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LAS TORTUGAS NINJA

y

GÁRGOLAS, HÉROES GÓTICOS

no me pertenecen.

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GUERREROS DE LA NOCHE

Donatelo, con apremio, hace una inquietante pregunta.

- ¿Alguien tiene algún plan? –

Por el intercomunicador no hay más que un atroz silencio, pero esto curioso, porque todos ellos han participado en muchas batallas, tienen experiencia, así que debería haber más de uno exponiendo un plan. Pero sucede que en momentos críticos, es cuando es necesario que alguien sea capaz de integrar tantos talentos en un grupo, en un equipo, alguien que sea un líder.

- El plan – una repentina voz se escucha por el intercomunicador – es salvar al mundo. –

- ¡Goliath! – más de uno de los oyentes se alegra de escuchar al líder del clan de las gárgolas.

Goliath, surcando el cielo, se apresura a llegar al sitio de devastación. Comienza a dar indicaciones.

- Zak, Lexington, Miguel Ángel y Rafael. Todos ustedes deben acercarse a la chica y rodearla. Los demás deben cubrirlos. Yo permaneceré en las alturas para informarles en todo momento de cualquier movimiento de los otros comandos. -

- Entendido. – Zak abandona la metralleta de El Acorazado, el vehículo frena lo suficiente y salta de éste.

- Brooklyn y Broadway – Goliath informa el último detalle – están por llegar. -

Corriendo sobre sus cuatro extremidades, Brooklyn y Broadway, de un salto, se sumergen en la contienda.

Brooklyn, mientras despedaza una robogárgola, mira al cielo, y ve que Goliath le da indicaciones; asiente al entender el mensaje.

- Vaya. – dice Dash con sarcasmo al descender lo suficiente para entregarle un cañón de pulsos electroestáticos a Zak; vuelve a elevarse – Cuatro contra uno. O quieres asegurar la victoria, Goliath, o la chica es extremadamente peligrosa. –

- Ambas, Zak. -

- Oigan. – interrumpe Miguel Ángel – Rafa acaba de decirme que les diga, porque no tiene comunicador, que la ninja sabe cómo usar la gema. -

- Gracias, Miguel Ángel. – dice Goliath – Broadway y Brooklyn también se integrarán con Lexington y los demás. Por favor, tengan cuidado. La magia con la que nos enfrentamos, no sólo es poderosa, además es impredecible. -

- Entendido. – algunos responden; los otros se enfocan en destruir tantos robots y tan pronto como sea posible.

La confrontación es reñida porque los robots no son nada fáciles de destruir.

Lexington, ganándole la curiosidad, tras despedazar un robopie con sus poderosas garras y dar unos agiles saltos, encara a Dingo.

- No puedo creer que la Manada haya caído tan bajo. – Lexington provoca a Dingo.

- ¡Todo lo contrario, adefesio! ¡Ahora podemos pelear contra ustedes de igual al igual! –

Lexington esquiva el zarpazo de las poderosas garras del dingo.

- Habla por ti. – a unos cuantos metros, Zorra se enfrenta a varios robopies – Nos extrajeron de la cárcel sólo para transformarnos en monstruos. Si no cumplimos con las órdenes del tipo de negro, no volveremos a ser humanos. –

- Donatelo y yo podemos ayudarlos. –

- Yo estoy bien, gracias. – responde Dingo a la propuesta.

Zorra no lo piensa mucho. Asiente.

Debido a los combates que hay por doquier, pero sobre todo, a la urgencia de rodear al objetivo, Lexington no piensa mucho en si debe brindarle, o no, su confianza a esa enemiga.

- La idea es – expone el plan a la "nueva aliada" - llegar donde está la misteriosa chica. – después, le informa al resto de un giro inesperado - Zorra se une a nosotros. –

Zorra comienza a abrirse paso entre los robots y sus ex-compañeros.

Goliath estima que la nueva ayuda no era tan necesaria. Desde las alturas, comprueba que las robogárgolas y los robopies comienzan a sufrir bajas rápidamente gracias al trabajo en equipo de los neutrinos, las gárgolas y las tortugas.

En otra parte, quienes encabezan esas facciones casi derrotadas, están planeando su siguiente movimiento.

Lexington, habiendo hecho equipo con Zorra, son los primeros en acercarse a la chica ninja, pero no significa que dejen de combatir. Los robots continúan atacando.

El resto de los integrantes de la Manada, se ha limitado a defenderse de los robots.

- ¡Empiezo a sentir, - dice Lobo – que fuimos usados como conejillos de indias! – pelea fieramente contra un robogárgola.

- ¡Eso mismo creo! – dice Hiena mientras golpea a puño cerrado a un robopie sin infringirle daño - ¿Y qué? ¡Ja! – ahora, su garra derecha la incrusta en el pecho del robot, las chispas de los circuitos destruidos comienzan a saltar, e Hiena arranca de un tajo cables y otros componentes del interior del robot - ¡Esto es fenomenal! – se abalanza contra otro robot.

- ¡Yo tampoco me quejo! – dice Chacal al arrancar de un zarpazo la cabeza de otro robopie; se detiene un momento – Pero entiendo tu punto, Lobo. –

- Sólo digo que hay que permanecer alerta. – habla Lobo pensando en otra estrategia.

Zak y Rafael son los siguientes en acercarse al objetivo.

En el siguiente instante, Broadway llega junto a Zorra.

Ellos cinco, de inmediato se colocan para formar un tipo de círculo que rodee a la ninja, evitando así que cualquier robot quiera acercarse a ella.

Brooklyn y Miguel Ángel están cerca.

- Y cuando estemos todos reunidos, – dice Zak - ¿qué? -

- Mientras continúan con la defensa, yo capturaré a la chica con el rayo tractor. – Dash agrega – Si no lo consigo, lo intentará Kala. -

- No tenemos mucho tiempo. – informa Goliath desde las alturas – Un grupo de soldados humanos se acercan por el norte. -

- Tendré que intentarlo ya. – Dash se decide; eleva el auto para estar lejos de alcance de cualquier rayo que lancen los pocos robots que quedan en pie.

- Agilicemos las cosas. – dice Brooklyn; se apresura a apoyar a Miguel Ángel que está combatiendo a un robogárgola y a un robopie.

Naturalmente, lo escucharon los demás.

- Por supuesto. – dice Rafael y se acerca a la ninja.

- ¡Rafa! – lo reprende Donatelo porque, al dejar su puesto, cualquier robot o mutante puede pasar por esa parte.

Pero Rafael está más preocupado por ajustar cuentas.

La ninja no se mueve en absoluto.

- No tienes hacia donde huir, bruja. –

En esos momentos, Miguel Ángel y Brooklyn se unen al círculo.

- ¡Rafa! – Miguel Ángel lo llama con ansiedad.

- Sólo voy a retenerla para que no intente nada. –

- En posición. – informa Dash.

Rafael está frente a la ninja, quien voltea a verle.

- Agáchate. – habla la chica con una voz imperativa y que suena a advertencia; no sólo eso, un extraño brillo comienza a rodearla.

- ¿Qué? –

La ninja levanta la katana; su cabello y su vestido ondean, pero el viento no está soplando.

Rafael se angustia y le grita a los demás.

- ¡CAPARAZONES AL SUELO! –

Los demás se vuelven al escuchar una inquietante advertencia, ven que Rafael se tira al suelo, así que, quienes están en tierra, se tiran al suelo, Kala deja de disparar y se aleja, Donatelo debe saltar de El Acorazado (el cual sigue su marcha), y gracias al agudo oído que posee cada uno de los integrantes de la Manada, también se tiran al suelo.

Dash dispara el rayo tractor.

La ninja, empuñando la katana, hace un movimiento de corte hacia arriba, justo donde está el auto estelar que conduce Dash, y de la hoja de ésta, emerge un rayo de luz blanca que repele el rayo tractor, Dash apenas consigue virar el auto evitando que esa extraña luz lo golpee, pero pierde el control del vehículo momentáneamente; enseguida, la ninja gira sobre su propio eje, y nuevamente de la hoja de katana se desprende un rayo de luz blanca que en segundos se extiende cual onda de agua en un estanque cristalino, cortando y haciendo explotar a todos los robots que están alrededor, sucediéndose instantáneas y múltiples explosiones.

¡Boom!

¡Boom!

¡Boom!

¡Boom!

¡Boom!

¡Boom!

La onda de luz se desplaza varios metros, destruye varios postes de la iluminación del estacionamiento, pero la luz va más allá del estacionamiento, llega hasta algunos locales y los destruye, al igual que más postes de luz; incluso, el rayo luminoso alcanza a El Acorazado.

¡BOOM!

Goliath y los dos autos vuelvan en círculos asegurándose que todos los robots han sido destruidos, y así es.

Las explosiones terminan pronto. Ahora hay pequeñas llamaradas esparcidas por doquier, pero el fuego en los locales amenaza con extenderse a toda la plaza.

- ¿Están bien? – preguntan al unísono Dash y Goliath.

- Mikey, ¿estás bién? – Kala sólo se preocupa por alguien en particular.

- Me parece que sí. – Lexington es quien contesta.

Los sobrevivientes se incorporan. Se sorprenden de la devastación.

- ¡Bruja! – Rafael se vuelve hacia la ninja - ¿Cuándo aprendiste…? –

La ninja no está.

- ¡Se escapa! – Miguel Ángel da la alarma.

La ninja va corriendo, dirigiéndose hacia la avenida por la cual vino.

- Menos mal. El rayo tractor todavía funciona. – informa Dash.

- Vamos tras ella entonces.- Kala lo apremia.

Dash y Kala pisan el acelerador, los demás corren tras la fugitiva (Zak, con pulsar un botón que tiene en cada uno de sus zapatos, éstos se transforman en patines).

Donatelo se rezaga; a la distancia, él observa a su armatoste destruido.

Mientras tanto, la Manada se reagrupa.

- No conseguimos el objetivo. – reporta Dingo por su intercomunicador.

- Retírense. – les ordena una voz.

- ¿Y la cura? – pregunta Lobo.

- Regresen. – la voz recalca con indiferencia.

No muy lejos, se ven los faroles del jeep.

Sólo un integrante de la Manada se resiste a ir en busca del jeep.

Kala, Goliath y Dash observan a la ninja desde las alturas.

- Es astuta. – dice Goliath advirtiendo a todos – Ella esperó a que, todos sus amedrentadores estuviesen lo bastante cerca, para destruirlos al mismo tiempo.

La ninja va corriendo en medio de una larga avenida de dos carriles.

Quienes las persiguen desde por tierra ya han llegado a la avenida.

- Procuren mantener una distancia prudente. – Goliath les pide a todos.

- ¿No se cansa?- se pregunta Miguel Ángel.

- Les recuerdo que trae la piedra. – dice Rafael.

- Podemos frenar su huida Kala y yo. – propone Dash.

Dash y Kala, descienden hasta llegar al nivel del suelo, están a escasos metros de la fugitiva. Dash se prepara para activar el rayo tractor cuando esté a la distancia necesaria de la ninja. Kala disminuye un poco la velocidad para ser el respaldo.

La ninja escucha los motores de los autos estelares, y al voltear, se da cuenta que el auto rojo está pocos metros justo detrás de ella. Se detiene en seco.

En esos segundos, el auto rojo está a un metro del objetivo, y Dash está por accionar el rayo tractor pero, la ninja salta hacia el auto con la katana en alto, sorprendiendo al conductor.

- ¿Eh? –

En un parpadeo, la ninja cae sobre la parte delantera del auto y clava la katana en el motor del auto.

- ¡Dash! – Kala se alarma.

El auto rojo zigzaguea por la avenida, pero en pocos segundos el auto azul le da alcance, entonces la ninja salta y cae en éste, cae en el asiento del piloto.

Dash intenta no perder el control del auto, y precipitadamente se estaciona a un lado de la carretera.

El auto azul sigue avanzando.

- ¡Kala! – Dash llama a su amiga porque se da cuenta que pelea contra la ninja.

El auto azul, al no ser conducido, ha activado el piloto automático.

- ¡Pretende hacerse del auto estelar para escapar! – advierte Rafael.

Brooklyn, Broadway y Zak van más adelante que las tortugas, pero en ese momento, los rebasa Donatelo subido en una moto (la moto la dejó estacionada, lejos de la batalla, por si pudiese necesitarla). Rafael y Miguel Ángel se dan cuenta que su hermano no está nada contento.

Sin importar el reducido espacio, las dos chicas pelean con puñetazos y patadas, pero de nueva cuenta un brillo rodea a la ninja, y antes de que Kala se dé cuenta, recibe un fuerte "empujón", saliendo despedida del auto.

- ¡Kala! – Zak aumenta la propulsión de los patines, y consigue atrapar a su amiga antes de que se choque contra el pavimento.

La ninja toma el volante del auto, entonces…

… Goliath aterriza varios metros adelante del auto.

La ninja conduce justo por en medio de la carretera, como dirigiendo intencionalmente el auto para arrollar a la gárgola.

Los colegas de la gárgola se alarman, pero saben que Goliath sabrá qué hacer.

- Goliath sabrá qué hacerGoliath sabrá qué hacer… Goliath sabrá qué hacer – Miguel Ángel suplica por que así sea.

La ninja también lo sabe.

Esa gárgola es un formidable guerrero.

No importa si vira hacia la derecha, o hacia la izquierda o incluso si eleva el auto para que vuele y pase por encima; esa gárgola imponente, con un salto, podrá apresar el vehículo entre sus inmensas garras. La única opción es ir a máxima velocidad para arrollarlo.

Ambos sólo tienen segundos para tomar una decisión, pero ni ella desacelera ni la gárgola se aparta.

Goliath se prepara para recibir el impacto y la ninja… ¡se sube al asiento y salta!, la ninja da un salto hacia atrás, hacia la motocicleta. Goliath cacha el auto (que al no tener conductor, ha desacelerado y el impacto no es tan fuerte). Donatelo ve cómo la ninja pareciera que va a chocar contra él, de cabeza, pero la ninja toma a Donatelo del borde de su caparazón, se apoya en éste para terminar de girar su cuerpo y caer sobre el asiento y sentarse tras de Donatelo…

- ¿Eh? –

… y sin soltar el caparazón, lo aferra, levanta fácilmente a Donatelo y lo arroja contra el pavimento.

- ¡Aaahh! –

- ¡Doni! – Miguel Ángel y Rafael se alarman por su hermano y sobre todo porque ellos dos no están cerca de él, pero Broadway y Brooklyn sí lo están, y lo atrapan.

- ¡Te tenemos! – vitorea Brooklyn.

Rafael y Miguel Ángel se apresuran a cerciorarse que su hermano no resultó herido, es cuando la ninja pasa a escasos metros de ellos conduciendo la moto de Donatelo. Rafael voltea y le lanza una sai, pero la moto es veloz; no da en el blanco.

Miguel Ángel es quien llega primero con Donatelo que, más que herido físicamente, está herido en su orgullo al haber perdido dos de sus preciados vehículos.

Rafael mira cómo va alejándose la ninja; un momento después, Goliath pasa a un lado, corriendo sobre sus cuatro extremidades, pero sólo avanza unos metros antes de detenerse, y así, dar por terminada la persecución.

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Gracias por leer.

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