Capítulo 26
Edward 31 años
—¿Cómo se llama la castaña que acaba de entrar?— pregunté desesperado, tenía que saber si era ella, el tipo me miró raro pero al final accedió
—Marie D' Angelis— no era ella, obviamente, ¿Que mierda estaba esperando que ella apareciera así cómo así frente a mi?— ¿necesita reportarla, señor?— preguntó nuevamente el tipo
—No, es solo…— ¿Que mierda hacía balbuceando frente a este niño?— nada— dije finalmente saliendo de la maldita cafetería directo a una farmacia, necesitaba la puta aspirina el dolor me estaba haciendo alucinar.
…
Una vez en mi oficina, me seguía sintiendo intranquilo, no podía concentrarme en el trabajo, necesitaba desesperadamente saber donde estaba Isabella, por lo que llame a Emmett
—Hola, hermano ¿que dice California?— pregunto alegre cómo siempre
—Hola Emm, es un puto infierno, estamos a más de 30 putos grados, me suda el culo— dije haciéndolo reír— ¿Cómo van las cosas por allá?
—De maravilla, Alice ha estado viniendo 3 días a la semana cómo lo prometió
—Lo sé, he hablado con ella, ¿Cómo está Rose?— pregunte para no verme tan desesperado
—Edward ¿que quieres?— pregunto brusco de pronto— tu y yo sabemos que no te agrada Rose, así que ya di lo que vas a decir
—Mierda, me conoces demasiado bien— me queje— bien, ¿sabes algo de Isabella? ¿el detective te ha dicho algo importante?
—No he sabido nada importante, solo lo que ya sabemos, es difícil rastrearla probablemente cambio su nombre o algo, por que es cómo si a Isabella Swan—Cullen se la hubiera tragado la tierra— mierda, cómo carajo no lo había pensado antes? Isabella era una chica lista, era obvio que iba hacer todo lo posible para que no la encontrará
—Tienes razón, prueba investigar con el nombre de Marie D' Angelis, trabaja en una cafetería llamada Bluestone Lane Front Street, en el centro financiero de San francisco
—Eso no tiene mucho que ver con Isabella, ¿Edward estás seguro de querer seguir con esto? creí que tu nueva vida en San francisco te hacia feliz, creo que lo más sano para ti es olvidarla
—Emmett haz lo que te digo por favor o buscaré a alguien que sí lo haga— dije colérico colgando.
Sabía que estaba siendo injusto con Emm, él había sido un gran amigo, se había encargado de la búsqueda de Isabella desde el día 1, no era su culpa que ella no quisiera ser encontrada, no era su culpa que ella hubiera huido en primer lugar, todo eso era mi culpa.
No podía quedarme sentado en mi oficina esperando que Emmett me llamara, tomé mi portátil y me fui directo a la cafetería, necesitaba asegurarme de que no era ella. Pase el resto de mi tarde hinchándome con panecillos y café, pero ella jamás apareció, era tan patético que incluso la había imaginado.
Bella 17 años
Salí de la cafetería prácticamente volando, corrí hasta mi segundo trabajo un restaurante bar que estaba a una cuadra de la cafetería, entre rápidamente, me maquille y me peine cómo me habían dicho en la capacitación y entonces empecé a trabajar con la esperanza de poder completar mi renta cuanto antes.
Edward 31 años
Estaba tan cansado de haber estado trabajando casi todo el día en la cafetería que no regrese a la oficina, me fui directo a mi departamento, donde la soledad me recibió con los brazos abiertos, antes de Isabella no me molestaba la soledad, de hecho me encantaba tener mi propio espacio sin nadie pululando alrededor, después de Isabella lo odiaba, ya que ahora me daba cuenta del silencio ensordecedor, del eco de mi pasos, de la oscuridad ya que ni siquiera me molestaba en encender las luces, del polvo acumulando ya que a pesar de tener personal de limpieza mi departamento no era usado más que para dormir.
Mire mi cama, la rubia de anoche no se había molestado en tender la cama, simplemente se había ido, tome las sábanas y las cambie, trate de dormir un poco pero la cama era simplemente demasiado grande y fría para mi solo. Consideré la opción de ir al bar, traer a otra rubia que me hiciera compañía, pero eso era patético, yo no quería una rubia diferente cada noche en mi cama, yo quería una pequeña castaña a mi lado para siempre.
Me levanté, me vestí decentemente y salí dispuesto a hacer lo que Emmett me sugirió, seguir adelante, toque la puerta de enfrente, la puerta de Nathalie una bonita castaña con la que había coqueteado en el elevador un par de veces.
—¿Hola?—me saludo confundida
—Hola, lamento molestarte a esta hora, pero me preguntaba si ¿te gustaría ir a cenar?
—Oh, ¿cómo en una cita o algo así?— pregunto nerviosa
—No si no quieres—dije dándole un poco de confianza— es solo que refrigerador se ha quedado vacío— ni siquiera me había molestado en abrirlo— y no me caeria mal un poco de compañía
—Claro, solo voy por mis suéter— dijo con las mejillas sonrojadas
Quizás cuando Emmett dijo que continuara, no se refería a salir con una chica que me recordaba demasiado a mi Bella, pero era un buen inicio. Sorprendentemente pase una buena noche con Nathalie y aunque no la lleve a mi cama, dormí más tranquilo desde que Bella se fue.
Segui llendo a la cafetería por las tardes para recordarme que estaba solo en San francisco, que ella no estaba aquí, al mismo tiempo que tenía citas casuales con Nath, ya no iba tanto al bar y si lo hacía regresaba solo a casa. Mi vida estaba volviendo poco a poco a su cauce o al menos eso creía ya que por las noches la soledad y el recuerdo de mi amor me seguían azotando.
—Emmett me lo ha dicho todo, así que cuéntamelo todo— me chillaba Alice en el odio, ¿desde cuando mi amigo era un chismoso?
—No se de que me hablas— trate de ganar tiempo en lo que llegaba a mi oficina, no quería que mis empleados me escucharan chismear sobre mis citas cómo un adolecente
—Edward sabes perfectamente de lo que te hablo
—Bien, soy culpable lo aceptó he estado saliendo con alguien
—¿Cómo se llama?¿Es bonita?¿dónde la conociste?¿Cuánto tiempo llevan saliendo?,¿te gusta? me alegro tanto por ti— me bombardeó a la velocidad de la luz
—Se llama Nathalie, es mi vecina de enfrente, llevamos 2 semanas saliendo así que creo que me gusta pero no es nada seguro enana
—Cuéntame más sobre ella— pidió emocionada
—Bueno es una asesora de riesgos en varias empresas
—Oh una mujer de negocios— me interrumpió
—Si, es bonita, inteligente e ingeniosa, me agrada bastante, siempre tenemos mucho de que hablar— aunque solo eran cuestiones de negocios y cosas así, era una "relación" segura, bastante predecible, sin sorpresas.
—Se escucha maravillosa, ¿cuantos años tiene?— preguntó tratando de no sonar incomoda
—Alice es encerio— pregunte enojado
—Lo lamento, soy una tonta, ignora mi pregunta, ¿cuándo saldrás de nuevo con ella?— mi hermana lo había arruinado todo
—Tengo que trabajar, y par aut información tiene 29 años— dije enojado colgando
Un texto de Nathalie me relajo un poco:
¿Te gusta la pasta?— N
Por supuesto que me gusta—E
Perfecto, esta noche te llevare al lugar donde preparan la mejor pasta de todo SF ;)— N
¿Te veo a las 8?— E
Perfecto ;)— N
…
Entramos al restaurante, que estaba decorado al estilo italiano de la toscana, era bastante bonito.
—Benvenuti a Giorgios— nos recibió la hostess— ¿tienen reservación?
—Si, a nombre de Nathalie Parker
—Claro señorita Parker, tenemos lista su mesa— la hotels nos guio hasta una en un balcón con vista al mar— en un momento más vendrán a tomar su orden— nos dijo a modo de despedida
—Y bien ¿que opinas?— me pregunto Nath, mientras checamos la carta de vinos
—Tiene buena pinta, y los vino son buenos
—Benvenuti a giorgios, ¿están listos para ordenar?— esa voz la reconocería en cualquier lugar, era su voz, estaba tan concentrado disfrutando la vista, qué no le presté atención a la camarera, qué no era una simple camarera era Bella, mi Bella.
—Si, me gustaría…
— ¡Isabella!— no me pude contener e interrumpí a Nathalie me levanté y la abracé, ella se quedó muy quieta, helada diría yo, pero no importaba, era mi Bella, de verdad, estaba frente a mi.
Bella 17 años
Él dia iba bastante bien, con mi nuevo trabajo, había logrado pagar mi renta a tiempo y me sobraba un poco que estaba ahorrando para poder comprarme una motocicleta y poder transportarme más rápidamente.
Conforme la tarde fue cayendo el restaurante se fue llenando, lo que significaba más y quizás mejores propinas.
Estaba en la cocina, esperando mis órdenes cuando Kate llegó
—Marie, puedes cubrir mis mesa, tengo qué ir al baño, de verdad no me tardo— dijo desesperada
—Claro, no te preocupes—la entendía, cuando había tanta gente no podíamos descuidar las mesas, por nada del mundo.
Recogí mis órdenes, las lleve a sus respectivas mesas y después fui a una de las mesas de Kate, mientras ratificaba que había entregado todo en mis mesas.
Gracias a todes por su apoyo, en especial a Valeria Sinai Cullen (gracias a ti por leer), L'invité (Edward veut toujours remplir un vide avec une autre personne au lieu d'affronter ses sentiments et ses problèmes), tocayaloquis (gracias por leer), al guest (gracias), por sus comentarios
Nos leemos pronto :)
