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Advertencia:

Capítulo de 5000 palabras.

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Disclaimer:

LAS TORTUGAS NINJA

y

GÁRGOLAS, HÉROES GÓTICOS

no me pertenecen,

mucho menos obtengo algún beneficio lucrativo

aprovechándome de la fama de estas dos magníficas series animadas.

Yo escribo por puro gusto y para hacer pasar un rato agradable a todo aquel que pase a leer.

Lo único que espero ganar son tus apreciados reviews.

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GUERREROS DE LA NOCHE

Una figura geométrica circular, de dos metros de diámetro, muy brillante y plagada por símbolos extraños, se extiende bajo los pies de la ninja. Su repentina aparición ha asombrado tanto a Elisa como a Abril.

- ¡Oh! –

La ninja termina de recitar las curiosas palabras, y el círculo culmina su formación.

- ¿Qué hace? – Elisa le pregunta a Abril.

- No lo sé. – Abril responde un poco inquieta – He visto muchas cosas extrañas desde que conozco a las tortugas, pero nunca he visto algo similar. –

- Esto – la ninja voltea hacia ellas – es un hechizo de búsqueda. –

- ¿Un… hechizo de búsqueda? – repite Elisa.

- Durante mis viajes, - explica la ninja - he aprendido numerosas técnicas, tácticas y trucos; éste es sólo uno de ellos. Todos los seres vivos poseemos un flujo de energía vital llamado Qi. Esta técnica me permite usar mi propio Qi para transformarlo en una brújula y usarla para encontrar a alguien rastreando su Qi. –

Sí, pensó la chica ninja. Hay muchas técnicas que utilizan el flujo de energía vital, y ella espera aprender la técnica que Leonardo conoce, la técnica de la estrella fugaz... No, en realidad no se llama así. Leonardo quedó extenuado al usar su Qi para salvarla, lo que quiere decir que apenas está entrenando en ello. ¿Cuándo comenzaría a entrenar? ¿Quién será su sensei? ¿Cuál será el nombre de esa técnica? Hay tantas cosas de las que quisiera platicar con él, pero no ha habido oportunidad. En el momento en que se vieron, no pudo siquiera decirle 'hola"; siendo una emergencia, sólo pudo pedirle ayuda, y en el momento que Leonardo aceptó sin dudar, no han tenido ni un pequeño respiro, el suficiente para platicar tranquilamente. De repente, se siente triste. No ha podido saber sobre el cómo obtuvo la cicatriz de su caparazón, y ella tampoco ha podido decirle que ha renunciado a su vida delictiva por él…

- Te refieres – dice Abril sacando a la ninja de sus pensamientos – a que el Qi es el campo electromagnético que emana todo ser vivo. –

- El Qi – la ninja habla con serenidad - es más que el campo electromagnético. En cada ser, el Qi tiene sutiles diferencias. Ese es el inconveniente de utilizar esta técnica porque, a menos que a quien se desee buscar, se le conozca lo suficiente, es como buscar una aguja en un pajar. –

- Pero – vuelve a decir Abril – encontrar una tortuga mutante entre en una ciudad de humanos, debe ser sencillo. –

- Lo es. Leonardo y sus hermanos son únicos. Sólo necesito concentrarme un poco, por ejemplo, en Leonardo, - uno de los símbolos que es más grande que el resto y hace la función de la aguja de la brújula, se mueve, y termina apuntando en la dirección de la que la ninja provino – y al instante me indica dónde se encuentra él. – ella vuelve su cabeza hacia esa dirección.

Elisa y Abril se miran. Si fuesen otras las circunstancias, seguramente alguna de las dos hubiese hecho el comentario sobre el por qué la ninja se concentró en Leonardo precisamente.

- Entonces – dice Elisa volviéndose hacia la ninja – pudiste encontrar a Mikey casi en el instante en que desapareció. –

- Lo intenté. – la ninja vuelve a mirar a las dos mujeres – Durante todo el día lo intenté pero, si a quien se busca, no desea ser encontrado, no es posible. Aunque Leonardo mismo fuese quien estuviese buscando a su hermano, si su hermano no está dispuesto a ser hallado, no hay manera alguna. –

- ¿Mikey, no quiere ser encontrado? – se pregunta Abril bastante extrañada.

- Jajaja. – ríe Elisa – Lo siento. Me recordó las muchas veces que mi hermano y yo jugamos a las escondidillas. Es normal que, cuando juegas a las escondidillas, no quieres que te encuentren, o no tan pronto. –

- Yo no lo creo. – dice Abril un tanto a la defensiva – No creo que Mikey esté jugando a las escondidillas. Puede que parezca que él está bromeando todo el tiempo, pero él sabe cuándo no se trata de un juego. –

- Pues Mikey debe tener una muy buena razón para no querer ser encontrado. –

La ninja piensa en otra razón, la otra razón por la que ese hechizo no funciona, y la razón es que pudo haber muerto; pero ella sabe perfectamente que decir algo así sería muy cruel.

- Sea como sea, - dice la ninja – él no ha querido ser encontrado. Es apenas que hasta hace algunas horas que la aguja finalmente se movió. – la ninja mira el circulo, y la aguja se mueve nuevamente, apuntando en otra dirección.

Las dos mujeres vuelven a sorprenderse. La brújula en verdad funciona.

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En otra parte, varios amigos se han reunido, pero tres de ellos no han saludado con un 'hola', sino que uno de ellos ha preferido saludar con un gruñido, como perro rabioso.

- Gggrrrrr. –

- Algo está mal con ellos. – dice Goliath.

- Si tu observación se basa en el hecho de que – dice Donatelo al mismo tiempo que mueve su bo en una postura defensiva – los ojos de Casey, y en los ojos de los otros dos, tienen un malévolo brillo color rojo, es definitivo que algo está mal con ellos. -

- Derek, - Goliath intenta razonar con el joven de piel oscura – estás bajo algún hechizo que Demona… -

- ¡Aarg! – pero es definitivo que Derek no lo va a escuchar; ataca a Goliath lanzando su puño derecho contra él, pero Goliath fácilmente consigue capturarlo con su mano derecha, aprisionándolo pero sin causarle daño.

- ¡Derek, debes resistirte a la magia de Demona! –

Derek continúa empujando con su puño e, increíblemente, el brazo de Goliath va retrocediendo.

- ¿Qué? – Donatelo se da cuenta, pero no puede pensar en las probabilidades para que un humano, aun fornido, pueda ser más poderoso que el líder del clan de las gárgolas, porque - ¡Hey! – el hombre de oficina lo ataca.

- ¡Tortugas! – les advierte Goliath - ¡No lastimen a estos humanos! ¡Derek es el hermano de Elisa y Matt su amigo!

- ¿Y nosotros qué? – más allá, Rafael protesta por su propio bienestar y esquivando los puños de Casey – ¿Ellos sí pueden apalearnos como si fueramos piñatas? -

Goliath no le responde, se limita a hablarle a los humanos.

- ¡Matt! – Goliath intenta llamar su atención - ¡También estás afectado por la influencia de Demona…! – sin embargo, Derek apresa con su mano izquierda el brazo derecho de Goliath - ¡Ah! - y sorprendentemente jala de él tirándose al suelo junto con Goliath, pero antes de que Goliath le caiga encima. Derek flexiona sus rodillas y ayudándose de sus pies, catapulta a Goliath lejos - ¡Aaaahhh! –

- ¡G…! – Donatelo se sorprende de la habilidad del humano, pero debe defenderse del otro humano agresivo, pero Matt consigue apresar el bo con ambas manos, tira de éste - ¡Ah!- consiguiendo elevar a Donatelo, y como si la tecnotortuga fuese un martillo como los que se utilizan en las competencias deportivas, Matt comienza a girar sobre su propio eje, dando varias vueltas antes de soltar el bo para arrojar a Donatelo lejos - ¡Aaahh! – lanzándolo contra Goliath que va poniéndose de pie.

- Quelonios. – es lo que Rafael atina a decir, bastante preocupado tanto por Donatelo como por él mismo – Casey... amigo, compadre, camarada, hermano… si estás molesto por los cien dólares que te debo, dame chance de buscarlos en mi caparazón, seguro que los traigo, y te pago de una vez. -

Casey responde haciendo un resoplido por la nariz, y…

- ¡Aarrgg! – le da una patada a Rafael en el estómago…

- ¡Ah! – lanzándolo varios metros lejos.

Goliath ya está de pie y corriendo hacia Derek, y Derek también corre al encuentro de Goliath con ambos puños dispuestos a asestar más de un golpe.

- ¡Grrrraaaarrggg! – sin ser capaz de pronunciar palabras, sólo gruñidos, al estar a la distancia necesaria, Derek lanza su puño derecho, pero de nueva cuenta Goliath consigue retenerlo, pero esta vez también lo toma por la cabeza - ¡Arrff! -

- Derek, escúchame, - dice Goliath mientras Derek se retuerce para liberarse – escúchame por favor… - habla con la mayor calma posible.

Sin embargo, Derek no va a escuchar.

- ¡Arrgg! - comienza a darle patadas en el tórax a Goliath.

¡Zaz!

¡Zaz!

¡Zaz!

¡Zaz!

- ¡Hum! – Goliath resiste; ¡Zaz! ¡Zaz! ¡Zaz! - ¡No voy a soltarte! – entonces Derek apoya su pie derecho en el tórax de Goliath usándolo como apoyo, y con su pie izquierdo le propina una poderosa patada en la mandíbula aprovechando también las gruesas botas que calza - ¡Ah! – Goliath suelta a Derek trastabillando, pero sólo unos pasos - ¡Aj! – su labio sangra; voltea para exigirle a Demona que deshaga el hechizo, pero ella no está – Claro. Todo esto no es más que una distracción. –

Exacto. No puede distraerse porque el humano Derek ya está arremetiendo contra él nuevamente.

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- Así que – dice Abril impaciente – sólo debemos ir en la dirección que señala la brújula para encontrar a Mikey. -

- Exacto. – la ninja mira la brújula – Miguel Ángel se encuentra aproximadamente a un kilómetro hacia el noreste. -

- Es cerca. – dice Elisa – Podemos ir en mi auto. –

- La distancia más corta entre dos puntos, – dice la ninja – es en línea recta. –

- En ese caso, - dice Abril – y aprovechando que los callejones de por aquí son angostos, tendremos que llegar al estilo 'tortuga ninja', si queremos ser cautelosas. -

- Así es. – confirma la ninja.

- ¿Y cuál es ese estilo? – pregunta Elisa.

Abril no contesta, se limita a retroceder varios pasos hacia atrás… ¡y echa a correr!

- Pero… - es todo lo que puede decir Elisa ya que Abril brinca temerariamente al edificio continúo y no detiene su carrera.

La ninja no demora en seguir a la chica vestida de amarillo; sorprendentemente la brújula brillante permanece bajo los pies de la ninja, como si la chica fuese una skater y la brújula la patineta.

- Si me lo preguntaran, - se dice Elisa a sí misma – prefiero que Goliath me lleve en sus brazos. – sin tener otra salida, Elisa finalmente sigue a las otras dos.

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Mientras unas y otros se ocupan de sus respectivas misiones, las demás gárgolas están enfocados en mantener el orden en las calles de la ciudad en la medida de lo posible.

- ¡Y tomen esto y esto y esto, rufianes! – Brooklyn está 'despachando' a varios tipos a la vez.

- Broo. – le llama Lexington, se le oye molesto – No puedo concentrarme con todo el ruido que haces. -

- No me digas Broo, Lex... – responde Brooklyn con calma - ¡Hey! ¡Por poco se me escapa! – pero vuelve a enfrascarse en cumplir con su misión de mantener a los humanos sanos y salvos… en un videojuego portátil.

Ambos están sentados en el suelo.

- Si continúas haciendo tanto ruido, Broo, - Lexington también trata de mantener la calma debido al trabajo delicado en el que está empeñado; está trabajando en una computadora portátil - seguiré llamándote como Mikey te llama. -

Brooklyn pulsa la pausa en el videojuego.

- Pensando en que ibas a tardarte, me traje el gameroy que nos prestó Mikey, para pasar el tiempo.-

- Pero no pensaste en que me distraerías. -

- Creí que sería una buena oportunidad para poner en práctica las tácticas que Mikey nos enseñó. –

- Pues no fue buena idea, Segundo al mando. –

Brooklyn apaga videojuego portátil.

- Pero la idea de venir aquí, - ahora habla con un leve tono de molestia - al lugar de los hechos, donde desapareció Mikey, fue tu idea. En vez de salir a patrullar, hemos venido a encontrar algún rastro de Mikey que ayer pudimos haber pasado por alto. –

En efecto. Brooklyn, Lexington, Broadway y Bronx se encuentran ocultos en un callejón cerca de la calle donde Miguel Ángel desapareció; aunque Lexington es el único que ha estado trabajando en ello. Brooklyn estaba jugando con el videojuego portátil, Broadway está comiendo una enorme bolsa de papas fritas y Bronx está echado a su lado.

Lexington va oprimiendo las teclas de la computadora portátil con los dedos de ambas manos, de la misma manera que ha visto hacer a Elisa y también a Donatelo, pero él teclea con más lentitud.

- Ayer, - explica manteniendo al calma - Donatelo intentó rastrear la señal del celular de Mikey, pero no hubo señal; también intentó encontrar cualquier rastro de fotones, electromagnetismo o cualquier tipo de energía que pudiese servir como rastro, pero tampoco hubo nada. Pude ver cómo lo hacía él y, con esta lap top que él me ha prestado para que pudiese comenzar a familiarizarme con lo que es el internet, quiero intentar encontrar a Mikey por mi cuenta. Tiene que haber algo que pasamos por alto. –

Brooklyn se tranquiliza porque, aunque no han seguido las órdenes de Goliath, el pretexto de Lexington es bastante convincente.

- Pero ha transcurrido más de un día desde la desaparición de Mikey. Cualquier rastro pudo haberse borrado. –

- Las tortugas están en otros asuntos, y nosotros nos vemos obligados a dormir durante el día. Nadie ha podido continuar con la búsqueda de Mikey, y me siento mal por eso. –

- ¿Te sientes mal porque somos gárgolas? – Brooklyn se pone serio.

- En parte. -

- Bueno, – Brooklyn reflexiona en aquellas palabras – los humanos y las tortugas pueden no dormir por un día o dos, y ese tiempo lo aprovechan para resolver algo importante, pero nosotros, querramos o no, durante el día no podemos hacer otra cosa que convertirnos en piedra; pero también tenemos ventajas, ¿no lo crees? - intenta animarlo.

- Claro. – Lexington vuelve a molestarse, incluso deja de teclear; aprieta los puños – Una ventaja es no poder entender este mundo, su tecnología y... ¡sentirme un inútil y no poder ayudar a un amigo, ya no se diga a mi propio clan! -

Lexington levanta su puño derecho para asestarle un golpe a la máquina, pero Brooklyn logra retener el brazo de su amigo. Lexington voltea a verlo, mirándolo con una expresión en su cara que claramente dice "cualquier cosa que digas no me convencerá de lo contrario". Brooklyn no lo reprende por perder los estribos, al contrario, la expresión en su cara es de compasión.

- Camarada, tranquilo. No eres el único que a veces se desespera por no entender este mundo ni a los humanos, pero tú eres muy listo. Has podido aprender muchas cosas sólo viendo trabajar a Don, además, eres tenaz, por no decir terco. – esto último lo dice con un tono ligeramente sarcástico, lo que consigue hacer sonreír un poco a Lexington; le suelta el brazo – Toda la tecnología de estos tiempos la dominarás antes de que Broadway pueda decir 'Parangaricutirimicuaro'. –

- Confieso que… - Lexington baja la vista – siento envidia de Don. Él está ahora, en el laboratorio de Xanatos creando inventos espectaculares, y yo… apenas si puedo escribir mi nombre en un archivo de word. -

- Momento, momento, que esto va lento. – Brooklyn sonríe – Para eso existen los planes con la letra 'B'. -

- ¿Tienes un plan B? – Lexignton mira a Brooklyn como el auténtico Segundo al mando.

- ¿Por qué crees que trajimos a Bronx? -

Bronx mueve las orejas y levanta la cabeza al escuchar su nombre.

- ¡Bronx, ven acá! -

- ¡Guau! – Bronx llega rápidamente con Brooklyn.

- Olfatea esto, amigo. – le muestra el videojuego.

- Pero lo has estado jugando. - observa Lexington – El gameroy tiene tu aroma. –

- ¡Oye! – Broadway deja de comer papas para expresar su descontento – La nariz de Bronx me ayudó a encontrar las más deliciosas trufas. -

Lexington y Brooklyn se le quedan mirando con curiosidad, mientras Bronx olfatea el videojuego.

- ¿Trufas? – pregunta Brooklyn – Quieres decir cuando estábamos al otro lado del océano. -

- Así es. – Broadway se relame los labios; estruja la bolsa vacía de papas fritas y la arroja al contenedor de basura más próximo.

- Por eso – dice Lexington en lo que cierra la lap top – había días en los que los dos desaparecían por horas. -

– Ya se me antojaron. – Broadway confiesa.

Bronx comienza a olfatear el aire, y tras unos segundos, echa a correr. Broadway, Brooklyn y Lexington se levantan deprisa y tienen que echar a correr tras él porque está por llegar a la calle.

- ¡Espéranos, Bronx! – suplica Brooklyn.

Bronx llega a la calle y va hacia la izquierda; Broadway y Lexington lo siguen de cerca, Brooklyn se detiene a cerciorarse que no haya vehículos ni humanos transitando; afortunadamente la calle está vacía; alcanza pronto a los otros.

Van caminando por la acera sin preocuparse por mantenerse ocultos. Justo a la mitad de la acera, Bronx se detiene, vuelve a olfatear el aire y cruza la calle rápidamente. Al llegar, olfatea la acera y va hacia la derecha; continua caminando hasta la esquina, por lo que Brooklyn se da prisa para detenerlo.

- Bronx, espera. – susurra con cierto tono de impaciencia; lo detiene antes de que cruce la calle porque deben que asegurarse de que no haya 'moros en la costa' – Nada por aquí, – los cuatro miran hacia el frente y a su derecha – nada por... – después miran hacia su izquierda y es cuando ven…

- Una pizzería. – susurra Broadway.

- Podría ser que… - susurra Lexington.

Han visto el anuncio apagado de una pizzería.

Brooklyn ve que va acercándose una luz por esa calle.

- Atrás. – les advierte y todos se agazapan contra la pared; en ese momento pasa un motociclista – Bronx ve, con cuidado. –

Bronx se dirige hacia la pizzería, pero continúa más allá; olfatea un par de metros más lejos y regresa a la puerta de la pizzería, y como buen perro, se sienta frente a ésta.

- Mikey estuvo en la pizzería. – es la conclusión contundente de Brooklyn, olvidándose de la prudencia; los tres, ágilmente y casi agazapados hasta el suelo, van con Bronx; lo felicita frotándole la cabeza – Buen muchacho. –

- La pizzería está cerrada. – informa Broadway claramente desilusionado.

- ¿Y ahora? – pregunta Lexington a Brooklyn.

- Mikey vino a la pizzería, entonces, puede que no esté lejos. -

- Puede. – repite Lexington con desesperanza.

- Vamos Bronx, encuentra a Mikey. -

Bronx continúa olfateando; regresa por donde había venido. Los otros se yerguen y caminan a su lado. Bronx camina más allá de donde había cruzado desde la otra acera; continúa caminando hasta llegar prácticamente hasta la otra esquina.

- ¡Hay un rastro! – Broadway se alegra porque si Bronx se detuviera, significaría que no hay más hacia dónde ir.

Siguen caminando unos cuantos metros más, entonces Bronx va hacia la derecha, directamente hacia una puerta de un edificio pequeño; al llegar frente a ésta, con la pata derecha da un par de rasguños.

Brooklyn se acerca a la derruida puerta hasta tocarla con la punta de sus dedos.

- Parece que el edificio está abandonado. Entremos con cuidado... -

- ¡Guau! ¡Guau! ¡Guau! – Bronx ladra repetidamente, incluso mueve la cola.

Lla puerta se abre y las gárgolas se paralizan por un segundo por la gran sorpresa que se han llevado, pero logran pronunciar el nombre de...

- ¡Mikey! -

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¡Paf!

¡Paf!

¡Paf!

Rafael, protegiéndose con sus brazos y éstos protegidos por sus sais (e incluso así es doloroso), recibe de lleno cada puñetazo que Casey le propina.

- ¡Casey, detente! – Rafael está acorralado contra la pared - ¡No quiero pelear contigo, amigo! ¡No así! ¡No se vale que hayas ganado una fuerza brutal! ¡Estoy en desventaja! –

Pero Casey prosigue con la lluvia de golpes, y Rafael no consigue soportar más; salta hacia un lado y el puño izquierdo de Casey se impacta contra el muro cuarteándolo como si fuese una galleta; Rafael se queda sorprendido, creyendo que su amigo pudo haberse roto todos los dedos, y tal vez deje de pelear.

Sólo que Casey se ha girado y arremete de nueva cuenta con los puños en alto (la mano izquierda sangra profusamente).

- ¡Si no quieres entender razones…! – Rafael finalmente pierde la paciencia, se lanza contra Casey, Casey lo agarra por el plastrón y lo mantiene por encima de su cabeza, como si no pesara en absoluto - ¡No se vale! – y lo arroja hacia el callejón - ¡No se valeeeeee! -

- ¡Rafa! – le llama Donatelo con verdadera angustia, pero él tiene sus propios problemas - ¡Jum! –

Matt, como todo un experto en artes marciales, ataca a Donatelo usando manos y piernas.

- ¡Arg! -

- ¡Tiempo fuera! – suplica Donatelo - ¡Tiempo fuera quién quiera que seas! – apenas consigue bloquear los continuos y poderosos golpes, hasta que, - ¡Ja! – Donatelo se protege con el bo, pero el puñetazo rompe el bo - ¡Otro bo que…! – Donatelo no puede quejarse de su mala suerte porque su arma es siempre rota, ya que Matt, en un parpadeo, gira sobre su propio eje y le propina una potente patada a Donatelo - ¡Ah! – lo arroja lejos, cae sobre su caparazón, y debido a su curvatura, da media voltereta hacia atrás y termina sobre su plastrón - Ay… Santa Caguama – se queja de dolor, pero no tiene tiempo ni para eso - ¡Ah! – se ve obligado a rodar hacia un lado porque el hombre está por caerle encima y aplastarlo cual bicho rastrero.

- ¡Garrrff! – Matt cae con ambos pies contra el suelo y no contra su oponente.

Donatelo, dándose un empujón con sus brazos y girando sus piernas como un auténtico bailador de break dance, consigue ponerse de pie y se aleja de inmediato, pero no demasiado. Se vuelve porque no puede descuidar su defensa.

- ¿Cómo es posible que haya inventado un fabuloso robot y no se me haya ocurrido cómo detener a un humano enloquecido? -

El humano llamado Matt no piensa en ese tipo de trivialidades, como el hecho de estar combatiendo con las manos desnudas; él sólo se ocupa en obedecer.

- ¡Aaarrggg! –

- ¡Pero siempre puedo recurrir a las artimañas ninja! – de su cinturón saca una granada cegadora y se la arroja a Matt - ¡Kia! –

- ¡Aaarrggg! - la bomba explota justo en la cara, cegándolo completamente; se detiene en seco.

- ¡Eureka! - el sabor de la victoria dura poco. Matt se arroja en dirección al sonido que acaba de escuchar; su agilidad es sorprendente, tomando por sorpresa a Donatelo - ¡Ah! – Matt derriba a Donatelo consiguiendo mantenerlo de espaldas contra el suelo, aunque Donatelo atina a atrapar las manos del humano para evitar que le asfixie - Si no fueras… - habla Donatelo entre los forcejeos – amigo de Elisa… en absoluto… me contendría.-

Goliath y Rafael tienen los mismos problemas ya que no desean lastimar a los humanos.

Rafael fue arrojado hacia el callejón, pero logró aferrarse de las escaleras contra incendios, y trepó de vuelta hacia la contienda, sólo que ahora…

- ¡Necesitamos… refuerzos! – exclama Rafael mientras que Casey también ha conseguido someterlo contra el piso usando el peso de su cuerpo y ahorcándolo con una mano izquierda porque con el puño derecho va a propinarle un golpe en la cara - ¡CAS… CASEY! – le grita a su amigo desesperadamente por hacerle entrar en razón.

Pero el poder, la resistencia y la furia de Casey son inagotables, tanto como el deseo de matar.

Entonces…

- ¡Aggg! – alguien toma del brazo a Casey levantándolo varios centímetros del suelo.

- ¡Goliath! –

- ¡Mal-di-to! - Casey gruñe, pero de inmediato se vuelve hacia Goliath sin importar que casi se rompe el brazo él mismo buscando propinarle una patada a la gárgola.

- Lo lamento. – pero Goliath no le da la oportunidad y lo arroja lejos.

- ¡Ah! –

- Debemos huir. – dice Goliath ofreciéndole su mano a Rafael para ayudarle a levantarse.

Rafael, apoyándose con una mano para quedar sentado, le mira por un segundo, furioso, porque él no huye de ninguna pelea; pero la preocupación en la cara de la gárgola, además de algunos moretones en esa cara preocupada y también en resto del cuerpo, no le permite otra opción; asiente.

Ambos echan a correr rumbo a donde está Donatelo quien a duras penas se libra de Matt.

Donatelo evita varios puñetazos y patadas de Matt, entonces echa a correr como la única oportunidad para ponerse a salvo, pero Matt lo alcanza enseguida…

- No… – Donatelo debe detenerse y enfrentar al 'enemigo' antes de que éste haga algo; Donatelo toma un tubo roto, corre, y usando el tubo a modo de garrocha, salta llevando sus pies por delante y golpea a Matt con ambos pies - ¡Hum! - pero para Matt no es más que un pequeño empujón, así que Donatelo, por el mismo impulso, da una voltereta hacia atrás y cae sobre sus pies sin mayor problema – Es imposible que un humano posea una descomunal fuerza… - reflexiona sobre las cualidades que ha adquirido un individuo tan enclenque.

- ¡Doni! – escucha el llamado de su hermano Rafael; voltea y ve que le hace una señal, la señal para 'retirada'; también se da cuenta que Goliath hace uso de su celular.

– Pues no hay de otra. – echa a correr hacia un edificio contiguo, hacia el mismo al que se apresuran a llegar Rafael y Goliath.

Los tres saltan hacia el edificio.

- ¡Aaahh! -

Casey, Matt y Derek se reagrupan. Obviamente no les permitirán huir.

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- ¡Mikey! – exclaman al unísono Brooklyn, Broadway y Lexington.

- ¡Guau! - Bronx también.

Miguel Ángel tiene la misma cara de sorpresa que las gárgolas.

- ¡Compadres! ¿Qué andan haciendo por estos rumbos? - acaricia con entusiasmo la cabeza de Bronx.

- Hemos estado buscándote. – le responde Brooklyn rápidamente – Te buscamos toda la noche pasada, todo el día de hoy y también lo que va de esta noche y… ¿por qué estás vestido así? –

Miguel Ángel está vestido con ropas humanas: una sudadera azul marino, pantalones cafés y una cachucha naranja.

- Porque voy por una pizza. -

- Si pensabas ir – le dice Broadway – a la que está acá a la vuelta, está cerrada. -

- ¡No me digas! ¿Tan tarde es? – palpa la sudadera y después los bolsillos de los pantalones, como buscando su celular para ver la hora.

- Tus hermanos – le dice Brooklyn con un leve tono de reprimenda – han estado muy preocupados por ti. -

- No importa. – se dice así mismo – Puedo ir a la tienda de conveniencia por unas pizzas congeladas. – cierra la puerta y comienza a caminar pasando entre las gárgolas.

Ellos lo siguen.

- Mikey, - le insiste Brooklyn – deberías llamar a tus hermanos y decirles que estás bien. –

- Ah sí. – Miguel Ángel parece distraído – Es que he estado con mis nuevos amigos. La hemos pasado bien, platicando y comiendo pizza. -

- ¿Nuevos amigos? – Broadway le pregunta.

- ¡Sí! – se detiene y se vuelve hacia las gárgolas – Son geniales. Se los voy a presentar. –

- ¿Quiénes son…? – Brooklyn calla porque suena un celular; es el de Lexington. En cuanto él lee el mensaje, se alarma.

- Goliath está en problemas. –

- Habrá que ir. – dice Brooklyn mirando a sus dos camaradas.

- Es una lástima. – dice Miguel Ángel ciertamente entristecido – Espero que regresen, pero no puedo prometer que voy a guardarles pizza. – recupera pronto el ánimo.

- Está bien. – Brooklyn mira rápidamente a su alrededor y les hace una señal a sus amigos de trepar por el edificio del que Miguel Ángel ha salido – Toma, – le entrega el videojuego – para que tus amigos se entretengan. –

- ¡Genial! – Miguel Ángel se emociona ya que podrá jugar con sus nuevos amigos.

Lexington y Broadway se dan prisa para escalar por la pared del edificio abandonado. Brooklyn se agacha para hablarle a Bronx.

- Bronx, tú te vas a quedar con Mikey. –

- ¡Guau! –

- Cuídalo, y recuérdale que debe llamar a sus hermanos. -

- ¡Guau! –

Brooklyn acaricia la cabeza de Bronx, después se yergue.

- Regresamos luego. – le promete a Miguel Ángel y cuanto antes sigue a sus camaradas.

- ¡Okidoki! Vámonos Bronx, que mis invitados mueren de hambre y seguro que tú también. -

- ¡Guau! -

Miguel Ángel se da prisa para comprar las pizzas seguido por Bronx.

Pasados algunos minutos, tres sombras siniestras vuelan por el cielo.

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Goliath, Donatelo y Rafael persisten en su huida.

- ¡Son veloces! – observa Donatelo ya que sus perseguidores les pisan los talones.

- ¡Hay que mantenernos a distancia – dice Goliath – hasta que lleguen Brooklyn y los otros! –

- ¿Y cómo para cuándo será eso? – pregunta Rafael sin tener muchas esperanzas.

- Quizás… - Goliath también tiene sus dudas; saltan a otro edificio – veinte minutos. No estoy del todo seguro en dónde están. –

- Ah, bueno. –

- No creo… - dice Donatelo ya exhausto – soportar tanto tiempo… - a cada paso que da se va rezagando - ¡Ah! – hasta que tropieza y cae.

- ¡Doni! – Rafael se detiene y enseguida regresa, pero Derek está mucho más cerca de Donatelo.

- ¡Aaarrgg! – Derek da un impresionante salto, junta sus manos y las entrelaza para asestarle a Donatelo un potente golpe en la cabeza.

- ¿Eh? – Donatelo apenas consigue voltear la cabeza para darse cuenta de que el enemigo está por partirle el cráneo en dos.

- ¡Aaarrgg! – Derek gruñe, y a pesar de que la expresión en su cara sigue siendo diabólica, sus labios sonríen de satisfacción - ¡Aauu! – pero de repente aúlla de dolor y cae encima de Donatelo pero sin darle el golpe de gracia.

- ¡Ah! – Donatelo se lleva el susto de su vida, no sólo por no haber recibido el impacto, sino porque Derek ha caído encima de él, como muerto, pero no se ha recuperado del susto cuando los otros dos humanos se preparan para también caerle encima - ¡Aaahh! – grita Donatelo porque esta vez está seguro que no se salva…

- ¡Aauu! – en un parpadeo los otros dos humanos aúllan como si hubiesen sido heridos mortalmente, y caen al sueldo.

Donatelo sigue en el suelo intentando comprender qué ha sucedido.

- ¡Doni! – Rafael llega a su lado y le quita de encima al humano - ¿Estás bien? –

- Creo que sí. –

Goliath se arrodilla para revisar a Derek.

- Ha sido sedado. – le quita del brazo un dardo tranquilizador; echa un vistazo a Casey y Matt, también tienen un dardo tranquilizador incrustado en sus cuerpos inertes.

- Entonces… - Donatelo, sentado en el suelo, sonríe recuperando un poco el ánimo, mira en todas direcciones, y ve a alguien inconfundible unos metros más allá - ¡Metalhead! – con algo de esfuerzo, se pone de pie y camina hacia su creación.

Goliath y Rafael también se ponen de pie. Rafael mira a su hermano que está feliz porque su invento no les ha fallado, pero Goliath se limita a escudriñar el cielo. La Luna ya está en lo alto de la bóveda celeste, aun así no puede ver si las otras gárgolas…

- Ahí están. – logra ver tres sombras muy a lo lejos. Por la distancia, no distingue si se trata de sus camaradas, pero siendo tres sombras que, por su trayectoria, se dirigen hacia dónde están, deben ser ellos - Gárgolas 3, Tortugas 1. – cuenta las veces en las que su clan ha sacado de un aprieto a las tortugas y las veces que el clan de las tortuga ha salvado a las gárgolas; guarda silencio esperando a que Rafael le contradiga, pero al voltear, Rafael no está junto a él.

Rafael está con Donatelo, felicitándolo a su manera.

- Fuiste veloz, montón de tuercas y tornillos, pero a ver qué tal peleas. – reta a Metalhead.

- Yo no te lo recomendaría. – le advierte Donatelo sin poder dejar de sonreír de satisfacción.

Rafael asume una pose de pelea, pero Goliath no le entusiasma ver quién va a ganar. Examina a Derek para asegurarse que no tenga ningún golpe serio o algún hueso roto porque, en definitiva, no parecía que sintiera dolor al impactar sus poderosos golpes contra lo que fuera.

Donatelo y Rafael siguen en su discusión.

- Rafa, - Donatelo comienza a impacientarse por la actitud de su hermano (como si la pelea que acaban de librar no hubiera sido suficiente) - mejor llamemos a Abril. Me preocupa que ella haya ido sola con "tú sabes quién". –

- Sí. – Rafael se preocupa por su amiga – Tienes razón. ¿En qué estaría pensando Leo para pedirle a Abril y a Elisa a que fueran a una misión en la que pueden toparse con enemigos peligrosos? -

- No quiero ser pesimista a tal grado, - Donatelo saca su celular para llamar a Abril - pero pudiera ser así. – marca al número de Abril, en eso…

Ambas tortugas sienten un horrible frío que los paraliza. El sexto sentido que han desarrollado a lo largo de incontables enfrentamientos que les advierte de un peligro inminente.

Rafael y Donatelo voltean lentamente hacia donde saben que el peligro acecha; se encuentran a un enfurecido Goliath que va aproximándose a ellos.

- Dicen que Leonardo – Goliath habla apretando su mandíbula, conteniendo su furia – hizo… ¡¿qué?! -

El aspecto de Goliath es tan terrorífico, que Donatelo deja caer su celular.

En el suelo, el celular está llamando al celular de Abril; se escucha el tono repetidas veces.

Abril no responde.

) ) ¡ ( (

Ahora sí que me pase del límite permitido de palabras, pero no hallé cómo cortar tanta acción.

n.n

Hasta que escribí este epi, no había entendido por qué Donatelo Rot tiene un tecno-bo hecho de titanio de alta calidad xD y es que a los otros pobres Donis siempre les rompen a cada rato el bo de madera x)

Gracias por leer.

^.^