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Disclaimer:

LAS TORTUGAS NINJA

no me pertenecen,

es mi corazón el que le pertenece a Leonardo.

GÁRGOLAS, HÉROES GÓTICOS

tampoco me pertenecen;

mucho menos obtengo algún beneficio lucrativo aprovechándome de la fama de estas dos magnificas series animadas.

Yo escribo por puro gusto y para hacer pasar un rato agradable a todo aquel que pase a leer.

Lo único que espero ganar son tus apreciados reviews.

) ) ° ( (

GUERREROS DE LA NOCHE

El rostro de la Luna está más completo que las noches anteriores.

Ella ya ha recorrido la mayor parte del cielo oscurecido.

Su lento y gracioso andar nunca pasa desapercibido para alguien.

Leonardo mira fijamente la Luna.

Cualquiera que se acercara lo suficiente, podría darse cuenta que esos ojos no expresan una profunda concentración, sino que es una mirada plagada de melancolía.

- ¿Entonces cual es esa misión especial, Intrépido? Sensei no nos dijo nada. – dice Rafael al acercarse a su líder no sin estar desesperado por la extrema discreción de esta misión.

Tres tortugas y Casey están en el techo de una de las bodegas que hay en los muelles.

Leonardo se obliga a dejar de contemplar a la pálida Dama de los Cielos.

- Porque es algo que hoy en la tarde vi y no pude comentarle porque él estuvo ocupado. -

- Sí, - Miguel Ángel dice – ocupado viendo su maratón de telenovelas d de la noche. -

- Ejem… - Leonardo carraspea por la falta de comprensión de su hermano con los asuntos de su mentor - Hoy en las noticias informaron que llegarían algunos autos Peugeot desde México para la exposición de Auto Show que habrá en la Gran Manzana en unos días. -

- ¿Y? – pregunta Rafael con desdén.

- Es el único auto compacto con internet en el mundo. -

-¿Y? -

- Rafa, - el tono de voz de Leonardo se vuelve enérgico – sabemos que Shredder está siempre al tanto de las novedades tecnológicas de los humanos… -

- ¿Y? -

- Sabemos que él pudo estudiar la tecnología Utrom, pero no lo suficiente como para poder crear su propio portal, afortunadamente, y aunque tiene los medios para crear sus propios inventos, nunca está de más estar al tanto de los lleguen a crear los humanos. Entonces, él no lo pensará dos veces para robar el más mínimo descubrimiento. Tiene que tomarse estas molestias si quiere ir tras los Utrom y clamar venganza, y en su desesperación, él no va a esperar a que el primer auto compacto con internet esté disponible en las concesionarias. Vendrá esta noche cuando llegue el embarque de autos y robará uno. -

- ¿Tú crees que va a venir a robarse un cochecito cuando él puede fácilmente comprarse un Bugatti? -

- Sí. -

- ¿Seguro? – Casey también duda del plan.

- Estoy seguro. -

- Vamos a estar esperando toda la noche y no va a venir. – Rafael asegura.

- Pero va a venir. Debemos evitar que él robe un auto y estudie su tecnología. ¿Qué tal que en ese pequeño auto se encuentra el pase que lo lleve con los Utroms? -

- Ay Leo, debiste consultarlo con Doni. Él te hubiera dicho si de verdad ese cacharro le es útil o no a Shredder. -

- No quise molestarlo al estar con Lex mostrándole su laboratorio. –

- Tú y tu inútil amabilidad. Yo que tú me lo hubiera traído a rastras. O al menos hubieras aceptado la ayuda de las gárgolas. –

- Ya lo dije: no necesitamos que también Shredder se entere de la existencia de ellos. Con que Bishop los haya descubierto es suficiente para preocuparse. Menos mal que Doni no halló en Goliath algún tipo de rastreador, pero esperemos que Bishop no les de problemas, de momento. -

- Eso sí. – dice Casey.

- Hubieras avisado que haríamos guardia, - dice Miguel Ángel - así hubiera traído mi Game Roy. – y ante la idea de las largas horas de aburrimiento que le esperan, se sienta cruzado de piernas.

- No esperaremos por mucho, – Leonardo dice convencido pero alejándose del reducido grupo.

Ya que se ha alejado lo suficiente, se detiene, y su atención vuelve al gracioso andar de la enigmática Dama Blanca.

- Otra vez esta viendo la Luna, – Miguel Ángel le dice muy bajo a los otros – y eso que no hay Luna llena todavía. -

- "Ella" le dio con todo, ¿verdad? – Casey pregunta.

- Ni te imaginas. – dice Rafael con frustración - Después de que "aquella" lo dejó vestido y alborotado, fue muy difícil verlo sonreír de nuevo sin que fingiera, aunque… como que de un tiempo para acá ya estaba bien, pero está volviendo a hacer lo mismo: cada que hay Luna llena se pone así, y se esta poniendo así, otra vez. ¿Cuándo fregadosva a superarlo? -

Leonardo no aparta la vista de la Luna, recordando que en una noche de Luna llena fue que…

De repente se oye el motor de un trailer.

Todos se asoman desde el borde del techo de la bodega.

Es uno de esos enormes tráileres que transportan autos. Éste transporta seis autos Peugeot.

Observan detenidamente cada una de las maniobras de aparcamiento, hasta que el trailer logra entrar a la bodega.

- Eso era todo. – dice Rafael – Me voy, tengo otras cosas más interesantes que hacer. –

Y se va.

Los otros permanecen atentos, y a una señal de Leonardo, saltan a un montón de cajas y de éstas al suelo, para luego dirigirse sigilosamente a la bodega donde están custodiados los autos Peugeot.

Mientras ellos se desplazan muy cerca de una de las paredes de la bodega, hay algo que les llama la atención.

Decenas de figuras se desplazan velozmente a esas horas solitarias.

- Vienen del lado noroeste. – dice Leonardo en voz baja – Podemos interceptarlos antes de que entren. Esos autos no pueden sufrir ningún daño. -

- Pero son muchos Ninjas del Pie. – Miguel Ángel dice, un tanto inquieto.

- Los entretendremos mientras llega la policía. –

Leonardo saca su celular de su cinturón y marca a la comandancia, y como llamada anónima, entera a las autoridades del robo que está por cometerse; después de esto, les indica a los otros que lo sigan.

Van al encuentro del enemigo, que para cualquier persona común, serían las propias sombras proyectadas de los edificios, vehículos y cargas pesadas que hay en todo muelle.

Muchas sombras corren con premura, sorteando cualquier luz que pudiese descubrirlas, incluso logran evitar que la luz de la Luna, que aunque débil, puede revelar su presencia.

De repente se detienen, escudándose con una pila de cajas de madera. La sombra que va a la cabeza, se asoma para asegurarse que no haya más obstáculos que los objetos inanimados que los rodean.

Parece que todo va de acuerdo a lo planeado, y una señal de la sombra líder, continúan la carrera.

Avanzan con decisión a su objetivo cuando…

- ¡Yiaaaa! -

De la nada surgen tres figuras conjurando un grito de batalla al unísono.

- ¡Las Tortugas! –

Los Ninja del Pie han sido tomamos completamente por sorpresa, pero ésta dura unos instantes.

- ¡Ataquen! – ordena Karai sin demorar un segundo más.

Comienza la pelea.

Miguel Ángel golpea a uno en el estomago, gira, golpea a otro con un chako, salta y cae sobre varios ninjas aplastándolos, y usándolos como si de un trampolín se tratase, salta para esquivar un par de sais.

Casey, con ayuda de un bate de beisbol, golpea con fuerza y precisión cada Ninja "pelota" que se arroja así mismo sobre él para atacarlo.

Leonardo lucha contra Karai pero también con otros ninjas que no están dispuestos a dejar pelear sola a su líder.

- ¡Ríndete Karai, no tienes oportunidad! -

- ¡Eres tú quien no tiene ninguna posibilidad de vencer, Leonardo! ¿Cómo puedes asegurarlo cuando ustedes son sólo tres? -

- Recuerda Karai: "no existe enemigo pequeño". –

Y fácilmente se lo demuestra derribando a todos los ninjas que la secundan, pero otros inmediatamente toman su lugar.

- ¡Insisto! – dice Miguel Ángel en medio de su pelea - ¡Sería muy cool tener una colita! ¡Podría usarla como lo hizo…! – pero al estar más concentrado en protestar que en la pelea - ¡Aaah! – le han caído encima varios ninjas.

- ¡Mikey! – Leonardo se da prisa por ayudarle, pero otros tantos ninjas se lo impiden.

Miguel Ángel se ha agazapado para protegerse de los golpes, pero sólo llega a sentir uno o dos de éstos; al descubrirse para ver qué ha pasado, ve a Rafael que 'despacha' a los que lo habían sometido.

- ¡Ya era hora! – Miguel Ángel se incorpora reclamando la tardanza de su hermano, pero de inmediato tiene que golpear a un enemigo con su chako - ¿Dónde andabas? – ahora salta para evitar una vara bo.

- ¡Estaba esperando a que te descuidaras! - Rafael golpea a uno con su puño y enseguida a otro - ¡Me debes una! -

- ¿Una colita? – Miguel Ángel gira veloz y de una patada remata a uno, y con la misma inercia del giro, un chako golpea a otro- ¡A mí también me la deben! – y su otro brazo termina 'rematando' a uno más.

- ¡Juro que voy a regalarte a otra familia! – Rafael se enfurece por las tonterías que dice Miguel Ángel y descarga su ira contra sus enemigos.

Karai deja que sus ninjas se ocupen de su contrincante y corre hacia la bodega.

En cuanto Leonardo se da cuenta de los planes de Karai, salta para evitar a todos sus oponentes, aterriza, y corre tras ella, pero Karai ya está a las puertas de la bodega.

Los guardias sacan sus armas y apuntan a la intrusa…

- ¡Alto! ¡Está invadiendo propiedad privada! -

Pero Karai no hace caso a la advertencia, y mucho antes de que los guardias puedan pensar siquiera en apretar el gatillo de sus armas, ella los noquea con suma facilidad, e inmediatamente que los deja inconscientes; a uno le quita el control para abrir la enorme compuerta.

- ¡Karai! ¡Detente! –

Escucha el grito desesperado de Leonardo, pero ella sólo atiende y obedece a una persona, así que no espera a que la compuerta se levante del todo, pasa por el estrecho que ya está abierto, corre hacia el tráiler, aborda, y ayudándose con algo parecido a una llave, enciende el motor y arranca.

La chica ninja conduce a gran velocidad, pero justo antes de llegar a la puerta (que ya se ha abierto en su totalidad), Leonardo se interpone en su camino.

Ella toca el claxon avisándole que si no se aparta va a arrollarlo, pero la tortuga sigue corriendo hacia el tráiler.

Karai pisa el acelerador a fondo.

Leonardo se para a pocos metros frente al tráiler, confiando en que Karai va a frenar…

¡DUUUU! ¡DUUUUUUUUUU!

Pero el claxon no deja de gritarle que se haga a un lado, y es a escasos centímetros que Leonardo debe arrojarse a un lado.

Karai mira fríamente por el retrovisor que Leonardo no sufrió daño alguno, salvo algunos raspones al caer al duro concreto.

Leonardo se pone de pie. No se le ve nada contento.

El tráiler con los seis Peugeot va alejándose rápidamente.

Leonardo tiene que echar a correr.

- ¡Hey Leo! – le grita Rafael al darse cuenta de que Karai escapa con los autos compactos; despacha al último de los ninjas con los que pelea y corre también tras el trailer.

Casey también se da cuenta y corre tras Rafael.

- ¡¿A dónde van?! – Miguel Ángel grita al notar otra maniobra de su Clan, pero por esa distracción vuelve a caer a merced de los ninjas - ¡Ay! – y lo golpean sin piedad.

Leonardo, Rafael y Casey corren a todo lo que sus piernas pueden, pero es imposible darle alcance al tráiler, porque Karai, a pesar de estar en el muelle, conduce como si estuviera compitiendo en la Fórmula 1.

- ¡¿Dónde quelonios está Doni cuando se le necesita?! – grita Rafael entre el tremendo esfuerzo de la carrera.

Rafael piensa, con gran acierto, que Donatelo ya hubiera llamado a su vehículo, El Acorazado, que El Acorazado ya estuviera ahí, que ellos ya estuvieran trepándose al pesado camión y ya estuvieran dándole alcance al trailer…

Pero Rafael apenas está sacando el control remoto de su cinturón para llamar al camión blindado.

Leonardo también busca El Acorazado, pero no está,y echa un rápido vistazo al encargado de llamarlo, pero el encargado apenas está sacando el control remoto de su cinturón, así que tiene que improvisar.

La tortuga líder decide correr un gran riesgo.

Leonardo saca un suriken de su cinturón para arrojarlo directamente al tanque de combustible del tráiler.

No hay más opciones que destruir esa valiosa tecnología para que no caiga en garras del enemigo…

Pero justo en ese momento, ve una figura en el cielo, muy familiar por cierto, olvidándose totalmente de su descabellado plan, luego mira hacia atrás.

Otras sombras con alas están arrojando redes a los ninjas.

Ahora Leonardo voltea hacia el tráiler, y ve caer en veloz picada, a la figura que vio primero, justo sobre el vehículo que Karai conduce.

El tráiler se sacude violentamente por el fuerte impacto.

Karai se pregunta qué ha pasado, pero supone que debe ser la otra tortuga, la del antifaz naranja, porque, por el retrovisor ve sólo a dos tortugas que están persiguiéndola desesperadamente; entonces, de imprevisto gira el volante a la derecha para derribar a la tortuga que está encima del tráiler.

Los neumáticos rechinan quejándose del esfuerzo que deben hacer, mientras Karai observa por el retrovisor de su derecha. No ve que nadie caiga del tráiler, así que inmediatamente gira a la izquierda, los reumáticos vuelven a rechinar estruendosamente y mira por el retrovisor de la izquierda, buscando ver cómo cae precitadamente su enemigo al duro concreto, y en ese momento… "algo" abre la puerta del copiloto.

Lo único que alcanza a ver la chica ninja es una fiera mirada que destella de furia, literalmente, antes de ser sacada de la cabina y lanzada hacia afuera.

- ¡AAAAHHHHH! -

Para su suerte (o quizás sólo es benevolencia de su enemigo), Karai va a caer dentro de una caja abierta y que contiene hule espuma.

Sin conductor, el tráiler se bambolea peligrosamente, pero la misteriosa figura le es sencillo entrar a la cabina, se sienta al volante, logra controlarlo y lo conduce de regreso a la bodega de donde fue sustraído junto con su valioso cargamento.

Casey, Leonardo y Rafael esperan que el tráiler pase a su lado y saltan y se trepan a la cabina, Rafael y Casey del lado del copiloto, y Leonardo en el lado del piloto.

- Creo que apenas llegamos en lo mero bueno de la fiesta. - les dice el conductor con una sonrisa.

Brooklyn es quien conduce.

- Justo a tiempo diría yo. – le dice Leonardo también con una sincera sonrisa.

En pocos minutos, el tráiler llega a la bodega, entra, se estaciona, y sus ocupantes bajan y se alejan asegurándose que nadie, ni los ninjas que han sido apresados con redes, los vean.

Metros más allá, son recibidos por Goliath y Broadway que acompañan a Miguel Ángel.

- Hola. – saluda Goliath.

- ¿Nos extrañaron? – dice Broadway.

- Qué va. – dice Rafael.

- Es la segunda vez que nos echan la mano. – dice Miguel Ángel.

- Estamos quedando muy mal - dice Rafael - ante el Clan de las Gárgolas, valeroso líder. – le da un golpe leve con su codo a Leonardo en un costado.

- ¿Qué puedo decir? – Leonardo se encoje de hombros.

- Que van a jubilarse – dice Casey – y dejaran la Justicia en manos de los profesionales. –

Por este comentario, las Tortugas miran a su "amigo" con deseos de "jubilarlo" a él.

- ¿Qué? – Casey se extraña por la manera en que las tortugas lo miran.

- Lo que yo puedo decir – dice Miguel Ángel – es que su pago va a ser una bien grande conserva de chiles jalapeños. -

- ¡Sí! – responde Broadway.

En ese momento, El Acorazado dobla una esquina velozmente, y se estaciona junto a Rafael.

- A buena hora llegas. – Rafael le protesta al vehículo.

Leonardo se acerca a Goliath, feliz de verlo, pero en cuanto están frente a frente, adopta otra actitud.

- Goliath, le pedí que no interfirieran. – dice con seriedad el joven líder.

- Nosotros también sabemos atacar en sigilo. – dice Goliath tranquilamente.

- Bueno… - Leonardo no quiere admitir que no se dio cuenta de la presencia del clan de las Gárgolas hasta que ellos atacaron - sí, pero… -

Pero se oyen las sirenas de las patrullas a lo lejos.

- Será mejor retirarnos. – Goliath propone.

Todos suben a El Acorazado.

Rafael se pone al volante, Miguel Ángel y Casey toman asiento, los demás quedan de pie, los rechinidos de las llantas rugen y una leve nubecita se levanta junto con pedacitos de pavimento, y el vehiculo sale prácticamente volando.

Los Ninjas del Pie consiguen liberarse y van por Karai, para desaparecer entre las sombras.

Los ocupantes de El Acorazado sufren una sacudida cuando el vehículo debe doblar en la esquina; quienes van de pie, deben sostenerse de donde puedan (las gárgolas no tienen problemas gracias a sus garras), pero Leonardo está por caer de no ser por Goliath que enseguida le tiende una mano. Leonardo consigue agarrarse del brazo de la gárgola de piel violácea.

Pasada esa abrupta vuelta, y al haberse alejado lo suficiente del muelle, Rafael disminuye la velocidad.

Ya pueden respirar relajados.

- Gracias. – le dice Leonardo a Goliath.

- No es nada, pero desearía que pudiesen confiar en nosotros. –

- Ustedes tienen buena vibra - dice Rafael – es Karai y su querido papi que tienen muy pero muy mal karma. -

- Es verdad. – dice Leonardo – No quisiera que ese clan supiera de su existencia. Tendrán problemas a futuro con Bishop, y si el Clan del Pie los descubre también, sus problemas se triplicarán. -

- Pero si te diste cuenta, Leonardo, no somos tan malos encubriéndonos. -

Hay algo en la serena actitud de Goliath, que la seriedad en el rostro de Leonardo desaparece.

- No lo son. – Leonardo sonríe feliz por lo oportunos que son sus nuevos amigos.

- De la que los salvamos, ¿eh? – dice Brooklyn - Con ésta ya van dos veces que les salvamos el caparazón, y ya son dos las que nos deben. –

- Y tres con la comida. – Broadway les recuerda la apuesta de la otra noche.

- ¿Y tu nieve de que la quienes? –

Pregunta de Rafael con ironía, claramente diciendo que "a ver cómo le hacen para cobrarnos todo eso porque YO no les va a pagar".

- De grosella, por favor. – pide Broadway.

Pero evidentemente la gárgola no entendió el sarcasmo, y no es el único.

- ¡Yo quiero una nieve de mango! – dice Miguel Ángel.

- A mi me gustaría una de limón. – Brooklyn también pide la suya.

- Y la mía que sea de piña colada. – Casey también.

- Pues vamos a la paletería. – dice Leonardo.

- ¡Wiiiii! – Miguel Ángel festeja.

- ¿En serio? – Rafael pregunta – Porque se me antojó un helado de fresa y coco. -

- Bueno, - dice Leonardo - espero que el helado sea suficiente como pago a nuestros héroes. -

- Por mí está bien. – dice Broadway.

- Para mí igual. – dice Brooklyn.

- El helado será suficiente. – dice Goliath.

- ¡Al cliente lo que pida, Rafa! -

- ¡Ya rugisteLeoncito! -

Rafael enfila el vehículo directo a la paletería.

Nuestros héroes alados y nuestros héroes con caparazón van a tomarse un "break" antes de continuar con su labor de Guardianes de la Noche.

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N/A:

.El Peugeot fabricado en México apenas lo supe cuando estaba escribiendo este cap, y aunque no sé de autos, quizás son los modelos de lujo los que tienen internet, pero me gustó que este auto compacto fuera el primero con internet incluido.

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Se supone que Saki tiene su propia tecnología y su propio genio loco, pero divagué que si hay algo que alguien más descubra, no lo piensa dos veces para "consultar" ese nuevo descubrimiento, igual y le saca provecho.

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Comentarios, observaciones, sugerencias, dudas, peticiones, aclaraciones, aplausos, zapes, jitomatazos, abucheos, reclamos, ultimátums, jalones de oreja, etc., etc., toda opinión es bienvenida.

n.n