitaba seguir avanzando, no quería perder lo poco que había conseguido.
—Y-yo, no se quien sea— respondió por fin—nh-no se su nombre.
Itachi volvió a girarse hacia ella, se acercó y acarició su mejilla— así está mejor— le dijo suavizando de nueva cuenta su rostro— fue alguien del clan, ¿verdad? — por supuesto que sabía que había sido alguien del clan Uchiha. En la mañana cuando salieron a desayunar él había visto como las demás chicas la miraban, el desprecio hacia ella era evidente, pero no se preocupó porque no pensó que llegarían a este punto. Hinata asintió y el de nuevo se molestó —Salgamos— le informó tomado a Hinata de la mano.
— ¿A- adonde? — preguntó sin entender el motivo o la razón. Sus mejillas comenzaron a ruborizarse
—Iremos por mis cosas a casa de mis padres— contestó deteniéndose en la puerta— nadie tiene el derecho de golpearte, sean o no del clan Uchiha, esa actitud es deplorable— Hinata se quedó ida, era la primera persona que la defendía en mucho tiempo, se sintió cobijada, no podía dejar de verlo— quiero que la vean pasear a mi lado y se enteren que si alguien le vuelve a levantar la mano, tendrá que vérselas conmigo— su voz sonaba amenazante, Hinata salió del trance y lo vio con el sharingan activo. La expresión de su rostro y sobre todo sus ojos eran imponentes e intimidantes. Se asustó.
—No es necesario Itachi san— no quería que se metiera en problemas por tonterías como esa. Lo tomó del brazo para tranquilizarlo y este volteo a verla, vio en los ojos de ella cierto miedo y se calmó otra vez desactivando el sharingan para la comodidad de ella.
—Lo lamento, no quería asustarte.
—Está bien Itachi san, no pasa nada.
—De todos modos, necesito ir por mis cosas y quiero que me acompañe, mañana saldré de misión otra vez y no sé cuándo volveré— Hinata sintió un golpe en el pecho ante tal anuncio—así que, al menos me gustaría que en mi ausencia nadie la molestara más— la Hyūga observó el suelo y asintió con resignación— ¿Qué sucede, no quiere venir conmigo? — le preguntó ante su silencio. Hinata negó, le dolía más el hecho que se fuera ahora que estaba empezando a disfrutar su compañía— entonces… ¿qué sucede?.
—Me sentiré muy sola cuando se vaya—confesó en voz alta, Itachi abrió los ojos con sorpresa, mientras veía como se tapaba la boca y comenzaba a ponerse más roja que un tomate. Comenzó a reír llamando la atención de ella—nh-no se burle— murmuró avergonzadísima
—Bueno, como mañana me voy a primera hora y esta es mi última noche, que le parece si… antes de ir por mis cosas, ¿cenamos y paseamos juntos? — el corazón de ella se aceleró el solo pensar que esa invitación era… ¿otra cita?, la hacía sentirse en las nubes. Itachi era listo y tenía una doble intención con esa invitación; la primera complacerla y la segunda amenazar a toda persona que la viese con mala cara sin que se diera cuenta. Hinata formó una tímida sonrisa, dándole entender a él que aceptaba. Itachi cerró la puerta con llave sin soltarle la mano y de hecho durante todo ese tiempo sus manos jamás se separaron.
Fue entonces que se dirigieron al Uchiha senbei y sin darse cuenta entrelazaron sus manos y Hinata inconscientemente apoyó su cabeza en el hombro de él.
Desde lo lejos el marionetista había dado la vuelta a la cuadra y alcanzó observar la escena .
—Oye Shisui— le habló confundido antes los hechos ocurridos.
— ¿Qué sucede? —cuestiono intrigado cuando dobló la esquina y lo alcanzó
— ¿Estás seguro que se casaron obligados? —le pregunto haciendo que la curiosidad del Uchiha aumentara.
— ¿Quiénes? — no supo a quien se refería en concreto, la pregunta era demasiado inesperada y extraña.
—Al matrimonio de Itachi.
—Pues…si, ¿por qué? — respondió sin saber a qué quería llegar.
—Es que no parece— respondió haciéndoles una seña a ambos. Shisui y Deidara se quedaron con la boca abierta al ver aquel evento, realmente parecían una pareja de enamorados.
—Supongo que… se despidieron o van a despedirse, huh, — insinuó con sugerencia el rubio.
Shisui soltó una carcajada y Sasori levanto una ceja.
—Supongo que deberíamos cenar en otro lugar— comento viéndolos entrar al Uchiha senbei— solo espero que no lo dejen muy cansado esta noche, mañana tendremos un viaje muy largo— bromeó el Uchiha haciendo que tanto Deidara como Sasori comenzaran a reír.
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Much more
La tarde-noche se desarrolló, a su vez, de un modo magnifico, en armonía con todo. Era un hombre diferente, singular como ningún otro, comenzaba a sentir algo más. Era bellísimo ver como su felicidad dependía de algo tan simple como los dulces, era hombre y bien decían que se le conquistaban con el estómago, al menos por esa parte no parecía ser muy diferente al resto. Vio su entorno; en la mesa dos órdenes de dangos, té y pastelillos, gente paseando por todo el lugar, ya nadie se atrevía a verla con malicia, era como si ese hombre fuese un repelente de malas vibras. Verlo feliz la hacía feliz, en tal disposición de ánimo terminaba de dar el último bocado, ignorando por completo toda adocenada situación ocurrida por la tarde. Así pues, tomó la taza de té y le dio un sorbo contemplando el disfrute de quien en ese momento era su esposo. Sin aviso él levanto la vista y cruzaron sus miradas, él apunto de engullirse la bolita rosa del dango y ella escondiendo su sonrisa tras una taza de té.
Confundido, la vio apreciando por primera vez sus perlados y bien adornados ojos, su respingada nariz. Todos le habían dicho que era bonita, pero se equivocaban y por mucho, era increíblemente hermosa, su atareada vida y lo apresurado de la situación le impidieron ver más allá de lo que en un principio su percepción le habló de ella.
— ¿Deseas alguna otra cosa? —preguntó al ver como la chica continuaba observándolo. Hinata por primera le sostuvo la mirada y respondió sin tartamudear antes.
—No, ya estoy satisfecha— contestó bajando la taza de té— es solo que, me acabo de dar cuenta que, de toda la comida solo pidió dulces.
—Ah, eso, es un mal hábito que tengo— dijo rascándose la cabeza— siempre ha sido así, dudo que algún día pueda cambiarlo— confesó riendo.
—Ya veo— dijo simplemente por contestar algo, sin dejar de mirarlo, mientras el continuaba comiendo. "Ïtachi san es…increíble", pensó para sí. Le perdonó absolutamente todo y todavía la trataba con cariño. Era algo de admirarse de un hombre que bien sabia no era correspondido. Ante tal acto de afecto y conciliación agachó de nueva cuenta la vista, se había disculpado con él, pero aún faltaban ciertas cosas que no se pudieron discutir en la mañana por falta de tiempo. Tragó saliva amargamente, la noche anterior había sido demasiado injusta con él— Itachi san, lo lamento mucho— dijo de pronto, provocando que el Uchiha con la boca llena y una mejilla más inchada que la otra voltease hacia donde ella estaba. La imagen para ella era… encantadora
— ¿Por qué te disculpas? — preguntó cuándo deglutió. La reacción de ella era demasiado repentina. ¿No lo habían hablado con anterioridad? o era acaso… ¿que omitió alguna parte importante?, algo que… ¿no se atrevió a decirle?.
—Yo nunca debí—volvió a tragar saliva, mientras jugueteaba con sus dedos—mencionar a Madara Uchiha, ni mucho menos compararlo con usted, yo… simplemente me dejé llevar por lo que mi padre me había dicho, por mis prejuicios y mi cora…je, sin conocerlos, sin siquiera conocerlo realmente.
Itachi sonrió, levantó su mentón para que pudieran verse a los ojos—No vuelvas a agachar la cabeza ante nadie, mucho menos frente a mí— respondió con serenidad— No te disculpes, no hace falta, estoy seguro que no fueron palabras dichas de corazón, olvida el tema, por favor— el negro de sus ojos contrastaba con la pureza de su alma, realmente era único. De nueva cuenta los Akatsuki aparecían frente a ellos, incluso mucho más impresionados que con la escena anterior— yo no me acuerdo— terminó y en cuanto lo hizo observaron como la chica por cuenta propia comenzaba a acercarse lentamente a él. Ellos sin dejar de sostenerse la mirada, sabían lo que a continuación iba a suceder.
—¡Están tan cerca! — pronuncio Deidara tapándose los ojos.
— ¡No lo puedo creer! — decía Sasori sintiendo un poco de pena.
— ¡Vamos Itachi, vamos, que te cuesta dar ese pasito! — animaba Shisui
— ¡Va a suceder, no puedo creerlo! — dijo aun con las manos en su cara, pero abriendo los dedos para tener visibilidad.
— ¡No quiero ver, no quiero ver! — expresó Sasori dándose la media vuelta.
— ¡En serio…— dijo Deidara.
— ¡Están a punto de…— dijo Shisui.
— ¿Besarse? ¿ya se besaron? — preguntó Sasori, volviéndose a girar, la curiosidad le había ganado. Aun siendo el más serio de los tres.
— ¡OH-POR-KA-MI SA-MA! —dijeron los tres en coro, cuando vieron que Hinata sellaba por fin sus labios con los de él. Itachi pensó en ese momento que lo hacía para guardar las apariencias, después de todo él mismo lo había propuesto y puesto en práctica durante el desayuno. Se llevaron un puño a la boca y comenzaron a morderlo, mientras sus gargantas generaban una especie de chillido.
Por un lado ellos, los Akatsuki, los ex criminales actuando como jovencitas adolescentes y por otro, el matrimonio Uchiha-Hyūga besándose en un restaurante publico dentro del clan Uchiha, los presentes observaban como el hijo mayor de su líder, el niño prodigio, el futuro líder se besaba con una Hyuga; "sacrificándose por todos ellos". No podían más que aplaudir aquel acto tan heroico.
El bullicio generado ocasionó que empezaran a sentirse un tanto incomodos, por lo que sin más, pidieron la cuenta, dejaron el dinero, la propina correspondiente y se marcharon del lugar. Caminaron hacia la casa de Fugaku Uchiha. Para ese entonces eran más de las nueve de la noche y los locales comenzaron a cerrar.
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to life
—Buenas noches— saludo Itachi en cuanto entraron a la casa.
Mikoto Uchiha como era costumbre bajó corriendo lo más rápido que pudo para ir a abrazar a su hijo— ¡Itachi que bueno que…—pausó al notar la presencia de la Hyūga— vienes—dijo más serena.
—Buenas noches hijo— escucharon viendo como Fugaku llegaba con ellos. El líder Uchiha se miraba contento, como si nada de lo ocurrido le molestase, caso contrario a su madre. Fugaku movió un poco la cabeza al notar la figura que se escondía detrás de Itachi, sabía lo evidente—Buenas noches Hyūga san— habló ocasionando que Mikoto hiciese lo mismo.
—Buenas noches Fugaku sama, Mi-Mikoto sama—saludo tímidamente.
—Vengo por algunas de mis cosas— confesó haciendo que su madre hiciera un puchero.
—Ya mujer, sabes de antemano que algún día tendría que irse.
—Si— respondió inconforme— pero no tan pronto.
Itachi y Fugaku suspiraron—Hinata san —pronunció Itachi, mi madre tiene algo que decirle, mientras ustedes hablan, yo iré por mis cosas, padre, ¿podrías ayudarme con algo? —cuestionó haciendo que Fugaku asintiera, si no se lo había pedido frente a ellas, entonces suponía que debía tratarse de un asunto más delicado.
Itachi y Fugaku subieron dejando a las dos mujeres solas.
La incomodidad entre ellas era evidente, una de ellas estaba sumamente avergonzada con la otra debido a la información que había obtenido sobre ella, no tenía clara la manera en la que Mikoto Uchiha se enteró de su amor por alguien más pero si sabía que en parte el enojo de la Uchiha se debía a que ella misma posiblemente le hubiese confirmado lo que alguien más le había dicho. Fuera quien fuera, no tenía caso indagar sobre un tema aparentemente cerrado y tampoco es que le iba a preguntar y la otra se sentía culpable por haberle hecho sentir mal, sin haber siquiera tomado en cuenta sus sentimientos.
—Le pido disculpas por el comportamiento del otro día—expuso la mujer, haciéndole una pequeña reverencia. Hinata no espero tal acto, impresionada tardó más de cinco minutos en responder, no porque le negara el perdón, si no por pena.
—Mi-Mi Mikoto sama, yo-yo no tengo nada que perdonarle, usted tiene razón en de-defender a Itachi san, yo-yo me di cu-cuenta de ello y por-por eso me he dis-disculpado con él— las palabras de Hinata le parecieron sinceras y más porque era Itachi quien le llevaba con él, bajo ese panorama, no se podía contradecir absolutamente nada.
—Está bien, no pasa nada—sonrió la Uchiha, colocando una mano sobre el hombro de Hinata. Seguido a ello, vieron a sus hombres bajar, Itachi llevaba consigo un par de cambios, algunas armas y nada más.
—Bien, nos vemos luego— se despidió haciéndole una seña a su padre. Mikoto los conocía y se había dado cuenta de ello. Miró a su esposo esperando a que le dijese algo, por lo poco que llevaba Itachi, era evidente que no había ido simplemente a buscar sus pertenencias, algo escondía. Fugaku bufó
—Alguien del clan, golpeó a la Hyūga— soltó sin más haciendo que la mujer llevase ambas manos a su boca— sí, lo sé— entendió su gesto, no por nada llevaban más de 20 años de casados— me pidió que estuviera al tanto, no podemos dejar que algún idiota complique más las cosas, más cuando Hiashi Hyuga está a la expectativa, esperando por algún error de nuestra parte, así que los problemas no nos convienen— terminó correspondiendo al abrazo que recién le daba su esposa.
Debían localizar al traidor o traidora que les estaba buscando problemas gratuitos.
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De camino a casa, Itachi recordó su abandonado hogar—Hinata— pronuncio de repente, ella giró su cabeza rápidamente hacia él— debería buscar algunos muebles y todas esas cosas para la casa, hay demasiada soledad ahí, me imagino que es difícil lidiar con ella día a día— Hinata guardó silencio, ninguno de los dos había detenido el paso, pensó por un momento lo dicho tratando de recordar que cosas había dentro. Para su mala fortuna no recordaba casi nada, salvo el mueble en su cuarto, su cama, la mesa y un pequeño mueble en la cocina porque hasta ese día no le había ni puesto atención, esas cuatro paredes no significaban algo más para ella, más que una prisión. En pocas palabras ni se preocupaba por el aspecto porque no se sentía dueña de nada, simplemente no lo sentía como su hogar.
—Sí, es algo difícil lidiar con la soledad, pero estoy bien así—respondió ella. No había tenido ningún interés por nada, solo vivía porque era de cobardes renunciar, porque buscaba una esperanza para estar con él, para que el día en que Naruto y Sakura terminaran su relación y ella pudiese confesarle su amor. Sin embargo ahora que las cosas comenzaban a cambiar y que Itachi lo proponía la idea no le parecía tan mala.
El Uchiha la observó un poco abatido, no esperó aquella respuesta, pero por un lado era lógico que su estado anímico estuviera por los suelos. No la presionaría más con él tema— Entiendo, cuando regrese de la misión, me ocuparé de ello— comentó sin algún tipo de tono en particular. Hinata reaccionó reconociendo que su respuesta dada no aportaba absolutamente nada.
—Y-yo puedo hacerlo, si quiere.
—No te preocupes, entiendo que su semana debe de estar muy atareada.
—Realmente yo, nh-no tengo nada que hacer en la semana— confesó a pesar de la vergüenza que sentía. Tenía estudios en una academia ninja, no era un simple civil, provenía de una familia la cual había dado ninjas extraordinarios y luego estaba ella.
Itachi paró en seco y volteo a verla al escuchar su confesión, ella era una Hyuga, tenía un poderoso Doujutsu ocular y nadie lo aprovechaba.
—Hinata san, ¿me está tratando de decir que se la pasa todo el día encerrada en esa casa vacía? — ella asintió con pena— ¿por qué?, quiero decir, algunos ninjas no son buenos con el taijutsu, pero se defienden con ninjutsu y viceversa, en su caso Hinata san, el byakugan le permite ver el chakra a kilómetros, es una habilidad increíble y muy útil para misiones de espionaje y rastreo, no comprendo, una habilidad como esa desperdiciada, seguramente en la ra — pausó dándose cuenta de la indiscreción que estaba a punto de cometer. Desvelar información como esa no era ético, nadie que no fuese el Hokage o sus propios compañeros anbu, el consejo de ancianos y por su puesto su familia directa debía saberlo.
— ¿En la ra? —preguntó al notar su repentino silencio. Itachi le sonrió, la tomó del brazo y la incitó a continuar con su andar.
—Quiero decir… que seguramente en la rama principal de su clan no deben de estar muy conformes con eso — era un experto para las mentiras piadosas, y afortunadamente ambas palabras coincidían en su primer silaba "ra", entonces lo que Itachi Uchiha había querido decir era que; seguramente en la raíz anbu, su habilidad sería muy bien valorada, de hecho era perfecta también para misiones de infiltración, al igual que las habilidades de su ex compañero Torune Aburame.
—No, porque está Neji san para ese tipo de misiones—contestó notoriamente apagada— él está capacitado para llevar a cabo misiones importantes, por ello es a él a quien siempre llaman.
—Perdona la pregunta Hinata san, pero, ¿cuál es su rango ninja? — cuestionó intrigado, estaba casado con ella, habían discutido, se habían besado, comido y cenado juntos, pero hasta el momento ninguno sabía nada del otro.
Ella agacho la cabeza y en un susurro sintiéndose completamente inútil —Genin— respondió. Fue entonces que Itachi lo comprendió, aunque por lo ducho ya lo había deducido.
—Quedamos en que no volverías a bajar la cabeza—le dijo haciendo que ella, poco a poco comenzara a levantarla— la vida fuera de la aldea es peligrosa Hinata san, no debes sentir vergüenza por seguir siendo un genin, hay shinobis que no soportan el lastimar a otros como usted, por ejemplo. Siendo así, es mejor quedarse dentro de la aldea si no eres capaz de…—pausó para darle tiempo a ella de reaccionar, lo que estaba a punto de decirle era demasiado frio, pero era cierto y más cuando de antemano el camino ninja era cruel, largo y sinuoso— asesinar a alguien—dijo por fin. Hinata dio un salto, le aterraba la idea de llegar a esos extremos— sé que es duró y por supuesto que nadie quiere morir y por ello en la academia hacen simulaciones de combate y defensa, sin embargo son solo eso; simulaciones ninguno pelea en serio ni da lo mejor de sí, pero… en un enfrentamiento real, las cosas son completamente diferentes, fuera de la aldea es tu vida o la de tu oponente — Itachi paró justo en la puerta, habían llegado a su casa. Tomó sus manos sintiéndola temblar, ella miraba al suelo con desolación y no la juzgaba por temer, era un acto muy humano— Si no quieres ser un shinobi, entonces no lo seas, busca tu propio camino, tu naturaleza no es lastimar tiene que haber más en la vida para ti que esto— Hinata volteó a verlo confundida
—No entiendo Itachi san, ¿a- a que se refiere?.
—A que podrías también convertirse en un ninja médico o entrenar para convertirte en chunnin y dedicarte a la enseñanza, fomentarles el amor y transmitir los buenos valores, llevando a los niños por un buen camino, para que años más tarde ellos se conviertan en el futuro de la aldea, sin eso, ¿cómo podríamos enfrentamos a un mundo sin amor?, por eso creo fielmente que debe haber más en la vida que asesinar, que existe una mejor manera de sobrevivir, vivir con la esperanza de un mundo mejor, lleno de dicha— sus palabras perforaron su corazón, se habían quedado clavadas tan dentro que jamás saldrían de ahí. Solo un corazón noble y puro como el de él era capaz de entender y ver más allá de su propia conveniencia, no era egoísta, no luchaba por él, luchaba por todos, aunque los corazones de ellos estuviesen ciegos.
— ¿Por qué?, ¿Por qué este mundo está lleno de odio?, ¿Por qué llegar a asesinar o lastimar? — eran preguntas que posiblemente jamás tendrían una respuesta absoluta.
—En parte por egoísmo y el hambre de poder, allá afuera hay personas muriendo por todas partes, desgraciadamente mientras muchos destruyen lo que crean y otros luchan por sus derechos humanos, normalizamos tanto nuestra propia ambición que al final terminamos diciendo "así es la vida", no, la vida no es así, la vida da y quita cuando cree que es el momento oportuno. Por mucho tiempo me pregunté si debería haber algo más en la vida que vivir, algo más de lo que se vea a simple vista e incluso me pregunté muchas veces ¿de qué sirve la vida, si al final debemos morir?, por fin después de muchos años llegué a la conclusión, que la vida misma no tiene sentido, comprendí que mientras haya luz, esté vivo y tengamos una esperanza viva para un mundo lleno de amor, entonces será ahí cuando todos podremos vivir en paz— no existían palabras, ni mucho menos razones, simplemente se había lanzado a sus brazos, descansando su cabeza en su pecho al mismo tiempo que sus lágrimas caían sobre el mismo. Sus dos brazos eran lo suficientemente largos para acogerla completamente.
—Itachi san— pronunció entre sollozos sin que ninguno de los dos abandonara su posición— ¿cuál es el suyo? — cuestionó aferrándose más a él.
—Jōnin—respondió
—Ya veo, entonces supongo que la misión de mañana es…
—Sí— respondió él— rango s.
—Cuídate mucho Itachi san.
—Lo haré, no te preocupes, solo quiero que sepas que no importa que camino decidas tomar Akatsuki y yo te protegeremos siempre te protegeremos— Hinata retiró la cabeza su pecho para quedar frente a él.
Ellos dos frente a la puerta de su casa, en la oscuridad de la noche, solos, sin que nadie los viera, sin nadie ante quien fingir para guardar las apariencias, sin la necesidad de cumplir con el trato, se acercaron tanto que inhalaron el aliento del otro. Él con su brazo la tomó suavemente de la cintura mientras hundía la mano del otro en su cuello. Mientas ella lo abrazaba colocando ambas palmas de sus manos en su espalda. Cerraban el día con un beso suave y largo del cual ambos disfrutaban por igual. El tiempo se había detenido, no existía nadie más, no era un beso pasional o atrevido que incitara al coito en absoluto, sus caricias tampoco eran perversas o fuera de lugar, siempre delicadas, respetuosas y sobre todo sinceras. Era más bien una conexión espiritual; como si las almas de los dos se estuviesen besando, como si se hubieran enamorado.
Al poco tiempo se separaron, entraron a casa tomados de la mano y se fueron a dormir. Cada quien a su habitación, claro estaba. Ni ella ni él querían forzar la relación. Se quedaron dormidos inmediatamente, pues el día para ambos había sido cansado, especialmente para él.
El sol se asomada desde la montaña de los Hogakes, 5:30 de la mañana y ya estaba listo, preparó sus armas, se puso su traje de combate, arregló su cabello y apretó bien su banda ninja. Salió de su habitación y afuera estaba ella.
—Que tenga buen viaje Itachi san— él se acercó a ella, tomó sus manos y se vieron fijamente a los ojos. Lo que fuese que estuviera sucediendo entre ellos dos ninguno lo comprendía, solamente comenzaron a acercarse lentamente, besarse ya se estaba volviendo algo común en ellos, no obstante cuando sus labios estuvieron a punto de tocarse el llamado de la puerta rompió la magia del momento. Ambos se cayeron de la "nube" en la que se encontraban, se separaron, soltaron sus manos e Itachi caminó hacia la puerta.
—Ya estamos listos— pronunció Shisui alegremente, afuera la imagen era curiosa; Deidara bostezaba mientras tallaba sus ojos y a Sasuke y Sasori se miraban con desdén—adiós— le dijo a Hinata con una enorme sonrisa al notar su presencia, ella se ruborizo de inmediato
—Nos vemos luego Hinata san— le dijo Itachi también con una sonrisa, para luego verlos desaparecer en el alba de aquella mañana.
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CONTINUARÁ…
Déjenme sus reviews, para saber si les gusta o no.
También si les gustan los capítulos largos o mas cortos, entre mas corto mas rápido actualizo, porque tardo menos tiempo en revisar, corregir etc. y los largos pues siempre me tengo que tomar el tiempo para leer y re-leer. Aunque siempre al final de la publicacion encuentro errores.
saludos :)
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