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Disclaimer:
LAS TORTUGAS NINJA
no me pertenecen,
es mi corazón el que le pertenece a Leo.
GÁRGOLAS, HÉROES GÓTICOS
tampoco me pertenecen;
mucho menos obtengo algún beneficio lucrativo aprovechándome de la fama de estas dos magnificas series animadas.
Yo escribo por puro gusto y para hacer pasar un rato agradable a todo aquel que pase a leer.
Lo único que espero ganar son tus apreciados reviews.
) ) ° ( (
GUERREROS DE LA NOCHE
"En este momento, el empresario nipón. Saki Oroku, acompañado por su bella hija y mano derecha, Karai, salen en su limosina rumbo al castillo del excéntrico millonario David Xanatos…"
Varios reporteros y camarógrafos están apiñados en las puertas del Edifico del Corporativo que le pertenece al afamado japonés Saki Oroku, pero los guardias de seguridad los apartan en cuanto sale una limosina color blanco para que no sean arrollados.
La limusina es conducida sin ningún tipo de apremio.
- Ha causado mucha expectativa la reunión con Xanatos. – Karai le comenta a su padre.
- Ciertamente, pero no importa que Xanatos nos reciba con una negativa, tenemos otros medios para obtener lo que necesitamos. Cuida en dejarle nuestro "obsequio". -
- Así lo haré. -
La elegante limosina blanca sobresale de entre los innumerables autos que van circulando en la amplia avenida. El inmaculado blanco destaca entre los azules oscuros, grises y negros, como un hermoso cisne entre una bandada de patos silvestres.
Es justamente lo que Donatelo había previsto.
- Shadow 1 a Mamá Shadow. – Donatelo habla por el intercomunicador con Leonardo - Shadow 1 a Mamá Shadow. ¿Puedes escucharme Mamá Shadow? -
- Shadow Alfa a Shadow 1. – Leonardo responde - Te escucho fuerte y claro… y mi nombre clave no es Mamá Shadow. – dice esto último ciertamente disgustado.
- ¡Jajaja! – Donatelo ríe por lo divertido de la situación - Lo lamento, Mamá Shadow. Tu nuevo nombre clave fue sugerido por Shadow 2. -
- Aquí Shadow 2. – Rafael se une a la conversación a través de su propio intercomunicador - Pero sí te queda bien bonito, Mamá Shadow. -
Tras este comentario, los tres oyen unas risas por sus intercomunicadores: son Miguel Ángel, Broadway, Lexington y Brooklyn.
- Aquí Shadow Alfa. - Leonardo trata de ignorar las risas y se comunica con las gárgolas - Ángeles, ¿pueden oírme? –
- Aquí Ángel 2. – responde Brooklyn, tratando de aguantar la risa - Te escucho fuerte y claro Mamá Shadow. -
Leonardo suspira derrotado.
¿Cómo lograron sus hermanos que las gárgolas se les unieran a este complot contra él?
- Ángel 2, aquí Arcángel. – Goliath le habla a Brooklyn por su intercomunicador – Compórtate. –
- Pero es divertido, Arcángel. -
- No es el lugar ni el momento, Ángel 2. -
Leonardo ahora tiene que aguantar la risa. Le alegra saber que tiene a alguien que lo cuida de la broma pesada que le están jugando sus hermanos y los otros chicos.
- Aquí Shadow 3. - habla Miguel Ángel - Relájate Arcángel, que la noche va a ser larga. – termina diciendo esto imitando la voz de un gallardo detective.
- Aquí Ángel 3. – habla Lexington – Sin problema de audio, Mamá Shadow. -
- A mí me está gustando los nombres clave. – dice Broadway – Habla Ángel 4. Te escucho bien claro y bien fuerte, Mamá Shadow. –
Para esta misión especial, las Tortugas tienen el nombre clave de "Shadows" y las Gárgolas son "Ángeles".
Goliath comienza a pensar que esas tortugas están siendo una muy mala influencia para sus muchachos, porque, desde que los conocieron, y eso no hace mucho, se han estado comportando como niños.
- Por favor, – les dice Leonardo a las Sombras y a los Ángeles; su voz no es de reproche, sino de mando – concentremos en nuestra misión. –
- Yo sigo queriendo saber. – habla Rafael – porque yo soy Shadow número 2 y no Shadow número 1, si soy el que sigue después ti, Mamá Shadow. –
Rafael se refiere al orden de hermano mayor a hermano menor.
- Porque el plan es de Shadow 1, Shadow 2. –
Leonardo se refiere a que el plan es de Donatelo, aunque Miguel Ángel fue quien sugirió que para esta importante encomienda, ambos clanes tuvieran esos nombres clave.
- Habla Ángel 2. – es Brooklyn - Yo digo que es porque Shadow 1 sería un buen Segundo al mando. –
- ¿Doni segundo al mando? - le reprocha Rafael -No me hagas reír, Brooklyn. –
- Aquí Shadow 1. – Donatelo se deja de juegos porque él es quien está coordinando toda la operación – El Cisne está virando por la calle 608. Prepárense Ángel 4 y Mamá Shadow. –
Donatelo guarda sus binoculares dentro de su inseparable bolsa y corre por el techo del edificio en el que se encuentra junto con Brooklyn. Brooklyn corre ayudándose también con sus manos.
- Preparado. – Donatelo oye que responde Broadway.
- Shadow Alfa preparado. – oye que también Leonardo responde remarcando con su voz cuál es su clave correcta.
- Los demás ya saben dónde ubicarse, en caso que al Cisne no logremos asustarlo con la primera tentativa. -
Donatelo corre por el techo para luego bajar deprisa las escaleras contra incendios, mientras Brooklyn echa a volar.
El resto se apresura a tomar sus lugares.
Goliath vuela junto a Miguel Ángel.
Mientras vuela, la gárgola de piel violácea piensa en las palabras de Brooklyn: Donatelo sería un excelente Segundo al mando. Quizás más tarde le haga la sugerencia a Leonardo de elegir un segundo líder para su clan, para que tome el mando en esas circunstancias en que él no pueda estar al frente, como en esa noche en que Xanatos lo mantuvo prisionero en el castillo.
Algo parecido le sucedió a él mismo: hubo problemas y él no pudo liderar a su clan; pasada la emergencia, tuvo que decidirse. Fue complicado pensar en su sustituto, pero finalmente Brooklyn fue el elegido.
Bien pudiera sugerirle Leonardo que sea Donatelo su Segundo al mando, después de todo, fue Donatelo quien propuso ese plan que están ejecutando ya mismo, y en su opinión, es un muy buen plan.
El plan de Donatelo puede resumirse en unas cuantas palabras: evitar a toda costa que Saki Oroku llegue al castillo Wyvern sin que se percate de la presencia ni de las Sombras ni de los Ángeles.
Todos, gárgolas y tortugas, van deprisa a ubicarse, de dos en dos, en sus puestos de ataque que corresponden justamente a todo lo largo del trayecto que Saki Oroku debe seguir para llegar donde David Xanatos le espera.
Leonardo va corriendo a lo largo de la orilla de un edifico, y justo abajo, en la calle, va transitando la limusina blanca; saca algo de su cinturón, y realiza un gran salto para llegar al edificio del otro lado de la avenida; en el aire, como si volara con alas invisibles, gira y lanza lo que trae en la mano.
El objeto va realizando una curva, parece ser que Leonardo no lo lanzó como debía, pero sorprendentemente, gracias a la velocidad de los giros, va a incrustarse de lleno en un neumático de la limusina blanca.
Por el ruido del tráfico, no es perceptible el estallido del neumático.
Ya que ha perdido la fuerza del impulso y la avenida es muy ancha, Leonardo comienza a caer sin haber llegado al otro extremo, pero de inmediato Broadway lo atrapa y lo deposita en el otro techo, lejos de la luz de los autos.
El semáforo cambia de la luz roja a la luz verde, pero la limusina tiene problemas para avanzar.
- ¿Qué pasa? – pregunta Oroku al chofer.
El chofer se las ingenia para estacionarse en el carril de baja velocidad, y desciende.
- Ha sido un neumático, Señor. – informa a Oroku cuando éste baja la ventanilla polarizada.
- Reemplázalo. – Oroku ordena, disimulando su mal temperamento.
Siendo una figura pública, los reporteros siempre están al acecho de una espectacular noticia, incluso si se trata de los berrinches de los famosos y de hombres de negocios como él; no les dará el gusto.
El chofer se apresura a obedecer.
Oroku se recarga en el respaldo del asiento al invadirlo una sensación muy familiar, esa sensación que le advierte que sus enemigos están muy cerca, demasiado cerca.
- Aquí Shadow Alfa. – Leonardo va corriendo tan rápido como puede sobre el techo del edificio, y apenas toca el borde, se lanza al aire, pero en un segundo despliega las alas de su planeador y vuela – El Cisne se ha lastimado una pata. Repito. El Cisne tiene una pata herida y se ha detenido a descansar. –
Leonardo y Broadway vuelan en círculos, pero a prudente distancia, por sobre la limusina blanca para no perderla de vista.
- Entendido Mamá Shadow. – responde Donatelo y enseguida corta la comunicación porque oye que Leonardo protesta de nuevo por ese nombre clave - Los demás, ¿cuáles son sus posiciones? -
- Arcángel llegando. –
- Shadow 3 llegando. -
- Shadow 2 en posición. -
- Ángel 3 en posición. -
- Ángel 1 en posición. -
- ¿Caballería? – ahora Donatelo pregunta por la posición de los refuerzos.
- Roddo y Daga en posición. – responde Hudson; Splinter le acompaña (ellos están ubicados en otra parte estratégica, sólo en caso de que sea necesaria su intervención).
- ¡Estupendo! – Donatelo está contento que todo va marchando de acuerdo a su metódica planeación - Mamá Shadow, ¿me captas? – Leonardo no le responde - ¿Mamá Shadow? - recuerda que lo sacó del enlace – Cierto. ¿Mamá Shadow? -
-Aquí Mamá Shadow. – le oye con un tono serio - El Cisne está por emprender el vuelo. –
Leonardo ya está ubicado en un callejón.
De repente…
- ¡Si!¡ –
Donatelo aparta el intercomunicador de su oído por las voces que gritan, pero no cree que sus hermanos y las gárgolas vitoreen porque el plan marcha bien.
- ¡Te aposté que no iba a aguantar mucho! – oye decir a Rafael.
- No aguanta vara. – dice Brooklyn.
- Yo esperaba que sí.– dice Miguel Ángel – A veces aguanta más. -
- Lástima. – dice Broadway – Yo había apostado por Mamá Shadow. -
Goliath, Splinter y Hudson oyen la conversación entre los chicos, y ya están pensando la manera de darles una buena reprimenda por no portarse con seriedad en plena batalla.
- Me gustaría saber, - dice Leonardo sólo a Broadway al desconectar momentáneamente su intercomunicador – cómo planearon esta broma. –
- Pues… – dice Broadway, pero duda en contarle lo sucedido anoche mientras planeaban la emboscada a Oroku Saki.
Mientras Donatelo, Goliath y Leonardo estaban viendo las probables rutas que Oroku tomaría rumbo al castillo de Xanatos, Lexington, Brooklyn, Miguel Ángel, Rafael y Broadway estaban en el taller de Donatelo preparando todas las armas que llegarían a utilizar, cuando, sin motivo aparente (quizás fue para iniciar la conversación porque estaban callados), Miguel Ángel les preguntó si antes había más gárgolas además de ellos.
Brooklyn, Lexington y Broadway les contaron algunas cosas de su antiguo clan, de las actividades a las que se dedicaban de acuerdo a las edades (porque todos ayudaban), sus costumbres y los juegos que jugaban…
- Entonces – dijo Rafael cuando les explicaron que nacen de huevos – tuvieron una mamá. –
- ¡Muchas! – dijo Broadway al recordar esa feliz etapa de su vida.
- Una mamá es la que nos da la vida – dijo Lexington – pero todas las mamás gárgola educan a todos los niños. –
Las gárgolas disfrutaban de poder recordar viejos tiempos, pero al ver la tristeza de las tortugas, callaron.
- Yo siempre he querido una mamá. – dijo Miguel Ángel.
Rafael estaba igual de triste, pero permaneció callado y con la cabeza agachada.
Las gárgolas se miraron unos a otros; no sabían que estaba pasando, y cuando Brooklyn iba a preguntar…
- ¡Yo estoy harto de que Leo se empeñe en ser nuestra madre! – dijo Rafael con mucha furia.
Rafael se quejó de que todo el tiempo Leonardo les dice lo que deben y no puede hacer, pero que tenía una idea para que dejara de fastidiarlos: durante la misión le llamaría "Mamá Shadow".
Todos ellos apostaron por el tiempo que el líder de las tortugas soportaría la broma, unos a favor de Leonardo y otros en su contra.
Y efectivamente, Leonardo se resignó muy pronto a ser llamado Mamá Shadow.
Pero ahora que Broadway recuerda, Rafael nunca les explicó sobre el deseo de Miguel Ángel…
- Ángel 4. – Leonardo saca a Broadway de sus pensamientos al ver que no le dirá nada sobre el complot en su contra – A tu puesto. –
- Claro. –
Ambos descienden, Broadway a un callejón y Leonardo al opuesto a éste (activa su intercomunicador).
Broadway aterriza sin problemas, pero Leonardo tiene que plegar las alas de su ala Delta a varios metros sobre el suelo, y cae, pero gracias a sus habilidades, logra aferrarse a las escaleras contraincendios y salta de esas escaleras a las otras escaleras del edificio contiguo; salta de una a otra hasta llegar al suelo.
Broadway, ubicado no muy lejos de la avenida, saca una pequeña arma de su cinturón. Buscará ponchar más llantas, pero ahora serán de los autos que rodeen a la limusina blanca, en cuanto ésta pase frente a él para dejarla encasillada.
Leonardo, en el otro callejón, se asoma y ve que la limusina está acercándose.
- Prepárate, Ángel 4. – Le pide Leonardo a Broadway por el intercomunicador.
- Preparado. -
Leonardo apunta su arma hacia los neumáticos de las decenas de vehículos que circulan lentamente.
La primera fase del plan de Donatelo consiste en obligar a Oroku quedar varado en el tráfico; sin embargo, podría pedir una moto para salir del embotellamiento, incluso puede que hasta pida un helicóptero con tal de llegar con Xanatos; sólo que Tortugas y Gárgolas está preparados incluso para impedirle a Oroku que salga volando en un helicóptero.
Broadway y Leonardo apuntan las pequeñas armas al ver el parachoques delantero de la limusina blanca.
Leonardo espera pacientemente a que la limusina blanca entera emerja en su campo visual, aunque parece que está tardando toda una eternidad, pero es debido al pesado tráfico que hay a esa hora de la noche, aún así, no permite que la desesperación invada su mente; su respiración se mantiene a un ritmo calmo y a una serena cadencia.
Broadway también se mantiene tranquilo. Aunque él no ha entrenado mediante una rigurosa disciplina como lo exige el Ninjitsu, pero también conoce en qué estado debe permanecer su espíritu antes de librar cualquier batalla.
Los minutos pasan y los autos también.
- El Cisne está a 0.3 minutos de hacer contacto visual. – informa Leonardo a los demás.
El auto blanco por fin aparece a la vista de Leonardo y de Broadway, avanzando cautelosamente, como si supiera que está bajo el asecho de un cazador.
Leonardo mantiene firme el gatillo del arma, y cuando está seguro y decidido a accionarlo… ¡inesperadamente mira hacia arriba!
Por ese brusco movimiento, Leonardo acciona el gatillo y el proyectil poncha una llanta pero la de un auto muy distante a la limusina de Oroku Saki; ese auto se detiene abruptamente casi provocando un choque.
Leonardo mira con ojos desorbitados hacia el ennegrecido cielo.
- ¡Cuidado! –
Su grito estalla en todos los intercomunicadores.
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La limusina blanca prosigue su lento recorrido. El chofer hábilmente logra cruzar el embotellamiento que se ha complicado aun más gracias a que otro auto se ha detenido por una llanta ponchada.
Oroku vuelve a percibir algo familiar y vuelve la mirada. El cristal negro de la ventana le impide ver, pero esa sensación desaparece pronto pues el vehículo se aleja, aunque ya sabe de qué se trata, o mejor dicho, de quién.
- Kame wa odayakana ike de oyoide iru [La tortuga está nadando en el apacible estanque]. – le dice a Karai.
- Sonotoridesu [Así es]. -
Saki Oroku ya había anticipado que las tortugas harían algo para evitar que realice este pacto con David Xanatos.
- Watashi wa kame o kyatchi suru tame ni sakana-mō o tsukuru tsumoridesu [Voy a preparar la red de pescar para atraparla]. -
Karai observa a su padre sonreír, lo que la estremece, pero siendo la ninja que es, mantiene su preocupación bien disimulada.
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Sombras y Ángeles oyeron gritar a Leonardo a través de los intercomunicadores.
- ¿Qué dijo…? - Lexington le pregunta a Donatelo, pero calla al oír algo extraño.
En el siguiente instante se oye un tronido y Lexington salta al tiempo que Donatelo eleva su vara bo para protegerse logrando apartar una red que estaba por caer sobre él. Abre la boca para avisar a todos, por los intercomunicadores, que alguien los está atacado, pero voltea y ve que Lexington huye volando, y no es para menos: un helicóptero se dirige peligrosamente hacia ellos.
Por el ruido que se genera por el pesado tráfico, no habían oído que el helicóptero se aproximara.
Al instanteDonatelo saca un control de su mochila.
- ¡Por favor, qué funcione! – oprime un botón - ¡Qué funcione! ¡Qué funcione! -
Sea lo que sea que haya activado con ese control remoto, tiene que bajar al callejón para buscar refugio. El helicóptero está ya muy cerca y no podrá salir corriendo; es mejor esconderse.
Se agazapa en una ventana cerrada, bajo su amplia sombra; enseguida acomoda el intercomunicador para preguntarles a los demás, en susurros, si están bien, pero escucha primero la voz de Rafael (cuando esperaba oír la voz recia pero serena de su líder).
- ¡Dispérsense! ¡Todos, dispérsense! ¡Bishop nos ataca!-
- ¿Bishop? -
El helicóptero que atacó a Donatelo pasa de largo, así que aprovecha; sale de su escondite, regresa al techo y saca los binoculares.
Hay demasiados helicópteros volando a los alrededores, pero antes de que la tortuga genio pueda siquiera contarlos, el helicóptero que atacó a Donatelo vira, y a pesar de la larga distancia, lanza un potente as de luz dirigido hacía él, y en un parpadeo… una explosión sacude el edificio entero.
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- ¿Qué fue eso? – se pregunta Elisa Maza.
La mujer ha estado en la terraza de su departamento desde hace muchos minutos, sosteniendo su celular entre sus manos.
Ha está esperando a que las gárgolas o las tortugas la llamen para informarle cómo va la misión, pero sin previo aviso, hubo un destello a lo lejos, una explosión, que la ha distraído de su espera.
Ve su reloj de pulso. Definitivamente se han atrasado en hablarle.
Vuelve a mirar hacia donde vio el destello, que ya se ha extinguido, pero se ha levantado algo de polvo. Tiene un horrible presentimiento.
Entra a su recámara, toma su arma del tocador, la enfunda y sale con mucha prisa.
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- ¿Están todos bien? – Goliath pregunta a través del intercomunicador.
Desde el edificio en el que había estado vigilando al "Cisne", vio un fugaz resplandor que momentáneamente compitió con el fulgor de la Luna. Voltea a un lado suyo y ve a Miguel Ángel que también intenta hablar con los suyos, pero al mirar más allá, a lo lejos, ve las figuras de las otras gárgolas surcar el cielo, huyendo de algo: helicópteros.
Cada helicóptero persigue a una gárgola.
Ahora descubre un curioso destello.
Gracias a la luz de la Luna, que cada noche está más plena, ilumina algo que se acerca rápidamente. Es un destello que ha surgido repentinamente en la oscuridad del cielo, como lo hacen las luciérnagas cuando encienden su fulgor al volar sobre un oscuro estanque.
No lo piensa más, Goliath echa a volar advirtiendo a la tortuga.
- ¡Miguel Ángel! -
- ¡Ay nanita! -
El helicóptero se abalanza sobre la gárgola y la tortuga.
La gárgola echa a volar mientras que la tortuga corre por el techo del edificio (en vez de usar su planeador).
En otra parte, no muy lejos de donde Goliath ha emprendido el vuelo para salvar la vida, está Rafael, encarando al causante de ese disturbio.
- ¡Qué malditamente oportuno eres Bishop! –
Bishop contempla a la tortuga desde su helicóptero.
- En realidad, ustedes tortugas, son los oportunos. Yo esperaba capturar a las gárgolas esta noche, sin prever que estarían acompañándolos. -
- ¡Estúpido! ¡Estamos en una misión especial! -
- Como si eso me importara. – regresa al interior de su vehículo volador.
El helicóptero se alinea para atacar a Rafael.
- ¡Ay mamá tortuga! –
Una ráfaga de rayos láser pasa apenas rozando el caparazón de Rafael quien logra saltar al edificio continúo; corre con todo las fuerzas de sus robustas piernas, pero tiene que detenerse en seco porque otro helicóptero le corta el paso.
- ¡Si voy a morir, no será antes de darles unos buenos ching…! -
La compuerta del helicóptero se abre.
- ¡Rafa! – grita Miguel Ángel al asomarse.
- ¡Bro! – Rafael se da cuenta de que éste es un helicóptero mucho más pequeño que el de Bishop y… - ¡Qué importa! – y salta hacia el interior justo cuando el otro helicóptero le lanza otra ráfaga de rayos láser que hace vuelen ínfimos escombros por doquier.
Donatelo es quien conduce ese pequeño helicóptero, y tan diestramente, que se aleja de inmediato.
- ¡Qué benditamente oportuno eres Doni! – le dice Rafael, sin ocultar su alegría (aunque está con los pies para arriba; no saltó muy bien y aterrizó mal).
Miguel Ángel le ayuda a incorporarse.
- Se te agradece el reconocimiento. –
Bishop vio cómo Rafael ha sido rescatado por un pequeño helicóptero muy parecido a los que en la milicia nombran "Caballito del Diablo" por ser pequeño y veloz como una libélula, tan rápido que ya se ha alejado bastante de su alcance en un pestañeo.
- Tras ellos. – le ordena a su piloto.
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Rafael y Miguel Ángel ya han tomado asiento y abrochado los cinturones.
- Bros, les presento al Quelonioptero. – dice Donatelo orgulloso de su última creación.
- ¿Si nos aguanta? – Miguel Ángel pregunta un tanto asustado por la liviandad del aparato volador.
- Mikey, ¿cuándo les he quedado mal? –
- Pues… - Miguel Ángel hace memoria, pero en realidad, ningún aparato que ha construido Donatelo a resultado con desperfecto alguno (otro asunto es que Rafael o el propio Miguel Ángel los terminen averiando) – No, nunca nos has quedado mal. -
- El que nos ha quedado bien mal es Leo – dice Rafael - ¡Nos la hemos tenido que ingeniar sin su imprescindible guía! – acciona su intercomunicador - ¡Leo! ¿Dónde andas? ¡Chingados, contesta! -
Aguarda un momento para escuchar la reprimenda de su líder por su vocabulario, pero no oye nada, absolutamente nada.
- No contesta. – dice Rafael con seriedad.
- Tal vez se ha averiado su intercomunicador. – dice Donatelo – Todos hemos sido atacados por sorpresa. –
- Eso sí sería raro. – dice Miguel Ángel.
Rafael duda en preguntarle a qué se refiere, pero se atreve.
- ¿Raro? -
- Sería súper raro si a Leo lo tomaron por sorpresa, si él es el mejor en eso del Ki. –
- Querrás decir – lo corrige Donatelo – que Leo es hábil en advertir la presencia del enemigo. -
- ¡Tú y tus caricaturas! – Rafael se arrepiente de haber preguntado (el "Ki" se refiere a un anime muy famoso que trata de unas Esferas del Dragón).
- Pero es… ¡Wooooow! -
El Quelonioptero vibra bruscamente para esquivar más disparos que lanza el helicóptero del enemigo.
Aunque trae puesto el cinturón de seguridad, Miguel Ángel se agarra de donde puede.
- La señal del celular de Leonardo funciona. – dice Donatelo – Su señal indica que él está quieto, seguramente esperando escondido a que vayamos por él. -
El coraje de Rafael se esfuma al pensar en su hermano mayor. De verdad anhela que los esté esperándolos, quieto, para no revelar su presencia, y no por… otro motivo.
Las gárgolas, por su parte, no se han alejado mucho; buscan acercarse a las tortugas, pero sus perseguidores no se los permiten, aunque de algo sirve la tecnología.
- Shadow 1. – Goliath llama a Donatelo por el intercomunicador – Aquí Arcángel. ¿Se encuentran bien? -
- Estamos bien, Arcángel, sólo nos falta Mamá Shadow. Vamos por él. -
Mientras Donatelo le explica a Goliath, Lexington es perseguido por un helicóptero; desciende peligrosamente y directo a un edificio, y a escasos metros de llegar al techo abre más ampliamente sus alas y una corriente lo eleva con rapidez; el repentino movimiento hace que el helicóptero pierda el control: se sacude violentamente al querer seguir a la gárgola pero no pudo adivinar que la gárgola haría esa 'finta'.
Esos segundos los aprovecha Lexington para volar hacia a Goliath, aunque mira sobre su hombro para comprobar la situación de su perseguidor.
La máquina se estabiliza en pocos segundos.
- Es buen piloto. –
En otra parte del basto cielo, Broadway y Brooklyn parecen volar sin sentido: suben, bajan, vuelven a subir, vuelven a bajar; hacen muchas piruetas, y los helicópteros apenas consiguen seguirlos.
Ahora, Broadway vuela muy en lo alto, y Brooklyn vuela por lo bajo, entonces, Broadway cambia de rumbo y va directo hacia un edificio, comienza a descender rodeándolo; Brooklyn también cambia de dirección y va hacia el mismo edificio que Broadway pero él asciende. Brooklyn se eleva mientras que Broadway baja, cada uno lo sigue un helicóptero muy de cerca, y en un momento, las dos gárgolas se encuentran en un punto, ¡parece que van a chocar!... pero reaccionan rápido: por el impulso que llevan, cada uno apoyan su garras sobre la pared (dejando una profunda marca) para empujarse y cambiar de rumbo en una fracción de segundo; son los helicópteros que casi chocan entre ellos.
Broadway y Broolyn vuelan juntos en la misma dirección, hacia Goliath.
- Son buenos. – dice Broadway.
- Sí, pero no tan buenos como nosotros. –
Ambos vuelan para alcanzar a Lexington y a Goliath.
Goliath ve que sus camaradas han esquivado a sus perseguidores, al menos de momento, pero él nuevamente es atacado con una ráfaga de rayos láser…
… sin embargo, lejos de ver la manera de cómo perder de vista a su perseguidor, vuela a mayor velocidad hacia el helicóptero que persigue a las tortugas.
Lexington es el primero en alcanzar a Goliath y vuela a su lado.
El Quelonioptero vira violentamente por otro ataque, y el estómago de Miguel Ángel comienza a sufrir de vértigo.
- Doni, ¿dónde aprendiste a conducir? –
- Mediante un programa computarizado de simulación de vuelo. No hubo tiempo para una prueba real, pero estoy complacido. Mi Quelonioptero ha respondido favorablemente bien, dadas las circunstancias. -
Donatelo obliga a su helicóptero hacia arriba, vira hacia atrás y gira 360 grados consiguiendo realizar un círculo casi perfecto.
- Debí dejar mi estomago en casa. – Miguel Ángel, momentáneamente de cabeza, se lleva una mano a la boca al sentir más nauseas.
- Más bien, no debiste comer mucho. – Rafael lo reprende.
En ese giro, estando de cabeza en esos segundos, Donatelo nota que las gárgolas se van acercando al helicóptero de Bishop. Le dice algo a Goliath por el intercomunicador.
Goliath informa a las otras gárgolas.
- Debemos mantenerlos ocupados mientras ellos encuentran a Leonardo – le dice a Lexington.
El Quelonioptero apenas ha terminado de girar, cuando Donatelo lo obliga a dar otro giro espasmódico por otra ráfaga de rayos láser.
- ¡Esto es mejor que la montaña rusa! – dice Rafael, incluso se atreve a levantar los brazos - ¡Uuuuujjuuu! -
- ¡Eso díselo a mi estomago! – dice Miguel Ángel cambiando el color de su cara, del bonito verde mar a un verde amarillento.
- ¿Y las gárgolas qué? – Rafael prefiere preguntar al piloto que ver el cambio de color de su hermano.
- Se harán cargo. –
El Quelonioptero consigue la adecuada posición vertical y se enfila en busca de Leonardo.
. . .
- ¿Han localizado al espécimen que nos hace falta? – Bishop pide informes a través de la radio.
- No Señor. Desde el ataque inicial le perdimos el rastro. –
- Sigan buscando. -
Bishop corta la comunicación.
- Más rápido. –
No se preocupa por la tortuga líder: atrapando a todos, Leonardo irá directo a la mesa de disección por su propio pie.
Bishop tiene mucha confianza en que su plan resultara, sólo que…
Su helicóptero se tambalea violentamente.
Goliath y Lexington han caído sobre éste.
Bishop frunce el seño. Su equipo no está haciendo su trabajo.
Brooklyn y Broadway están por aterrizar también sobre el helicóptero de Bishop, pero el equipo de apoyo de Bishop ya les ha dado alcance; les disparan y las gárgolas deben esquivar las mortales luces.
Bishop, para deshacerse de los "polizontes", tranquilamente estira un brazo y oprime un botón.
Lexington y Goliath reciben una descarga eléctrica directo del fuselaje de la máquina.
- ¡AAAAHHH! –
Se sueltan irremediablemente, y caen al vacío, inconcientes.
- ¡Goliath! –
- ¡Lex! –
Goliath y Lexington caen al abismo, que lejos de ser un oscuro pozo, es una fosa incandescente de bullicio humano.
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N/A:
.Aquí en México, a las libélulas también se les dice "Caballito del Diablo"; le puse así al tipo de helicóptero que construyó Doni porque no pude averiguar si en el ejercito hay algún helicóptero pequeño y muy veloz; creo que sí lo hay, pero no estoy segura de cómo se ha de llamar.
.
Comentarios, observaciones sugerencias, dudas, peticiones, aclaraciones, aplausos, zapes, jitomatazos, abucheos, reclamos, ultimátums, jalones de oreja, etc., etc.;
toda opinión es bienvenida.
n.n
