TODOS LOS PERSONAJES PERTENECEN A JK. ROWLING
BUENA LECTURA.
Frente a ti: Recuérdame
2° TEMPORADA
Capítulo Quince
"El padre de Joshua"
-Cuidaremos de Luna – Aseguró en apenas un susurro – No debes preocuparte por él, ya lidiamos una vez y podemos hacerlo de nuevo.
-Muchas gracias – Sonrió el auror más tranquilo de lo que esperaba – Volveré en los próximos días.
-Te esperaremos – Dijo para luego desviar la mirada hacia su hija quien seguía dormitando en el sofá – Están juntos…
-Somos amigos…
El ligero sonrojo del muchacho apenas pudo convencer al ojiverde pero optó por mantener silencio y despedirse formalmente de él, después de todo, la mañana les había sorprendido a todos y Joshua debía partir para hacer contacto con el pelirrojo. Harry podía apostar de que el destino del castaño auror sería la oficina de la rubia, comprendiendo la existencia de una conversación pendiente y por sobre todo la preocupación latente de ese hombre que tanto daño les hizo.
El movimiento de su hija sobre el sofá le indico que pronto despertaría; había mentido la noche anterior fingiendo haber platicado con ella, supuestamente pasando la noche en casa de una compañera de curso y por supuesto nadie objeto de su palabra. No quería guardar secretos con nadie pero conocía el temperamento de su hijo, negándolo siempre pero todos sabían cuán receloso era por Natalie y por lo demás sabía perfectamente que podía haber problemas con Mike.
Se cruzó de brazos esperando el despertar de su hija, palpando a ciegas buscando a su acompañante, frunciendo el ceño por no encontrarle y luego abriendo los ojos por completo intentando buscarle por la oficina. Sus ojos se encontraron y podría jurar que su rostro compitió olímpicamente con el rojizo de su cabello.
-Buenos días – Saludo esbozando una sonrisa ante la sorpresa de Natalie – Son apenas las ocho.
-¿Qué haces aquí? – Preguntó sentándose sobre el sofá – Es decir…
-Soy yo quien debería hacer esa pregunta – Bromeó alzando las cejas de modo sugerente – No llegabas, le preguntamos a Mike si estabas con él – Comentó provocando alarma en los ojos de la chica – James estuvo a punto de salir a buscarte pero le dije que estabas quedándose en casa de una compañera.
Natalie le devolvió la mirada sorprendida.
-Le envié un patronus a Joshua – Añadió haciendo que se relajará – Dijo estaban juntos – Suspiro encogiéndose de hombros – Supuse que habías venido a decirle la verdad.
-Lo siento… - Susurró bajando la mirada – Si hubieses estado en la conferencia…
-Habría venido de igual forma – Apoyó él incorporándose de la silla para sentarse junto a su hija – Antes hubiese roto su nariz de un puñetazo.
-Lo pensé un par de veces – Susurró abrazándose a su padre pero luego se alejó para mirarle con preocupación - ¿Dónde está Joshua?
-Debía irse – Confesó pensativo – Probablemente visite a su madre y luego tome camino hacia el punto de encuentro con Ron.
-Comprendo.
-Descuida, regresará pronto – Le dedico una sonrisa – Apenas sepamos de Ronald sabremos qué decisión tomar, por el momento lo principal será cuidar a Luna y respaldar a James.
-Me hubiese gustado despedirme de él
-Prácticamente lo acompañaste toda la noche – Soltó el ojiverde alzando las cejas sin poder evitar sonreír, recibió un golpe sobre las costillas – Vale, vale…
-Deja de insinuar ese tipo de cosas, papá – Suspiro incorporándose del sofá – Somos amigos…
-Claro, claro… - Dijo siguiéndole el paso hasta la puerta – Hace veinte minutos se marchó Joshua, sugiero que ocupes el trasladador que hechice…
Su hija se giró observándole ligeramente confundida.
-Sería extraño verte salir de la oficina donde estuvo él – Añadió encogiéndose de hombros – No querrás encontrarte con James.
-De acuerdo – Bufó devolviéndose hasta él – No me dejarás en paz, cierto.
-Son amigos… - Vociferó sujetando una taza de café – Cualquier amiga de Joshua podría visitarlo en su lugar de trabajo.
-¿Cómo lo hacías con tía Hermione? – Inquirió ladeando la cabeza pretendiendo molestarlo con el pasado pero su sonrisa se ensanchó
-Exactamente. – Dándole el trasladador – Cógelo, conversaré con James.
Natalie sujetó el trasladador con desconfianza mientras le observaba caminar hacia la puerta.
-Si aparece por aquí – Vociferó sujetando la manilla de la puerta – Deseo ser el primero en darle mis saludos.
-Dale los míos, por favor
Un gesto afirmativo le indico a su hija la petición aceptada.
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Se apareció a primera hora en el hospital causando que las miradas recayeran sobre ella, poco le importaba ser reconocida porque su objetivo era encontrar a su amiga, poder dar solución a ese problema que pronto representaría aquel medimago. Su memoria seguía teniendo enormes vacíos pero nadie podía negar el enorme conocimiento que poseía con respecto a la magia y mucho menos cuando se trataba de su profesión como sanadora; optó por dejar de ejercer intentando escapar de algún modo de su matrimonio y encerrarse en Hogwarts parecía la opción más lógica, lo pensó porque tenía la esperanza que toda su vida se colocará en orden pero el destino se encargó de que sucedería exactamente lo contrario, y no se arrepentía.
Apenas dobló por el pasillo que conducía hacia la oficina de Luna, visualizó a Joshua llegar por el otro extremo del pasillo, ojeroso con signos de haber llorado pero lo suficientemente determinado para enfrentar esa situación, pudo observar su semblante tranquilo y centrado. Lejos había quedado ese niño pequeño que llegó a su hogar, temblando de miedo por haber recibido los maltratos de un hombre – quien no merecía ser llamado padre – y sollozando de preocupación por su madre.
Se miraron a la distancia esbozando una sonrisa cargada de afecto y cariño; recordó haber acurrucado a ese pequeño niño para brindarle palabras de cariño y amor, pasaban de la media noche y con todo el ajetreo habían despertado a las niñas. Rose y Natalie habían bajado del segundo piso, curiosas por los ruidos y de seguro inquietas por los sollozos del niño porque apenas le reconocieron, su hija le sujetó por las manos y Nat acarició su cabello.
El muchacho iba a detenerse pero pudo hacerle un gesto para que ingresase, podía esperar.
-Gracias – Gesticulo tocando con los nudillos la puerta. Escucharon la voz de Luna e ingresó.
Su preocupación inicial aminoró al observar al auror y estuvo segura de que ese pequeño niño podría afrontar a aquel hombre y proteger a su madre, podía afirmar que dicha noticia le había fortalecido y le brindaba la oportunidad de sacar para siempre a ese sujeto de sus vidas. Y ellos harían hasta lo imposible por asegurar el bienestar de su amiga.
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-¿Por qué lo hiciste? – Preguntó sorprendido por la acción de su pelirrojo amigo. El aludido caminaba como un verdadero desquiciado por el lugar – Lo que hiciste podría…
-Podría y puedo hacerlo de nuevo. – Gruñó con los puños apretados.
Había hechizado de la peor manera a Eric Owens.
Al principio había repudiado el hecho por la sencilla razón que comparó la acción con la ejecutada por Voldemort hacia él. No obstante, el ejemplo del pelirrojo de qué hubiese sucedido si fuese Hermione, cambió su perspectiva de ver la situación y claramente él también podría haber reaccionado de esa manera, pura y sencillamente odio por quien hubiese lastimado a su mejor amiga de esa manera.
Apenas observó al castaño hombre comprobó que dicho hechizo seguía presente, expuesto sobre su mejilla ante la mirada de todos, recordándole día a día lo que hizo con quien supuestamente era la mujer e hijo que amaba y sin duda ningún conocimiento suyo pudo contra restar el hechizo del auror.
-Bienvenido señor Owens – Vociferó la secretaría del cuartel de aurores – Su reunión comenzará en un par de minutos, sígame.
-Señor Owens – Llamó a pocos metros de él. Su guardia personal se giró hacía mí, visualizando peligro pero se abstuvieron al reconocerme – Bienvenido.
Su estúpida sonrisa pareció no cambiar pero sus ojos reflejaron lo contrario.
-Harry Potter – Acusó el aludido fingiendo tranquilidad – Veo que está en perfectas condiciones de salud.
-Mi recuperación es satisfactoria – Añado acercándose hacia el castaño sanador – Volveré pronto al trabajo
-Entiendo que trabajas para Hogwarts – Dijo alzando las cejas – Una lástima de que el departamento de aurores haya perdido un valioso mago.
-Siempre hay mejores – Dijo con falsa modestia – Por ejemplo; Ronald Weasley hizo un excelente trabajo.
-Claro… - Susurró bajando la mirada – El suficiente para permitir el ingreso de mortifagos al hospital y luego remediar el asunto con sus hombres.
-Mi hijo resguardará el lugar – Aseguro con orgullo – Supongo te harás cargo del hospital, Eric.
-En efecto – Musito recuperando la sonrisa haciéndole herir la sangre – Es agradable regresar al sitio que perteneces y más cuando hay bastante por ordenar.
-Señor Owens, lo esperan
-Hablaremos en otra oportunidad.
-Que esté ausente – Soltó impidiendo que se marche – No significa que se encuentre sola, por el contrario, si intentas cualquier cosa te arrepentirás.
-Al parecer tus recuerdos te han vuelto agresivo, Harry – Vociferó sosteniéndole la mirada con ironía – Ahora puedo defenderme.
-También ellos – Soltó frunciendo el ceño – Hace mucho dejó ser un niño.
Se giró nuevamente para desaparecer el pasillo seguido de sus guarda espaldas, coloco las manos en los bolsillo para desaparecer del ministerio cuando la figura del hombre lobo llamó su atención, parado del otro extremo del edificio había presenciado la escena y aunque probablemente terminaría regañado como un niño pequeño decidió acercarse para saludar.
-Sé lo que vas a decir.
-No, también lo habría hecho – Suspiro frunciendo el ceño – Usaste el trasladador
-Sí, por seguridad – Mintió apenas – No estarás en la reunión.
-James y Rose lo harán bien – Aseguró Remus tranquilamente – Al menos Joshua se marchó temprano.
-¿Cuánto tiempo demorará?
-Es relativo – Medito – Podrían ser días o semanas.
-Espero que regrese pronto – Suspiro preocupado. Inseguro porque pudiesen enfrentar lo que sea que vendría – Debo irme, voy a buscar a Hermione.
-¿Dónde está? – Inquirió frunciendo el ceño – Harry la seguridad es importante, cuídense.
-Conoces a Hermione – Bufó encogiéndose de hombros – Quiere buscar la manera de regresar al hospital, apoyar a Luna.
-Crees que pueda…
-Es la mejor en su área – Sonrió él estrechando la mano con su amigo – Nos vemos.
-Hasta luego
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-No creo que sea conveniente – Decía Mike mirándole con preocupación – Recién estás fuera del hospital y sigues sin recuperar gran parte de tus recuerdos.
-Ejercí como sanadora antes… - Suspiro cansada – Sé perfectamente mis labores y lo que debo hacer, sólo quiero ayudar a Luna.
-¿Cuál es el problema con ese hombre? – Preguntó frunciendo el ceño – Ni siquiera Natalie quiso decirme.
-Debe decírtelo Luna – Dijo esbozando una sonrisa a modo de disculpas. Mike bajo la mirada, pensativo – Según entiendo Nat lo supo por Joshua. – Añadió llamando la atención del chico
-Es muy grave – Tanteo con un gesto preocupado.
-Sí – Asintió desviando la mirada donde Joshua y Luna seguían conversando – Necesito regresar al hospital, Mike – Suspiro volviendo a cruzar miradas con el chico – Con Owens dando vueltas, es esencial estar cerca de ella.
-Hermione… -
De pronto la puerta volvió abrirse.
-Te espera… - Susurró el auror esbozando una sonrisa. Su mirada estaba vidriosa pero lucía fuerte tal y como se encontraron hace poco
-Gracias – Dijo caminando hacia la puerta para ingresa y dejar a los chicos solos en el pasillo.
Ambos intercambiaron una mirada incómoda.
El sanador visiblemente intrigado porque el auror hubiese tenido la confianza de contar, lo que todo el mundo sabía menos él, a su novia y más cuando el trato de ellos sólo abarcó tres semanas. Se sentía desplazado porque ni siquiera su novia quiso decirle la verdad sobre Eric Owens y su relación con Luna, y por tanto, con Joshua.
Lejos de los pensamientos de Mike, el auror sintió nerviosismo por estar frente a frente al novio de la chica que había besado hace menos de veinticuatro horas y había – como amigos – dormido en la oficina del ministerio. Sentía que en cualquier momento iban a cruzar su rostro de un puñetazo, y aunque lo merecía, pidiéndole explicaciones sobre lo ocurrido.
-Ya me voy – Atino a decir comenzando a caminar
-¿Cuál es la confianza que tienes con Natalie? – Preguntó haciéndole girar. Ladeo la cabeza sin comprender la pregunta – Incluso Nat parece conocer el asunto – Añadió desviando la mirada hacia la oficina de Luna.
Su expresión desentendida cambio a una seria – Soy libre decir cualquier cosa a quien yo quiera.
-Incluso a mi novia.
-Incluso a Nat – Susurró frunciendo el ceño – Despídeme de Hermione.
Se giró nuevamente y salió del hospital con un amargo sabor en la boca por la conversación, inseguro porque la sensación fuese provocada por la intromisión a su vida privada o la posición a la defensiva del chico con respecto a Nat. Y aunque lo esperaba, puesto que siempre que visitaba la casa le observaba como un intruso, ya que nunca intercambiaron un dialogo como hasta ahora.
¿Cuál era la confianza que tenía con la chica? Se volvió a preguntar Joshua caminando por las calles, buscando el mejor lugar para trasladarse a su punto de encuentro con Ronald, con el ceño fruncido y la espalda tensa por la conversación con el sanador. Su respuesta inmediata fue la confianza tan natural y espontanea que había germinado entre ellos, sin mayores presiones y prácticamente desde el primer momento sintió la confianza necesaria para abrir su corazón y relatarle los duros momentos por los cuales paso, pudo incluso darse cuenta de que el pasado ya no dolía tanto si podía platicar con alguien.
Se internó en el primer callejón que encontró para sacar el trasladador, despejó la imagen de Natalie y del beso que compartieron. Debía hacerse la idea del error cometido, producto del momento y la tensión que provoco la noticia, sólo podía pensar en eso porque la joven estaba comprometida con el sanador y no sería justo confundir aún más la situación. Hechizó el objeto para trasladarse y lanzó un profundo suspiro para después desaparecer de ese lugar.
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-No tienes idea de cómo me arrepiento – Suspiro Ronald bebiendo una cerveza mantequilla. Después de la boda, la fiesta se trasladado hacia su casa – Hice lo que ese idiota hizo con Luna y Joshua.
-Nunca serás como él – Aseguró desviando la mirada hacia su esposa, bailando alegremente con James – Eres mejor, lo demostraste sacándola de ese infierno – Afirmó recordando entonces el incidente entre el pelirrojo y la castaña cuando estaban casado, de cómo Ronald perdió el control y abofeteo a la mujer – Deberías invitarla, ya es tiempo de que regresen.
Y aquí se encontraba Luna después de casi diez años de ausencia, cobijada por sus amigos y personas que jamás la dejarán sola. Se quedó en silencio apenas ingresó a la oficina de la rubia; estaba abrazada a la castaña y sollozaba ligeramente. Soltando la pena que no pudo mostrar frente a su hijo, apretando los dientes para fingir estar bien por fuera pero por dentro reviviendo todos los temores de ese pasado.
A su lado Mike parecía no comprender la situación y es que prácticamente todos los jóvenes apenas si recordaban de ese episodio negro, posiblemente imágenes borrosas que los años se encargaron de sepultar muy en el fondo. Ni siquiera Rose quien en ese entonces tenía la misma edad que Joshua había recordado, el pequeño niño había llegado a su casa entre los brazos del pelirrojo.
-Será difícil – Dijo en apenas un susurro. El sanador pareció salir de sus pensamientos – Cuando se marchó de Londres apenas si era un buen medimago, hoy posee un gran prestigio y reconocimiento, evaluado excepcionalmente por sus pares, podría hacer perfectamente frente a Ron.
-Eligió el momento adecuado para volver – Suspiro el castaño – El maldito bastardo. – Masculló – ¿Cuáles serán sus intenciones?
-Viene por venganza – Susurro observando a ambas amigas deshacer el abrazo – Ahora puede hacerlo.
-No lo conseguirá – Apremió la voz ronca de Luna. Ambos hombres desviaron la mirada hacia las mujeres – Si para él la situación ha cambiado entonces para nosotros igual.
-Ron y Joshua estarán fuera por los próximos días – Meditó el moreno acercándose hacia su esposa – El único que puede retenerle en el ministerio es James pero aquí…
-Estaré bien – Musito la mujer – Es el jefe del hospital pero pocas veces tendré que responder ante él.
-No lo sabemos – Dijo la castaña con preocupación – Buscará cualquier excusa para acercarte a ti.
-Hermione… - Sonrió Luna incorporándose de la silla – Aunque pudieses ingresar de nuevo, él podría apartarte de un segundo a otro. Sigues en tratamiento y el informe de salida sobre tu estado dice claramente que posees amnesia temporal.
-Estaré bien – Aseguró la mujer rodando los ojos – Recuerdo perfectamente lo que ese imbécil hizo, no voy a dejarte sola.
-Creo que podemos intentarlo – Vociferó Mike – Nadie podría cuestionar las habilidades de Hermione.
-Debemos tomar el riesgo – Apoyó el ojiverde – Si todo sale bien, Joshua regresará con noticias de Ron. Apenas regresé nos sentiremos más seguro.
-Eso temó – Suspiro la medimaga sentándose tras el escritorio – Le exigí cumplir con su obligación, no quería marcharse y todo por la presencia de Owens. Cuando regresé no quiero imaginar lo que hará.
-Ya es adulto – Sonrió la castaña – Sólo quiere verte tranquila, apenas era un niño cuando sucedió.
-Lo sé
-¿Cuándo llegará aquí? – Inquirió Hermione
-Se encuentra en el ministerio – Acusó el ojiverde encogiéndose de hombros – De seguro sigue reunido con James.
-Según entiendo se presentará ante el personal a mediodía – Complementó Mike – Pedirá reunirse con los jefes de unidad.
-Es seguro – Dijo Luna
-¿Quieres que nos quedemos? – Inquirió Harry frunciendo el ceño. Luna negó – Hasta después de la presentación.
-Descuiden – Suspiro la mujer – Estaré bien, será algo de minutos. No puedo estar pendiente de él todo el día, hay mucho trabajo y sigo investigando lo que sucede contigo – Añadió observando a la castaña – Te has sentido bien.
-Sí, estoy bien – Sonrió – De cualquier manera, ya enviaré la solicitud de ingreso al hospital.
-De acuerdo.
A pesar de las dudas sobre las intenciones de Eric Owens la mayoría coincídia acerca de una posible venganza, aprovechando la ausencia del pelirrojo y Joshua, contra la rubia. Ningún tipo de influencia sería suficiente para aplacar el prestigio que había amansado el sanador durante esos años, enfrentándose a un sujeto impredecible y con mucho poder e influencias, capaz de usar cualquier artimaña para conseguir su objetivo.
Al menos Harry rogaba porque el viaje de Joshua sea rápido y el regreso del pelirrojo lo más pronto posible.
-Ron… - Soltó Harry llamando la atención de todos en la oficina. Luna le sostuvo la mirada por unos segundos – Creen que lo sepa…
-Lo dudo pero… - Susurro la mujer – Le pedí a Joshua guardar silencio, lo peor que puede pasar es que quede expuesto por una torpeza de él.
Harry y Hermione intercambiaron una cómplice mirada.
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-Cualquier tipo de intervención al interior del hospital será considerada como hostigamiento – Continuaba el sanador llevando veinte minutos de reunión – Su misión es asegurar el perímetro.
-Veo que no consigue dimensionar la gravedad del asunto – Suspira James apoyándose sobre el escritorio – Señor Owens, el hospital resulto atacado única y exclusivamente porque buscaban a Harry Potter.
-Según entiendo buscaban a otra persona. – Aseguró
-Posee de alguna información que desconocemos – Inquirió el muchacho alzando las cejas. El ataque al hospital y el ataque hacia la rubia había permanecido en secreto – Rafael Lyon tiene por objetivo a mi padre y su esposa.
-Por supuesto – Susurró esbozando una sonrisa – No obstante, espero entienda el punto de la situación, ningún auror deambulará por el hospital por cuestiones de seguridad.
-Al menos permitirá que brindemos los hechizos básicos de seguridad – Vociferó Rose sentada del otro extremo de la habitación – Al igual que Hogwarts son zonas vulnerables.
-No tengo objeción con respeto a eso – Negó ladeando la cabeza – Seguiremos atento las acciones del cuartel desde la regulación mágica, el asunto de las desapariciones y los hechizos utilizados nos incumbe a nosotros, más que a ustedes.
-¿De qué habla?
-Me parece curioso que no hallan investigaciones sobre los casos de Harry y Hermione Potter – Soltó alzando las cejas – Prácticamente perdieron la memoria y el señor Potter acaba de recuperarla hace algunas semanas, así sin más.
-Su recuperación fue gracias al hospital, señor – Masculló la castaña cruzándose de brazos – No hay mayores misterios.
-Siendo así… - Sonrió el hombre incorporándose de la silla – Me preocuparé del estado del hospital y de mi personal – Ofreció la mano hacia el jefe de aurores quien dudo por unos segundos pero la estrechó – Hasta pronto, señor Potter.
-Hasta pronto.
-Señorita… - Acusó haciendo una ligera reverencia para luego salir de la oficina
El jefe de aurores apoyó su peso sobre el escritorio para después intentar seguir al sanador fuera del lugar pero su novia le detuvo junto a la puerta.
-Engreído… - Bufó
-Calma… - Dijo la mujer con cariño – Intenta probar nuestra paciencia, ya verás que todo saldrá bien, no permitiremos que se meta con Luna.
-No puedo crees que sea el padre de Joshua – Masculló revolviéndose el cabello – Por ese imbécil tuvieron que huir.
-Sí… - Musito recordando la despedida con su amigo. En aquel entonces poco sentido tenía su viaje – Debemos tener el control de la situación, seguirá provocándonos.
-Si estuviese Ron.
-De seguro esto habría sido un campo de batalla – Sonrió Rose contagiando a su novio – Su ausencia será aprovechada por él, todo lo saben. Debemos brindar la seguridad suficiente a Luna.
-No podemos ingresar al hospital.
-Hallaremos otra manera – Aseguró.
El muchacho asintió dejándose llevar por la confianza de su novia y la posibilidad certera de hacer frente a ese nuevo enemigo. Porque sí, consideraban al sanador como el sujeto que dañó a la rubia y a su hijo y hoy pretendía volver para causar el mismo daño.
¿Para qué más volvería después de tantos años?
Sin Ron Weasley y Joshua Lovegood.
Continuará… Un capítulo corto pero necesario dando la bienvenida a un personaje del pasado de Luna y su hijo. En este capítulo no hay demasiados cambios y lo mantuve igual.
Como mencione anteriormente, cuando escribí los capítulos no tuve la necesidad de añadir ciertos detalles, en especial del padre de Joshua, hoy estaría incompleto, y sin afectar el contenido completo, voy agregando pensamientos, recuerdos y reflexiones.
Sin más, espero actualizar en pocos días. Saludos
