TODOS LOS PERSONAJES PERTENECEN A JK. ROWLING
BUENA LECTURA.
Frente a ti: Recuérdame
2° TEMPORADA
Capítulo Once
"Despertar"
¿Cuál es el camino sin retorno? Acaso el pelirrojo podía palpar el suyo para simplemente dar el siguiente paso y sumergirse de lleno hacia la última operación de su vida, podía entonces manejar el mismo destino del cuartel de aurores y dejarlo a suerte del siguiente personaje que asumiera su puesto, y si nadie asumía aquel cargo, habría planeado la jugada para retrasar la búsqueda y llegar a nuestro propio punto sin retorno. Aquel punto donde sencillamente era imposible buscarlo porque no quería ser encontrado, podía la venganza ser el secreto motor del ex jefe de aurores para tomar tal decisión, sin considerar a su hija, sobrino, amigos, ministro y por supuesto a la mujer que amaba.
¿Qué planeas Ronald Weasley? Siempre has tenido plena confianza en los jóvenes aurores, admiras su valentía, astucia y trabajo en equipo para superar cualquier adversidad pero estarán preparados para asumir un cuartel sin capitán. O acaso piensas en Melissa, la segunda mujer mejor preparada para luchar a tu lado y siempre compañera de aventuras peligrosas. No niego el buen juicio del pelirrojo pero podría congeniar con la personalidad de Rose y evitarse enfrentamientos.
O tal vez Remus, el confidente de hace tantos años y con el cual sé que confiarías tu vida. El compañero que guarda tus secretos incluso mejor que yo, acaso el hombre lobo podía liderar una búsqueda y apartar la emocionalidad del pasado hacia la zona sur, podría sobrellevar las tretas Rafael y al mismo tiempo defender a su propia familia.
-Tranquilo Joshua… - Susurra Rose observando al muchacho pasearse de un lado hacia el otro.
No, él jamás le dejaría tal responsabilidad al hijo de Luna.
-No puedo estarlo – Balbuceo revolviéndose el cabello – Ha dejado el cuartel como un civil y ahora está infiltrado. Se suponía que estaba prohibido… - Acusó echándole una mirada al ministro de magia.
-Sólo él decreta los permisos – Soltó el aludido bajando la mirada – No he logrado convencerle, lo siento.
-¿Qué ocurrirá ahora? – Pregunta James frunciendo el ceño - ¿Quién será el responsable del cuartel?
-Designó a una persona – Suspiró revisando algunas carpetas – Debo oficializarlo en las próximas horas.
-¿Quién es? – Preguntaron un tanto ansiosos.
El ministro lanzo un suspiro mientras rebusca el pergamino entre varias carpetas sobre el escritorio, el moreno dirige la mirada hacia sus amigos y compañeros de trabajo porque la decisión parece estar entre cuatro personas, parece casi imposible pero las decisiones de su mejor amigo podrían seguir sorprendiéndoles. Martín coge un pergamino y una carta cerrada para luego disponerse a leerla ante la expectación de todos los presentes.
-Antes de renunciar a mi cargo de jefe de aurores… - Comenzó el ministro – Dejo a posteriori como jefe del cuartel general de aurores a James Potter Weasley.
Un silencio atronador viaja por toda la oficina y la tensión en el ambiente aumenta con el correr de los segundos por la decisión del pelirrojo: El nuevo jefe de aurores sería James Potter.
El moreno observa cada gesto de su hijo y sólo puede encontrar desconcierto ante la decisión del pelirrojo por dejarle tan importante responsabilidad a su cargo, y más considerando la pésima relación que llevaban hace algunas semanas a raíz de la muerte de Ginny y de los verdaderos responsables que en cierta medida había ocultado. No puede evitar sentir cierta nostalgia porque la situación de hace algunos años parece repetirse, cuando el chico prometió – sin saber la infiltración – proteger a Rose del peligro. Hoy nuevamente Ronald Weasley le deja una responsabilidad: cuidar de la comunidad mágica de los mortifagos y en especial de Rafael.
A la distancia observa a su hijo cerrar ligeramente los ojos y aguantar la respiración para aclarar sus pensamientos, sólo puede recordar un episodio en donde estuviese completamente perdido – la confesión de estar enamorado de su prima – tal y como lo estaba ahora. De seguro ahogado por las emociones y el enorme peso sobre sus hombros, preguntándose una y otra vez del porque la decisión del hombre.
-James… - Soltó Martín sacando a varios de sus pensamientos – Ronald me pidió que te entregará esto – Dijo extendiéndole el sobre cerrado – Buena suerte.
El joven Potter cogió el sobre para luego simplemente abandonar la oficina sin mirar a nadie, sintiendo la enorme carga sobre sus hombros pero por sobre todo entre sus manos.
Avanzo por los pasillos sin percatarse del rumbo que tomaba pero llegando inevitablemente hacia la oficina del jefe de aurores: su propia oficina. Cogió la perilla con temor y la giró para abrir la puerta tal vez esperando encontrar al pelirrojo trabajando, sumido en sus propios pensamientos y con aquel gesto de cansancio tan habitual. Sin embargo, el silencio del lugar le abrumó hasta el punto de empuñar las manos y con ello arrugar el sobre que poseía.
Con temor avanza hacia el escritorio del pelirrojo logrando visualizar los retratos y la pila de documentos que poseía; el rostro del pelirrojo en compañía de su hija le hacen sonreír, el trío dorado de Gryffindor aparece en otro retrato y la sonrisa de su madre le hace sentarse pesadamente en la silla detrás del escritorio. Apoya los codos sobre las piernas y la cabeza sobre el borde del mueble.
Con el corazón latiendo con fuerza, abre el sobre.
Querido James.
Puedo imaginar cuán confundido estás y del porque te asigne la responsabilidad de dirigir el cuartel general, posiblemente pienses que hay mejores magos y con mayor experiencia, cierto o no, créeme que ninguno tiene la confianza que yo poseo en ti.
Sé que he perdido tu confianza y respeto después de haber ocultado la verdad por tantos años, posiblemente jamás podrás perdonarme y lo comprendo. No haber expuesto la verdad ha ocasionado dolor y tristeza en las personas que amo, soy responsable de eso y por ello tome la decisión de infiltrarme en la zona sur, conozco el riesgo de tal decisión y lo acepto sin mayores reparos, y no pienso seguir mintiéndote, posiblemente ya no regrese y para cuando tomes la decisión de buscarme en la zona sur, ya estaré muerto.
Nuevamente, te pido proteger a mi hija y nieto, y por sobretodo, amarlos.
Hasta siempre, Ron.
Con el corazón y las pulsaciones a mil sale de la oficina pero apenas si logra avanzar unos metros cuando la figura de Melissa se interpone; llevándole por la manga de la túnica se desplazan hacia un pasillo desierto donde se retaron con la mirada.
-¿Qué haces? – Preguntó frunciendo el ceño – No tengo tiempo para discutir.
-Haz el tiempo – Acusó la mujer arrebatándole la carta – Sabía que caerías con esto. – Murmura bajando la mirada
-¿De qué hablas? – Pregunta James confundido
-Crees que Ronald admitiría estar muerto – Inquirió alzando las cejas – Lo último que haría sería atraerlos hacia la zona sur.
-Es falsa… - Susurró sintiendo un enorme vacío
-Hay enemigos en el ministerio, no lo olvides – Suspiró la mujer – De seguro cambiaron las cartas – Se dijo pensativa para luego sacar un sobre – Me dio una copia, por seguridad – Admitió entregándosela al hombre.
-Melissa… - Susurró James confundido – El ministro…
-No te preocupes, está limpio – Dijo pensativa – Lo he vigilado por semanas, tranquilo.
-Ahora entiendo porque confía en ti – Se dijo el muchacho observando el sobre – Gracias.
-De nada… - Sonrió la mujer desviando la mirada hacia el pasillo vacío – Escucha… - Suspiro – No puedo negarlo pero es posible que situación la de Ronald sea comprometida, sin embargo, no puedes arriesgar la vida de todos.
El ahora jefe de aurores negó.
-Su situación es irrelevante – Soltó él llevándose una mirada sorprendida de la mujer – Debes saberlo… - Sonrió tristemente – Si él regresaba entonces lo habríamos perdido para siempre.
-James…
-Respetaré su decisión – Musito bajando la mirada – E independiente de lo que diga ésta carta, es tarde para el perdón. – Y sin mayores reparos le regreso la carta a la auror.
Y entonces la mujer observó al muchacho alejarse.
-No me parece justo – Soltó cruzándose de brazos enfrente del escritorio del pelirrojo – Primero le pides perdón, admitiendo estar muerto para luego decirle quién demonios sabe qué. Decepcionarás al chico, más de la cuenta.
-Ya no importa – Suspiró el pelirrojo cerrando ambos sobres – De cualquier manera comprenderá.
-¿El qué? – Soltó Melissa frunciendo el ceño - ¿Qué sigues siendo un mentiroso?
-Vivo o muerto… - Suspiró cruzando miradas con su compañera – Jamás seré el mismo.
-Ronald…
-Mel… - Susurró el pelirrojo acercándose hacia ella – Al menos contigo soy sincero y sabes cuán atormentado estoy por mis pesadillas.
-Regresando no disminuirán – Dijo sujetándole por la túnica – No sigas destruyéndote.
-Ya es tarde.
Y en un arranque de furia siguió al hombre hasta darle alcance.
-Potter – Soltó la mujer a paso firme. El hombre se giró intrigado – Detente.
-¿Qué quieres?
Sin comentario alguno, extendió la carta.
-¿Qué dice la segunda carta? – Preguntó bajando la mirada hacia el escritorio. El pelirrojo se deshizo del agarre de ella y sonrió tristemente
-Soy sincero… - Suspiró cogiendo la carta y mirarla con detenimiento – Ni siquiera con Harry lo he sido pero con James es distinto, tal vez porque es el novio de mi hija y padre de mi nieto. Dásela y dile que sigo confiando en él.
El joven Potter negó dándose la vuelta.
-Espera… - Dijo Melissa sujetándole por la túnica. Con torpeza deposito el sobre – Sigue confiando en ti, por favor. – Pidió para luego girarse e irse del lugar antes de cualquier protesta del muchacho.
A pesar de sentirse herido y profundamente confundido con el asunto de las cartas, decidió terminar con el asunto de una buena vez. De un brusco movimiento abrió el sobre y saco el pergamino escrito por el pelirrojo, dio un suspiro y leyó.
-James… - Dijeron interrumpiendo al auror. Delante de él, su padre le miraba preocupado - ¿Estás bien?
-Sí… - Susurró este - ¿Sucedió algo?
-Te has marchado pronto – Dijo Harry observando el sobre abierto – El ministro quiere decirnos algo más.
-De acuerdo… - Asintió guardando el pergamino en la túnica para luego seguir a su padre.
-Escucha… - Musito el profesor a punto de abrir la puerta – Sea lo que diga esa carta, sigue confiando en él.
-No puedo hacerlo. – Dijo bajando la mirada
-Sólo inténtalo – Volvió a decir para luego ingresar nuevamente a la oficina del ministro de magia.
-Posiblemente… - Comenzó el ministro luego de segundos de silencio – El joven Potter ya lo sabe – Acusó llamando la atención del muchacho – El señor Weasley pidió que les comentase algo personal y delicado…
-¿A qué se refiere? – Acusó Rose intrigada. Observó de reojo a su novio quien parecía confundido - ¿Qué debemos saber?
-El motivo de la aprehensión sobre la infiltración – Suspiró Martín llevándose miradas extrañadas de casi todos los presentes, Melissa ya había regresado y guardaba silencio – Siempre se negó, en especial, con ustedes dos – Señalando a James y Rose.
De pronto, el pergamino guardado en la túnica del muchacho se hizo pesada.
-Cuando Ronald se infiltró hace siete años… -
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Querido James P.
Sé cuán herido estás por el silencio que he guardado con respecto al asesino de tu madre y sólo Merlín conoce cuán arrepentido estoy de haberte ocultado la verdad. Después de la captura de Henry, opté por hacerme cargo del asunto y simplemente alejarlos de cualquier peligro, y obviamente, tal decisión implicaba vetar cualquier infiltración hacia la zona sur u otro lugar. Jamás lo han comprendido y hemos tenido cientos de discusiones al respecto, posiblemente conjuguen mi aprehensión con mi pasado, y aunque es verdad, hay motivos más profundos que aquel simple acto de tomar posesión de otra identidad.
Con un profundo miedo tuve que guardar silencio y ocultarles la verdad; miedo porque jamás soportaría su rechazó y asco al mirarme. Cuando estás infiltrado, la primera fase es primordial para coger el respeto y confianza del enemigo, y en especial el objetivo, y por ello debes estar dispuesto a cualquier petición o acción, no importa si ésta pudiese saltar tus propios límites.
Al principio tuve que presenciar la tortura de magos, brujas, muggles e incluso niños; sonreír fingiendo disfrutar de tal espectáculo mientras mi interior se quebraba con cada grito, súplica y lágrimas de dolor. Un suplicio que podía durar horas y sólo interrumpido hasta la muerte de la persona para luego continuar con una nueva víctima. Es difícil explicar lo que todavía siendo y más cuando aquellos gritos inocentes siguen pululando por mi mente y alma.
Mi espíritu, alma y corazón se hicieron añicos cuando tuve que empuñar mi propia varita hacia personas inocentes y ser yo mismo quien provocase dichos lamentos que seguían rompiéndome en mil pedazos, hasta el día de hoy. Es el tormento que vivo día a día, es la tristeza constante que reflejan mis ojos y la imposibilidad de sonreír como lo hacía antes. ¿Cómo sonreír? Si he causado tanto dolor y muerte a personas inocentes.
Sé lo que sientes y lo entiendo. Regresar al lugar que quebró mi alma parece una locura porque probablemente tenga que hacer lo mismo o algo peor, sin embargo, sé también que jamás regresaré con ustedes, y aunque regresará, ya nada quedaría de la persona que conocieron.
Mi sobrino, hijo y amigo, sé que el primer impulso será dirigir la búsqueda hacia la zona sur y lo entiendo pero te pido abstenerte de dicha decisión, déjame aquí. No deseo la ayuda del ministerio ni del cuartel de aurores, sólo confía en mí y si logró salir con vida de este lugar, entenderé sino quereís verme jamás.
Sólo vuelvo a pedir que cuides de mi hija y nieto.
Con cariño, Ron W.
¿Cuán quebrado estaba su padre? Se preguntaba Rose siendo cobijada por su novio, sin poder asimilar por completo las palabras del ministro y mucho menos la carta escrita por su padre. Aquel hombre atormentado por las acciones del pasado, acompañado por la muerte y gritos de dolor que jamás desaparecieron en él. Causo muerte y dolor de hombres, mujeres y niños inocentes, les arrebato la vida y el alma de la peor manera posible.
Con apremio deshizo el abrazo de su novio y se dirigió hacia el baño del segundo piso de la casa, ingreso al baño y vomito de tan sólo imaginar a su padre en tal situación; el rostro cubierto por una máscara y la varita empuñada mientras torturaba a alguien, tal vez un mago o un niño pequeño, volvió a vomitar sintiéndose mareada. Sintió la presencia de James, sujetándole el cabello y acariciando dulcemente su espalda tensa por el esfuerzo, y porque no, la angustia de conocer esa faceta de su padre, aquel hombre que siempre demostró amor y cariño por su familia.
Comprendía entonces el paulatino cambio del pelirrojo durante esos años; el semblante pálido, la mirada triste, la sonrisa forzada que nunca hacía brillar los ojos de él, el hombre solitario que jamás quiso iniciar ningún tipo de relación y siempre preocupado por el trabajo. Aquel pelirrojo sumergido en los recuerdos del pasado y la culpabilidad de sentirse un asesino.
-Estás pálida… - Susurró James tirando la cadena del baño – Debes descansar. – Sugirió ayudándole a incorporarse del suelo para luego guiarla hacia la habitación que ambos compartían – Le enviaré un mensaje a Mike.
-No es necesario – Negó la mujer apoyándose en el umbral de la habitación. Sujetó el brazo de su novio – Debes regresar al ministerio.
-Debo quedarme contigo – Refutó el hombre preocupado – No estás bien.
-Busca a mi padre – Pidió Rose a pesar de la petición del pelirrojo – No quiero perderle.
-Rose… - Musito el auror con la garganta apretada – Él dijo…
-No me importa – Negó sollozando – Sé cuán quebrado se encuentra y los temores que posee pero jamás dejará de ser mi padre, y no voy a permitirlo – Carraspeó limpiándose las lágrimas con fiereza – No permitiré que siga hundiéndose en esa oscuridad.
-Escucha Rose…
-Comprendo que sigas molesto con él – Soltó apoyándose en la pared producto de una nueva oleada de mareos – Yo también lo estoy pero sigue siendo mi padre y lo seguiré de ser necesario.
-Rosie… - Susurró intentando seguir a su novia pero un ruido en la habitación le hizo girarse ligeramente para observar una lechuza picotear la ventana. De pronto, un segundo ruido cerca de él le hizo girar bruscamente en búsqueda de su novia - ¡ROSE! – Exclamó al verle desmayada en el suelo.
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Un escalofrío recorrió el cuerpo de Luna al escuchar el relato de Harry y Natalie sobre el pelirrojo y su estadía hace algunos años en la zona sur, comprendiendo entonces la actitud del hombre y los temores que siempre le embargaban, restringiéndose la posibilidad de vivir el presente porque los pensamientos siempre evocaban el pasado tan doloroso por el cual paso. Sintió las lágrimas agolparse en sus ojos y los brazos de su hijo cobijarle con cariño; su mejor amigo había cometidos las peores aberraciones contra personas inocentes siendo dañado profundamente en las emociones y en el alma, y entonces, aquellos tristes ojos azules tenían sentido para ella y también para Joshua.
-Debí detenerlo – Susurró la mujer con culpa – Debí decirle….
-No tienes la culpa – Dijo su hijo interrumpiéndole – Ya verás que todo saldrá bien.
-No fue a cumplir una operación – Negó la rubia mirando fijamente a Harry – Fue a sacrificarse, cierto.
-No lo sé – Dijo el aludido bajando la mirada sin poder sostenerla de una desconsolada rubia
-Dime la verdad – Acusó Luna con culpa, si hubiese insistido tal vez él estaría con ellos
-Es posible – Admitió devolviéndole la mirada – De verdad, lo siento.
-Comenzarán una búsqueda – Inquirió más que afirmó
-Le pidió a James, alejarse – Habló Melissa llamando la atención de la rubia – No quería ser buscado.
-Tú lo sabías – Afirmó Luna frunciendo el ceño. La auror no respondió – Conocías las intenciones de Ron.
-Recibía órdenes – Espeto la mujer seriamente
-Eras su amiga… - Susurró deshaciéndose del abrazo de Joshua. El pelinegro alzó las cejas, recordándolo – Pudiste detenerlo o informarle a alguien más.
-Confiaba en mí, sí – Admitió la mujer frunciendo el ceño – No iba a traicionarle, ejecuté sus órdenes y no creas que fue fácil.
-Pues está infiltrado y posiblemente muerto – Soltó Luna apretando los puños.
-Siempre intente convencerlo de lo contrario – Indicó la mujer cruzándose de brazos – Hacerlo entrar en razón pero estaba decidido a regresar a la zona sur; el pasado sigue muy presente en él y no importa cuánto estuviese a su lado, las pesadillas siguen atormentándole.
El moreno se interpuso entre ambas mujeres presintiendo un volcán a punto a explotar por parte de la rubia, claramente afectada por la decisión del pelirrojo pero por sobre todo tremendamente culpable – y no por dejarle partir precisamente – sino por todos los años de ausencia, de momentos en los cuales no pudo estar junto al hombre, acompañándole ciegamente como si lo hizo Melissa Mills: la mano derecha y compañera fiel del ex jefe de aurores.
Una ligera mirada y la auror se marchó del lugar sin emitir ningún tipo de comentario más mientras la rubia medimaga lanzaba un suspiro desesperado.
-Luna… - Le llamó el moreno – Es la decisión de Ron.
-¿Qué significa eso? – Inquirió apretando los labios – No puedo desentenderme de él – Acusó con amargura – Ya lo hice una vez…
-Conoces a Ron, mejor que nadie – Interrumpió alzando las cejas sin quitar su sonrisa – Regresará con nosotros, contigo.
Un ligero sonrojo adornó el rostro pálido de la mujer y la sonrisa del moreno se ensanchó, comprobando lo que su amiga sentía y con justa razón, celos. No por nada, y después de un incómodo momento, la rubia conocía la relación que sostuvo el pelirrojo con la auror hace algunos años, y aunque eran amigos, seguían mostrando esa confianza y complicidad como ningún otro equipo dentro del ministerio.
Observó a Mike abandonar la habitación de Hermione y susurrar algo rápido a la medimaga para luego correr el pasillo, parecía ser importante porque apenas si saludo a su novia. Volvió a dirigir la mirada hacia la rubia quien parecía estar más tranquilo y suspiro aliviado.
-Por cierto… - Susurró echándole una mirada preocupada a la puerta – Haz logrado determinar la memoria de Hermione.
-Sólo pude confirmar las sospechas iniciales – Comentó recobrando la postura – Desde la muerte de Ginny hasta la navidad de aquel año – Soltó provocando sorpresa en Harry y una sonrisa ladina de Natalie. – No me dio demasiados detalles.
-Perfecto – Soltó Natalie llamando la atención de todos – Recuerda el beso del muérdago y la pulsera que le regalaste – Menciono un tanto emocionada - Tal vez no estaban juntos pero tía Hermione pensaba divorciarse.
-No lo sé – Murmuró el moreno inseguro; compartía la apreciación de su hija pero dudaba de las intenciones de divorcio de la mujer – Se lo pidió después de dos semanas.
-Una decisión así no es repentina – Acotó Joshua pensativo – Al menos recuerda el beso de ustedes, ya sea por muérdago.
-De cualquier manera – Suspiró la rubia pensativa – Debemos ser cuidadosos.
-Podré verle – Inquirió Harry
-Se encuentra dormida pero si deseas pasar – Señalando la puerta – No hagas ruido, Harry.
-De acuerdo – Asintió el hombre inquieto – Vienes Nat.
-Enseguida – Dijo la mujer sonriendo
-Voy por pociones – Anunció la medimaga yéndose por el pasillo
-Pareces muy segura – Dijo Joshua sonriendo - ¿Qué es eso del muérdago y la pulsera?
-Mi padre y el tío habían discutido – Suspiró recordando las razones – Nos preocupaba estar separados y más porque sería la primera navidad sin nuestra madre, si bien la pasamos cada uno en su propia casa, al día siguiente decidimos estar juntos en casa de Remus. Conjuró unos muérdagos por toda la casa, ya puedes imaginar el resto – Sonrió haciendo que Joshua hiciera lo mismo – Nos enteramos tiempo después de aquel episodio pero podría asegurar que fue el primer beso de ambos.
-Comprendo – Asintió el auror pensativo – Ronald no estaba…
-No, lo llamaron de la zona sur – Suspiró borrando ligeramente la sonrisa del chico – Después… - Dijo – Mi padre le regalo una pulsera de oro tallado con una "H" como una muestra de gratitud por todo lo que hizo ella por él. Nunca lo aceptaron pero temblaban como una hoja – Río.
-Y el divorcio… - Inquirió curioso
-Dos semanas después, lo pidió Hermione – Musito ella – El divorcio se concretó prácticamente al mes.
-Bastante rápido…
-El matrimonio estaba roto – Confesó Natalie – Después del accidente existieron muchos problemas entre mi padre y tío, según recuerdo, el tío Ron perdió el control en una discusión y abofeteo a Hermione.
-¿Qué dices? – Soltó Joshua abriendo los ojos - ¿Cómo es posible?
-Ya sabes… - Se encogió de hombros – En aquel entonces el tío Ron era posesivo y celoso con la tía, y más cuando sucedió el accidente y ella y mi padre se acercaron. Mi padre y Ron pelearon en el ministerio y todo se quebró.
-Quizás aquel descontrol de Ron – Susurró frunciendo el ceño – Hizo a Hermione tomar la decisión.
-Es probable – Asintió la pelirroja – Vienes conmigo… - Inquirió señalando la puerta de la habitación
-No lo sé – Titubeo el muchacho
-Ven vamos – Ánimo la mujer cogiéndole de la mano para luego arrastrarle hacia la habitación
El muchacho prácticamente se dejó llevar por la pelirroja aun pensando en el motivo de la separación de Ron y Hermione y entonces los recuerdos de la niñez afloraron en él haciéndole sentir vulnerable. Dejo de sentir la mano de la mujer y la empuño un tanto titubeante para calmar el ligero malestar que sentía por el pelirrojo, después de todo, el hombre había realizado el acto que juró jamás cometería ante nadie y casi primera vez sintió un sentimiento muy parecido al odio hacia el hombre a quien consideraba un padre. Suspiro y cerró los ojos intentando apaciguar las lágrimas que pujaban por salir, sin embargo y cuando ya pensaba marcharse, la mano de Natalie cubrió la suya, reteniéndole.
-¿Estás bien? – Inquirió mirándole preocupada – Te ves pálido.
-Estoy bien – Sonrió a duras penas – No debería estar aquí.
-Tonterías… - Dijo haciendo un ademán con la mano – Eres parte de la familia.
-Gracias Natalie – Acusó el castaño tranquilizando sus emociones
-¿Quieres hablar? – Preguntó Natalie
-No te preocupes – Negó
-Vamos a la cafetería… - Susurró para luego girarse hacia su padre – Regresaré enseguida, papá.
-Descuida, te espero – Murmuró el ojiverde sin despegar la mirada de su esposa
-Natalie… - Iba a replicar pero nuevamente era arrastrado por la pelirroja.
Sin embargo no opuso resistencia alguna.
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Se revolvió entre las frazadas intentando despertar de aquel sueño, recuperándose del mareo y el ligero debilitamiento que sufrieron sus piernas al intentar caminar hacia las escaleras. Recordó la carta de su padre, la discusión con su novio y su propio objetivo de iniciar una búsqueda en la zona sur con o sin el consentimiento del jefe de aurores.
Fijo la mirada sobre el techo percatándose encontrarse en la habitación que compartía con James hace cinco años, se giró hacia derecha y casi pega un grito al encontrarse con la figura de su mejor amigo, sentado y esbozando una sonrisa burlesca junto a ella. Se recostó ligeramente contra el respaldo de la cama sin emitir sonido alguno, de seguro su amigo le regañaría por el desmayo y le daría la charla sobre cuidarse en los primeros meses de embarazo.
-¿Qué haces aquí? – Preguntó la mujer frunciendo el ceño – Casi me matas.
-Y ganas me sobran – Soltó el castaño borrando su sonrisa - ¿Cuántas veces lo he dicho? Debes cuidarte, Rose.
-Sólo fue un mareo… - Soltó esquivando la mirada de su amigo
-Y luego te desmayaste – Apuntó cruzándose de brazos – Estás pasando por un momento de estrés y no es bueno seguir sometiéndote a eso. Deja a James solucionar el asunto.
-¿Dónde está James? – Preguntó sorprendida de no verle allí
-Recibió una lechuza urgente – Suspiró rodando los ojos – Me llamó preocupado por tu estado, le prometí vigilarte hasta que regresará.
-¿De dónde?
-No soy su niñera…
-Pretendes ser la mía, Mike – Bufó la mujer cruzándose de brazos – Mi padre está en peligro, no pensarás que estaré aquí y sin hacer nada.
-Por la salud del bebé, es necesario – Dijo el hombre – Vas prácticamente por el segundo mes y ya suficientes preocupaciones tienes.
-Mike…
-Hermione… - Aclaró el medimago llamando la atención de la mujer – Ya precisamos los recuerdos que posee y debo decirte que es bastante interesante – Meditó esbozando una sonrisa.
-¿De qué hablas? – Inquirió entrecerrando los ojos – No serán recuerdos…
-Son alentadores pequeña pervertida – Río el castaño ganándose una mirada apenada de su amiga – Recuerda la muerte de Ginny hasta la navidad de ese año.
-¿Hablas enserio? – Soltó alzando las cejas. Mike asintió – Recuerda el beso…
-Sí – Asintió sin dejar de sonreír – Es difícil determinar los sentimientos hacia Harry pero es el mejor escenario. Será más sencillo para todos.
-¿Cuándo volverá a despertar?
-Pronto lo hará – Dijo Mike – El efecto de la poción acabará pronto.
-¿Qué seguirá ahora? – Inquirió
-Es difícil decirlo – Suspiró Mike pensativo – Debemos considerar que Hermione estuvo cautiva por casi mes y medio.
-Crees que le sucedió algo, grave.
-No – Negó él – Físicamente se encuentra en perfectas condiciones, es probable que le hayan borrado la memoria apenas fue secuestrada pero estará bien. Es emocionalmente lo que me preocupa, no sabemos que tretas preparó Rafael para ella.
-Comprendo
-Descuida, todo regresará a la normalidad – Le ánimo el medimago – No generes mayor tensión, Rose. Hazlo por el bebé y por ti.
-Mi padre…
-James lo buscará… - Acusó – Sé perfectamente los problemas que existen entre ellos pero jamás dejaría abandonado al pelirrojo.
-No lo sé.
-Es tu padre – Dijo encogiéndose de hombros – Estás sufriendo por él y James no soportaría verte así. Hará lo imposible por encontrarle.
-Eso espero…
-Voy por comida… - Acusó el castaño incorporándose de la silla – Me llevo tu varita.
-Vaya amigo – Soltó sarcásticamente.
-De nada – Sonrió de vuelva caminando hacia la puerta
Apenas el castaño desapareció por la puerta volvió a recostarse en la cama para luego cerrar los ojos, pensando en el paradero de su novio y en lo que estaría haciendo su padre. Un ligero temblor volvió a atravesarle de tan sólo recordar la carta del pelirrojo y aquel oscuro pasado del cual intento alejarles por tantos años, posiblemente pensando que ellos le odiarían por tales actos.
Una lechuza interrumpió los pensamientos de la mujer para posarse elegantemente sobre la cama, Rose cogió el pergamino y el ave emprendió el vuelo de regreso. Con curiosidad observó que venía del ministerio pero no iba dirigida precisamente a ella sino a su novio.
James.
¿Dónde te has metido? Es necesario que regreses al ministerio, Martín quiere hablar contigo.
Melissa M.
-Mike… - Dijo la mujer alzando la voz. El aludido contesto desde el pasillo - ¿Dónde está James? Dijo dónde iba.
-Traía una carta – Se escuchó al muchacho – Según entiendo se dirigía al ministerio – Acusó asomándose por la puerta - ¿Por qué lo preguntas? – Inquirió alzando las cejas.
-Por nada – Musito escondiendo la nota de Melissa – Sólo curiosidad.
Curiosidad por saber porque su novio había mentido.
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¿Cuánto tiempo ha pasado? Se pregunta una mujer castaña tendida sobre una cama y cubierta por sábanas blancas, el punzante dolor sobre las sienes le obliga a cerrar los ojos para luego acostumbrarse a lo iluminado del lugar. No recuerda mucho salvo haber respondido preguntas de un hombre tremendamente familiar y luego volver a quedarse dormida. Desea retirar algunos mechones de cabello de su frente pero la mano derecha no responde y es sujetada con fuerza por otra persona.
Se percata entonces que no está sola.
Su cabello azabache sin domar llama poderosamente la atención de la mujer hasta el punto de desear acariciarlo con sus propias manos pero se contiene y desvía la mirada hacia la mesilla de noche, curiosa por la cantidad de pociones, repara entonces en el lugar en donde está y reconocer ligeramente la típica habitación del hospital, sigue en el hospital. Vuelva la mirada sobre el ojiverde, intrigada por las razones de su estadía y del tiempo que llevaba en ese lugar, decide despertarle haciendo realidad su deseo anterior; acariciar el cabello de su mejor amigo.
Aquel simple gesto le provoca un escalofrío y decide detenerse un tanto contrariada por las sensaciones, después de todo, sólo habían transcurrido días desde la navidad y del beso que compartieron debajo del muérdago. Su mirada se posa sobre la muñeca sujetada por su amigo pero la pulsera regalada por él no se encuentra, en su lugar, un par de anillos descansan sobre el dedo anular del ojiverde.
Los anillos de la familia Potter.
Frunce el ceño intrigada por ese detalle y más porque dichos anillos han estado guardados desde el matrimonio de él y Ginny, optando por otros anillos y según recordaba los había guardado hace algunos días. Siendo así entonces por que el ojiverde portaba los anillos de sus padres y más en el dedo anular.
-Hermione – Vociferan a pocos metros, sorprendiéndola – No quise asustarte, lo siento – Prosigue una mujer rubia.
-Luna… - Susurra la castaña entrecerrando los ojos, no esperaba encontrarse a la rubia después de tantos años – No entiendo…
-Es normal… - Sonríe la mujer revisando algunos pergaminos – No lo recuerdas pero Hogwarts fue atacado y resultaste herida – Confesó a medias
-¿Cuánto he dormido? – Inquiere confusa por la reciente información ¿Hogwarts atacado? ¿Por quienes?
-Algunas semanas – Suspiró bajando la mirada – Sé cuán confundida debes estar pero debes tener paciencia.
-No lo sé – Susurró cerrando ligeramente los ojos – No recuerdo nada del ataque
La rubia guardo silencio mientras intentaba recordar algún atisbo de lo ocurrido en Hogwarts pero su mente parecía un lienzo en blanco, evocar esos recuerdos le provocaba un dolor de cabeza y le hacía marearse. No comprendía porque estaba en el hospital y mucho menos porque Luna estaba allí, iba a decirlo pero el ligero apretón de manos del ojiverde le hizo abrir los ojos y desviar la mirada hacia su mejor amigo, ya despertaba y parecía un tanto adolorido por la incómoda posición en la cual dormito.
Al verle desperezarse del sueño no pudo evitar sorprenderse ligeramente, el auror parecía distinto y en mejor estado físico de hace algunas semanas. El contacto de sus manos desapareció y un extraño sentimiento de vacío le golpeó de pronto.
Su mejor amigo tenía el cabello corto y su semblante distaba mucho de hace semanas, parecía pasar por un mejor momento. Sus ojos reflejaban aquello
-Hermione… - Susurró él sorprendido de verle despierta – Haz despertado.
-Se siente confundida – Soltó Luna con un extraño tono de voz. Casi como si fuese una advertencia hacia el moreno – Se recuperará pronto.
-Te sientes bien – Dijo Harry enredándose en el asiento
-No recuerdo el ataque a Hogwarts – Musito bajando la mirada sin percatarse que Harry interrogaba con la mirada a Luna – No lo entiendo…
-Según Mike has respondido algunas preguntas – Dijo la rubia medimaga provocando confusión en la castaña, reconocía aquel nombre – Y sólo recuerdas hasta navidad.
-Así es – Dijo bajando la mirada evitando evocar lo ocurrido con Harry - ¿Por qué lo dices? – Inquirió alzando la mirada.
-Luna… - Habló Harry desde el otro lado de la cama – Es mejor decírselo.
-¿Decirme qué?
-Has perdido la memoria – Confesó Luna con calma – El último recuerdo que posees data de hace poco más de siete años.
¿Siete años? Parpadeo un par de veces intentando buscar un indicio de broma pero Luna asiente, explicando en parte esa situación, porque la rubia se encuentra de regreso y porque su mejor amigo parecía distinto a como lo recordaba.
-Siete años – Susurró Hermione sintiendo un vuelco en el estómago - ¿Por qué he perdido esos recuerdos?
-Un hechizo desmemorizante muy poderoso – Se explicó la rubia con paciencia – Estuviste cautiva por un grupo de mortifagos por casi mes y medio.
-No es posible – Suspiró la castaña cerrando los ojos. Intentaba evocar algún recuerdo del secuestro o el ataque a Hogwarts pero era inútil
El moreno se removió incómodo en su silla sin despegar la mirada de su esposa y mucho menos sin dejar de preguntar cuál sería su reacción, después de todo, lo último que recordaba era estar casada con Ronald. No desconfiaba del amor de Hermione pero en dicha situación cualquier persona podría confundirse y volver a re pensar sus sentimientos con respecto a su esposo.
-Sino puedo recordar… - Susurró Hermione pasando la mirada desde la rubia hacia el ojiverde - ¿Qué ha sucedido?
-No podemos decírtelo así sin más – Negó la rubia esbozando una sonrisa – Es preferible que vayas recuperando los recuerdos poco a poco.
-No es permanente…
-No lo sabemos – Dijo posando la mirada en el ojiverde – Harry acaba de recuperar su memoria y tardo algunas semanas. – La castaña se giró hacia su amigo quien sonreír discretamente – Se encontraba en Hogwarts aquel día y también fue atacado.
-Estuve inconsciente por casi un mes – Se explicó el moreno con tranquilidad – Sé cómo te sientes y cuán ansioso te pones por recordar pero los recuerdos vendrán solos, no hay porque forzarlos.
-Harry… - Iba a decir pero la puerta se abrió lentamente.
-Con permiso – Dijo una voz femenina llamando la atención de todos. Casi por inercia, el moreno tuvo la tentación de maldecir pero se contuvo – No pretendo molestar.
-¿Qué sucede? – Habló la rubia haciendo que Hermione colocará más atención. Claramente la castaña recordaba a la mujer.
-Necesito hablar con Harry – Pidió la mujer posando la mirada en el moreno – Sólo cinco minutos.
-Eh… de acuerdo – Balbuceo el hombre incorporándose de la silla – Con permiso.
Apenas se incorporó de la silla pudo observar de reojo a la rubia rodar los ojos, el incidente de hace algunos minutos seguía latente y lo mejor era salir lo antes posible antes de que hubiese algún intercambio de palabras entre las mujeres, después de todo, el origen de todo había sido el pelirrojo.
-Te sientes bien – Inquirió Luna preocupada por el silencio de la castaña.
-Sí, estoy bien – Respondió recordando a la mujer - ¿Por qué estás aquí? – Inquirió intrigada – Estabas…
-Me llamo Ronald – Susurró la mujer – Mi hijo Joshua aceptó el traslado desde Italia.
-Joshua… - Sonrió la castaña recordando al pequeño niño. Hoy un hombre – Todos han crecido.
-Así es – Asintió sonriendo con nostalgia – El joven medimago es Mike, lo recuerdas.
-El mejor amigo de James – Suspiró cerrando los ojos. Agobiada por la información – Y Rose…
-Trabaja con su padre – Confesó cuidadosamente – En el ministerio…
-Comprendo – Musito frunciendo el ceño. Luna presentía que algo le molestaba, prácticamente desde que despertó lo hacía
-¿Qué te molesta? – Preguntó llamando la atención de Hermione – Sólo dímelo.
-No tiene importancia – Sonrió la mujer sintiéndose impotente por no recordar su vida
A pesar de la enorme curiosidad por saber de su vida y de las personas que amaba, prefería seguir en la ignorancia ya que temía conocer la verdad y más cuando la presencia de Melissa Mills parecía ser tan familiar para todos. No quería llevarse una sorpresa sobre su vida y sobre todo cuando aparentemente los últimos recuerdos apuntaban hacia una decisión que podía cambiarlo todo.
¡Merlín! Su último pensamiento seguía siendo divorciarse de su esposo y ese cúmulo de sentimientos que comenzaba a aflorar hacia su mejor amigo. ¿Qué decisión cogió? Seguir casada en un matrimonio fallido o tal vez…
Con pesar observa sus manos y muñeca; ya no portaba la pulsera regalada por su mejor amigo y mucho menos el anillo de matrimonio con Ronald. Si ese fuese el caso entonces ¿Cuál sería su vida?
Después de siete años ¿Qué había cambiado?
Continuará…
¿Qué tal? El despertar de Hermione trae preguntas sobre su vida y de sus seres queridos. La decisión de Ron trae consigo consecuencias y personas inesperadas, su pasado trae muchos fantasmas y afectarán a las personas que ama
Seguiré con este ritmo de publicaciones.
Hasta la próxima
