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Disclaimer:
LAS TORTUGAS NINJA
no me pertenecen, es mi corazón el que le pertenece a Leo.
GÁRGOLAS, HÉROES GÓTICOS
tampoco me pertenecen;
mucho menos obtengo algún beneficio lucrativo aprovechándome de la fama de estas dos magnificas series animadas.
Yo escribo por puro gusto y para hacer pasar un rato agradable a todo aquel que pase a leer. Lo único que espero ganar son tus apreciados reviews.
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GUERREROS DE LA NOCHE
El Acorazado va veloz por la calle. Sus llantas rechinan contra el asfalto al doblar en una esquina a tan tremenda velocidad. Sus ocupantes llevan debidamente abrochados los cinturones de seguridad, pero por la potencia de la máquina, construida por unas manos muy hábiles, casi les hace sentir que saldrán despedidos por las ventanas, pero ir a esa velocidad es necesario, si no desean quedar mal ante los adversarios en esa competencia amistosa.
Las gárgolas van volando por sobre los edificios, los autos y por sobre la gente que deambula en las calles; las tortugas van en El Acorazado, pero por no quedarse atrás, van a toda velocidad entre los callejones para evitar el tránsito pesado de esas horas, lo que está haciendo muy ajetreado el viaje.
- Leo... – Miguel Ángel llama a su líder sintiéndose no muy bien.
- ¿Sí? -
- ¿Puedes explicarme por qué vamos derechito… bueno, no tan derechito… al castillo de Xanatos? –
- No prestaste atención, - lo amonesta Rafael – como siempre. -
- Sí puse atención… más o menos, pero es para distraer a mi cerebro y que no esté pensando que mi estómago quiere devolver la cena, con tantas vueltas… -
Hay una vuelta más y muy cerrada, porque Donatelo dobla a la izquierda por otro callejón (los otros deben agarrarse cómo pueden) y el vehículo se ladea peligrosamente sólo sobre sus dos ruedas derechas; apenas pasada rápidamente esa esquina, cae pesadamente sobre las otras dos ruedas, da un ligero rebote y sigue su camino como debe ser mientras dura ese largo y recto tramo.
- En las noticias, - empieza Leonardo a explicar con lentitud para ayudar a su hermano con el mareo – todos escuchamos que Oroku va a invertir en Industrias Xanatos una gran suma de dinero. –
- Millones y millones de dólares. – dice Miguel Ángel – O sea que… Saki le va a dar dinero a Xanatos para que haga más juguetitos de los que hacen en su empresa. Hasta ahí vamos bien. -
- No sólo "juguetes", sino también para investigaciones, para inventar otras maneras de hacer nuevos juguetes. -
- Como en los videojuegos, que cada versión que sale es mejorada, como cuando salió Súper Mario, luego salió Súper Mario 2, luego Súper Mario 3, luego Súper Mario Land, luego Súper Mario World, luego Súper Mario 64, luego Súper Mario Galaxy… o como en Terminator: primero fue el T-800, luego el T-1000 y luego el T-X. -
- Sí, y a cambio de ese dinero, Oroku va a recibir parte de las ganancias que Xanatos obtenga por esa nueva tecnología, pero lo más alarmante… ¡Wow! -
Leonardo es interrumpido abruptamente porque El Acorazado da la vuelta a la derecha porque el callejón ya ha terminado.
- Lo alarmante… - dice Miguel Ángel más pálido de lo que ya estaba – es que la cena la voy a…– se tapa la boca al sentir nauseas.
- Aguanta Mikey. – Donatelo le implora – Estamos por llegar. -
Miguel Ángel hace una profunda respiración.
- ¿Y qué otra cosa puede hacer…Saki, - trata de seguir con el tema de conversación - aparte de…llevarse las ganancias por esos juguetitos? ¡Ya sé! – repentinamente se olvida de los mareos - ¡Puede usar todos los juguetitos que quiera!, pero, ¿para qué? -
- Para muchas cosas. – interviene Rafael – pedacitos; un teletransportador y llegar con los Utroms y hacerlos pedacitos; y hacer pedacitos a la Tierra; 4.Y de ahí, se sigue con el Universo. -
- ¡Qué malo! -
- Sí, - dice Leonardo - pero para eso vamos con Xanatos porque él no sabe quién es en realidad Oroku Saki, por eso vamos a su castillo para disuadirlo de que no acepte a Oroku como inversionista. –
- ¡Ah, pues sí! Hay que convencerlo de que no se junte con ese… ¡Aaaaaahhhhh! –
Los neumáticos de El Acorazado dejan plasmadas unas largas y remarcadas huellas sobre el asfalto en esa última vuelta, hasta sale humo de éstos, como una nave que está por ser lanzada al espacio, o al menos hacia el cielo, que es a donde van las tortugas: el castillo Wyvern está en la alturas, y ellos van directo a esas alturas.
- ¡Mejor le hubieras hecho unas alas a tu armatoste! – le reclama Rafael a Donatelo - ¡Así no llegaríamos magullados como tomates! -
- He analizado escrupulosamente la posibilidad. -
- Al menos eres bueno conduciendo, Doni. – Leonardo le da un punto a su favor.
- Trabajo en ello, en otro vehículo, aunque de momento, no ha sido posible terminar con el último toque, pero ya verán lo que tengo preparado. –
- Quisiera poder decir… - Miguel Ángel trata de hablar, las nauseas volvieron – que me gustaría ser tu copiloto de ese nuevo juguete… nada más si el viaje de prueba no va a ser tan… mareador. – se tapa la boca.
- ¡Será mejor que esto! –
- ¡Ah! ¡Entonces yo seré tu copiloto! – dice Rafael.
- Te lo agradezco, bro. –
El Acorazado se mete a un callejón rápidamente pero sin brusquedad porque entra en una fina línea recta, pero al girar para quedar debidamente estacionado (por si deben salir deprisa) vuelve a sacar humo de las llantas al hacer un giro de 360 grados completitos; ahora sí que todos sus ocupantes sienten saldrán volando por la ventana, aprietan la mandíbula con mucha fuerza al igual que se aferran a sus asientos, un pequeño y último bamboleo, y el camión por fin se detiene.
El primero en bajar es Miguel Ángel, va a arrodillarse y pega la cara al suelo.
- ¡Gracias, gracias, gracias, gracias! -
- Pero todavía no llegamos, Mikey. – Donatelo saca de su bolsa los cilindros que se convierten en planeadores.
- Al menos esta vez yo conduzco. – se levanta y toma su cilindro.
Las tortugas se apresuran a subir al edificio más alto de los que hay ahí, extienden las alas de sus planeadores, corren para tomar impulso y se elevan por los aires.
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Xanatos está cómodamente instalado en el sofá de su elegante sala. Ya ha visto la publicidad que se ha propagado en los noticieros sobre el gran inversionista que ha puesto el ojo calculador sobre su empresa, y lo celebra con una copa de vino tinto.
- Al menos en esta semana ha pasado algo bueno. – sorbe de su copa, recordando el fracaso de una noche pasada sobre atrapar a ciertas creaturas con alas y sobre dejar escapar a otras con caparazón.
- Señor Xanatos, – entra su más fiel servidor – tiene visitas. -
- Owen, sabes que detesto que vengan sin tener una cita previa, por aquello de que no tengamos suficientes aperitivos que ofrecerles. -
- Dudo que hayan venido a celebrar con usted tan importante acontecimiento. -
- ¿De quiénes se trata? –
Owen le pide a Xanatos, con un elegante ademán, que le haga el favor de seguirlo.
Lo lleva a uno de los tantos palcos con los que cuenta ese milenario castillo desde los cuales se puede observar la ciudad, pero Xanatos no está ahí para deleitarse con la impresionante vista.
- Ah, con que son ustedes. ¿A qué han venido? No creo que se trate de querer regresar a su antiguo hogar. -
Más de una gárgola le gustaría decirle algunas palabras sobre ese asunto, pero Goliath es quien habla.
- Hemos venido a prevenirte sobre Oroku Saki. –
- Vaya, no esperaba que a creaturas como ustedes pudieran interesarles la economía y los negocios. -
- Tenemos "malas referencias" de él. -
- Ese hombre tiene un excelente historial financiero: a cuanta empresa le ha 'tendido la mano', empresa que ha crecido 'como la espuma'; aunque ha tenido sus altibajos, como en todo en la vida, pero gracias a su capital, mi nombre estará en la lista de los hombres más exitosos del mundo. -
- Xanatos, tienes que creernos al decirte que no puedes confiar en ese hombre. –
- Tienes que convencerme con mejores argumentos, Goliath, como para que yo vaya a renunciar al negocio de mi vida. Ni que fuera a vender mi alma al Diablo. -
- ¡No será el Diablo…! - dice una voz lejana, pero va aproximándose; en un parpadeo, cuatro tortugas aterrizan – …pero le falta poquito para que lo sea. – termina de decir Rafael.
Las otras tres tortugas aterrizan sin problemas, y guardan sus planeares con un 'click' (no vaya a suceder lo que la vez pasada).
- Ustedes también. – Xanatos les reprocha a las tortugas - O es una broma pesada, lo cual dudo porque ni ustedes ni yo nos estamos riendo, o se les han acabado las ideas para arruinarme, para 'sacarme de la jugada' y dejarlos en paz. -
Leonardo se aproxima con cautela hacia el hombre.
- Oroku Saki es un hombre extraordinario en los negocios, pero esto es sólo para cubrir las apariencias de su verdadera naturaleza. Él posee otro imperio en el Bajo Mundo, donde lo conocen como Shredder. Shredder es quien está a la cabeza de la mayor parte de la criminalidad de Nueva York. –
Xanatos en vez de enfurecerse porque esas molestas creaturas le están arruinado la noche, mira fijamente a la tortuga que fue su "huésped" por unas horas.
- ¿Cuál es tu nombre, niño? No pudimos presentarnos debidamente en tu anterior "visita". -
La tortuga que lleva puesto el antifaz color azul trata de mantener la compostura ante ese escrutinio.
- Leonardo, Hamato Leonardo. -
- ¿Eres un espadachín? -
- Un ninja. Soy un ninja perteneciente al Clan Hamato, segunda generación. -
- Un ninja, y segunda generación. Un clan muy reciente. -
- Sí. -
- Ninjas en Nueva York… Quién pudiera creerlo en esta era de modernidad, salvo que las personas son muy arraigadas en sus raíces, y a donde quiera que vayan, llevan consigo un pedazo de esa raíz, la plantan en la nueva tierra a la que han llegado, y pronto tiene un espacio muy parecido al hogar que abandonaron. –
- Sus palabras son muy ciertas. -
- Y tú ciertamente eres un niño excepcional. Pocos chicos de tu edad son tan elocuentes y resueltos al entablar una conversación seria, eso sin mencionar tu magistral porte, que te delata a primera vista que eres un líder. –
Leonardo se apena por el elogio, pero enseguida recuerda que alguien más lo ha engañado usando la misma táctica: adulación.
Recupera el aplomo.
- Sé que hemos tenido un pequeño altercado… - escucha que Rafael "disimuladamente" pregunta '¿pequeño altercado?', pero continúa – Sé que no puede confiar en mis amigos, – voltea por un momento hacia las gárgolas – ni mucho menos en mi clan, sin embargo, usted es un hombre muy astuto, fácilmente podrá enviar a alguien a las calles, y si ese alguien es suficientemente observador, logrará descubrir a un grupo de sombras negras y rojas; si es lo suficientemente listo, podrá averiguar qué emblema usan y compararlo con el emblema del corporativo de Oroku Saki; y si ese alguien posee las suficientes agallas, averiguara que ese grupo de sombras se hace llamar El Pie y qué tipo de "negocios" realizan y a nombre de quien; entonces, usted podrá tomar una decisión sin ningún tipo de presión por parte nuestra. –
Termina de hablar, y hace un tipo de ademán. Los miembros de su clan enseguida despliegan sus planeadores, corren hacia la balaustra y echan a volar.
El clan de las gárgolas también se apresura a emprender el vuelo, tras una indicación de Goliath.
Todos se lanzan al vacío y vuelan, sólo Leonardo aguarda un insignificante segundo a que el humano diga algo más, y lo hace.
- ¿Por qué han venido a decirme esto? Soy su enemigo, a ustedes les conviene que, por algún negocio sucio de Oroku, mi empresa termine hundiéndose en el fango junto con él. -
- Porque, - Leonardo habla con calma – es algo que usted haría; nosotros no. -
Leonardo se acerca a la balaustra, despliega sus "alas" y vuela, con el temor cimbrando su corazón por la duda de no saber si ha cumplido con su cometido; lo averiguara en dos noches más.
En dos noches más, Oroku Saki y David Xanatos tendrán su reunión de negocios.
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N/A: Espero que me disculpen por poner que las tortugas viene siendo apenas la segunda generación del clan Hamato, pero pensé que, sí Yoshi abandonó al clan al que pertenecía por servirles a los Utroms, entonces digamos que él fundador del clan, donde sólo eran amo y rata. Splinter vendría siendo la primer generación por haber aprendido de Yoshi, y claro, los retoños de Splinter son la segunda generación n.n Si alguien sabe algo al respecto que pudiera aclararme esto, se lo agradeceré infinitamente.
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Comentarios, observaciones sugerencias, dudas, peticiones, aclaraciones, aplausos, zapes, jitomatazos, abucheos, reclamos, ultimátums, jalones de oreja, etc., etc.;
toda opinión es bienvenida.
n.n
