Holi… antes que nada perdón por no haber subido capitulo hace un par de días, tenía mucha tarea pero aquí está. Disfrútenlo. Les pediré el favor de que lean el anuncio de hasta abajo; es muy importante que lo lean si siguen este fic.
Ahora sí. AAAACCIÓN.
CAPITULO 5: SUSURROS DE MONTAÑA
El hobbit abrió los ojos con pesadez sintiendo la luz blanca de la mañana colarse por la ventana, por suerte esta estaba lo suficientemente lejos para no caerle de lleno en el rostro. Al intentar levantarse se percató de que en su pecho descansaba en pesado cuerpo de Thorin quien no parecía tener intensión de levantarse; acarició su cabello como lo había hecho la noche anterior antes de caer dormido.
Sonrió al verlo perdidamente dormido, lo había visto tan cansado y siempre que hacía algún movimiento dentro de su habitación lograba despertarlo pero ahora podría haber una multitud de orcos gritando y golpeando sus escudos sin que el enano se inmutara. No supo cuánto tiempo estuvieron así, con paz en el corazón sin deseos de que ese momento terminara; Thorin se removió sin dejar de abrazar a Bilbo sintiendo la cálida respiración del mayor en su cuello.
Los ojos zafiro del enano comenzaron a hacer presencia poco a poco acostumbrándose a la luz; miró a Bilbo largos segundos como si quisiera analizar qué es lo que sucedía, entonces se dio cuenta de que estaba sobre el cuerpo del castaño, pero este no protestaba.
-Hola –dijo Bilbo primero.
-Hola –respondió no creyendo lo que pasaba, estaba apenas a unos centímetros del rostro del hobbit cuando se incorporó en sus antebrazos quedando completamente encima del castaño, solo mirándose. Ninguno de los dos sabía por qué esa sensación no les incomodaba, por qué el corazón les latía con desespero y se expandía una corriente eléctrica por su cuerpo al tenerse así de cerca.
Thorin comenzó a acercarse a Bilbo sin ser consciente en su totalidad de lo que hacía, solo veía al castaño cerrar los ojos cuando él se aproximaba, por esa razón fue que Escudo de Roble entró en duda. Acaso él… ¿Estaba intentando besar a Bilbo? Era su salvador, su ancla a la vida y un muy buen amigo desde hace poco tiempo pero ¿Besarlo? Estaba seguro de que los amigos no hacían eso.
Se escucharon pasos afuera de la habitación que los sacaron de su ensoñación para seguido oírse fuertes golpes en la puerta.
-¡Thorin, Bilbo! –era Drogo –Prím está como loca, dice que bajen a desayunar –
-E-En un momento vamos –dijo Thorin a la puerta, Drogo afirmó decidiéndose a retirarse dejando una situación muy incómoda dentro de la habitación. Thorin se levantó comenzando a ponerse su abrigo y el cinto, además de las botas. Bilbo lo imitó con sus propias ropas acomodándolas decentemente.
No dijeron nada, decidieron que no era necesario; por ello bajaron a desayunar en silencio cada uno metido en sus propios pensamientos.
Ambos pisaron el último peldaño de las escaleras algo podridas de aquella posada para ver al fondo a un par de hobbits riendo casi con demencia rodeados de "gente grande". Bilbo estaba sorprendido, pero lo estuvo más cuando se dio cuenta de que esos hobbits eran Drogo y Prímula.
-No puedo creerlo –dijo Bilbo.
-Los hobbits realmente son una caja de sorpresas –Thorin lo incitó a acercarse a la multitud que rodeaba la mesa para que pudieran desayunar.
-¡Thorin, Bilbo! Les pedimos el desayuno –no era gran cosa, era algo de queso, pan y unas cuantas verduras y frutas; nada comparado a lo que comían en Bolsón Cerrado pero era suficiente para esa mañana –Drogo estaba contando sus chistes más vitoreados –
-No es para tanto –dijo su esposo con nerviosismo.
-¡Bromeas! No he reído tanto en mi vida. Tiene un don maese hobbit –dijo uno de los hombres a lo que los demás lo secundaron.
-¡Por cierto! Él es el señor Rothren, es el "repartidor" de Bree –dijo Prímula
-Entonces es usted quien lleva productos de Bree hacia afuera y viceversa –era un hombre de pequeños ojos frios color negro, con la tez rosada pero mugrienta por sus posibles hábitos de vida, con los dientes algo podridos que porovcó que Bilbo tragara grueso intentando sonreír.
-En efecto, la señorita me ha dicho que quiere que firme algunos papeles. Aunque sé que no es algo que acostumbren hacer –
-Es cierto, los hobbits no salimos tan seguido de nuestros hogares, pero el Thrain cree que es una forma de abrirnos un poco al mundo, pues muchos dudan de nuestra existencia –dijo el castaño.
El hombre y el hobbit hicieron todo el cambio de algunos papeles –más de parte de Bilbo que del contrario –, el castaño se sintió liberado al haber cumplido su misión. Aun con las carcajadas de todos los hombres presentes, incluyendo de Thorin quien aceptaba que Drogo podía llegar a ser muy divertido; terminaron de desayunar. Siendo despedidos de buena forma por todos, recogieron sus cosas dirigiéndose a los establos que se encontraban cerca del Pony Pisador, le dieron algo de comida a los Ponys y subieron todas sus cosas.
Thorin aun quería hablar sobre lo ocurrido esa mañana, pero no lograba sacar el tema. Fingía estar ocupado acomodando las correas en los caballos mientras veía de reojo a Bilbo hablar aun con Rothren; se les veía de forma muy amena a pesar de que el hobbit hiciera una que otra mueca al sentir el aliento del hombre.
-Ya todo listo, Thorin –dijo Drogo. El enano asintió dispuesto a llamar al castaño para que se subiera a la carreta.
-Bil… -un dolor agudo lo invadió evitando que terminara la frase, y el impacto de una flecha hizo que retrocediera un paso, miró a su alrededor notando al arquero desde uno de los balcones de la posada de en frente. Se escuchó un grito a lo lejos, seguramente de una mujer. No tenía tiempo para sentir dolor, así que cortó el extremo más alargado de la flecha usando su otra mano para desenvainar su espada.
-¡Thorin! –gritó Bilbo viendo en cámara lenta la forma en que dos hombres se acercaron y como en un punto más alto se veía a un arquero apuntando de nueva cuenta a Escudo de Roble.
-¡Quédense dentro de la carreta y agáchense! –exclamó a la pareja quienes acataron, Prímula muy a regañadientes siendo forzada a cubrirse por su marido. Thorin colocó su espada al frente, justo cuando una flecha se dirigía a su cabeza desviándola a la pared ya astillada y rota.
-Sabíamos que conocíamos el símbolo real de tu cinturón –dijo uno de ellos, con cabellera grasosa, y dientes amarillentos. Por su mejilla surcaba una cicatriz que hacía notar que no había tenido buenos tiempos anteriormente.
-Estas lejos de las montañas, enano –dijo el otro, de rostro osco con una sonrisa mórbida surcando sus labios.
-No le incumbe a asquerosas ratas como ustedes –dijo con veneno en la lengua.
-Te podríamos dar la razón, pero aún hay precio para tu cabeza. Y no solo por el rey bajo la montaña –dijo el hombre de la cicatriz.
-No me importa quién me quiere muerto, sino que serán sus cabezas las que rodarán –ambos rieron escuchándose el zumbido de otra flecha; le hubiera dado justo en la cabeza al enano si no fuera porque uno de sus atacantes lanzó la primera estocada consiguiendo la huida certera de esa flecha.
Con movimientos rápidos le quitó a uno la movilidad en las piernas haciéndolo caer al suelo tras hacerle un par de cortes en las rodillas, mientras al otro sin piedad le quitó el aire con un raudo corte en la yugular. Uno ya muerto y otro retorciéndose de dolor; ahora solo quería atrapar al arquero, otra flecha le fue lanzada al brazo consiguiendo que la espada cayera al suelo con un frio sonido del metal al chocar con la roca. Sin poder mover más ambos brazos se sintió vulnerable, pero no vencido. Una mirada al arquero lo dejó boquiabierto pues este calló sin delicadeza al pavimento desde el balcón en que se ubicaba.
Giró su vista a Bilbo quien había lanzado una roca directo a la cabeza del hombre. Su hobbit amigo se veía en shock, como si no creyera lo que acababa de hacer ¿Estaba muerto? No se movía ¿Acababa de matar a un hombre?
-Bilbo –el ojiverde posó su mirada en el interlocutor de esa voz, volviendo en si cuando vio las flechas clavadas en el cuerpo del príncipe.
-¡Por los Valar! Tenemos que curarte ¡Rápido! –
-Bree no es segura, vámonos; estoy bien –dijo encaminándose a subir para guiar a los ponys.
-¡Claro que no! Nosotros guiaremos la carreta, tú vas atrás. Bilbo, recuéstalo. Haz una cama con las cosas –ordenó Prímula y su primo no tardó en acatar la orden –y tú no te atrevas a replicar –dijo como una madre que reprende a su hijo, sintiéndose casi intimidado como si se encontrara frente a su propia madre tuvo un déjà vu en ese momento.
"La montaña había sido presa de fuertes fríos y cantidades de nieve sobre ésta provocando que se expandiera una epidemia de gripe en todo el reino siendo los más vulnerables los pocos niños que había. La reina se había mantenido tan atenta como los sirvientes pues el Thorin, Frerin y Dís habían caído enfermos. Pero Thorin era testarudo, detestaba estar solamente en cama haciendo nada más que lo que le enviaban sus profesores e incluso Balin.
-¡Madre! Realmente estoy bien –
-¡No lo estas! Te quedarás en esa cama hasta que te recuperes tal como tus hermanos –
-Pero no somos iguales, yo seré el rey un día, no puedo dejarme vencer por un resfriado –
-¡Pues yo soy tu madre y siempre lo seré! Así que no te atrevas a volver a replicar –dijo dándole un jarabe que le habían enviado los médicos reales, el joven príncipe hizo una mueca de asco sacando la lengua al tomar la medicina. Frerin no contuvo su risa burlándose de su hermano.
Segundos después le tocó a Thorin reír, pues la cara de Frerin al probar el jarabe había sido tan épica que ni si quiera el mohín de Dís le pareció llegar a ese nivel de diversión."
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Drogo se esforzaba por buscar alguna forma de esquivar los baches y las rocas del camino, o encontrar algún camino que fuese rápido y que fuera lo suficientemente plano para que el enano no se moviera con violencia. Nunca le habían clavado una flecha pero estaba seguro de que era lo último que quisiera sentir en su vida; a pesar de que no se quejaba sabía que era doloroso.
Por otro lado Bilbo hizo lo que pudo con lo poco que tenía, desgarró una de las mantas que habían llevado de reserva y le vendó las heridas después de sacar las flechas evitando que los bordes de esta le lastimara aún más la carne. El enano le dejaba seguir con su labor sintiendo las delicadas manos del mediano tratarlo como si fuera de cristal, se sintió querido y renovado; quizá podrían hablar de eso si no fuera porque la pareja se encontraba a escasos centímetros de ellos.
La hemorragia de ambas heridas se detuvo gracias a las atenciones del castaño. De esta forma la llegada a la comarca casi al anochecer no fue tan cruenta como se esperaba. Estando ya en Bolsón Cerrado Thorin bajó aceptando la ayuda de su anfitrión.
-Tenías que pasar con el Thrain ¿no? –dijo Thorin.
-Puede esperar, no puedes quedarte con esa cosa como vendas –
-¿Seguro que podrás solo? –preguntó Prím con preocupación. Bilbo solo le dedicó una sonrisa alentadora internándose en su agujero hobbit sosteniendo al enano. No hubo necesidad de muchas palabras, solo dejó a Thorin en su habitación mientras iba por todas sus cosas para atender las heridas del príncipe. Nuevamente desinfectó sus heridas, y las vendó luego de aplicar el mismo ungüento que había puesto la primera vez que se vieron.
El enano se sentía incómodo por el silencio del contrario, siempre estaba hablando y ahora no lo hacía. Ciertamente lo ponía nervioso. Lo que la mente del mediano lo mantenía en trance era el que rememorara la forma en que vio caer el cuerpo de ese hombre; rogaba por que no estuviera muerto. En esta ocasión tuvo que ser el enano el que rompiera el silencio.
-Bilbo… Acerca de lo de esta mañana… -
-¿Hmm? ¿Qué? –dijo sin prestarle gran atención. Al ver como el mediano le restaba importancia decidió –muy a su pesar –que no era gran cosa.
-Nada –no pudo evitar sentirse decepcionado -¿estás bien? –
-Sí, es solo que… nunca había matado a nadie –Thorin se giró a ver a Bilbo quien se mantenía ausente –no puedo creer que lo haya hecho, no sé cómo pasó. Mi cuerpo se movió solo –al comprender la inquietud en el corazón del menor sonrió del lado con ternura como si viera a un niño.
-Dudo que esté muerto, el plan era dejar al menos a uno vivo para que fuera a decirle a quien quiere mi cabeza que no le será tan fácil. Pero aun si lo estuviera ¿te arrepientes? –Bilbo levantó la mirada aun dolido por su actuar en la mañana –me salvaste por segunda vez, una tercera flecha me hubiera llegado si no hubiera sido por ti, así que por favor, no te arrepientas de haberme salvado –dijo acariciando la mejilla del menor. El hobbit soltó un suspiro de gozo al sentir el calor de su compañero de vivienda, llevando la mano a cubrir lo que pudo de la contraria para que no se alejara de su piel.
Con los ojos cerrados el castaño no se dio cuenta de la forma en que Escudo de Roble se acercaba al suyo con la clara intención de darle alcance a sus labios pero se detuvo; era como si tuviera el anhelo y la penitencia en ese mismo instante. Si besaba a Bilbo y este no quería arruinaría todo lo que se había logrado en ese tiempo; simplemente frunció los labios conteniéndose pasando a besar mejor su frente.
-No hiciste nada malo –le dijo en un susurro contra la piel de su mejilla la cual besó igualmente, quizá era su imaginación pero creyó sentir la piel de sus mejillas más caliente pensando que quizás era él el que estaba perdiendo calor. Al separarse de él vio una dulce sonrisa en los labios contrarios pero aquella sombra de culpa no se iba de sus ojos.
-Ya es hora de dormir. Descansa; mañana no podrás ir a la fragua con esas heridas en los brazos, solo conseguirías que se abrieran de nuevo –Thorin, enternecido por las preocupaciones del menor quien en ese instante lo arropaba sostuvo su mano para que no se alejara.
-Dijiste que velarías mi sueño, así que quédate al menos esta noche –Bilbo creyó que su corazón había sido sustituido por ardientes llamas, pues le ardía como lava al sentir como latía sin reparo alguno. Creyó que era taquicardia o algo parecido.
-Está bien –pronunció saliendo su voz más firme de lo que hubiera esperado. La cama era lo suficientemente grande para ambos; podría quizá decirse que era tamaño matrimonial en realidad, a pesar de ello ambos se juntaron lo más posible sin ser conscientes de lo que hacían, de que buscaban el calor del otro, escuchar sus latidos y sentir la respiración del contrario.
Escudo de Roble durmió bien esa noche, la segunda noche que dormía bien, y la segunda noche de muchas que seguirían con el mediano.
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Las siguientes semanas fueron de completa frustración para el mediano pues al parecer se había corrido el rumor de lo que sucedió en Bree. No dudaba que a Prím o Drogo se les escapara contarle a Frodo y este, preocupado le hubiese contado a sus amiguitos, que le contarían a sus padres, que le contarían a sus amigos y así hasta que toda la Comarca se hubiera enterado de que el enano y herrero de la comarca se encontraba lesionado después de que intentaran matarlo.
Muchas hobbits –tanto con buenas y malas intenciones –fueron a Bolsón Cerrado con comida, y obsequios queriendo dar atenciones al enano. Bilbo aceptó los regalos diciéndoles que le daría a Thorin todos los obsequios que le dieran cuando por su mente solo pasaba el incinerarlos todos y cada uno. Pero no lo hizo.
Pasó casi un mes recuperándose aun cuando Thorin ya le había dicho a Bilbo que se encontraba en condiciones para trabajar, este quería asegurarse de que estaba completamente curado. Así que le reprendió negándole el ir a la herrería.
-Estos te los envía la joven de los Tallabuena, parece que son galletas –dijo el de ojos esmeralda dándole un pañuelo en que se encontraban cuidadosamente cubiertas unas galletas de almendras con avena.
-Tendré que agradecerles todas sus atenciones –Thorin no pudo notar como el cuerpo del mediano se tensaba ante esa idea.
-Claro… Digo, todas son muy hermosas y parece que les interesas, demasiado –dijo lo último por lo bajo evitando que el enano le escuchara.
-Sí, trataré de rechazarlas lo más delicadamente posible –Bilbo sintió alivio al escuchar esas palabras.
-¿Rechazarlas? ¿Por qué?-
-Realmente no estoy interesado en entablar algo con ninguna de ellas –
-¿Es porque son hobbits? –
-No realmente, es solo que… no me siento listo para tener una relación así –dijo Thorin. Aun cuando su lengua cosquilleaba por esa mentira.
-¿Será acaso por alguien de Erebor? ¿Alguna enana, tal vez? –Bilbo trató de no sentirse intimidado por su respuesta pero la risa del enano logró relajarlo.
-No, en realidad no. Nunca he tenido relaciones serias, ni me he enamorado; aunque puedo hacerme una idea de cómo se siente –el castaño asintió concordando con el otro.
-Sí, yo vi la evolución del amor de Prím y Drogo. Creo que eso podría considerarse un verdadero romance –
-Yo vi lo que es el amor verdadero con mi hermana –Bilbo se detuvo a si mismo a cuestionarle cualquier cosa al respecto, dejaría que continuara –Yo sé que ella hubiera dado su vida por él, si no fuera porque él la dio por la de ella y por nuestra gente. Recuerdo que ella me odió por meses por no haberlo salvado a pesar de que ella sabía que no hubiera podido hacer algo. Y es que cuando un enano se enamora lo pierde todo –
-¿Qué significa? –concentrado en las palabras de Thorin decidió incitarlo a continuar.
-Pues que cuando un enano se "enamora", ese amor es para siempre. Difícilmente encontrará a otra persona que llene su corazón. Nosotros le llamamos merlar que podría traducirse como nuestro único o única –creyó perderse en la mirada de Thorin cuando este la desvió –así que no puedo decir que lo he vivido en carne propia –
-Yo tampoco, pero pasará. Lo que deseo es que esa persona me corresponda –Tan metidos estaban en su plática que no pudieron notar el graznido de el cuervo que se encontraba en la ventana dichoso de haber cumplido su tarea, le llevaría las buenas nuevas a su señora.
Emprendió vuelo nuevamente luego de haber picoteado un poco del jardín de aquella morada buscando algo que comer luego de su agotador viaje, pues había logrado comer quizá una vez cada tres días. Se llenó lo suficiente, seguido emprendiendo vuelo al Este.
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Kili caminaba de un lado a otro como huargo enjaulado mordiéndose las uñas. El joven príncipe no escuchaba ni si quiera el retumbar en las paredes de sus botas contra el frio suelo de piedra. Tras las puertas a sus espaldas se encontraba el salón del trono donde su hermano se encontraba hablando con su rey buscando de alguna forma que soltara a su madre.
Las grandes puertas de piedra se abrieron dando paso al enano rubio quien se mostraba colérico caminando a grandes zancadas hasta su hermano.
-No fue bien ¿verdad? –Fili levantó la mirada con ira, pero su hermano bien notó que esa mirada estaba más cargada de dolor que otra cosa. Aun sentían los azotes que les habían dado frente a toda su gente luego de que encarcelaran a su madre llamándola traidora al igual que lo había hecho con Thorin.
-Está demente, ha perdido completamente el juicio. Ya ni si quiera parece distinguir a su propia hija –pronunció con ira lanzando un golpe con el puño a la pared.
-Algo tenemos que hacer –
-No podemos hacer nada. Viste lo que le hizo a Thorin, a mamá e incluso a nosotros nos expuso delante de nuestro pueblo ¿Qué crees que podamos hacer? –Kili estaba desesperado. Sabía que las palabras de su hermano no eran de dientes para afuera, eran verdades que dolían pero no se podían rendir.
-¡Lo que sea! ¡Tenemos que hacer algo! –Exclamó al borde de las lágrimas –ya perdimos a papá, al abuelo, al tío Frerin, a tío Thorin… no quiero perder a mamá también, Fili –el rubio estrechó a su hermano con arrepentimiento tras su juicio negativo. Deseaba tanto como él el que tuviesen una mínima oportunidad pero parece que sus soldados no les harían caso.
Habían destituido a Dwalin como capitán de la guardia real tras el destierro de Thorin, y a Balin lo habían recluido en su hogar como si fuera un criminal de guerra. Las cosas estaban mal, su gente moría de inanición y los guardias como tenían ciertos privilegios no hacían nada pues la comida del rey era dada también a ellos. Fili se mostró digno la ultima cena diciendo
-No puedo comer cuando mi gente muere de hambre –fue una de las principales razones por las que lo mandaron a azotar, y al ser defendido por Kili la situación se duplicó para ambos hermanos.
-Entonces… ¿tienes un plan? –dijo Fili tanteando terreno. No era sorpresa el hecho de que el enano moreno era demasiado impulsivo, ¿Qué harían? A jugar por la mirada de Kili algo estúpido y muy riesgoso, seguramente.
Caminaron hasta la torre de vigilancia mirando hacia Esgaroth, y la falda de la montaña. Olía fresco, y se veía la hierba crecer a la par de las flores junto al lago; la primavera se acercaba pero eso no les entusiasmaba en lo absoluto. Se recargaron en el borde de la torre cuando se escuchó el fuerte graznido de un cuervo que bien conocían. Este se acercó a gran velocidad a pesar de encontrarse sediento, cansado y hambriento.
-Es el cuervo de mamá –dijo Fili confirmándolo cuando el cuervo agitó sus alas en afirmación -¿Qué tienes que decirnos? ¿Madre te envió? –este le respondió con graznidos de igual forma.
A diferencia de la gente de Valle que entendía el lenguaje del zorzal, la gente de Erebor conseguía entender la lengua de los cuervos de la montaña. El ave se mostró entusiasmada al contar todo lo que había pasado y lo que había encontrado millas al Oeste.
-¿Thorin está vivo? –preguntó Kili a lo que el cuervo afirmó. Una gran sonrisa se expandió por los rostros de los príncipes viéndose en la necesidad de esconder su emoción para no levantar sospechas –iremos por él –
-¿Solos? Somos fuertes, puedo asegurar, pero hay jaurías orcas desde hace un largo rato, no podemos ir así nada más –Ambos hermanos se miraron largo rato entendiéndose solo así.
-Buscaremos enanos, leales y de corazones nobles. Que aun estén con la justicia –dijo Kili.
-Dile a madre que iremos a buscarlo y que trate de no levantar sospechas. Trataremos de no demorarnos; la salvaremos, vendremos por ella –dijo Fili al cuervo quien afirmo ante la orden -¿Dónde está? –con una ruidosa respuesta ambos hermanos asintieron.
-Quinientas cuarenta millas al oeste, entendido. Tenemos que salir esta noche, así que tú busca a los que puedas y yo haré lo mismo; tendremos que ser mínimo doce enanos –
-Bien. Ve a avisarle a madre, y dile que estaremos bien –el cuervo asintió moviendo de nueva cuenta sus agarrotadas alas buscando la forma de entrar a las mazmorras como lo había hecho hace dos meses.
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Gracias nuevamente por leer, espero que les haya gustado este capítulo x3 dejen reviews si quieren y esperen al siguiente capítulo que poco a poco está empezando a funcionar la relación entre Bilbo y Thorin :3
ANUNCIOS:
1) Es probable que las dos siguientes semanas no pueda actualizar porque es una pena informarles que se ha declarado la semana de exámenes INAUGURADA. Lo sé, está jodido pero no se desanimen; en cuanto terminen las siguientes dos semanas les recompensaré con un capítulo más largo que los que estoy subiendo usualmente.
2) Hubo temblor ¿sabían? Estuvo fuerte :c Pero a los que si les llegó lo más duro y catastrófico, les doy mi apoyo desde el Estado de México. Sé que se buscarán forma de ayudar, puede que en la universidad podamos hacer colecta o algo. ¡Pero ánimos! Los apoyaremos en lo que podamos. Si pueden apoyar de otros estados creo que sería genial.
Bueno, eso fue todo. Los leo pronto. Tengan buen fin de semana.
Ciao!
CaocHatsune.
