Capítulo 14

Bella 17 años

Un par de horas más tarde, la fiesta estaba en pleno apogeo, había gente por todos lados, algunas reían junto a la fogata, otras bailaban y otros tantos bebíamos sin importarnos nada más.

El frío comenzó a molestarme, era tarde y ya estaba un poco ebria, hacía un rato había perdido la cuenta de cuánta cerveza había tomado, ni que decir de Jacob él se había rendido hacía unos minutos o quizás horas, estaba dormido en el suelo junto a lo que alguna vez fue la fogata.

—Jacob quiero ir a casa—dije agachándome a su altura

—Noo Bells— balbuceo ebrio— quedémonos aquí— se acomodo sobre el suelo y me hizo espacio a su lado

—No Jacke, tengo que irme debo hablar con Edward.

—No Bell, ven conmigo— trato de jalarme, pero con el ebrio en el suelo, yo tenía más fuerza.

Me aleje de él, tenía que irme a casa, busqué alrededor de lo que quedaba de fiesta a alguien lo suficientemente sobrio que pudiera llevarme a Seattle o mínimo a port ángeles, pero fracase, todos estaban igual o peor que Jacob, parecía que la fiesta había terminado. Sin más opciones tome mi celular y marque el número de Edward, solo le pediría que enviará al chofer por mi si no era mucha molestia.

—¿Bueno?— contestó al tercer tono, se escuchaba un poco adormilado y sobre todo confundido.

—Edward— dije nerviosa, ahora después de escuchar su voz no parecía buena idea haberlo llamado.

—¿Isabella?— el aturdimiento del sueño estaba pasando rápido en su voz, siendo sustituido por un tono irritado—¿ estás bien?, ¿Dónde estás?

—Edward, ¿que sucede?— escuche a lo lejos la voz de Tanya, mi corazón se rompió un poco más—son las 2 de la mañana— le informo, mierda, ¿era tan tarde? se suponía que nos iríamos a la medianoche para llegar allá a esta hora, vi la hora en mi teléfono y efectivamente eran las 2 de la madruga, debía dejarlos dormir

—Nada, yo lo siento— dije apresuradamente entre lágrimas y colgué. Era mejor que buscara un sitio para dormir, ya mañana temprano iría a casa.

Camine por el patio hasta la casa en busca de un lugar cubierto, pero la pequeña casa estaba repleta de gente, no cabía ni un alfiler, regrese bajo el árbol donde había dejado mi teléfono, parecía un buen lugar, al recostarme comenzó a sonar mi teléfono.

—¿Bueno?— pregunte confundida, ¿quién además de un ebrio llamaba a estás horas?

—Ahora mismo me vas a decir dónde estás—exigió, Edward sonaba realmente enojado esta vez.

—Estoy… en la push con Jacob— dije arrastrando las palabras— en casa de Sam

—Voy por ti, no te muevas— me ordeno, su voz no aceptaba réplicas, pero aun así lo intente

—Edward no es…— no puede terminar la frase ya que Edward me colgó.

Trate con todas mis fuerzas de no quedarme dormida, tenía que esperar a Edward, convencerlo de que estaba bien y que se marchara a casa, yo estaría bien por mi cuenta, tenía a jacke cuidándome. No se exactamente cuando tiempo paso, pero de pronto como Edward bajó del Volvo hecho una furia, su cuerpo estaba claramente tenso, su paso era enérgico e imponente, su cara estaba deformada por la rabia, pero aun así parecía el David de Michelangelo, el hombre más perfecto que jamás había existido, al que le bastaba una simple mirada para robarme el aliento.

—Isabella nos vamos— gritó en cuanto me vio, algunas personas que estaban dormidas cerca de él se quejaron por el ruido, pero no se molestaron siquiera en abrir los ojos

—No tenías que venir…— comencé, tenía que enviarlo de regreso con Tanya.

—Vámonos hablaremos en casa— dijo levantándome del suelo, tomo mis cosas y las guardó en su pantalón, trate de caminar en línea recta cómo él, pero parecía misión imposible.

—No puedo irme sin Jacob— dije viendo a Jacob dormido en el suelo

—Vámonos— dijo Edward mientras tiraba de mi brazo.

—No lo voy a dejar— me zafe de su agarre y comencé a despertar a Jacob, por suerte él lo hizo, con muchas dificultades y prácticamente cargando la mitad de su peso, lo guíe hasta él auto de Edward, lo metí en él asiento de atrás y lo recosté sobre mis piernas.

Todo esto mientras Edward caminaba detrás de mí sacando humo por las orejas.

—¿Por qué Isabella?¿ dime por que?—me pregunto muy enojado comenzando a conducir

—¿Por que, qué?— me estaba costando todas mi fuerzas no dormirme

— ¿Por qué lo quieres a él y no a mi?— soltó de pronto

—No puedes hacerme esto Edward— él era la última persona en el mundo que podía reclamarme aquello, todo esto era su culpa, el que yo me hubiera visto obligada a aceptar a Jacke cómo mi novio, a refugiarme en él, era su culpa— no tienes derecho a pedirme que te quiera, cuando tú ya no me quieres, cuando tu me remplazaste

—Jamás te he dejado de querer Bella— su voz sonaba sincera, pero no podía permitirme creerle

—Mentira— dije simplemente, no tenía energía para discutir con el

—Jamás te mentiría sobre mis sentimientos hacia ti— dijo haciendo que las lágrimas salieran libremente de mis ojos, hacía un tiempo había creído eso, pero ahora me daba cuenta que había estado haciendo lo contrario, me había mentido todo el tiempo.

—¿Y entonces por qué estás con Tanya y no conmigo?, ¿por que me abandonaste si me querías?— la amargura con la que salieron esas palabras de mi boca nos sorprendió a ambos, en todo este tiempo yo jamás le había reclamado nada sobre Tanya, hasta hoy.

— Es…— me miró torturado a través del espejo retrovisor— es complicado, quizás no lo entiendas— dijo tenso

—Pues entonces hazme entender— dije necia, si él quería explicaciones tenía que comenzar a darlas.

—Quiero que entiendas que todo lo que hago es por tu bien, siempre te voy a proteger, porque te quiero cómo no he querido ni querré a nadie más. Se que algunas parecerá que hago todo lo contrario, pero así es cómo debe ser— su voz era torturada, quería creerle pero hacerlo era una muerte más y el ya me había matado lo suficiente.

—Sabes qué estoy sufriendo por no tener tu amor, pero no te importa mi dolor o mis sentimientos, así que no te atrevas a volver a engañarme.

—Bella— suspiró cansado— mi intención nunca ha sido lastimarte. Y te lo repito si estoy con ella es para protegerte.

—¿Protegerme de qué?— dije necia, yo tenía que protegerme de sus mentiras— Creo que simplemente no me quieres como antes, quizás nunca lo hiciste, has dejado de ser amable y cariñoso, ahora eres frío y distante conmigo, me has alejado de ti, y lo entiendo completamente, yo nunca sería suficiente para ti, cómo tu nunca lo serás para mi— mentira, el era perfecto para mi, el único en el mundo para mi, pero debía dejarlo ir, tratar de retenerlo me estaba matando— es hora de continuar con quién realmente podemos tener una oportunidad— dije mirando a Jacke, quizás él no era esa persona, pero tendría que haber alguien más allá fuera, que pudiera llenar el espacio que Edward había dejado en mi corazón, ¿a quién quería engañar? solamente él podía hacerlo.

—Eras a quien menos quería alejar de mí— dijo sombríamente

—Es muy tarde, demasiado tarde — finalmente me rendí ante mi sueño, no quería seguir esa conversación.

Cuando llegamos a la casa no dije una sola palabra, él tampoco, me ayudó a bajar a Jacob, lo acomodamos en una de las habitaciones del piso de abajo que estaban reservadas para invitados, quise decirle que él se quedaría conmigo en mi habitación pero no quería tentar a la suerte, más de lo que ya había hecho.

Subí directamente a mi habitación, evitando a Edward, no quería hablar con él, había sido fuerte en el auto, pero ahora mismo me sentía muy débil y vulnerable, podría caer fácilmente en sus mentiras. Cuando salí del baño de mi cuarto Edward estaba sentado en mi cama.

—¿Qué haces aquí?— pregunté, él jamás entraba a mi habitación, mucho menos había tocado mi cama.

—Quiero estar contigo— dijo firme, la sangre subió rápidamente a mis mejillas— solo quiero dormir contigo como antes y preocuparnos por las consecuencias mañana— aclaro, no se si era porque seguía ebria o por que de verdad lo deseaba y extrañaba sus brazos, no importa la razón al final acepte.

Me recosté junto a él, él me abrazó y besó mi frente cómo antes, ambos ignoramos mis lagrimas y mis sollozos, nada de eso importaba, por este momento el mundo a nuestro alrededor no existía, solo éramos él y yo contra el mundo, cómo antes.

Durante mis sueños podía escuchar la voz de Edward se escuchaba triste y preocupado quería cambiar eso.

—Perdóname— susurraba muy cerca de mi rostro, podía sentir su dulce aliento—perdóname mi amor, perdóname por lo que voy a hacer, se que te voy a lastimar, pero es lo mejor para los dos, tienes razón debemos continuar, debo dejarte continuar, aunque sea con el— suspiro tan cerca de mi cuello que por un momento me hizo cosquillas—Ojala el te de todo lo que yo no pude, pero que no te quite nada de lo que yo te di. Te amo, Bella, eres el amor de mi vida, mi corazón, eres el sol que me calienta, la lluvia que me baña, el aire que me da aliento, eres todo para mi, nunca dudes que te amo— sus labios rozaron suavemente los míos, extrañaba sus labios el cosquilleo, el suave tacto, su sabor, lo extrañaba tanto.

De todos mi sueños este había sido el más vivido, el más maravilloso, las sensaciones eran exactamente a cómo las recordaba, pero también era el más doloroso, porque él me confesaba su amor, un amor que en fuera del reino de los sueños no existía, un amor que solo mi torturado corazón podía imaginar.

Edward 30 años

El sol empezaba a iluminar la habitación, miré el reloj del buró eran las 6 am casi las 7, había presenciado otro maravilloso amanecer junto a mi Isa, a pesar de que ayer ella me había aceptado en su cama, estaba seguro que hoy ella no lo recordaría y no le agradaría para nada la idea, había tomado demasiado, suspire, quizás era mejor así, no quería provocarle más dolor innecesario.

A pesar de mi esfuerzo por alejarme de ella no podía, todos los días me colaba a su habitación para poder ver el amanecer junto a ella, era adicto a escuchar como ella susurraba mi nombre mientras dormía, a acompasar mi respiración con la suya mientras me embriagaba con su perfume, no podía vivir sin ella, pero pronto tendría que aprender a hacerlo.

El sol había iluminado completamente la habitación, dejando ver los reflejos rojizos de la melena de mi bella durmiente, sabía que era hora de marcharme, Tanya debía preguntarse dónde estaba. Quizás con un poco de suerte si me iba ahora sería como un fantasma. Salí del cuarto de Isabella no podía arriesgarme a que despertara y me encontrara junto a ella.

Baje a la primera planta de la casa, debía encargarme de Jacob antes que Isabella despertara.

—Jacob es hora de irte— dije en voz demasiado alta para que Jacob se despertara.

—¿Señor Cullen? ¿Bella?— preguntó un adormilado Jacob— ¿Dónde está Bella?— maldito ¿quién se creía para preguntar por ella?

—Largo de mi casa ahora mismo— brame—si no quieres que te saque a patadas y por tu bien hoy no le hables a Isabella. Cuando baje quiero que ya no estés en mi casa—dije saliendo de ahí, me esperaba un día bastante largo.


Gracias a todes por su apoyo y en especial a Wenday 14, Terewee, Mcalderona2, Verochy, (pronto sabremos por que Edward esta actuando de esta manera), Adriana Molina, por sus comentarios, me encantan

Nos leemos pronto :)