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GUERREROS DE LA NOCHE

Miguel Ángel se desliza cual sombra silenciosa, observando en todas direcciones para asegurarse que no haya nada ni nadie que se interponga en su camino, antes de dar el siguiente paso.

Se ha dado cuenta que Lexington es tan "Cerebrito" como su hermano Donatelo, pero claro que Donatelo tiene mucha más experiencia como tal, así que Donatelo ha estado mostrándole a Lexington todas sus creaciones además de decirle todo lo que un Cerebrito debe saber, pero ha enviciado a Lexington a tal grado, que en cuanto éste pone un pie en La Guardia, corre hacia el laboratorio, y ambos se quedan encerrados por largos minutos, y no sólo eso, sino que también Lexington ha adquirido la manía de Donatelo de mantener en el más estricto secreto sobre lo que esté creando.

Desde hace algunos días, han estado actuando de esa manera: se encierran en el laboratorio y no le han dicho a nadie sobre el proyecto en el que están trabajando.

Miguel Ángel no soporta los secretos y menos si se trata de un espectacular vehículo o de una poderosa arma (o eso es lo que su hiperactiva imaginación le dice, porque ese proyecto secreto bien podría tratarse de algo aburrido como una tostadora más resistente y a prueba de Rafael), y por eso, por descubrir el secreto de Donatelo y Lexington, es que emplea sus habilidades ninja para escabullirse y husmear bajo la funda con la que esté cubierto ese nuevo proyecto.

Miguel Ángel, que sin ser capaz de contener su curiosidad, va deslizándose cual sombra silenciosa rumbo al laboratorio.

A Donatelo le gusta dar la sorpresa a los demás hasta que ha terminado el proyecto, siempre y cuando se trate de un espectacular vehículo o de una poderosa arma, y no una simple tostadora a prueba de Rafael; lo que no le gusta, es que Miguel Ángel se empeñe en descubrir la sorpresa antes de tiempo, por esa razón, se ha visto obligado a instalar una alarma para su laboratorio, alarma que debe actualizar constantemente (con mucho más frecuencia que el propio sistema de seguridad de La Guarida), que para su frustración personal, Miguel Ángel logra burlar algunas veces.

La curiosa tortuga se escabulle hacia el laboratorio de Donatelo sin preocuparse en lo más mínimo por el sistema de seguridad, ni por el hecho de que Donatelo y Lexington puedan estar trabajando. Fácilmente puede burlar el sistema de seguridad, y Donatelo no es ningún obstáculo, porque puede estar tan concentrado, que no se da cuenta de la presencia del intruso hasta que es demasiado tarde; y en cuanto a Lexington, es muy posible que le pase lo mismo.

Confiando en que Donatelo y Lexington estarán muy concentrados, y confiando también en su gran habilidad ninja, Miguel Ángel llega a la puerta del laboratorio, pero se detiene.

De espaldas contra la pared, se toma unos momentos para escuchar los movimientos que hay en el interior.

Todo está en absoluto silencio.

- Perfecto. - se dice a sí mismo en voz baja.

Donatelo y Lexington debieron ir a la cocina por algo de beber o comer, porque, después de todo, no puede vivir sólo con respirar aire.

Miguel Ángel entra rápidamente al laboratorio, y descubre que está totalmente a oscuras, pero esto tampoco es problema para él: en la tarde echó un vistazo para memorizar la ubicación de cada tuerca, llave y caja de herramientas, preparándose así para el asalto que está realizando y no chocar contra ningún obstáculo que pudiese arruinar su misión.

Rodea El Acorazado, da un pequeño salto sobre la caja de herramientas, salta por arriba de una mesa, llevando los brazos por delante como si se zambullera en una piscina (en la mesa se encuentran los planos de esa última invención de Donatelo, pero no le interesa los garabatos de esos papeles), cae apoyándose con sus manos para luego rodar un par de veces en el piso, y queda arrodillado a escasos centímetros frente al escritorio sobre el que yace lo que ha ido a buscar.

Sobre el escritorio hay un gran mantel, y bajo el mantel está el secreto de Donatelo y Lexington.

Miguel Ángel se pone de pie y hurga dentro de su cinturón para sacar una pequeña linterna que va a utilizar para poder ver el nuevo "juguete" de su hermano… pero antes de que pueda sacar la lamparita, escucha un extraño pero un muy claro gruñido.

Viniendo a su mente las numerosas películas de terror que ha visto, se queda paralizado.

Vuelve a escuchar un gruñido pero más potente y más cerca.

Comienza a temblar de pies a cabeza.

- ¿Q… Quién… Quién anda ahí? – las palabras salen de su boca con torpeza porque sus dientes no dejan de castañear.

Aguarda a que alguien o algo le responda, pero no oye nada, o quizás se deba a que sus dientes castañean con más fuerza y su corazón también ha comenzado a retumbar en su pecho.

Ambos sonidos le impiden no solo oír la respuesta a su angustiada pregunta, sino evitan que escuche si acaso algo en la oscuridad lo está acechando…

- ¡AAAAAAAARRRRRRGGGG! -

Un potente y bestial rugido estalla justo en la cara de Miguel Ángel al tiempo que unos escabrosos ojos luminosos emergen en la oscuridad.

- ¡AAAAAAAHHHHH! –

Miguel Ángel huye despavoridamente consiguiendo que su grito de absoluto terror resuene en toda La Guarida.

- ¡AUXILIOOOO! ¡UN MONSTRUO QUIERE COMERME! -

Y en cuanto la asustada tortuga abandona el laboratorio… la luz se enciende, descubriendo a una gárgola y a una tortuga retorciéndose de la risa.

- ¡Jajajajaja! –

- ¡Lex! - dice Donatelo entre carcajadas – ¡Tú has resultado ser el mejor "Sistema de Seguridad AntiMikey" que he tenido! ¡Jajajaja! -

Lexington no puede agradecer los cumplidos de Donatelo porque no puede dejar de reír.

Entonces, Donatelo escucha a un atemorizado Miguel Ángel que le cuenta a alguien sobre lo sucedido.

- ¡Hay un monstruo que quiere comerme! –

Seguramente Miguel Ángel habla con Leonardo, quien seguramente irá al laboratorio, y en cuanto vea lo que ha tenido que hacer para que Miguel Ángel no descubriera su nuevo proyecto, no va a parecerle correcto que lo hayan asustado de esa manera, y le impondrá un castigo.

No importa qué tan grave vaya a ser el castigo, pero ha valido la pena porque Miguel Ángel se mantendrá lejos de su laboratorio por un largo tiempo.

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Nunca entendí cómo lo hacen, pero a las gárgolas, cuando se enojan o están a punto de pelear, sus ojos brillan de un color blanco, aunque los ojos de Demona, brillan de color rojo.

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Muchas gracias por leer y por tus comentarios.

n.n