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Disclaimer:
LAS TORTUGAS NINJA
no me pertenecen,
es mi corazón el que le pertenece a Leo.
GÁRGOLAS, HÉROES GÓTICOS
tampoco me pertenecen;
mucho menos obtengo algún beneficio lucrativo aprovechándome de la fama de estas dos magnificas series animadas.
Yo escribo por puro gusto y para hacer pasar un rato agradable a todo aquel que pase a leer. Lo único que espero ganar son tus apreciados reviews.
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GUERREROS DE LA NOCHE
La tarde va retirándose para cederle el lugar a la Oscuridad, y cuando la Oscuridad se instala en los cielos, es entonces cuando las creaturas que gustan de las penumbras despiertan: unas sólo salen a jugar; otras a hacer travesuras; y una que otra, a conseguir que se te pongan los pelos de punta; pero otras en particular despiertan porque a ti te han de cuidar.
Las gárgolas, esos seres míticos de los que ya no hay muchos, gracias al incansable reproche de los humanos hacia lo que es diferente a ellos, despiertan para cumplir su misión de cuidar de esos humanos tan ingratos.
- Hola chicos. – Elisa los saluda con entusiasmo.
Afortunadamente, no todos los humanos son ingratos.
- ¡Hola Elisa! – saluda Lexington y echa a volar.
- ¡Hola Elisa! – saluda Broadway y también echa a volar.
- ¡Hola Elisa! – saluda Brooklyn, extiende sus alas y vuela.
- ¡Nos vemos! – Hudson toma a Bronx y sigue a los otros tres.
- ¿Cuál es la prisa? – pregunta Elisa al único que no ha salido con tanta prisa.
- Los vecinos. – dice Goliath al bajarse de la balaustra del piedra.
- Ah… Los vecinos. -
- Me parece que han acordado hacer alguna actividad antes de comenzar el turno de la noche. -
- Eso está bien. No hay nada como ir a pedir una tacita de azúcar a los vecinos para iniciar la charla. -
- Tú aún no conoces dónde viven. -
- No. -
- ¿Crees que podrías tomarte un par de horas antes de que comience tu siguiente turno? -
- Creo que sí. -
Goliath carga a la mujer y emprende el vuelo.
. . .
Hay quietud en La Guardia, hasta parece que no hubiese nadie, pero sí están Splinter y Leonardo, aunque en silencio, viendo las noticias de la tarde-noche. Los otros tres no se les ver por ninguna parte.
Es un momento muy tranquilo que están disfrutando padre e hijo, pero entonces, un ruido rompe con esa deliciosa quietud; es el ascensor que baja, y de un momento a otro, las puertas se abren.
Bronx es el primero en salir corriendo. Va en busca de algo, o más bien de Klunk.
Los siguientes en bajar, casi corriendo, son las gárgolas más jóvenes.
De alguna parte llega Miguel Ángel.
- ¡Broadway! ¡Qué bueno que llegaste! -
- Hola Mig…. – pero ni siquiera le permite un saludo, se lo lleva de prisa a su habitación.
- ¡Ya tengo el siguiente número de la Fuerza de la Justicia y lo leeremos juntos! -
- ¿No importa que yo no lea bien? -
- ¡Nah! ¡Vas a ver que El Centinela de Plata te ayudará a leer bien y bien rápido! -
De otra parte llega Donatelo.
- ¡Hola Donatelo! – lo saluda Lexington.
- ¡Hola Lex! ¿Los tienes? -
- Los tengo. – le muestra una bolsa que trae asida al hombro.
Ambos se dirigen al laboratorio.
- ¡Estupendo! Sólo les haré una pequeña prueba. No es que desconfíe de tu capacidad, Lex, es sólo una revisión requerida. -
- Por mi no hay problema. –
Brooklyn busca con la vista a Rafael pero no lo ve por ninguna parte.
- ¿Dónde está esa belleza de la que me presumiste anoche, Rafael? –
Aparece Rafael sobre su moto. El motor ruge con toda su potencia. Da una vuelta alrededor del estanque cimbrando todo el lugar por el rugido de su Belleza sobre ruedas.
- ¡Rafael! – Splinter ha dejado de ver las noticias para reprender a su escandaloso hijo.
- Ya voy. – se estaciona junto a Brooklyn.
- Si deseas dar un paseo, que sea afuera, no en casa. –
- Entendido y anotado. Vamos Brooklyn. – baja de la moto y la lleva al taller.
- Está bastante bien. –
- Más que bien, si la armó mi hermano Doni. -
- Nosotros también armamos una, pero… es una larga historia. -
- 'Desembucha', que pa' luego es tarde. -
Rafael y Brooklyn van al taller mecánico.
Alguien más sale del elevador.
- Los jóvenes olvidan que a los mayores deben cedernos el paso primero. –
Hudson protesta por los malos modales de las apuradas gárgolas, y sale del elevador pero con mucho más calma que las otras gárgolas.
- Sí. Juventud impetuosa. – le responde Splinter que ha dejado de momento las noticias para ir a recibirlo.
- Espero no haber llegado tarde para Cruce de Destinos. -
- Hay tiempo suficiente como para beber una taza con té. – lo conduce a la cocina.
- Nunca he tomado una taza de té. Había creído que era una bebida sólo para los reyes y reinas, pero es otra oportunidad que no hay que dejar pasar. -
- Ciertamente no. –
Elisa baja del elevador junto con Goliath; son los últimos.
- Hoy que yo tengo la oportunidad de conocer la casa de las tortugas, - dice la bella mujer - nadie me invitada una taza de té siquiera. –
La Guarida ha quedado otra vez aparentemente abandonada.
- Cada uno ya tenía sus planes. – le dice Goliath.
- Pero no me molestaría si tú me das un tour; ya has vendido antes. – le sonreí y se aferra a su brazo.
- Encantado. – Goliath también le sonríe.
Por un momento se quedan mirando, como si quisieran decirse algo más…
- Aunque no hay mucho que ver. – de repente, Leonardo está junto a ellos.
Elisa y Goliath se sobresaltan.
- ¡Leo! – dice Elisa, asombrada - ¿De dónde saliste? -
- Lo siento, no quise asustarlos. A veces olvido que debo ser menos ninja y ser más… yo. – les sonríe a modo de disculpa.
No se atreve a decirles que iba a hablarles cuando se acercó, pero estaban tan atentos uno de la otra, que no quiso interrumpirlos, así que los estuvo observándolos, un ratito, maravillado por ese fulgor de dicha que en las miradas de ellos resplandecía.
- Ser menos ninja, esa es una buena idea. -
- ¿Gustas un pocky? – Leonardo le muestra a Elisa una caja muy curiosa con dulces muy curiosos: son alargados y cubiertos en un extremo con algo verdoso; ella toma uno – Disculpa nuestra descortesía. – se inclina levemente - Nos ha ganado el entusiasmo y hemos sido descorteses contigo. Nuestro entusiasmo quizás se deba a no solemos tener visitas tan a menudo, salvo estos últimos días. Siéntete como en tu casa. –
- Gracias Leo. ¿Qué es esto? –
- Es un pocky, un dulce japonés: es un palito de pan cubierto con té verde; los hay también cubiertos de leche, mousse, miel, banana, coco, chocolate tradicional y de chocolate oscuro. De chocolate oscuro me gusta más, pero prefiero el de té verde porque si como demasiado chocolate, me… hiperactivo. -
- Sería gracioso verte a ti, un chico tan tranquilo, armar un alboroto. –
- Si te contara… -
Elisa muerde el pocky y lo saborea.
- ¡Sabe delicioso! -
- Se han hecho muy populares casi en todo el mundo, eso ha facilitado que podamos conseguirlos en Nueva York. – le ofrece uno a Goliath, quien duda un momento en probar el dulce, pero toma uno y lo prueba.
- En verdad es delicioso. -
- Esto compensa la mal bienvenida. – dice Elisa.
- Me alegra. –
Elisa echa un vistazo rápido a la casa de las tortugas.
- ¿Cómo es que hallaron esté lugar tan amplio y bajo las calles? –
- Es una complicada historia. –
- No importa. Tengo dos horas libres. -
- Si no te molesta, me gustaría pedirle a Goliath que contara una leyenda de Escocia. -
- Por supuesto. -
- ¡Gracias! – hace otra reverencia.
Leonardo rápidamente pone una alfombra en el suelo de la zona de entrenamiento (porque en la sala, dentro de unos minutos más, Splinter y Hudson van a ver la telenovela), y sobre ésta coloca varios cojines.
Elisa, Goliath y la tortuga se ponen cómodos.
Leonardo cuenta cómo fue destruido su primer hogar y cómo hallaron uno nuevo. Cuenta todo esto un tanto apurado, para escuchar el cuento de la gárgola cuanto antes.
Goliath comienza a relatar la leyenda, no sin evocar con nostalgia esas noches en las que él era quien oía a su Mentor Hudson contar historias, en esas lejanas noches que ahora son un mero recuerdo, en esas noches en las que los niños, los jóvenes y los adultos de su clan se sentaban alrededor de una cálida fogata a escuchar a la gárgola mayor.
"Hace muchos muchísimos años, tantos como estrellas se pueden admirar en una despejada y fresca noche de verano, había un rey humano, Lir, que era amigo de un rey elfo, Dearg."
"El rey Dearg tenía bajo su custodia a tres niñas a quienes cuidaba como si fuesen sus hijas: la mayor, Aobdh, era muy hermosa, de piel blanca como la nieve, sus ojos de un azul oscuro y frío, su temperamento era sereno, y su cabello era tan negro como la noche; la segunda, Aoife, era tan hermosa como la primera pero a su vez con algunas diferencias: ella era pelirroja, su piel era rosada, y su carácter era un poco más alegre, como las primeras brisas del otoño; y la tercera, la más joven, Aova, era tan hermosa como la primavera, de rubia cabellera, ojos dorados, y su piel juvenil tan pálidamente rosada como una mañana plagada de flores abriéndose gracias a los calidos rayos del sol; su carácter era el más alegre de las tres, pero esta jubilosa niña no intervendrá en la historia."
"El joven rey humano acaba de quedar viudo. Su esposa murió durante su embarazo, y esto lo acongojó tanto, que el rey elfo, para alegrarlo, le dio a escoger entre una de sus tres hijas adoptivas. El rey humano, al principio quedó indeciso, pero al final, su corazón fue para la primera y la mayor de las hijas, ya que le recordaba al invierno con su triste presencia."
"Se casaron."
"Al principio, fueron felices, y su alegría fue mucho mayor cuando la reina Aobdh quedó embaraza y dio a luz a dos gemelos, niño y niña, tan parecidos en belleza a su madre. Les dieron por nombre Aod y Finnuala. Después, la felicidad del rey y la reina se vio duplicada algunos años más tarde, cuando nacieron otro niño y otra niña: Conn y Fiachra. El rey se sentía completo con esta felicidad, pero su hermosa reina quedó tan débil después del segundo parto, que al cabo de unos días murió. El rey elfo también lloró la muerte de su hija, pero la alegría que los cuatro niños que les brindaban a ambos reyes fue suficiente, por un tiempo."
"Después de transcurridos algunos años, el rey elfo le entregó por esposa, a su amigo humano, a su segunda hija adoptiva, la que recordaba a los rayos cálidos del otoño."
"Aiofe estaba muy feliz de poder cuidar de los hijos de su hermana, pero algo comenzó a suceder en lo profundo de su corazón."
"Con el transcurso de los años, sin percatarse, una Oscuridad comenzó a envenenarlo y a cegarlo; día con día sentía crecer la envidia en su corazón cuando veía cómo todos en su reino y en el reino de su padre amaban con demasía a los cuatro niños hijos de su hermana, hasta que el fuego descontrolado de los celos se prendió en el alma de la bella Aiofe."
"Entonces, un día, ella llevó a los niños a un paseo y los condujo hasta un lago, el Lago de los Robles, donde les invitó a entrar a nadar. Los niños corrieron a la refrescante agua, y cuando cada uno pasó junto a su madrastra, ella posó en sus cabezas una varita mágica; los niños al zambullirse en el lago lo hicieron convertidos en cisnes, en cuatro cisnes, blancos y hermosos."
"Los cisnes conservaron su voz humana, y llorando como niños, le preguntaron a su madrastra por qué les hizo esto."
"En ese momento, la Maldad y la Oscuridad desaparecieron del corazón de Aiofe, y ella, triste, se lamentó por lo sucedido, pero ya nada podía hacerse…"
- ¡¿Cómo que ya nada podía hacerse?! – de repente alguien interrumpe casi a gritos.
Ese alguien se arroja sobre caparazón de Leonardo, quien está tan atento a cada palabra que pronuncia Goliath, que se sobresalta al sentir que alguien le cae sobre su espalda.
Quien ha preguntado (e interrumpido) es Miguel Ángel, es él quien está cómodamente recargado sobre el caparazón de su hermano mayor, casi aplastándolo.
- ¡Goliath! – vuelve a preguntar Miguel Ángel, pero con más ansia - ¡¿Cómo que ya nada se podía hacer?! –
Goliath tarda un poco en contestar, está mirando a su alrededor: todos los integrantes de ambos clanes están cómodamente sentados, escuchando lo que estaba narrando.
- No hay nada que hacer porque ya es hora de ir a la ronda. –
- ¡Aaaaaahh! – Miguel Ángel hace un puchero de inconformidad.
- Pero mañana puedo continuar. –
- ¡Eeeehhhh! -
Por fin, Miguel Ángel se quita de encima de su hermano mayor; es cuando Leonardo puede ver que todos están sentados... ¡todos los demás están sentados oyendo a Goliath! Eso le sorprende. Había sido sólo Elisa y él quienes estuvieron dispuestos a oír la leyenda, y apenas ahora que Goliath la ha dejado en continuación, se da cuenta que los demás están también están oyendo… o mejor dicho, estaban oyendo, porque ya se van poniendo de pie (tomando su respectivo cojín y dejándolo en su lugar) para ir a "trabajar".
Se alegra por ello, que los demás también estuvieran presentes, pero, ¿en qué momento se acercaron que no lo notó?
- Fue un bonito relato, Goliath. –
Elisa es la única que le dice eso a la gárgola de piel violácea, los otros tienes más prisa por salir a las calles a detener pillos, o por no perderse el siguiente capítulo de la telenovela.
- Me alegra que te haya gustado. –
- ¡Y tenías que dejarlo en la parte más interesante! – le da un leve golpe en el antebrazo derecho molesta por la continuación.
- Lo lamento, pero se nos hace tarde. – le sonríe.
- Tienes razón. – también le sonríe.
Leonardo sigue sentado pero mira a la gárgola y a la mujer; vuelve a ver ese fulgor en los ojos de ellos, y un recuerdo guardado celosamente en su corazón aflora, como la flor que busca los rayos del sol, y una tibia nostalgia invade todo su ser…
- ¿Vienes o qué, Leo? – Rafael le llama.
Leonardo tarda en responder, así que Rafael vuelve a llamarlo.
- ¡Leo! -
Leonardo debe apaciguar la nostalgia; sus sentimientos no importan cuando tiene un deber que cumplir.
- ¡Voy! –
Rápido se pone de pie, tomando el cojín y arrojándolo al sillón de la sala, que cae atinadamente en éste.
Tortugas y gárgolas se encaminan a cumplir con su misión de esta noche.
Hudson (con Bronx echado a su lado) y Splinter (con Klunk ronroneando en su regazo) se quedan a ver las telenovelas, aunque en ese momento pasan el corte informativo.
En el corte informativo dan a conocer las noticias sucedidas la noche anterior.
Hubo un robo a un cajero automático, que fue abierto mediante una explosión, pero los ladrones no se llevaron nada porque, inexplicablemente, alguien los detuvo y los ató a modo de regalo para la policía.
El reportero informa que nadie vio el momento en que esos ladrones fueron amagados, ni siquiera las cámaras de vigilancia pudieron registrar algo, es como si los bienhechores hubieran sido fantasmas, o sombras.
- Esos fueron mis niños. – dice Splinter hinchándose de orgullo.
- Son muy jóvenes, - dice Hudson – pero son excelentes guerreros. –
- Lo son. -
Luego pasan una entrevista sobre una pareja que fue asalta, también la noche anterior. Ellos narran, asustados, que estaban siendo arrastrados a un oscuro callejón por varios maleantes, y que de repente oyeron un extraño gruñido, y sin más, una figuras cayeron del cielo y sometieron a los maleantes en un parpadeo, que fue un milagro que a ellos no les hubiese sucedido nada de no haber sido por esos "ángeles de la noche", es como la nerviosa esposa nombra a sus bienhechores porque le pareció ver que tenían alas.
- Esos fueron mis muchachos. – dice Hudson mayormente enorgullecido.
- Ustedes no han tenido que entrenar para integrarse a la Oscuridad, han nacido de ella. -
- Muy cierto. -
Por otros breves minutos, el noticiario anuncia más hechos en los que la policía intervino poco o nada gracias a la ayuda de esas "sombras bienhechoras" y a los "ángeles guardianes", y cuando parecía que ya iba a iniciar la telenovela, tienen que informar sobre una noticia importante.
Al escucharla, Splinter se inquieta.
Las tortugas y las gárgolas ya están en la bodega abandonada a punto de partir, cuando…
- Hay que volver. – dice Leonardo de repente; regresa al elevador.
- ¿Sucede algo? – le pregunta Goliath, pero antes de que Leonardo pueda responder, el elevador se cierra y la tortuga baja solo - ¿Por qué dijo que hay que volver? –
Rafael responde.
- Ve tú a saber. Cuando Leo pone esa cara, no es nada bueno. –
En cuanto el ascensor vuelve, los demás pueden regresar a la sala a tiempo de escuchar toda la noticia.
Informan sobre que Oroku Saki, un importantísimo empresario japonés, hará negociaciones con David Xanatos, otro destacado empresario, porque va realizar una importantísima inversión en Industrias Xanatos, con lo que esta empresa podría convertirse en el tercer negocio más sólido en la Ciudad de Nueva York, después de Capsule Corporation y de Oroku Cía, gracias a todo el dinero que invertirá el famoso hombre nipón.
Todos se quedan enmudecidos por un instante al oír esa relevante noticia, relevante en tanto economía se trata, pero trascendental en el destino de todos ellos.
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- Malditas Tortugas. -
Oroku Saki se encuentra en su despacho evaluando los aciertos y los errores de su encuentro con las tortugas en la noche anterior.
- Malditas Tortugas. -
El que ellos sepan con anticipación sus movimientos es lo que lo está llevando a la ruina.
¿Y cómo no podrían hacerlo? Saben cuál es su prioridad: aniquilar a los Utroms.
En su poder tiene una pequeña muestra de la tecnología de los Utroms, pero poco le sirve si no cuenta con los medios apropiados para desarrollarla.
Tiene a su disposición la más grande mente científica del mundo, posee los recursos necesarios, pero depende en cierta medida de las novedades tecnológicas que vayan desarrollando los Terrestres; uno de esos hechos innovadores podría ser lo que busca para poder culminar su ya prolongada venganza: llegar al planeta de los Utroms y destruir a toda esa maldita raza; por eso les arrebata cualquier dispositivo nuevo a esos estúpidos Terrestres, porque en eso es bueno, toma lo que quiera, de quien quiera y cuando quiera… ¡pero esas malditas tortugas saben lo que está buscando y les es más fácil anticiparse a sus movimientos!
Incluso Karai resultó herida, no de gravedad, pero fue herida.
- Malditas Tortugas. –
Aunque no fue una pérdida total el no conseguir esos autos compactos; no eran tan indispensables, tan sólo fue una manera de comprobar qué tan estrechamente vigilado está bajo el ojo de esos malditos quelonios.
De esto puede sacar provecho. En su siguiente "búsqueda" les tenderá una trampa; pero para ello, necesita cerrar el trato con cierto importante empresario, y al ser aceptado como accionista en las Industrias Xanatos puede exigir el acceso a su tecnología, y con ello, desarrollar el arma que le ayude a eliminar a esos malditos engendros de una buena vez y a esos nuevos aliados suyos también, quienes quiera que sean.
Dentro de tres noches tendrá su entrevista con David Xanatos.
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N/A:
.Como ya había dicho, Saki es humano en este fic, y vive tantos años como un Utrom, y es un humano porque debe haber más humanos en el Universo, como los de la Federación (esos que peleaban contra los Triceratones), y pues aún siendo humano, Saki les dio muchos problemas a los Utroms y ahora busca venganza, por eso roba tecnología: para poder construir el teletransportador.
.La empresa Capsule Corporation existe en el mundo de Dragon Ball y la puse nada más porque no se me ocurrió otro nombre, o hubiera puesto el nombre de la empresa donde trabajo xD que se llama Hines; su giro es la administración de bienes inmuebles, y sí es importante, es una empresa internacional, pero Dragon Ball me gusta más.
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Comentarios, observaciones, sugerencias, dudas, peticiones, aclaraciones, aplausos, zapes, jitomatazos, abucheos, reclamos, ultimátums, jalones de oreja, etc., etc.;
toda opinión es bienvenida.
n.n
