La Chaca despertó en medio de la ciudad, "alguna ciudad" pensó para sí misma, puesto que nunca pone mucha atención a los fondos. Ya un tanto acostumbrada a despertar en lugares extraños, lejos de su casa, decidió buscar a quien prestarle sus servicios.
Caminando alrededor de unos callejones se encontró con un hombre, cambiándose a su uniforme de policía. "A lo mejor y puedo trabajar en la estación y como es del gobierno, han de pagar puntual.". Si algo iba a extrañar en lo que volvía con sus patrones mafiosos, eran las quincenas puntuales y los bonos extra. Recordando cómo eran las instituciones públicas en su país, recapacitó un poco pero ya era demasiado tarde, el policía había hecho contacto visual, era ahora o nunca. "Ok, actúa natural."
— ¡Muy buenas caballero! Mi nombre es Rayita y quisiera ofrecerle mis servicios de Administradora Doméstica. — al no ver ninguna reacción, esta continuó — Tengo experiencia en organizaciones de renombre y también puedo manejar ambientes familiares.
El hombre se le quedó viendo sin mediar palabra y la chacha empezó a sentirse incómoda. "¿Será que en este sueño no puedo hablar el idioma?" Sus pensamientos fueron interrumpidos por el hombre.
— Supongo que podemos discutir su oferta cuando termine de vestirme. — dijo señalando sus pantalones a medio poner.
La chacha asintió un tanto aliviada al ver que sí podía comunicarse y tan ensimismada estaba en este hecho que no se movió de donde estaba. Una vez el hombre terminó de vestirse completamente, este revisó su teléfono.
— Tendremos que posponer la entrevista, Rayita. — dijo indiferente, guardando el dispositivo — Si no me voy ahora, llegaré tarde a mi cita.
El hombre dejó su anterior atuendo dentro de uno de los contenedores de basura que se encontraban ahí y caminó hacia la salida del callejón.
— Solo por curiosidad, ¿sabes utilizar el rifle? — preguntó al estar frente a la chacha y después de verla atentamente.
— ¡No señor! ¡Nunca he tocado un arma! — fue la rápida respuesta de la chacha. "A menos que cuenten los utensilios de cocina y limpieza..."
El hombre pareció decepcionarse con la respuesta, aún así se despidió al lograr que la chacha se quitara del camino. — Enviaré a alguien por tí y así podremos discutir sobre tu propuesta.
La chacha sin perder más tiempo sacó la bolsa de ropa que yacía en el contenedor y la dobló adecuadamente, para volver a colocarla dentro. Lo único que no metió al terminar fue un gorro que supuso era de su futuro-probable patrono, viéndolo detenidamente le parecía un tanto familiar.
— ¿Dónde he visto esto antes? — murmuró para sí.
— En alguna tienda de segunda mano de seguro. — una voz al fondo del callejón.
La chacha sorprendida volteó hacia donde escuchó la voz, encontrándose con una versión albina "y pobre..." de Kaito Kid. "¿En qué dimensión se supone que estoy?". Pese a estas primeras impresiones, la chacha continuó la conversación.
— Buenas… ¿tardes? — dijo viendo al cielo, comprobando que al menos, aún era de día. — ¿Puedo ayudarle en algo? — terminó dando su mejor sonrisa, o al menos, la que no llamara demasiado la atención y demostrara que en realidad no sabía lo que estaba pasando.
— ¡Dos-kun me envió! — dijo haciendo un exagerado ademán — Dijo qué quieres trabajar con nosotros, ¿cierto?
Sin esperar respuesta, el Kaito blanqueado se acercó y empezó a realizar mediciones con una soga, la chacha sin inmutarse por las excentricidades del otro contestó.
— ¡Así es! — al ver que el otro había pasado a medirla con la soga, continúo la conversación — Así que el nombre del otro sujeto es Dosiukun… ¿Cuál es el tuyo?
El albino se detuvo un momento para murmurar como la chacha había llamado al "policía" e inmediatamente estalló en carcajadas. "Hacerlo reír debe ser puntos extras, ¿no?"
— Definitivamente te conservaré. — decía el otro entre carcajadas. "¿Significa que tengo el empleo?"
— ¡Gracias! ¿Dónde es qué trabajan ustedes? — preguntó la chacha, esperando que el otro recobrara la compostura… cosa que no pasó.
En cambio, el albino-platinado (la chacha ya no sabía de qué color era este Kaito) la cubrió con su capa en medio de risas, este movimiento hizo que de pronto apareciera al lado de una casa.
— ¡Oh! ¡Qué conveniente! — aplaudió la chacha ante el truco de magia.
— Gracias, gracias… — reverenciaba el ahora mago y ofreciendo una flor, hizo su presentación. — Mi nombre es Nikolai Gogol. ¡Un gusto!
La chacha recibió la flor, la cual le lanzó un polvo que le causó picazón en todo el rostro. "Oh… Gogol-es..." pensó tratando de quitarse el extraño polvo de encima. "Entonces, el otro debe ser Fyodor… Momento, ¡¿vi a Dorito mientras se vestía?!", estos pensamientos lograron ponerla roja por el bochorno pero Gogol lo interpretó como alguna alergia y esto llevó a que le lanzaran un cubo de agua encima.
— ¡Con eso debería bastar! — dijo sonriendo Gogol.
La chacha, si bien agradecía que la sacaran del bochorno mental, ¡no iba a permitir que la trataran así! Sería mejor poner algunos límites desde el inicio...
— Solo por eso, no te daré pan dulce para la cena. — con esta sentencia, la chacha se dirigió dentro de la casa a buscar la cocina.
— ¿Qué es un "pan dulce"? — preguntó Gogol siguiéndola.
*Inserte Time Skip*
Después de recoger a "Dos-kun", Gogol lo llevó al escondite donde fueron recibidos por olor a comida.
— ¿Qué...?
Antes de que "Dos-kun" pudiera terminar de formular la pregunta, Gogol le interrumpió.
— Recogí a la muchacha que mencionaste… Al parecer a lo que se refería con "Administradora Doméstica", era ser ama de casa.
Ambos rusos fueron descubiertos por dicha muchacha que, animadamente les invitó a sentarse y esperar a que les sirviera la cena.
— ¿Tú sabes qué es "pan dulce"? — preguntó entre susurros el mago a su compañero, mientras ambos observaban cómo la muchacha les servía una especie de sopa, té y varios tipos de panes.
— ¡Coman! A sus compañeros ya les di de cenar. — dijo mientras llevaba unos vasos y una jarra con agua.
— Se refiere a tus subordinados… — le informó Gogol a su compañero.
— ¿De dónde sacó todo esto? — preguntó un tanto irritado, notando cómo la muchacha le servía un poco más de sopa.
— Bueno, le pedí algo de dinero al señor Lobotomía cuando Gogol me trajo aquí. — respondió animada la muchacha.
" … ¿A quién?" se preguntaron ambos rusos.
— No era mucho, ¡pero por algo soy tercermundista! — continuó la muchacha, obviando las miradas de intriga de sus interlocutores. — Aunque yo quería hacer café, pero el señor Lobotomía mencionó que Dorito prefiere el té, así que eso puse.
— ¿Aún no puedes pronunciar Dostoevsky? — preguntó Gogol entre risas.
— Por mucho que… algunos aprecian la comida, aún no hemos decidido si tienes el trabajo. — interrumpió Fyodor.
La muchacha detuvo su charla con Gogol para ver sorprendida al ruso. — ¡Pero él ya me contrató! — exclamó señalando al otro, que en ese momento mordía uno de los panes.
— ¿En serio? — dijo incrédulo Fyodor.
— ¡Si! El me dijo desde que lo conocí en el callejón, 'Definitivamente te conservaremos.' — dijo haciendo ademán de sostener una cuerda — ¡Eso es contratación inmediata!
— ¡Dos-kun! Debes probar estos panes, ¡son deliciosos! — interrumpió Gogol quien estaba bastante concentrado en acabarse los panes… y la sopa.
— Mire, la verdad es que necesito dinero. — dijo la muchacha con tono serio — Si no me va a contratar, al menos págueme el día que trabajé.
— … Supongo que puedes conservar el empleo… — comenzó Fyodor, quien a todo esto ya había formulado algunos planes de contingencia en los que pudiera utilizar a la muchacha. — Si realizas algunas actividades extra.
— ¡Genial! — exclamó nuevamente animada la muchacha y comenzó a hablar sobre los tiempos en que quería la paga.
— ¡Si! ¡Conservamos a Chacha! — vitoreaba Gogol mientras tomaba otro pan y evitaba que se escuchara lo que decía esta.
"¿Acaso no se llamaba Rayita?" pensó para sí Fyodor.
