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Muchas gracias por todos tus reviews, estimados lectores n.n y disculpen que no responda cada uno de sus comentarios, pero esto muy atareada con los dibujos que estoy haciendo para celebrar las 5,000 visitas en mi cuenta de Devianart, pero claro que voy leyendo con gran emoción cada una de sus palabras.
En el disclaimer podrás leer que ya incluyo el nombre de la otra serie que es parte de este crossover. Ojala hayas tenido oportunidad de verla, sino, trataré de incluir notas de autor donde crea que es necesario hacer alguna explicación.
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Disclaimer:
LAS TORTUGAS NINJA
no me pertenecen, más bien mi corazón le pertenece a Leo.
GÁRGOLAS, HÉROES GÓTICOS
tampoco me pertenecen;
mucho menos obtengo algún beneficio lucrativo aprovechándome de la fama de estas dos magníficas series animadas.
Yo escribo por puro gusto y para hacer pasar un rato agradable a todo aquel que pase a leer. Lo único que espero ganar son tus apreciados reviews.
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GUERREROS DE LA NOCHE
La creatura tiene un color de piel muy peculiar, es color rojo terracota; tiene cabello largo y blanco; su boca no tiene la misma forma que una boca humana, es más parecida al pico de un ave; sobre su cabeza sobresalen dos cuernos; posee una flexible cola y un par de alas enormes emergen de su espalda.
- ¿Pero qué es? - pregunta intrigado Miguel Ángel.
- Una gárgola. – Donatelo responde a la pregunta.
- ¡¿Una gárgola?! – vuelve a preguntar Miguel Ángel ahora sorprendido por saber finalmente de qué raza es la creatura.
- Sip. - le confirma Donatelo.
- Una gárgola. – dice Miguel Ángel como para asegurarse que escuchó bien.
- Sí. – le vuelve a confirmar Donatelo, pero su voz se oye menos paciente.
- ¡Una gárgola! – vuelve a decir Miguel Ángel ahora emocionado.
- ¡¿Qué no oíste que SÍ?! – Rafael le pregunta, más bien, le amenaza.
- ¿Y qué es una gárgola? -
Rafael se golpea su frente con la palma de su mano.
- Mikey, - Donatelo comienza a explicarle, inspirando aire para recuperar la calma - una gárgola es… ¡Aaah! - pero repentinamente "algo" lo derriba llevándoselo lejos.
- ¡DONI! – gritan Rafael y Miguel Ángel al ver qué ha sido.
Es otra gárgola, aunque más pequeña que las dos primeras que han visto y sin cabello.
Rafael y Miguel Ángel van a auxiliar a Donatelo, pero "algo" les cae encima, aplastando a ambos.
- ¡AAH! –
- ¿A dónde van, amigos? -
Miguel Ángel y Rafael no ven de quién se trata porque están boca abajo, sólo oyen una gruesa voz (aunque, dadas las circunstancias, es fácil suponer que se trata de otra gárgola).
- Ahora entiendo… al pobre Atlas… - dice forzadamente Rafael nombrando al mítico titán griego - ¡Tengo… el peso del mundo… sobre… mi caparazón! –
- Yo no peso tanto. – dice a la defensiva la voz.
- ¡Leo nos va a regañar bien bonito! – comienza a berrear Miguel Ángel al creer que se han metido en el problema más grande en el que hasta ahora se han involucrado – "Les dije que teníamos que estar atentos." – intenta imitar la voz de enfado de su hermano mayor.
- Leo... –
Como si sólo bastara oír el nombre de su hermano para recuperar las fuerzas, Rafael se levanta con fiereza…
- ¡AH! -
… la gárgola que lo aprisiona es derribada y corre hacia Donatelo para ayudarle.
Donatelo, ya en pie, lucha contra una gárgola con color de piel café verdoso, que esquiva el flexible bo, pero Rafael aparece y la toma por un brazo y la lanza contra la pesada gárgola que ya está levantándose.
- ¡Aaaahh! – chocan entre ellas.
Las gárgolas quedan aturdidas por un breve momento, y cuando logran ponerse de pie, Rafael, Donatelo y Miguel Ángel los amenazan con sus armas.
- ¡Hey! ¡Quietecitos se ven más bonitos! – les advierte Rafael.
La advertencia es ignorada, y la gárgola más pequeña gira sobre su eje velozmente, y con algo parecido a un látigo, le arrebata a Rafael sus sais de las manos.
- ¡Oye! – y la más grande se le va encima - ¡Ah! -
La más pequeña se arroja contra Miguel Ángel.
- ¡Ay! –
Donatelo sostiene su bo listo para golpear a esos "individuos" cuando…
- ¡Deténganse! – suplica una voz con esfuerzo; es de quien cayó de las alturas: la gárgola de cabello blanco.
Todos, tortugas y gárgolas, se quedan muy quietos, como si estuviesen jugando el juego de "Encantados".
La gárgola de largo cabello blanco se pone en pie, tambaleante. Las otras dos gárgolas pronto le prestan ayuda.
- No debemos… pelear. – dice aún aturdido - Son como nosotros… o algo parecido. -
Donatelo, Miguel Ángel y Rafael se reagrupan.
- ¡Somos tortugas y no somos tan feos como ustedes! – espeta Rafael.
- Mi mami siempre me decía que era el más bonito. – dice indignado la gárgola regordeta, calva y de piel color aqua.
- Esperen. – vuelve a hablar la gárgola de cabello blanco, un poco recuperado – No somos sus enemigos. El que sí es enemigo se ha llevado a uno de ustedes y a uno de los nuestros. -
Las tortugas se sorprenden al recordar que uno de ellos los ayudó, y por intervenir, Bishop se lo llevó. Se miran, y en común de acuerdo, enfundan sus armas.
- Será más conveniente – dice Donatelo – si se apartamos de ahí. - señala hacia abajo, indicándoles que están sobre su desbaratado dispositivo anticaídas.
Las gárgolas se apartan y enseguida Donatelo comienza a enrollar el dispositivo para volver a utilizarlo en otra emergencia.
- Creo que debemos empezar por el principio. – dice la gárgola de cabello blanco – Mi nombre es Brooklyn. -
- Yo soy Lexington. – se presenta cortésmente la gárgola más pequeña.
- Y yo Broadway. – se presenta amablemente la gárgola más rechoncha.
- Miguel Ángel, - se presenta la tortuga del antifaz naranja - y la tortuga de allá es Donatelo, y éste es Rafael. -
- ¡Basta de estupideces! – Rafael protesta – Aunque me gustaría saber de dónde han salido ustedes, pero perdemos tiempo estando aquí sin hacer nada mientras Bishop debe de estar llegando a su laboratorio para abrir, como a una galleta de la suerte, a mi hermano. –
- ¿Quién es Bishop? – pregunta Brooklyn.
- El que se llevó a mi hermano y a tu amigo el grandote. -
- No. Xanatos fue quien se los ha llevado. – asegura Brooklyn.
- No sé quién es ese, pero él no fue quien atrapó primero al grandote y luego a mi hermano, fue el méndigo de Bishop, un tipo que nos ha hecho 'la vida de cuadritos'de un tiempo para acá. -
- No se llama "Grandote", – aclara Lexington – su nombre es Goliath. Goliath sobrevolaba este sector y nos informó que Xanatos tenía acorraladas a una creaturas con caparazón, y que ya había conseguido atrapar a una, pero que él las ayudaría. Acudimos tan pronto como pudimos, pero llegamos demasiado tarde. -
Hasta ahora, Miguel Ángel y Rafael se dan cuenta de que las gárgolas tienen unos comunicadores de los que se enganchan en la oreja, y vaya que son grandes las orejas de las gárgolas.
- Al volar para acá, - dice Brooklyn - fue cuando vi cómo atrapaban a Goliath y seguí al helicóptero, y no sé cómo le hizo, sólo lo perdí por un segundo en una vuelta, y acabé siendo yo el perseguido, pero no se la iba a dejar tan fácil; iba a virar y atacar para sacar a Goliath de ahí, pero oí un grito y los vi a ustedes, pero Xanatos también los vio, entonces cambió de objetivo. Traté de ayudarles pero se llevó a tu hermano. –
- Ni nos hacía falta la ayuda. – dice Rafael - Teníamos todo bajo control. –
- Pues a mí no me lo parecía. –
- Es que fue idea de Mikey. –
- No puedes culparme por intentarlo. – Miguel Ángel defiende su postura como el suplente de ideas.
- Poco después – dice Lexington – cuando vimos, Broadway y yo, que ustedes tenían rodeado a Brooklyn, por eso los atacamos. -
- ¡Estábamos ayudándolo! – dice Rafael un tanto desesperado – Si no es por mi hermano Doni, hubiera quedado como estampilla. Caías como piedra, Brooklyn, gracias a la "cortesía" de Bishop. –
- Pero no te enojes. – le pide Broadway – Todo ha sido muy confuso. -
Rafael se cruza de brazos, aún molesto.
- No me perseguía Bishop, sino Xanatos. – Brooklyn insiste.
- Esperen. – habla Donatelo, que ya ha guardado el dispositivo en su bolsa y se une a la conversación – Xanatos es el excéntrico millonario que vive en el castillo que trajo desde Escocia e instaló sobre el edificio de su corporativo. -
- Ese mero. – dice Brooklyn – Nos ha complicado la existencia desde que llegamos a Nueva York. -
- ¿Lo conoces? – pregunta Lexington.
- No lo conozco personalmente, pero si te ocupas de ver las noticias además de ver series animadas o programas deportivos, - Donatelo mira con desaprobación a Miguel Ángel y a Rafael – te enteras de las actividades de excéntricos millonarios como Xanatos. ¿Estás seguro, Brooklyn, de que era Xanatos quien iba a bordo del helicóptero, después de ese crucial segundo en el que lo perdiste de vista? –
- Pude ver sus ojos y su peinado de cola de caballo por el parabrisas. Tengo muy buena vista, créeme. –
- ¿Y antes de? -
- No. -
- Y nosotros sí. – dice Rafael - Mis hermanos y yo estábamos en primera fila cuando Bishop se llevó a Goliath. –
- Goliath dijo - dice Brooklyn – que era Xanatos quien amenazaba a una creaturas, y admito que desde arriba sólo pude ver cómo Goliath era atrapado con una red, y asumí que fue Xanatos; pero sí vi a Xanatos dentro del helicóptero después de esa vuelta en la que él acabó persiguiéndome a mí, luego los persiguió a ustedes y se llevó a uno de ustedes. –
- Goliath. – dice Donatelo – Me parece un nombre adecuado dada su constitución física, pero volviendo a nuestro asunto… Hay desconcierto sobre el secuestro de Goliath y Leo. Nosotros vimos cómo era atrapado Goliath por Bishop, y no sé ustedes, Rafa y Mikey, pero yo no pude distinguir a Bishop cuando se llevó a Leo, sin embargo, Brooklyn asegura que se trataba de Xanatos. –
- Para qué digo que no, si sí. – dice Rafael – Yo nada más vi un monigote que se asomó del helicóptero y atrapó a Leo es una acrobática maniobra aérea. -
- Como que ya me confundí más. – dice Broadway.
- ¡Tiempo fuera! – pide Miguel Ángel – A ver si entendí: Bishop salió en esta linda noche a buscar unos ricos bocadillos verdes, osease nosotros, pero, ¿cómo se llama? ¿Goliath? – Brooklyn asiente – Goliath nos salvó, Bishop lo vio y se le antojó cambiar de menú y se lo llevó a él, y casualmente esta misma noche, ese Xanatos también salió a buscar un tentempié, pero él salió a buscar unos bocadillos voladores, pero al ver a estos apetitosos postres verdes, prefirió llevarse uno. -
- ¡No hables de comida, qué ya me dio hambre! - suplica Broadway.
- ¡A mí también ya me dio hambre!... pero eso fue lo que pasó: Xanatos se llevó a Leo y Bishop se llevó a Goliath. -
- Una explicación muy gráfica, Mikey. – dice Donatelo - Después de todo Leo tuvo razón: en una noche así, sin la luz de Luna, muchos son los que aprovechan para hacer fechorías, además de los ladrones. -
- Por eso – dice Lexington – extendimos nuestro perímetro de vigilancia: para evitar el mayor número de atracos posible. –
A las tortugas les da curiosidad que Lexington haya dicho "nuestro perímetro de vigilancia", pero no hay tiempo para pedir detalles.
- Y por eso - dice Miguel Ángel – salimos a entrenar a gusto. -
A las gárgolas les llama la atención la palabra "entrenar", aunque las armas que portan las tortugas les dan un indicio, y prefieren esperar a que haya otro momento menos tenso para preguntarles.
- Pero por eso - dice Rafael – se suponía que debíamos estar alertas, pero nos confiamos: aparecieron esos dos y nos han arruinado la noche. Ahora hay que pensar en cómo rescatar a Leo y a Goliath. ¿Alguna sugerencia?, que se nos acaba el tiempo. -
- Ustedes irán por Leo, – Donatelo les propone a Broadway, Lexington y a Brooklyn – y nosotros por Goliath. – les dice a Rafael y a Miguel Ángel - Después de todo, sabemos en dónde se encuentran nuestros respectivos enemigos. -
- Me parece bien. – dice Broadway.
- Es buena idea. – dice Lexington.
- Okidoki. – dice Miguel Ángel.
- Si estás seguro… - dice Rafael.
- Ustedes - continua Donatelo - saben dónde localizar a Xanatos y nosotros a Bishop. Conocemos, ustedes y nosotros, las tácticas que pueden emplear cada uno para tender trampas, así que será sencillo burlar cualquier artimaña. -
- ¡Pues andando! – Rafael se impacienta.
- Yo no estoy tan seguro. – dice Brooklyn.
- Si sabes algo, desembucha ahora mismo. – le exige Rafael.
- ¿Siempre es tan malhumorado? – Broodway le pregunta con discreción a Miguel Ángel sobre la exaltada conducta de Rafael.
- No siempre. – dice Miguel Ángel, pero recuerda ciertas situaciones, como aquella vez cuando él tomó la rebanada más grande de pizza y Rafael se enfureció porque se quedó con la más pequeña, y se corrige – Bueno, casi siempre. - pero hay más detalles que recuerda, como cuando olvida que es el turno de Rafael para ver la televisión y se sienta muy despreocupadamente en el sofá a ver su programa favorito cuando no debía hacerlo, y qué problemase arma; o cuando en el desayuno se acaba el cereal y lo culpa de acabárselo; o como cuando se le hace tarde a la práctica de la mañana y se pone de muy mal humor, como si alguien más hubiese tenido la culpa - Más bien sí, siempre está de mal humor, pero es buen hermano. -
- Espero que no sea pero muy en el fondo. –
Miguel Ángel se queda pensando sobre si Rafael es un buen hermano aunque muy en el fondo, pero la plática lo regresa a la situación presente.
- Creo que es obvio - dice Brooklyn – que este ataque lo tenían planeado. Bishop y Xanatos conocen los hábitos de los respectivos clanes. Bishop sabía que ustedes, en una noche así, se mostrarían más abiertamente, y Xanatos también sabía lo mismo de nosotros. Esta noche la aprovecharon bien nuestros enemigos para localizarnos, y desafortunadamente, o afortunadamente, cada cual halló algo diferente a lo que había salido a buscar, pero han seguido el plan original que habían trazado desde un inicio: atrapar a uno para atraer a los demás. Seguramente Bishop está preparado para atraparlos a ustedes, Tortugas, y Xanatos estará preparado para atraparnos a nosotros, Gárgolas. Aunque la presa que se llevaron no era lo que habían pensado atrapar al salir de cacería, y podemos sacar provecho de esto. -
- ¿Estás sugiriendo – pregunta Miguel Ángel – que ustedes irán con Bishop y nosotros con Xanatos, nada más porque Bishop no está esperando ser invadido por gárgolas, y Xanatos no está esperando ser invadido por tortugas, y por eso nos será más fácil cumplir con la misión de rescate si intercambiamos enemigos? -
- ¡Captaste! – Brooklyn lo felicita.
- Sí. - dice Rafael – A mí también me sorprende que a Mikey haya captado a la primera. -
Las gárgolas miran a Rafael sin comprender qué quiso decir.
- Te voy a acusar con Leo que me insultas frente a casi desconocidos, Rafa. – dice Miguel Ángel muy ofendido.
- Dile. – Rafael sencillamente se encoge de hombros.
- Entonces – Donatelo encausa la conversación al tema principal – tenemos poco tiempo para diseñar un plan de rescate antes de que ellos lleguen a la misma conclusión a la que nosotros hemos llegado. -
Curiosamente, Miguel Ángel y Broadway hablan al unísono.
- ¿Podemos comer algo primero? –
- No hay tiempo. – dicen Brooklyn y Rafael a la vez, sólo que Rafael habla con su habitual tono elevado.
Broadway acepta resignadamente la orden de Brooklyn, pero no Miguel Ángel la imposición de Rafael.
- ¡Ándale Rafita! ¡¿Sí?! ¡Por favor! ¡Y te quiero más que ayer! – comienza aimplorarle a su hermano.
- Nada más porque no está Leo no vengas a rogarme a mí. – se encamina hacia la orilla del edificio.
Ya que Rafael lo ignora, Miguel Ángel acude con su otro hermano.
- ¡Ándale Doni! ¡¿Sí?! ¡Por favor! ¡Vamos a comer algo rápido, y te quiero más que ayer! -
- Mikey, no es momento para pensar en comida. – Donatelo lo reprende y sigue a su hermano que se ha adelantado.
- Pero yo no puedo pensar si no como primero. -
- Pero si tú nunca piensas. – voltea a decirle Rafael.
- Síguele Rafita, síguele. –
Las gárgolas caminan un tanto rezagados detrás de las tortugas sin inmiscuirse en la peculiar disputa; tienen su propio tema de conversación.
- Brooklyn, - le llama Lexington – me parece una buena idea que ellos vayan con Xanatos y nosotros con el tal Bishop, pero… -
- ¿Pero qué, Lex? –
- ¿Cómo lograrán las tortugas llegar al castillo que está por sobre las nubes, si ellos no poseen alas que los ayuden a volar? –
- Es un detalle que… seguramente podrán resolver. -
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